ASOCIACIONISMO CORDOBÉS CONTEMPORANEO: SIGLO XIX Y ALBORES DEL XX Gloria Priego de Montiano UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA 2.- ÍNDICE GENERAL - ÍNDICE GENERAL – INTRODUCCIÓN.- CAPÍTULO I: SOCIABILIDAD ILUSTRADA: LOS AMIGOS DEL PAÍS Y LA ACADEMIA DE CIENCIAS, BELLAS LETRAS Y NOBLES ARTES DE CÓRDOBA. Tránsito de la “Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reynado” a la “Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País” I. Pensamiento Ilustrado: Propuesta de un Proyecto Burgués 1779-1850. _ Las Transformaciones Operadas en la Estructura Interna de la Sociedad y sus Miembros. _ Actividades e Iniciativas de la Patriótica Cordobesa durante la primera mitad de siglo: La Educación El Fomento al Desarrollo La Beneficencia II. Inserción de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País en la Córdoba Liberal (1850-1910). _ Estructura y composición de la Sociedad en la segunda mitad secular. _ Actividades e Iniciativas de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País bajo la Restauración: La Educación El Fomento económico La Beneficencia La Academia de Córdoba. Receptáculo del “nuevo espíritu”. La Biblioteca de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.- Págs - 6 - - 7 - - 52 - - 72 - - 91 - - 98 - - 118 - - 126 - - 133 - - 140 - - 172 - 2.- ÍNDICE GENERAL CAPÍTULO II: LA CULTURA COMO AGLUTINANTE SOCIETARIO. GESTACIÓN DE CONCIENCIAS DE CLASE. I. La Burguesía cordobesa en torno a la Cultura. _ Las “Sociedades Dramáticas”.- _ El “Liceo Artístico y Literario de Córdoba”. _ “Sociedad Filarmónico-Dramática de Córdoba” _ Otras “Dramáticas” _ El “Casino Cordobes” item “Circulo de la Amistad”.- La consolidación del “Circulo” (1853-1857) El “Círculo de la Amistad y Liceo Artístico y Literario” en desarrollo (1858-1889) Hacia un intento de renovación fallido (1890-1900) Una Biblioteca para la “Sala de Lectura”.- _ En redor al Tiempo Libre: otras Sociedades burguesas. “Sociedad de Monteria de Córdoba” (1862) “Sociedad de Equitacion Cordobesa” “Casino Gallistico Taurino y Ecuestre” (1868) II. Impronta del asociacionismo burgués. _ “Casino Industrial Agrícola y Comercial” (1862) _ “Sociedad Dramatica “La Alegria” (1870) _ Asociaciones Culturales Populares.- _ Asociaciones Culturales Burguesas – Populares.- _ “Veloz-Club de Córdoba” (1895) _ Juego y Política: “Círculo Liberal Conservador de Córdoba” (1902) Págs - 178 - - 179 - - 188 - - 190 - - 191 - - 193 - - 199 - - 210 - - 214 - - 218- - 219 - - 220 - - 220 - - 222 - - 225 - - 226 - - 228 - - 231 - - 233 - 2.- ÍNDICE GENERAL CAPÍTULO III: MULTIPLICIDAD ASOCIATIVA EN TORNO A LOS OFICIOS I. Sociabilidad Laboral Popular : Mutualidades y Cooperativas _ “Asociación Mutua de Plateros” (17-10-1868) _ Otras Sociedades de Socorros cordobesas Sociedades de Socorros Populares Sociedades de Socorros Burguesas- Populares _ El Cooperativismo: nueva fórmula mutual II Sociabilidad Patronal: “Asociación de intereses” _ La “Liga Española de Contribuyentes en Córdoba” (1872) _ La "Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Córdoba” (1886) Los inicios: entre el desarrollo provincial y los Tratados de Comercio (1886-1892) Bajo el signo de la “Regeneración” (1899-1900) _ La “Cámara Agrícola Provincial de Córdoba” (1889) _ “Sociedad de participes de las Aguas procedentes del venero nombrado de Santo Domingo de Silos” (1895) III Sociabilidad profesional: Burgueses y “Colegiales” _ “Ilustre Colegio de Avogados de la muy noble, y leal ciudad de Cordoba” (1769) · Actividad interna: pautas para la creación de una Corporación · Relaciones intercorporativas _ “Colegio Médico - Farmacéutico de Córdoba” (1895) Págs - 236 - - 237 - - 246 - - 249 - - 254 - - 259 - - 264 - - 264 - - 273 - - 284 - - 287 - - 290 - - 299 - - 303 - - 308 - 2.- ÍNDICE GENERAL IV La Rentabilidad como forma de Sociabilidad: Sociedades Mercantiles _ Bajo la égida del Código de Comercio de 1829 _ Institucionalización reglada: El Registro Mercantil 1885-1900 CAPÍTULO IV: DOS VERTIENTES DEL ASOCIACIONISMO CONFESIONAL EN CORDÓBA: SOCIABILIDAD ECLESIAL Y LAICA. I. La Iglesia decimonónica inmersa en la marea asociativa. _ Asociacionismo Católico Popular. Cofradías, Hermandades o Asociaciones _ Asociacionismo Católico Institucional La Era isabelina. “La gran restauracion católica” Tras el “asalto” II. Una forma de Confesionalidad Laicista: La Masonería en Córdoba _ Acomodación de la Masonería en la Córdoba decimonónica _ Confrontación crónica entre dos corrientes confesionales: Catolicismo versus Masonería _ La aparición del Regionalismo en el entorno masónico español CONCLUSIONES: Págs - 313 - - 315 - - 324 - - 336 - - 350 - - 366 - - 396 - - 407 - - 408 - - 427 - - 433 - - 439 - 2.- ÍNDICE GENERAL APÉNDICES: I.- Lista Nominal de componentes de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País 1779-1900 II.- Lista Nominal de componentes de la Academia General de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes III.- Fondo Documental del Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica de Amigos del País 1779-1900 IV.- Registro de Sociedades Mercantiles Cordobesas 1886- 1900 ANEXOS: I.- Estatutos de la Sociedad de Medicina Ciencias dependientes de Córdoba II.- Informe de creación de una Escuela de Arte y Oficios 1875 III.- Informe de creación de una Escuela de Comercio 1875 IV.- Reglamento del Asilo de la infancia 1879 INTRODUCCIÓN Elección del tema, acotación de objetivos y fijación de hipótesis.- Un factor que creemos básico a la hora de enfrentarse a un trabajo de investigación como el que hoy presentamos es la elección del tema, de ello depende en gran medida, a nuestro entender, la finalización de la empresa. El impulso imanador que éste pueda insuflar a lo largo del recorrido, sin duda, es una ayuda a la hora de hacer frente, no ya a los diversos problemas epistemológicos y técnicos, sino a los propios del entorno individual. En nuestro caso, que así ha sido, lo primero que hemos de decir es que nos identificamos más con el titulo Ritmo de sociabilidad en el germen de la sociedad de “clases”: Tipología del Asociacionismo en la Córdoba decimonónica (1779-1900) que con el que aparece en el encabezamiento que, por razones burocráticas, nos ha sido imposible modificar. Y ello, porque nos parece que recoge la esencia del objetivo buscado. Nos atraía, en efecto, escrutar, quizá mejor diseccionar, el fenómeno desde la raíz: analizar la tendencia a asociarse, o la Sociabilidad según uno de los iniciadores contemporáneos de esta línea de investigación (M.Agulhon, 1966), desde la transición del Antiguo al Nuevo Régimen. Es decir, queríamos analizar el desgaje de la Sociedad Estamental y su evolución hasta devenir en Sociedad de “clases”. Ello focalizado en la Provincia de Córdoba y desde la perspectiva asociativa, no como objetivo final, sino en cuanto que, en dicho proceso, se fijarían varias de las características que, posteriormente, definirían la impronta y comportamiento de los distintos grupos sociales, que fijarían, en definitiva, su “conciencia de clase”. 1 No se trataba, tan sólo, de hacer una inmersión en agrupaciones ya definidas socialmente hablando, que también, sino, y sobre todo, en un estadio anterior, rotos los lazos gremiales, en que 1 Utilizamos la expresión “conciencia de clase” despojada de cualquier contenido previo, aludiendo a la significación del vocablo principal, “conciencia”, en cuanto que “reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta... “cobrar conciencia” de algo” (Diccionario de la Lengua Española, Madrid, 1992, t I) II suponíamos, he aquí la hipótesis de arranque, debió haberse dado una situación híbrida, de mixtura social, que diera lugar, progresivamente, a la diferenciación: el multiforme mundo de los Gremios, su compleja estructura y legado se prestaban a abundar sobre el particular. No nos convencía, sin embargo, quedarnos en un estudio de Historia Social; sentadas las bases del cambio, aspirábamos a poder dilucidar otros fenómenos insertos o consecuencia de éste, que nos dieran claves ideológicas, económicas, culturales, confesionales... En fin, una visión global de los fundamentos de la nueva estructura que configuraría la Sociedad Burguesa. Fijado, pues, el núcleo de análisis comenzarían a sumarse hipótesis entrelazadas: ¿En que medida influiría la evolución y desarrollo del pensamiento ilustrado en el pulso asociativo decimonónico y cómo interpretar, éste, en una sociedad liberal asentada en principios individualistas? ¿Qué secuelas de formas anteriores permanecerían en los modernos hábitos de agrupamiento, teniendo presentes fórmulas como Cofradías y Hermandades en su enlace con Mutuas o Sociedades de Socorros, Cooperativas, Colegios Profesionales y otras Asociaciones del ámbito laboral? ¿La imperceptibilidad del “catolicismo liberal” español o el retraso y debilidad de la Democracia Cristiana, tendrían su origen en las pautas asociativas marcadas? Y, si así fuera, ¿Qué papel jugaría en ello la Autoridad Vaticana? ¿Entraría además, esto, en relación con el crecimiento de la Masonería? El comportamiento asociativo de la nueva clase emergente ¿Qué debería a su antecesora aristocrática? ¿Se serviría de ello para dirigir y estructurar el tejido urbano conforme a sus intereses? La Sociabilidad mercantil de la Córdoba del XIX ¿Marcaría el ritmo de la siguiente centuria? ¿Cuál sería la presencia de la población femenina en todo el entramado asociativo a estudiar?... Diversos interrogantes, en fin, que prometían una excitante prospección, aún a sabiendas de que, en cierta medida, el resultado sería de mera aproximación. Metodología e Interdisciplinariedad.- Conscientes de la atención que suscitara la “sociabilidad” y el “espiritu de asociación” ya en el siglo XVIII y conocida la pervivencia del sustrato ilustrado en los primeros decenios decimonónicos, nos parecía obligado el arranque de la investigación desde dichos presupuestos, máxime cuando una de las asociaciones a tratar sería la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País. Partiendo de este planteamiento nuestra primera inmersión sería la Sociabilidad Ilustrada para lo que contaríamos, III además de con la ya citada Sociedad, con otra desgajada de la misma: la Academia General. A partir de ahí, el procedimiento metodológico empleado para las susodichas se ha intentado seguir, en la medida de lo posible, para el resto de las agrupaciones estudiadas. Si bien es cierto que las primeramente señaladas, han requerido un mayor detenimiento en determinados conceptos básicos del Pensamiento de la Ilustración que las sustentaran, dado que, al suponer estos, como es sabido, un punto de partida para el posterior desarrollo del Liberalismo, y siendo, ésta, la base ideológica que nos acompañaría a lo largo de todo el periodo analizado, lo creímos necesario para el proyecto global; él que, recordemos, no aspiraba a un mero estudio individualizado de cada una de las asociaciones rastreadas y menos aún a la suma descriptiva de las mismas. Insistiendo sobre el hecho, la extensión otorgada a estas Instituciones, fundamentalmente a la Económica Cordobesa, se ha debido, además de a la localización de una abundante documentación que predispondría a ello, a las imbricaciones, tanto de la Entidad como de sus asociados, con acontecimientos y temáticas generales; algo, pues, que lo haría ineludible. De esta forma, y pormenorizando sobre el enfoque metodológico aplicado al grueso del trabajo, señalar que la pauta ha partido desde la particularidad a la generalidad: desde una profundización interna en cada una de las Sociedades, lo que ha conllevado, además del conocimiento normativo, procedimental y secuencial, un seguimiento prosopográfico de sus miembros, previa elaboración de listados de asociados y Juntas Directivas, en la medida de nuestras posibilidades; aspecto que creímos necesario para captar su canal de influencias. Por otro lado, cuando ha sido factible, hemos intentado escudriñar los fondos de sus Bibliotecas con el animo de saber no sólo de su formación, sino de ahondar más en posibles tendencias ideológicas. De ahí, una vez asimiladas con este primer acercamiento la filosofía y política de actuación de las distintas Instituciones analizadas, así como la capacidad de influencia de determinadas personalidades sobre las mismas, se ha procedido a estudiar las conexiones intersocietarias, sus relaciones con la Administración y a establecer cotejos nacionales; todo lo que nos ha proporcionado nuevos y sustanciosos matices. La excepción ha venido marcada por la Iglesia, tal que Estado dentro del Estado, ha requerido un enfoque algo más especifico, de acuerdo con su organigrama. Por lo hasta aquí expuesto y dada la variedad temática que se desplegaría en los diferentes objetos a tratar (Asociaciones de carácter Cultural y Social, Confesionales, Uniones Mutuales y Cooperativas, Colegios Profesionales, Cámaras, Sociedades IV Mercantiles), la incursión en diferentes disciplinas ha sido obligada: si determinante fuera la Filosofía para abordar los presupuestos ilustrados, no en menor medida lo serían la Economía, Sociología o Legislación, civil y eclesiástica, para los otros. 2 Carencia de Fuentes Públicas. Problemática de Fuentes Privadas.- Capítulo decisivo a la hora de emprender una investigación histórica, la escasez de restos documentales nos ha abocado a un recurso tremendamente excitante pero a la vez complejo, como lo son los Archivos particulares. Por lo que respecta a la documentación oficial, más allá de las fuentes publicadas (Gacetas, Colecciones Legislativas, Diarios del Congreso y Senado, Boletines Provinciales, Anuarios Estadísticos, Estadísticas Administrativas de Contribución Industrial, Boletines del Obispado y otras), poco abundante ha sido lo hallado en los Archivos y Biblioteca Nacionales (Histórico Nacional, General de la Administración o General de la Guerra Civil Española, Sección Masonería). Pese a lo cual, la incursión nos ha deparado un contacto con el funcionamiento administrativo de la época abordada, de extremada valía para nuestro quehacer y conocimientos institucionales; además de brindarnos la oportunidad de acercarnos a los escritos de personajes públicos relevantes en el panorama nacional del momento, con lo que ello supone para una mejor compresión de los hechos históricos estudiados y nuestra personal formación (especialmente interesantes han sido, en este sentido, las consultas a la Serie A de Gobernación en el Histórico Nacional). Mayor información nos ha proporcionado el Archivo Municipal de Córdoba, si bien de imposible seguimiento secuencial y limitado en tipología asociativa. Por lo que respecta al Provincial, su rastreo nos ha puesto en contacto con documentación inmediatamente posterior a la etapa tratada, no obstante, ello ha añadido una visión de continuidad importante, además de mostrarnos el caso práctico de la evolución burocratico-institucional nada desdeñable en las labores de investigación. Han sido, por tanto, los Archivos Privados, como apuntábamos más arriba, los que han requerido los mayores aproches. En ellos nos hemos pertrechado de Libros de Juntas 2 “Componen,... la difícil trama de la identidad cultural no sólo ideas y pensamientos, intenciones y deseos... sino también emociones y pasiones... mociones voluntarias e involuntarias... Suceso y contexto externos,... hechos objetivos... y decisiva voluntad de acción... inician poderosos movimientos de afirmación grupal o provocan verdaderas explosiones de identidad” LISÓN TOLOSANA, C., Las Máscaras de la identidad. Claves antropológicas, Barcelona, 1997, p. 20. V Directivas y Generales, de Contabilidad, correspondencia institucional, escritos oficiales... La problemática que dicha exploración encierra, de sobra conocida por otra parte (inestabilidad, desconfianza de la Propiedad, falta de catalogación o inventariado, ralentización de la labor...), ha sido compensada con creces por el privilegio de enfrentarse a Archivos vírgenes. Estado de La Cuestión.- Sobre el particular, hemos de decir que lo aportado hasta ahora por las diferentes líneas de investigación abiertas, a las que hemos podido acercarnos más ampliamente gracias a la meritoria tarea historiográfica realizada, nos ha sido de gran ayuda; pese a que nuestro intensivo contacto se produjera ya avanzada la labor prospectivo-documental y, por tanto, con un esquema estructural ya prefijado. Por otro lado, la labor de revisión y autocrítica llevada a cabo por varios de sus componentes nos ha puesto sobre aviso en cuestiones como la “dispersión” y el “descuido de ciertos campos” (M-C. Lecuyer, U. Paris-8); el “predominio del descriptivismo y el localismo” (J. Canal, U. Girona); “falta de reflexión teórica” y “excesiva fragmentación” (M. Morales Muñoz, U. Málaga); “preconcepciones”, “constreñimiento territorial” (F. Sevillano Calero, U. Alicante) o “clasificaciones convencionales” y “falta de debate, reflexión teórica y análisis comparativo” (E. Maza Zorrilla, U. Valladolid). Desde nuestra novicia posición añadiríamos a lo ya expuesto la regionalización, bien que se podría enmarcar en algunas de las advertencias anteriores, nos parece que la cercenadura de una actividad tan dinámica como la asociacionista falsea su propia esencia; al margen ya de lo que de mutilación supone el reducionismo para la Ciencia Histórica. Desiderátum: Historia de la Sociabilidad Comparada- Varias han sido las vías que nos han quedado abiertas a lo largo del desarrollo de nuestro trabajo, no en vano la Sociabilidad, en cuanto que enfoque con múltiples aristas, presenta aún, así nos lo parece, zonas inexploradas. A bote pronto se nos ocurren, Institucional, del Poder, de Género... A lo que se podría añadir mayor incursión en el ámbito Popular, denominación de amplio espectro que, creemos, encierra más matices de los hasta ahora supuestos. Por abundar en la cuestión, el apartado de la“Sociabilidad informal”, a nuestro modo de ver, podría contener facetas que escaparan de tal VI encuadre, con lo que ello supondría de posibilidades abiertas a la investigación. Pese a todo, con ser atractivas estas opciones, la que nos ha provocado mayor ansiedad en la aproximación llevada a cabo, ha sido no poder sumergirnos en el campo de la Historia Comparada. 3 Conscientes de que para ello se requiere haber recorrido amplios trechos nacionales, opinamos que con lo realizado hasta la fecha y una colaboración en equipo que envidiamos de las Ciencias Experimentales, se podrían horadar catas que se nos antojan prometedoras; cual serían las referentes a las diferencias entre la Sociabilidad mediterránea y sajona, lo que abriría nuevas líneas de estudio, dada la pluralidad que, insistimos, encierra la parcela temática: sus distintas respuestas en los diversos sectores confesionales, femeninos, 4 mercantiles... Más cercano aún, los trabajos emprendidos en Hispanoamérica al respecto, y tenemos noticias de Colombia, México, Chile y Argentina, nos brindan la oportunidad de ampliar la labor, con los resultados ya obtenidos a nivel peninsular y escudriñar aún más, sobre base asociativa, a cerca de las “explosiones de identidad” que respaldaron la Independencia. 5 3 Con ser atrevida la empresa dada nuestra posición de principiante, el intento de comunicación, vía correo electrónico, con una especialista francesa, ha sido infructuoso. 4 Un acercamiento a Sociedades anglosajonas como la London Bible Women and Nurses Mission de carácter humanitario e iniciativa independiente de las féminas, ya nos anticipa diferencias de movilización, entre este sector de la población, a un lado y otro del Canal. Cfr. BARRET-DUCROCQ, F., Pauverté, Charité et Morale à Londres au XIXe siècle. Une Sainte Violence, París, 1991, p. 107. 5 Hemos encontrado muy interesante, al hilo de lo expuesto, la Tesis, centrada en Santiago de Chile, de MUÑOZ COOPER, F, Sociabilidad popular durante la primera mitad del siglo XIX, www. biblioteca. universia. net VII CAPÍTULO I. – SOCIABILIDAD ILUSTRADA: LOS AMIGOS DEL PAÍS Y LA ACADEMIA DE CIENCIAS, BELLAS LETRAS Y NOBLES ARTES DE CÓRDOBA.- Arrancamos nuestro estudio sobre la Sociabilidad cordobesa decimonónica desde el análisis de estas dos Instituciones matrices que marcarían la pauta para el posterior desarrollo asociativo en la Provincia. Nacidas en un contexto social “ilustrado” y al amparo de la política reformista oficial, las Asociaciones citadas, en su evolución, manifestarían una serie de modificaciones, parejas a las que se desarrollaran en la sociedad que las acogiera, que terminarían transformándolas en Sociedades propiamente burguesas. Aquel pequeño grupo, manifestación asociativa de Las Luces, que comenzaría con miembros procedentes de los Estamentos privilegiados y la Administración, llevados por el impulso de las reformas, iría ampliando el abanico social, en un primer momento por pura necesidad numérica, lo que abriría la posibilidad a un cambio estructural. De esta forma, partiendo de una “utilidad” setecentista, arribarían a un “utilitarismo” burgués inmersas en el proceso industrializado, con las formulas societarias novedosas que éste aportara. Todo lo que provocaría, en ellas, un nuevo organigrama funcional, acorde con las preferencias de la nueva clase privilegiada, que conllevarían selección, restricción, hermetismo así como un acentuado perfil elitista. * Considérese al inicio, que se ha optado por mantener la ortografía original de los textos transcritos, incluyendo los nombres propios de los protagonistas, a modo de testimonio histórico de la evolución de la propia Lengua; considerando que ello nos trasmite una enseñanza interesante a preservar. 1 Tránsito de la “Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reynado” a la “Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País”.- Siguiendo el hilo conductor de la Sociabilidad nos adentramos en el análisis de la Sociedad Económica de Amigos del País de Córdoba, desde sus orígenes hasta el pórtico del siglo XX, con el objeto de determinar los cambios que experimentó durante la transición de la Sociedad Estamental a la Burguesa. Objetivo que nos aportará una primaria aproximación a la gestación del tejido societario cordobés en el siglo XIX, en tanto que la Económica Cordobesa, fruto ilustrado, pervivirá y aún se reforzará en la Córdoba liberal; experimentando en su seno, y ésta es una de las hipótesis de las que hemos partido, cambios parejos a los acaecidos en la estructura social de la época. Miembros destacados de entre sus filas, andando el tiempo, acometerán otras iniciativas asociativas en la ciudad, las que mantendrán sus vinculaciones con la Sociedad matriz. Otra hipótesis de trabajo será determinar en qué grado, la pertenencia a la Económica pudo ser en un momento dado, un trampolín para la consecución de otros fines. Desde un enfoque historico-sociológico pretendemos sumergirnos, pues, en su estudio a través de varios presupuestos: -Relaciones con el Poder establecido.- Optica que nos permitirá constatar de un lado, el grado de institucionalización o intento de autonomía, es el caso de la “Cordobesa”, coincidiendo con los vaivenes políticos de la primera mitad de siglo. Así como, su inmersión en el engranaje institucional, una vez alcanzado el remanso restauracionista. Flases de esto último veremos tanto en el funcionamiento de la sistemática caciquil local y sus relaciones con la Dirección de la Sociedad Económica Cordobesa; como a 2 través de diversos contactos mantenidos por ésta con personalidades destacadas de ámbito nacional o en sus conexiones con las Cámaras de Representación Nacional. 1 -Relaciones mantenidas con otras asociaciones.- Donde analizaremos iniciativas asociativas de la Económica Cordobesa, fundamentalmente durante la primera mitad de siglo; posturas disgregadoras entre las propias Sociedades Económicas de la región andaluza con el fin de desbloquear el eje Sevilla- Cádiz de cara a las solicitudes ante el Senado; así como, ciertas actuaciones proselitistas llevadas a cabo por asociaciones de otras provincias en pro de sus intereses y en las que se verá involucrada la Sociedad Económica de Córdoba. También, en las postrimerías seculares, ya completamente asentado el entramado asociativo cordobés, surgirán propuestas de unión desde diversas corporaciones burguesas locales, en consonancia con el panorama nacional; todas estas imbricadas por sus miembros comunes, entre las que descollará la Económica Cordobesa, anunciando los primeros pasos de la “vía nacionalista”. - Iniciativas de “regeneración”.- Esencia primigenia del origen de las Patrióticas, nos llevará a intentar determinar el paso de la utopía ilustrada al pragmatismo burgués en los diferentes proyectos acometidos. Desde la Educación, gran preocupación de la Económica que no abandonará a lo largo de toda la centuria, observaremos, en el mismo instante de su creación, una atención especial por la población femenina. Ocupación, que si bien en la base fundacional de gran parte de estas Sociedades en el periodo setecentista, la Cordobesa pronto intentaría dirigir a la implantación de sistemas educativos innovadores 2 así como a ampliar el campo curricular a este sector demográfico mínimamente escolarizado y al margen, aún, 1 Trataremos aquí de las que ha quedado constancia en los fondos de Secretaría de la Sociedad Económica de Córdoba. Fondos muy ricos aunque con un plus de dificultad al añadir a su falta de inventariado y catalogación, la asolación que han sufrido sus 6.8 m lineales de documentos a lo largo de los años. Esta documentación se encuentra actualmente ubicada en la Biblioteca del Circulo de la Amistad y Liceo Artístico y Literario de Córdoba. Vid. VERDÚ PERAL, A., “El Archivo de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País” en Boletín de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, 114 (1988), p. 213- 218. 2 Ya en los primeros años del siglo XIX la Patriótica cordobesa implantará métodos educativos que, décadas después, serían empleados por “los institucionistas”. 3 de los planteamientos oficiales de educación. 3 Las Mujeres serán objeto y sujeto para la Sociedad Económica de Córdoba desde los primeros años de su existencia. Aunque su bautismo oficial como “Junta de Damas” de la Sociedad no sería hasta la etapa canovista. Después de la primera década del siglo XIX se incorporarían a las tareas educativas como “Junta de Señoras”. 4 Las iniciativas en materia educativa llevadas a cabo por “la Cordobesa” serán continuas, reclamando, desde los primeros años, centros educativos novedosos para la época y en cuyo seguimiento iremos viendo tanto la evolución hacia planteamientos burgueses acometidos por los primeros socios, aún con pátina ilustrada, como el proceso de secularización propio del Estado Liberal. 5 Similar ritmo emprendedor tendrá su búsqueda del “Fomento” al desarrollo económico de la ciudad. Como será el caso de las solicitudes para la implantación de un 3 Laspalas Pérez basándose en los datos del Censo de 1797 ha establecido una tasa de escolarización de la población entre 6 y 13 años de 36,4% para los niños y un 10,4% para las niñas. Además analizando la cartografía escolar de la misma fecha destaca una mayor concentración de escuelas masculinas en la zona norte frente a una mayor densidad de las femeninas en el sur de la península. Cfr. GUEREÑA, J.L., “La Estadística Escolar” en Historia de la Educación en la España Contemporánea: Diez años de investigación, Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1994, p. 60. 4 A pesar del lamento del canónigo Arjona echando en falta, en 1816, la “Asociación de Señoras” prevista en las primeras “Constituciones” de la Sociedad (1803); en el Acta de Sesión de octubre de 1811 quedó constituida ésta y hay menciones a ella posteriores a esa fecha. Ello nos lleva a pensar en la posibilidad su incorporación en un primer momento de forma oficiosa ante un posible rechazo social. “...deseando la sociedad cumplir con lo que ordenan las Constituciones aprobadas por el Consejo de Castilla dio el primer Decreto para la erección de la asociación de Señoras. Mas por desgracia se halló que las ideas están aun en esta Capital tan poco adelantadas que se tubo que suspender hasta mejores tiempos la execucion de este articulo de nuestro instituto.” Noticia Histórica de la Real Sociedad Patriótica de Córdoba, desde su fundación en 1779 hasta fin de 1815. Córdoba: Imprenta real de Don Rafael Garcia Rodriguez. Año de 1816, p. 34. Vid. etiam Libro 2º de Acuerdos de la Sociedad Patriotica de Córdoba, p. 64. 5 ALVAREZ-URÍA, F., haciendo balance sobre los logros de la Ilustración española nos apunta,“...si hubiese que privilegiar una dimensión que diese sentido a sus utopías económicas, sociales y culturales, habría sin duda que señalar ante todo su voluntad pedagógica, su utopía educativa.” “La Ilustración y su sombra. Dominación Cultural y Pedagogía Social en la España del Siglo de las Luces” en La Educación en la Ilustración Española, Revista de Educación Nº Extraordinario (1988), Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, p. 351. 4 primitivo sistema cooperativista agrícola 6 o bien, su continua insistencia por la navegabilidad del Guadalquivir y canalización para aprovechamiento agrícola. 7 A medio camino entre el utilitarismo burgués y la beneficencia ilustrada se situarán también, su insistente proyecto de creación de un Monte de Piedad y unos años después, una Caja de Ahorros. La preocupación social o Beneficencia, estará igualmente presente en las actuaciones de la Económica. Portadora en sus genes de la filantropía ilustrada, vislumbrará las nuevas necesidades sociales y acometerá funciones que, avanzada la centuria, serian asumidas por el Estado Liberal. 8 Fijados los planteamientos generales desde los que abordaremos el análisis de la Sociedad Económica Cordobesa y dada la extensión del periodo estudiado, estableceremos dos épocas que creemos diferenciadas para la Entidad. Éstas coincidirán con las dos mitades del siglo y el criterio de división no es otro que el de haber observado cambios significativos entrambas etapas. Tanto en el funcionamiento de la Sociedad como en la propia estructura socioeconómica de la ciudad que la acogiera. Cambios que incidirán en la propia asociación e iremos exponiendo en su momento. Los mismos fines de la investigación nos llevan a contemplar al inicio de cada época, un estudio general de sus socios. Estudio que pretende un tratamiento de grupo en la medida en que es la Sociedad, nuestro objetivo. Ello no será óbice para que en determinado momento tengamos que detenernos en el seguimiento de alguna de las 6 Las demandas de creación de un Instituto Agrícola Andaluz, especie de cooperativa institucionalizada, serán madrugadoras, previas al ecuador secular y, creemos, partirían de varias ciudades andaluzas aunque en rigor, podemos constatar las emitidas desde Córdoba y Jerez de la Frontera. Este clamor continuará, acentuado, en el periodo Restauracionista en él que tenemos constancia de peticiones en el mismo sentido, por parte de “la Sevillana” y “la Gaditana”. 7 En este punto analizaremos así mismo, la aparición de asociaciones en torno a la acometida de esta empresa que son un claro ejemplo de la germinación de las primeras sociedades mercantiles de carácter burgués en Córdoba. 8 El nacimiento oficial de la “Junta de Damas de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos delPaís” en 1879, estará vinculado a la asunción de algunas de estas tareas sociales. Tareas que se ajustarán a la horma de la mujer burguesa, aunque, como veremos en documentos de carácter interno, “las Damas” intentarían ampliar esas funciones. El hecho de la existencia de ciertas diferencias entre el borrador del “Reglamento para la Junta de Damas” (procedente del archivo de éstas) y el original ratificado por la Sociedad Cordobesa de Amigos del País, nos lleva a deducir que sus iniciativas fueron pronto embridadas por “Los Amigos”. 5 personalidades para establecer relaciones entre su vida pública y el cargo que desempeña en la Corporación. Hemos podido reconstruir algunos listados de asociados que hubiéramos deseado más explícitos, pero, como apuntábamos anteriormente, la falta de cualquier tipo de ordenación de los documentos así como su dispersión por distintos archivos, incluyendo los nacionales, no nos ha facilitado más la labor. El trabajo que a continuación desarrollaremos se ha basado en el estudio de los documentos del Archivo de Secretaría de la Económica a lo largo del siglo que nos ocupa; los Libros de Actas de la primera mitad del mismo (con una falla tan significativa como el periodo comprendido entre 1812 y 1816); documentación aislada del Archivo Municipal de Córdoba; diversas fuentes impresas de ámbito local localizadas en la Biblioteca Municipal de la misma, así como, catas selectivas en diferentes secciones del Archivo Histórico Nacional, Archivo General de la Administración y Biblioteca Nacional. I. Pensamiento Ilustrado: Propuesta de un Proyecto Burgués 1779-1850. - No será en los objetivos iniciales de la Patriótica cordobesa donde encontremos grandes diferencias con el resto de las mismas sociedades surgidas en el Reino. Seguirán éstos, la línea marcada por el célebre signatario de los “Discursos”, asumiendo así, el papel regenerador asignado a estas corporaciones previo desarrollo del Estado Liberal. 9 Si bien es cierto que, ateniéndonos al cotejo del Acta fundacional (6-6- 1779) con sus primeras “Constituciones” oficiales (1803/1806), 10 observamos al 9 “Era necesario aumentar la población, asociar la labranza a la crianza; dictar la ley agraria; ligar a la industria los beneficios del cultivo de las tierras, enseñar oficios, honra a los artesanos, dar libertad al comercio con una circulación bien ordenada y reorganizar la hacienda” CARANDE, R., “El Despotismo ilustrado de los Amigos del País” en 7 Estudios de Historia de España, Barcelona 1976, p. 163. 10 Las “Constituciones de la Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reynado”, publicadas en 1811 y basadas en unas primigenias de carácter interno que no han quedado completamente reflejadas en actas, fueron obra del canónigo Arjona en 1803. Su aprobación oficial por el Consejo General del Reino no llegó, tras largo proceso burocrático que agotó a la Económica Cordobesa, hasta 1806. 6 respecto, cierto matiz secularizado en estas últimas al omitir el carácter cristiano de su finalidad educativa; presente también, en los textos-guía del Fiscal General. 11 En la búsqueda del cambio evolutivo de ideales ilustrados a germinales proyectos burgueses nos centraremos primeramente, en un seguimiento de la formación, composición e incidencias de la Asociación en cuanto grupo. Tratando a continuación, de realizaciones y proyectos acometidos. Las Transformaciones Operadas en la Estructura Interna de la Sociedad y sus Miembros.- Para ello, partimos del pequeño núcleo fundador de la Sociedad Económica de Córdoba, tan solo catorce individuos, donde encontramos una representación de la sociedad del momento, variada y proporcionada a la vez: los aún omnipresentes, estamentos privilegiados, Clero y Nobleza; Altos Cargos de la Administración; representación de la Administración local; sector artesanal, comercial y agrícola. 12 Aún predominando la presencia eclesiástica, sin duda por su importancia numérica, social y además, por la impronta benéfica que desde un primer momento se asocia a la 11 Anticipamos aquí, que la mayor o menor insistencia en el contenido confesional de la educación impartida por la Económica, será un tema muy ligado a la persona que ostente la dirección de la Sociedad y causará más de un contratiempo en su seno. 12 Primamos el conocimiento de la extracción social del grupo fundador pues creemos, pudo suponer en algunas de estas Sociedades, una fuerza inercial que marcara su posterior desarrollo. Buscando ejemplos a los que asirnos, encontramos el caso de la Económica de Baeza cuyo marcado “carácter nobiliario” inicial, continuará a lo largo de su existencia. Mientras que, la de Jaén, con una representación social más variada en sus inicios, gozará de “un talante más abierto”. Cfr. ARIAS DE SAAVEDRA ALÍAS, I., Las Sociedades Económicas de Amigos del País del Reino de Jaén, Diputación Provincial de Jaén- Universidad de Granada, Granada, 1987. Así podríamos seguir con otros casos consultados como los de la Sociedad de Benavente, la Vallisoletana, Leonesa, Abulense o Numantina. Comparación que además nos ha deparado un conocimiento más, y es que, salvo en la Numantina, en ninguna de las antes citadas, se destacan comerciantes o artesanos entre los socios fundadores. Vid. CADIÑANOS BARDECI, I., “La Sociedad Económica de Amigos del País de Benavente” en Studia Zamorensia, Segunda Etapa, Vol VI (2002), pp. 149-157. Vid etiam ENCISO RECIO, L.M., “Las Sociedades Económicas Castellano-Leonesas Apunte Institucional Y Sociológico” en Perspectivas de la España Contemporánea. Estudios de homenaje al profesor V. Palacio Atard, Madrid, 1986, pp.22-46. 7 fundación de la agrupación junto con la de fomento y desarrollo 13 ; su peso en el cómputo total aún no se muestra determinante. 14 Apuntamos el hecho de la prevaleciente presencia del clero regular sobre el secular en estos momentos iniciales. 15 No contó en cambio, la Patriótica cordobesa en su arranque, con la presencia del Episcopado como fue el caso de otras Sociedades. 16 Los intentos de acercamiento no darían sus frutos ante los prelados del Antiguo Régimen. 17 Habría que esperar a los primeros años del nuevo siglo para que la máxima autoridad diocesana no solo arribara 13 “...para haver establecido la sociedad, y hospicio, aquella, como efecto de amor patriotico y este como remedio preciso antecedente, subsidiario y fundamental para el establecimiento de aquella.”. Acta de la Sesión fundacional (10 de marzo de 1779). “Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reynado” 14 La reconstrucción de algunos listados de socios y sus “oficios” se ha realizado partiendo de información constatada en actas, parciales relaciones en borrador procedentes del archivo de secretaría de la Sociedad así como, de consultas a fuentes y bibliografía local. Ello no solo ha entrañado dificultad sino que nos cohibe a la hora de expresar cifras porcentuales exactas debido a que no hemos logrado componer al cien por cien todas las listas. En el caso de los catorce fundadores hemos logrado averiguar la extracción social de once de ellos. Resultando ésta en 3 eclesiásticos (dos de ellos regulares), 2 nobles (uno de ellos, el Marquesado de la Vega de Armijo, de gran protagonismo en el ámbito nacional futuro, permanecerá ya unido a la Sociedad a lo largo de su existencia), 2 Altos Cargos de la Administración Real (uno de ellos militar), 1 funcionario del Gobierno local, 2 individuos del sector comercial y 1 labrador y artesano a la vez. 15 “Predomina claramente el clero secular sobre el regular, fenómeno normal en las Sociedades Económicas, atribuido a un mayor tradicionalismo de estos últimos que les hace más reticentes a este tipo de actividades.” Vid. ARIAS DE SAAVEDRA ALÍAS, I., Las Sociedades Económicas...op. cit. p. 128. 16 Sirvan de ejemplos los casos de la Sociedad de Jaén, Zamora y la Abulense. Vid. ARIAS DE SAAVEDRA ALÍAS, I., Las Sociedades Económicas..., pp. 192 y ss, Vid etiam CADIÑANOS BARDECI, I., “La Sociedad Económica... p.150 y ENCISO RECIO, L.M., “Las Sociedades Económicas Castellano-Leonesas... p. 37. 17 Se acometen varias visitas al Obispo de turno por representantes de la Sociedad para exponerle la situación del Colegio de Educandas (primero fundado por la Económica Cordobesa) y solicitarle fondos de “vacantes” alegando el beneficio que reportaría “...la enseñanza y el bien para el obispado...” Vid Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reyno”, Acta 29-4-1781, p. 9. Será una autentica batalla, abierta a lo largo de varios años, la que librarán ante “su Dignidad” por el cobro de la cantidad concedida por S.M del Fondo Pío Beneficial para el sostenimiento de “la Casa de Educandas”. Los cobros se realizarían con éxito coincidiendo los años en que la dirección de la Prelatura y la Económica recayeron en la misma persona. 8 a la Sociedad sino a su Presidencia. Presidencia que ostentarán en años cruciales, como veremos. Siguiendo el recorrido de nuevas incorporaciones de socios hasta el final del siglo Ilustrado, constatamos una preeminencia en los ingresos, de eclesiásticos predominando, esta vez, el clero secular. Hasta tal punto que hay actas de sesiones que observando la relación de asistentes presentan una verdadera colonización eclesial. Antesala de los nuevos tiempos sin duda, será el ingreso, cerrando el siglo, del primer “Abogado de los Reales Consejos” (diciembre de1799). 18 No fueron estos años inactivos para la Sociedad que con un reducido número de miembros aún (no consiguió rebasar la treintena hasta el comienzo de siglo), pleiteó por conseguir subvenciones del Gobierno y la Iglesia, para los diversos fines proyectados. Éstos son recordados con insistencia en actas aunque de hecho, solo sus planificaciones educativas, que trataremos más adelante, iban desarrollándose lentamente y a costa de sus asociados, hasta la concesión de alguna de las ayudas solicitadas. Parece apreciarse cierto desánimo entre los escasos componentes antes de inaugurar siglo. Así interpretamos los altibajos en cuanto a iniciativas a acometer que se reflejan en las sesiones regulares de estos años. No obstante, diversos llamamientos proselitistas en otras, nos dejan ver un rápido reflejo regenerativo. Se constata un criterio más selectivo en estos reclamos conforme nos aproximamos al cambio de centuria. 19 La entrada en el ochocientos fue vigorizadora para “la Cordobesa”. Al frente de ella, en julio de 1802, un Alto Cargo eclesiástico. 20 Se impulsa la captación de nuevos 18 Damos a este dato el valor de mera referencia de trabajo. Recordemos que entre los ingresos hasta esa fecha hay algunos asociados de los que no hemos podido averiguar su extracción social. 19 Este clamor llega al paroxismo en la Sesión de 18 de diciembre de 1799 con una asistencia de cuatro socios. En la misma, además de la necesidad imperiosa de incrementar el número de componentes de la Sociedad se refleja el matiz selectivo del que hablamos. Deseo que se pondría en práctica en esa misma sesión al aprobarse, entre otros acuerdos, el ingreso de tres Altas dignidades eclesiásticas, el conde de Zamora y un “Abogado de los Consejos”. “...era preciso procurar que se asociasen algunos sujetos...”; “...acordaron convidar á algunos señores de Prendas relevantes,...” Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reyno”, Acta de 18 de diciembre de 1799. 20 Es la primera vez que se hace alusión concreta al “Director” de la Sociedad en actas, añadiendo que “se nombra” por defunción del anterior. No será hasta noviembre de 1803, como veremos, cuando, en aplicación de las “novísimas Constituciones” de M.Mª Arjona, se realicen las primeras elecciones. 9 asociados “relevantes” así como el “arreglo y conclusión” de las Constituciones. No tardaron ambos proyectos en germinar, con la llegada del otoño, se produce una inyección de savia nueva en la Institución. Personalidades concienzudamente seleccionadas se incorporan a los trabajos que, se insiste, abarcarán variados ramos “... que desde su origen se propuso verificar la Sociedad de Amigos del País en esta Ciudad a favor de su vecindario, y utilidad del Estado...”. 21 La nueva hornada será el ingreso más numeroso llevado a cabo hasta el momento en la Sociedad y también con posterioridad, excepción hecha, de dos etapas que serían especialmente fructíferas en su existencia, el periodo de Gobierno francés y la Restauración. Entre los dieciséis neófitos sobresalen miembros de la Iglesia, Nobleza y Titulados con los dos tercios del computo total; completándose el cuadro con un “Abogado de los Rl Consejos” y un comerciante. Remarcamos un nombre entre los nuevos incorporados por la trascendencia que tendrá para la Corporación desde su ingreso, Manuel Mª de Arjona, Canónigo de la Catedral de Córdoba. Señal de los cambios por venir, a partir de estas nuevas adhesiones se constata mayor asistencia de socios a las juntas regulares y queda explícita en actas la planificación de celebrar sesiones con mayor frecuencia así como, la comisión para el “arreglo” de las Constituciones al Canónigo arriba citado. Si ágil fue Arjona en su cometido tampoco la Sociedad demoró los trámites preceptivos para la rápida aprobación de su cuerpo legislativo y aún menos, para su aplicación, con la celebración de las primeras elecciones “de oficios y Diputaciones”. 22 “... sobre todo en la primera elección de oficiales al constituirse las Sociedades,... suele ser lo más común que estos cargos se repartan entre los promotores principales” Cfr. ARIAS DE SAAVEDRA ALÍAS, I., Las Sociedades Económicas...op. cit. p. 196. 21 “Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reyno”, Acta de Sesión de 16-11- 1802 en que son “recividos los referidos señores por socios”. 22 Cfr. Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reyno”, Acta de Sesión de 15- 11-1803. Ciertamente queda como desiderata de investigación el haber podido confrontar las primitivas Constituciones de la Sociedad, ancladas en el Antiguo Régimen cronológicamente hablando, y fuente de inspiración de M.Mª Arjona para “las novisimas”. Ello hubiera sido clave sin duda, para nuestros objetivos. No obstante el hecho incontestable es que será después de la aplicación de las Constituciones renovadas cuando se lleve a cabo el primer proceso electoral. 10 No ha quedado constancia documental del nombre o extracción social de estos primeros dirigentes electos pero sí de su inmediata diligencia en la búsqueda de financiación para el sostenimiento de los colegios a su cargo. Su demanda a la Autoridad eclesial, firmemente argumentada como “lexitima” por la concesión Real sobre los bienes del Fondo Pío, llevaría implícito un intento de captación del Episcopado acudiendo a su flanco más vulnerable, “...particularmente en lo que tenga relación con el bien publico y socorro de la necesidad...”. Desafortunadamente para la Sociedad, Ayestarán y Landa, gran limosnero y preocupado por la educación de la infancia según crónicas de la época, no fue seducido por la empresa. 23 Pese al entusiasmo emprendedor con el que comenzó el nuevo siglo para la Económica y la obtención de algunas de las subvenciones solicitadas, el déficit persistía. Diversos llamamiento de subscripciones a los asociados para el mantenimiento de las escuelas durante estos primeros años, nos lo confirman. Tampoco se mantendría la capacidad de atracción que había ostentado anteriormente. Después del masivo ingreso arriba destacado (octubre de 1802), solo se producirían cuatro nuevas incorporaciones antes del reinado josefino, dos clericales. Una de ellas con fuertes anclajes en épocas anteriores: Juan Antonio de Trespalacios, “Prebendado de esta Sta Iglª ê Inquisidor del Sto Oficio”. Las penurias se incrementaban de nuevo, signos de ello, nuevos llamamientos a la generosidad de los socios, estrategias para solventar la falta de quórum en las sesiones... Lo peor llegó con el trasvase de una partida de subvenciones de la Casa de Educandas de la Sociedad a la Casa Hospicio de Córdoba. 23 Una muestra anecdótica de la desintonía con la Prelatura cordobesa es la pugna que sostuvo uno de los socios fundadores de la Sociedad, como miembro del Cabildo Municipal, con ésta, por la apertura de un teatro en Córdoba; llegando el caso hasta el Consejo de Castilla. Vid NIETO CUMPLIDO, M., “Medina Corella y su legado fundacional” en Historia Del Monte De Piedad y Caja De Ahorros de Córdoba 1864- 1978, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1979, p. 64-65. Un análisis exhaustivo y certero de la extracción social y cultural, del “episcopado de transición” en CUENCA TORIBIO, J.M., Sociología de una Élite de Poder de España e Hispanoamérica Contemporáneas: La Jerarquía Eclesiástica (1789-1965), Madrid, 1986, pp. 34 y ss. Esencias biográficas de Obispos cordobeses contemporáneos en otra obra del mismo autor, Pueblos y Gentes de Córdoba, Córdoba, 1989. Vid etiam GARCÍA CUEVAS VENTURA, J., El Cabildo Catedralicio Cordobés Desde La Revolución A La Restauración (1788-1882), Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba, Córdoba, 1996. 11 La asepsia de las actas nos obliga a acudir a otras fuentes auxiliares para conocer lo que debió ser el primer movimiento involucionista en el seno de la Económica. Aún sin transcurrir dos años desde las primeras elecciones formales y en aplicación de las renovadas Constituciones, se plantea ante la “Junta de Elecciones”, por parte del entonces “Censor” y “Caballero de la Rl Orden de Carlos 3º y Canonigo de esta Catedral”, el nombramiento del nuevo Obispo de la Diócesis como Director; se alegan, a nuestro entender, razones de “utilidad” en el más puro sentido Ilustrado: “...el honor que le resultava y el adelantamiento que reciviria teniendo por Cabeza y Presidente una persona tan condecorada...”; “...la Junta habiendo oido un pensamiento tan oportuno, y del que tanto bien podria seguirse á los piadosos objetos á que se dirije esta Junta, logrando propagarlo y extenderlo de un modo qe solo á su Illma le seria mas facil... y medios que podia proporcionar para llevar adelante las miras de esta sociedad en alivio de los Pobres de este Pueblo...” 24 La aparente unanimidad de la Junta Electoral en la aceptación del nombramiento, no debió ser tan homogénea ya que transcurridos seis años, con el gobierno francés instaurado y Arjona al frente de la Económica en esa ocasión, “se declaró nulo” el acuerdo que había llevado al Obispo Trevilla a la Dirección así como gran parte de los tomados bajo su presidencia. 25 ¿Representa esta primera fisura detectada en el funcionamiento de la Patriótica algo más que leves desavenencias de convivencia?. Eso creemos. Nos parece ver el reflejo del desajuste entre las diferentes tendencias ideológicas que descollaban en su seno. De 24 Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reyno”, Acta de Sesión de 28-6- 1805. Nótese el sentido de beneficio que le reportaría a la Sociedad “en honor y adelantamiento” la incorporación episcopal. Además, la matización de “propagar y extender” los objetivos de la Sociedad a través del Obispo nos recuerda el concepto regalista de la Iglesia funcionarial. El hecho de que el promotor de la idea, Diego Antonio Navarro, fuera promocionado al año siguiente a la sede episcopal de Chile así como, su ascendiente con El Príncipe de la Paz que será utilizado más adelante, por la Sociedad para la restitución de ayudas, da más verosimilitud a la idea. Vid. CUENCA TORIBO, J.M., Sociología De Una Elite... pp 108 –110 y 186 y ss. Siguiendo con el párrafo que nos ocupa, tampoco falta el sentido implícito de la utilidad del Episcopado como fuente de financiación. Recordemos que estaba resultando un escollo a la hora de la liberación bienes del Fondo Pío. Vid. n. 17 25 “contra el tenor expreso de las Constituciones” Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reyno”, Acta de Sesión de 11-6-1811. Su condición de socio sería rehabilitada dos meses después. Ibidem. Acta de Sesión de 11-8-1811. 