Edenic Children and Unripened Fruit: Anthropological and Botanical Immaturity in the Ethiopic Mystery of the Judgment of Sinners
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Author
Bonar, Chance
Publisher
Universidad de Córdoba, UCOPressDate
2024Subject
ApocryphaEthiopian Christianity
Ethiopic
Genesis 2–3
Adam
Eve
Apócrifos
Cristianismo etiópico
Etiópico
Génesis 2–3
Adán
Eva
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In the late thirteenth or early fourteenth century, scribes around Lake Tana in northwestern Ethiopia translated and disseminated an Arabic apocryphal dialogue between Jesus and Peter. Recording exhortations and revelations meant to be passed on to Clement of Rome and other apostolic figures, the Mystery of the Judgment of Sinners (Myst. Sinners) contains a little-explored retelling of Genesis 2–3. In its rendition of the Adam and Eve’s time in the Garden of Eden, Jesus explains to Peter how commandment not to the tree of the knowledge of good and evil was a test of their patience. In particular, Adam and Eve are marked as 'children‛ and the fruit in terms of its 'ripeness‛ or lack thereof. Here, I want to contextualize this claim of a dual immaturity between both the humans and plants in the Garden of Eden in terms of early Christian theological claims about the youth and imperfection of Adam and Eve. A finales del siglo XIII o principios del XIV, los escribas de los alrededores del lago Tana, en el noroeste de Etiopía, tradujeron y difundieron un diálogo árabe apócrifo entre Jesús y Pedro. El Misterio del juicio de los pecadores (Myst. Sinners), que registra exhortaciones y revelaciones destinadas a ser transmitidas a Clemente de Roma y otras figuras apostólicas, contiene una narración poco explorada de Génesis 2–3. En su interpretación del tiempo de Adán y Eva en el Jardín del Edén, Jesús le explica a Pedro cómo el mandamiento de no tomar el árbol del conocimiento del bien y del mal fue una prueba de su paciencia. En particular, Adán y Eva son marcados como 'hijos‛ y el fruto en términos de su 'madurez‛ o falta de ella. Aquí, quiero contextualizar esta afirmación de una doble inmadurez entre los humanos y las plantas en el Jardín del Edén en términos de las afirmaciones teológicas de los primeros cristianos sobre la juventud y la imperfección de Adán y Eva.