12 alguna manera, una muestra más de lo que sucedía al derredor en un momento de transición social como el analizado. A falta de otras señales en el momento del “nombramiento”, hemos realizado un seguimiento escrupuloso de todas las sesiones celebradas por la Sociedad bajo la presidencia del Obispo recién desembarcado, 26 buscando con ello y el cotejo de alguna fuente documental más a nuestro alcance, signos que pudieran explicar la fractura. Así, tras el arribo del Gobernador de la diócesis a la Corporación, las arcas se remozaron, la cantidad asignada sobre el Fondo Pío Beneficial se liberó. Se emprendió trámite para recuperar la subvención perdida a través de las relaciones clientelismo establecidas con la Corte, ya mencionadas anteriormente. Los pronósticos se cumplían, pues, los “medios” mejoraban bajo el manto episcopal. No obstante, no todo serían alegrias, el Colegio de Educandas, congénita y persistente preocupación para la Sociedad, se agitaría desde sus cimientos. Solo contamos con deslavazadas noticias en actas en torno a un suceso que ocuparía varios meses a la Sociedad y que comenzaría con un llamamiento de los Diputados de Educación acerca del “poco adelantamiento” que habían observado en materia de “Doctrina Cristiana” y una petición a “redoblar esfuerzos” en este sentido. 27 A partir de ese momento, ante las medidas adoptadas para solventar la carencia y aplicar las Constituciones del Colegio, 28 se desencadenan una serie de acontecimientos de “inobediencia insolente de las Maestras”, “escandalosa disputa...”, “reveldia” que culminarían con un “encuentro publico y perdon publico” y una renovación completa de las enseñantes. Como trasfondo del altercado: protestas de las Maestras por la intromisión de los Diputados de Educación en la enseñanza de las “Niñas”, aplicando el catecismo Ripalda remitido por el Obispo; 29 negativa de las docentes a la asistencia de explicación de “Doctrina”; insumisión a las 26 Dicha Presidencia se prolongaría durante cinco años contraviniendo las normas estatutarias que determinaban la elección anual. Éste será uno de los argumentos como veremos, para la anulación del acuerdo que nos ocupa. 27 Dos de los componentes de la Diputación de Educación en estos momentos eran Arjona y Mariano de Fuentes, tándem a cuyo frente se encontraba la Económica cuando se lleva a cabo la anulación de acuerdos de los años de Presidencia de Pedro Antonio de Trevilla así como de su nombramiento. De Fuentes sería propuesto por Arjona para sucederle en la Presidencia en Junta Ordinaria de 18-6-1811. 28 Constituciones elaboradas por el canónigo Arjona al igual que las de la Sociedad, en 1803. Compuestas de diecinueve capítulos y 76 artículos. 29 El desarrollo de los métodos y contenidos educativos aplicados por la Económica será abordado ampliamente en el apartado correspondiente. 13 Constituciones... asuntos que, lejos de parecernos banales, nos muestran un sustrato problemático qué, como veremos, se hallaba en el propio seno de la Corporación. 30 Lamentablemente, es imposible reconstruir al completo la situación vivida, la que nos parece significativa en cuanto a los cambios que se iban operando en la Institución. Por lo que hemos optado por analizar la posición de los tres grupos en liza en un intento de búsqueda de motivos. En cuanto a las Maestras, la novedad más señalada con respecto a años anteriores, es que es ahora, cuando se las somete a una reglamentación formal; anteriormente se habían dictado normativas por parte de la Sociedad, según el desarrollo de las circunstancias. Analizando las Constituciones del Colegio de Educandas se aprecian matices de expresión que nos llevan a pensar en una mayor rigidez y exigencia con la entrada en vigor de la nueva regla. La queja por la perdida de autonomía en la practica docente, queda explícita, como tal, en actas. Lo ya expuesto, pudo llevarlas a la insurrección. 31 30 Arjona en una Memoria de la Sociedad publicada unos años más tarde, se refería a estos momentos en los siguientes términos: “Nuestra Sociedad era muy poco extensa: reinaba en ella cierto espíritu que reducía toda la corporación á una oligarchia. El Colegio de Educandas proporciona campo para estas pequeñas Soberanias.” Noticia Histórica... p. 13 31 En el articulo 29 se establece obligatoriedad de impartir clases también, a la Directora. Lo que nos hace suponer que anteriormente no la tuviera. “...que no salgan jamás sola ninguna de las Maestras, ni aun la misma Directora, ...”, Capitulo VII, art. 45; “ Ninguna persona podrá entrar á visita, sea hombre o mujer ó padre ó madre de alguna de las Maestras ó Niñas sin la licencia escrita de alguno de los tres Diputados...”, Ibidem, art. 47; [“De los Premios”]”Todos los años se darán algunos á las niñas, tanto del Colegio, como de la Amiga pública (pero nunca á las Maestras para evitar emulaciones peligrosas)...” Capitulo XVI, art. 72. Aclaramos en este último punto que fue habitual en las escuelas de las Patrióticas el reparto de premios tanto al personal docente, a modo de incentivo, como al discente. El mismo hecho de señalar la exclusión de las Maestras puede ser una muestra de su anterior existencia. Vid. CADIÑANOS BARDECI, I., La Sociedad Económica...p. 153. Vid etiam ARIAS DE SAAVEDRA, I., Las Sociedades Económicas... p. 259 y NEGRÍN FAJARDO en su análisis de las escuelas populares implantadas por la Matritense bajo la dirección de la Junta de Damas, desde la admisión de éstas, resalta la importancia de la concesión de premios a las maestras. Educación Popular En La España De La Segunda Mitad Del Siglo XVII, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, 1987, p. 305. “Para persuadir a las mujeres a la aplicación a materias más útiles, resta otro inconveniente mayor que los expresados, y es la falta de premio. El premio es el estímulo más universal y poderoso que se conoce para mover todas nuestras acciones; y como las mujeres no pueden contar con él, es preciso que se 14 Por lo demás, también entre la Dirección del Colegio, en manos de la Diputación de Educación, y la Presidencia de la Sociedad encontramos ciertos desajustes. Como ya hemos mencionado, se hallaban al frente de la Diputación en estos momentos, dos personalidades que ejercerán un gran protagonismo en la Económica en años posteriores, Arjona y Mariano de Fuentes. Concretamente, sería Arjona, el “Diputado Eclesiástico” y autor de las Constituciones, él que “... cuidará privativamente de la instrucción de las Colegialas a la Religión,...” 32 con las preceptivas consultas a la Sociedad y autorización del Obispo. Respecto al currículo, la normativa, salvo la referencia a la enseñanza de lectura escritura y urbanidad, dejaba el campo abierto señalando que sería determinado por la Patriótica previas consultas a los Diputados. No se mencionaba por tanto, la Doctrina Cristiana como tal, si bien es cierto que ha quedado constancia del protagonismo que a esta materia se le dio. No solo por la preocupación de la Dirección del centro en la carencia de conocimientos por parte de las niñas, sino por los exámenes que sobre este contenido constan en actas antes del suceso. Todo lo que parece reflejar cierta disfunción con la “remisión” del Catecismo Ripalda directamente desde el Palacio Obispal. 33 Una muestra más de estas divergencias nos parece ver en la solicitud de dimisión por parte del Administrador del Colegio, Bartolome Basabru, tras la insumisión docente. Las razones alegadas fueron “edad y achaques” pero sorprendentemente, encontramos al Coronel y antiguo Alto Cargo Administrativo, encaramado de nuevo a una de las Secciones de la Patriótica tres años después, bajo la batuta de Arjona. apliquen por su propia conveniencia.” (Amar Borbón, 1787). Apud. MARTÍN GAITE, C., Usos Amorosos Del Dieciocho En España, Madrid, 1972, p. 257. 32 Constituciones De La Casa- Colegio De Educandas De La Real Sociedad Patriótica De Córdoba Titulada de La Concepcion De Nuestra señora y Patrocinio De San Josef en Córdoba En La imprenta Real De Don Rafael Garcia Rodrigez, Capitulo I, art. 4. 33 Ciertamente, pudo suponer una injerencia para el autor del Plan de Estudios de la Academia de Historia Eclesiástica,“... tratando de dar respuesta a una enseñanza superior estancada en el pasado”. Avezado lector de Fleury así como conocedor de las conclusiones de Pistoya y de la Constitución Civil del Clero. Cfr. NAVEROS SÁNCHEZ, J., El Fundador De La Real Academia De Córdoba: D. Manuel María De Arjona Y Cubas, 1771-1820, Córdoba, 1991. Vid etiam TOMSICH, M.G., El Jansenismo En España, Madrid, 1972, pp. 109-110. Arjona en la memoria arriba citada, califica la situación interna de la Sociedad en esta etapa como “pugnando con las leyes opuestas á la concentración de autoridad.” Noticia Histórica... p. 14. 15 Para terminar el primer mandato del Titular de la Diócesis al frente de la Sociedad (28- 6-1805 / 14-1-1810) añadiremos que el hecho de las ausencias de éste en la lista de asistentes a las sesiones, la falta de presentación de cuentas regulares, el asentamiento durante los últimos años, de los acuerdos en simples borradores o la ausencia de ellos al final de la etapa analizada, nos hace reafirmarnos en la idea de una falta de cohesión interna en el seno de la Patriótica cordobesa durante este periodo. Ello añadido a la ocupación francesa (enero de 1810/septiembre de 1812) debió ser un duro golpe para la Sociedad pues, así interpretamos, que tras un intervalo de siete meses se produjera un llamamiento, una “necesidad de admitir”, ya que el número de socios no alcanzaba al límite mínimo reglamentario de veinticuatro miembros. 34 Se “proponen” entonces 17 nombres para solventar la endemia, entre los que se aprecia una nutrida presencia de eclesiásticos y altos cargos administrativos con la sola aparición de un médico rompiendo la tónica. Entre los novicios destacan tres nombres que tendrán un gran protagonismo en la vida pública y un compromiso político claro, José Hoyos Noriega y José Melendez, ambos presbíteros y el tercero, el Prefecto Domingo Badia y Leblich. 35 Las primeras elecciones bajo mandato francés, llevarán a Arjona a la Presidencia de la Sociedad. Asistimos a una etapa de impulso decidido que no quedó en una búsqueda de socios sino que supuso una verdadera reconversión orgánica. Se 34 Hasta la fecha, desde su creación (1779), se habían producido 50 ingresos, según hemos podido contabilizar siguiendo las actas. 35 Los dos primeros participarán en la vida política activa tomando partido por el Régimen Constitucional y tendrán vinculación con la enseñanza ocupando cargos de responsabilidad, “Habiendose distinguido por sus talentos y por amor á la libertad sufrieron destierros y persecuciones de 1814 y restituidos en sus destinos en 1820... Han continuado hasta ahora con la mas constante aplicación y mayores adelantos en la enseñanza de la juventud...” copiador de cartas, Trienio Constitucional en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica de Amigos del País de Córdoba. PALACIOS BAÑUELOS destacando la participación de una serie de personajes en la Junta Provincial de 1835-36, entre los que encontramos a Hoyos Noriega, nos apunta: “...eran “personas de orden” y cuyo estatus social era relevante. Carácter, pues, plenamente burgués... poniendo de relieve esos valores burgueses, defendidos por estas clases medias: mantenimiento del orden, de la seguridad, de la propiedad, etc.”. En esta misma Junta también estarían José Mª Trillo y Fr. José Muñoz Capilla, que se incorporarían unos años después a la Económica. Melendez sería elegido Diputado a Cortes en 1820 entre otros como el Coronel Angel de Saavedra, que también ingresaría en la Sociedad. Vid. Historia De Córdoba. La etapa contemporánea (1808-1936), Córdoba, 1990, pp. 110 y 173. 16 planifican Cátedras a establecer, Secciones de trabajo que si bien estaban previstas años antes, se habían quedado sobre papel; establecimiento de Sociedades Subalternas en el ámbito de la Prefectura; una reforma constitucional con atención expresa a la frecuencia de celebración de elecciones y a la normativa de elección presidencial; organización del archivo, sanciones por inasistencia a las sesiones y control sobre el trabajo de los socios... en definitiva una autentica burocratización muy acorde con la francofilia del nuevo Presidente. 36 Prueba evidente de la buena acogida por parte del Gobierno francés a la renovada Sociedad fue no solo, la aceptación de los proyectos y promesa de apoyo económico sino, la adopción de gran parte de ellos y su potenciación, “... con la mayor generosidad proporcionaría, y facilitaria lo necesario...”. 37 Promesas de colaboración que tan solo una semana más tarde, en la siguiente junta, se convirtieron en algo más. Aplicando la férrea centralización administrativa francesa, las Patrióticas quedaban adscritas a la Prefectura por decreto de S.M y por tanto, al titular de ésta correspondía la “presidencia”, según informaba el Director y la Sociedad acordaba “conformarse”. Primera vía de entrada a la Asociación pues, para la nueva Administración, que iría cogiendo posiciones en ella progresivamente, como veremos; utilizándola de esta manera a modo de prolongación de su red administrativo-burocrática. 38 Hubo buena 36 Son conocidas las buenas vibraciones que produjo en el nuevo Gobierno, el Penitenciario; hasta el punto de que más de un roce entre la Económica y aquel, fue solventado con su intercesión. Señal de esta buena armonía fue la concesión a Arjona, al principio de la instalación del Gobierno francés, de la Orden Real de España. Condecoración creada por José I como réplica francesa a la honorífica Orden de Carlos III española y que también le sería concedida al obispo Trevilla. Vid Ibid p. 62. 37 “...procederia por si, y como tal Prefecto á la execución completa y en todas sus partes de pensamiento tan interesante, en unión con la sociedad”; “El Sº Prefecto de esta Provincia lleno de gusto, y satisfacción al saber por el Sº Director de esta sociedad, los trabajos que esta se tomaba en beneficio del publico, dio las gracias y dixo vendria algun dia â una de sus Juntas previo aviso para tratar de los asuntos que Juzgasen era necesaria su protección, y auxilio”. Junta publica ordinaria 25-9-1810, Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reynado. [gentes]...”dedicadas con tanto ardor como desinteres al bien de la patria, sin que las circunstancias contrarias á su noble intento, en que por las intrigas de los malintencionados yace España, les arrendren de su generoso anhelo,...” Junta pública ordinaria 20-10-1810, Ibidem 38 Recuérdese que desde su creación estas Sociedades fueron dependientes del poder central y así se refleja en las distintas normativas dictadas, algunas de las cuales citaremos en su momento aplicándolas al caso concreto de la Cordobesa. En pleno desarrollo del Estado Liberal la figura del Gobernador Civil asumirá la misma labor del Prefecto. 17 armonía en general, entre Prefectura y Sociedad, 39 cada uno de los titulares fue socio de ella tras su nombramiento, además de ostentar la titulación honoraria aneja al mando. Al abordar el análisis de la estructura interna de la Sociedad y los cambios operados en su seno durante la dominación francesa, periodo harto complejo y contradictorio en datos siguiendo la documentación, 40 hemos optado por centrarnos primeramente, en los acontecimientos que tuvieron una vinculación directa con la Prefectura distinguiéndolos de los que trataremos en un segundo término, de carácter plenamente autóctonos. Así, centrándonos en el mandato de Badia Leblich observamos, ya de entrada, que en la nueva hornada de socios “propuestos” (24 en octubre de 1810) se aprecia una inserción de adscritos al Nuevo Régimen. Empezando por el Subprefecto, Secretario General de la Comisaría Regia de las de Andalucía meses después, nos encontramos también, funcionarios de alto grado y el resto, salvo un Coronel del Ejercito y aquellos de oficio desconocido, eclesiásticos. Destacar de este último grupo que nos llama la atención la aparición del bajo clero e incluso, afinando algo más, la circunstancia de que éste, provenga de tres barriadas muy significativas en cuanto a la cantidad y variedad de población: Santa Marina, el más populoso, con extracción profesional de carácter mixto sí bien con un predominio a la dedicación agrícola; San Andrés, barrio eminentemente “urbano”, también de importante densidad y el del Espíritu Santo prácticamente de monocromía agraria. 41 Conociendo las líneas generales de la política llevada a cabo por el Gobierno francés para lograr el apoyo popular, nos parece apreciar una planificación propagandística a través del clero más cercano a la población. Hipótesis que coincide por otro lado, con la “inspiración” que ejerciera sobre dicho Gobierno el regalismo 39 Como no podía ser de otra manera la homogeneidad no fue total entre sus componentes algunos de ellos, como fue el caso del Marques de la Vega de Armijo, fueron perseguidos por los nuevos gobernantes. Constatamos el hecho porque lejos de ser un mero dato anecdótico abunda en nuestra hipótesis de la amalgama ideológica que bullía dentro de la Económica, fiel reflejo por otra parte, de lo que acontecía en la misma sociedad. Más adelante también señalaremos otros encontronazos entre algún grupo de socios y la administración francesa que denotan una actitud de inconformismo ante las injerencias de ésta en el desarrollo de las actividades de la Patriótica. 40 Al hecho de la perdida (¡!) de un libro de acuerdos entre los significativos años de 1812/1816 hay que añadir el antagonismo de datos en documentos de carácter interno (privado), y oficiales; producto sin duda, de la censura que siguió al cambio de régimen. 41 Vid CUENCA TORIBIO, J.M., Historia De Córdoba, Córdoba, 2002, p. 147-149. 18 borbónico. 42 De esta manera quedaban bajo control de alguna manera, dos sectores importantes en la ciudad, el agrícola y el urbano. 43 Como iremos viendo, la agricultura estará dentro de los objetivos prioritarios de la nueva Monarquía por lo que la atracción de esta parte de la ciudadanía debió ser una importante finalidad. Paralelamente, en este periodo, los proyectos de mejoras en la explotación agrícola ocuparán un lugar preeminente en las acciones llevadas a cabo por la Patriótica. Lamentablemente, pese a nuestros esfuerzos propectivo-documentales, poco más podemos aportar de los nuevos ingresos que se produjeron en la Económica bajo la administración Badia Leblich pero sí, apuntar, que fue extremadamente fructífera en cuanto al número de nuevos miembros, llegándose a una suma total de 60 en apenas un año y siguiendo la tónica de la presencia mayoritaria de funcionarios de la administración gala entre las profesiones que nos son conocidas. 44 Un aspecto interesante entre las medidas propuestas por la Autoridad francesa a la Sociedad a modo de método de trabajo, será el asociacionismo y en esta línea, los primeros llamamientos que realiza se refieren a la temática agrícola. En una de las Juntas llevadas a cabo, tras la interrupción de sesiones, que contó con la presencia de Badia y se constata en el libro de actas, significativamente, como “Arenga del Sºr Prefecto”, éste expresa su deseo de que a través de las sesiones que corresponda se cree 42 “La legislación josefina responde a una teología de tendencias regalistas, conciliaristas y episcopalianas, alimentadas en fuentes galicanas y janseanistas”; “Los obispos debían,... “desimpresionar a sus feligreses de errores y preocupaciones políticas” y hacerles ver el beneficio que Dios nos concede dándonos un rey tan ilustrado y piadoso. A los sacerdotes toca “desengañar al pueblo, predicarle la paz y la humanidad y hacerle conocer lo que mejor conviene a su patria y a su religión”; “El Gobierno del rey José inaugura también lo que será una constante del reformismo liberal: contrapesar la desarticulación del clero regular con una atención especial al clero secular, especialmente al parroquial [...] El número de nombramientos... es considerable, y demuestra el positivo interés del Gobierno afrancesado en llenar los cuadros de las iglesias y catedrales con sacerdotes afectos.” REVUELTA GONZÁLEZ, M., “La Iglesia Española Ante La Crisis Del Antiguo Régimen (1803-33)” en Historia De La Iglesia En España, Biblioteca de Autores Cristianos (dir. García Villoslada), Madrid, 1979, pp. 15 y ss. 43 Siguiendo los datos proporcionados por MADOZ, en 1812 la riqueza de la Provincia de Córdoba se distribuía proporcionalmente de la siguiente manera: Territorial 71,54 %; Urbana 11,66 %; Industrial 8,38 %; Pecuaria 4,76; Comercial 3,66 %. Cfr. Diccionario Geografico-Estadistico-Historico De Andalucia. Cordoba, ed. Facsímil, Valladolid, 1987, p. 103. 44 Recuérdese que desde la creación de la Sociedad en 1779 hasta 1810 el total de ingresos fue de 50 individuos. Por lo tanto en apenas un año, se supera la cifra de lo logrado en las tres décadas anteriores. 19 una “Asociación de labradores” para la acometida de las medidas de fomento agrario. Iniciativa del mismo sería la creación del Consejo de Agricultura con la aportación de miembros de la Patriótica y del “gremio de Labradores”. Fue precisamente en la proyección de este nuevo organismo regulador cuando se produjo uno de los desencuentros entre Prefectura y Sociedad. La inasistencia de la representación de la Económica a una reunión convocada por la Autoridad estuvo a punto de provocar la ruptura entrambas. Fue finalmente, la astucia del Penitenciario Arjona la que salvó la situación del desgarro. 45 No faltó en la planificación prefectural de esta etapa la impronta francesa. Así, se propuso como modelo hospitalario militar a implantar, el galo; sería también, la Patriótica, la institución encargada para su aplicación. Sabedor el Gobierno de la necesidad de captación popular a la causa de la nueva Monarquía tocaría igualmente, a ésta junto con la Academia, el encargo de solemnizar la onomástica real. 46 45 Al fin todo quedó en una remoción en la dirección de la Sección de Agricultura y en las oportunas excusas del Director a la Prefectura. No se explicita el motivo de la ausencia en la documentación aunque probablemente guardara alguna relación con el informe que unas semanas antes la Sección de Agricultura enviara al representante gubernativo sobre “leyes ordinarias y extraordinarias que conviene... para fomentar la cosecha del presente año” (Junta pública ordinaria 20-11-1810). Los reproches de Badia apuntan a un intento de autonomía por parte de los componentes de la Sección de Agricultura. Les acusa de no querer cooperar con el Gobierno y les amenaza con dejar caer sobre la Sociedad el rigor de su autoridad (Junta pública ordinaria 11-12-1810). Libro 2º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. Acudimos a la Memoria elaborada unos años después por Arjona para conocer detalles sobre el informe enviado al Prefecto y que el autor califica como “enérgico”: “sea pues el primero y principal remedio no imponer contribucion ninguna en especies:....”; “Los daños hechos por las tropas deben indemnizarse sin dilacion,... Este es el modo de identificar en lo posible el interés personal con el comun, pues querer contrariarlo de frente es sistema de una impracticable y desgarrada tiranía, cuyos efectos están bien descriptos por Montesquieu,...” Noticia Histórica. pp. 23 y 55. Probablemente el carácter del representante josefino no ayudo a suavizar la situación o bien, quién sabe, contribuyó a provocarla. DEMERSON nos dice sobre Badia Leblich: “... se porto como un reyezuelo independiente, un verdadero rey taifa, que se inventaba recursos financieros cuando se le antojaba...” José María de Lanz. Prefecto de Córdoba, Madrid, 1990, p. 87. 46 NAVEROS SÁNCHEZ señala que esta celebración, impulsada por Arjona, fue a modo de conciliación por parte de la Sociedad amenazada de cierre unos meses antes por las autoridades francesas, junto con la Academia, bajo sospecha de conspiración. No obstante, en actas solo consta como promotor el Prefecto. 20 Si la cosecha proselitista fue abundante en el primer Gobierno departamental de la ocupación francesa no podemos decir lo mismo de su correlativo. Durante el periodo gubernativo de Altuna (junio de 1811) solo se produjeron 7 ingresos, tres de ellos “rehabilitados”. 47 El resto conocido, el Prefecto, Subprefecto y un Canónigo catedralicio. Auguraban buenas las perspectivas de la relación de la Sociedad con las autoridades superiores, según informaba la Comisión encargada de presentarles respetos. Tanto el duque de Dalmacia, “Mariscal del Ejercito Imperial del Mediodía”, como el Conde de Montarco, “Comisario general Regio de las Andalucías” ofrecieron protección a la Institución y a la Academia. Y muestra de ello encontramos con la subvención concedida al Colegio por parte del primero así como, con la petición de ayuda por parte de la Económica, para el cobro de la asignación oficial sobre el Fondo Pío Beneficial. 48 A pesar de esta tónica general de armonía, la Patriótica, celosa de su independencia, no dejó de manifestar su oposición ante el intento de injerencia del Poder constituido a través de su propio Director, el Corregidor Fuentes; sucesor de Arjona por proposición de éste mismo, como veremos. El escenario de la lucha de competencias sería de nuevo el Colegio de Educandas donde se habían concedido una serie de plazas “ que en ninguna parte consta estan conferidas por la Sociedad...”. La ocasión, el altercado por la autorización del Corregidor a la salida del centro de una recomendada por el Comisario General Regio y el Prefecto. Salida que es calificada en Junta ordinaria (3-12-1811) como “indebida” y en ésta se acuerda escribir tanto al Corregidor (recordemos, Director de la Sociedad al mismo tiempo) como al Prefecto recordándoles que “el Colegio está baxo el gobierno de la Sociedad... no cree la Sociedad que las órdenes de la Prefectura deban comunicarse á nuestro cuerpo por medio del Sºr Corregidor...”. Una forma clara de expresar que pese a las buenas relaciones, la Sociedad no estaba dispuesta a perder autonomía. Relacionando los hechos relatados en nota anterior con la posterior celebración de la fiesta en honor de José I, es probable que ambos sucesos guardasen conexión. Cfr. El Fundador De La Real Academia... 47 Entre éstos, Pedro Antonio de Trevilla. Vid n. 25 48 Vid n. 17. 21 Se da la circunstancia de que en la misma Sesión arriba mencionada, el Director es reprendido por la Junta debido a otra infracción de las leyes societarias al planificar acuerdos previos a la elección de cargos. 49 También desde la Prefectura de Altuna hubo lugar a un llamamiento asociacionista a la Patriótica. La Junta de Socorro Público, creada a instancias de este mandatario, recurrió a ésta demandando una representación en su seno. El cumplimiento con esta responsabilidad fue seguido escrupulosamente por la Institución pues, según se apuntó por el mismo Director, se trataba de uno de los objetivos que siempre había estado presente en sus labores aún “quando las circunstancias no parecian estrechar tanto como al presente...”. No fue baladí la nueva responsabilidad y así consta en diferentes actas de sesiones insistiendo en el tratamiento previo de los temas a acometer, “... todos los asuntos que se hayan que decidir en la Junta de Socorro público...” y en la importancia de“llevar á la Junta las opiniones de la misma Sociedad...”. Era una manera de aprovechar el ofrecimiento oficial para canalizar a través de la Institución, los proyectos benéficos propios. 50 Con un nuevo cambio en la dirección provincial continuaría la buena comunicación entre Sociedad y Prefectura. El regidor, Josef Mª Lanz (enero 1812), también sería solicitado para interceder en el cobro de la asignación del Fondo Pío Beneficial aunque en este caso, con mayor insistencia y dramatismo hablándose del posible cierre del Colegio en caso de faltar dicho ingreso. Aún así, las partidas del Obispado llegaban con cuenta gotas tras las misivas oficiales intercesoras. Las más de las veces más como donativo del titular que en cumplimiento de la obligación establecida. La Sociedad llegó en su desesperación, hasta las altas instancias del Gobierno francés en la Península. El “Excmo Señor Mariscal del Imperio, Duque de Dalmacia” recibiría las quejas por el 49 “Se determinó responder al Sºr Director, que ni nuestras leyes, ni la formalidad con que se hacen nuestras elecciones permiten estos convenios preliminares; pues lo que se trata asi antes es siempre efecto de intriga y parcialidades..." Junta ordinaria de 3 de diciembre de 1811, Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reynado, p. 67. Nos parece ver detrás de esta firme oposición al dirigismo, la mano de Arjona ya que como Director 2º es quien consta presidiendo la mayoría de sesiones y sería acusado unos meses antes, de “exceso de autoritarismo” por un Diputado del Colegio. 50 “Y se puede asegurar que todo quanto se hizo en esta Junta de beneficencia fue obra de la Sociedad. Los Socios hicieron las leyes por que se dirigió esta Junta creada á propuesta y por los esfuerzos de ellos. Los Socios asistieron continuamente y organizaron las Juntas parroquiales.“ Noticia Histórica.... p. 31. 22 impago y el aviso del posible cierre del Colegio debido a ello. Colegio que había sido calificado por estas mismas autoridades en varias ocasiones, como “util establecimiento” 51 . En la Dirección de la Sociedad en estos momentos, el antiguo prefecto Altuna que sustituyera a Fuentes tras las nuevas elecciones. Perspectiva incompleta presentaría el periodo analizado sin profundizar en las iniciativas e incidencias internas de la asociación que nos ocupa y en este sentido, llamativa es cuando menos, la tenaz oposición de Trevilla a liberar los fondos asignados a la Patriótica máxime, siendo miembro de ella, destacando entre sus componentes el colectivo eclesiástico y teniendo este caudal un destino formativo- benéfico conocido. Bien es cierto que los ingresos eclesiásticos habían mermado con los cambios estructurales acometidos pero también lo es que el Montañés sería sobradamente generoso con los nuevos dirigentes de forma espontánea 52 y que cuando la Sociedad, a la desesperada, acudía a las autoridades para su intercesión el monetario parecía fluir sin dificultad de aprovisionamiento. Es por lo que nos parece debieron existir ciertos condicionantes de más peso que obstaculizaran de algún modo, la sintonía entre Obispado y Sociedad. Uno de ellos podría ser la pragmática sugerencia de Arjona al Prefecto sobre desviar fondos del Colegio de San Pelagio para la creación de una Cátedra de Química alegando que con la nueva normativa educativa era innecesaria “su cuantiosa dotación”. Más gráfico aún, se presenta otro suceso entre estas dos instituciones, a causa de la pretensión del “Capellan interino” del Colegio a formalizar dicha plaza. Habiendo presentado el nombramiento expedido por el Obispo fue “declarado nulo” considerando que no constaba en sus reglamentaciones la existencia oficial del puesto solicitado y que si así fuera, éste, sería competencia exclusiva de la “Sociedad”. 53 51 Considérese que la legislación josefina tuvo especial preocupación en la educación de las infantas desde su instalación en la Península, decretando el establecimiento de una “Casa de educación para niñas en cada provincia del Reino” (29 de diciembre 1809). 52 Nos referimos al “empréstito gratuito” a José I de un millón de reales en 7 de abril de 1810. 53 Como hemos apuntado, nos parece encontrar relación causa–efecto entre estos altercados y la resistencia del Obispado a liberar la cuantía del Fondo Pío asignada a la Sociedad. Significativo también, el hecho de que Trevilla se encontrara en la lista de socios que “se habían negado abiertamente a contribuir...” con un pequeño donativo, en la impresión de sus Constituciones. Nos preguntamos si en el trasfondo de estos hechos no fluirían viejas rivalidades de competencias de autoridad entre Cabildo (con amplia presencia en la Patriótica, como sabemos) y Obispado. CUENCA TORIBIO considera que estas diferencias pudieron incrementarse conforme avanzaba la centuria debido a 23 Queremos resaltar de este periodo, la iniciativa asociativa que también sería empleada desde la Patriótica aplicada a los temas benéfico, educativo y cientifico-cultural. Así, se estudió la propuesta de la conveniencia de unirse a la “Asociación del Buen Pastor”. Asociación de carácter benefico-asistencial constituida unos años antes (1806) y en la que encontramos socios de la Económica como es el caso de M.Mª de Arjona, Juan Rafael Paniagua y Francisco Javier Morales, los tres eclesiásticos. 54 Esta misma agrupación proyectó en su día la creación de un Monte de Piedad él cual hicieron inviable las diferentes circunstancias coyunturales de comienzos de siglo. Como veremos más adelante, la creación de un centro de características similares será también, uno de los empecinamientos más fuertes de la Sociedad durante la primera mitad de siglo. Concomitancias que nos lleva a apreciar cierta continuidad de fines entre ambas Asociaciones de ahí, la posibilidad de que algunos de sus miembros comunes pensara que fomentando su unión se potenciarían éstos. Sería pensamos, una forma de planificar la utilidad asociativa. El mismo sentido utilitario llevado al plano de la sociabilidad tendría el pensamiento de creación de la Academia General de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, que analizaremos en su momento; como también, la propuesta de creación de la “asociación de señoras”. Ésta última, ya prevista en las Constituciones de la Sociedad (1803), será ahora cuando se desarrolle adjunta al Colegio de Educandas y con labores de asesoramiento,“... primer paso señalado por las Constituciones...”. 55 que la actitud defensiva de la jerarquía eclesiástica ante las transformaciones de la Iglesia, en el marco de la sociedad liberal, llevaron a un incremento del centralismo y autoridad. Algo en lo que ve un reflejo de la actitud adoptada por el Papado. Vid. La Iglesia Española Ante La Revolución Liberal, Madrid, 1971, pp. 152-153. 54 LÓPEZ MORA ha destacado en las Constituciones de la Asociación del Buen Pastor, el contenido de carácter ilustrado plasmado, fundamentalmente, en “la idea de limitar el poder de los miembros eclesiásticos.” así como, el “burocrático” de su organigrama. Características plenamente aplicables a la Sociedad en esta etapa. Cfr. Pobreza y Acción Social en Córdoba (1750-1900), Córdoba, 1997, pp. 299- 303. 55 Esta propuesta (21-5-1811), en la línea del papel que asignaría el pensamiento ilustrado a las mujeres, la realizó J.Rafael Paniagua eclesiástico y asociado al Buen Pastor además de socio de la Patriótica, como hemos visto. Libro 2º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba. “Para mejor direccion de las amigas establecerá la Sociedad la Afiliacion de Sras de que se trata en el cap 23 de sus Constituciones”, “Estatutos pª un Colegio Académico de Maestros de primeras letras en Córdoba” (1811), Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica de Amigos del País de Córdoba. 24 Nos parece también, objeto de detenimiento en el funcionamiento interno de la Sociedad de estos años, la preocupación por “... el modo de formar al pueblo en costumbres civiles, y establecer espectaculos que las inspiren á semejanza de los religiosos...”. Concepción puramente ilustrada de la atención a la formación de la res publica 56 en la que abundarán destacados miembros de la Sociedad como es el caso de M.Mª de Arjona y P.A Trevilla, ambos Presidentes en su día. El primero de ellos con una obra titulada “Plan de una obra sobre el modo de instruir al público, y formarlo en costumbres civiles” (1810/1813) que expondría en la Academia, hoy desaparecida. El Rector de la Diócesis con la “Carta Pastoral... a todos los fieles de su Diócesis sobre la fidelidad y obediencia que se debe al Rey” (1810). Analizando el contenido de esta última obra, sí legada a la posteridad, podemos constatar ciertos principios propios de la mentalidad ilustrada como el sentido de la Utilidad aplicado a la Institución Monárquica y al concepto Patriótico De manera que, para Trevilla, es intrascendente quién ocupe el trono siempre y cuando se respete el orden establecido e igualmente, la fidelidad patriótica está por encima de la persona que ostente la corona. 57 Se refleja también, un Providencialismo acentuado que lo distancia de una posición más “...fomentar la buena educación, mejorar las costumbres con sus exemplos, y sus escritos, introducir el amor al trabaxo, cortar el luxo que al paso que destruye las fortunas de los particulares retrae á muchos del matrimonio con perjuicio del Estado,....” Real Orden para la Junta de Damas adscrita a la Matritense, (1787). Apud NEGRÍN FAJARDO, Educación Popular En La España.... p. 136. Vid. etiam n. 4. 56 “La República que ha de tener buenos ciudadanos, necesita formarlos” (Discursos de Ibañez de la Rentería ante la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País 1780-1783) Apud MARAVALL, J.A., “Las tendencias de reforma política en el siglo XVIII español” en Revista de Occidente (julio 1967), p. 71. 57 “...el espiritu de la Iglesia y de la religión no es hacer o continuar la guerra, por la mudanza de una dinastia ó de una familia reinante, sino por el contrario, el que establecida una vez una persona ó una familia sobre el trono, no se turben por eso el órden establecido y la pública tranquilidad”; “...el interes gral pide, que el servicio del Rey y el de la patria se consideren como inseparables, y que no se vuelva a oir mas... que es traidor á la nacion el que sirve al Rey”. Carta Pastoral del Ilustrísimo Señor D. Pedro Antonio de Trevilla Obispo de Córdoba á todos los fieles de su Diócesis sobre la fidelidad y obediencia que se debe al Rey, Imp. Real de Don Rafael García Rodrigez y Cuenca, 1810, pp 41 y 46. “La persona del rey no significa nada o muy poco, sino que lo decisivo en todo régimen político está en la fórmula del sistema o “constitución del gobierno.”“ (Ibañez de la Rentería), MARAVALL, J.A., “Las tendencias de reforma política.... p. 72. 25 secularizada en Arjona. 58 Es decir, encontramos en el pensamiento del Obispo cordobés, un estadio intermedio entre el concepto de Utilidad, netamente ilustrado, y el Providencialismo propio de una concepción teocéntrica del universo enraizada en el Antiguo Régimen. Es lo que se ha dado en llamar por algunos analistas, las “contradicciones” del pensamiento ilustrado o la “Tercera España”. 59 En definitiva, según creemos, no es sino una muestra más del proceso de transición ideológico a la Sociedad Liberal que se manifestaba en personalidades destacadas de la comunidad y a su través en las instituciones o agrupaciones que éstas acometían. 60 58 “Un principe, un conquistador son una vara en manos de Dios para el castigo...y para el establecimiento del orden que conviene a sus designios” Carta pastoral del Ilustrísimo Señor D. Pedro Antonio de Trevilla.... p. 21. “...Dios es quien hace reyes y establece las casas reinantes;...”; “...que seamos fieles al Rey que Dios ha servido darnos,... que debemos alabar a Dios por habernos dado un Rey, cual es el Señor José Napoleón, cuya vida y prosperidad debe ser adelante uno de nuestros más ardientes votos, como es uno de nuestros mayores intereses...”; “...debéis todos de buena fe someteros al Rey que la providencia de Dios os destina y vivir tranquilos bajo el imperio de sus leyes [...] no sólo debemos de ser fieles al Rey, sino que debemos dar gracias a Dios que nos le ha dado tal.” Apud CUENCA TORIBIO, J.M., “Pedro Trevilla, hombre de paz y hábil prelado” en Pueblos y Gentes... pp. 110-111. 59 Vid. LISÓN TOLOSANA, C., Individuo, Estructura y Creatividad. Etopeyas desde la Antropología Cultural, Madrid, 1992, pp. 174-176. 60 “Deísmo, ateísmo, tolerancia, felicidad, goce temporal, intramunidad, inmanencia, razón, naturaleza, hedonismo o lujo, utilitarismo y optimismo,... son valores que refuerzan la idea del secularismo que se desarrolla en el pensamiento racionalista del siglo XVIII... Los plateamientos racionalizadores conducirían,... hacia formulaciones defensivas, hacia un secularismo con actitud militante. Esta manifestación es consecuencia lógica.... de la clase burguesa.”; “El concepto de utilidad no es más que una extensión de la racionalidad, el positivismo, la felicidad o el conocimiento.” BLANCO MARTÍNEZ, R., La Ilustración En España Y En Europa, Madrid, 1999, pp. 98 y 88. SANCHEZ AGESTA analizando la postura de Jovellanos también incide en sus “contradicciones”: “...profundamente religioso y picado de jansenismo, señor y detractor de los señores, propietario rentista y desamortizador, español rancio y resabiado de enciclopedismo, universal y provinciano, es una de esas vidas complejas que bajo una aparente serenidad externa están preñadas de una angustiosa vacilación interna entre ideas y vocaciones opuestas” El Pensamiento Político Del Despotismo Ilustrado, Publicaciones de la Universidad de Sevilla, Sevilla, 1979, p. 188. ARTOLA GALLEGO describiendo la posición de los afrancesados nos apunta: “su pensamiento se detiene en un vago y arbitrario término medio, que le lleva a buscar el bien de la nación, sin preocuparse por determinar exactamente el contenido conceptual y real de dicho término, ni de saber si la patria puede admitir esos supuestos bienes sin detrimento de su propia esencia independiente”. Sobre los “principios doctrinales” que les mueven, añade: “Monarquismo... como adhesión a la forma 26 Una muestra más de este proceso evolutivo a nivel institucional nos parece la arremetida de la reforma constitucional que, como no podía ser de otra manera, abanderaría el mismo Arjona (acuerdo en Junta ordinaria de 2-5-1811). Transcurrió el periodo de dominación francesa para la Sociedad sin haber podido poner en practica la mayoría de los proyectos planificados, comenzando una época de adaptación a los nuevos tiempos que se prolongaría algo más de un trienio y en la cual se vuelven a apreciar esas diferencias internas entre asociados más proclives a las reformas y los más inmovilistas. No obstante, tenemos que advertir que esta etapa es más parca en información debido a la desaparición del libro de Actas correspondiente, como ya hemos señalado. A pesar de esta carencia accidental, los documentos hallados no dejan lugar a dudas de la falta de cohesión intersocietaria y será una vez más, Arjona, quien nos deje constancia de los hechos. En una carta dirigida a los “Sres Socios de la Rl. Patriótica de Córdoba” (19-2-1813), en respuesta a la petición oficial por parte de la Asociación de la entrega de documentación en su poder, el Prebendado califica a la nueva dirección al frente de ésta, detentada de nuevo por el obispo Tervilla, de “ilegal y nula”; rebate la tesis expuestas de la anulación de todo lo realizado bajo dominio francés en la Sociedad, con argumentos democráticos, y reafirma su autonomía e independencia frente al Gobierno establecido. 61 A pesar del dolor que dice causarle la noticia, expresa su consuelo por habérsele trasmitido al menos, por un socio muy afín a él, Hoces. De él sabemos que estaba en el Cabildo municipal y era un entusiasta de la monárquica y no a una dinastía determinada”, “oposición a los avances revolucionarios” y “necesidad de reformas políticas”. Cfr. Los Afrancesados, Madrid, 1976, pp. 64 y 65. 61 Arjona niega la posibilidad de aplicar ninguna clase de ley anuladora de acuerdos tomados por votación en una sociedad “que se perceptuan por elección ó nominacion executada por los individuos que la componen” y en este punto insiste, que de igual modo entonces, sería aplicable a otros grupos como el caso de “... las Cofradías, la Universidad, los Colegios... [que] nada han tenido que variar...”. Añade que al ser innecesario para la Patriótica la “confirmación gubernativa” de dichos acuerdos, tampoco es posible su revocación. PEREZ SERRANO definiendo “el nuevo criterio democrático” de la sociedad burguesa señala: “...no son los individuos, sino la colectividad, anterior y superior a ellos, no simple suma aritmética, sino complejo orgánico, quien resulta titular de la soberanía.” en Tratado De Derecho Político, Madrid, 1984, pp. 148-149. 27 labor de las Cortes gaditanas. Por el contrario, entre los firmantes del oficio a ejecutar, encontramos a Ugalde, canónigo de la órbita obispal y defensor del Antiguo Orden. 62 La Patriótica navegaba pues, en el sentido de los nuevos cambios político-ideológicos muy a pesar del Penitenciario, defensor de su neutralidad. 63 En la misiva llega al extremo de calificarla en estas circunstancias, como “cuerpo ilegítimo”. En otro documento del mismo autor, encontramos datos deslavazados sobre estas fechas. Se trata del borrador de la Memoria, ya citada anteriormente, publicada en 1816. Hay significativas diferencias con el documento que se haría público y éstas añaden más datos que nos confirman el reflejo de los cambios que experimentaba la sociedad cordobesa en la Asociación que nos ocupa. El hecho en sí de la omisión de algunos párrafos del borrador en la obra que vería, finalmente, la luz denota, al menos, cierta desconfianza del autor a expresar con claridad sus ideas, cuando no, la existencia de una censura impuesta o asumida. Critica abiertamente, en el manuscrito, actitudes de un grupo de socios tras la partida del Gobierno galo; de las nuevas autoridades locales y nos habla de una “suspensión” de la Sociedad durante siete meses que sería superada en marzo de 1813 “por la conciencia de su propia fuerza”. 64 62 Antonio de Hoces “de pasado liberal” saldría elegido Diputado a Cortes en julio de 1836. Al canónigo Ugalde lo encontramos entre los firmantes del informe enviado a la Junta Central para la convocatoria a Cortes donde se abogaba por la composición de éstas con una fórmula anclada en el Antiguo Régimen. Cfr. PALACIOS BAÑUELOS, L., Historia de Córdoba... pp. 83, 142 y 178-179. Vid etiam AGUILAR GAVILÁN, E., Vida Política y Procesos Electorales en la Córdoba Isabelina, 1834-1868, Monte de piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1991. 63 Hace un recuento de socios no adeptos al poder establecido que han pertenecido a la Sociedad en diferentes momentos, como muestra de su independencia. “Este es el carácter augusto y distintivo de las asambleas cientificas y beneficas que solo conoce por enemigo al temor y á la maldad” Carta de M.M de Arjona a los “Sres Socios de la Rl Patriótica de Córdoba” (15-2-1813), Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica de Amigos del País de Córdoba. 64 “Este útil trabajo como otros muchos han sido sepultados por la imbidia disfrazada con la hermosa mascara del patriotismo: de suerte que el amor de la patria ha consistido en gozár cada uno del fuego de su Hogár...” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. Más clara, aunque siempre sutil, es la diferencia entre la Memoria publicada y el manuscrito sobre la “Junta de Socorro público” creada bajo dominio francés, como henos visto anteriormente: manuscrito.-“... una prueba de que un Gobierno tiránico es menos funesto á los Pueblos que uno apatico” Impreso.- “una prueba de que un gobierno tiránico es á veces necesario para corregir la tiranía de muchos.”. Ibidem 28 Amanecería para la Patriótica una nueva era que, a pesar de los ajustes coyunturales de los que venimos hablando, será esperanzadora, según nuestro relator, “en lo que más aprecia la Sdad”; esto es, en la captación de asociados. Se incrementará el número de éstos con la entrada de socios “de todas las Profesiones mas utiles á la Republica, de las que sin embargo se desdeñaron en algun tiempo el orgullo y la ignorancia”. 65 Y efectivamente, repasando los ingresos de socios en 1813 se observa, además de su incremento (un total de 37 nuevos “amigos” en solo dos meses), el acceso de nuevas profesiones que antes no contaban con representación en la Sociedad; profesionales del sector artesanal que duplican, en esta ocasión, a la importante representación presbiteral. Oficios todos ellos, por otro lado, de abolengo gremial. Nos parece que el hecho de la masiva afluencia de este grupo social en estos momentos a la Sociedad, pudo ser consecuencia de algo más que los deseos de algunos de los antiguos socios; quizá habría que relacionarlo con las nuevas normativas emanadas de las Cortes gaditanas acerca de la liberalización de las actividades mercantiles e industriales aprobadas meses antes y que dejaba a estos profesionales, ligados de antaño a la rigidez gremial, en una nueva situación socio-laboral, aún por fraguar. Es decir, probablemente, la Patriótica actuaría en estos momentos como primera Asociación que agrupara a profesionales dentro de la estructura de la naciente sociedad burguesa hasta la gestación de nuevas formulas que iremos viendo desarrollarse. El hecho de que en los ingresos de los años inmediatamente posteriores cambiara esta dinámica, nos hace reafirmarnos más en esta idea pensando en la involución fernandina. 66 Poco duraría esta mayoría pues, los años que siguieron, hasta Arjona, ironizando sobre el tiempo de mudanzas, nos da noticias del cambio de denominación de la Junta de Socorro público pasando a llamarse, “para purgar su pecado original por ser concebida en tiempo en que habia Franceses en Córdova... se le ha bautizado, y ha recibido el Santo nombre de Asociación patriótica de veneficencia.” Ibidem. 65 Esta frase está contenida en un párrafo que tampoco se transcribió al documento publicado y en el que se viene a expresar el valor de la admisión de socios con diferentes oficios. Ensalzando fundamentalmente, los ”utiles”. Recordemos que ésta sería también, una preocupación prioritaria de los gobiernos ilustrados que incluso, sancionarían con la legislación pertinente. Las Económicas, correas de transmisión de estos gobiernos, priorizarían igualmente, este objetivo fomentando la Educación Popular, como veremos. Cfr. NEGRÍN FAJARDO, O., La Educación Popular En La España... 66 Entre estos artesanos encontramos del sector de la madera, platería, relojería, zapatería, cuchillería, piel, herrería... De igual modo, la acometida de ciertos trabajos en la Asociación, específicamente ligados a la problemática profesional, nos reafirma en nuestra tesis. Es el caso de ejemplos como: “...las artes y 29 finales de 1816, la tónica de ingresos volvería a estar marcada por la presencia eclesiástica, administrativa y la irrupción del estamento militar que comienza a incrementar su presencia. 67 El computo total de ingresos del bienio siguiente (35 socios más, entre los cuales encontramos al después célebre Fco Tadeo Carlomarde), no llegaría a alcanzar a la cantidad total de los logrados en 1813. En el capítulo del establecimiento de “filiales” de la Patriótica durante esta etapa, destacar él de una de ellas en “Pedroche” (1813) y el deseo de su extensión al resto de la provincia. De igual manera y estableciendo relaciones con otras poblaciones, la Sociedad cordobesa se carteará con la Diputación gaditana a petición de ésta, con la finalidad de servirle de modelo para la erección de una Sociedad de Amigos. 68 oficios que ha habido en Córdoba y las que conviene fomentar”; “...enumeracion crítica de los impuestos municipales...”; “...causas locales que impidan en todo ó en parte el influxo de la libertad de precios...”; ...los perjuicios que trae la introduccion de géneros Ingleses.” o bien, “... la insalubridad que trae á una parte de esta Ciudad la mala colocacion de las tenerias”. 67 En este periodo se incorporarán dos destacadas personalidades “de las nuevas ideas” el “Coronel” Angel de Saavedra y el Padre Muñoz Capilla. “... nos admira que el Padre Muñoz permaneciera tan fervoroso católico y ejemplar religioso, encastillándose al mismo tiempo en el sensualismo cerrado, ...se afana por concertar con los postulados de espiritualidad e inmortalidad del alma, una doctrina sobre los medios de conocer, tan resbaladiza y antiespiritualista, ....”. MENÉNDEZ PELAYO, M., Historia De Los Heterodoxos Españoles II, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1992, pp. 1069-1070. [sobre Angel de Saavedra] “teatro precursor y compañero de novedades políticas”. Ibidem, p. 738. Vid etiam GOMEZ CRESPO, J., “El padre Muñoz Capilla y su ideario filosófico-político” en Boletín de la Real Academia de Córdoba 92 (1972), pp. 153-156. RAMÍREZ DE LAS CASAS DEZA califica al agustino de “liberal y vigilado por los realistas” durante el Trienio. Córdoba En El Siglo XIX. Memorias De L.M. Ramírez De Las Casas Deza, Universidad de Córdoba, Instituto de Historia de Andalucía, Córdoba, 1977, p. 48. Vid etiam. AGUILAR GAVILÁN, E., “Córdoba durante la dominación napoleónica” en Actas del III Congreso De Historia De Andalucía. Andalucía Contemporánea, t. III, Publicaciones Obra Social y Cultural Cajasur, Córdoba, 2003, p. 56. 68 Destacamos este contacto especialmente, debido a la significación que pudo tener en estos momentos una relación de intercambios con las autoridades gaditanas dado el desarrollo de los acontecimientos políticos y el poso liberal que se respiraba en dicha provincia. Por otro lado, abundando en la tesis de la adaptación de las Económicas a los cambios socioeconómicos que acontecían, traemos a colación la opinión de GONZALO ANES acerca de la ausencia de estas sociedades (en el último cuarto de la anterior centuria) en ciudades de raigambre mercantil y con una importante presencia burguesa como Cádiz o Barcelona, que contaban con Consulados para canalizar sus demandas. Cfr. Economía e Ilustración en la España del Siglo XVIII, Barcelona, 1981, p. 26. 30 Desde el ámbito puramente institucional el restablecimiento de la Casa borbónica trajo consigo, un replanteo de las funciones de estas Sociedades. En una normativa emanada aún de las Cortes Generales y Extraordinarias (8 de junio de 1813), ya se insiste en la reimplantación de ellas, tras la marcha francesa, en las ciudades en que hubiesen desaparecido; así como, en la creación de nuevas en las que no existiesen, “El Gobierno y las Diputaciones provinciales, exitaran y protegeran el zelo de los ciudadanos ilustrados para que las formen...” pero simultáneamente, se las limita en sus actividades y somete a las autoridades locales. Por otro lado, en una “Real resolucion” posterior (9 de junio de 1815), se insiste en dar “uniformidad y reunion” a estas Corporaciones bajo la égida de la Matritense. Si bien, en este caso, se especifica que ello será en todos los asuntos de carácter económico dejando, por el contrario, independencia para los puramente internos (adjudicación de premios, caudales, oficios...). 69 Poco más podemos añadir de estos primeros años del retorno fernandino dada la desaparición documental, salvo la insistencia que se hace en la Memoria de referencia, a la finalidad “de utilidad pública de la Sociedad”, a la erección de la “Diputacion permanente... en la Corte” y establecimiento de contactos con la Matritense; la “comunicación... con las poblaciones... aptas para la formacion de nuevas Sociedades” en la provincia y elaboración de las Constituciones de las Sociedades subalternas así como la celebración de una “junta solemne” para dar gracias al soberano y hacer ver 69 “5º Estas sociedades no exerceran especie alguna de autoridad, y se reduciran...a la formacion de cartillas rusticas... a la produccion de memorias... promover y mejorar agricultura, y cria de ganados y las artes y oficios utiles... y explicacion de los secretos y maquinas ... á la distribucion gratuita de semillas y plantas... distribuir publicamente algunos premios... y ilustrar a las Diputaciones y Ayuntamientos...” Decreto de las Cortes Generales y Extraordinarias de 8 de junio de 1813. Vid etiam Real resolución de 9 de Junio de 1815, Colección Legislativa de Fernando VII, pp. 410-413. Esta serie de normativas, que formaban parte de las medidas llevadas a cabo para retroceder a la situación anterior, pretenderían, también, eso creemos, amén de controlar a estas Sociedades, borrar la huella que el Gobierno josefino pudiera haber dejado en ellas, involucrándolas en diversas funciones institucionales. En este sentido, nos parece lo suficientemente ilustrativo el acuerdo tomado por la Cordobesa en febrero de 1814 y que se califica de “importancia”: “...que nos procuremos apartar de la execucion minuciosa de los negocios, y nos dediquemos particularmente á ilustrar al público, y á representar al gobierno...” [con la lectura del art. 2º de las Constituciones al que se hace referencia en este acuerdo, queda claro que el vocablo “representar” está tomado en su antigua acepción de “presentar”]. Noticia Histórica.... pp. 38-39. 31 las ventajas que proporciona á estos reinos su Real órden....”. Todo un cántico a la reconversión de la Patriótica de Córdoba. Apuntadas las bases renovadoras, los años del Sexenio transcurrirían para la Sociedad en un clima de encaje a las nuevas circunstancias de la Nación. Si bien en un primer momento se aprecia un cierto escozor en las relaciones entre el Poder repuesto y la Institución cordobesa, pronto la actitud posibilista de esta última acercaría posiciones. 70 Ejemplo primero y esclarecedor de adaptación lo tenemos con la presencia en la Dirección de la Patriótica del tandem Arjona-Trevilla. Tras una década de desencuentros recalamos a mediados de 1816 donde nos encontramos a ambos rigiendo la institución. Eso sí, conservando el orden jerárquico- protocolario y en aparente solución salomónica consensual: el Obispo a la cabeza como “Director”, el Penitenciario de “Director segundo” aunque asumiendo en la practica, la labor del primero. 71 Así permanecerá hasta el final de la etapa considerada en que será encumbrado a la dirección (elecciones de junio de 1819), el otrora “segundo”. 72 70 En una Real Orden en respuesta a la petición de regularización de relaciones por parte de la Asociación cordobesa (20-6-1816), la actitud Real hacia ésta no deja lugar a dudas sobre su malestar que, indudablemente y conocidas ya sus actividades, era consecuencia de su posicionamiento en épocas pasadas: “S:M ha visto con admiración que la existencia de esa sociedad no se hubiese hecho conocer por el exercicio de los actos propios de su instituto y honrosas atribuciones, y espera que la actividad y el celo patriótico distinguiran en adelante á los Amigos del País, en Cordoba; como se observa sucede en otras ciudades,...” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. Los reflejos defensivos de la Patriótica no se hicieron esperar y en la siguiente Junta en honor al Soberano el eclesiástico J.Menendez, conocido por su adscripción a las “nuevas ideas” y a cargo de la ejecución del discurso, argumentaba: “...para manifestar al Rey N: S y á toda la nación los útiles esfuerzos y benéficos pensamientos de ntra corporación que por falta de medios se ha contentado muchas veces con mostrar el camino del bien... pero que no puede executarse con todo el fruto debido sin fondos competentes” Ibidem. Vid etiam n. 35. 71 Signo de los tiempos, los personajes mencionados acercaban posiciones. Conocida la trayectoria intelectual de M. Mº de Arjona y su proximidad a las nuevas tendencias ideológicas del naciente liberalismo, nos preguntamos por las posibles modificaciones experimentadas en la postura del Prelado que, según hemos visto anteriormente, se hallaba ya unos años antes, a medio camino entre las teorías heredadas del periodo ilustrado y las nuevas tendencias. Vid. nn. 57 y 58. Acudimos para ello a la raíz de su formación académica buscando una posible predisposición al cambio que facilitara el necesario acercamiento para compartir las labores de dirección con el Penitenciario. Los únicos datos en este sentido, son los aportados por el profesor CUENCA TORIBIO que nos informa de la formación del mitrado en Cánones apuntando una ligera “tendencia” a estos estudios en la formación 32 Sin duda, una nueva renovación de las “Constituciones” sería fruto, también, de ese ajuste a los cambios coyunturales. No nos parecen casuales los retoques normativos de fechas tan señaladas por los acontecimientos como 1811 y 1816. 73 En este mismo nivel de adaptabilidad estructural situamos la conexión permanente que se establece con la Matritense siguiendo con ello, la normativa fernandina para con las Económica, ya citada anteriormente. No obstante, observamos ahora, una especial tendencia desde el Gobierno al empleo de las Económicas como intermediarias institucionales en temas económicos, lo que creemos se debe a la gestación estructural de una nueva sociedad pre-liberal, aún sin organismos y personal oficiales para asumir dichas funciones. Máxime, si pensamos en la presencia en el Ministerio correspondiente de Martín de Garay, quien se dirigiría a estas Sociedades en el caso concreto de las reformas relativas a la liberalización de los precios estancos y “... las considerables ventajas que facilitará esta libertad,...”. 74 eclesiástica de los últimos años del XVIII y primeros del XIX como posible respuesta a los cambios institucionales que se vislumbraban. Sociología De Una Élite De Poder... p. 45. “En los estudios de Cánones se observa,... una valoración más clara del poder civil, del conciliarismo y del episcopalismo frente al curialismo” MAYORDOMO, A., “Iglesia, Religión y Estado en el Reformismo Pedagógico de la Ilustración Española” en Revista De Educación, Número Extraordinario La Educación En La Ilustración Española (1988), Ministerio de Educación y Ciencia, p. 455. 72 Apuntamos que tres meses después de la renovación en la Dirección se “pondrían dificultades” a un compromiso de ayuda adquirido por el Regente de la Diócesis con la Sociedad. Llamativo, si añadimos que, hasta ese momento, el capital del Fondo Pío había empezado a fluir con agilidad y tras el relevo también dejaría de hacerlo hasta la llegada del Trienio. Tampoco volvería a salir ninguna donación del Palacio Episcopal para Colegio. Vid etiam n- 17. 73 En esta ocasión, el modelo normativo, para la reforma, sería el llevado a cabo por la Matritense. La centralización demandada desde el Gobierno cumplía pues, sus metas. 74 La Sociedad cordobesa estaría pronta a la cooperación. Un ejemplo ello, la creación de varias Comisiones de trabajo informadoras: una que recopilaría datos para “una guia de las Sociedades económicas del Reyno” planificada desde la capital; otra como cumplimiento de una orden Ministerial para el envío mensual de información económico-social (precios de comestibles, adelantamiento de ciencias y artes...); o bien, la de colaboración con la Junta de Aranceles para la elaboración de un censo mercantil. El Gobierno fernandino retomaba la línea institucional de las Económicas, vía Matritense, comenzada por su ancestro. “Siendo la Sociedad de Madrid la que por su establecimiento en la corte y centro de la península puede con mas facilidad atender á que se establezca un sistema económico, constante y uniforme en toda la Monarquía, las Sociedades de todas las provincias deberán entenderse directamente con ella en todos sus proyectos y pretensiones, á fin de que instruida de sus intereses, como de las relaciones industriales y 33 Explicación similar encontramos en el incremento de relaciones con otras Económicas del Reino así como en su intermediado con las “restablecidas” y nuevas, surgidas en la provincia. Bajo el manto Real se extendería pues, toda una red de colaboración intersocietaria de “Amigos del País” que contaría con la presencia de la “Cordobesa”. 75 En esa línea evolutiva, carácter de compromiso institucional interpretamos en su vinculación a ciertas funciones de asistencia social que aún no eran asumidas al completo por el Gobierno. Es el caso de su intervención en la propagación de la vacuna de la viruela, para lo que la Sociedad se valdría de sus vínculos con otras nacionales y provinciales, planificando el abastecimiento y propagación; la aplicación a través de sus socios “fisicos” y la divulgación, con los eclesiásticos, por medio “de la predicación y de la persuasión”. 76 comerciales de unas con otras, pueda evacuar... todos los informes que Yo me dignare pedirla; ...” Real resolución de 9 de Junio de 1815, Colección Legislativa de Fernando VII, pp. 411. 75 Tenemos noticia de contactos de la Sociedad de Córdoba en estos años, con Económicas de: Toledo, Granada, Zaragoza, “Tudela de Navarra”, Valencia, Murcia, Sevilla, Soria, Zamora, Segovia, Oviedo, Cuenca, Valladolid, Jaén, Madrid, Burgos, Cádiz, Baeza, Alcaudete y León. Con respecto al ámbito provincial actuó de intermediaria para la aprobación bien de Sociedades restablecidas o de nueva creación de: Bujalance, Montilla, Baena, “Palma”, Fuenteobejuna, Priego, Villa del Río, Lucena, Cabra, Aguilar, Pedroche y Castro del Río. A la espera de nuevos avances en la investigación que ayuden a reconstruir el mapa de la implantación de las Económicas en la provincia cordobesa, decir que se constata en estas fechas, una continuidad con la tendencia asociativa de los primeros tiempos de aparición de estas sociedades. Es decir, su concentración en el entorno del Guadalquivir y en el sur provincial (Alto y Vega del Guadalquivir, Campiña y Subbética), con la novedad de dos incursiones en el norte. Cfr. ANES, G., Economía e Ilustración...... p. 26-31. Por la información que tenemos de la sociedad capitalina no podemos despejar los temores del profesor CUENCA TORIBIO acerca de la inactividad de muchas de las establecidas en núcleos más pequeños de población, pero sí dejar constancia de la productividad de las de Castro del Rio, Baena y Lucena lo cual ha quedado reflejado en actas. Vid. Andalucía historia de un pueblo... Madrid, 1984, pp. 541-542. 76 Aún con terminología ilustrada la Sociedad asume esta función, que se venía planificando años antes, como “una obligación en su contribución á la felicidad publica”. A lo largo del siglo el Estado Liberal, como sabemos, tomará el relevo. Por otro lado, nos parece una muestra de inquietud científica el empleo de métodos empíricos por parte de la Comisión encargada de las vacunaciones; pues, sospechamos una inclinación a la aplicación deductiva la planificación de la recogida de datos de la población vacunada (edad, las circunstancias particulares...). Cfr. Junta ordinaria 23-11-1819 en Libro 4º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriotica de Córdoba pp. 115-116. 34 Atendiendo a la lista de ingresos del cuatrienio final del periodo (69 socios) es a remarcar la presencia del estamento militar que si ya apuntábamos anteriormente, comenzaba a hacer significativa su presencia ahora, supera el 43% de los nuevos admitidos; seguido por miembros de la administración con un 23% y finalmente, con igual porcentaje, el clero y un grupo de ciudadanos que calificamos como medio (medicos, abogados, procuradores, labradores y “vecinos”) con un 17%; sobresaliendo en ésta, la profesión jurídica. 77 Como ya vimos, la Económica recurría a la formula asociativa para la puesta en marcha de algunos de sus proyectos; 78 en esta ocasión, éste, sería de carácter filantrópico-asistencial: se propondría la creación de una “Sociedad destinada para el socorro de los ahogados...”, con la colaboración desinteresada de los socios y recabando el auxilio oficial, cuya autoridad, el Corregidor, estaría representada en sus Sesiones. Una forma más de cubrir huecos asistenciales, no cubiertos aún por el Gobierno, que acentuaría las vinculaciones institucionales de la Patriótica. Otra iniciativa de carácter asociativo emprendida en la etapa anterior, como es el caso de la Junta de Señoras, nos consta, continuaba su labor. Aplicando una perspectiva histórica, ciertos cambios de los ya mencionados anteriormente (involución en la Dirección, renovación en la base social, reforma estatutaria...), inducen a pensar en un progresivo movimiento hacia posiciones más transformadoras; el trabajo de campo nos confirma plenamente la primaria apreciación: el Trienio supondría una verdadera catarsis interna para la Cordobesa. Atendiendo a la tónica general de ingresos (sobre la base de conocer la extracción socio-profesional de un tercio de éstos) sigue siendo importante la presencia militar ARJONA CASTRO fecha la introducción oficial de la vacuna de la viruela en Córdoba en 1861. El agudizado sentido filantrópico de la Sociedad se había adelantado a ello. Cfr. La Población De Córdoba En El Siglo XIX, Instituto de Historia de Andalucía, Universidad de Córdoba, 1979, p. 117. 77 La clasificación, efectuada sobre una sociedad a medio camino entre estamental y burguesa, atiende fundamentalmente, a criterios profesionales que nos permitan establecer un comportamiento general de grupo en un momento histórico de cambios sociales aún por determinarse. De esta manera, colectivos que andando el tiempo engrosarán la ya definida clase burguesa según nuestro criterio selectivo, se encuentran aquí en diferente formación. 78 El eclesiástico Josep Melendez expondría en una de las Juntas públicas en honor al Rey un cántico a la sociabilidad y el deseo de una simbiosis con los planes Reales de reformas. Año 1817, Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. 35 pero es superada por ese grupo que hemos denominado previamente, medio. 79 El personal administrativo, que en esta ocasión quedaría reducido a los altos cargos provinciales (Intendente y Jefe Político), queda en zaga. Algo significativo, a nuestro entender, es la ausencia de ingresos después del primer mes de 1822 y durante todo el año posterior; lo que, nos parece, guarda, a su vez, relación con varias referencias en Actas a modificaciones en el funcionamiento interno de la asociación e, incluso, con la suspensión de sesiones debido “á las ocurrencias politicas”. 80 Ciertamente, los acontecimientos políticos dejarían huella en la Sociedad y no solo en aspectos protocolarios como la obligación del Juramento constitucional para la asistencia a las sesiones o las felicitaciones a las Cortes y al Rey, incidiendo en la adhesión de éste último a la Carta Magna; también en manifestaciones de carácter interno como la lectura de textos constitucionales en las sesiones o la inclusión de ellos en el currículo educativo del Colegio de Educandas. 81 El compromiso con el nuevo Régimen se sellaría con la participación activa en la vida política de alguno de sus 79 Entre los militares que ingresan en este periodo encontramos al prestigioso y tristemente celebre Diego de León. 80 Esto unido a otras coincidencias como las concomitancias entre la Cordobesa y otra asociación surgida en Córdoba por estas fechas, la “Asociación del Bien Público”; el hallazgo de documentación, en el archivo de la primeramente citada, de asociaciones como la “Sociedad Madrileña de los Amigos del Orden” o la de “Amigos del Bien” de Burgos nacidas al calor del nuevo orden y fuertemente comprometidas con él, así como la mención de prensa y lecturas de textos de este mismo contenido; el protagonismo de socios de la Económica en la política de estos años; la celebración de su última sesión el 30 de mayo de 1823... Aspectos que nos llevan a conjeturar la posibilidad de que quizá, en Córdoba al igual que Sevilla y Cádiz, la “revolución exaltada” se dejó sentir y la Sociedad no fue ajena a ella. Desarrollaremos estos hechos más adelante. GIL NOVALES analizando las imbricaciones entre las Sociedades Económicas de Amigos del País y las Sociedades Patrióticas aparecidas en torno al Trienio, nos proporciona una cantera de datos valiosisimos para la reconstrucción del periodo que tratamos. Cfr. “Las Sociedades Económicas y las Sociedades patrióticas en 1820” en Moneda y Crédito, 116 (marzo 1971), Madrid, pp. 33-54 y apéndice. 81 El hecho de encontrar ciertas expresiones inequívocas de complacencia con “el sistema de gobierno que felizmente...” se implantara en 1820 en un documento de carácter privado como las actas de sesiones, nos lleva a considerar su sinceridad. Por otro lado, dadas las circunstancias coyunturales, nos parece interesante que entre las lecturas realizadas en las sesiones se encuentre la del fragmento del Deuteronomio dedicado a la “libertad que tienen los Pueblos de elegir Reyes” o bien la recomendación de la lectura de un “catecismo constitucional” además del propio texto legislativo. Vid ÁLVAREZ ALONSO, C., “Catecismos políticos de la primera etapa liberal española” en Antiguo Régimen y Liberalismo. Homenaje a Miguel Artola, t 3, Universidad Autónoma, Madrid, 1995, pp. 23-45. 36 socios más destacados, como hemos señalado anteriormente. Así, encontramos nombres como Antonio Ranz Romanillos, que presidiera la Junta de Gobierno Constitucional; los diputados electos a las Cortes de 1820 José Melendez y Angel de Saavedra; Antonio Alcalá Galiano, que perteneciera a la Academia cordobesa y a la Sociedad desde comienzos de 1821 y tomara parte activa en la Junta Pública en honor de Fernando VII, el mismo año, en nombre de la Sociedad; el propio Trevilla que, si bien no presidiera en estos años la Institución, continuaba siendo uno de sus valores, máxime con la desaparición de Arjona, y que se manifestaría públicamente, ahora, como conocedor y adepto del Sistema Constitucional en su más pura esencia. 82 82 Sin duda las lecturas y disquisiciones mantenidas en el seno de la Económica debieron de hacer mella en la evolución ideológica del Primer Diocesano. La Carta Pastoral emitida en 1822 con clara intención proselitista, no deja lugar a dudas sobre los conocimientos en materia constitucional del Prelado. Partiendo de la definición de la Constitución como “la salvaguardia de los ciudadanos” y en “armonía con la religión” desarrolla, con la ayuda de pasajes bíblicos, la explicación de términos políticos como la Soberanía Nacional, los Derechos públicos, el funcionamiento de las Cortes, la división de Poderes, con una dedicación más extensa del Poder Judicial; las limitaciones del Poder Real... Además del sentido instructivo que el texto entraña y él mismo señala, se exponen en apenas una cuarentena de páginas, diversos conceptos que aún estarán en liza en el ecuador secular: doctrinarismo, utilitarismo, alianza Altar-Trono... No nos hemos podido resistir a transcribir algunos de sus párrafos que consideramos más ilustrativos: La Constitución Política de la Monarquía Española dispensa á todos esta proteccion: los documentos que contiene son el resultado de la mas sublime política: estos se han extraido del conocimiento íntimo de los hombres, estudiados en la historia de todas las edades, y en los escarmientos de todos los siglos, y tiene además la inapreciable ventaja de conformarse con las costumbres de nuestros mayores [...] la alianza entre las leyes humanas y divinas y las inexplicables ventajas de su union para conseguir de comun acuerdo la felicidad eterna despues de la temporal [...] en el órden político como en todos los demás que mira al genero humano la voluntad declarada de Dios y la aprobacion de lo mejor... ¿Cómo es posible imaginar... que habiendonos concedido Dios el libre albedrio en su misma ley... nos hubiese encadenado quitandonos la libertad de establecer las mismas saludables instituciones en las leyes humanas de que somos autores?... ¿cómo se puede concebir que nos coartase la libertad en la mas importante de todas que es la eleccion de la forma de gobierno y de las leyes que deben emanar de su establecimiento [...] después de saber lo que contiene la Constitución, y lo que dicta la Religion no podrá ya suscitarse duda sobre su conformidad con ella so pena de renunciar al uso de la razon, no escuchar la experiencia, no consultar la historia, malograr los desengaños de los mayores y de impedir que los escarmientos del pasado ilustren para lo futuro [...] la impunidad debe desaparecer con la independencia de los jueces y la estabilidad de los tribunales ...” Pedro Antonio de por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostolica, Obispo de Córdoba y del Consejo de S.M A todos los fieles de mi Diocesis salude ntro Señor J.C Imp de Garcia. Año 1822, pp. 12- 39. 37 Como si se tratara de una reacción en cadena, con la instalación del nuevo sistema gubernamental se producirían en la Institución una serie de cambios estructurales a solicitud de su Director (por elección, el Marques de Guadalcazar para todo el Trienio). Se buscaba fundamentalmente una descentralización al insistir en depender de la Diputación Provincial, a modo de órgano superior, para sus relaciones con el Gobierno; suprimiendo así, la Diputación permanente ubicada en la capital del Reino, fruto de otros tiempos. Percibimos, también, cierta rebeldía a la centralización gubernativa, al dudar de la Presidencia del Jefe Político sobre la Sociedad (enero de 1821); aunque, terminaría aceptándose. En este asunto nos parece igualmente, ver síntomas de la inclinación de la Económica cordobesa hacia posturas “exaltadas”. 83 En la misma línea renovadora, Guadalcazar solicitaría la modificación, en su segunda parte, del articulo 1º de las Constituciones, así como el cambio de nombre de la Institución, que pasaría a llamarse “Sociedad Económica de Amigos del Pais de la Ciudad de Córdoba”. Ambas propuestas serían admitidas, no sin discusión la primera de ellas. Ésta, nos resulta especialmente interesante, pues liberaba a la Sociedad de excluir los temas “de religión, ó estado” en sus sesiones. En adelante, el único límite lo marcarían la Constitución del Reino y sus leyes. Se abandonaba por tanto, la neutralidad pretendida en su día por el creador de la normativa. Abierta la veda liberalizadora, otras voces solicitarían la adhesión voluntaria de los socios a las diferentes Secciones de trabajo y la modificación del Reglamento del Colegio. Curiosamente, todos estos cambios se producirían tras la asunción por parte de la Sociedad de la documentación de la “Asociacion del Bien publico”, que quedaría disuelta antes del verano de 1820 y que se encuentra entre las “Sociedades Patrióticas” del Trienio censadas por Gil Novales. Siguiendo el resultado de su investigación que basa en documentación oficial de Interior, llegamos a la conclusión, por toda la serie de circunstancias que venimos Siguiendo de nuevo, a ÁLVAREZ ALONSO en su definición de los catecismos políticos difundidos por estas fechas, el documento obispal extractado, cumpliría los requisitos prefijados: “...actuaron como medio de propaganda... como vehículos de divulgación de los rudimentos de un nuevo pensamiento que incluía nuevas imágenes, nuevos conceptos, nuevo lenguaje.” Cfr. “Catecismos políticos... p. 34. 83 Vid. n. 79. El constitucionalista A. NIETO nos adentra en el tema de la centralización y descentralización entre moderados y progresistas a lo largo de la centuria. Vid. Los Primeros Pasos Del Estado Constitucional, Barcelona, 1996. 38 exponiendo, de que la Económica Cordobesa sufrió una especie de abducción de la “del Bien Publico”. 84 Por lo demás, la Sociedad continuaría en el desarrollo de las actividades ya emprendidas años antes, como el fomento de Económicas en la provincia y comunicación con otras del Reino; así, serían los casos de las de Santiago, León, Cádiz, La Habana, Castro, Baena, Lucena o Montilla, para estos años. Se repetían, también, sus insistentes solicitudes de financiación a las autoridades: 84 GIL NOVALES insiste en la imbricación entre estas sociedades e incluso llega a constatar documentalmente, “transformaciones” de Económicas en Patrióticas durante el Trienio, señalando el caso de la Sevillana, establecida por el propio Riego. “Estas tienen su antecedente, o uno de sus antecedentes, en las Sociedades Económicas de Amigos del País, que con frecuencia usaron también el adjetivo “patriótico”. Aunque durante el Trienio económicas y patrióticas coexisten, en general, perfectamente diferenciadas, no sólo el nombre sino gran parte del contenido de las primeras pasó a las segundas.” “Las Sociedades Económicas y las Sociedades patrióticas.... p. 37; “Yo me temo... que hoy tendamos a ver estas divisiones como algo definido, inmóvil y casi geométrico, cuando la realidad presenta enorme movilidad, actividades dubitativas y aún contradictorias” Ibidem p. 42.. Siguiendo una serie de características de las Sociedades Patrióticas surgidas durante el Trienio y señaladas por el autor, podemos identificar sus actividades con algunas de las desarrolladas por la Cordobesa: “Fundan periódicos, intervienen en la formación de la Milicia Nacional Voluntaria.... celebran los fastos revolucionarios... Se atribuyen la salvaguarda de la Constitución... elevan peticiones colectivas al Gobierno y a las Cortes, con los que quieren cooperar ilustrándolos... Pretenden ejercer el control sobre toda clase de funcionarios....” p. 44-45 (aunque no nos hemos detenido en alguna de las mencionadas, tenemos que aclarar que todas ellas ha sido localizadas en las actas). Concluye Gil Novales apuntando como objetivo fundamental de estas sociedades “... la creación de una opinión pública, sobre la que descanse el régimen liberal” p. 44. Por otro lado, el que un socio de la Económica de Córdoba, Alcalá Galiano, se cuente como “asiduo orador” en La Sociedad de Amigos del Orden de Madrid, una de las “patrióticas” más activas del periodo, que mantuvo contactos documentados con la Cordobesa, parece respaldar nuestra sospecha. El “tribuno de la Fontana” relata en sus memorias la mixtura entre las sociedades existentes en estos años, incluyendo la Masonería a la que él mismo perteneciera. Entre los muchos datos que nos aporta, para el caso de Córdoba destaca como sobresaliente Comunero, y antes masón, a un Teniente Coronel, Francisco Diaz Morales. Personaje que encontramos en la plétora de militares que ingresó en la Económica Cordobesa en 1820 y que, posteriormente, tenemos documentada su participación activa desde su reinstalación en 1834. Entre otras misiones formó parte de la Comisión encargada de la reutilización de los conventos cordobeses suprimidos, junto con Muñoz Capilla y de los Heros (1-2-1836). Cfr. Memorias de D. Antonio Alcala Galiano II, Biblioteca de Autores Españoles, t LXXXIV, Madrid, 1955, p.118. 39 fundamentalmente para sustento del Colegio que amenazaba cierre por las carencias; al igual que su cuestación al Episcopado, que continuaba liberando los recursos del Fondo Pío de forma harto arbitraria y obligando a la Institución a recurrir a la mediación de otros organismos para su cobro... Fueron años, éstos, de comprometida situación económica, lo que no impidió que en más de una ocasión, a solicitud de la Junta General de Beneficencia, concediera prestamos e, incluso, donara fondos “en obsequio de humanidad”. No podemos cerrar el repaso a las incidencias internas de la Sociedad, durante el Trienio, sin entrar en el capítulo de la Prensa. Son pocos y deslavazados los datos de que disponemos pero, aún así, los consideramos lo suficientemente significativos, dadas las circunstancias del contexto histórico. Sin duda, la preocupación del Gobierno, a un año del levantamiento militar, sobre la difusión, entre las Económicas, de un periódico “incendiario”, editado en Londres, “Gabinete de Curiosidades políticas y literarias de España é Indias”, es una muestra más del uso de estas Asociaciones, en algunos casos fallido, como vehículo de penetración de las nuevas ideas. Si bien no hay constancia, hasta el momento, de la circulación de este titulo en la Sociedad tratada, sí la tenemos de otro, procedente de Madrid, “El Gato Escondido”, de inconfundible contenido “patriótico”. 85 Por otro lado, el periódico elegido por la Sociedad para difundir sus comunicados, en estos años, sería “El Eco Patriótico”, clasificado por Sánchez Fernández, en su estudio sobre la prensa contemporánea en Córdoba, como “de carácter liberal extremista”. 86 Bien caros costarían a la Asociación sus escarceos liberales, hasta el punto de que no consta su existencia, de nuevo, hasta la primera Regencia Real de la centuria. 87 Su 85 Cfr. GIL NOVALES, A., “Las Sociedades Económicas y las Sociedades patrióticas.... p. 46. 86 Cfr. SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, A., La Cultura Española Desde Una Provincia: Córdoba (de 1850 - a las Vanguardias), Córdoba, 1991, p. 62. 87 Las actas de la Sociedad se interrumpen tras la Junta Extraordinaria de 30 de mayo de 1823 ante “las ocurrencias desgraciadas” y así permanecerán durante algo más de una década. Algo que tenemos que dejar en el terreno de la incógnita, no obstante las evidencias documentales, es si, realmente, la Económica llegó a disolverse, o bien cayó en un estado de latencia, a la espera de mejores circunstancias. El contenido de las palabras de su Director, unos años después de su reanudación, apunta a esta segunda posibilidad; aunque, también es cierto, en esos momentos la Sociedad pleiteaba por recuperar sus bienes, incautados por providencia del Corregidor en el año 23. 40 “Restauración” (“Acta de reinstalación de13 Febrero de 1834”) vendría de la mano de un representante gubernamental, el Subdelegado General de Fomento. Las perspectivas presentaban a la Sociedad inmersa en el entramado institucional centralista que gestaba el Gobierno. Bajo estos presupuestos, reiniciaba su andadura la entidad que, partiendo del núcleo inicial de cinco miembros que acudieron a la convocatoria de la autoridad, alcanzaban en un semestre la cuarentena, con la presencia de antiguos conocidos de la etapa anterior. Con los datos que disponemos, encontramos en la base social de la resucitada sociedad, una amplia representación eclesiástica y administrativa y un incremento de titulados frente a la merma de la presencia militar. A poco más de un año, una centena de individuos desarrollaban informes para la embrionaria administración liberal. La entusiasta labor de captación de personalidades, a engrosar las filas de la Sociedad, comenzó en el mismo acto constituyente. El nuevo inquilino de la silla episcopal, Bonel y Orbe, no solo se propondría al grupo sino que, en la siguiente Sesión (18-2-1834), sería proclamado, unánimemente, su Director. Junto a él, reflejo de los tiempos, un Secretario “moderado” y un Censor, Canónigo y “liberal”, que había ocupado este mismo cargo en el anterior periodo constitucional con una activa participación. 88 Los primeros meses transcurrieron sin sobresaltos, la Sociedad comenzaba a rodar, a la vez que llegaban comunicaciones de otras Económicas notificando su reconstrucción. Se ideaban colaboraciones interprovinciales, así como el fomento selectivo de esta asociación en distintas localidades de la provincia y propuestas de sus futuros miembros 89 ; se recibían los primeros encargos de la Administración sobre el “... la gestion que se habia practicado para averiguar en que terminos se habia hecho la enagenacion por el Colegio de Humanidades de la casa perteneciente á la sociedad y en virtud de que facultades... bajo el supuesto argumento falso de la disolución de la Sociedad Económica de Amigos del país y el Colegio de Educandas.... [siendo solo] una suspension de sesiones que las aciagas circunstancias del año 23 habian ocasionado....” Libro 5º de Acuerdos de la Sociedad Económica de Córdoba, p.70. 88 Considérese que estos dos cargos por sus responsabilidades y funciones, eran los segundos de más peso después de la Dirección. Aunque, por sus cometidos en la ejecución e interpretación de la reglamentación societaria, pensamos que posiblemente, el Censor fuera más estratégico en ciertos momentos. 89 Tenemos noticias de la llegada de las primeras comunicaciones, a partir de marzo de 1834, desde Badajoz, Guadalajara, Teruel, Cantabria y Madrid. En la provincia, a falta de la misiva dirigida al Jefe Político donde se reflejaban las localidades planificadas para la erección o restablecimiento de Económicas, solo podemos mencionar las citadas expresamente en actas: Montilla, Bujalance, La Rambla, Montoro, Priego, Aguilar, Lucena y Fuente Ovejuna. 41 estudio de la viabilidad de determinados proyectos de desarrollo... pese a todo este despliegue de planificación, el flamante Director y a las veces Obispo, en la toma de posesión agradecía el nombramiento a la Presidencia de “... una sociedad, cuyo solo objeto era la Beneficencia... ”. Meteórico fue el paso del Prelado por el cargo, tan solo un semestre, lo cual nos lleva a plantear varios condicionantes que, quizá, influyeran en su cese. De un lado, podrían estar sus ocupaciones en la Corte; no descartamos un desbordamiento personal ante la amplitud de miras de la reconstituida Sociedad, que sobrepasaba “el solo objeto” a que se refiriera el Diocesano y, finalmente, contemplamos la posibilidad del uso del ascendiente del Pastor, en los primeros momentos de la reconstrucción de la Sociedad, a modo de reclamo de afiliación, prescindiendo después de sus servicios. Visto el desarrollo de los acontecimientos y el contexto histórico, sin minusvalorar ninguno de los expuestos, alzaprimamos el citado en último lugar. 90 El nuevo Director, “Conde Viudo de Torres Cabrera” (2-9-1834), también estaría flanqueado por el “moderantismo” y el “liberalismo” personificados en los cargos del Secretario y el Censor, Esquivel y de los Heros respectivamente, que repetían designación. Lo cierto es que con el cambio de dirección el ensamblaje entre la Sociedad y el Gobierno civil provincial fue efectivo. Los partes trimestrales de la actividad societaria llegarían regularmente al representante provincial del Gobierno que a su vez, enviaría a éste; serían evacuados por encargo gubernativo, informes sobre 90 Podría ser algo más que casual que con la llegada de una remesa de ingresos, en la que constaba la máxima autoridad civil provincial, ésta, relegara a la eclesiástica. Se da la circunstancia de que el cambio de Dirección tuvo lugar en la misma sesión de ingreso del marques de la Paniega, flamante Gobernador civil. A ello añadimos que la maquinaria centralista de “la Reyna Gobernadora” comenzaba a desplegar sus normativas que, para las Económicas, siguiendo el precedente de las de Fernando VII, suponía una dependencia de los Gobiernos provinciales. Cfr. Real orden Córdoba 24-6-1834 en Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba, 160 (julio de 1834). Vid etiam n. 74. “En la mudanza de vida y costumbres que trajo el fin del antiguo régimen y la aparición de una nueva sociedad, el regalismo permaneció como una columna inconmovible y unificadora.”. CUENCA TORIBIO, J.M., “El breve pontificado de Bonel y Orbe” en Pueblos Y Gentes... p. 112. Anticipamos que entre los nuevos socios incorporados a la sociedad en estos momentos, siguiendo la política de captación de “notables” de la vida local aplicada por la Cordobesa, encontramos al Conde de Torres Cabrera (Federico Martel, “el Conde Viudo”) y al Conde de las Navas que tendrían gran protagonismo en los acontecimientos políticos que se avecinaban. Antes de acabar el año, otra figura destacada en ese mismo ámbito se vincularía a la Sociedad, Eusebio Bardají y Azara. 42 Educación, Beneficencia, Industria.... e, igualmente, utilizando esta conexión, enviada alguna solicitud de la Económica Cordobesa a S.M para fomento provincial. 91 De nuevo quedó constituida en la Corte la Diputación de la Sociedad cordobesa (Real Orden, 24-4-1834) y sería allí, donde reutilizaría la institución la influencia del Obispo “cortesano”. El elenco que constituyó esta representación no podría ser más de postín, conforme a los planes de la Sociedad: Ilmo. Obispo, Excmo. Sr. Duque de Rivas (Angel de Saavedra), Excmo. Sr. Marqués de Guadalcazar (recordemos, Director de la Económica Cordobesa a lo largo del Trienio) y como Secretario, José Mª López de Pedrajas. 92 Estrategias institucionales aparte, la Sociedad seguía su labor de promoción local y provincial, para lo cual mantendría continua comunicación e intercambio de información con sus homólogas. 93 Las Constituciones de la Cordobesa viajaban por la provincia sirviendo de base estatutaria a las Económicas que se constituían. 94 La densidad de actividad desarrollada por la Sociedad en estos momentos, no obstante, no evitaría un tumor que se extendía sobre ella y que sería objeto de atención en incontables sesiones de trabajo, el absentismo. Era este un tema recurrente para la agrupación desde sus inicios pero es ahora cuando constatamos mayor insistencia en las Actas, hasta el punto de que se adoptarían medidas extraordinarias, amén de las consignadas en las viejas Constituciones. Quizás por ello, a modo de contingente de apoyo, se planteara la erección de una Sección de Señoras; el tiempo parecía haber borrado la huella de su existencia años atrás. La propuesta partiría de un representante gubernamental, “El Amigo Intendente” que, probablemente, invadido por el sentido funcional que aplicaba la joven administración Cristina, pretendió asociar la citada 91 No nos cabe duda de que la experiencia de la buena sintonía entre ambas Instituciones sería considerada, unos años adelante, cuando se encumbró, desde la Jefatura provincial, al Conde en su carrera política. Cfr. PALACIOS BAÑUELOS, L., Historia De Córdoba.... p. 209. 92 López de Pedrajas, “mendizábalista” y“esparterista”, desarrollaría una actividad política frenética durante estos años, logrando escaño parlamentario en las elecciones de 1834, en las de febrero de1836 y en las de Cortes Constituyentes de ese mismo año. Cfr. AGUILAR GAVILÁN, E., Vida Política y Elecciones... pp. 75 y ss. 93 En Andalucía nos constan trueques informativos con las Económicas de Sevilla, Cádiz, Granada, Jaén y Málaga. En cuanto al resto del territorio peninsular: Castellón, Zaragoza, Murcia, Loen, Madrid, Tarragona, Barcelona y Valencia. 94 Transcurridos unos meses, además de las ya citadas en nota 88, encontramos dos nuevas instalaciones en la provincia: Pozoblanco y Belalcazar. 43 Sección a la Casa de Expósitos, al igual que se estaba realizando en otras ciudades; parafraseando al desaparecido Canónico Arjona, gran valedor de la incursión de las mujeres en la Económica Cordobesa y autor de las Constituciones, las ideas seguían poco adelantadas en esta ciudad. La discusión fue “dilatada” y pospuesta finalmente; no volviéndose a plantear el tema del ingreso de féminas hasta la etapa Restauracionista. 95 No fueron estas las únicas sombras que se ciñeron sobre la Institución, apenas transcurrido un año de su aparentemente armoniosa reconstrucción, surgiría una cuestión que desequilibraría su unidad; “el genio del mal” parecía haberse apoderado, de nuevo, de algunos de sus socios. La división se produjo a la hora de aplicar el Real decreto que unificaba estatutariamente a las Sociedades Económicas del Reino. 96 Ciertamente, el documento no hacía sino institucionalizar definitivamente a estas cincuentenarias Sociedades, aplicando su dependencia absoluta de la Administración del Estado, a través de los Gobiernos civiles. 97 Nos parece por ello, que el plante de una parte de los asociados cordobeses a adoptar la normativa, reflejado en Actas, es una manifestación más de la autonomía por la que luchara la Económica desde sus tiempos iniciales; aunque también vemos en esto una muestra a pequeña escala de las divisiones ideológicas que se desarrollaban en el tejido social en su conjunto, ya que los dos grupos enfrascados en la discusión estaban encabezados por personalidades que en estos momentos tomaban parte abiertamente en diferentes y contrapuestas opciones, con lo 95 De alguna manera se perfilaba ya el papel que la naciente sociedad burguesa reservaba para las mujeres. Frente al pensamiento Ilustrado que ya se planteara una incorporación más activa y cuyo reflejo vimos en los inicios de la Sociedad, la Burguesía relegaba a esta parte de la población a la privacidad domestica. Vid n. 55. PARDO BAZÁN en su retrato sociológico sobre la situación de la Mujer en la España de fines del siglo XIX disecciona las diferentes categorías sociales mostrándose considerablemente más crítica con la actitud burguesa: “ ...la distancia social entre los dos sexos es hoy mayor que era en la españa antigua, porque el hombre ha ganado derechos y franquicias que la mujer no comparte [...]Libertad de enseñanza, libertad de cultos, derecho de reunión, sufragio, parlamentarismo, sirven para que media sociedad (la masculina) gane fuerzas y actividades á expensas de la otra media femenina” “La Mujer Española. La clase media” en La España Moderna. Revista Ibero-Americana, XVII (mayo 1890), Madrid, Imp. Antº Pérez Dubrull, p. 109. 96 Cfr. Real decreto 2 de abril de 1835, Colección Legislativa 1835, Apéndice pp. 5- 32. 97 “Las Sociedades dependerán inmediatamente del Ministerio de lo Interior, con quien se entenderán por conducto de los Gobernadores civiles,...” Ibidem. Titulo XXIII, art. 162. p. 30. 44 que esto conllevaba en la adopción de la reglamentación citada. 98 Lo cierto fue que, sorprendentemente, sin ningún acercamiento argumental se zanjó la cuestión, tras varias sesiones de tratamiento, con “el corte de la discusión” por parte del Director, a petición de dos socios: el Intendente y del Secretario de la Subdelegación Provincial de Fomento. Tras ello, los nuevos y uniformes Estatutos Reales serían aprobados por “unanimidad absoluta” (Acta de Sesión 5-6-1835). Una vez más, un golpe de mano, en esta ocasión desde el Poder Central, reconducía los destinos de la Sociedad cordobesa. Intentando esclarecer las causas que llevaron a este rechazo, a falta de una explicación contundente en la documentación, por parte del grupo opositor, 99 establecemos un cotejo entre la nueva normativa y la autóctona valorando, además, la trayectoria de los socios insurrectos y la de la propia Institución que venimos analizando. Así, observamos que, amén de la supeditación, la Reglamentación Real suponía una reducción de las Secciones de trabajo y la incursión del ingreso y voto selectivos; sistema de ingreso indirecto y selectivo en completa oposición al de la primitiva normativa basada en “la libertad y maduréz” y constitución un censo de electores, pasando, así, de tener derecho de elección todos los socios asistentes a la Junta correspondiente, a tenerlo tan solo los cargos Directivos y los asistentes a más de doce Juntas anuales, resultando, de esta forma, que las siguientes elecciones, en las que resultaría Director el Gobernador Civil, los socios electores representaban tan solo el 98 Defendían su aplicación, el Director (recordemos, Conde de Torres Cabrera), los Secretarios (Esquivel ocupaba el cargo de primer Secretario) y dos socios con importantes cargos oficiales: el Intendente y el Secretario de la Subdelegación Provincial de Fomento. La postura opuesta la abanderaban los eclesiásticos de los Heros, Censor y el padre Muñoz Capilla. Vid supra y nn. 35 y 67. 99 No consideramos de peso el argumento de la falta de presupuesto para la adopción de la nueva Reglamentación, único que se menciona por los contrarios a la medida, debido a que ésta contemplaba liberación de monetario para el sostenimiento de estas Sociedades, además del establecimiento de una cuota anual entre los asociados; condiciones económicas infinitamente mejores que las que hasta ese momento había disfrutado la Sociedad. Por otro lado, nos cuesta pensar que el pago de una suma poco significativa al año (20 rls) supusiera un problema para socios tan “notables”. Abundando más en nuestra suposición, ¿por qué, entonces, la propuesta de esperar a ver la reacción de la Matritense ante los nuevos Estatutos?. ENCISO RECIO repasando diferentes modelos estatutarios de algunas Sociedades Económicas castellano-leonesas constata la existencia de rebeldía a la asunción de la centralización impuesta por estos años para el caso de la de Avila. “La marea política impuso, más de una vez, la reforma estatutaria,... En 1815, 1820, y, fundamentalmente, 1835 se sustituyó el centralismo dieciochesco,... por un designio dirigista y uniformista a ultranza.” “Las Sociedades Económicas Castellano-Leonesas.... p. 43. 45 20% de la Institución. Además, se excluiría la temática política de sus ocupaciones que, recordemos, había sido incluida en las reformas del Trienio y apoyada por socios que seguían en activo e, incluso, en la Dirección de la Entidad. 100 Unido a la prohibición expresa de tratar asuntos políticos, “...ni podrán tampoco felicitar al Gobierno, ni á las Autoridades por sucesos ó negocios que no tengan inmediata relación con los objetos de su instituto”. En la toma de posesión del Director resultante de la aplicación de las nuevas normativas, recordemos, Primera Autoridad Provincial, se insistiría, “... los asuntos sometidos á sus sesiones no pueden invadir las deliveraciones legislativas, ni las ejecutivas del gobierno...”. 101 Reconducida la situación, la Sociedad asumiría las nuevas Reglas y la simbiosis de los cargos de Gobernador civil y Director de la Entidad en una misma persona llevaría su aplicación a las optimas consecuencias. Yasí fue, un nuevo personaje, Esteban Pastor Díaz, “mendizabalista” y máxima representación provincial del Gobierno en esos momentos, resultaba elegido Director (16-12-1835). Junto a él dos socios veteranos, los eclesiásticos José Garrido y de los Heros en los cargos de Vicedirector (cargo que con el de Tesorero y Contador eran fruto del cambio normativo) y Censor respectivamente; Esquivel, Secretario en las dos anteriores Juntas Directivas, resultaba ahora Contador. 102 Incorporada, pues, al pragmatismo de la Administración burguesa en gestación, el primer semestre de 1836 transcurriría para la Asociación entre la preparación y evacuación de informes solicitados desde el Gobierno provincial, Institución transmisora de los planes gubernamentales. De esta forma, detrás de las reformas que se planificaban en capítulos como Educación, Agricultura, Industria, Comercio o la Dirección General de Correos estaría la mano y filosofía de la Económica Cordobesa. También la Diputación Provincial, organismo que cobraba 100 Frente a las siete Secciones que contemplaba la Sociedad en sus Constituciones vernáculas (“educacion”, “poblacion”, “agricultura”, “artes y oficios”, “comercio é imposiciones” “navegacion interior” y “recursos”) las de l835 solo contemplaban tres (“Agricultura”, “Artes” y “Comercio”). Nótese que temas tan espinosos como los de Educación o Imposiciones quedaban ahora fuera de las competencias de las Económicas. Temas, fundamentalmente el de Educación, que habían sido ampliamente desarrollados por la Cordobesa, como veremos más adelante. 101 Ciertos gestos del pasado parecían haber dejado secuelas en el Gobierno. Cfr. Libro 5º de Acuerdos de la Sociedad Económica de Córdoba, p.104. 102 Como vemos, a la vez que la línea más progresista de los asociados ganaba peso en puestos ejecutivos de la Dirección, la moderada, representada por Esquivel en este caso, sufría un desplazamiento hacía funciones técnicas. Vid. n. 87. 46 fuerza representativa en el nuevo organigrama, utilizaría sus servicios. Así, la Entidad sería la encargada de organizar los diferentes destinos de uso público para los conventos suprimidos en la ciudad. 103 Lamentablemente, volvemos a perder la pista de la Asociación tras la Sesión del 10 julio de 1836, en la que se da lectura a la despedida del hasta ese momento Director Pastor Díaz; se constata en Actas un “expresivo” y unánime agradecimiento. Lo único que nos es lícito aportar, sobre esta nueva interrupción, es la constancia de la mala situación económica de la Sociedad y el acercamiento hacía posturas comprometidas, en fechas próximas a la suspensión de la actividad asociativa. Pensando en los acontecimientos que agitaron ese verano al país y sin poder abandonar en esta ocasión el terreno de la hipótesis, apuntamos la posibilidad de que, al igual que un quincenio atrás, los socios de la Económica tomaran excesivo partido en éstos. Tras esto y sin más aclaraciones, se reseña en el Libro de Sesiones la “Reinstalación de la Sociedad patriótica de Córdoba [...] que se hallaba... disuelta por las tristes pasadas circunstancias...” (Sesión 24 de enero de 1841). A partir de ese momento parecían revivirse otros tiempos: el Gobernador provincial convocaba a los miembros de la Corporación, que acudirían encabezados por las máximas autoridades públicas provinciales. 104 En la misma Sesión de reconstitución se realizarían las elecciones, que darían la Dirección a alguien que no provenía, en origen, ni del ámbito político- administrativo ni del eclesiástico: un Magistrado, José Illescas Cárdenas. 105 Si bien es cierto que, “Honorario”, acabara de finalizar su cargo como Regidor Municipal al que hubiere sido encumbrado en el caliente otoño anterior. En la Vicedirección, otro alcalde cesante, Pedro Cadenas. 103 En la Comisión encargada de dicho asunto figuraba parte del elenco más progresista de la Entidad: entre otros, Esteban Pastor, Fr. Muñoz Capilla, de los Heros y F. Diaz Morales. Vid supra. 104 Asistieron 45 individuos entre ellos, además de antiguos socios conocidos, estarían Iznardi, Jefe Político convocador, el Intendente y otras autoridades provinciales de rango superior; demás se citó “á patriotas cuya ilustracion honradez y filantropia” se conocía. 105 Significativo nos parece que en Actas el Director electo conste como “segundo director”, cuando no existía cargo con tal denominación, salvo en las antiguas Constituciones y con especificas peculiaridades que no eran del caso. Parece evidente que el Jefe Político, sin necesidad de pasar por la criba electiva, sería el titular de la primera Dirección. Por otro lado, tenemos que añadir que AGUILAR GAVILÁN menciona a Illescas Cardenas como “progresista antiayacucho”. Cfr. Vida Política y Procesos Electorales... p. 168. 47 El número máximo de miembros que alcanzaría la asociación, un mes después de su restablecimiento, rozaría la centena. Aspecto destacable en estos momentos, en cuanto a su organización, es que se hallare estructurada en siete Secciones de trabajo, las mismas que establecieran las viejas Constituciones de Arjona, cuando la normativa impuesta en el año 1835, que estipulaba tan solo tres, como hemos visto, aún seguía oficialmente en vigor. Además de ello, las referencias que se hacen en varias ocasiones a artículos reglamentarios remiten, igualmente, a la primitiva norma. La Sociedad, por tanto, retomaba viejos tics de autonomía reglamentaria. De forma más abierta se expone ello, transcurrido un trimestre de esta nueva etapa, cuando se propone reformar la reglamentación que se abordaría a lo largo de diferentes sesiones. 106 Laboriosa debió ser la misión, pues hubo necesidad de insistir en la propuesta unos meses después y el proceso global para su aprobación final (incluyendo sesiones de trabajo en las que tras la lectura del texto ya aprobado, se discutió y modificó), duró más de dos años. Pese a lo que pudiera parecer, esta muestra de autoctonía, por parte de la Económica no mermó su coordinación con el Representante Gubernativo provincial. Póngase el caso de la cooperación para el acopio de datos estadísticos que se enmarcaba dentro de un Plan General del Gobierno; su adhesión a la “Sociedad para propagar y mejorar la educación del pueblo”, Asociación que gozaba del beneplácito gubernamental; colaboraciones para la promoción del fomento industrial o la informativa al proyecto de un “Codigo Rural”, que sería coordinada por la Matritense. Añadiendo a todo esto que el Boletín Oficial de la Provincia, a modo de su órgano de prensa, hiciera de eco de avisos y sesiones. Amén de estas actividades compartidas con la oficialidad, proseguía la Cordobesa recuperando iniciativas pretéritas, de rentabilidad más cercana, en el campo asistencial y 106 La iniciativa corrió a cargo de tres socios adjuntos a la Sección de Educación; Sección que, como hemos dicho anteriormente, no se contemplaba en los Estatutos diseñados por la Administración Central en 1835. No nos parece marginal el dato ya que, como iremos viendo, de este grupo partirían las proposiciones más renovadoras en toda la trayectoria de la Sociedad. En el periodo que analizamos, Educación sería la más concurrida con diferencia sobre el resto y, aunque no consta ni en los Estatutos antiguos ni en los Cristinos articulo alguno sobre el número de individuos que debieran tener cada una de las Secciones, observamos que, hasta la fecha, la cuantía venía siendo equilibrada entre ellas y sujeta a la elección del Director. Ahora, por el contrario, los socios adscritos a Educación prácticamente duplican a las agrupaciones más numerosas; recuérdese, al respecto, que sería durante el Trienio cuando se propondría la libre elección de pertenencia a cada una de ellas. Vid. supra. 48 de la sociabilidad. 107 Igualmente, sobre proyecto acordado, se reanudaban los contactos con otras Económicas provinciales y nacionales; se mencionan expresamente en Actas las de Gerona, Madrid, Barcelona, Cuenca, Cádiz, Puerto de Santa María, Sevilla, Granada, Valencia, León, Lérida, Murcia y Constantina. 108 Se manifiesta también, por estas fechas, un gran interés por el acopio bibliográfico: añádase, al sistema ya practicado de adquisición de publicaciones por medio de intercambios con otras sociedades, envíos gubernamentales o donaciones así como la solicitud oficial de traslado a sus instalaciones, de la biblioteca del desaparecido convento de San Agustín, que se encontrara ya bajo su conservación y custodia. 109 Por lo demás, continuaban 107 La Económica, valiéndose de instituciones y corporaciones existentes en la ciudad, como la Junta Municipal de Beneficencia y los “profesores de Cirujia”, desplegó todo un plan de actuación para acometer la labor de vacunaciones en un momento en que el Estado Liberal, en pleno desarrollo, aún no asumía por completo dichas funciones asistenciales. Sobre la formación del sistema de beneficencia y asistencia social liberal en Córdoba cfr. LÓPEZ MORA, F., Pobreza y Acción Social.... pp.354 y ss. Vid etiam n. 76. Por otro lado, al igual que en otros momentos como hemos ido viendo, algunas actividades societarias serían objeto de su atención. Fue el caso de la propuesta de creación de un “Liceo” (Acta de 27 de julio 1841) que trataremos en otro capítulo; sus relaciones con el Ateneo malagueño o el mismo hecho de ceder en varias ocasiones su sala de reuniones a sociedades cordobesas emergentes de distintos cometidos (sociedades mineras, de socorros, para la construcción de una plaza de toros, la navegación del Guadalquivir o sociedad filarmónica) en lo que vemos algo más que un gesto de cortesía o compromiso con alguno de los asociados inmiscuidos en éstas. Considerando la coyuntura histórica de la sociedad burguesa en crecimiento y las actividades que desarrollaría la Sociedad de Amigos e iremos exponiendo, lo interpretamos, además, como un gesto de apoyo y apertura a los cambios socio-económicos que se operaban. 108 Considérese que el Archivo de Secretaría de la Sociedad, a pesar de su enorme caudal de documentación, no se ha conservado en su totalidad; concretamente, de este periodo no hemos encontrado nada, por lo que solo transmitimos lo constatado en los libros de sesiones, sin descartar la posibilidad de otras relaciones. Interesante resulta conocer que los lamentos barceloneses contra el Ayacucho llegaran a la Económica cordobesa a través de su homónima y se determinara su examen. La comunicación intersocietaria actuaba pues a modo de correa transmisora de intereses regionales que, obviamente, tenían algo más que la pura intención informativa. 109 Apasionante tema de investigación sería sumergirse en los fondos bibliográficos de la Entidad para captar de primera mano, sin los efectos colaterales de la interpretación documental, las preferencias temáticas y signatarias de la Sociedad, con lo que ello supone para un seguimiento de la evolución del pensamiento en su seno. En su momento realizaremos esta incursión con las debidas reservas, ya que en la actualidad dichos fondos bibliográficos se encuentran imbricados con los de dos centenarias 49 manifestándose viejos problemas en su interior, como el absentismo y la falta de recursos. 110 Bajo todo el contexto expuesto, las elecciones se sucedían en su Junta rectora. El Magistrado, transcurrido tan solo un semestre de su Dirección, sería reemplazado, por un médico, Antonio Luna (29 de junio de 1841), que ocuparía el cargo hasta febrero de 1844. 111 Su relevo devendría peculiar, hasta el punto de ser necesario efectuar dos vueltas en la elección; circunstancia nada habitual para la Sociedad, por cierto, y encumbraría a Ramón Aguilar Fernandez de Córdoba a la Dirección. Éste, Presidente, así mismo, de la Academia cordobesa, permanecería hasta noviembre de 1848, con el ascenso de Leonardo Talens de la Riva, “cesante” Jefe Político; 112 compartiría plaza en la Junta rectora como Censor, el viejo conocido de los Heros. instituciones cordobesa: El Círculo de la Amistad. Liceo Artístico y Literario y la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. Queremos remarcar, no obstante, y como avance, el hecho de que el germen inicial de su Biblioteca fuera la Agustina, dada la conocida adscripción a las nuevas ideas de dicha orden regular. 110 Tras los primeros meses de entusiasmo por la reconstrucción, empezamos a observar un descenso considerable en la asistencia a las sesiones. En cuanto al problema financiero, éste, se iba acentuando a pesar del incremento de las cuotas. No hemos encontrado mención alguna en estos años, a subvenciones gubernativas como hasta la fecha venía ocurriendo. 111 Llegado este punto, hay una serie circunstancias que se dieron en la elección del nuevo Director que nos parecen bastante significativas: primeramente, salvo otro caso ya citado y rodeado de especiales condicionantes, los procesos electorales se sucedían en la Económica cordobesa anualmente, por lo que resulta inhabitual tan pronta remoción; si a ello unimos que el saliente, progresista comprometido, solo obtuviera 1 voto frente al galeno, con 52, cuando tan solo unos meses atrás, fuera aclamado por unanimidad; que para el cargo de Censor, recordemos, crucial para la interpretación reglamentaria, fuera desplazado un antiguo socio con gran experiencia en dicha función y clérigo de ideas progresistas, por un administrativo; amén de la aparición en escena de un hombre de consenso congénito, el farmacéutico Francisco de Borja Pavón, al frente de otro puesto importante en la Directiva, como lo era el de Secretario... el mimetismo con los acontecimientos que se desarrollaban en el ámbito político parece estar servido. Por otro lado, la nueva Junta rectora auspiciaba ya claramente a la ascendente Burguesía local, de la mano de los dos sanitarios. Lo que apreciamos igualmente, en las nuevas corresponsalías concedidas, en las que ingresan socios procedentes de la Abogacía y Educación. Destacamos dos nombres entre los recién incorporados: Mesonero Romanos y Amador de los Rios. 112 De nuevo nos parece ver un reflejo de gestos políticos, el resultado electoral sería, en su primera vuelta, de magistral equilibrio: igualdad de votos para los tres aspirantes, Aguilar Fernández de Córdoba, de los Heros y Luis Bertran. Si bien no hemos podido obtener muchas noticias del flamante Director, una serie de indicios nos lo muestran como hombre apropiado para la “unión”. Es el caso de su ausencia de la arena política activa y su, ya prolongada, estancia en la Presidencia de la Academia; remanso de paz por estos años, comparado 50 La Diputación Permanente en la Corte sufriría, así mismo, algunos cambios durante el periodo tratado: la encontramos constituida, en septiembre de 1841, de nuevo, por el obispo Bonel y Orbe en la Presidencia, acompañado de José López Pedrajas como Secretario, reincidente igualmente además de Eusebio Bardají y Azara y Esteban Pastor Diaz, personalidades conocidas y de cuya trayectoria en la Sociedad cordobesa ya hemos hablado anteriormente. En noviembre de 1847 la representación cortesana haría algunos ajustes por el ascenso del Prelado, que sería sustituido en la Presidencia por el marqués de la Vega de Armijo entrando, en este cuerpo, Antonio Gutiérrez de los Ríos. La Económica Cordobesa se iría diluyendo conforme se acercaba el ecuador del siglo. Nos da la impresión, con la lectura de sus últimas actas de sesiones, de que hubiere caído en un agotamiento extremo. La asistencia a las Juntas sería cada vez más reducida, llegándose a una media de seis individuos los años de 1847-48, incluidas las Juntas de Elecciones y Generales. Conocemos, por documentación de la Real Academia de Córdoba, que los años finales del periodo solo se anotan 16 individuos en documentos de carácter contable, algo que aportamos como dato orientativo, pues bien podría ser causa de una mayor morosidad. 113 Cierto es, que en las noticias postreras de que disponemos, el problema de los fondos cobra mayor relieve, sí cabe, hasta el punto de inutilizarla para la realización de diversos trabajos; si a ello añadimos que no se refleja ninguna subvención oficial, como en otras épocas, todo nos aboca a considerar la importancia del factor financiero en el decrecimiento de la Sociedad. Sin olvidar, tampoco, el factor coyuntural que rodeara al año de 1848 y que sería clave para la merma de la actividad asociativa. Descartamos el empleo de la palabra desaparición, pues el curso de nuestras investigaciones nos ha permitido conocer que su destino no fue tal, ya que durante un cuarto de siglo, aparentemente desaparecida, permaneció con la frenética actividad pública de la Económica. En cuanto a sus contrincantes; conocemos sus tendencias progresistas, llevadas a la participación activa por Luis Bertran de Lis. “ Una era de ventura principiamos a disfrutar desde hoy,... la felicidad debe coronar nuestro triunfo. Para que así suceda, el partido de la coalición,... por doquier se presenta firme, unido y compacto... Unión, confraternidad entre los coaligados, sea nuestra divisa...” Carlos Ramírez de Arellano, Presidente de la Junta Auxiliar de Gobierno en 4 de agosto de 1843, apud. PALACIOS BAÑUELOS, L., Córdoba Contemporánea.... pp. 199-200. Carlos Ramírez de Arellano se había incorporado a la Sociedad en enero de 1841 fecha de su reinstalación. 113 No nos cuadra encontrar datos de la actividad normal de la Sociedad, tan solo cuatro años después y sin señales de reconstrucción, que parecen apuntar a un mayor número de miembros, como veremos en su momento. 51 acogida por otra Institución cordobesa, que surgiera años ha de su seno y que la Patriótica no sólo había gestado sino custodiado durante los cuarenta años previos; nos estamos refiriendo a la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Actividades e Iniciativas de la Patriótica Cordobesa durante la primera mitad de siglo.- Expuestas las bases de la estructura interna de la Sociedad Económica de Córdoba en la primera mitad decimonónica nos centramos ahora, en el análisis de la acometida de proyectos y actuaciones. Todo ello enmarcado en tres grandes apartados que constituirían sus objetivos originarios y primordiales esto es, Educación, Fomento y Beneficencia. Objetivos que se repiten incansablemente, desde las primeras sesiones aún ancladas en la anterior centuria y que casaban a la perfección con los planteamientos de Campomanes en sus dos compendios reformistas. La Educación, no en vano citada en primer lugar, será para la Sociedad consustancial a su existencia y en la que se involucrará con las instituciones gubernativas llevando, en la mayoría de los casos, la iniciativa. 114 Recordemos que el nacimiento de la propia asociación estuvo desde el principio vinculado a este fin a través de la “Casa- Colegio de Educandas” que, como otras Escuelas Patrióticas, perseguía la formación practica, “util”, en un primer momento de niñas “pobres y huerfanas”; si bien es cierto que en el Acta fundacional (junio 1779) queda constancia de la amplitud de miras educativas de la Corporación al proyectar su extensión posterior a la educación masculina y a la creación de otras escuelas públicas o “amigas”. 114 “...procurando hacer utiles al Estado todas las personas avilitandolas a la enseñanza, é Instrumentos...” Acta fundacional 6 de junio de 1779, Libro 1º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y su Reyno. “...el daño de que proviene todo el mal es la falta de educacion, enseñanza y aplicación...” Ibidem. MORENO GONZÁLEZ califica a las Patrióticas como “vías alternativas” utilizadas por los Ilustrados para la reforma educativa. “Hacia la felicidad pública por la Ciencia y la Educación” en Revista de Educación, Número Extraordinario “La Educación en la Ilustración Española” (1988), Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, p.419. 52 Inicia por tanto la Sociedad Cordobesa su destino regenerador vinculado a la formación de la población infantil femenina y su aplicación al desarrollo de la industria textil. Partiendo de los principios básicos de la utilidad ilustrada se expresa desde su creación, la simbiosis necesaria y buscada entre Formación-Educación y Fomento nacional. 115 Imbricado todo ello, con sus fines “patrióticos” hacia la Monarquía por extensión y al desarrollo comarcal como objetivo próximo. Se piensa pues, como primer motor para tal logro en las féminas. No solo como grupo humano productivo sino también, como transmisoras de valores a través de la unidad familiar siguiendo de nuevo en esto, las voces de los arbitristas más sobresalientes del momento y pasando al terreno empírico. 116 Se deja constancia en actas de la elección de las mujeres para el comienzo de sus iniciativas reformistas por la importancia del papel que éstas podían jugar desde el ámbito “util” y educativo frente a las nuevas generaciones. 115 “Se pensó en convertir a la enseñanza profesional en vehículo de industrialización [ ...] a los objetivos inicialmente sociales, se suman otros de carácter netamente económico” HELQUERA QUIJADA, J., “Asistencia social y enseñanza industrial en el siglo XVIII: el Hospicio y las Escuelas- fábricas de Alcaraz, 1774-1782” en Investigaciones Históricas, 2 (1980), p. 77. 116 Nos parece destacable el hecho de que un puñado de socios fundadores se plantearse la aplicación de estas medidas de fomento industrial a través del “sexo demoniaco”, simultáneamente a la aparición de las primeras medidas legislativas encaminadas a tal regularización. Recuérdese que en normativa del año 1779 se faculta a las mujeres a ejercer oficios “compatibles con el decoro de su sexo” lo cual sabemos, iba encaminado al desarrollo industrial y manufacturero a que abocaban los nuevos tiempos. Cfr. BERNAL, A-M., “Antiguo Régimen y transformación social” en Antiguo Régimen y Liberalismo. Homenaje a Miguel Artola, t 1, Universidad Autónoma, Madrid, 1995, pp. 84-85. Vid etiam n. 9. Voces con similar finalidad se alzaban por las mismas fechas, en las juntas de la Matritense con ocasión de las reñidas discusiones sobre la incorporación de mujeres a dicha sociedad. Se argumentaba como un “beneficio” su presencia en aras a la “reconversión” socioeconómica que se experimentaba. Una madrugadora luchadora por los derechos femeninos, Josefa Amar y Borbón, clamaba porque la Sociedad de Amigos de Madrid se adaptara “a los nuevos tiempos... asumiendo las nuevas funciones que la mujer debía desarrollar colaborando al progreso de la comunidad”. López de Ayala lo expresaba así:“Instruyendo a las mujeres, haciéndolas utiles en tantas artes mecánicas.... ganará la agricultura y otros oficios, los brazos que ahora se emplean en aquellas. Se evitarán así los desordenes de la ociosidad, se aumentarán los matrimonios....” Cfr. NEGRÍN FAJARDO, L., Educación Popular En La España.... Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, 1987, pp. 127 y ss. Sobre el cambio social experimentado en los inicios de la incorporación de las mujeres al mundo fabril Vid etiam LÓPEZ AYALA, A- LÓPEZ AYALA, B., “Mujer y Trabajo” en Historia 16, 145 (1988) pp. 33-40. 53 Se insiste en su función de garantes de los nuevos ideales a potenciar coincidiendo nuevamente, con las proyecciones ilustradas. 117 Es por todo esto que nos ha parecido interesante, desde esta perspectiva, el seguimiento del contenido curricular aplicado en la “Casa- Colegio de Educandas de la Concepcion de Nuestra Señora y patrocinio de San Josef” (abril de 1781) y en la Escuela Pública o “Amiga” (autorización en febrero de 1782) fundadas por la Cordobesa. Ambas instituciones dedicadas a la Educación Popular y dirigidas en exclusiva a la población femenil hasta su cierre; pese al proyecto inicial de la sociedad de extender la enseñanza a la infancia masculina. Centros que plantearon una educación y formación integral encaminada a la instrucción en el oficio de tejer en aras a la recuperación de tan útil menester para la ciudadanía cordobesa. De ahí, que la “fabrica de Linos, Lana y Algodón”, 118 abierta por la entidad y aneja a ambas instituciones de enseñanza, se abasteciera también, con la producción de las labores de educandas y pupilas, revertiendo parte del producto de su venta de nuevo a éstas para su manutención, junto con otros fondos oficiales solicitados. 119 En honor a la justicia hemos de aclarar que, pese a los coherentes planes de financiación, el coste de mantenimiento de los centros mencionados fue sufragado en importante medida con 117 “ y quando salgan sean utiles, asi, y al Estado, y cuio exemplo, buena crianza, y aplicación, se difunda en sus hijos, y familias....”; “Hicieron eleccion de su piadoso empleo en este sexo, por ser en el que mas se interesan las familias, y las Casas” Acta fundacional 6 de junio de 1779... “... de todos los medios que un sabio legislador puede poner en planta para mejorar las costumbres y conservarlas en su decoro, es asegurar la educación de las niñas, que un dia han de ser madres de familia, la más importante, pues ambos sexos reciben las primeras impresiones de las advertencias y del ejemplo de sus madres” (Memoria en defensa de la participación de las mujeres en la Matritense. Campomanes, 1775) Apud VARELA, J., “La Educación Ilustrada o cómo fabricar sujetos dóciles y útiles” en Revista de Educación... p. 272. 118 No consta, en la documentación analizada, fecha de inauguración de ésta pero datos de contaduría nos muestran su pleno funcionamiento en 1783. 119 Un ilustre Matritense calificó a las Patrióticas como “unas escuelas teorico-prácticas de la aplicación e industria nacional” SEMPERE Y GUARINOS, Ensayo de una Biblioteca española de los mejores escritores del reinado de Carlos III, ed. Facsímil, Biblioteca Románica Hispánica, dir. D.Alonso, Madrid, 1969, p. 82, n. I Acudiendo a los orígenes de la industrialización, en su día Locke ya preconizó la creación de las “work house schools”. ESCOLANO BENITO vincula la formación técnica extragremial directamente con la industrialización. Cfr. “Economía e ilustración. El origen de la escuela técnica moderna en España” en Historia de la Educación, 1 (1982), Universidad de Salamanca. 54 aportaciones de los socios al no llegar con regularidad las asignaciones oficiales o ser insuficientes al igual que las nebulosas cuentas de la fabrica. Lo cierto es, que con estas primeras iniciativas de la Patriótica cordobesa, quedan explícitos los objetivos que marcarán su existencia esto es, el carácter benéfico con la erección de la Casa-Colegio destinada a acoger la orfandad y erradicar simultáneamente, la mendicidad; el fomento del trabajo y desarrollo con la orientación practica así como con la elección del sexo femenino como elemento difusor de nuevos hábitos y al mismo tiempo, el despliegue de una actividad preindustrial y todo ello a su vez, englobado en un proyecto de instrucción general como solución regeneradora de continuidad. Volviendo a la planificación de currículos, si bien es cierto que en el documento fundacional el programa a seguir para las huérfanas no abandona la tónica general del momento para la educación popular de niñas (no reglada aún, como sabemos, y consistente en “costura y Doctrina”), en este mismo lugar ya se apunta la intención de ampliar el campo a la enseñanza de la lectura para la futura “Amiga”. 120 Sin normativa 120 Por las mismas fechas, anótese que el Consejo al aprobar el establecimiento en Zaragoza de las Escuelas gratuitas, basándose en la Real Cédula de 11 de mayo de 1783 que las regulaba, argumenta: “El fin y objeto principal de este establecimiento es fomentar la buena educación de las Niñas en los rudimentos de la Fé católica, en las reglas del bién obrar, en el exercicio de las virtudes, y en las labores propias de su sexo... , en el manejo de su casa, y en las labores correspondientes, como es la raiz del aumento de la Religión, y el ramo que más interesa a la policía y gobierno económico del Estado” aunque ya contemplaba la posibilidad del aprendizaje de la lectura en caso de solicitud de ello por parte de alguna alumna. Cfr. LOPEZ TORRIJO, M., “La R.S.E. Aragonesa y la educación de la mujer” en Educación e Ilustración en España. III Coloquio de Historia de la Educación. Publicaciones de la Universidad de Barcelona, Barcelona, 1984, p. 269-270. En Émile ou de l´éducation, obra de decisiva influencia para de los nuevos métodos pedagógicos que circulaban por Europa y en su día serán adoptados por la Económica cordobesa, se podía leer sobre la educación mujeril: “La educación de las mujeres deberá estar siempre en funcion de los hombres: agradarnos, sernos útiles, hacer que las amemos y estimemos, educarnos cuando somos pequeños, cuidarnos cuando nacemos y crecemos... Estas han sido las tareas de la mujer y eso es lo que se las debe enseñar en su infancia” apud. ORTEGA LÓPEZ, M., “La Educación de la mujer en la Ilustración española” en Revista de Educación, Número Extraordinario “La Educación en la Ilustración Española” (1988), Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, p.311. “...no las permiten el mando en público y se lo conceden en absoluto en secreto, las niegan la instrucción [...] Nacen y se crían en una ignorancia absoluta; aquellos las desprecian por esta causa, ellas llegan a persuadirse que no son capaces de otra cosa, y como si tuvieran el talento en las manos, no cultivan otras habilidades que las que puedan desempeñar con éstas.”; “Los hombres instruidos y civiles... han sabido arrogarse cierta superioridad de talento, y yo diría de ilustración, que, por faltarle a las mujeres, 55 aún que regulara ésta cuestión, tenemos noticia de la enseñanza de escritura a las educandas, por parte de uno de los socios eclesiásticos, unos años después de su apertura (1788). 121 Después de lo cual, no volvemos a encontrar mención a contenidos docentes hasta los inicios del nuevo siglo, en las Constituciones de la Casa-Colegio de Educandas (1803) elaboradas, al igual que la normativa general de la institución, por el Penitenciario Arjona. En ellas, en el capítulo dedicado a la enseñanza de las niñas, se contempla la urbanidad, lectura y escritura y se hace mención, en otro apartado sobre la organización general del centro, a las atribuciones “privativas” del Diputado Eclesiástico sobre la instrucción en materia de Religión. 122 En estas fechas coincidían autor del reglamento y dicho cargo. Otro aspecto que nos parece interesante del mismo documento es la proyección de la formación de personal docente entre las educandas. Con ello el Canónigo, recién llegado a la sociedad y encaramado ya, a la dirección del Colegio junto con otros dos Diputados; no solo daba señales de su criterio en favor de la incorporación de las parecen éstas sus inferiores [...] Saben ellas que no pueden aspirar a nigún empleo ni recompensa pública, que sus ideas no tienen más extensión que las paredes de una casa o de un convento.” (Amar Borbón, “Discurso en defensa del talento de las mujeres”, 1768) Apud. MARTÍN GAITE, C., Usos Amorosos... p. 265. 121 Siguiendo la regulación normativa de las Escuelas Populares el aprendizaje de la escritura a las niñas no se contempla hasta 1797. “Un año hace que visitando el excelentisimo señor don José de Zaragoza las escuelas de esta corte, halló una sin mesas; preguntó a la profesora donde escribían las niñas, y contestó que en ninguna parte pues era cosa que no la necesitaban por serles más prejudicial que útil” (Album de Señoritas, 1852) Apud. SCANLON, G.M, La Polémica Feminista En La España Contemporánea (1868-1974), Madrid, 1976, p. 15. 122 Seguimos aquí la reglamentación impresa que fechamos, por una serie de datos transversales, en 1811; coincidiendo con la publicación de las Constituciones de la entidad. No obstante, fruto del cotejo de documentación publica y privada encontramos que las mismas reglas contemplaban la enseñanza de Doctrina con Fleury, lo que se omite en prensa. Vid supra p. 10. Tampoco se menciona en la impresión “la enseñanza tecnica” de la costura que existiera desde la fundación del primer centro educativo y que sí consta en el original. Años más tarde, el canónigo reprochará a la Sociedad la poca dedicación a la formación práctica. Cfr. Constituciones De La Casa- Colegio De Educandas De La Real Sociedad Patriótica De Córdoba Titulada De La Concepcion De Nuestra señora y Patrocinio De San Josef en Córdoba En La imprenta Real De Don Rafael Garcia Rodrigez. Vid etiam. Noticia Histórica De La Real Sociedad Patriótica De Córdoba, Desde Su Fundación En 1779 Hasta Fin De 1815. Córdoba: Imprenta Real De Don Rafael Garcia Rodriguez. Año de 1816. 56 mujeres a la labor educativa, si no que su idea se anticipaba más de cuarenta años a la aparición de centros de tales caracteristicas en el resto del reino. Sin duda, el hecho de que al hacerse cargo del Colegio “ya no se enseñara a escrivir”, debió motivarlo. 123 Al semestre de su diputación se retomaba la enseñanza de la escritura. No cejaría en su intento de potenciar más la educación de las niñas y así queda reflejado en varios de los ocho puntos de reforma para Colegio que propone a la Sociedad al acceder al cargo. Esta inquietud le llevaría, unos años más tarde, a solicitar, al frente de sus compañeros de delegación, el refuerzo de la “enseñanza cristiana”; cuyo desenlace, coadyuvado por otros factores, desembocaría en el suceso ya mencionado de “la insobordinación de las maestras”. La solución del obispo Trevilla, quien dirigiera la Económica en esos momentos, para atajar el déficit, no pareció satisfacer a ninguna de las partes. 124 123 Considérese que, si bien la preparación teórica de los maestros comenzara a plantearse hacia el último cuarto del siglo dieciocho, la femenina no lo haría hasta la cercanía al ecuador del siglo siguiente. En estos años, la formación del personal docente femenil a la cabeza de Escuelas Populares de tal índole, salvo excepciones ( Madrid, Zaragoza...), consistía en el conocimiento de la Doctrina e informe favorable acerca de su vida y costumbres; preparación anclada aún, en una disposición oficial de 1771. Cfr. RUIZ BERRIO, J., “ La Educación del Pueblo Español en el proyecto de los Ilustrados” en La Educación en la Ilustración... pp. 163-192. Vid etiam. BARTOLOME MARTINEZ, B – LORENZO VICENTE, J.A., “Los Maestros de Primeras Letras. Defensa del intrusismo en la España Ilustrada” en Educación E lustración En España, III Coloquio de Historia de la Educación, Publicaciones de la Universidad de Barcelona, Barcelona, 1984, pp. 394-405. 124 Recuérdese, que el Diocesano optó por el refuerzo con la aplicación curricular del Catecismo de Ripalda mientras el Penitenciario había implantado a su llegada, el de Fleury; no había pues, armonía entrambos. Quizá, al recién desembarcado montañés le pusieran sobre aviso ciertas señales amén de la recomendación de lecturas foráneas por parte del Canónigo, como fuera, el recurso a la nomenclatura “enseñanza cristiana” en lugar de “Doctrina” como se venía apellidando a la disciplina hasta entonces; la trayectoria vital en Sevilla del “impulsor de academias”; sus amistades peligrosas ... Si a ello añadimos otro factor de su nuevo destino: la aún resonante fama jansenista de “los pelagianos”; comprenderemos que las posiciones, al menos en un primer momento, no fueran muy coincidentes. “ Quisiera yo... que nunca se oyera hablar de teólogo español, de juventud española, sino de teólogo cristiano, de juventud cristiana” (Obispo de Murcia en respuesta a la negativa de reformas de la Cámara de Castilla). Vid. MARTÍN HERNANDEZ, F., “Presencia del pensamiento europeo en los estudios eclesiásticos españoles del siglo XVIII” en Cuadernos Salamantinos De Filosofía III, (1976), Universidad Pontificia de Salamanca, p. 287-288. Vid etiam. CUECA TORIBIO, J.M., “Pedro Trevilla, hombre de paz... pp. 108-112 y NAVEROS SÁNCHEZ, J., El Fundador De La Real Academia De Córdoba... pp. 46 y ss. 57 Atrás los difíciles comienzos, el trienio galo supondría para la Patriótica cordobesa, su época dorada. Si bien no todos sus proyectos educativos tomarían forma por distintas circunstancias, la actividad de planificación fue arrolladora. Bajo la dirección del Penitenciario se plantea la creación de cátedras de Matemáticas y Nobles Artes, Historia, Química, Economía Política y Agricultura (Junta pública 11-9-1810) apostando claramente, por materias encaminadas a la práctica, como ya recomendaran célebres ilustrados españoles años atrás y que serían bien acogidas por la autoridad foránea ya que coincidían plenamente, con la línea educativa que trataba de adoptar el nuevo Rey en la Península. Otra cosa era que la Prefectura dispusiera de los fondos necesarios para la puesta en funcionamiento de todas ellas pues concretamente, las de Química, Economía Política y Agricultura se proyectaban con “experimentos y ensayos”, lo que elevaba el presupuesto de gastos. 125 No obstante, la predisposición de la autoridad provincial fue prometedora. Tras la aprobación de todas las cátedras y mandato de apertura “sin detencion ninguna”, de las de Historia y Economía Política, se planificaron recursos para costearlas entre las distintas instituciones locales y provinciales, así como la aportación de bienes desamortizados. La Sociedad se puso de inmediato a la labor de sugerir al Prefecto posibilidades de financiación como fue el caso de aplicar parte de los fondos de San Pelagio a la proyectada cátedra de Química; del colegio del convento de San Pablo a la de Matemáticas y Nobles Artes y otras. Podemos constatar que finalmente, llegaron a funcionar las de Matemáticas y Nobles Artes, Historia, Economía Política y Agricultura. 126 125 La solicitud a las autoridades correspondientes, de terrenos para “hacer ensayos de Agricultura” desde este momento, será una constante para La Económica Cordobesa a lo largo de todo el siglo. Lo que evidencia su madrugadora actitud cientifico-experimental. 126 La cátedra de Nobles Artes, orientada al fomento artesanal “...para mejorar la industria popular y los oficios, los secretos de las artes,...”, se dotaba en este caso, de la disciplina de Dibujo. Recordemos que la enseñanza de dibujo, inexistente en la formación gremial, junto con la de matemáticas formaron parte de las nuevas materias educativas a implantar por Campomanes, que intentara escapar de la rigidez de estas corporaciones. Del mismo modo que también lo hiciera, la Carta de Bayona. “dentro de la estrategia pedagógico-económica que instrumentaron maestros ilustrados en su política de “fomento”, la difusión de las enseñanzas técnicas de diseño o dibujo constituyó un objetivo prioritario” ESCOLANO BENITO, A., “Las escuelas de diseño y dibujo y la renovación de las artes industriales en la segunda mitad del Siglo XVIII” en Educación E Ilustración En España.. III Coloquio de Historia de la Educación, Publicaciones de la Universidad de Barcelona, Barcelona, 1984, p.444. Dibujo, Matemáticas e Historia se hicieron realidad gracias al ofrecimiento de un socio, el presbítero Hoyos Noriega, rector entonces del Colegio de la Asunción, de ubicarlas en dicho centro. Junta Pública 58 ordinaria de 18 de septiembre de 1810 y ss, Libro 2º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba. Posteriormente, la de Historia y Arqueología, al igual que las de Economía Política y Jurisprudencia quedarían a cargo de la recién erigida Academia. La apertura de la de Economía Política (1813), planificada desde la Sociedad, corrió a cargo de Arjona que recomendara para su seguimiento las obras de Bentham, Adam Smiht y J.B Say. Materia de trayectoria guadanizada en España y dependiendo siempre de los periodos más aperturistas, se hallaba también incluida en los planes de educación superior a implantar por José I, en concordancia con las medidas liberalizadoras preconizadas por el Gobierno francés. Cátedras homónimas se instituyeron por las mismas fechas en diferentes puntos de la geografía peninsular al amparo de Sociedades Económicas o bien de Consulados. La Matritense, modelo a seguir, la crearía en 1815; la Económica de Málaga en 1818. En 1809 se fecha su aparición en Gran Bretaña. ESCOLANO BENITO estudiando la época que nos atañe, vincula la solicitud de estas cátedras a “varias corporaciones periféricas, que agruparon a los núcleos protoburgueses e ilustrados del periodo anterior” Cfr. “Notas sobre la enseñanza de la economía política en el primer tercio del siglo XIX” en Historia De La Educación, 2 (1983), Universidad de Salamanca, p.32. “...las cátedras de economía política, que constituyen por una parte un refugio académico para la ideología liberal y la posilustración bajo el ciclo histórico de la restauración fernandina, sirven al mismo tiempo de soporte para la defensa política de los intereses económicos de los núcleos burgueses de quienes dependían” Ibidem. p. 37. “... los debates político-económicos generados en las primeras experiencias constitucionalistas, que dieron origen a la cristalización de los grupos liberales, avivaron el interés por las cuestiones de teoría económica [...] la mayor parte de nuestros teóricos de la economía política pertenecieron a estos grupos liberales, tanto los que tuvieron que huir al exilio como los que, disfrazando sus actitudes, permanecieron en el país [...] la experiencia europea de los exiliados fue sumamente útil para la configuración teórica de la ciencia económica en España, al entrar éstos en contacto directo con los medios, británicos sobre todo, en los que se estaba formalizando este nuevo sector académico” Ibidem. “Los ideales de la ilustración no podían sufrir el choque de la ideología burguesa sin ser arrollados, aunque, paradójicamente, fueron los ilustrados los que más contribuyeron a difundir aquella ideología, al promover y fomentar los estudios de Economía Política.” ANES, G., Economía E Ilustración... p. 40 “... fueron en mas de una ocasión los economistas y las Sociedades Económicas excelentes conductores de la “electricidad filosófica” y revolucionaria, ....” MENEDEZ PELAYO, M., Historia De Los Heterodoxos... p. 701. “La economía política era liberal (a veces radical), poco sentimental y,... reformista. Se enfrentó con una considerable oposición por parte de un gran número de críticos” WINCH, D., “La aparición de la economía como ciencia, 1750-1870” en Historia Económica De Europa. La revolución Industrial, Cipolla, C.M (ed.), Barcelona, 1979, p. 557. Finalmente, la disciplina de Jurisprudencia, basamento clave en el desarrollo del Estado Liberal, no hemos podido determinar si llegó a existir como cátedra oficialmente abierta, sí, que se trataría ampliamente en las sesiones académicas. Será abordada en su momento, al analizar la Academia. 59 A la vez que se realizan las gestiones descritas, se solicita al Monarca, a propuesta del Director Arjona, la erección de una “Academia de Medicina y ciencias dependientes, y auxiliares” (11-9-1810). Tras arduas peticiones oficiales y elaborado un reglamento, está labor se cedería a la ya instituida “Academia”. Ideaba así, la Patriótica, una nueva institución con carácter formativo para paliar, se decía, el “sumo atraso” en que se hallaban las disciplinas de Medicina, Cirugía y Farmacia. Se crearían cátedras a convenir, para las que se buscaría el mismo reconocimiento que para las públicas. Se pensó en la posibilidad de que surgieran sociedades subalternas en la provincia, de igual índole, en contactos con cuerpos similares “dentro y fuera de España” y fundamentalmente, se insistía en el objetivo “cientifico” de sus actividades. Siguiendo el mismo organigrama de la Sociedad, se proyectaba, al mismo tiempo que una nueva asociación educativa, otra profesional fuera del ámbito gremial. Es decir, algo así como lo que vendría a ser la prehistoria de los futuros Colegios Profesionales del ramo. 127 No desmayaría la Sociedad en su vocación educadora. También plantearía a las autoridades josefinas, la creación de un “Liceo” (9-10-1810), ofreciendo a sus miembros como colaboradores desinteresados. El programa sería aprobado por el Prefecto. La presencia en la “Junta de establecimientos públicos” de uno de los socios más activos en planificaciones educativas, Hoyos Noriega, sospechamos, sería una buena baza a favor de los proyectos de la Económica. El nuevo centro seguiría la línea La de Agricultura, además de su existencia, solo conocemos las continuas peticiones por parte de la Sociedad, “del terreno llamado Jardin de Agricultura”, para las practicas pertinentes. La de Química, proyectada “especialmente por la parte que mira á los oficios”, sólo nos consta, la búsqueda de dotación económica para su apertura. 127 “Estatutos para una Sociedad de Medicina y ciencias dependientes y auxiliares que se pretende establecer en Córdoba” en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. A la cabeza de dicho proyecto la plana mayor de los socios más renovadores: Manuel Mª Arjona, Hoyos Noriega (ambos firmantes de los primeros Estatutos), Melendez y Muñoz Capilla, entre otros. Eclesiásticos todos los señalados y comprometidos, de una u otra manera, con la labor educativa. Conocedores, como asiduos practicantes varios de ellos, del submundo efervescente de la sociabilidad. Sin duda, para el abanderado de la propuesta, aún resonaban los ecos de la veterana Sociedad médica sevillana. Fruto de la acogida de la futura corporación por parte de la Academia cordobesa serían unos nuevos Estatutos que se abordaran en su capítulo correspondiente. Tema éste, calidoscópico, requerirá otro estudio como precedente de los colegios cordobeses de médicos y farmacéuticos. 60 del “Plan General de Instrucción Pública concerniente a los establecimientos de primera educación o Liceos” (26 de octubre de 1809) decretado por José I que, según rezaba, representaba una educación “ilustrada y liberal”. Éste, además de disciplinas que ya propugnaban los Amigos para sus cátedras, como era el caso de las de Matemáticas y Dibujo, añadía Física, Historia Natural, Lengua francesa, Música, Baile... Materias, que habían quedado en los presupuestos de ilustrados españoles y ahora podrían ver la luz. 128 Pese a lo que pudiera parecer, la frenética carrera por las innovaciones educativas no hizo que la Sociedad olvidara su opera prima, el Colegio de Educandas. También para éste hubo cambios: el presbítero Melendez solicitaba la enseñanza de Dibujo y Aritmética para las niñas basándose en su utilidad para la industria textil y “el comercio de la vida”, respectivamente. Con la aprobación se daba otro paso adelante para la formación popular femenina en parte, de la mano de una incipiente industrialización. 129 Aún la utopía formativa iría más lejos. Si ya Arjona planteara la posibilidad de preparar a las alumnas del Colegio para la docencia, como hemos señalado anteriormente; ahora se propone, por otro socio, la acometida de un “Colegio 128 El hecho, tanto de la nominación elegida para el nuevo centro educativo, como de la fuente de inspiración, podría dar la impresión de una cerrazón gálica por parte de la Económica cordobesa. No obstante, hay que recordar que las “Bases” jovellanas, de contenido curricular parejo al josefino, vieron la luz un mes después de Plan hispano-francés. De cualquier forma, ambos bebían en fuentes Ilustradas de sus respectivos orígenes. La Academia recogería el testigo del proyecto, por lo que merecerá nuevamente nuestra atención más adelante. Cfr. “Decreto (De Jose Napoleon) que manda se ponga en ejecución la parte del plan general de instrucción pública concerniente a los establecimientos de primera educación o liceos, de 26 de diciembre de 1809” en Revista De La Educación, 2 (1983), Universidad de Salamanca (Introducción y transcripción Esteban Mateo) pp. 371-382. Vid. ESTEBAN, L., “Las Obras “Ilustradas” sobre Educación y su recepción en España” en La Educación en la Ilustración... pp. 148-160. Vid etiam. PUELLES BENÍTEZ, M de., Educación e ideología en la España Contemporánea (1767-1975), Barcelona, 1980, pp. 30-32. 129 Es lo que NEGRÍN FAJARDO llama “pedagogía industrial”. Apuntando el ataque que supuso para el monopolio gremial la aparición de las Escuelas Patrióticas. Vid. Educación Popular... pp. 159-170. “ ¡Oh, flujo de imitar...querer que nuestras españolas dejen la aguja para tomar la pluma, y la plancha y demás instrumentos domesticos para ocuparse del semicirculo y del compás, pretender que mil puestos que de buen grado ocuparían infinidad de beneméritos e ilustrados que hoy yacen en la miseria habrían de ser desempeñados por mujeres...” GOMEZ-R. DE CASTRO, F., “La resistencia a las innovaciones. Informe de la academia de profesores de primera educación (1838)” en Historia De La Educación, 2... p. 52. 61 Académico de Maestros de primeras letras”, extensible a la provincia (Junta 6-11- 1810). Siguiendo los pasos, se añadía, de Madrid, Barcelona o Sevilla. No tenemos, hasta el momento, constancia de los citados casos, que constituirían los precedentes remotos de las Escuelas Normales. Como sabemos, agrupaciones profesionales de enseñantes extra-gremiales, producto de la naciente sociedad burguesa y cuya aparición formalmente constituida, se fecha en 1839 (Escuela Normal Central de Madrid). 130 Lo cierto es que la liberalización de la profesión vendría de resultas de la implantación y desarrollo del nuevo sistema político-institucional; tras ardua batalla con la corporación gremial que rigiera hasta entonces sus destinos. Situación, ésta, que se refleja ya en la introducción a los Estatutos del centro proyectado por la Patriótica de Córdoba. Entre cuyos signatarios encontramos al incansable Arjona, junto a otro eclesiástico adicto a las nuevas ideas, José Garrido. 131 130 DE GABRIEL señala la introducción de los nuevos métodos pedagógicos como favorecedores de la aparición de las Escuelas Normales de Maestros. Cfr. “La Formación del Magisterio” en Historia de la Educación... pp. 224-225. Buscando una posible explicación de la madrugadora aparición de una escuela de similares características en una población de grado medio, como la que nos ocupa, señalamos la participación activa, años antes, de Arjona en la Escuela Pestalozziana. Escuela que aportaría al país la pedagogía más innovadora circulante por Europa. 131 Garrido, teólogo y profesor de San Pelagio ingresaba como socio unos meses antes. Ambos, según noticias de GARCIA CUEVAS, serían los impulsores de la “Tertulia Patriótica” fundada a inicios del Trienio. Cfr, El Cabildo Catedralicio Cordobés... pp. 71 y ss- Recordemos que el teólogo formaría parte de la Junta de Gobierno de la Económica unos años después, bajo la dirección de E. Pastor Díaz. Vid supra. p. 30. “ Los primeros cuerpos de esta clase... se resentian de los errores entonces dominantes. En lugar de corporaciones para multiplicar las luces se establecieron gremios exclusivos en que se fortificase el interes privado contra el bien publico. Nuestro plan esta concebido de suerte que el Colegio sea foco para difundir la instrucción, y no una concentracion en perjuicio de maestros habiles y del publico ignorante”. Introducción. “Estatutos pª un Colegio Academico de Maestros de primeras letras en Córdoba” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. “En tiempos tan ilustrados... seria un error intolerable limitar la enseñanza pública á coartaciones gremiales; y asi todos los que quieran exâminarse en este Colegio de maestros leccionistas, pasantes y ayos (y lo mismo se entiende de las maestras) podran hacerlo libremente” Ibidem. Capitulo 5º, art. 42. Obsérvese, no obstante, que la queja a la concentración gremial de la Económica Cordobesa lleva implícito el sentido Ilustrado de “la felicidad pública” que predicara Campomanes, del “interés comun”; conceptos diferentes de lo que luego sería el individualismo burgués. 62 Todo un hito por tanto, la nueva empresa a acometer, aún cuando no sabemos si llegó a funcionar, dados los cambios gubernativos. Examinando su normativa encontramos, al igual que en la Academia de Medicina, paralelismos acentuados con lo que constituirían años adelante los Colegios profesionales. Agrupaciones éstas, ya propiamente burguesas. 132 Otro aspecto remarcable de su reglamentación, sabida la fecha, es la regulación profesional, no sólo del colectivo masculino sino también del femenino, bien que con algunas diferencias. 133 Es ahora cuando se adopta la decisión de aplicar el articulo constitucional de admisión de Señoras, reservándolas un papel rector en el Centro. Lo que posibilitó, probablemente, que meses después se solicitará también, por parte, una vez más, de la Sección de Educación, su adhesión para el Colegio de Educandas y fueran elegidas ocho de ellas que, según su trayectoria, podrían obtener el titulo de “Socias”, a propuesta de dicha sección. Tras un silencio documental, que no funcional, a fines de 1816 volvemos a encontrar a la Asociación luchando por logros educativos. La nueva estructura gubernativa 132 La Patriótica se constituiría, a través de su Sección de Educación, en un órgano superior y tutelar de la profesión como intermediaria entre este colectivo y el Gobierno. Regulando la concesión de títulos, número escuelas a establecer, labores de inspección en éstas, elaboración de programas formativos... Remitimos a lo dicho sobre la Sección de Educación. Vid. supra n. 106. “ La necesidad de dar una formación especifica al profesorado de instrucción primaria en España, en el siglo XIX, surgió al considerar a los docentes como un elemento básico del nuevo sistema educativo liberal. [...] los liberales eran conscientes del importante papel que los maestros tenían que cumplir, por una parte, como transmisores de la nueva ideología que se pretendía implantar y, por otra, como difusores de unos conocimientos que habían de llegar a la gran mayoría de la población. [...] desde su llegada al poder, dedicaron una atención especial a la preparación del profesorado. [...] crearon unas instituciones inéditas, las Escuelas Normales, que significaban una ruptura con el sistema tradicional de preparación de los maestros.” MELCÓN BELTRÁN, J., La Formación Del Profesorado En España (1837-1914), Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1992, p. 49. 133 Consistían éstas, en la presencia de dos maestras en los tribunales examinadores de féminas amén de los cargos habituales y la imposibilidad de apelación al fallo del tribunal. Recuérdense las diferencias existentes entre la formación requerida para ambos antes de la regulación del Estado Liberal así como, que entre la aparición de la Escuela Normal de Maestros y su homónima femenina distaría diecinueve años. La completa equiparación de titulaciones no se lograría hasta 1898. Vid. supra n. 123. MELCÓN BELTRÁN, en la obra arriba citada, expone la influencias del sistema educativo francés por estas fechas sobre el español así como en general, en los países de la órbita cristiana. Destaca, en cambio, la ejercida por el alemán en los del área protestante. Añadimos por nuestra parte, que la Patriótica cordobesa conoció ambos; ya que uno de sus socios, Carvinski, facilitó el acceso al plan educativo germano. Lo que fue acogido con agrado en la entidad. 63 nacional no la encallaría, aunque es cierto que sus iniciativas son menos compulsivas e innovadoras que en el periodo francés. Así, la solicitud de una cátedra de Agricultura, entraba dentro del programa seguido por las Económicas Ilustradas. La obtención de ésta, proyectada en la etapa josefina como vimos, le supondría una férrea batalla que tendría como ariete al segundo Director, Manuel Mª Arjona, afincado por estos años en la Corte; el modelo: la concesión hecha a la ciudad extremeña de Llerena, con la que se entrará en contacto para mejor orientación sobre el tema. Pese a las albricias del Penitenciario, comunicando desde Madrid su concesión para la ciudad, no sabemos si llegó a ponerse en funcionamiento, ya que tras un revés burocrático, cuatro años después, las Actas niegan su existencia. Sí nos consta, la aprobación oficial de una de ellas para la ciudad de Baena (Junta 9-11-1819). 134 Incansable la Institución a la búsqueda del fomento educativo y ante el cierre del Colegio de la Asunción tras la vuelta fernandina, con las cátedras de Matemáticas y Dibujo pertenecientes a la Económica incluidas, luchará por su reapertura. 135 Solicitará al Monarca la reconversión del centro en “escuela de nobles artes” (16-12- 1817), fiel a sus principios de potenciar la formación técnica en la que incardinaban las mencionadas materias. 136 134 El asunto resulta un tanto confuso en su lectura. No queda lo suficientemente claro si la cátedra por la que pleitea la Sociedad de Córdoba, es finalmente, la que se concede a Baena. Nos arriesgamos a sostener por ciertas expresiones escurridas en Actas y otros indicios, que no. Pensamos que la Patriótica pretendió su establecimiento en la “capital”. Quizá la desbordante actividad de la Sociedad baenense por estas fechas, que conocemos, frustró las aspiraciones de su matriz capitalina. La Baenense ya había intentado años antes manifestar su autonomía de la Cordobesa, al solicitar directamente su constitución al Rey, lo que motivó el disgusto de la de Córdoba de la que era su “subalterna”. A la espera de que se acometa la investigación de las Sociedades Económicas provinciales, quede el asunto en el limbo histórico por el momento. 135 El mencionado Colegio, cuyo director Hoyos Noriega, era socio notable de la Patriótica cordobesa, fue cerrado a la vuelta del Rey Borbón por tumulto popular, bajo la acusación de “adhesión de su Rector y Maestros al sistema constitucional”. Los alborotadores mostraron especial saña contra la clase de Dibujo. Cfr. RAMIREZ DE LAS CASAS DEZA, L.M, Córdoba En El Siglo XIX. Memorias... p. 27. 136 La Sociedad argumenta su petición basándose en “la necesidad” que tiene la ciudad de potenciar la actividad de “la numerosa clase industriosa”. En la Comisión para tal logro tres socios progresistas: Melendez y de los Heros, ambos eclesiásticos; y el duque de Almodovar. Vid. supra. “Muchas veces esta Sociedad ha hecho la observacion tan justa como lastimosa de que superabundando en ella [Córdoba] las casas de estudios de latinidad y añeja filosofia, utiles al estado para otros fines; 64 También en estos años se propone por parte del Director, el obispo Trevilla, unificar bajo su dirección el Colegio de la Piedad, de su fundación y administración, con el Educandas, propiedad de la Sociedad. Gozaba sin duda, de coyuntura favorable el Prelado, para llevar a cabo el acuerdo. A pesar de lo cual, unas nuevas elecciones que elevaran de nuevo a Arjona a la presidencia, truncarían el proyecto. 137 Pese a que hemos destacado, anteriormente, una menor actividad proyectante durante el Sexenio, lo cierto es que la Cordobesa seguía manteniendo relaciones e intercambios con otras Económicas de pulso más acelerado en las reformas. Concretamente, de la Gaditana llegarían noticias de la revolución pedagógica que se fraguaba en los países vecinos para la enseñanza de primeras letras y la traducción de una publicación, editada en Francia, sobre la aplicación practica del sistema Lancasteriano; sistema docente de enseñanza mutua británico, que la de Cádiz planeaba acoger. Más tarde, recibiría muestras de la aplicación practica de dicho método por parte de la misma emisaria (octubre 1818). La acogida no se hizo esperar, en apenas trimestre y medio la de Córdoba comenzaba los preparativos para su implantación en la Casa-Colegio y posteriormente, en la Amiga pública. 138 Sin duda, la participación de Arjona, años atrás, no se haya pensado seriamente hasta ahora en promover y dotar escuelas de tan importantisimos conocimientos que sirven al fomento de los artistas y gentes industriosas, verdaderos mobiles de la riqueza y de la gloria de los estados” Junta ordinaria de 18 de mayo de 1819, Libro 4º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba. Otro ilustre socio, Angel de Saavedra, argumentando la petición, añadiría que la causa de “la escasez y la indigencia” que se vivía en la ciudad era por “... el abandono en que se mira la educación... exhortando á la sociedad á trabajar en la grande obra de revivificar las ciencias, la agricultura, artes y comercio,...” Junta Pública 18 de mayo de 1819, Libro 4º de Acuerdos.... 137 Era ésta una vieja idea gestada años antes por el Penitenciario ante la crisis económica de la entidad y que incluía también, en su caso, el Colegio de Sta Victoria. La diferencia apreciable entre ambas proposiciones, sería que la de Arjona dejaba claro que en el caso de llevarse a efecto, la dirección correría a cargo de la Patriótica. 138 BATANAZ PALOMARES apunta que la corriente pedagógica inglesa tuvo como teóricos a Betham, J.Mill y J.Stuar Mill caracterizándose por un “utilitarismo inglés o positivismo ético” destacando entre sus seguidores a J.Lancaster, Bell y R.Owen que señala como “autores de una importante red de acciones encaminadas a redimir a las masas populares inglesas de “la ignorancia y el abandono cultural” La Educación Española En La Crisis Del Fin De Siglo. Los Congresos Pedagógicos Del Siglo XIX, Publicaciones de la Diputación Provincial, Córdoba, 1982, p. 16. En la Real orden de 16 febrero de 1835, en la que se dictan las disposiciones para desarrollar el sistema lancasterino en el País, se califican de “principales ciudades del Reino” a las que ya gozaba de su implantación. Vid Colección Legislativa de 1835, Apéndice, “Interior”, pp. 4-5. 65 en el Real Instituto Peztalozziano, donde se potenciaba una enseñanza de similares parámetros, favoreció la receptividad del sistema sajón. 139 Los preparativos llevaron a la selección de una nueva Directora para las educandas, fijando su atención en una maestra local que había pasado varios años en Francia y que se comprometiera a enseñar el idioma a las escolares. 140 Más adelante, se buscaría nueva Rectora para el otro colegio con el objetivo de la implantación de la misma metodología. Poco más conocemos sobre el tema, salvo la búsqueda de presupuestos para su puesta en práctica y que aún en los años del Trienio, continuara su planificación. Sí está documentada, su aplicación en 139 Las nuevas corrientes educativas no fueron bien acogidas por los sectores más tradicionales. MELENDEZ PELAYO calificaría al abate Alea, Director de la Escuela Pestalozziana, de “volteriano”, “hombre de poca o ninguna religión”. Cfr. Historia De Los Heterodoxos... pp. 770 y 1100. Godoy se lamentaría al cierre del Instituto Pestalozziano, calificándolo de fruto del “ fanatismo e ignorancia”; “... han atribuido al método y al establecimiento cualidades perjudiciales que en manera alguna existian... se hizo inevitable suprimirlo” Cfr. JIMÉNEZ-LANDI MARTÍNEZ, A., La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente: Los Orígenes de la Institución, Madrid, 1973, p. 20. Todavía en 1838, a la consulta de la Dirección General de Estudios sobre la aplicación del sistema lancasteriano, la agrupación gremial del colectivo de enseñantes respondía con quejas airadas a la participación representativa de los padres que el sistema conllevaba así como a la participación de los alumnos en la labor educativa. Quejándose también, por la elevación del nivel de enseñanza en las escuelas de las niñas o el relajamiento de la disciplina y ante lo que consideraban un desplazamiento de asignaturas tradicionales como la Religión y la Lengua a favor de innovaciones como la Geografía: “ extranjerismo”; “ ... plagios... bien o mal hechos de las costumbres y usos extrangeros...”; “...productos de charlatanismo, de la imitación servil de cuatro frases e ideas cuyo merito consiste en haber sido adquiridas a las orillas del Tamesis o del Sena”; “ Viejo y querido jugete de constitucionalistas, liberales...”; “...que un miserable quidan sin autoridad ni reputación pudiera representarles y aun apercibirles en materia de enseñanza; ...”; “... se afanan por ponderar las ventajas de la ilustración de las mujeres...”; “... los niños se entretienen en los establecimientos lancasterianos, a punto de mirar la escuela como un lugar de recreo”; “... el método llamado de Láncaster, ... es una farsa rídicula, inútil a la enseñanza, perjudicial a la moral y las costumbres y sobre todo de un coste exorbitante que produciría un gravamen al país;...”. Apud. GÓMEZ-R. DE CASTRO, F., “La resistencia a las innovaciones. Informe de la academia de profesores de primera educación (1838)” en Historia De La Educación, 2... pp. 49-53. 140 Aún lejana la Ley Moyado, hasta la fecha, el aprendizaje de idiomas quedaba para mujeres de la nobleza y algunas otras excepciones. Sería precisamente, la aplicación de los nuevos sistemas pedagógicos como el pestalozziano, revalorizado por los institucionistas, los que incorporarían esta enseñanza a la población femenina. Vid. SCANLON, G.M., La Polémica Feminista en la España Contemporánea (1868-1974), Madrid, 1976. Vid etiam. JIMÉNEZ-LANDI MARTÍNEZ, A., La Institución Libre de Enseñanza... p. 33-39. 66 el Hospicio cordobés bajo los auspicios del Obispo. Posiblemente, su condición de “Amigo”, favoreció la transmisión de la metodología. 141 Inaugurado el nuevo periodo constitucional, se percibe un ritmo más acelerado en las proyecciones educativo-reformistas, acorde con los cambios institucionales instaurados. De hecho, la presencia de varios socios en las flamantes instituciones local y provincial propiciará, sin duda, la acometida de proyectos que no hacían sino rescatar viejas aspiraciones de la Sociedad, adaptadas a las recientes circunstancias coyunturales. En cuanto a los dos Colegios de Niñas, propiedad de la Institución, observamos una remodelación, con la implantación de un “Reglamento interior de la Casa-Colegio” (22-2-1821) que, si bien hace referencias a la normativa anterior, las Constituciones que creara Arjona, aún vigentes, añade algunas innovaciones: como la incursión curricular de la enseñanza de la “Constitución política de la Monarquia”, a través de uno de los catecismos que circularan por estos años. 142 El programa docente sería prácticamente mimético al ideado por el Penitenciario: Lectura, Escritura, “Doctrina cristiana” “Galateo” y Labores. No obstante, echamos en falta las disciplinas de Aritmética y Dibujo que, recordemos, se habían introducido en la etapa napoleónica. 143 Encontramos, por otro lado, mayor insistencia en la regulación de las actividades espirituales (sesiones de escucha de Testamentos, rosarios, misas, confesiones y comuniones...) y, como novedad, a la que se le dedican varios artículos, la organización de un tiempo de “juegos propios de la infancia”, “inocentes desahogos” y “paseo”; consideraciones que la anterior reglamentación no contemplaba y en las que vemos un eco de las nuevas técnicas pedagógicas, que incluían los métodos de enseñanza mutua ya mencionados anteriormente. Al mismo tiempo, la exclusión de los castigos corporales recuerda estas mismas practicas. 144 Destacamos, así mismo, la 141 Incluso corrió a su cargo la impresión de una obra para la ejecución de este sistema de enseñanza. Cfr. LÓPEZ MORA, F., Pobreza y Acción Social... pp. 282-284. Vid etiam. ARANDA DONCEL, J., “La Educación en Córdoba durante el Trienio Liberal (1820-1823)” en IV Anales Del Instituto Nacional De Bachillerato “Luis de Gongora”, Córdoba, 1973, p. 63. 142 “...La concurrencia mostró el mayor placer al mirar el buen estado de instrucción en que veia el Colegio, y se hubo de admirar al oir de bocas de niñas de cinco y seis años una explicacion exacta del codigo de nuestras libertades,...” 143 Sabemos que para la Amiga, con 66 niñas en estos momentos, se volvía a retomar el catecismo de Fleury, y aquí sí se darían unas pequeñas nociones de Aritmética. Vid supra n. 124. 144 Todas estas propuestas tenían a su vez, un precedente en dos obras claves de Locke, Essay on the human knowledge y Some Thougths concerning Education, bien conocidas por personalidades influyentes 67 propuesta programática de clases de taquigrafía para las pupilas; también instauradas por la Matritense dentro de su programa de educación popular. Por otro lado, la Institución seguía en su empeño de implantar la Escuela de Agricultura con jardín experimental, proyecto tantas veces malogrado. Para ello utilizaría los nuevos recursos constitucionales a su alcance, intentando la concesión de alguno de los terrenos liberados por las medidas desvinculadoras. Las diferentes peticiones se perderían en trasiegos burocráticos. Mismo destino tendrían sus misivas solicitando recursos económicos para la manutención de los colegios. La cantidad asignada sobre el Fondo Pío Beneficial seguiría sin recibirse. Inútiles serían sus llamadas a autoridades eclesiásticas, dentro y fuera del ámbito provincial, y civiles denunciando la grave situación y solicitando su intermediación. Ni la Junta de Beneficencia ni el Colegio de la Piedad, bajo la dirección del socio Trevilla, por un motivo u otro, se hicieron cargo del de Educandas, que llegaría al final de sus días poco antes de concluir la etapa constitucional. 145 La fabrica cerraría sus puertas unos meses de la Ilustración española como Jovellanos y Amar y Borbón, entre otros y en cuyas obras de contenido pedagógico, se reflejan. Cfr ESTEBAN, L., “Las Obras “Ilustradas” sobre Educación... pp. 148-150. “... por primera vez la educación del cuerpo hermanada con la del alma, los recreos convertidos en ejercicios militares y gimnasticos, el tambor y el píjano en vez de la campana, los cantos religiosos y monárquicos en verdad rezo triste y monótono de un mal compaginado catecismo, y los paseos sentimentales y cristianos en vez de las salidas dos a dos con las manos cruzadas, la vista por el suelo y el escolapio a la cabeza de la caña” Principios pestalozzianos, Godoy. Apud. VARELA, J., “La Educación Ilustrada o cómo fabricar... p. 268. Salvando las distancias, un pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios analizando los métodos pedagógicos británicos de raíces decimonónicas destaca la importancia educativa de la actividad lúdica “Los juegos desarrollan indirectamente,... la prontitud en la resolución y en la acción, en la rapidez, en el mando del jefe y en la obediencia de los jugadores.“Enseñan a dominarse a sí mismo” y conservar la calma... Enseñan la rectitud, el sentimiento del honor y el hábito de la cooperación” Apud. MARÍN ECED La Revolución Pedagógica En España (1907-1936). Los Pensionados En Pedagogía Por La Junta Para Ampliación De Estudios, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1990, p. 243. 145 Los cruces de correspondencia con autoridades eclesiásticas, ya en los años finales del periodo, adquieren tintes de súplica, “lagrimas”, en muchas ocasiones. Las misivas llegarían hasta el Colector General, que tampoco liberaría las cantidades adeudadas del Fondo Pío. Ni aceptaría, Trevilla, la adopción de las niñas en el colegio de la Piedad como última tabla de salvación propuesta. Finalmente, el nuevo Plan General de Beneficencia salido de las Cortes que dejaba sin prestaciones a los colegios de ésta, terminó por abocar a la Sociedad al cierre de su institución señera. Para la Patriótica, todo este cúmulo de circunstancias, no hicieron sino “arrancar de las manos de la Sociedad” sus fundaciones. 68 antes. A la Directora de la Amiga pública se la dejaría capacidad de resolución para hacerse cargo del centro tras el cierre de su anejo. No obstante, no sólo la Enseñanza de Primeras Letras requeriría la atención de la Institución. La inserción de alguno de sus socios más activos y sobresalientes en los puestos de representación del nuevo organigrama politico-admistrativo, impulsó también, desde ésta, la gestión de implantación de una “universidad de 2ª clase” en la capital. Proyecto acorde con el Reglamento General de Instrucción Pública recién instaurado, que contemplaba la organización de la segunda enseñanza a través de “universidades de provincia”. 146 Los acontecimientos políticos paralizarían el proceso. 146 Detrás de la gestión dirigida desde la Diputación Provincial cordobesa, encontramos a Hoyos Noriega, Rafael Entrena, Fr. Muñoz Capilla y Rafael Mancha, socios muy activos y fundamentalmente inmersos en las iniciativas educativas a los que la Institución provincial encargaría la elaboración de un cuestionario para solventar la ubicación del nuevo centro educativo. Recuérdese aquí, el proyecto impulsado por la Sociedad en estos momentos, concretamente por R. Mancha, además Secretario de la entidad provincial; potenciando la figura de ésta como su órgano de intermediación con el Gobierno, en sustitución del que anteriormente lo hiciera: La Diputación Permanente de la Patriótica en la Corte. Vid. Supra. En un borrador de estas mismas fechas, solicitando la concesión de la medalla de Carlos III a Hoyos Noriega, José Medina, José Melendez y Rafael Mancha podemos leer: “Habiendose distinguido por sus talentos y por amor á la libertad sufrieron destierros y persecusiones de 1814 y restituidos en sus destinos en 182... han continuado hasta ahora con la mas constante aplicación y con mayores adelantos en la enseñanza de la juventud... [...] se dará un publico testimonio de que el Gobno recompensa no menos el merito de los particulares que el de los establecimientos que han sabido en estas epocas distinguirse por su adhesion al sistema constitucional y amantes de las ciencias y del bien publico” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. En el curso de aprobación del Reglamento se había optado por recurrir al vocablo “provincial” para no limitar su implantación a las capitales. No obstante, en el caso cordobés, a la vista del resultado de la encuesta promovida entre sus ayuntamientos para analizar las posibilidades de radicación, se optaría finalmente, por seleccionar ésta como la más indicada y concretamente, el lugar señalado sería el colegio de la Asunción; entidad vinculada desde principios de siglo, como sabemos, a los destinos educativos de la Sociedad. Se argumentaba la elección por la ventaja, entre otras, de tener ya establecidas cátedras en el centro amén de “Estar servidas por profesores de mucho merito y dignos de la mayor recomendación por sus padecimientos en la epoca del despotismo, los cuales se ofrecen a servir sus respectivas catedras en la Universidad si llegase a merecer la aprobacion... por el honorario que por ahora permitiesen los fondos...”. Se planteaban las cátedras de Matemáticas, Física, Química, Mineralogía y Geología, Botánica y Agricultura, Economía Política y Estadística, Moral y Derecho Natural y Derecho Público. También se añadía la ventaja de “la pequeña biblioteca” allí ubicada y de gozar de “una huerta y jardines de bastante extension pª establecer... el jardin botanico que previene el reglamento”. Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba 69 Las consecuencias del “Protocolo Preliminar” en la Península y la involución consecuente, detendrían, no sólo las iniciativas, sino el desarrollo de la propia entidad, como ya se ha expuesto. En su reaparición (13 de febrero 1834), continuaría la cooperación estrecha con los órganos del Gobierno liberal para la estructuración educativa: desde el acceso a información privilegiada, a través del “Amigo” Secretario del Gobierno Civil, sobre la planificación en materia educativa del periodo anterior, como punto de partida para emprender la acometida de nuevos proyectos, hasta ejercer de consultora de las instituciones provincial y local a la hora de cualquier empresa de dicho cometido. 147 En este sentido destacamos la continuidad de la propuesta anteriormente citada, en la búsqueda de implantar una enseñanza que, aún sin márgenes completamente definidos, en esta ocasión tornaría de “universidad de 2ª enseñanza” a “universidad literaria”, ampliando, así, sus miras a una formación de tercer nivel o universitario. En la solicitud (22-4-1836), en la cual quedaba implícita dicha continuidad, se comprometerían todas las instituciones de gobierno cordobesas: Gobierno civil, Diputación Provincial y Ayuntamiento; uniéndose, a éstas, la Sociedad Económica Cordobesa y la Academia de Ciencias de Sta Mª de Gracia que “por abuso mantenían los frailes Dominicos de San Pablo...” y que gozaba de las “fincas” necesarias para la creación de un Jardín Botánico (proyecto tan largamente perseguido por la Económica). 148 Se establecía por tanto, una coordinación de capitales y trabajos para el bien perseguido; favorecido, todo Vid. PRIETO, R., “Las Innovaciones Educativas en la Revolución Liberal” en Antiguo Régimen Y Liberalismo. Homenaje a M. Artola, t. 3, Universidad Autónoma, Madrid, 1995, pp. 551-561. 147 Resaltamos su intermediación, a solicitud de alguno de estos organismos de gobierno y por medio de la Sección de Educación, en la apertura en Córdoba de la “Academia de Instrucción primaria y de Educacion Elemental y Cientifica” creada por Gaspar Fco Merino Ballesteros (noviembre 1834); la presentación de una lista de nueve personas “con las cualidades necesarias para componer la Junta Superior de Instrucción Publica de esta provincia... ” (9-12-1834) o la propuesta de nueve padres de familia para seleccionar una terna destinada a la “Comisión de partido para el regimen y gobierno de las Escuelas de primeras letras” (20-1-1835). Ello no impidió que la Sociedad emprendiera en este periodo iniciativas propias en aras de la cultura cordobesa. Fue el caso de la propuesta de creación de una Cátedra de Leyes en el Colegio de la Asunción o la insistencia sobre el Obispo para que se abriera al público la Biblioteca del obispado en tanto se creaba la provincial; recurriendo, incluso, al Jefe político ante la inefectividad de sus demandas. 148 En caso de complicaciones a la hora de adjudicar el inmueble desamortizado de los dominicos se previó solicitar el del convento de San Francisco que gozaba también de amplia extensión para los planes instructivos previstos. 70 ello, por el proceso desamortizador en curso. El hecho de encontrar socios de la Económica Cordobesa incardinados en las diferentes instituciones en liza y de la supeditación del proyecto global a la égida del Colegio de la Asunción, de nuevo con el veterano socio Hoyos Noriega al frente, nos da idea de la implicación de esta Asociación en la labor gestora. 149 Por otro lado, el que el proyecto contemplara la anexión del “Colegio de Cirugia de Cadiz”, alegando razones de centralidad regional, quizá, se podría relacionar con su viejo sueño frustrado de creación de una Academia de Medicina. 150 De cualquier forma, las circunstancias políticas se cruzarían, de nuevo, en la consecución del centro proyectado. Lo que no fue óbice, para que se retomara más adelante, una vez calmados los ánimos. En 1840, aún cuando la Sociedad se encuentra oficialmente disuelta, en la documentación tramitada por la “Junta Provisional de Gobierno” para la obtención de la citada universidad (31-10-1840), se alude al respaldo de “indibiduos de celo y luces” integrantes de la Comisión nombrada para tal fin, entre ellos antiguos y destacados socios de la Entidad; 151 los mismos que un año más tarde, reconstituida ésta, se encontrarían, una vez más, a la cabeza del plan de creación de la Institución educativa que, esta vez y por recomendación de la Económica Cordobesa, retornaría a su categoría primigenia de “instituto de segunda enseñanza” 152 . Logrando, finalmente, su 149 En estos momentos se concentraban en la misma persona, Esteban Pastor Díaz, el cargo de Gobernador civil y Director de la Económica. En la Diputación Provincial encontramos a los socios Marqués de Guadalcazar, Conde de las Navas y José Mª López Pedrajas. El Ayuntamiento estaba regido por el Conde viudo de Torres Cabrera, inmediato antecesor en la presidencia de la Sociedad a Pastor Díaz. 150 Entre los firmantes de los Estatutos de dicha Academia en 1810, recordemos, Hoyos Noriega. Vid supra. 151 Francisco Diaz Morales, en estos momentos, “Diputado Provincial, Presidente de la Comision de Fomento”; Antonio de Luna y Garcia, José Illescas y Cardenas, Mariano de Vega, y Rafael P. Villa Zeballos. 152 En el “Informe” evacuado por la Comisión creada al efecto en la Económica de Córdoba (5-5-1841), se argumentaban las razones de decantarse por volver a la primitiva solicitud, allá por los años del Trienio, de un centro de educación secundaria frente a uno universitario. Se preveían los fondos a habilitar, de origen civil y eclesiástico; las futuras cátedras, que se correspondían con las demandadas en 1822; la ubicación, insistiendo en el Colegio de la Asunción por situación y experiencia; se planificaba la colaboración de miembros de la Academia para cubrir cátedras hasta su dotación. Todo ello, sobre un fondo reformista que bebía en fuentes ilustradas, pese a no estar exento de pragmatismo burgués. 71 concesión por el Regente el 16 de abril de 1841. 153 Pese a ello, no abriría sus puertas hasta seis años después, de la mano del entonces Gobernador civil e ilustre socio de la Económica, Talens de la Riva (Discurso de inauguración, 23-5-1847). 154 El Fomento al Desarrollo sería otro de los pilares básicos de la Patriótica cordobesa desde sus inicios y así se refleja en actas como objetivo primario. Con el punto de mira puesto en el progreso de “la industria popular fomentando las Artes y manufacturas, dandose á las primeras materias, y procurando hacer utiles al Estado todas las personas avilitandolas a la enseñanza, é Instrumentos...”, se denuncian la inacción y la desidia, la falta de “... maestros, oficiales,... aprendizes...”. “... la comision no aprueba el establecimiento de una Universidad de 3ª clase en esta Ciudad. [...] lo que se promovio hace algunos años en esta Ciudad no fue sino la fundacion de un Instituto de 2º orden de los mandados establecer con el nombre de Universidades provinciales. [...] Una Universidad de otra especie donde hacer estudios de medicina, jurisprudencia, teologia... no solo no es util sino que pudiera ser contradictoria al interes particular de las familias, a las necesidades de este pais, á las ilustradas miras del Gobierno... y a los progresos de la educacion publica nacional.” “... establecer en Cordoba una Universidad de 3ª enseñanza podria calificarse de poco ilustrado y nada conveniente, solo insistirá en calificar en recomendar como probechoso y aun necesario un Instituto tal y como anteriormente se ha concebido y esplicado” Se detienen en la situación de las universidades en la Península calificándola de “deplorable” y cargada de “vicios,” comparándolas con otras europeas que piensan debieran servirle de ejemplo: “La afluencia numerosa de los jovenes a ciertas carreras, envileciendolas, les priva de materia de ejercicio en sus respectivas profesiones, les desaficiona á ellas y aumenta cada día la inmoralidad, la falta de delicadeza y decoro [...] Es espantoso el numº de los alumnos matriculados en medicina y leyes, y de los profesores inscritos en los Colegios y corporaciones de varias Ciudades del reyno... siendo necesario ennoblecer á los ojos del pueblo las profesiones industriales y las verdaderamente productoras menester es poner remedio a esta dolencia social que tantos brazos arranca á las artes, á la agricultura y al comercio.” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. 153 “Orden del Regente del reino mandando que el Colegio de la Asuncion de Córdoba se convierta en instituto de segunda enseñanza” en Colección de las Leyes, Decretos y Declaraciones de las Cortes y de los Reales Decretos, Ordenes, Resoluciones y Reglamentos Generales expedidos por las Secretarias del Despacho desde 1º de Enero hasta fin de Diciembre de 1841, Imprenta Nacional, Madrid, 1842, pp. 323- 324. Apuntamos que en estas fechas la “Diputación Permanente de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País”, recordemos, su representación capitalina, estaba compuesta por Juan José Bonel y Orbe, José López de Pedrajas, Eugenio Bardají y Azara y Estaban Pastor Díaz. 154 Leonardo Talens de la Riva accedería a la Presidencia de la Sociedad a finales de 1848. Para entonces, Gobernador cesante. 72 Tanto el documento fundacional como el elevado al Consejo están imbuidos de los planteamientos reformistas plasmados en los “Discursos”. Como iremos viendo, los diferentes objetivos marcados coincidirán con los generales allí apuntados, adaptándose, eso sí, a la problemática propia de la región; entendiendo por ésta, en muchos casos y en connivencia con otras Económicas Béticas, no sólo la demarcación provincial sino la andaluza por extensión. Observamos por tanto, una posición de partida basada en regeneración ilustrada pero encontramos por otro lado, claras referencias y posturas que nos acercan simultáneamente, a presupuestos preindustriales que estarán detrás de las planificaciones desplegadas por la Sociedad y que se irán asentando en la naciente sociedad burguesa. De esta manera, si nos fijamos en la primera iniciativa emprendida por la asociación con vistas al fomento laboral y productivo, la fabrica de linos, lana y algodón (lamentablemente, empresa de la que menos documentación nos ha quedado) observamos que cumple varios de los requisitos protocolarios del comienzo de la industrialización moderna; es decir: escapa de la férula gremial, se ubica fuera del ámbito agrícola acogiendo a población “desarraigada”, es objeto de mecanización y su producción no está limitada al autoconsumo sino principalmente, a su comercialización. 155 Además de ello, siguiendo diferentes fuentes paralelas relacionadas con la industria textil creada, encontramos que tras ella existió todo un proyecto encaminado a una finalidad productiva y comercial que escapa, igualmente, de los parámetros estructurales del Antiguo Régimen. Así, si nos atenemos a la solicitud elevada al Consejo y al Acta de creación de la agrupación (6-6-1779), podemos ver, en ambas, un análisis socioeconómico de la región expuesto como base argumental de su plan de actuación que, como hemos mencionado, partía del proyecto combinado de 155 “El volumen de estas actividades iniciales no fue muy grande, pero resultaron trascendentales como fermento que aceleraría una serie de transformaciones económicas y sociales irreversibles.”; “... un cambio en el principio del modo de producción. Cataluña se ha habituado a producir para vender y no simplemente para consumir” Cfr. FONTANA, J., Cambio Económico Y Actitudes Políticas En La España Del Siglo XIX, Barcelona, 1975, pp. 64-75. “... la manufactura algodonera catalana era en 1808, ... una industria muy modesta, menos importante por su peso especifico que por haber aportado un cambio en el modo de producción: producir para el mercado, y no para el auto-consumo. En este sentido, tuvo un peso decisivo en las transformaciones capitalistas de la sociedad en que se hallaba ubicada” NADAL, J., “El fracaso de la Revolución Industrial en España. Un balance historiográfico” en Papeles De Economía Española, 20 (1984), Madrid, p. 120. 73 Fabrica y Escuela Popular Técnica de formación manufacturera (Casa-Colegio de Educandas). 156 Cotejando estos escritos con documentación oficial de la época se 156 En la Casa-Colegio tenemos un ejemplo de la convivencia de fundamentos ilustrados reformistas con otros cercanos ya a la búsqueda de un beneficio productivo más propio de la naciente estructura socioeconómica burguesa. Si con el Hospicio, “Casa de Educandas”, la finalidad es la regeneración por la Educación de las mujeres como transmisoras de valores; con la “Amiga General de costura, y lavor” o “Escuela pública” se busca potenciar las manufacturas y acabar con la mendicidad y desocupación como medio de aumentar el desarrollo del Estado. Recuérdese que se previó desde el primer momento, además, la misma extensión educativa, con otra aplicación práctica a determinar, para los varones. NEGRÍN FAJARDO destaca la importancia de la combinación de trabajo y formación que se diera en Gran Bretaña al hilo de la Revolución Industrial. Analizando las “Escuelas Populares” nacidas al amparo de las Económicas las define como “... un intento de crear una escuela nueva, en la que se convinaría adecuadamente la enseñanza elemental y la enseñanza profesional para los hijos de las clases trabajadoras, que estaban llamados a desempeñar los oficios y las profesiones que demandaba el desarrollo económico...” Cfr. Educación Popular En La España.... p. 163 “... las escuelas profesionales de la Matritense tenían la misión de hacer posible el desarrollo económico del país, a través de las industrias textiles de transformación de la materia prima, mediante la adecuada formación de una mano de obra cualificada, que fuera capaz de adaptarse a los adelantos tecnológicos y, sobre todo, produjera cada vez más y mejor según imponían las leyes económicas de los nuevos tiempos” Ibidem p. 254. “Fue este desarrollo tecnológico el que mostró la necesidad de contar con personal adecuadamente formado en los diferentes niveles... Era indispensable la alfabetización de los obreros, pero demás estos debían tener unos conocimientos mínimos de dibujo, aritmética y geografía, para poder interpretar los diseños y construir las piezas de las máquinas, así como poseer una cierta destreza en el funcionamiento y mantenimiento de las mismas... era necesario contar con un personal especializado que hiciera posible el desarrollo de la industria.” CANO PAVÓN, M., “La formación del capital humano industrial en Andalucía durante el siglo XIX. Esfuerzos y fracasos” en Actas Del III Congreso De Historia De Andalucía, Andalucía Contemporánea, t. II... p. 21. “... junto a la necesidad de innovaciones científicas y técnicas, la de un capital acumulado y una demanda creciente, para que la revolución industrial se diese requería un sustrato humano previo: el de la mano de obra cualificada; allí donde dicha mano de obra existía, podría decirse que las condiciones objetivas para el triunfo industrializador estaban muy próximas a ser aseguradas” BERNAL, A.M- COLLANTES DE TERAN, A-GARCÍA BAQUERO, A., “Sevilla: de los gremios a la industrialización” en Estudios de Historia Social. Homenaje al profesor Carande, 5-6 (1978), p. 9. Considérese, que en la solicitud de la aplicación docente de Dibujo y Aritmética para las niñas argumentó su importancia para la industria textil. Vid supra. GARCÍA MARTÍN destaca el papel que jugó en Gran Bretaña para el desarrollo industrial el “nuevo tipo de estudioso dotado de intereses prácticos que surge en las instituciones privadas y sociedades culturales”; “La creación de estas instituciones culturales autónomas por parte de la burguesía 74 aprecia no sólo la coincidencia en la detección de los males estructurales, sino la capacidad de reacción de la Sociedad al plantear posibles soluciones. Y en esta dirección irán encaminadas las primeras planificaciones de fomento propuestas por la Institución. 157 El hecho de que la fundación de la entidad misma se produzca con simultaneidad a las medidas laborales liberalizadoras para las mujeres, encaminadas, especialmente, a la industria textil, y de que en el mismo núcleo fundador, contra lo acostumbrado, estuviera representada la clase comercial local, nos parece, consolida la idea de la existencia de un fenómeno de causa-efecto. 158 La misma normativa inicial nos muestra ya un colectivo receptivo a las novedades que se avecinan. 159 industrial permitió los intercambios en los dos sentidos entre ciencia e industria.” “La Revolución Industrial” en Cuadernos Historia 16, 257 (1985), p. 15. 157 En un documento enviado desde Córdoba al Consejo de Castilla por el Corregidor (1783), se analiza la situación de los diferentes sectores productivos y, pese a las carencias denunciadas, se destaca el desarrollo de la industria textil (telas, felpas, sombreros...) y se señala su alta comercialización por el territorio peninsular. Se alzaprima la fabricación de hilos de la que, se dice, aún se podría esperar más crecimiento potenciando su transformación en el mismo sentido en que ya se encaminaban cuatro años antes, los proyectos de la Económica Cordobesa: “Ay ttamvien... una floreciente fábrica donde se travajan hilos sobresalienttes y de que se abastece lo mas de la España. Pero aún éstta fuera mucho mas realzada si hubiera abundancia de hilanderas...” (trans. J.M. de Bernardo Ares). BERNARDO ARES, J.M. de (coord.), Textos Histórico-Geográficos De Córdoba Y Su Provincia, Diputación Provincial de Córdoba, 1988, pp. 335-337. “Deseamos pues que se forme un recogimiento de niñas huérfanas para criarlas y enseñarlas en las artes útiles á la patria. El suelo... produce frutos de lino, lana, sedas y otras en que pueden cultivarse las mas preciosas manufacturas, preparando con delicadeza sus materias; y aunque esto comience con un número corto, regulado por nuestras cortas facultades, el exemplo mueve y la piedad se dilatará con el tiempo á mayores ventajas. Es considerable que no solo se extienda este refugio de misericordia á mayor número, sino que establecido ya y fundado con solidez, la clemencia camine á hacer otro semejante de niños pobres huerfanos que sean enseñados en las facultades de que es capáz su sexô” Solicitud para la fundación de la Patriótica cordobesa al Consejo de Castilla, Córdoba 17-6-1779 en Noticia Histórica... p. 52. 158 Cfr. BERNAL, A.M., “Antiguo Régimen y transformación... pp. 84-86. Vid etiam. AGUADO, A Mª., “Ideología, Roles de Género y Cultura en la Construcción de la Sociedad Liberal-Burguesa” en Antiguo Régimen Y Liberalismo... t 3, pp.399-401. Vid supra. n. 9. 159 “Ninguna clase de la república será excluida de esta Sociedad, siendo necesarios en ella el hacendado, el comerciante, el literato y el artifice.” art. 4º, Capitulo II, Constituciones De La Sociedad Patriótica De Córdoba Y Su Reynado En Córdoba En La Imprenta Real De Don Rafael Garcia Rodriguez, p. 4. 75 La coyuntura francesa supuso para la Sociedad, al igual que vimos en el tema educativo, una oportunidad para el desarrollo de sus proyecciones de reforma. Periodo considerado por su entonces Rector, el Penitenciario Arjona, como un “renacer”, pese a su corta duración, catapultó la mayor parte de las iniciativas que mantendría la asociación a lo largo de la primera mitad del siglo. En la misma sesión en que se expondrían los planes docentes, se plasmaban los objetivos de promoción en perfecta coordinación con aquellos. Es decir, toda una estrategia de conjunción de “principios cientificos” y su aplicación practica, “productiva”, a las necesidades del fomento economico-social regional: si por un lado se solicitaban a las autoridades constituidas, de clara vinculación teórica con los sectores productivos a potenciar; por el otro, se programaba la división de la entidad en secciones que correspondían exactamente con los mismos intereses. De esta forma, la Patriótica quedaba seccionada en Población, Agricultura, Artes y Oficios, Comercio é Imposiciones, Navegación Interior, Recursos y Literatura 160 . En torno a estas temáticas giraría su prolija labor. Apartados, por otro lado, en directa conexión con el pretendido despegue económico y social que se perseguía y que, mediante la coordinación interprovincial a través de “subalternas” y “corresponsalias”, englobaría a la nueva circunscripción territorial cordobesa. Aprovechando la coyuntura del cambio de regidores, la Patriótica cordobesa se puso de nuevo en marcha y, previos estudios de la situación real a la que se enfrentaban, realizados por sus distintas secciones de trabajo, elevó sus recomendaciones a la Prefectura. Éstas, atrevidas, dadas las circunstancias, sólo mencionarían los tajos más urgentes y directamente relacionados con los primeros efectos de la dominación sobre la agricultura pero, por la documentación interna, conocemos que sus proyecciones, desde los primeros momentos, iban más allá. En una de las primeras reuniones de la reagrupada Sociedad, se expusieron las líneas de trabajo a propuesta de la Sección Literaria. Puntos de arranque que, veremos, se intentaría seguir con escrupulosidad en sus distintas vertientes: la temática poblacional, se abordaría desde la cuantificación “Aunque en otras Sociedades se hayan establecido varios géneros de socios, la nuestra no reconoce diferencia en los suyos.” Art. 5º, Capitulo II, Ibídem. 160 La Sección Literaria, germen de la futura Academia de Bellas Letras, se constituía en el órgano científico por excelencia desde donde se planificarían los trabajos a desarrollar por las secciones las más de las veces y también, desembocarían los proyectos necesitados de dicha cobertura. La Literaria, a su vez, se subdividía en los apartados de “religion y moral”, “politica”, “ciencias naturales y exâctas” y “nobles artes” para sus acometidas. 76 por divisiones administrativas, clases productivas y consumidoras, defectos en su distribución y remedios así como, fomento del matrimonio; para la agricultura se demandarían soluciones de urgente aplicación ante la coyuntura posbélica; el sector manufacturero sería acometido, en un primer momento, desde el arte de la platería y perspectiva local, examinando su desarrollo y evolución, utilidad practica y mejora o, en su caso, sustitución; en cuanto al comercio, se trataría el tema contributivo en sus diferentes vertientes, para poder acometer las reformas necesarias; para la navegación, se buscarían antecedentes y distintos modelos de ejecución. 161 En cuanto a la misiva enviada al Prefecto, calificada como “patriótica” por Arjona, concretaría sus demandas en: medidas legislativas enfocadas a una reducción contributiva; la defensa del labrador frente al intermediario que desestabilizaba “el equilibrio de precios”; el rompimiento de tierras adehesadas; la regulación de pósitos y control de abusos monopolísticos; indemnización de las tropas al campesinado; control policial en caminos y pueblos; liberalización del acceso al cultivo de la tierra por parte del pegujalero, para lo que se aconsejaba prescindir del “sometimiento a contrato” (nos parece ver, en este último punto, una llamada a la enfiteusis como medio de extensificar el cultivo y con ello la producción). 162 Como se podrá observar, los temas expuestos en los dos documentos citados contenían los princios básicos de la Economía Política y que constituirían parte de las bases de las reformas a emprender por los gobiernos liberales, en los años venideros. 163 La respuesta de la autoridad, sobre el papel, fue paciente y se inició así una etapa de colaboración en aras del desarrollo provincial en la que no faltaron las iniciativas de mejora por parte francesa. El titular de la Prefectura, reconociendo en la Sociedad un cuerpo colaborador en las reformas a emprender, fundamentalmente como asesor en la adaptación de medidas administrativas. 164 Rastreando las prioridades temáticas de la Autoridad francesa en la Provincia, a través de la relación establecida con la 161 Junta de 2-10-1810, Libro 2º de Acuerdos de la Rl Sociedad... 162 Informe de Sección de Agricultura de 19-11-1810, Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa De Amigos Del País. 163 Cfr. COLMEIRO, M., Historia De La Economía Política En España, Madrid, 1965 (Nota Preliminar, Gonzalo Anes Alvarez). 164 Se ropondría como primeras atenciones: la sanidad pública, el aumento de tierras cultivadas y la promoción del cultivo de patata. 77 Corporación, observamos una insistencia en el desarrollo agrícola; algunos de cuyos proyectos serían incorporados desde entonces por la Entidad a su acervo planificador. Entre estos, destacamos los que conllevarían implícito un fomento productivo a largo plazo, directamente relacionados con un posterior desarrollo industrial, como sería el caso de la fabricación de azúcar de remolacha y uva, el plantío de algodón o el de añil. Otra de ellas, que se convertiría desde entonces en emblemática para la Patriótica cordobesa, fue la empresa de la navegabilidad del Guadalquivir. Emprendida por los nuevos gobernantes, ya antes formaba parte de la cartera de proyectos de la Sección de Navegación Interior de la Entidad que, un mes antes de ser nombrados los ingenieros que la acometerían, Barón Candinski y Joaquín Rillo, los acogería como socios. 165 Además de las ya citadas, entre las propuestas de promoción elevadas a las Autoridades francesas por la Económica estaría, también, una apuesta por la liberalización comercial frente al control gremial, “libertad como unica Madre de la Industria”. Sería demandada expresamente a S.M, para aplicar a la industria platera, una de las más desarrolladas desde antiguo. 166 También en la solicitud de mecanización e innovaciones, requeridas fundamentalmente para la agricultura, así como en la aplicación de criterios científicos, encontramos un talante receptor a las nuevas corrientes favorecido, ello, tanto por los contactos intersocietarios como por la cohabitación con el Gobierno francés. 167 165 Para el conocimiento de proyectos de la misma índole, en la centuria anterior Vid. LAGUNA RAMIREZ, Mª C., El Guadalquivir Y Córdoba En El Antiguo Régimen. Navegación, Conflictos Sociales E Infraestructura Económica, Universidad de Córdoba, 1997, pp. 95-102. 166 “... las razones generales que hay por el sistema de la libertad deben decidir en la balanza de un hombre politico á favor de ella sin que puedan servir de contrapeso todas las desconfianzas alegadas en contra” Junta 27-8-1811, Libro 2º de Acuerdos... [artes y oficios] “... son mui pocos los que hallan florecientes en estta ciudad y entre ellos el mas pujante es el de la platteria... casi me attrevo a decir que en la península de España no se enconttrara otro pueblo donde haya mas artifices pudienttes ni donde se ttravaje con mas primor. [...] salen a ferias remonttándose por ttodas las provincias hastta la raya de Francia.” ( Informe del Corregidor cordobés al Consejo de Castilla, 1783), Textos Histórico-Geográficos De Córdoba Y... pp. 336-337. 167 En diversas ocasiones la Sociedad lamenta el escaso interés por la innovación en la agricultura y el excesivo aferramiento a la tradición. En estos años abogará por el uso del arado inglés, siguiendo la memoria al respecto de Pablo Olavide; por un nuevo trillo de origen vallisoletano, conocido a través de sus contactos con la Patriótica de dicha localidad; buscará la consecución de un instrumento desorugador de invención francesa, para lo que se solicitó repetidas veces la intermediación del Prefecto... 78 Actitud, ésta, que no mermaría con el cambio gubernamental si bien es cierto que sufriría la adaptación coyuntural pertinente. De igual forma, la restaurada administración fernandina, tras la reconciliación, contaría con su asesoramiento para reemprender la tarea. 168 La Sociedad desplegaría la promoción desde los diferentes ámbitos productivos. Respecto a la Agricultura continuaría en su empeño del logro de mayores rendimientos. De ahí la renovación de la mecanización a través de diversos contactos a la búsqueda de innovaciones o el intento de revalorización agraria mediante el estudio del medio (“propios” provinciales, cosecha aceitera...); a esto habría que añadir, los ensayos de la aclimatación de nuevos cultivos. 169 No faltaría tampoco, la preocupación del fomento del ganado equino. El Sector Secundario sería, así mismo, objeto de atención: como lo prueba el caso del análisis de los “daños que deben temerse por la introducción de generos ingleses de algodón” y su cooperación con la oficialidad, al estudio de soluciones y apoyos a “las manufacturas nacionales” o la búsqueda de mecanización también para este mismo medio productivo. 170 Inmersa en estas operaciones de fomento, se aceptaría la propuesta de reconversión de la Fábrica de Tejidos en Monte de Piedad (1817), siguiendo, con ello, la línea directriz de la Corporación, en esos momentos. 171 Precisamente A.M. BERNAL subraya en su análisis el peso de la tradición en el campo andaluz:“Una expresión que quedó acuñada en el vocabulario agrario andaluz dice que la labor ha de hacerse “a la usanza del buen andaluz”, y esta expresión, que quiere pasar como síntesis de una manera especial de “buen hacer”el campo andaluz, se repite hasta la saciedad en documentos y escritos de tema agrario citada con no cierto orgullo y jactancia de presunción de buenos labradores [...] la descripción que se hace del sistema agrícola se mantiene igual desde el siglo XVIII hasta nuestros días....” La Lucha Por La Tierra En La Crisis Del Antiguo Régimen, Madrid, 1979, p. 194. 168 Por destacar tres casos: la cooperación, en el plano teórico, para la mejora del cultivo de la vid; la colaboración informativa, en el ámbito provincial, que serviría de base a la reforma hacendistica de Garay o el asesoramiento para emprender la mejora de la cría caballar. 169 En cuanto a la mecanización, señalar casos como la pretensión de modernizar algunos aperos como el trillo y la segadora o el intento de aplicación de una moderna maquinaria a la molienda que solventaría a la vez, el problema de la retención del caudal del río. Por lo que respecta a los cultivos, sabemos de relaciones mantenidas para la importación de semillas desde Cuba. 170 Se refleja en Actas el conocimiento e interés de ampliar información de “un soplete para fundir metales” y “una bomba de vapor” cuya noticia llegara a través de una de las corresponsalías. 171 En la Comisión encargada de la puesta en marcha y elaboración de los Estatutos del Monte de Piedad encontramos a dos eclesiásticos, Melendez y de los Heros; este último, autor de la propuesta de creación de la Entidad, que tendría como modelo la normativa del Monte de Piedad de Granada. Nos detendremos 79 En la desaparición de la fabrica, tema de difícil diagnostico dada la escasez documental y oscuridad que rodea al asunto en los libros de administración regular, vemos todo un cúmulo de factores entrelazados y muy relacionados en el fondo, a nuestro modo de ver, con diferentes enfoques; fruto, a su vez, de los cambios de mentalidad que se iban operando entre los asociados con el cambio de marco gubernativo. Se volvía, pues, a proyectos más próximos a planteamientos ilustrados. Del primitivo proyecto productivo fundacional, la Fabrica, iría convirtiéndose en subsidiaria del Colegio: hay constancia de poca transparencia de las cuentas en los libros de Actas; desaparición de los propiamente contables; descontrol de existencias; incumplimiento de artículos de su reglamento; absorción de sus competencias por parte de la Junta de Socorro Público (1812); retraso, cuando no falta, de las partidas oficiales asignadas para su subsistencia; “perdidas muy considerables por la concurrencia de los generos de algodón, y la de otras fabricas que en el dia hay con fondos mas cuantiosos que el de esta...” ... Por otro lado, de sumo interés nos resulta el cotejo de los Estatutos del proyectado “Monte de Piedad de la Rl Sociedad Patriótica” (aprobados en Junta ordinaria de 12- 10-1819) con las modificaciones que se llevarían a cabo al año siguiente, en diferente contexto institucional; es decir, el retorno al Régimen Constitucional, traería cambios en su reglamentación. De esta forma, si bien su objetivo permaneciera intacto, “las clases más menesterosas”, ahora se permitiría el cobro de un reducido “interés”; algo expresamente negado en la reglamentación primaria. Es cierto que, se aclararía, sería sólo en determinadas circunstancias. Las modificaciones estatutarias serían las relacionadas con el cambio de Régimen, por las que la futura fundación pasaría a depender de la Diputación Provincial y, además, lo que nos parece refleja, de algún modo, la nueva mentalidad burguesa de finanzas, al contemplar el beneficio entre sus fines, en cuanto que introduce la posibilidad del cobro de interés; bien que, esto, sólo como recurso para evitar, según se aclararía, “el decaimiento de su capital”. 172 La en el estudio del origen y ordenamiento de ésta en otro apartado del Capítulo, relacionado con su finalidad benéfica. 172 Realmente, si miramos a los orígenes de estas instituciones, fruto del siglo anterior y nacidas por lo general al amparo de la Iglesia para combatir la usura, el interés estaría excluido en un principio, respaldando su capital con el producto de la venta del objeto prendario y las limosnas: es el caso del Monte de Piedad de Granada (1741) inspirado a su vez en el de Madrid y que sirviera de ejemplo al 80 Entidad combinaría el objetivo benéfico con el crediticio en unos momentos en que aun no estaban forjados los mecanismos de financiación propios de la sociedad burguesa liberal. Todo ello, con una explícita intención de fomento económico. 173 Intención que proyecto del que tratamos. Como su modelo, el Monte de la Económica Cordobesa, tampoco tendría personal asalariado y dedicaría parte de su capital a la celebración de cultos en sufragio de los bienhechores de la entidad. Por el contrario, si el de Granada no colectaría en Iglesias, el de Córdoba sí lo haría. Libro 4º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba, pp. 105 y ss. Cfr. LOPEZ YEPES, J., Historia De Los Montes De Piedad En España. El Monte De Piedad De Madrid En El Siglo XVIII, Confederación Española de Cajas de Ahorros, Madrid, 1971, 57-61. Vid etiam PALACIOS BAÑUELOS, L., Sociedad Y Economía Andaluzas En El Siglo XIX: Montes De Piedad Y Cajas De Ahorros, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1977, t. I, pp. 125- 126. 173 “... convencida de que la Agricultura en esta ciudad es la principal fuente de riqueza pero que por su situacion local y corto comercio se escasean muchas veces á sus vecinos los dineros para la determinada exportacion de sus frutos, observandose lastimosamente que el Pelentrin, Hazero, y Hortelano si han de dar á sus terrenos todo el beneficio de que son subceptibles dejan de hacerlo por la desgracia de faltarles á su debido tiempo las cantidades que necesitan para ello, y por la misma causa tienen que entregarse al logrero, que, ó les lleva redito desproporcionado, ó les vende los frutos antes de colectarlos por precios muy bajos: Que el Platero y el Linero que forman uno de los mayores ramos de industria de este Pueblo, cuando por algun accidente se les detiene el despacho de sus manufacturas, que siempre son por la mayor parte para fuera del Pueblo y de la Peninsula, tienen que despedir los oficiales ö Hilanderas, de donde resulta una afliccion grande en esta ciudad por faltar el trabajo mas común... y con el cual se sostienen infinitas familias indigentes: Que todas estas clases y otras mas... instadas de su necesidad malbaratan la ropa o alhaja que les hacen falta, y fuera de la urgencia se imposibilitan de reintegrarla ó tienen que costearla á mucho mas precio del que les dieron por ella; y que si tuviesen el auxilio de un Fondo Pio... sin los lucros con que les aflige el usurero, podrian fomentarse y dar socorro á los operarios que dependen de ellos, por tener en sus caudales, alhajas y efectos subceptibles de empeño por poco tiempo: ... ” Junta ordinaria 8-2-1820 en Libro 4º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriotica de Córdoba. PELEGRÍ PEDROSA aprecia “una parálisis del mercado del crédito” en el primer tercio de siglo a consecuencia del desmonte de las fundaciones pías tradicionales por las sucesivas desamortizaciones. Cfr. “Aspectos del crédito y la economía agraria: 1768-1862” en Actas del III Congreso De Historia De Andalucía. Andalucía Contemporánea, t II... p.231. Por su parte, MORILLA CRITZ, analizando el sistema mutual que se desarrollara en el siglo XVIII, distingue entre la mutualidad “improductiva” o “asistencial” y la de “defensa de los grupos de producción” o lo que es lo mismo, la que pretendiera el mantenimiento del sistema o bien, la que buscara su transformación. Vid. Gran Capital y Estancamiento Económico en Andalucía. Banca y Ferrocarriles en Málaga en el siglo XIX, Universidad de Córdoba, Instituto de Historia de Andalucía, Córdoba, 1978, p. 26. 81 se refleja igualmente, en la búsqueda de mejoras para la Agricultura; ahora, de claro talante progresista. Lo apreciamos en el tratamiento de temas como el “repartimiento de los terrenos incultos...”, desarrollado en una Memoria (1820) que no sólo recibió gran acogida sino que, respaldada por un estudio sobre la legislación más reciente hasta ese momento y “teniendo á la vista la ley agraria del Sr. Jovellanos”, serviría de base a la representación que se planeaba elevar al Gobierno. 174 En pos, igualmente, del rendimiento agrícola, la Sociedad mantendría contactos frecuentes con la Matritense, la de Barcelona, León y Jaén en busca e información sobre nuevos útiles y obras de laboreo publicadas, en línea con el talante científico e innovador que acompañara a la Institución. El mantenimiento o extinción del Diezmo sería otro objeto de su atención en estos momentos de mudanzas. 175 También se contemplaría el desarrollo comercial e industrial, y en este sentido destacamos el estudio de potenciar la riqueza acuífera para la intercomunicación y riego. Se propondría por uno de sus socios, un plan de Ateniéndonos a ambas consideraciones, creemos que la intención e la Sociedad con el proyectado Monte de Piedad, era efectivamente, solventar las carencias de entidades crediticias en unos momentos de transición estructural y, según los datos documentales de que disponemos, enmarcaríamos a éste, en el segundo grupo de los señalados por Morilla Critz. 174 Junta ordinaria 21-4-1820. Lamentablemente, no hemos podido localizar el trabajo del socio Basabru en el archivo de Secretaría de la Sociedad. Sospechamos que podría estar hoy, como tantos otros, en el archivo de la Real Academia de Córdoba ya que ambas instituciones compartieron ubicación durante años y sabemos de la existencia de otros documentos de la Económica en este mismo lugar. Nuestra búsqueda ha sido infructuosa. Por estar en proceso de catalogación, dichos fondos, no hemos tenido acceso a ellos. No obstante, fruto del rastreo del Diario de Sesiones, sabemos que en la legislatura de este año el diputado y socio Francisco Diaz Morales, trató el tema entre las exposiciones que presentó a la Cámara. Cfr. VERDU PERAL, A., “El Archivo de la Sociedad Económica Cordobesa... Vid. ANES, G., “Del Expediente de Ley Agraria al Informe de Jovellanos” en Reformas Y Políticas Agrarias En La Historia De España (de la Ilustración al primer franquismo), Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Madrid, 1996, pp. 69-103. Vid ídem. La Ley Agraria, Madrid, 1995. 175 El hecho de que este asunto planteara discrepancias y fuera pospuesto, nos parece una muestra evidente de las tensiones que se generarían en el seno de una asociación, que agrupara diferentes colectivos sociales, en momentos de cambios en los que la Corporación se implicaba abiertamente. Concretamente, esta cuestión provocaría además, la propuesta por parte del Director de modificación del articulo primero de las Constituciones que impedía el tratamiento de materias “de religion, ó estado”. El diputado Diaz Morales, socio de la Económica Cordobesa, expondría esto mismo en la primera legislatura a Cortes. Cfr. Juntas de agosto y septiembre de 1820, Libro 4º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba. Vid etiam Diario de Sesiones de Cortes, Legislatura 1820, Imp. Nacional, 1873, t. I, p. 504. 82 canalización y navegación del Guadalquivir. La Corporación, tras su aprobación, lo elevaría a la Diputación Provincial para su remisión al Gobierno (noviembre de 1821). Complejo tema el de la ingeniería del Guadalquivir, en el que se imbricaron una serie de intereses que finalmente darían al traste con las concesiones de un proyecto anterior de navegación y explotación para el regadío, acometido desde 1814 por la titulada “Real Compañía de Navegación del Guadalquivir”. Empresa, ésta, “de una clara orientación liberal-burguesa”, que aún anclada en la burocracia fernandina, supuso el primer hito potencial para la industrialización andaluza. Haciendo historia de este precedente, dadas las importantes conexiones con el “plan” de 1821, entre sus objetivos estuvieron: desarrollo agrícola e introducción de nuevas plantaciones mediante el riego en las fértiles vegas del río; navegación interior para el implemento comercial y reducción de precios de los productos, aumento de la marina mercante; conexión con los núcleos productores del norte regional de carbón de piedra para el abastecimiento energético; interrelación entre diferentes centros productores (conducción de azogue, sales, materiales de construcción...); fomento demográfico con la creación de nuevas poblaciones en su entorno... En definitiva, la creación de una red viaria comercial que uniría Córdoba, Sevilla, Cádiz, Granada y Extremadura; significativo, nos parece, que un hombre de la visión empresarial de Heredia uniera su actividad comercial inicial con la de la Real Compañía. Por la documentación analizada, no nos consta que la Económica de Córdoba, como tal, elevara sus quejas como hicieron otros colectivos, contra la citada Compañía pero una serie concomitancias nos llevan a concluir que estuvo implicada en ello. 176 176 A falta del proyecto apadrinado por la Sociedad Cordobesa en estos momentos, que posiblemente nos arrojaría más luz sobre la cuestión, nos limitamos a destacar una serie de indicios que, creemos, guardan relación con el desarrollo final de unos acontecimientos que tendrían alcance nacional. El proceso comenzó con una encarnizada batalla dialéctica, en las Cortes, a raíz de las quejas de la Diputación de Sevilla y el Jefe político de la misma, por los privilegios que ostentaba la Compañía del Guadalquivir, considerados anticonstitucionales y fruto de otra época. Por su parte, la Compañía solicitaba de la Cámara de Representantes su regulación y adaptación al nuevo régimen constitucional así como una serie de subvenciones para la continuación de las obras que, por el incumplimiento en el pago de determinadas prestaciones de la Concesión por parte de las aduanas de Sevilla y Cádiz, no había podido continuar. En la melé parlamentaria terminaron aflorando las quejas de los fabricantes de Cataluña y la Junta de Comercio de Barcelona al Consejo de Hacienda, las del Comercio y Diputación de Cádiz, los intereses de los propietarios de molinos harineros en el cauce del río, los del Cabildo de la ciudad de Sevilla e incluso, 83 indirectamente, la acumulación de grandes capitales provenientes del contrabando por parte de comerciantes de las zonas fronterizas. En cuanto a la toma de partido de algunas Sociedades Económicas en el asunto, nos es conocida a través de las lamentaciones de uno de los dos socios fundadores, diputado a la vez por Sevilla y Burgos, que, exponiendo lo que consideraba una campaña orquestada contra la Compañía, llega a exclamar que hasta “los amantes del país” clamaban en su contra. Por nuestra parte, vemos la conexión de la Patriótica de Córdoba con el tema, a través de dos de los parlamentarios por la circunscripción que debatieron contra la concesión: Francisco Diaz Morales y José Moreno Guerra, ambos socios de ésta. El primero de los citados, con fuertes lazos de amistad en la Ciudad Condal desde su participación activa en el pronunciamiento del general Lacy y que, años después, encontraremos vinculado a otras dos sociedades mercantiles con mismo fin que ahora atacara. Por otro lado, el proyecto que la Sociedad Cordobesa pretendiera presentar al Gobierno, después de la suspensión de privilegios a la “Compañía del Guadalquivir”, era obra de otro socio, Lorenzo Basabru. Propietario, éste, de molinos harineros y de papel que acabara de construir “un pedazo de presa de sillería”, uno de los grandes inconvenientes para la navegación y riego según informes técnicos del momento; conocedor del amplio informe del ingeniero Larramendi para la Compañía del Guadalquivir, la cual, además, tenía concedidos derechos sobre los molinos establecidos en el cauce. Sabemos que la Cordobesa, un año antes del debate parlamentario, se afanaba en lograr la adquisición de una maquina revolucionaria para potenciar la actividad molinera; conocemos, también, las buenas relaciones y colaboración de las Sociedades de Amigos de Córdoba y Barcelona. En fin, creemos que se entremezclan los suficientes elementos, como para no considerar excesivamente aventurada la conclusión de que la Sociedad de Amigos del País de Córdoba, aún cuando no lo manifestara abiertamente, participó como Corporación, entre otros grupos, para conseguir que la Compañía de Navegación del Guadalquivir perdiera sus concesiones de explotación. Cfr. Decretos Del Rey Don Fernando VII Desde 4 De Mayo De 1814 Hasta Fin De Diciembre De Igual Año, Imp Real, Madrid, 1818, pp.439-442. Cfr etiam: Diario de Sesiones de Cortes, Legislatura 1820, t. III, Imprenta Nacional, 1873. Idem. Legislatura 1821 t. II, Imprenta Nacional, 1871; Archivo Municipal de Córdoba, Sección 8.2. Guadalquivir, C. 0292; Libro 4º de Acuerdos de la Rl Sociedad Patriótica de Córdoba y Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. Vid: DEL MORAL ITUARTE, L., La Obra Hidráulica En La Cuenca Baja Del Guadalquivir (Siglos XVIII-XX). Gestión Del Agua Y Organización Del Territorio, Universidad de Sevilla- Conserjería de Obras Públicas y Transportes- Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Sevilla, 1991, pp. 81- 138; CUENCA TORIBIO –RODRÍGUEZ SÁNCHEZ DE ALVA, A., “Informe y Proyecto de un Canal de Navegación y Riego desde Sevilla á Córdoba, Presentado al Gobierno por el Intendente Honorario de Provincia Don José Agustín de Larramendi, Ingeniero Comisario de Caminos y Canales. Aprobado por S.M en 28 de febrero de 1819 para que lo ejecute La Compañía del Guadalquivir a cuyas expensas se publica. Madrid 1820” en Lecturas de Historia Económica Andaluza (Siglo XIX), Servicio de Estudios del Banco de Urquijo, Madrid, 1977, pp. 2-53; NADAL, J., El Fracaso De la Revolución Industrial En España, 1814-1913, Barcelona, 1989, pp.193-194. 84 Frente a lo que podría parecer, el paréntesis coyuntural no haría desistir a la Corporación de este objetivo y así, tras su restitución con la llegada de La Regencia, volvería a ser planteado a estudio, en esta ocasión, partiendo de una Exposición elevada al Secretario del Interior por uno de sus nuevos socios, el “Director de la empresa de Isabel II”, Vicente Ber(l)tran de Lis. La Económica de Córdoba acordó enviar, a su vez, otra a la Reina solicitando que “la Real Empresa” acogiera la obra inconclusa del muro de contención del río (“el Murallón”), así como su navegación a Sevilla (26-5- 1835). 177 El cambio político, pues, no la desanimaba a la hora de proyectar nuevas acometidas, simplemente supuso una nueva adaptación a las circunstancias que desembocaría en una cooperación con el Gobierno establecido; convirtiéndose, la Asociación, en una especie de órgano consultivo institucional para el desarrollo regional. Con este cometido, abordó estudios, a propuesta de la Superioridad, sobre la implantación del cultivo de arroz en la provincia; la creación de nuevas cargas contributivas a la producción vinícola, y aquí la Corporación se mostró firme defensora de “la Industria viñera” apelando por el mínimo perjuicio a ésta, la implantación de una Caja de Ahorros en la Capital, siguiendo la Rl. Orden de 3-4-1835. 178 Todo ello no restaría 177 La Entidad se mostraba descontenta con el uso que hiciera el Ayuntamiento de un “Arbitrio” destinado a la conclusión del muro y acordó una nueva misiva a la Gobernadora para que la obra “saliera de su tutoria” a la vez que se emprendiera la de su navegabilidad a Sevilla. 178 Acordarían lanzarse a la búsqueda de “personas filantropicas,... que reunan la cualidad de ser grandes capitalistas...“ tal y como indicara la citada orden. Cfr. Decretos de la Reina Ntra. Señora Doña Isabel II dados en su Real nombre por su Augusta madre La Reina Gobernadora y Reales Ordenes, Resoluciones y Reglamentos Grales expedidos por las Srias de Despacho Universal desde 1º de Enero hasta fin de Diciembre de 1835, Madrid en la Imprenta Real, Año de 1836, pp. 149-150. En este contexto enmarcamos, también, una viva discusión que se entablaría en el seno de la Sociedad, tan sólo un mes antes, acerca de la utilidad de la “atrasada” institución del Pósito. Frente a la defensa que enarbolaran las autoridades provinciales, los principales prohombres de la Asociación la justificarían para provincias donde la propiedad agrícola se hallara repartida, mientras que, en el caso cordobés, creían se estaba usando para beneficios particulares, por lo que proponían reinvertir sus fondos en otro tipo de fundación. Les seguía, pues, moviendo la misma inquietud que les había llevado a proyectar, una década antes, el Monte de Piedad. La Institución continuaba a la búsqueda de nuevas organizaciones crediticias con que afrontar los cambios estructurales que se producían. El acuerdo fue establecer consultas con el resto de Sociedades de la provincia, para determinar la postura a adoptar. Un quinquenio más tarde, el Jefe Político de turno en Córdoba, también abogaría por la abolición de los Pósitos. Cfr. CUENCA TORIBIO –RODRÍGUEZ SÁNCHEZ DE ALVA, A., “Visita a la provincia de 85 iniciativa propia a la Sociedad que, tras exponer a la Autoridad provincial la pésima situación en que se encontraba la población de la provincia, solicitaba una “moratoria” anual en el pago de contribuciones, a la vez que una auditoria contable a los “oscuros” fondos del Ayuntamiento (noviembre 1834), decidiendo la elaboración de una Memoria sobre la cuestión, para respaldar su petición de recursos destinados a un proyecto benéfico propuesto por su Director. 179 Igualmente, aprovecharía sus relaciones con otras Económicas para saber de la mecanización que se iba implantando en diferentes actividades industriales (vinícola, oleícola...) y se establecerían contactos con particulares, en búsqueda de su aplicación. Especialmente interesada se mostraba la Asociación, por estos años, en ampliar conocimientos sobre el carbón de piedra y mejorar el rendimiento agrícola; otro de sus objetivos, idear nuevas vías de productividad y aquí habría que mencionar iniciativas como la explotación del monte o el reflote de la industria de la cría de seda. Del mismo modo, la participación en una Sociedad por acciones nos parece destacable en cuanto que refleja el despliegue de nuevas fórmulas asociativas dentro la estructura socio-económica que la envolviera y a las que la Asociación se adherirá. 180 Córdoba, hecha por el Jefe Político, D.Angel Iznardi, en febrero y marzo de 1841” en Lecturas de Historia Económica Andaluza... p. 136. ANES ALVAREZ contabilizando los Pósitos de la provincia de Córdoba en 1802 sitúa el 40% de ellos en la zona de Pedroches: norte de la provincia, donde la propiedad estaba más repartida. Cfr. “Los Pósitos en la España del siglo XVIII” en Moneda Y Crédito. Revista De Economía, 105 (junio de 1968), Madrid, p. 55. 179 Bajo la Dirección del Conde de Torres Cabrera (Federico Martel), la reinstalación de la Sociedad se enmarcaba en un contexto social de pobreza y enfermedad. De ahí el protagonismo que cobraría, en estos momentos, el auxilio humanitario, cuestión que será tratada en el siguiente apartado. Partiendo de la situación que tuvieran en 1823, año en que cesara la actividad oficial de la Económica Cordobesa, las quejas sobre la falta de claridad contable de las arcas municipales, presidida ahora por uno de sus socios, serían esgrimidas en varias ocasiones durante estos años. 180 NAVARRO PÉREZ, siguiendo la evolución de la legislación liberal para el monte andaluz, concluye que no sólo hubo motivaciones fiscales, sino también “productivistas” en su desarrollo; debido ello, a la influencia que ejerciera el modelo francés: “la comparación de lo que se ha experimentado en naciones vecinas, dan á los bosques públicos un interés que frecuentemente se desconoce, y hacen lamentar que tengamos casi abandonada una riqueza inmensa [...] La Francia..., tiene hoy un capital de cerca de 30 millones de reales en montes del Estado, que producen gruesas sumas al Erario” ( R.O. de 21 de febrero de 1841). Apud. “La Revolución Liberal y la transformación del monte en Andalucía” en Actas del III Congreso De Historia De Andalucía. Andalucía Contemporánea, t.II.... p. 211. Por lo que respecta a la implicación de la Económica en una Sociedad mercantil, recibiría buena acogida la comunicación 86 Inmersa en estos planteamientos, sobrevendría el nuevo enmudecimiento de la Corporación. Al regreso (1841), la Económica no habría perdido animo impulsor; del mismo modo en que hubiere acatado un quinquenio antes, la Sociedad colaboraría con el Gobierno en la elaboración provincial de información estadística, cartográfica, exposición y mecanización industrial... Por su parte, reemprendería relaciones con otras Económicas para el intercambio de información novedosa sobre actividades industriales, publicaciones y medidas reformistas a emprender. 181 En el plano autóctono, merece mencionarse su mediación en la mejora de la Industria aceitera, para lo que contó con el asesoramiento teórico de la Academia y solicitó el administrativo como vehículo difusor de información, o bien, su acuerdo para promover las industrias textil y alfarera. Como muestra palpable del afán por potenciar la productividad del sector primario: la propuesta de creación de un “Instituto Agrícola”; dado que la aparición de un organismo similar no se produciría en Cataluña hasta 1851, nos parece adquiere la suficiente entidad como para destacarse. 182 Se trataría, ello, de una Institución formativa para la juventud, en régimen de internado, que combinaría la enseñanza practica y teórica. 183 Un planteamiento recibida de la “Empresa de Camino de Hierro de Mª Cristina” (7-8-1844) para la difusión del proyecto. Se analizaría y solicitaría al Jefe político su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia. 181 En este punto, destacamos los contactos que establecieron la Matritense, Leridana y Barcelonesa con la de Córdoba, en aras a la unión para el logro del desestanco de productos como la sal o el tabaco. 182 Nuestra búsqueda de fuentes paralelas para ahondar en esta materia, nos ha llevado a una publicación que se editara en Sevilla por estos años, “Revista Andaluza”, con difusión nacional e internacional, según mencionara la misma. Su objetivo prioritario: “La aplicación de las doctrinas economicas y sociales de nuestro siglo á las cuestiones prácticas de administracion ó de hacienda, y sobre todo, á los intereses locales de estas provincias de Andalucia....”. Aquí, efectivamente, encontramos un articulo donde se desarrolla el proyecto de creación de dicho Organismo de fomento agrícola andaluz. “Considerando el Instituto como una labor ó empresa agricola, necesitaria de fondos para granos, semillas y plantones... podrian adelantarse... con cuenta y razon, y él hechas que fuesen sus cosechas, reintegrar periodicamnete las cantidades recibidas, aplicando para los gastos del establecimiento las utilidades, cuyo sobrante,... deberia repartirse en proporcionadas partes entre el director y entre los alumnos, según el año que cursasen. [...] este sistema era otra especie de leccion ó instrucción, que animaria al director en su ministerio, y á los alumnos para aumentar su aplicación al estudio y á los trabajos” Vid. “Apuntes sobre el establecimiento de un Instituto Agricola” en Revista Andaluza (y periódico del Liceo de Sevilla) , 1841, t. III, p. 6. 183 “... dándose a los jovenes una educación fisica adecuada á la dureza de los ejercicios del campo, se les ilustra en todos los principios que sirven de base ó de auxilio á la economia rural, uniendo así... la 87 formativo global, lleno de reminiscencias ilustradas, combinadas, al mismo tiempo, con una formula asociativa de financiación novedosa y avanzadilla del cooperativismo, sin descartar, por ello, el sustento público; el modelo lo marcarían centros similares establecidos en Suiza y Francia. Para “las provincias meridionales” se ubicaría en Sevilla, “en alguno de los muchos conventos suprimidos”, atendiendo a criterios de centralidad y abastecimiento; se pensaba, bajo la dirección de las Patrióticas, contando con apoyos de “otras corporaciones igualmente benéficas”. El transmisor de la idea, un jerezano que suponemos miembro de la Patriótica correspondiente, amén de descubrirnos el propósito de gestación de la Entidad, nos pone de manifiesto la formación de un eje de unión de intereses Sevilla-Cádiz que se manifestaría más consolidado en el último cuarto de siglo y que fragmentaría, en alguna ocasión, a las provincias andaluzas a la hora de acometer empresas comunes, como se verá más adelante. Se nos muestra aún más diáfana, esta simbiosis entre las dos provincias, en otra aportación de la misma revista y fechas, que bajo el titulo de “Intereses materiales de las provincias de Andalucía”, firmado en esta ocasión por un sevillano que años adelante formaría parte de la “Comisión Estadistica General del Reino”, expone las capacidades agricola-productivas de cada una de las provincias andaluzas y sus posibilidades de potenciación al desarrollo; arenga a la formación de una Asociación de productores y a la acometida de mejoras viarias para la comercialización de los productos (se acentúa la necesidad de hacer navegable al Guadalquivir), toda vez que, se añade, concluido el mercado americano, urge una reconversión andaluza. Esto todo, se dice, por medio de “impetrar del gobierno las disposiciones convenientes para la proteccion y desenvolvimiento de nuestra agricultura”. Cierto es, que la exposición contempla la Región andaluza, en todo momento, como una unidad de cara a la lucha por el desarrollo agrícola (prometiendo dedicarse en otra ocasión al industrial), pero ya se apunta una especial connivencia de objetivos, más intensa, entre las dos provincias citadas. 184 Nos preguntamos si la teoria á la practica, y haciendo ilustrados y robustos agrónomos á los que sin tan oportunos estudios, quizá fueran solo empíricos ó charlatanes... ” Ibídem. p. 4. 184 “Inútil perece,.... asegurar, que hay una perfecta identidad de intereses entre la provincia de Sevilla y el Puerto de Cádiz,...”; “Necesario es hacer ver á los habitantes de ambas provincias esta comunidad de intereses: que las mejoras materiales que afectan á una de ellas interesan á la otra del mismo modo, y que por lo tanto, seria conveniente que en las empresas.... tomasen parte capitalistas de una y otra provincia” Ibídem. T. II, p. 152. 88 Cordobesa abanderaría ya una oposición a la pretendida línea de unión Sevilla-Cádiz al plantear la instalación del mencionado Instituto Agrícola en Córdoba. (Sesión de 4-5- 1841). Es algo que, por el momento, nos es imposible determinar, pues requeriría una investigación regional coordinada para su posible resolución. La idea de creación de dicho organismo, no se retomaría hasta la etapa restauracionista, en su momento volveremos a ocuparnos de él. Por otro lado, la consecución de la navegabilidad del Guadalquivir estaría, de nuevo, entre sus objetivos. En esta ocasión, la Económica, acorde con su tiempo, apoyaría la formación de una Sociedad por acciones, llamada “Empresa Cordobesa de Scala-Celi”, para su ejecución (1841); a su frente se encontraría el socio Diaz Morales, recordemos, uno de los diputados que en las Legislaturas del Trienio fuera azote de la Real Compañía de Navegación del Guadalquivir, anteriormente tratada. 185 El “Director Presidente”, quien perteneciera a la Sección de Navegación, en su exposición a la Junta de Accionistas, parte de los antecedentes que envolvieran a la cuestión desde 1821. Frente a la omisión que en aquel entonces se hiciera al plantearse en la Sociedad una iniciativa similar, por parte de uno de los grandes empresarios harineros cordobeses, ahora, sí manifiesta el grave inconveniente de “los azudes ó presas construidas 185 Entre los cuatro accionista mencionados en el acto de constitución, encontramos a tres socios más de la Económica Cordobesa. De ellos destacamos el nombre de Luis Bertran de Lis, que permaneciera vinculado al proyecto de navegación del Guadalquivir por medio de dos empresas distintas y en diferentes fechas. Hermano de futuro Ministro, Diputado electo en venideras legislaturas, en estos momentos se encontraba en las secciones de Agricultura, Población y Comercio de la Económica de Córdoba. Poco sabemos de las vicisitudes Scala-Celi, después de su constitución. Sin duda las alternancias político- administrativas, apuntamos, amén de los intereses particulares y los problemas presupuestarios, como señalara el ingeniero Garcia Otero, autor de un nuevo reconocimiento, impidieron su consolidación. [las obras] “no pueden realizarse como resultado de una especulación mercantil”. “... exceptuando algunas huertas y posesiones de corta extensión, las ventajas del riego son desconocidas para los labradores en grande, quienes repugnarían la división de la propiedad territorial que aquél exige para su mejor aprovechamiento”. Cfr. MORAL ITUARTE DEL, L., La Obra Hidráulica En La Cuenca Baja Del Guadalquivir.... pp 148-149. Parte de la burocracia generada por los tramites de constitución nos ha servido para saber que hubo otras Sociedades aspirantes a asumir la acometida, además de la Sociedad Minera de Bailén que destaca Del Moral Ituarte, de ahí las distintas publicaciones de oferta pública. Vid. Boletines Oficiales de la Provincia de Córdoba, 29 de junio de 1844 y 23 de julio de 1847. Vid etiam. “Empresa Cordobesa de Scala-Celi”, Imprenta de Noguer y Mante, 7 de septiembre de 1841 en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. 89 abusivamente” en su cauce, que han entorpecido, hasta el momento, la navegación. Nos da a conocer, en el mismo documento, contactos, en un momento dado, con“casas estrangeras”, si no se encontrara capital autóctono; otro de los grandes pecados de que fuera acusada en su día la Real Compañía de Navegación del Guadalquivir y que, finalmente, resultara inconsistente. Se destaca la función tutelar de la Económica hasta la constitución formal de la Empresa, así como su participación como accionista; prioriza el papel a jugar por la Diputación Provincial, como autoridad de la que dependería la Sociedad concesionaria, descentralizando, así, la actividad mercantil. Y, además, dependiendo del éxito de la empresa, se contempla la posibilidad de extender el objetivo de ésta al riego. Aún antes de terminar la primera mitad de siglo se crearían dos sociedades de accionistas más, con el mismo objetivo: “Empresa de navegacion del Guadalquivir por su cauce hasta Córdoba” y “Canal de S. Fernando”, ambas en 1849. Si bien, en ninguno de los dos casos, ha quedado constancia documental de la participación de la Sociedad Cordobesa de Amigos del País, analizando las personalidades vinculadas a éstas podemos, al menos, considerar su proximidad o legado. 186 186 Pese a la “atenazadora” Ley de Sociedades por Acciones (1848), las dos iniciativas sobre el Guadalquivir nos muestran, de alguna manera, que el desarrollo de una sociabilidad económica marcaba un hecho diferencial con respecto a otras formas de asociacionismo que por estas fechas aún sufrían mayores mermas en su expansión. Cfr. TORTELLA CASARES, G., “La evolución del sistema financiero español de 1856 a 1868” en Ensayos Sobre Economía Española A Mediados Del Siglo XIX, Servicio de Estudios del Banco de España, Madrid, 1970, pp. 18 y ss. Si establecemos una comparación entre los datos que conocemos de las citadas Sociedades (sin menoscabo de volverlo a hacer desde el punto de vista mercantil más adelante) podemos observar que en ambas aparece una representación nutrida de socios de la Económica Cordobesa. Más, si en el Canal de S.Fernando, la tendencia de las personalidades de la vida local firmantes, es al moderantismo, salvo alguna excepción muy puntual; contrariamente, en la Empresa de navegacion del Guadalquivir ésta, se escora al otro extremo. Encontramos en la primera presencia eclesial y nobiliaria y entre otros, a Luis Bertran de Lis vinculado ya anteriormente a la navegación del Guadalquivir, como hemos visto. Por otra parte, en la segunda de las Sociedades mencionadas y de la cual sólo conocemos los nombres de los “socios fundadores”, predomina la presencia política: ex-Altos Cargos de la Administración que en su mayoría hicieran su cursus honorum en Córdoba y ex-Parlamentarios. Uno de ellos, de nuevo, Diaz Morales. A éstos se unen cuatro individuos de la vida empresarial y comercial, entre los que nos interesa señalar al socio Nicasio Bonaplata que se reseñara como“Capitalista”. 90 La Beneficencia, “objeto mui conforme â su instituto”, aparecerá explícita en los contenidos de la Económica Cordobesa desde su fundación. Recorriendo las actas de las primeras sesiones podemos comprobar que se entremezclan conceptos ideológicos propios de la Sociedad Estamental, como la “Charidad” o “piedad Cristiana”, con otros netamente ilustrados, “utilidad del Estado”, “bien comun de vecindario”, “felicidad y beneficencia pública” o“Humanidad”. 187 Así, lo mismo encontramos a la Sociedad en el reparto de “sopas economicas” o “comidas á pobres”, acciones puramente caritativas encuadradas pues, en el primer caso; que movilizándose para la obtención de recursos y “quanto tuviese relación, con el bien publico, y socorro de pobres verdaderamente necesitados, para poder acordar lo mas util sobre cualquier propuesta...”. Misión ésta, consecuencia de una planificación más compleja, por encima del mero consuelo. Ello nos parece una muestra más de esa evolución de mentalidad que venimos observando se diera en el seno de la propia asociación. Aplicado a la temática que ahora nos ocupa, se traduciría en concebir el auxilio caritativo como único remedio a los problemas sociales, postura propia de una estructura social “estamentalizada”, o en considerar el poder regenerador dentro del propio auxilio. 188 187 “... on voit alors s´opposer, d´une part, le discours des tenants de la tradition (charité, amour de Dieu, objectifs missionanaires, conversion du oauvre, vertus d´humilité et d´obéissance, hommages rendus à l´amour des rois pour les pauvres), de l´autre, clui des héritiers des Lumières et de la révolution (philathropie, amour des hommes, raison, progrès, émancipation de pauvre, prévoyance, science du social). DUPRAT, C., “Des Lumières au premier XIXe siècle: voie française de la philanthropie” en Philanthropies Et Politiques Sociales En Europe (XVIIIe-Xxe siècles), Paris, 1994, p. 15. “Desde que he visto que entre los cristianos se abusaba del término caridad en la persecución que se hacía a sus enemigos, y que los heréticos dicen que practican la caridad cristiana persiguiendo a otros heréticos, o a los católicos mismos... , he buscado un término que nos recordara precisamente la idea de hacer el bien a los demás, y no lo he encontrado mas propio para hacerme entender que el término beneficencia” (abate Saint-Pierre, 1725). Apud. HAZARD, P., El Pensamiento Europeo En El Siglo XVIII, Madrid, 1958, p. 224. 188 “Los acontecimientos que llevaban al pauperismo a importantes grupos sociales eran considerados contingencias propias de la realidad social; la “estamentalización”, lógica;... No era posible, por tanto, la intervención social ni la transformación de las condiciones de vida de los marginados; el objetivo último de la asistencia era, solamente, paliar las peores consecuencias sociales y ofrecer, en última medida, una posible vía de salvación para los privilegiados que, por mediación del acto caritativo y de la limosna, aminoraban sus pecados” LÓPEZ MORA, F., Pobreza Y Asistencia Caritativa En El Reino De Córdoba: Los Hospitales De Jesús Nazareno (a fines del siglo XVIII), Córdoba, 1992, p. 75. “... el doble empeño por reducir la mendicidad y estimular la producción del país cuajó en memoriales e informes que, además de alumbrar soluciones concretas, introducen nuevos moldes ideológicos hasta 91 Época de cambios, la Institución ocupará en cierta forma y durante los primeros años fundamentalmente, la labor social antes desarrollada por las denostadas cofradías; ello en un estadio anterior a la asunción de parte de estas funciones por el Nuevo Régimen. La función humanitaria propiamente dicha se mantendrá con regularidad en su actuación, si bien no alcanzará en número a las iniciativas emprendidas en el terreno educativo o del desarrollo. No obstante, si consideramos que éstas no eran para la asociación sino manifestaciones del mismo concepto global “a favor de la humanidad” y la “felicidad pública de Córdoba y su reynado”, la cifra se ampliaría. Al igual que hemos visto en los temas de Educación y de Fomento, en ocasiones, la Económica Cordobesa, como Asociación institucionalizada, sería una intermediaria para los proyectos sociales gubernamentales y en otros casos, ideará actuaciones propias acordes con los cambios que experimentara la misma sociedad en la que estaba inmersa. En el primero de los casos, la Administración bonapartista pediría su asesoramiento y colaboración en medidas para paliar la hambruna como fueron la implantación del cultivo de la patata y la utilización de la sustancia ósea como alimento nutricional. 189 Igualmente, contaría con sus miembros en las labores a desarrollar en la Junta de Socorro Público, creada bajo sus auspicios junto con el Cabildo municipal. La Sociedad se implicaría a conciencia en esta labor, planificando en sus sesiones de trabajo las propuestas que serían llevadas a este organismo asistencial, lo que haría a Arjona atribuirle todas las acometidas, como ya hemos apuntado en otra ocasión. 190 culminar en la sustitución del espíritu religioso, animador de las fundaciones promovidas por la caridad de los institutos religiosos, clérigos y seglares, por un matiz netamente filantrópico.” PALOMARES IBAÑEZ, JMª., “La Iglesia Española y la Asistencia Social en el siglo XIX” en Estudios Históricos La Iglesia Española Contemporánea, II Semana de Historia Eclesiástica de España Contemporánea, Zamora, 1979, p. 121. Cfr. LÓPEZ MORA, F., Pobreza Y Acción Social... pp. 214 y ss. 189 Por estas fechas, creada ya la “Academia General de bellas letras” (luego de “ciencias bellas letras y nobles artes de Cordoba”) como cuerpo anejo a la Económica sería ésta la encargada de la cobertura “cientifica” que acompañara a estas proyecciones. 190 Vid supra. p. 14. Coincidían en la filosofía del nuevo organismo la tradición ilustrada española y el Gobierno napoleónico; ambos preconizaban la desviación de la asistencia social al terreno laico a través de las instituciones representativas del Poder en los ámbitos locales y regionales. Cfr. GUY PETIT, J., “Pobreza, beneficencia y políticas sociales en Francia (siglo XVIII- comienzos del XX) en Pobreza, Beneficencia y Política Social Ayer 25 (1997), MARIANO ESTEBAN DE VEGA (ed.), pp. 200-203. Vid etiam. RODRÍGEZ MATEOS, J., “Las Cofradías y las luces: decadencia y crisis de un fenómeno” en La Sevilla 92 Por su parte, la Institución trabajaría en diferentes proyectos de contenido social- asistencial durante este mismo periodo. El hecho de que a su frente estuviera, durante los primeros meses, una alta dignidad eclesiástica, el Canónigo Penitenciario Arjona, sin duda aportaría un bagaje de experiencias en la temática. Del mismo modo, su relevo por un alto cargo administrativo, el Corregidor, de alguna manera, nos parece, vendría a simbolizar la asunción progresiva de estas funciones por parte de la Autoridad civil. Actuaciones de carácter sanitario como la inoculación “a los pobres” o el estudio de establecimiento de una “casa de partos” también estuvieron en su cartera. De carácter asistencial, se planearon acometidas como el “recogimiento de mendigos” o el establecimiento de “Hospicios y socorros de los pobres”. Todo ello inmerso en el contexto de “socorro público” que se marcara la asociación. Las mudanzas políticas no arredrarían el compromiso benéfico de la Corporación si bien interpretamos fruto de la involución institucional fernandina, la merma de iniciativas. Éstas se centraron en la creación de una “Sociedad para el socorro de ahogados”; alguna ayuda familiar por intermediación de los socios y la distribución organizada de la vacuna de la viruela como “servicio á la humanidad”. La primera de las citadas misiones perduraría varios años bajo la estructura de Comisión en la misma Económica, financiada por aportaciones desinteresadas de los socios y algún que otro donativo. La municipalidad la valoraría hasta el punto de platearse asumir sus funciones dado el caso de que la Cordobesa no pudiera mantenerlas. 191 Por lo que respecta a las medidas de inoculación, que tendrían su continuidad durante el Trienio, el despliegue organizado por la Asociación, evidencia el vacío institucional del momento, en el campo social. Toda vez que, desmontada la antigua estructura eclesiástica y nobiliaria que lo sostuviera, aún no se había establecido el relevo por parte del Nuevo Régimen. La Sociedad, llenaría esa falta temporalmente, a modo de organismo para-oficial. 192 El hecho de que la Junta General de Beneficencia, en proceso de preparación de la que sería la primera Ley general de esta materia, solicitara información a la Institución sobre los establecimientos benéficos a su cargo (abril de 1821), nos muestra la entidad asistencial de que gozara la Corporación durante estos años. De Las Luces, Comisaría de la ciudad de Sevilla para 1992, Ayuntamiento de Sevilla, 1991, pp. 140-145; ORTI BELMONTE, M.A., Córdoba Durante La Guerra De La Independencia 1808-1813, Córdoba, 1930, pp. 165 y ss. 191 Vid supra p. 23. 192 Vid supra p. 22. 93 En el mismo contexto benéfico situamos la proyección de un Monte de Piedad (1819) con los objetivos de “atender á las clases más menesterosas”, a “los necesitados”. Siguiendo su reglamentación se constatan tres vertientes ideológicas diferentes: por un lado un sentido filantrópico ilustrado, que no impide, al mismo tiempo, la influencia que ejercería el principio tomista de aplicación de la riqueza a las necesidades urgentes e inmediatas; sin descartar, de otro extremo, un fuerte sentido pragmatico- burgués, presente en las justificaciones de carácter económico. Claro resultado, por otra parte, de la simbiosis ideológica que flotaba en la Sociedad de Amigos.”. 193 Durante el periodo de Regencias la actividad humanitaria de la Sociedad se incrementaría sensiblemente. Una coyuntura de cambios institucionales, anejos a la organización del sistema de Beneficencia Liberal, y la “espantosa miseria” que experimentaba la población, sin duda, tendrían mucho que ver en ello. Pese a que la etapa se iniciara bajo la dirección del nuevo titular de la Diócesis, quien primara la faceta benéfica entre los objetivos de la Entidad (13 de febrero de 1834), las propuestas de mejora social vendrían unos meses después, cuando el cargo fuera ocupado por un destacado miembro de la comunidad: Federico Martel, Conde de Torres Cabrera (2 de septiembre 1834/16 de diciembre 1835) Durante su mandato se sucederían las iniciativas de dicho contenido, la más de las veces bajo su padrinazgo; una de ellas, abaratar el precio del pan utilizando una mezcla de harinas de trigo y patata, propuesta que iría envolviendo a la Corporación terminando por convertirse en un enfrentamiento con el Gremio panadero. 194 También del Conde, vendría el proyecto 193 Proyectado y aprobado con el obispo Trevilla presidiendo la Económica Cordobesa y el canónigo Arjona de segundo Director, las imbricaciones eclesiásticas están explícitas en sus Estatutos, no obstante, lo enmarcamos en la categoría laica ya que la Económica, como Corporación, asumiría la dirección única de la Entidad. Páginas atrás, hemos tratado el plan de establecer un Mote de Piedad bajo el enfoque de fomento a la producción. Vid supra. pp. 53-54. Vid etiam. LÓPEZ YEPES, J., “Precedentes Institucionales: Panorama General de los Orígenes de las Cajas de Ahorros y Montes de Piedad Españoles” en Historia Del Monte De Piedad Y Caja De Ahorros De Córdoba, Publicaciones Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1979, pp. 3-48; PALACIOS BAÑUELOS, L., Sociedad y Economía Andaluzas... t 1. 194 El asunto ocupó a la Económica durante meses, si comenzó como una medida para paliar el hambre, “en obsequio de los miseros”, pronto se convirtió en algo más estructural al entremezclarse, en ello, la idea de “ destruir el monopolio que con escandalo ejerce hoy el gremio de la Panaderia”. La presencia en las sesiones del Gobernador civil, socio activo, que escuchara las quejas contra el sistema corporativo, daría la oportunidad, a la Asociación, de oficializar el conflicto, en unos momentos en que la maquinaria estatal trabajaba en la liberalización mercantil. El pulso entre la Corporación gremial y la Sociedad fue 94 de reunir capital para la compra de materia prima textil (lino y lana) con el fin de “dar ocupacion a la clase menesterosa que perece por falta de trabajo...”. Otras propuestas presentadas durante su Presidencia irían encaminadas a la aplicación de rentas de fundaciones benéficas en labores de edificación para dar trabajo a la población necesitada y, en cumplimiento de ordenes reales, mejora de edificios “amayorasgados” con igual finalidad. Se perfilaban ya, en el campo teórico, algunas de las argumentaciones que respaldarían las próximas medidas desamortizadoras. Las mismas que, por otra parte, ya habían sido expuestas en la Ley general de Beneficencia de 1822, que unificara el destino de los fondos, apostando por la beneficencia pública, en manos de las corporaciones locales, en detrimento del antiguo sistema. 195 No obstante, en el mismo seno de la Sociedad se observan diferencias sustanciales a la hora de enfocar las ayudas benéficas: de un lado, la postura expuesta por Torres Cabrera, cargada de “sentimientos filantropicos”, entroncando, pues, con la Ilustración cristiana; de otro, donde predomina el utilitarismo benthamista. Utilitarismo social, por lo demás, fundamento del pragmatismo burgués. 196 Hasta tal punto asumiría la Económica Cordobesa la función organizadora en cuestiones sociales, que pediría la intermediada al Gobernador civil, que se contaba intenso. La Económica llegó al extremo de crear un despacho de pan en una de las casas de su Director, personaje que tendría un papel destacado en la polémica llegando incluso a ofrecer sus propiedades como garantía para la adquisición de harinas. 195 “Los fondos de Beneficencia procedentes de fundaciones, memorias y obras pías de patronato público, sea real o eclesiástico, cualquiera que fuese su origen primitivo, quedan reducidos a una sola y única clase, destinados al socorro de las necesidades a que se provee por esta ley.” Titulo II “De La Administración de los fondos de Beneficencia”, Art. 25 en MAZA ZORRILLA, E., Pobreza Y Beneficencia En La España Contemporánea (1808-1936), Barcelona, 1999, Documento nº 3, p. 77. 196 “... darian ocupación a un numº incalculable de menesterosos con beneficio y adelanto de nuestra industria”; “... ademas de la ocupacion que darian... producirian ventajas de hermosear la perspectiva de esta Capital”. Asamblea Extraordinaria 15-11-1834, Libro 5º de Acuerdos de la Sociedad Económica de Córdoba. “La moral cristiana tradicional, defensora del deber de la caridad para con los necesitados, entra en conflicto con una emergente ética burguesa, individualista, productiva y obsesionada por alcanzar la propiedad y la seguridad para disfrutar, aquí abajo, de la felicidad terrena.” Pobreza y Beneficencia... p. 31. “Chez les utilitaristes, le bonheur que trouve l´âme sensible à soulanger le malheureux et à susciter en retour estime et affection, ce bonheur se trouve appanté à une spéculation intéresée.” DUPRAT, C., “Des Lumières au premier XIXe siècle... p. 5. 95 entre sus miembros, para conseguir que el Obispo, también asociado, aumentara su limosna anual. En su celo, no olvidarían acordar “ que se excite al Cabildo Exco tiene obligacion de dar a los pobres... para su sustento y decoro” e, igualmente, “á otros grandes propietarios”. De la mano de Fr. Muñoz Capilla vendría la idea de creación de un “censo de Pobres”, que el representante gubernativo acogería complacido con aportaciones sobre su estructuración, pero dejando en manos de la Corporación su dirección. Otras propuestas: la habilitación de ciertos hospitales como lugares de acogida para indigentes (se citarían en concreto, los de San Bartolomé y Antón Cabrera) 197 o el análisis de la situación de la Cárcel. En su papel de Asociación institucionalizada, además, asumiría el encargo de informar a la Autoridad sobre el estado de la Casa de Expósitos y el Hospicio, así como de medidas para su mejora. 198 Sentadas ya las primeras bases reguladoras del sistema benéfico liberal, tras la reinstalación de la Económica Cordobesa (1841), el auxilio social perdería protagonismo en las Sesiones de la Corporación, quedando las propuestas reducidas a la continuidad de actividades ya iniciadas años atrás, como fueran: la atención a la mendicidad, la distribución de vacunas o el auxilio a los ahogados. Esta última, en perfecta simbiosis con la Junta Municipal de Beneficencia. 197 Sus suplicas serían escuchadas unos meses más tarde, el Gobernador civil emitiría un Edicto con tal fin. Entre las medidas a adoptar: “escitar la caridad de los Abitantes... para que contribullan”. La estructuración sería por “Diputaciones”, con los “curas Parrocos” al frente de una selección de personas designadas por ellos mismos. La Sociedad, satisfecha, elaboraría una Memoria sobre la “Miseria de Pais”, que elevaría al Gobierno, y en la que plasmaría las medidas a implantar en Córdoba (30-3-1835). 198 Aquí, la Sociedad, como en otras ocasiones, usaría de sus relaciones inter-Económicas para asesorarse sobre medidas aplicadas en otras poblaciones. En este caso concreto, se pondría en contacto con la Gaditana, a través de su Corresponsal, para que le informara de la organización de la Casa de Expósitos seguida en esa. 96 II. Inserción de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País en la Córdoba Liberal (1850-1910).- 199 De años oscuros para el conocimiento de la Sociedad, podríamos calificar los que transcurren desde1850 hasta el comienzo del último cuarto de siglo. A la perdida de los libros de actas se añade la circunstancia de su fusión por absorción, con la Academia cordobesa, hasta los primeros meses de 1868, pues “sus socios lo son comunes” 200 . A modo de apunte, dada la carencia documental señalada, destacamos que al producirse la unión de ambas Instituciones se encontraba a la cabeza de la Academia un hombre de consenso, que ya fuera años atrás director de la Económica, Ramón Aguilar Fernández de Córdoba; eso sí, arropado por el conservadurismo de Luis Mª Ramírez de las Casas Deza. Al determinarse la separación encontramos al progresista Carlos Ramírez de Arellano al frente de ambas instituciones. Quizás esto, unido al contexto coyuntural y a que personalidades de diferente línea ideológica como el marqués de la Vega de Armijo y el de Molins ocuparan puestos de representación en la Corte, por la Sociedad y la Academia respectivamente, nos induce a pensar en la posibilidad de una toma de posiciones, en las Asociaciones mencionadas, que, probablemente, terminaría separando sus caminos. 201 La mención de unas “bases de confraternidad” entre ambas instituciones, elaboradas por la Económica un sexenio después de la separación, nos parece, podría confirmar la idea. 199 En adelante nos basaremos fundamentalmente en los datos obtenidos del archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa ya que pese a tener indicios bastante fundamentados de la localización de los libros de actas en otra institución de la ciudad, al ser ésta de carácter privado, no nos ha sido posible su acceso 200 No sólo encontramos mermas en la documentación de la Económica, también en la de la Academia sufrimos la perdida de una década completa que, interpretamos, corresponde a un libro desaparecido; aún cuando en la institución la enumeración de éstos se refleje correlativa. Concretamente, el acuerdo de “despachar” juntos los asuntos de ambas instituciones se toma en enero de 1853 y no será hasta fines de febrero de 1868 cuando se decida “llevar por separado”. Libros 2º y 3º, Actas de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. 201 Nos es difícil imaginar una armónica convivencia entre el marqués de la Vega de Armijo y el Cesor de la Academia, Luis Mª de las Casa Deza, en los años de la fusión, a la vista de la opinión de éste último sobre aquel: “...hombre de escaso talento y juicio, y que por equivocación y sólo en tiempo de desquiciamiento y universal desorden... llegara a ser ministro de Fomento,...” Apud RAMIREZ DE LAS CASAS DEZA, L.M, Córdoba En El Siglo XIX. Memorias... p. 208 97 Habrá que esperar a la etapa canovista para que la Corporación adquiera entidad propia y participe plenamente en los mecanismos de decisión, como órgano de representación de determinados intereses. Perdiendo, con la plena institucionalización, en cierta forma, la mayor autonomía que gozara en la primera mitad secular. Estructura y composición de la Sociedad en la segunda mitad secular.- Pocos datos nos aporta la documentación analizada en la Academia, salvo algún ingreso esporádico que, sumados a los que se localizan en el archivo de Secretaría de la Económica a lo largo del periodo, entre socios Correspondientes y Residentes, arrojan un total próximo a la centena al inicio de la Restauración; a pesar de lo cual, creemos, que bien pudiera elevarse la cifra, al menos, un cincuenta por ciento más. 202 Lo cierto, es que el declive iniciado tras la Regencia esparterista se solventaba con lentitud, constatándose una continuidad de ingresos durante los años centrales del unionismo y apuntando un incremento proporcional en los primeros meses de 1868. 203 Por lo que respecta a su procedencia social, junto a la ya habitual presencia de abogados, catedráticos, oficiales administrativos y médicos; anotamos la incursión de ingenieros, de minas e industriales, así como la de un banquero; signo social pues, de los nuevos tiempos. Composición, por lo demás, de inequívoco carácter burgués en la que nos sorprende la escasa presencia de la comunidad eclesiástica frente a la que tuviera tiempos atrás; representando ahora, tan sólo un 3% del recuento. Entre los nuevos nombramientos de socios destacamos el del marqués de Molins por su significación, dados los tiempos que se avecinaban (Acta de sesión 4 de abril de 1868). 204 Parca se presenta, igualmente, para este tercer cuarto de siglo, la información sobre las actividades desarrolladas por la Asociación. Salvo que mantendría contactos con otras Económicas y el Poder central, incluso durante la suspensión de sesiones del año 1873, 202 La inconcreción general para estos años persiste al acudir a los recuentos oficiales. La información estadística de la época señala, para las dos Económicas que se constata en la provincia cordobesa en los años de 1861 y 1867, arroja las cifras totales de 340 y 427 asociados, respectivamente. Vid. Anuarios Estadisticos De España 1862:1863 y 1870, Imprenta Nacional, pp. 428 y 522. 203 El muestreo del año 1868 se basa en borradores de Actas de algo menos de un semestre. Habrá que esperar a 1874 para que la información documental mantenga, de nuevo, cierta regularidad. 204 Personaje también vinculado a la Academia cordobesa, como ya hemos señalado. 98 poco más sabemos. 205 Serán los últimos meses de 1874 los que nos vuelvan a facilitar noticias de su desarrollo. Así, tras la falla informativa, la encontramos, “casi disuelta” (17-10-1874), en el intento de afrontar la muerte de su Director, Luis Mª Ramírez de las Casas Deza, al tiempo que varias renuncias y ceses de cargos; además, con el arribo de un nuevo rector: Rafael de Sierra y Ramírez, Prebendado del Cabildo catedralicio. A modo de anuncio de una nueva era, tras “el letargo en que vegetaba”, se afronta la elaboración de otro cuerpo normativo que, finalmente, quedaría aprobado el siguiente año (Estatutos en sesión de 4 de abril y el Reglamento entre la de 18 del mismo y 2 de mayo) y en el que se plasma el espíritu restauracionista de selección oligárquica. Frente al acceso abierto de la Asociación de antaño, se busca atraer a individuos inmersos en las capas sociales más sobresalientes, bien por su “capacidad”, rol social o solvencia económica. La misma base social que sostendría al régimen saguntino será a la que ahora se apele en la Económica Cordobesa. Aquella corporación que tuviera su origen en una universalidad filantrópica devenía en una criba propia del pragmatismo burgués conservador, el mismo que se consagrara en la “restrictiva” Ley Electoral de 1878. 206 205 Conocemos su comunicación con la Matritense, Aragonesa, Tinerfeña y Malagueña. 206 [1803]“Ninguna clase de la república será excluida de esta Sociedad, siendo necesarios... el hacendado, el comerciante, el literato y el artifice.” Art. 4, Capitulo II “De los socios, sus clases, admision y número”, Constituciones De La Sociedad Patriótica De Córdoba... p. 4 “ Podrá ser propuestos para sócio todo individuo que pertenezca á alguna profesión relacionada con los fines de la institucion; que posea alguna fortuna propia; que maneje industria ö capital, y que gozando de una reputacion honrosa se considere que puede contribuir ä los fines de la Sociedad, por sus conocimientos y amor al pais.” Art. 5, Titulo II “De los sócios”, Estatutos De La sociedad Económica De Amigos Del Pais De Córdoba, Imprénta, Lib. Y Lit. Del Diario De Córdoba, 1876, p. 5. “... es indispensable que los nombramientos recaigan en personas de posición social, notoria ilustración y carácter de permanencia en el punto para el que sean nombradas...” Sesión 25 de octubre de 1874, Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa De Amigos Del País Además de los requisitos selectivos citados, añádase, que frente a la exención de cuota contemplada en las primitivas Constituciones, en la normativa de 1876 se establecería ésta. Cuyo cumplimiento por lo demás, sería un factor selectivo para el ejercicio del “derecho electoral”. Capitulo III, Art. 40, Reglamento para el orden interior de la Sociedad Económica de Amigos del Pais de Córdoba, Imprenta y Librería del Diario de Córdoba. 1876, p. 13. El “Proyecto de Estatutos Generales para las Sociedades Económicas de Amigos del Pais” (1877) que sería elaborado, al igual que en la etapa isabelina, para uniformar y centralizar la labor de estas corporaciones, también contemplarían el abono mensual; si bien, éste, no añadía la selección socio- profesional que estableciera la Cordobesa. Cfr. Capitulo II de “Estatutos Generales para las sociedades 99 Así las cosas, acudimos a la prospección de ingresos para determinar en que medida estos criterios fueron aplicados y conocer el substrato social de la renovada Sociedad. 207 En nuestra inmersión documental por este último cuarto de siglo, seguiremos un criterio estructural similar al ya utilizado en las anteriores etapas, con la salvedad de que, en esta ocasión, dado que nos movemos en un periodo de estabilidad gubernativa, serán los cambios que experimente la Dirección u organización de la Corporación los que nos guíen; sorteando, las más de las veces, horquillas de desinformación. Considerando como un primer episodio los años 1874 al 1880, observamos, que a fines del primero de ellos, en apenas un mes, se produce una propuesta de ingresos que sobrepasa la centena; augurando una coyuntura alcista, “obra de regeneración”, coincidente con la reforma estatutaria emprendida. 208 Diseccionados éstos, insistimos en que no se especifica la profesión en todos los casos pese a que se refleja la importancia del dato para su admisión, nos cercioramos de una clara diferenciación de extracción profesional entre los nuevos Socios Residentes y los Corresponsales. Mientras en los primeros predominan las profesiones llamadas liberales (jurídica, médica, educativa y farmacéutica) seguida de “propietarios” e “industriales” y la Económicas de Amigos del Pais” en Boletín de la Sociedad Económica de Amigos del Pais de Córdoba, 40 (julio 1877), sin paginar. 207 Advertimos que las cifras que establezcamos en este sentido, en modo alguno pueden considerarse absolutas ya que la documentación existente, a base de listados parciales, borradores en su mayoría y muchos de ellos deteriorados, no nos lo permitiría. Sólo hemos contado, para el análisis de ello, con solicitudes de ingreso puntuales, que no sabemos si fueron las únicas; faltándonos, además, un cotejo con otro cuerpo documental como ocurriera en la etapa anterior. De esta forma, evitaremos la excesiva concreción numérica en los recuentos, que siempre lo serán a modo orientativo. Volcándonos, eso sí, en el análisis socio-profesional de las nuevas incorporaciones, en la medida en que nos son conocidas. Objetivo, por otra parte, más acorde con la investigación que nos ocupa. Por lo que respecta a la cuantificación del total de socios, lo precisaremos en determinados momentos y en un tanto en alzada, cuando los datos transversales nos lo permitan; argumentando sí, en cada caso, las bases de nuestro fundamento. La falta de documentación registral así como de libros de actas nos limita la investigación. 208 Los criterios de captación de asociados son explícitos: [nombramiento de Corresponsales]“... en todas las Capitales de Provincia, Islas Adyacentes y posesiones de Ultramar”, “... en todos los pueblos de cabeza de distrito judicial de esta Provincia” añadiéndose más tarde la propuesta de ampliar nombramientos “... á poblaciones importantes aunque no fuesen capitales de Provincia ó cabezas de Partido” Sesión 25 de octubre de 18 74, Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa De Amigos Del País 100 presencia testimonial del Comercio, la Banca, Ingeniería, Telegrafía y un “empleado”. 209 En el caso de las Corresponsalías, que superan ampliamente en número a los anteriores, salvo los nombramientos para el cargo de miembros de otras Económicas, practica de intercambio común, por otro lado, destacan en cantidad los representantes del sector ganadero, en diferentes provincias e, igualmente, los asociados a la Academia de Historia. 210 Continuando, ya a distancia, por profesiones liberales, del Comercio, la Industria y las de Ingeniería y Arquitectura que comienzan a hacer acto de presencia progresivamente. La España pecuaria parecía querer reclamar su presencia, lo que interpretamos como una toma de postura del colectivo que con los cambios politico-administrativos del Estado Liberal perdía el peso de antaño. De esta forma, además del recurso asociativo del colectivo para hacerse oír, utilizarían el 209 Nos inclinamos a pensar, dados los requisitos de ingreso del nuevo Reglamento, que en esta inespecífica denominación quizá pudiera tratarse de personal del naciente funcionariado liberal. 210 “Presidente de la Sociedad de ganaderos” en Cáceres; “de la comisión de ganaderos” para Castellón y Logroño; “Secretario de ganaderías” de Teruel y Palencia y ”Visitador general de ganaderias y cañadas” en los casos de Avila y Zamora. “... las condiciones impuestas por un uso de la tierra a la vez extensivo y privilegiado sentaron las bases,... de la ruina de la nobleza ganadera y de la puesta en cuestión de su preeminencia política...”. Grupo de Estudios de Historia Rural (GEHR)., “Contribución al Análisis Histórico de la Ganadería Española, 1865-1929” en Historia Agraria De La España Contemporánea. Expansión Y Crisis (1850-1900), R.Garrabou y J.Sanz Fernández (eds), Barcelona 1985, p.232. En las memorias que remitieran los ingenieros del “Servicio Agronómico Provincial” a comienzos del siglo XX, se resumía la situación para el caso de la provincia logroñesa: “En muchos puntos, donde dicen los ancianos conocedores del país que había vías pastorales, no se ve rastro de ellas, y en cambio se encuentran extensos trigales, espléndidos viñedos, buenas choperas y hasta feracísimas huertas; en otros existen en otros existen verdaderos caminos de campos de tres o cuatro metros de anchura, bordeados de feraces tierras de cultivo, y esto es lo que queda de una pasada.... cañada real que antes tenía noventa varas de anchura y daba paso a grandes rebaños y que hoy sólo sirve para que vayan de un punto a otro las yuntas de labor.” Ibíd. p. 273. “... se entiende también la constante preocupación de los académicos por crear redes de relaciones que les permitieran acceder, directa o indirectamente, a los núcleos de poder, [...] no sólo políticos sino también religiosos, culturales o sociales. Los académicos utilizaron para ello... la integración de personajes influyentes en la Academia [...] En otras ocasiones, eran los distintos órganos de la Administración del Estado los que recurrían a la institución...” VELASCO MORENO, E., La Real Academia de la Historia en el siglo XVIII. Una Institución de Sociabilidad, Madrid, 2000, p. 273. Vid. etiam CUENCA TORIBIO, J.M- MIRANDA GARCÍA, S., El Poder y sus Hombres.¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, 1998, p. 266. 101 circuito de la sociabilidad para conectarse con otras sociedades y ampliar el eco de sus demandas. Por lo que respecta a la, también numerosa, presencia de Corresponsales adscritos a la Academia de Historia, dada la pertenencia a ella de destacados políticos que serán protagonistas de la vida pública del periodo analizado, nos parece va más allá de un hecho casual. En la Matritense concretamente, conocemos que éstas, fueron expuestas. En el seno de la Económica Cordobesa surgiría una iniciativa asociativa del colectivo, incluyendo la unión del grupo agrícola, como veremos más adelante. Para los años posteriores, se mantiene la media de neófitos “Residentes” en torno a la veintena; excepción hecha de 1875 que superaría algo esta cifra y 1879 que de nuevo se acercaría al centenar. 211 En cuanto a sus oficios, se continuaría la tónica general ya citada de profesionales, con basculaciones prevalecientes en algunos periodos. Sí nos resulta más sobresaliente, el hecho del incremento de incorporaciones del colectivo denominado con el “elástico” término de “propietarios”, que aumenta en 1878 para alcanzar una cifra destacable, proporcionalmente al resto, al año siguiente. Si bien, tenemos que decir que, pese a que se alega esa procedencia en su admisión, también se constata que es compartida con otro ejercicio profesional como Banquero, Militar, Alto Cargo administrativo, Diputado, Medico o Educación. En ello vemos un desembarco de las clases medias en la Corporación. El grupo del Comercio también constatará un aumento significativo, máxime, si consideramos que el sector, en toda su diversidad, no llegaba, por estas fechas, al 2% de presencia en la localidad. 212 Para la última etapa del periodo que detallamos, apreciamos la incursión del elemento Militar así como una mayor diversidad profesional en las nuevas adscripciones: “perito agrónomo”, “Maestro de obras”, “fabricante”, “Notario”, Jefe de minas” o “Impresor”... Dado que a fines de 1880 se produciría un cambio de rumbo en la Dirección de la Cordobesa, nos parece que esta diversificación pudiera estar, de alguna manera, relacionada con las novedades que se avecinaban. En cualquier caso, lo cierto es que, pese a que la aristocracia local mantenía de antaño su presencia en la Económica 211 Años de incorporaciones remarcables como el diocesano Zeferino Gonzalez (1875) o Emilio Castelar (1876) y en los que la Cordobesa contaría con Corresponsalías extrapeninsulares en Londres, La Habana, Uruguay y Puerto Rico 212 Vid. MIRANDA GARCÍA, S- LÓPEZ MORA, F., “Clasificación socioprofesional de Córdoba en el siglo XIX: Metodología y primeros resultados” en Andalucía Contemporánea I. Actas Del II Congreso de Historia de Andalucía, Córdoba, 1996, pp. 150-151. 102 de Córdoba, el nuevo periodo se iniciaba con incorporaciones de la burguesía; predominando claramente, colectivos como la enseñanza, medicina o abogacía cuando su presencia porcentual con respecto una cuantificación socio-profesional en ciudad, era de bajo índice. 213 Por lo que respecta al estamento eclesial, poco representado en estos años, pese al repunte puntual de ingresos tras la incorporación obispal; vemos un criterio selectivo en las afiliaciones. Consideramos éstas de captaciones nominales, atendiendo a la cualificación personal, frente a épocas anteriores que primara la representación corporativa. Mencionamos, además, la incorporación por estas fechas, de un nuevo rango profesional: “Director de Revista”, signo del crecimiento del colectivo mediatico. Lo encontramos en ambas categorías de asociados y lo relacionamos directamente, con la iniciativa de creación de un órgano de difusión para la Asociación que sirviera al mismo tiempo, de elemento de unión e intercomunicación con otras sociedades: el “Boletín”. 214 El tema daría para otra incursión investigable: el conocimiento de la prensa como medio de comunicación y relación intersocietaria. Una Prueba palpable de ello la tenemos en la “Revista de Andalucia” que se definiera como independiente de cualquier tendencia política, de temática regionalista y que se erigía en “organo de las Academias cientificas, literarias, de las sociedades Económicas de Amigos del Pais y de los Circulos mercantiles, agrícolas é industriales de las provincias andaluzas”. Su Director ingresaría en la Económica Cordobesa en 1878. Con la base social expuesta, afrontaría la Corporación los primeros momentos del periodo establecido, con pragmáticas miras economicistas. Nos lo muestra, su previa estructuración en las únicas secciones de Agricultura, Comercio y Artes (recuérdese, esta última, en referencia al fomento artesanal) o bien la inclusión de temas contributivos entre sus trabajos iniciales: la Sociedad se propuso “anteponerse con noble emulacion á las Ligas de Contribuyentes”; las relaciones entre ambas sociedades 213 Siguiendo el análisis de MIRANDA GARCÍA y LÓPEZ MORA para 1868 y 1900 estos oficios representaban entre el 0’90/0’51 y el 0’72/0’32 de dedicación, en sus niveles extremos. Ibídem. 214 Del mismo modo que la Económica de Córdoba proyectara el envío de su publicación para establecer relaciones, a ella llegarían las de otras corporaciones: “proponiendo la creacion... de un boletin con el que por medio del cambio ya generalmente establecido en esta clase de publicaciones se conseguiría tener en la Sociedad ciertos periodicos útiles para la misma” Boletin de la Sociedad Económica de Amigos del Pais de Córdoba, 4 (1876), sin paginar. 103 se intensificarían más adelante compartiendo asociados relevantes en cargos directivos. 215 La Beneficencia é Instrucción, temáticas que, como sabemos, formaban parte de su esencia desde su creación, se añadirían más tarde, una vez perfilada la nueva normativa. Por lo demás, la etapa vendría marcada por el fomento asociativo. Tanto desde el mantenimiento de contactos con agrupaciones ya existentes, como por nuevas iniciativas. En el primero de los casos, además de la comunicación fructífera y constante entre Económicas peninsulares y algunas extrapeninsulares (ya mencionadas anteriormente al tratar de las Corresponsalías foráneas) a través de intercambios de información, publicaciones, material de certámenes, centenarios... la Cordobesa se mantendría en comunicación con otras asociaciones locales y nacionales. 216 215 En tal sentido elaboró dos exposiciones al Ministro de Hacienda: la modificación de las bases que regían el impuesto territorial y la reforma del impuesto extraordinario sobre los productos mineros (1875). La Liga, creada en Córdoba dos años atrás, agrupaba a“... socios propietarios, agricultores, tenedores de Deuda Nacional, banqueros, capitalistas, comerciantes, interesados en el ramo de Minas, almacenistas, vendedores industriales, toda persona en fin que contribuya directa y pecuniariamente a pagar las cargas del Estado” y tenía como primordial objetivo “... obtener que las cuestiones económicas merezcan la preferente atención que por su importancia merecen”. Cfr. Boletin de la Sociedad Económica de Amigos del País de Córdoba, (1879), p. 50 y ss. Vid Art. 5º y 54 Reglamento de la Liga Española de Contribuyentes en Córdoba, Córdoba, 1873. Vid etiam PALACIOS BAÑUELOS, L., Sociedad y Economía Andaluzas... pp. 325-334. “... el sexenio no había alterado sustancialmente los fundamentos tradicionales del poder; ... los grupos sociales que lo detentaban habrán de sentirse ganados por la inquietud y por el temor, por el deseo de seguridad... de volver a lo anterior,... A ello les empujaba la irradiación del mito de la Comuna, traspuesto psicológicamente a los acontecimientos de 1873; la persistencia de una ideología tradicional, de abolengo estamental y nobiliario, de fuerte implantación no sólo en la elite dirigente, sino también entre las clases medias tradicionales; el deseo de un gobierno estable que garantice situaciones sociales y expectativas económicas, [...] la propiedad territorial había recibido ... de parte de la democracia española, las más satisfactorias garantías formales... tras los acontecimientos del 73 y 74 lo que se hace problema para los propietarios españoles es la existencia y continuidad de un gobierno fuerte capaz de cumplir y hacer cumplir tan sagrados compromisos. Las clases medias del país habían prestado su amplia adhesión a la revolución del 68 por un conjunto de motivaciones [...] esta adhesión ... no será lo suficientemente fuerte como para superar los acontecimientos del 73 y del 74”” JOVER ZAMORA, J.M- GÓMEZ FERRER, G- FUSI AIZPÚRUA, J.P., España: Sociedad, Política y Civilización (Siglos XIX Y XX), Barcelona, 2001, pp. 312-314. 216 Ligas de Contribuyentes de varias ciudades, Sociedad General de Agricultura, Fomento de la Producción Española, Instituto Agrícola Catalán de San Isidro o la Sociedad Madrileña Protectora de Animales y Plantas. Se observará el predominio del sector productivo en estos años. 104 En cuanto a la creación de nuevas agrupaciones, destacamos la que partiría del Vicedirector, José Francisco de Trasobares: una “asociación regional de agricultores y ganaderos” (1875), con la finalidad expresa de potenciar el sector. Entre otras medidas, se proyectaba el desarrollo crediticio en dicho ámbito productivo. Sólo nos ha llegado noticia de la propuesta, que se intuye innovadora en cuanto se enfocaba a la capitalización y no a una mera defensa corporativa. Desde el ámbito cultural se abordó la posibilidad de establecer un “ateneo cientifico y literario” siguiendo el modelo madrileño (propuesta de 18-9-.1875), y, en la misma línea de sociabilidad creativa, se retomaría la vieja aspiración de adhesión de las “Damas” como otra Sección más de la Cordobesa; llegando, ahora, a buen termino la propuesta (reunión inaugural 6-8-1879). En esta ocasión se le daría cuerpo legal, con la ampliación de los Estatutos Generales de la Sociedad en ocho nuevos artículos que contemplaban el cambio operado, y se elaboraría un completo Reglamento especifico para “La Junta de Damas”, en el que, además de contemplar para éstas la misión de “la educación de la juventud y mejora de las costumbres”, se les adjudicaba, fundamentalmente, el capítulo de la “beneficencia domiciliaria”. 217 Al respecto, nos llaman la atención las diferencias que detectamos entre dos borradores de la normativa en cuestión, uno de ellos hallado en el archivo de Damas, y el documento definitivo encontrado en el de Secretaria de la Sociedad, a cargo de los socios, pues. En los primeramente citados se mencionan como fines de la recién creada categoría, el de la “educacion de la mujer”, “la educación moral y fisica de la mujer” o “medios para hacer progresar y mejorar la educacion é instrucción propias de su sexo”; mientras, en el documento finalmente aprobado, se sustituirían estas expresiones (con tachaduras) por “educacion de la juventud y mejora de las costumbres” o bien, por la más general de “instrucción”. Es decir, las Damas, parecían haber enfocado la Sección, en origen, Para el caso de las locales: la Academia de la Juventud Católica de Córdoba, el Casino Industrial, Agrícola y Comercial de Córdoba o el Circulo Católico de Obreros de Córdoba. La correspondencia de la Económica Cordobesa con éstas últimas, a veces meras invitaciones a actos solemnes, nos ha ayudado en más de una ocasión, a reconstruir, en parte, el tejido asociativo cordobés del siglo que nos ocupa. 217 Las actividades benéficas y educativas de la Junta de Damas serán tratadas, en los apartados correspondientes, más adelante. El articulado del Reglamento de la Sección femenina superaría en extensión al General de la Sociedad y habría tenido por ponente al mismo socio que apadrinara la creación de la agrupación de Agricultores y Ganaderos, ya mencionada. La nueva Sección fue defendida, además, por otros quince socios, entre los que se encontrara el Director y otros cargos directivos. 105 con un contenido monotemático destinado al desarrollo de la formación entre sus congéneres. Sin más datos al respecto (apenas nos ha llegado un puñado de borradores de las actas de sesiones de las féminas), pero conociendo, por la documentación de la Academia, un debate surgido en ésta, unos meses más tarde, sobre la Instrucción para mujeres, con la partición de socios comunes a ambas sociedades, entre ellos el canónigo Sierra y Ramirez, recordemos, Director de la Económica en estas fechas, nos inclinamos a pensar que los cambios mencionados en los documentos cotejados, reflejan una diferente concepción, sobre el asunto en cuestión, entre los componentes de la Cordobesa. Máxime, considerando que entre los defensores de la creación de la nueva Sección se hallara el Canónigo apuntado y habida cuenta de la función que la Iglesia, en estos mismos momentos, reservara al colectivo femenil, en las asociaciones creadas en su seno. Si además no olvidamos que los hechos concurren en momentos de cambio de orientación en la Sociedad de Amigos, que culminarían con una nueva Dirección y diferente tendencia ideológica, todo ello enmarcado en una coyuntura histórica de revisionismo sobre la educación femenina, entonces, no nos parece excesivamente aventurado establecer una relación causa-efecto entre los acontecimientos. Quedaba, pues, clara la dependencia de la Junta de Damas de la Dirección de la Sociedad, lo que generó, también, un “breve debate” entre los socios; pese a lo cual, observamos una insistencia en manifestar que “Las Señoras socias gozaran de los mismos derechos que los socios en las juntas generales y de clase y podrán ser nombradas para las Comisiones, cuando la Sociedad ó el Director lo creyeran conveniente.” 218 No obstante, frente a esta aparente independencia, se les imponía un “Consejo Auxiliar” compuesto por tres socios de solvente antigüedad en la Corporación (cinco años) que, aunque elegidos por las socias, por sus funciones “consultivas”, en definitiva, suponían una delegación de la Dirección de la Económica. Otros mecanismos normativos como la duplicidad de algunos cargos rectores, la menor duración de estos, la asistencia obligada del Consejo Auxiliar a las Juntas o ratificaciones obligadas, nos sugieren una mayor tutela por parte de la Económica Cordobesa sobre la Sección de Señoras con respecto al resto. 219 218 Art. 39, Estatuto Adicional á los Estatutos (junio 1879) 219 Mientras el resto de Secciones de la Económica (Agricultura, Industria y Artes, Comercio y Beneficencia é Instrucción) se regulaban con un Presidente, Censor y Secretario; la de Damas lo hacía con una Presidenta, dos Vicepresidentas, dos Censoras y dos Secretarias. Ni Estatutos Generales ni el 106 La Junta o Sección de Damas, compuesta por familiares de socios (Sierra y Ramirez, Ramirez de Arellano, Gutierrez Ravé, Hacar, Jover, Fernandez de Córdoba, Illescas...), arrancaría con 29 señoras fundadoras y desde su creación, experimentaría un continuo aumento. En apenas un mes duplicaría su número. Analizando las actas de sesiones que nos han llegado, tan sólo un año y medio de ellas, observamos mayor asistencia proporcional a las reuniones que en el caso de los caballeros y una actividad palpable desde el inicio de sus funciones. A un mes de su creación, ya contemplaban la posibilidad de creación de un Liceo recreativo para ambos sexos y enseguida, un Certamen en colaboración con la Academia. Además, como actividades recaudadoras: rifas, conciertos, festejos taurinos, función teatral, solicitud de donativos a particulares de renombre e Instituciones... Todo ello en aras a la obtención de beneficios para sus dos grandes creaciones: el “Asilo de la Infancia de La Purisima Concepcion” y la “Academia de Música de la Sociedad Económica”. No sabemos si esta misma diligencia de las socias, que desembocara en mayor grado de independencia, fue lo que las llevara a separarse progresivamente de su Asociación matriz. El caso es que, apenas cuatro años después de su fundación, la Económica Cordobesa informaba a las autoridades de que su relación con esta Sección “se hallaba casi interrumpida”, desconociendo, por tanto, su número y contando con la única información de su continuidad al frente del Asilo. Por nuestra parte, el rastreo archivístico nos ha llevado a saber de sus apuros económicos para el sustento del centro benéfico infantil, planteándose la posibilidad de su inviabilidad y siendo éste finalmente, asumido por el Gobierno municipal. 220 Como antaño, la Sociedad mantendría relaciones estrechas de colaboración y consulta con las diferentes instituciones y regularía en su nuevo cuerpo estatutario, en aras a la consecución de “la prosperidad del pais”, la elevación de solicitudes tanto al Gobierno como a las Cortes. Pese a ello, manifestaría claramente por otro lado, su total alejamiento del mundo de la política. Algo que, dada la contundencia con que lo Reglamento homólogo especificaban la duración de los cargos de las Secciones. Para la de Señoras, ésta sería de un año, excepción hecha del de Secretaría para el que se introducía la posibilidad de hacerlo vitalicio. Posibilidad, ésta, que tampoco se contemplaba para el resto de Secciones y que, consideramos, pudiera estar relacionada, con la menor confianza en la preparación para el cargo. 220 Cfr. “Sección de Damas de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del Pais”, Archivo Municipal de Córdoba. Vid etiam. “Asilo de la Infancia”, Sección Benéfica, Ibídem. 107 expresara estos primeros años, parecía preocuparla en extremo. 221 El desarrollo de los acontecimientos nos demostrará que su afán no podría cumplirse. Inmersa como estaba en el engranaje de un sistema parlamentario dirigido, la Corporación sería objetivo importante a controlar. Su representación en la segunda Cámara, le añadiría atractivo. 222 De forma que, a pesar de las recomendaciones de alejamiento de la vida 221 En 1874 se había neutralizado una propuesta al nuevo Reglamento tratando de crear otra categoría de socios, “honorarios”, que se perfilaba enfocada a la incursión de personalidades del ámbito político en la Asociación; se hablaba de “primeras autoridades” (Sesión de 19-11-1874). El Reglamento, finalmente, no lo contemplaría. En su lugar se insertaría la clase de “mérito” que si bien a la postre sería el canal de entrada a muchos representantes de este sector, sobre el papel no se perfilaba tan selectivo. “Las sociedades económicas, dedicadas desde su fundacion á realizar una mision saludable y benéfica, han funcionado y siguen funcionando dentro de su orbita especial, alejadas del campo deleznable é incandescente de la politica...” Boletin de la Sociedad Económica de Amigos del Pais de Córdoba, 10 (15 de abril de 1876). En el comentario al Proyecto de Estatutos Generales para las Sociedades Económicas de Amigos del País de 1877 se podía leer en el Boletín de la Cordobesa: “... conceptuamos la necesidad suma, la total abstraccion de la política, donde se estrellarian todos los esfuerzos, si no se abdica por completo de partidos y divisiones, atendiendo solo y exclusivamente al bien del pais.”; “Si las Sociedades económicas... han podido mantener el lema de su institucion... es á no dudarlo por ese retraimiento de la esfera política... en el momento en que cada asociacion tratara de hacerse órgano de un partido, de una fraccion... se levantarian en su seno las luchas intestinas, las rivalidades despóticas y arbitrarias, que no debieran traspasar los umbrales del local que ocupa una Sociedad Económica. Y si se echa de menos algo en el Proyecto de Estatutos... es un artículo que se refiera á este objeto, mucho mas hoy que la política,... todo lo constituye un arma de partido, inutilizando de este modo el primordial objeto de muchas y utilísimas instituciones.” 40 (20 de julio de 1877). 222 “...nosotros borrariamos de la ley... los parrafos... que conceden á las Sociedades Económicas la intervención en la elección de senadores, porque es un peligro para que se desnaturalice esta saludable institucion, viniendo a convertirse... en focos de caciquismo ó fuerzas políticas á servicio de determinados hombres ó partidos” MARTINEZ ALCUBILLA, M., Diccionario de la Administración Española, t IX, Madrid, 1894, 569. Por otra parte, esta representación nos aporta pasajes para el conocimiento Regional. A través de la representación corporativa andaluza en el Senado conocemos un episodio de fractura entre las Económicas de la Andalucía oriental y occidental. Los hechos nos han llegado por medio de la correspondencia epistolar entre las Sociedades de Córdoba, Jaén y Granada y, no pudiendo determinar de cual de estas dos últimas provino la iniciativa, queda claro que el objetivo era romper la primacía en la representación senatorial andaluza que ostentaban las Sevilla y Cádiz que, se decía, “tiene sus intereses realizados”, frente a las ciudades de Granada, Almería, Córdoba, Baeza y Jaén, pese a que éstas contaban, se añadían, con “un numero de compromisarios respetable”. La finalidad de la coligación: acordar previamente, mediante una “recomendación pribada” a los compromisarios correspondientes, el 108 pública, a comienzos de 1880 se vislumbra un nuevo periodo marcado, al fin del citado año, con un cambio en la Dirección y evidentes muestras de la incursión de intereses partidistas en su seno. Los pasos de acercamiento se nos presentan progresivos y certeros. Desde diciembre, se venían arrastrando unas “diferencias” entre la Junta Directiva y un grupo de socios que había manifestado su desacuerdo a la reelección de ésta para el bienio siguiente. Ello había llevado, a la misma, a poner sus cargos a disposición de la Sociedad. 223 Dimisión que fue rechazada por mayoría, aún cuando, finalmente, no cumpliría su mandato volviendo, en noviembre de 1881, a efectuarse una nueva votación de la que saldría diferente equipo rector. Al frente de éste, encontramos como Director, a José Felipe Salcedo, Vicepresidente de la Liga de Contribuyentes de Córdoba y Secretario del Partido Posibilista en la misma; acompañado, en el cargo de Censor, por Pedro Rey Gorrindo, personalidad destacada del Fusionista. 224 Por otro lado, meses antes a esta elección, se había gestado un nuevo Reglamento (Sesiones 2 y 4 de febrero de 1881), en cuya Comisión firmante coincidía, además de los dos anteriormente citados, Antonio Barroso y Castillo. Todos comprometidos por tanto, con la actividad política oficial y pertenecientes al ámbito liberal. La “incandescencia” política había desembarcado en la Económica Cordobesa. Los ecos del cambio llegarían a la entidad filial, la Academia, que se vería afectada por el nuevo código regulador (“bases de fraternidad”) y así lo haría saber a través de su Director, Pavon y Lopez. 225 El roce culminaría con bajas de socios decanos en la individuo a elegir antes de acudir a la votación general de compromisarios en Sevilla “con el fin de que se vayan turnando individuos de los respectivos centros”. El hecho, lejos de ser anecdótico, nos aporta matices para comprender algún episodio que analizaremos más adelante. Cfr. Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica De Amigos Del País De Córdoba. 223 La Junta Directiva venía renovándose desde fines de 1874 y a su frente encontramos personalidades del entorno conservador como Sierra y Ramirez (eclesiástico), Trasovares (juez), Carbonell y Llacer (comerciante), Pavon y Lopez (farmacéutico), Castiñeira (abogado), Fernandez Ruano (administrativo del cabildo y redactor en prensa conservadora), Leon y Cruz (profesor de instrucción primaria), Criado Benitez o Luque Vaquerizo. 224 Nos parece significativo que en la votación sólo participaran 30 socios, cuando el censo electoral de éstos sobrepasaba holgadamente la centena. 225 El cruce de correspondencia, al respecto, fue “fuerte”. La Academia, ante el argumento de la Sociedad de estar en su “derecho”, avisaba que, en caso de no modificarse esta determinación, “... se veria en la precision de adoptar medidas... ”. Vid. Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa de 109 Cordobesa (alguno de ellos con cuatro décadas de antigüedad) como el ya citado Pavon y Lopez o los casos de R. Romero y Barros, M. Gonzalez Guerrero, J.Illescas y Cardenas, A. Jover y Sanz... También supuso, la ruptura de relaciones entrambas sociedades, “su separacion”, que no se reanudaría hasta dos años después (30 de agosto 1883). Con el trasfondo de un motivo económico, el sometimiento a un nuevo pago de cuotas, al que no restamos valor, creemos ver algo más implícito. Así pues, acudiendo a la documentación de la Academia, observamos que el equipo de Dirección de ésta, electo tras el altercado (23 de febrero de 1881), de nuevo encabezado por el célebre farmacéutico, estaría compuesto por algunos más de los huidos de la Sociedad de Amigos, además de por su anterior Presidente, Sierra y Ramirez; añádase, la pertenencia de todos ellos al conservadurismo local. Es decir, podríamos decir que la escisión separó socios notables de diferentes tendencias ideológicas, refugiándose, por el momento, el conservadurismo en la Academia. 226 Así las cosas y en busca de mayores indicios en este sentido, acudimos al renovado Reglamento para determinar diferencias con el anterior que pudieran ahondar más en esta hipótesis; igualmente, lo hacemos al estudio de los nuevos ingresos con el mismo objeto aclarador. El cotejo de los documentos reguladores de 1875 y 1881, nos arroja diferencias formales referidas al capítulo electoral; eliminando, el segundo, los requisitos de temporalidad exigidos por el primero en el ejercicio del voto tanto activo como pasivo. 227 Es decir, la normativa de 1881 universaliza el derecho al voto entre los socios; además de esto, aumenta el periodo de gobierno de la Junta rectora, de dos a cuatro años. 228 Ciertamente la misma, con ligeros cambios de posicionamiento en los cargos, permanecería a su frente hasta 1885. Amigos del País. Vid etiam. Sesión 5 de febrero de 1881 en Libro 4º 1878-1884, Actas de la Academia Cordobesa. 226 El plante, al mes siguiente de los acontecimientos relatados, de ocho socios más, ante la elección de un nuevo Tesorero, alegando irregularidades en el sufragio, nos parece otro síntoma de la desestabilidad interna que se vivía en la Económica Cordobesa en esos momentos. 227 Las exigencias del Reglamento de 1875 para la adquisición del derecho al voto eran de seis meses de pertenencia a la sociedad. Sobre el derecho pasivo lo eran de un año. 228 Pese a que así constara en el articulado, lo que sin duda era una formula para asegurar la permanencia, por la documentación de Secretaría observamos que se seguirían celebrando elecciones bianuales. Se nos ocurre que, aunque la recién llegada Junta Directiva contara con los mecanismos de permanencia en el cargo, quizá creyera conveniente consensuar su mandato, dadas las posturas contestatarias que levantara su llegada 110 Por lo que atañe a las solicitudes de ingreso de los años 1881 al 1883, éstas, no aportan diferencias en cuanto a la extracción profesional, con relación al periodo anterior; el predominio de las clases medias se consolidaba. Si bien, tenemos que destacar, que el primero de los años citados mantiene unos rasgos más sobresalientes que los restantes. Uno de ellos, sería el incremento considerable de nuevos llegados, prácticamente la centena, para ambas categorías de socios. En el caso de los Residentes, su número se multiplicaría por seis sobresaliendo la profesión jurídica en su amplio espectro. El de Corresponsales, además del aumento general, experimentaría una ampliación en los destinos foráneos: Filipinas, Río de Janeiro o Rusia. En cuanto a 1882 y 1883 el aumento de Residentes no sería mayor a la veintena, destacando tan sólo en número, el amalgamado colectivo de “propietarios”. En otro orden, apreciamos, para estos años, la normalización de la figura del cesante; entre éstos, otros dos experimentados socios del sector conservador: F. Lacalle y R Cabanás. Arribaría el trienio siguiente, por lo que sabemos, con una penuria brutal de solicitudes; saldándose el periodo, con mayor número de bajas que de ingresos para los socios Residentes. 229 Sobre los Corresponsales, destacar el nombramiento mayoritario en localidades de la provincia, sobresaliendo en éstas, el colectivo eclesiástico. Si los cambios en la normativa de la asociación siempre anunciaban, de alguna forma, otros movimientos en su interior, la reforma sobre el Reglamento en 1884, que afectara al artículo de “separar” socios (art. 15 del Reglamento de 1881), a falta de más documentos secuenciales que aportaran mayor información, nos parece, indican, por un lado, mayor atribución a la Junta Directiva sobre el particular; por otro, una especie de blindaje a la integridad de los asociados. 230 Esto último, nos atrevemos a interpretarlo pues, como un sustento de apoyos a la marcha regular de la Corporación, dada la 229 Encontramos tan sólo dos solicitudes frente a siete bajas. 230 En el caso de falta a las obligaciones pecuniarias, la postura, pese a la ampliación de plazos, se endurecería y la determinación al respecto quedaba en manos exclusivas de la Directiva. Para otros casos, se creaban mecanismos intermedios, frente a la anterior disposición que zanjara la cuestión en Junta General: “Para separar a un socio... es indispensable que en el expediente formado al efecto informe la comisión después de citar al interesado y oirle si se presentase, y que la Junta general extraordinaria lo acuerde en votación secreta por las dos terceras partes de los presentes” Cfr. Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa De Amigos Del País. Vid etiam. “Nuevo Reglamento de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del Pais”, 12 de febrero de 1881 en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... 111 carencia de nuevos ingresos. Ese mismo año no se constataría ninguno; el siguiente, dos. Poco a poco las aguas volvían a su cauce, la solicitud colectiva de concesión de la titularidad “meritoria” al liberal Salcedo por el desempeño de la Dirección durante estos años (febrero de 1886), en la que encontramos, entre otros firmantes, a un importante prócer del conservadurismo local, Ricardo Martel Fernandez de Córdoba, conde de Torres Cabrera; 231 y, dos meses después, la de reingreso por 10 socios de la Academia, basándose en una nueva reforma al Reglamento (art.21, Reglamento 1881), denotan, cuando menos, un espíritu de reconciliación que nos ofrece paralelismos con el “pacto” que marcara la política nacional. La falta en la serie documental, nos impide conocer más hechos sobre este mismo año. De lo que tenemos certeza es que se inauguraría con una reforma al Reglamento, como hemos destacado, y nueva Junta Directiva. Al frente de ésta, encontramos al mencionado Conde, acompañado de personajes de diferentes tendencias ideológicas e intereses como A. Barroso y Castillo, P.Rey y Gorrindo, Rafael Garcia Lovera, Carlos Carbonell y Morand... En la Diputación Permanente señalamos al marqués de la Vega de Armijo, M. Becerra, E. 231 Se da la circunstancia de que la mayoría de los peticionarios además de socios de la Cordobesa eran reconocidos masones; véase los casos de Ricardo Solier, Manuel Merino, José Antonio Montero y Pablo Luque. En este sentido, Ortiz Villalba destaca la importante presencia masónica en la Sociedad bajo la dirección de Torres Cabrera. Por nuestra parte, constatamos ésta, ya bajo la presidencia de Salcedo (1881- 1885), momento en que se producen los ingresos de algunos de los mencionados socios. Además, a fines de 1884 se produciría también el nombramiento de Miguel Morayta, junto otros profesores, tras los altercados universitarios de Santa Isabel y como muestra de apoyo de la Económica de Córdoba a los educadores disidentes. “La Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País acuerda que ha sabido con la mayor indignación y el más profundo disgusto los vandalicos atropellos de que han sido victimas los estudiantes de Madrid, y que se adhiere con entusiasmo á la enérgica protesta formulada por los ilustrados profesores de aquel claustro, á los que felicita por su brillante defensa de la libertad de la ciencia y de la inmunidad Universitaria” Copiador de cartas, Córdoba 3 de diciembre de 1884 en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... Cfr. MORENO GOMEZ, F-ORTIZ VILLALBA, J., La Masoneria en Córdoba, Córdoba, 1985, p. 151- 152. Vid. ORTIZ DE ANDRÉS, Mª A., Masonería y Democracia en el siglo XIX. El Gran Oriente Español y su Proyección Político-Social (1888-1896), pp.167-172. 112 Castelar, Miguel Morayta o Rafael Conde y Luque; también aquí se producía la mixtura. 232 No obstante, en el transcurso del sexenio expuesto, no sólo habría modificaciones en la estructura interna de la Corporación; además, ésta, seguiría adelante con su actividad, la cual se intensificaría notablemente en cuanto a relaciones entre asociaciones. Relaciones que partirían tanto de iniciativas de la Cordobesa, en la mayoría de los casos en busca de cooperación (memoriales, certámenes, Juegos Florales, apelaciones al Congreso o Gobierno...) 233 ; como de otras corporaciones nacionales que pretendieran igualmente, ganar apoyos a través del circuito de la sociabilidad. 234 Mención aparte merecen las conexiones inter-Económicas: completamente inmersas en la actividad parlamentaria, en este último cuarto de siglo, las solicitudes y proyectos elevados al Gobierno o las Cortes cada vez reclamaban más apoyos de sus “hermanas”. Y en este sentido, añadimos, que nos parece ver una sensibilización especial a la unión dentro de la Región andaluza ateniéndonos a la documentación estudiada. 235 232 Destacada, también, la presencia de personalidades de la vida pública y seguidores del credo masónico en la Permanente, como se observará. 233 Las más destacadas serán desarrolladas en su momento siguiendo el criterio temático que hemos establecido para el análisis. 234 Entresacamos la “Sociedad Geográfica de Madrid” y la “Sociedad de Africanistas y Colonistas” por la cantidad de personalidades célebres del ámbito nacional que se relacionaban o bien formaban parte de ellas. En el nomenclator encontramos a: Canovas de Castillo, Joaquín Costa, el marqués de la Vega de Armijo, Rafael Mª de Labra, quien sería Senador por la Económica Andaluza; F. Romero Robledo, Lucas Mallada... 235 Lazos de unión especialmente fuertes, encontramos entre las de la Región andaluza. Caso de las de Sevilla y Córdoba que firmarían una “concordia” (junio de 1885) o la Gaditana (junio de 1885) que apelaría a “los intereses de la hermosa Región Andaluza”, “... los intereses morales y materiales de las respectivas provincias...”, en su oposición al Proyecto de reforma de la Marina de Guerra, para lo que buscaba apoyos. En la misma misiva trataba de la “especie de fusión” que “algunas” [de las Económicas andaluzas] ya habían llevado a cabo con el objetivo de unirse en defensa de intereses comunes. Dentro de esta misma tónica de respuesta agrupadora ante un detonante concreto, y por estas mismas fechas, otro asunto que movilizaría la sensibilidad regional de las Andaluzas sería el altercado de las Islas Carolinas. La Cordobesa, con su director Salcedo al frente, emprendió una campaña de concienciación patriótica popular en agosto de 1885 (convocatoria de un “acto de protesta”, octavillas...), además de proponerse otras medidas: “protesta oficial” que se tramitaría a través de su Diputación Permanente; el envió de copias a todas la Económicas españolas y representantes extranjeros en la Península; la expulsión de socios alemanes de todas las Sociedades de Amigos; imponer cargos de honor, en la de Córdoba, a “Consul, Vice-Consul ó Agente Consular del Imperio Aleman que renunciase a su cargo...”; 113 Sin noticias acerca de la Junta Rectora de la asociación desde el año 86, en el segmento de 1890 a 1892 la encontramos dirigida por otra celebridad local curtida en la actividad pública: José Ramon Hoces y Losada, duque de Hornachuelos. Sagastino convencido, tendrá que enfrentarse a un acontecimiento de evidentes imbricaciones políticas que trastornaría la aparente concordia reinante en la Corporación y que nos pone de manifiesto no sólo el poder de influencia que gozara ésta, hasta el punto de que la convirtiera en objeto de la preocupación gubernamental ante la proximidad de las elecciones, si no el modo en que sus propios cimientos se verían afectados al reproducirse, en su interior, las divisiones partidistas que se desarrollaran en el ámbito político. 236 Su adhesión al movimiento asociativo-económico de Cámaras de Comercio publicación en prensa de los acuerdos de protesta... Por su parte, la “Junta de Patriotica” de Córdoba, que por la misma causa se había organizado en la ciudad, presidida por el conde de Torres Cabrera acompañado, en la Secretaría, por A. Barroso y Castillo, alababa las determinaciones de la Económica local y la invitaba a unirse al llamamiento general de unión, que llegaba desde su homónima Sevillana, con la intención de “unir en una misma aspiracion el esfuerzo de toda la Region andaluza y de estrechar con mayor fuerza los lazos de estas provincias que intimamente unidas debian aprestar recursos con que adquirir un buque que lleve la bandera nacional...”. La Sevillana proponía excitar al resto de “provincias andaluzas á fin de que asocíandose... vengan á formar un fondo comun de toda Andalucia...”. Desde la Junta cordobesa, que proponía que el buque llevara el nombre de Andalucía, se añadía: “... no solo por lo que redundar debe en provecho de toda la nacion, sino tambien porque tal vez con este motivo se estrechen los lazos y se aviven las relaciones entre estas provincias meridionales, cuya falta de acuerdo es hace tiempo causa evidente de que sus legitimos intereses comunes no logren una atension tan viva y tan eficaz como las de las provincias de Cataluña, Castilla y Valencia” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa..... 236 Los hechos se disparan en el otoño del 90, cuando el Gobernador civil se dirige a la Económica Cordobesa comunicándole la existencia de “irregularidades” en su actuación y acusándola de infringir la Ley de Asociaciones de 1887 en varios de sus apartados. Por ello, le comunica, ha decidido “impedir que funcione”. Adquiere mayor magnitud el caso, al alegar la autoridad haber recibido una denuncia por parte de algunos sus socios que sirviera de base para su traslación al Juzgado, donde efectivamente desembocó como “delito de asociación ilegal”. La respuesta de la Sociedad fue fulminante. Desmontando argumentalmente las acusaciones del representante gubernamental, basándose en la idiosincrasia especifica de las Sociedades de Amigos desde su aparición un siglo atrás, que las sujetara a normativas especificas, así como en el papel que venían desarrollando adscritas a la Administración del Estado y el reconocimiento que por ello habían obtenido en diversas y recientes ocasiones, incluso por el susodicho Gobernador que ahora la acusara directamente, legitimaba su actuación. Paralelamente a estos acontecimientos, el Alcalde cordobés también sería destituido por la misma autoridad gubernamental. Dándose la circunstancia de que se trataba un socio destacado de la Cordobesa: 114 y Agrícolas para beneficiarse de la nueva Ley de Sufragio (Unión económico- electoral), indudablemente, pasaría factura a su estabilidad. 237 Al borde de la suspensión tras más de un siglo de existencia, bien engrasada la mecánica turnista, una vez celebrados los comicios, en apenas un cuatrimestre, se habría solventado lo que se presentara como un suceso irreversible. Este mismo altercado nos aboca a preguntarnos si habría cambiado la composición social de la Corporación hasta el punto de provocar mayores disensiones internas. Acudiendo pues, a los nuevos accesos a socio Residente para los dos primeros años del trienio arriba señalado, observamos que la tónica de ingresos permanecería a la baja. Pese a las abultadas cifras que se notifican a la oficialidad, antes mencionadas, sólo nos constan 13 solicitudes. Ahora bien, se presenta, en éstas, un signo interesante de Pedro Rey. El encontrarlo entre los citados a juicio junto con el Director de la Sociedad, pensamos, podría significar que ostentara, de nuevo, algún puesto de responsabilidad en la Asociación en estos momentos. Por otro lado, en el Expediente Judicial abierto, encontramos un dato que nos sorprende enormemente; se trata de la cifra de asociados que a primeros de enero de 1891 facilita la Corporación al Gobernador: un total de 993 miembros. Hasta la fecha, la mayor cantidad declarada por la Sociedad (elección de compromisarios al Senado) había sido menor a los 300 individuos y no hemos encontrado listas masivas de solicitudes para esta fecha, como sí ocurrirá más adelante. Finalmente, parece que el altercado quedó en un cruce de agrias misivas. En el Juzgado la denuncia fue sobreseida. Algunos meses más tarde, se habían retornado a las cordiales relaciones entre Gobernador y Sociedad. Vid. BARRAGAN MORIANA, A., “Caciquismo y Sufragio Universal: Las Elecciones Generales de 1891 en la Provincia de Córdoba” en Actas Del II Congreso De Historia De Andalucía. Andalucía Contemporánea I, Córdoba, 1996, p. 434. 237 [Ley electoral de 1890] “Una novedad significativa la recogía el artículo 24 por el que constituían colegios especiales y tenían derecho a elegir un diputado por cada 5000 electores, las Universidades literarias, las Sociedades Económicas de Amigos del País y las Cámaras de Comercio, industriales y agrícolas. Si estas Corporaciones no llegaban a la cifra de 5000 se asociarían con las más próximas de la clase para constituir un colegio electoral.” SANCHEZ –ARCILLA BERNAL, J., Historia De Las Instituciones Político-Administrativas Contemporaneas (1808-1975), Madrid, 1994, p. 99. Se le preguntaría la Asociación cordobesa, “...si juzga conveniente la reorganización de las multiples asociaciones hoy existentes, adaptándolas á la clasificación legal de Sociedades Económicas de Amigos del País y de Camaras de Comercio, industriales y agricolas [...] Si autoriza a la Unión-economico- electoral para promover y gestionar cerca del Gobierno la organización oficial de aquellas asociaciones...”, prometiéndosele, al mismo tiempo, “...nuevo horizonte a las esperanzas del contribuyente, si se sabe utilizar estos recursos legales, fortalecer en la asociación su legitima influencia y poniendo sus más caros intereses á cubierto de las asechanzas de la intriga...”; “...se hace necesaria la unión de todos los elementos productores para encauzar en aquella dirección el procedimiento electoral.” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa... 115 cambio: la incursión de nuevas profesiones de las tipificadas como “mecanicas”, es el caso de grabador de metal o platero y la mayor presencia del comercio. La inflexión al alza de accesos se produciría en 1892. Ese año contabilizamos 42 peticiones. Destacando en número, el colectivo de “empleados” y “propietarios” 238 ; mientras que bancos de profesionales, antaño predominantes, como la enseñanza o medicina, tan sólo alcanzan una presencia testimonial. Tras lo expuesto, un silencio documental nos veta el conocimiento de los años siguientes, sólo contamos con información deslavazada. No obstante, el hecho de encontrarnos algún documento que nos habla de “reorganización de la Sociedad” en 1895; el envío de documentación al resto de Económicas comunicando la nueva Presidencia en esa misma fecha así como, libramientos presupuestarios para la impresión de mil títulos de socios, parece mostrarnos un futuro esplendente que la falla informativa nos impide conocer. Los pocos datos a nuestro alcance nos informan de que ostentaba la Presidencia, nuevamente, el duque de Hornachuelos y del nombramiento a la Diputación Permanente, “por sus excepcionales condiciones”, al entonces Jefe del Ejecutivo: Praxedes Mateo Sagasta (18 de enero de 1895). 239 La escisión, por lo demás, parecía perseguir al Duque ya que, de nuevo, sufriría un percance la estabilidad de la Sociedad bajo su mandato. Tras una serie de públicos reproches, que nos es imposible valorar si entrañaban algo más que una mera anécdota, el orden pareció restablecerse. 240 En la siguiente secuencia de la que tenemos noticia, 1898, hallamos al mismo personaje al frente de la asociación, aún cuando, en esta ocasión, su dimisión sería irrevocable (junio). Año significativo en nuestros anales históricos, se vuelve a mencionar la “reorganización” de la Económica; esta vez, bajo la presidencia de 238 Si ya apuntábamos, anteriormente, que esta categoría aparecía asociada a otras profesiones como la administrativa, médica, enseñanza, milicia... Ahora se mencionan comerciantes e industriales en la duplicidad profesional. Esta presencia de “los hijos menores de la sociedad burguesa” anunciaba de nuevo, una cierta movilidad social que, como no podía ser de otra manera, se constataba en el censo de la Económica Cordobesa. Vid supra p. 67 y 68. Vid etiam. VILLACORTA BAÑOS, F., Burguesía y Cultura: Los Intelectuales Españoles en la Sociedad Liberal 1808-1931, Madrid, 1980, p. 87. 239 La pleitesía que rindiera el duque de Hornachuelos al celebre político en su primer desembarco en la Presidencia de Gobierno, se vería ahora continuada con una nueva distinción. 240 Se producirían dimisiones en la Junta Directiva, encabezadas por el propio Director. Por lo que sabemos, las quejas públicas en la prensa local contra la Sociedad y la Academia por parte uno de los socios ante la elección del Jurado para un Certamen, dispararon las rencillas que finalmente, se solventarían con un banquete de adhesión al duque de Hornachuelos. 116 Rafael Garcia Lovera que emprendería una labor de reclutamiento henchida de sentimiento patriótico, de esperanza de regeneración y “progreso”. Móvil, por otro lado, que acompañara a la Fundación desde sus inicios. 241 La proyección se vería acompañada, una vez más, por reformas al Reglamento en vigor, él de 1881. Si la planificación proselitista externa, “Corresponsalías”, fue un importante objetivo para R.Garcia Lovera, el siguiente Presidente que nos es conocido, Juan Tejón y Marin (1901-1902), se volcaría en la interna. Traducido esto a cifras, tan sólo hallamos cuatro solicitudes a Residentes para el 1898 mientras en fuentes transversales (Contabilidad) se da la cifra de 786 socios Corresponsales (25 “en el extranjero”), lo que señalamos con las reservas pertinentes. 242 Las listas de peticiones al arribo del “silvelista” son extensísimas, sobrepasando alguna los 200 individuos. Tan sólo en dos meses sumamos 434 personas propuestas para su ingreso. Al frente de cada solicitud: Tejón y Marin, verdadero promotor de la asociación masiva. Además, observamos un retorno de algunos socios que años atrás se hubieron dado de baja. Es decir, se producía como un renacer en la Sociedad muy acorde con el estado anímico nacional. De hecho, hay correspondencia con Económicas de la provincia en que se habla la Cordobesa como “impulsora del movimiento regenerador”. No obstante, sería efímera la inyección de asociados planificada por el Ingeniero, los meses siguientes, comenzaría el goteo de deserciones; hasta el punto de producirse entre 1901 y 1902 un total de 320 de ellas, según la documentación conservada. La ágil política de captación del flamante Director estuvo sustentada, además, en la atracción al seno de la Sociedad de personalidades influyentes de la vida local y provincial que aumentarían el poder de actuación de la 241 “Las Sociedades Económicas estan llamadas á defender y fomentar los intereses sagrados de la nación mucho más en las actuales y criticas circunstancias porque la nación atraviesa,... cooperar á la obra de progreso que reclama nuestra amada patria,...” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... 242 Los recuentos de los años citados son, si cabe, aún más complicados que en otros momentos de la existencia de la Económica. La cifra de asociados que se facilitaría al Gobierno civil en 1900 sería de 98 miembros. Cfr. “Listado comprensivo de las sociedades que existen constituidas en esta Capital y su provincia con expresión del Titulo domicilio objeto nombre de sus Presidentes numero de socios de que se componen y fechas de su fundacion”, Córdoba 10 de julio de 1900 en Archivo General de la Administración Civil del Estado. 117 asociación; 243 como debió ocurrir, dadas las felicitaciones oficiales de la Alcaldía por la labor de la Sociedad en algunas empresas comunales; el reclamo de apoyo por parte del Obispado en su lucha por el incumplimiento concordatario por parte del Estado para con el sostenimiento de la Iglesia o las relaciones con otras asociaciones locales y nacionales, por citar algún caso. Se fraguaba en estos momentos una Unión Nacional de intereses, “poder social incontrastable”, vehiculada por la Sociabilidad, en la que las Económicas tendrían un importante papel de representación de la clase Propietaria. 244 Actividades e Iniciativas de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País bajo la Restauración.- El transcurso de un siglo en la existencia de la Cordobesa no había mermado sus inquietudes reformistas que continuaban girando en torno a los tres pilares proyectados antaño; esto es, la instrucción, aplicada a la población infantil y adulta; el fomento al desarrollo y la atención benéfica. Ahora bien, sentadas ya las bases del Estado Liberal, encuadraría sus objetivos bajo nuevos planteamientos y adecuándose a la movilidad de la sociedad burguesa. La Educación continuaría siendo objetivo primordial en sus actuaciones y como tal se plasma en el código estatutario que regirá todo el periodo, así como, en las distintas modificaciones reglamentarias; insistiendo, fundamentalmente, en la promoción de “la educación popular” como medio de difusión de conocimientos “utiles” y productivos para el País, no se obviará, por ello, la atención a la educación reglada. 245 243 De hecho, Tejon y Marin ante la dimisión de una persona destacada de la ciudad alegando motivos de salud “suplica” su permanencia, aún cuando no su presencia, para poder seguir “honrrándose con su respetable nombre”. 244 Tendencia, ésta, que conectaría con el movimiento cameral que se desarrollara por las mismas fechas y que será tratado al ocuparnos de las dos Cámaras cordobesas. 245 Además de las iniciativas formativas que pasaremos a exponer a continuación, sabemos que la Sociedad mantuvo una Escuela de Idiomas de la que, por el momento, sólo podemos dejar constancia de su existencia. 118 En el primero de los casos, la educación popular, situaríamos “las clases gratuitas” que correrían a cargo de la Institución desde los primeros años del periodo y constituirían para ésta, “el laudable deber de prestar... auxilio á las clases menos acomodadas de esta Capital”. En esta misma línea, se situaría un proyecto educativo de amplitud con el que pretendían solventar la carencia en formación técnica que consideraban causa del “abandono en que yacían la industria, el comercio, las artes y las ciencias” (1875). La planificación se pensaba en tres niveles de aprendizaje progresivo que culminarían en una preparación completa adecuada al desarrollo industrial y comercial que exiguieran los nuevos tiempos y serían estos: “escuelas nocturnas de instrucción primaria para adultos”, “Escuela de Comercio” y “Escuela General de Artes y Oficios”. 246 El objetivo nuclear era la preparación industrial, mercantil y comercial para lo que el primer nivel, Escuela de Adultos, pretendía solucionar las desigualdades formativas 247 ; el segundo, Escuela de Comercio, mirando a similares “Escuelas de Europa”, buscaba situar al alumnado en las practicas comerciales y mercantiles de los países del entorno hispano más desarrollados y, finalmente, el tercero, Escuela de Artes y Oficios, sería la aplicación practica profesional, “... sea la escuela mercantil misma, con la sola adicion de los talleres- escuelas”. 248 246 “... existía en los proyectos liberales de reforma educativa una preocupación mucho más acusada por la formación de las clases dirigentes que por la instrucción popular. [....] la formación popular quedaba cortada,... al terminar las primeras letras, con unos conocimientos elementales, alguna información rudimentaria sobre agricultura y un espiritu adoctrinado en la dogmática religiosa y en el conformismo social. [...] La carencia era prácticamente absoluta en las escalas inferiores”. VILLACORTA BAÑOS, F., Burguesía y Cultura... pp. 58-59. 247 La Sociedad aclaraba que no discriminaría a ninguna clase social en su ciclo formativo mercantil pero, reconociendo las desigualdades que existían en la preparación educativa que hacía que “... solo podrían salir victoriosos... aquellos que por pertenecer á las clases mas acomodadas de la sociedad han podido educarse mejor,...”, facilitaría el acceso a “la clase obrera, la mas menesterosa y qué en mayor número ha de poblar nuestras aulas”. Insistía en su explicación en el carácter “eminentemente popular [de la Corporación] y sus instituciones han de ser necesariamente populares”. Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa... 248 Considérese que pese a que por estas fechas se crearan Escuelas de tipo profesional por parte de entidades privadas, religiosas o municipales, el Estado no desarrollaría un plan general hasta una década después. “... las Escuelas de Artes y Oficios, junto con otras iniciativas paralelas, señalaban... el comienzo de una formación profesional colectiva” Vid. GUEREÑA, J.L-TIANA FERRER, A., “La Educación Popular” en Historia de la Educación en la España Contemporánea... pp. 146-148. 119 Por lo que respecta al contenido curricular de la Escuela de Adultos, que se pensaba como una continuidad de la instrucción primaria o “instrucción primaria superior”, destinada a salvar el obstáculo de ingreso en la de Comercio, presentaría una instrucción más completa que la generalidad de las de su género, surgidas en el territorio nacional. Careciendo, por contra, de educación catequística que era lo habitual en estos casos. 249 La Escuela de Comercio, que desarrollaría el proceso formativo en tres años y supondría la preparación teórica del mundo comercial, sería inaugurada en el otoño de 1876. No tendría igual suerte la de Artes y Oficios que pese a su proyección, habría de esperar diez años para su funcionamiento. La Comisión encargada de la viabilidad de este tercer centro educativo, proyectaba su simbiosis con la Escuela de Bellas Artes sostenida por la Diputación provincial, dadas sus características complementarias. Institución a la que le correspondería también, se añadía, sostener tan útil Escuela destinada “a la clase obrera”, carente de la atención formativa por parte de las instituciones, lo que veían “principal error de los gobiernos” que hacía al País “tributario del Extranjero”. Argumentaban el deficiente papel, en cuanto a desarrollo mecánico, que mostraba España en las exposiciones industriales internacionales, cada vez más frecuentes, frente a países vecinos como Inglaterra o Francia cuyos gobiernos atendían a la educación del obrero. 250 Se lamentaban de los Ibídem. P. 148. 249 Se pensaba en la enseñanza general de “Física y Quimica”, “Historia de España”, “Aritmetica Completa”, “Contabilidad”, “Historia Natural” y “Geografía”. Vid. “Informe a la Sección General de la Comisión de Beneficencia e Instrucción” en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa... “Nacidas para reducir el analfabetismo de quienes no habían podido pasar por el circuito escolar o se habían vuelto iletrados tras una formación deficiente y una ausencia ulterior de práctica, [...] Una enseñanza inadaptada... calcada de la pedagogía de la primaria.,... dispensada por maestros poco cualificados y sin reales motivaciones para este tipo de enseñanza, ante un auditorio a menudo poco atento tras una jornada laboral, y en locales no siempre apropiados al caso. La carencia de los medios necesarios para el funcionamiento de estas escuelas de adultos explica su precariedad,... la reducción de la formación a la enseñanza de la lectura, escritura y cálculo, sin olvidar el catecismo. Las escuelas de adultos funcionaban de hecho como una segunda red de alfabetización, con todos los problemas y las carencias de la enseñanza primaria, y aún más. El pariente pobre de la enseñanza española dejaba pues de lado, salvo casos aislados y no representativos, la formación técnica del trabajador,...” Ibíd. pp. 148- 149. 250 “La instrucción de la clase obrera tan abandonada en España... la necesidad de instruirla en las Catedras y en las escuelas-talleres donde se familiarice con las nuevas maquinas-herramientas que la 120 “esfuerzos en la creación de Institutos, Facultades de derecho, de Medicina, de Farmacia ”; de los “estimulos” oficiales a la juventud para dicha preparación frente a la desatención a la clase obrera que sólo contaba en España, a la fecha, con cuatro institutos que tuvieran “cátedras de Mecanica y Quimica aplicada a las Artes” (Barcelona, Cádiz, Tarragona y Málaga). No se dejaba a un lado el aspecto moral en la justificación de la educación obrera: “el soldado del trabajo” [recibiría también] “sanas doctrinas; que le hagan notar los encantos del trabajo... les llame hacia las catedras, sacandolos de las muy frecuentadas tabernas”. 251 En definitiva, se clamaba por “obreros inteligentes”, “peritos mecanicos, quimicos, aparejadores y agrimensores ó capataces de campo”. Se proyectaba un periodo formativo en tres años y, pese a que se consideraba debía sostenerla la Administración, vía Diputación provincial; la Económica Cordobesa ofrecía sus miembros de manera altruista, para la asunción de cátedras. Combinación de conocimientos teorico-prácticos, se pensaba en la creación de una “Escuela-Taller” y una “Granja-Modelo. Con todo, la Escuela de Artes y Oficios no abriría sus puertas hasta 1887 bajo la Presidencia del Conde de Torres Cabrera que, además, sería su avalista ante la acuciante falta de recursos de la Corporación. Surgía al amparo del decreto oficial del Ministerio de Fomento (6-11- 1886) y con el compromiso del concurso económico de la ciencia moderna ha inventado para trabajar el hierro y la madera, auxiliares muy poderosos a las construcciones” “Informe de la Comision nombrada... para presentar á la Sociedad informe que sirva de base á las gestiones que la misma debe hacer ante el Gobierno y centros oficiales... sobre las reformas que a su concepto deban introducirse en la Enseñanza, Impuestos y otros ramos de la Administracion pública” en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa... “...ha demostrado España ante el mundo el estado relativo de atraso en que se encuentra principalmente en las artes mécanicas, ... es indispensable que las personas y corporaciones que puedan influir en la mejora de semejante estado se fijen seriamente en procurar cuantos recursos esten á su alcance...” Ibídem. 251 La atención a la formación etico-moral del trabajador será una constante, en estos momentos, para diversas asociaciones surgidas en torno al colectivo obrero. Piénsese en “El Fomento de las Artes” (1859) donde figuraban como primeros socios Sagasta, Castelar, Becerra o Rafael Mª de Labra. Futuros profesores, éstos dos últimos, de la ILE, “prohombres de la facción democrática, en la que un componente fundamental era el socialismo utópico” y vinculados todos ellos, más tarde, a la Económica Cordobesa. Por otro lado, otro ilustre socio, Zeferino Gonzalez, sería el creador, dos años después, de los Círculos Católicos de Obreros de Córdoba con los mismos objetivos educadores que en definitiva no eran sino los adoptados por la Iglesia ante la cuestión social. Considérese, además, que en 1875 se encontraba al frente de la Cordobesa el canónigo Sierra y Ramirez. 121 Diputación y el Municipio; el apoyo de la “Prensa de Córdoba” y, entre otras personalidades, el de Antonio Barroso y Castillo que intercedería frente al Ministro de turno, arrancándole promesa de subvención. Nacía con la esperanza de que levantaría a Córdoba de “su postración” y la haría “figurar á la cabeza de las capitales andaluzas, teniendo un cuerpo de obreros que por su competencia moralidad y amor al trabajo no pueda superarseles”. 252 No fueron pocas las dificultades por las que hubo de pasar la Escuela. La morosidad crónica de gran número de asociados, los retrasos de las subvenciones oficiales y rencillas internas, la llevarían a una situación financiera caótica que culminaría con la solicitud de protección al Municipio (1892). En el mismo capítulo de educación popular tenemos que situar otra creación, en este caso de la Junta de Damas, la “Escuela o Academia de Música”. Pensada “para niñas y niños pobres”, abría sus puertas, apenas unos meses después de creada la Junta de Damas, con los requisitos de ingreso de “pobreza, hanrradez y laboriosidad” que irían respaldados por el certificado del Párroco correspondiente. A través varios listados parciales y fragmentados sabemos que, al menos, el primer curso, 1879-80, fue de mayoría femenina en el alumnado (70%). El segmento de edad al que iba destinada la institución oscilaba entre los 10 y 20 años, con la única exigencia formativa, previa al ingreso, de la lecto-escritura. 253 252 La relación de materias de aprendizaje se correspondía con el objetivo perseguido: “Aritmetica- practica”, “Elementos de geometria”, “Principios de Construccion”, “Elementos de fisica y quimica aplicada”, “Mecanica y maquinas de vapor”, “Elementos de Agricultura”, “Elementos de Topografia”, “Dibujo lineal y Adorno”, “Figura y Topografico”, “Modelado y Vaciado”, “Talla”, “Idioma Frances” y “Calagrafia”. “Reglamento de Artes y Oficios”, 1891 en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... “los inmensos beneficios que á Nuestra Agricultura, Industria y Comercio habrá de reportar, los innumerables bienes morales y materiales que ha de producir, favoreciendo y fomentando... la cultura de laboriosos industriales...” Ibídem. “... dados los adelantos de la Industria y de la Agricultura se reconocen de todo punto necesario ilustrar a la clase obrera para que... puedan aplicarse con perfecto conocimiento abaratando así las producciones, única palanca que decide el éxito en este siglo... el siglo de las competencias” Ibídem. 253 Centro formativo pensado para la población más desfavorecida, las exigencias previas de conocimientos eran las mínimas posibles dado que, a pesar de la regulación liberal educativa, el índice de analfabetismo aún alcanzaba cotas elevadas (68% para la población masculina y el 81% para la femenina según censo de 1870). La escasez de la documentación y de estudios historiográficos sobre la instrucción musical, nos impide alcanzar los motivos que llevaron a las Damas a la fundación de un centro de tales 122 Como otras creaciones de la Económica Cordobesa, también la Escuela de Música, pasaría pronto por dificultades económicas que probablemente, acortarían su existencia. Nos es imposible determinar la fecha de su cierre pero sospechamos, por correspondencia cruzada y socios involucrados en el proyecto, que la Escuela Provincial de Música (¿1902?), dirigida por el compositor y socio Martínez Rüker, bebió de las fuentes de su homónima creada por la Junta de Damas. Señalábamos, anteriormente, que la atención de la Sociedad hacía la educación popular no nublaría sus miras por la reglada; si bien, creado el organigrama general del sistema educativo liberal, su actuación iría encaminada a una potenciación y mejora de éste. En este sentido, llevaría a cabo iniciativas como “Certamenes de Instrucción Primaria”. Organizados a modo de “estimulo” para el desarrollo de la educación elemental, tanto pública como privada. La estructura del sistema de formación estaba creada pero faltaba, a su modo de ver, el impulso que dirigiera, fundamentalmente a las clases populares, al estudio. Base imprescindible para la mejora social y por extensión del País, añadían. 254 Del mismo modo que un siglo atrás clamaran por la “ilustración” características. Quizá, la imposibilidad de alcanzar una educación de esta índole para este sector de la ciudadanía, dada la escasez y elitismo de las escuelas destinadas a este fin. El Anuario Estadístico de España para 1867 sólo señala un Conservatorio de Música dependiente del Ministerio de Fomento. Cfr. PESET, M-PESET, J.L., La Universidad Española. Siglos XVIII Y XIX. Despotismo Ilustrado y Revolución Liberal, Madrid, 1974, p. 489. 254 “La realidad educativa del país irá siempre,... muy por detrás de su reglamentación legal, sobre todo en la enseñanza primaria. La norma era el bajo porcentaje de escolarización y el analfabetismo.” VILLACORTA BAÑOS, F., Burguesía y Cultura... p.58. “... la enseñanza elemental es el Alfa de donde parten las manifestaciones de la inteligencia [...] sin la enseñanza primaria, todo esfuerzo de la inteligencia se estrella, se aniquila y sucumbe, como la semilla que se soterra entre aridos y desnudos pedregales... los campos necesitan cultivo para que no se conviertan en eriles infecundos y esteriles... asi tambien necesita la inteligencia su cultivo fecundizandose con el benéfico calor de la enseñanza é iluminandose con la vivisima luz de las ideas [...] Nuestros tiempos son tiempos de progreso, que con irresistible fuerza nos impele; y no podemos permanecer impasibles [...] procuremos regenerar al hombre por medio de la enseñanza, que despues, por la eterna aspiración de su alma se regenerará por completo por el trabajo [...] mucho más meritorio que socorrer una indigencia es apartar al hombre, en su principio, del camino de la miseria [...] Para que los pueblos sean libres, grandes y ricos solo hay un medio: inspirarles el amor al estudio y al trabajo, porque toda cadena se forja siempre sobre la miseria y la ignorancia [...]... sea pues, la instrucción popular el tema favorito de sus anhelos; porque todo edificio para levantarse y adquirir gigantescas proporciones necesita de solidos cimientos [...] el amor al estudio desde sus mas tiernos años por medio de certamenes, cuyos incalculables beneficios redundaran... sobre las clases populares; y asi como es cierto 123 como medio de “regeneración” y a modo de impulso recurrieran a los “premios para los jóvenes de uno y otro sexô” ahora, celebrarían competiciones: “un premio por cada escuela oficial de la capital y barrios adyacentes”. Es decir, de potenciar el esfuerzo individual en los inicios del siglo XIX se pasaba, ahora, a valorar el colectivo como forma de provocar un cambio de actitudes. 255 Por las bases de celebración de estos eventos que se han preservado (1884 y 1890), conocemos que se implicaba en ello a instituciones y particulares. Se convocaría para el Tribunal, siempre presidido por el Director de la Económica Cordobesa, a las siguientes autoridades: “Presidente de la Academia de Ciencias”, “Director del Instituto”, “Director de la Escuela Normal”, “Inspector provincial de primera enseñanza” y, además, a “dos profesores de escuelas publicas que no presenten alumnos”; para las niñas, “una señora de reconocida ilustración y competencia y una profesora de la instrucción primaria”. 256 Se distinguirían dos clases de premios: los económicos para “familias pobres” y los honoríficos para las “acomodadas”. La certificación del párroco y el alcalde de barrio para el primero de los supuestos, tendría valor notarial No olvidaría, la Corporación, destacar los nombres del profesorado sobresaliente en el torneo, ante la Junta Local de Instrucción Pública, como “nota favorable” a tener en cuenta para sus expedientes. La Sociedad, en definitiva, no escatimó fuerzas acudiendo a personalidades influyentes de diversos ámbitos, asociaciones y administraciones, para financiar estos certámenes en aras del fomento educativo primario. 257 el hábito constituye una segunda naturaleza, habituamos a los mismos al saber,...” “Mocion”, 5 de febrero de 1884 en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... 255 “La Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País, teniendo una elevadisima idea del magisterio cordobés, y su justificado amor á la enseñanza juzga inútil excitar su celo, del que tiene inequívocas pruebas, para que concurra con los niños de sus escuelas respectivas á un acto en que no solo se halla interesado su prestigio, sino que encierra trascendental importancia para el porvenir, contribuyendo poderosamente al desarrollo de la instrucción pública” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... 256 En las bases de convocatoria de 1884 no se especifican los conocimientos exigidos, sí en las de 1890. En cuyo caso, las asignaturas calificadas serán las mismas para niños y niñas y “con igual extensión”; salvo que, a éstas últimas, también se las valoraría en “las labores propias de su sexo”. 257 En el elenco nominal aparecerían parlamentarios, diversas sociedades cordobesas (Circulo de la Amistad, Centro Industrial, Centro Filarmónico, Colegio de Abogados), autoridades locales y provinciales... Por otro lado, la política proselitista de la Asociación había atraído a muchas de éstas a sus filas, lo que favorecía sus aspiraciones; caso del que fuera en 1884 “Inspector Provincial de Escuelas”, el 124 La Segunda Enseñanza y las Escuelas Normales de Maestras estarían también en el punto de mira de la Sociedad. Se pretendía la búsqueda de mayor preparación técnica o “industrial” en ambas secciones educativas, con el mismo fin que antes se había clamado por la Educación popular y la formación de la Escuela de Artes y Oficios; esto es, alcanzar la misma preparación, en este aspecto, que los países de nuestro entorno y poder así, competir en adelantos y conocimientos industriales. Algo, que si bien se contemplara desde la ley Moyano para la educación secundaria con los “estudios de aplicación a los profesionales industriales”, cada vez veían más lejos de su aplicación por los movimientos pendulares de los sucesivos Gobiernos en la materia. El planteamiento no quedó en el seno de la Asociación sino que se elegiría como tema a desarrollar en el “Certamen cientifico-literario” de 1883. Banco de ideas, tras lo que se prepararía una Exposición al Ministro de Fomento (1884) sobre la creación de “catedras de nociones de industria o tecnologia en los institutos, y enseñanza práctica de industrias domésticas, propias de la mujer, en las escuelas normales de Maestras”. 258 Además, se haría un llamamiento general desde la Cordobesa a asociaciones, corporaciones y diversos colectivos del País solicitando respaldo para movilizar al Ministerio en este sentido; todo ello, enmarcado en el mismo contexto de demandas que ejercieran, a la sazón, los institucionistas. Lamentablemente, no nos ha socio Rafael Garcia Lovera. Ese mismo año el propio Gobernador civil, como Presidente de la Junta Provincial de Instrucción Pública, felicitaría a la Corporación por “el interes que... demuestran constantemente en pró de la enseñanza... [y] los excelentes frutos que de la misma obtienen”. 258 Recordemos que la formación industrial de las mujeres había sido una antigua aspiración de la Sociedad desde sus inicios. Ahora, bajo la dirección del posibilista Salcedo, se volcarían en el programa educativo de las Escuelas Normales de Maestras que hubieren sufrido un retroceso en su contenido curricular, por estas fechas. “... despues de aducir elocuentemente algunas atinadas consideraciones acerca del estado y situacion de determinadas clases sociales, demuestra la necesidad cada vez mas sentida en España, de facilitar los medios de dotar á la mujer de la instrucción y conocimientos industriales compatibles con su sexo,...” Respuesta a la petición de apoyo de la Alcaldía Constitucional de Córdoba, 1-2-1885 en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... “el abandono de la instrucción primaria, que no podía interesar a un sistema político basado en el caciquismo y la ignorancia de las clases populares, y el empeño de la Iglesia por hacerse con el control de la enseñanza, fueron factores determinantes en el retraso de la renovación de a formación del profesorado en España” MELCÓN BELTRÁN, J., La Formación Del Profesorado En España... p. 149. Vid etiam. DE GABRIEL, N., “La Formación del Magisterio” en Historia de la Educación en la España Contemporánea... pp. 226-227. 125 llegado la Exposición de la Económica de Córdoba que, probablemente, desarrollaría en su plenitud el plan y nos acercaría aún más al conocimiento de su proyecto educativo. Por la multitud de misivas de adhesión encontradas en su archivo, llegadas de toda la Península, sabemos de su “espiritu cientifico”, su apoyo a “mejorar grandemente el estado social de la mujer” y su percepción de los cambios sociales que exigían a su vez, nuevos retos formativos ante la aparición de “la numerosa clase media”. 259 Se describía en las respuestas laudatorias como “un plan racional para mejoramiento de nuestra clase media... [dirigido al] porvenir de las familias que viven de su propia actividad”; “... un plan facil, claro, economico y sencillo para el engrandecimiento del pais, y señala con precisión y notables conocimientos profundos de los hechos,... que deben ponerse en practica para el planteamiento de muchas industrias... ”. 260 El Fomento económico, objetivo genesiaco para la Cordobesa, tampoco estaría ausente en sus actuaciones durante el último cuarto de siglo. Pasaría por posiciones diferenciadas, eso sí, que no harían sino reflejar las tendencias generales que marcaran los grandes grupos de poder económico del País. Los mismos que crearían, impulsarían y se servirían de la sociabilidad para la defensa de sus aspiraciones. Fuertes asociaciones en constante crecimiento que arribarían, con el nuevo siglo, al llamado nacionalismo económico que envolverían los centros de decisión y desembocaría, andando el tiempo, en férreo Corporativismo. Con este trasfondo, la renovada Sociedad no carecería de iniciativas propias en defensa de intereses provinciales o regionales si bien, hemos de señalar, que la última veintena 259 Conviene considerar que por las mismas fechas, se producían ingresos en la Económica Cordobesa que daban este perfil. Vid supra. “... esa clase media de profesionales liberales ilustrados y pequeña burguesía ciudadana de comerciantes e industriales desligados de la base social agraria y de la economía financiera del sistema de poder oligárquico de la Restauración. Clase móvil, surgida de la propia dinámica de implantación burguesa...” VILLACORTA BAÑOS, F., Burguesía y Cultura... p. 87 260 Las numerosas manifestaciones de apoyo y felicitaciones que se conservan llegaron desde las Sociedades Económicas de Cádiz, Mérida, Gracia y Segovia; la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona; los Consejos Provinciales de Agricultura, Industria y Comercio de Castellón, Santander, Navarra, Avila, Logroño y Madrid; las Diputaciones Provinciales de Cádiz, Córdoba y Barcelona; los Ayuntamientos Constitucionales de Guadalajara, Burgos, Barcelona, Castellón de la Plana, Toledo y Córdoba; el Fomento de la Producción Española y el Partido Demócrata Monárquico. Ésta última firmada por Segismundo Moret; a la fecha, Presidente de la Comisión de Reformas Sociales. 126 de años estas se verían mermadas en beneficio de su apoyo a las causas nacionales. Es decir, diseccionando el periodo, se podría decir que en la alta Restauración se observan tres etapas distintas, en cuanto al fomento económico, según los objetivos predominantes para la Corporación. El primer quinquenio, nos parece una época marcada por una mayor autonomía en sus actuaciones; en la que prima el criterio de impulso al desarrollo fundamentalmente. Pese a que se mantienen las relaciones con asociaciones de diversas orientaciones, la Económica Cordobesa no parece tomar partido, limitándose a recibir información de las circunstancias trasmitidas e inclinándose, en sus quehaceres, por los asuntos más próximos. En un segundo momento, que situamos bajo la presidencia de Salcedo (1881-1886), recordemos, adscrito al posibilismo y la Liga de Contribuyentes, la Institución se demarca por la línea del Liberalismo económico y, finalmente, arribará al nuevo siglo convicta y confesa por la llamada de la unión de intereses económicos, de la formación de un bloque de poder “abrazado decididamente á un criterio economico nacional”. Planteado el esquema y situándonos en el primer periodo, sabemos, por sus habituales conexiones con la Administración, de los conocimientos que la Asociación tenía de la estructura productiva provincial y, en este sentido, sus movimientos propulsores irían encaminados a la promoción de nuevos cultivos a través de la actividad experimental y la promoción de semillas por medio de exposiciones y premios; tanto como, a la llamada de atención a las Administraciones sobre la mejora de determinados sectores. Véanse los caso del Memorándum elevado a la Mesa del Congreso, a través del marqués de la Vega de Armijo, sobre los perjuicios de nuevas imposiciones a la producción y comercialización aceitera (1878); la Exposición al Ministro de Hacienda, por el mismo conducto, demandando la liberación de cargas de consumos al grano de siembra (1876); la solicitud al Ayuntamiento de la publicación diaria de precios “de caldos, granos, semillas y demás articulos de comercio”, en beneficio del sector (1878), promovida por el socio y entonces Presidente de la Sección de Comercio, Carlos Carbonell o el estimulo al colectivo vinícola a participar en la Exposición Nacional de dicha temática como forma de promoción (1877). 261 261 Los diferentes organismos administrativos mantendrían informada a la Asociación, como cuerpo consultivo que seguía siendo. Recibiría memorias e informes oficiales, así como se le solicitarían homónimos sobre diversas acometidas. Así mismo, sus relaciones con las otras Económicas también la tenían al tanto de novedades; pongamos el caso, de informaciones sobre la filoxera que llegaron tempranas desde la Matritense (1873) o la Mallorquina (1879), o bien, el conocimiento e intercambio de 127 Además, la Sociedad acogería con gusto el proyecto regional, retomado por la Económica Sevillana, de establecer un “Instituto Agrícola Andaluz”, al amparo de la legislación favorable al respecto (1876). Los objetivos: el “progreso de la Agricultura andaluza”, “... el frecuente contacto de todos los que representan los elementos que de un modo ó de otro influyen en la producción y distribución de los frutos de la tierra [...] de difusion de ideas y de hechos, de exhibicion y de contratacion...”, un “Campo de experiencias”; [potenciar] “... los Cultivos de Regadio... que serán en el porvenir uno de los elementos de grandeza de la agricultura regional, cuando Andalucia se haga más solicita de sus intereses materiales.”; [mejorar el] “cultivo olivarero”; “defender á Andalucia de... la tendencia á la inmovilidad y á dudar del verdadero progreso”... Para responder a todos ellos se había instalado ya, en un local de la Económica de Sevilla, un “Laboratorio Quimico” y se planeaban: “Jardín de viveros de aclimatacion”; “exposición permanente de objetos, productos, muestras y demas relacionados con la Agricultura”; “Enseñanza Agricola... ramo esencialisimo del Establecimiento...”; “un periodico”; un “Banco Agricola [sobre] ganados, máquinas, frutos, abonos y cosechas...”; “Una Empresa de labores á destajo... con maquinas de alquiler”... Por otro lado, el programa docente a desarrollar nos muestra no sólo que conocían la problemática agrícola andaluza, sino los medios para su reconversión. Se pensaba en impartir: “Quimica Agrícola e Industrial”; “Economía Rural, Estadistica y Contabilidad Agrícola”; “Mécanica Aplicada” y “enseñanzas prácticas (“Cultivo de un olivar”; “Siembras en secano con abonos regionales”; “Cultivos regadios de caña de azucar, lino, cañamo, algodón y arroz”; “Aclimatación y propagación de arboles y plantas nuevos”; “Labor intensiva en un cortijo”; “Labor á vapor en un cortijo”; “Labor de regadío a escala estensa”...). Con el llamamiento a la asociación, para el Instituto, a particulares e Instituciones, se recordaba la respuesta que había tenido el anteriormente instalado en Cataluña; con 1400 socios, se añadía. Por lo que para el de Andalucía, tierra dedicada a la agricultura por excelencia y de mayor extensión, los promotores esperaban al menos, similar novedades del sector agrícola por medio de la Exposición Regional organizada por la Gaditana. A su vez, la Sociedad organizaría certámenes, premios o exposiciones artistico-industriales con el fin de distinguir a “... personas que por introducir mejoras, en el cultivo, adelantos en las artes, perfecionamiento de las industrias, esplotación comercial de riquezas nacionales... se hayan hecho acreedores á ser premiadas por la Sociedad” 128 respuesta. Se consideraba la representación del Organismo en cada población andaluza a través de una “Junta local”, ya que se insistía en la importancia de la unión de intereses regionales. 262 262 Vid. Boletin de la Sociedad Económica de Amigos del Pais de Córdoba, 22 y 23 (octubre 1876). Recordemos que una treintena de años atrás se había planteado la erección de un centro de similares características. Ahora, con una política agraria favorable a la creación de “granjas modelo” provinciales, parecía renacer la idea (Ley de 1 de agosto de 1876). Ésta, surgida de un Congreso Agrícola, estaba liderada por la Sevillana que decía estar al habla con las corporaciones Provincial y Municipal para la obtención de subvenciones y hacía un llamamiento a las otras Económicas andaluzas para la captación de “protectores fundadores”, para el desembolso inicial que sería debidamente devuelto, y de “socios de número” que sostendrían la Institución con las cuotas pertinentes pues, se reconocía, que debido a la envergadura de la proyección era necesario contar con “corporaciones y particulares”. “... en los primeros pasos de accion para el progreso de la agricultura regional no se dividan las fuerzas...” Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... “El progreso de la Agricultura no interesa á ninguna clase aisladamente, porque el aumento de la produccion, objeto de todos los esfuerzos y sintesis de toda mejora importa tanto á los agricultores como á los propietarios, capitalistas, comerciantes é industriales, y por eso hay que pedir su concurso para hacer posible el Instituto....” Ibídem. Difícil reto el de la unión de intereses buscada. Precisamente, Del Moral Ituarte, analizando el problema del abastecimiento acuífero del campo andaluz, tan importante para la proyección de la Institución que nos ocupa, destaca la supeditación completa, desde mediados de siglo, de la cuenca del Guadalquivir a los intereses “navieros” centrados en Sevilla (Ibarra y Cñía, Cunnighan y Cía...), “sacrificando las restantes posibilidades de recursos hidráulicos”. El autor nos habla de un “bloque institucional” en Sevilla (Gobernador, Diputación Provincial, Ayuntamiento y Junta de Comercio de Sevilla), de una “conjunción de centros de poder regional en pro de las obras del estuario” (“los senadores de la provincia, los diputados, las autoridades, la Junta de muelles, la Cámara de Comercio...”) que relegó otras iniciativas como el uso de los recursos hidráulicos aplicados a la Agricultura e incluso, apunta, el desarrollo de la red ferroviaria. Entre estas iniciativas estaría la infructuosa lucha del socio de la Cordobesa, Conde de Torres Cabrera, por la concesión del riego para la Vega del Guadalquivir: “Notorio es que las cuestiones de la concesión de aguas para riego del Guadalquivir se enlazan siempre con la cuestión de la navegación en Sevilla” DEL MORAL ITUARTE, L., La Obra Hidráulica en la cuenca baja del Guadalquivir.... pp. 212-239. Para LÓPEZ ONTIVEROS en “el retraso” de la explotación de los recursos hídricos para la agricultura en Andalucía está “el origen de las relaciones de dependencia entre el Sur y los centros industriales del Norte de España...” Cfr. Propiedad y Problemas de la Tierra en Andalucía, Sevilla, 1986, pp. 37-43. Todo lo expuesto, nos parece, abunda en la línea historiográfica revisionista del “inmovilismo” agrario andaluz. Cfr. SÁNCHEZ JIMÉNEZ, J., “Política Agraria y “Formas de Vida” Rural en al España de la Restauración” en Studia Historica. Historia Contemporánea 19-20 (2001-2002), p. 45. Vid etiam. 129 Su dedicación a intereses próximos no la mantendrían al margen de la actividad asociativa que se vivía en el resto del Estado. Eran muchas las sociedades que se dirigirían a la Cordobesa, como a otras corporaciones, reclamando apoyo. 263 Se perfilaban ya, en estos años, las grandes líneas del movimiento asociativo patronal que desembocaría en las dos vertientes enfrentadas, liberalismo/proteccionismo, y la Económica de Córdoba sería fedataria de ello. Entre dos fuegos, podríamos definir su situación, en los años siguientes, con respecto a estas posturas antagónicas de interpretar la política económica. Iniciada la década de los ochenta y bajo la dirección del republicano Salcedo (1881), implicado a su vez, en la red asociativa de propietarios (Liga de Contribuyentes), a la Sociedad llegarían panegíricos a favor del proteccionismo, desde las grandes asociaciones nacionales, en busca de nuevos conversos que ampliaran su poder de influencia frente al Gobierno establecido. La novel experiencia sagastina al timón de éste, con la cartera de reformas económicas repleta de planes, sin duda, actuó como revulsivo que diera alas al asociacionismo del sector productivo. Campaña orquestada y probablemente sincronizada, apenas dos meses después del arribo del posibilista a la asociación, llegaban las primeras comunicaciones contrarias a las medidas liberalizadoras del Gobierno desde Cataluña; donde se interpretaban, incluso, como flagrante afrenta a la Región. Igualmente, se recibían, desde otros puntos peninsulares, quejas contra la modificación de medidas recaudadoras. 264 Mientras, la Cordobesa, GARRABOU, R., “La Historiografía de la crisis: resultados y nuevas perspectivas” en La Crisis Agraria De Fines Del Siglo XIX, (Ramón Garrrabou ed.), 1988, pp. 22 y ss. 263 En estos primeros momentos destacamos, las misivas llegadas de dos importantes y nacientes grupos de poder como lo eran, “El Fomento de la Producción Española” y la “Liga de Contribuyentes”. Sus relaciones con la Económica Cordobesa no quedarían en mero carteo. El primero de ellos, con una planificación proselitista estudiada, atraería para sí al marqués de la Vega de Armijo que, como sabemos, representaba los intereses de la de Córdoba en la Permanente en la capital. La Liga, por su parte, tendría fácil acceso a la Corporación cordobesa por medio de uno de sus socios, Salcedo, que preparara ya su llegada a la Presidencia de ésta y lo era, por entonces, de La Liga de Contribuyentes de Córdoba. M. IZARD, en su estudio del grupo productor catalán, resalta las “buenas relaciones” que existían entre las Ligas de Contribuyentes y El Fomento, “en especial entre las andaluzas”; así como, entre éste último y otras sociedades tal como el “Circulo de Labradores de Sevilla”, la Junta de Agricultura, Industria y Comercio de Granada”... Cfr. Manufactureros, Industriales Y Revolucionarios, Barcelona, 1979, pp. 235-253. 264 La primera noticia que tenemos llegaría de la “Comisión organizadora de la reunión proteccionista de Manresa... que exprese el espiritu del pais en la cuestión economica” (20-4-1881) pidiendo “adhesion”. 130 notificaba en Sesión rutinaria las comunicaciones y, bajo la rúbrica de su Director y una lacónica apostilla de “enterada y pase a archivo”, se ponía en contacto con su representante en Madrid, marqués de la Vega de Armijo, flamante Ministro de Estado, a la época, para apoyar transacciones de intereses completamente opuestos. Como lo eran: su “adhesión al tratado de Comercio Franco-español (abril de 1882); el envío de una “Exposición al Gobierno de S.M pidiendo la libre introducción de granos en la península en atención al aflictivo estado por que viene pasando esta Provincia y sus limítrofes...” que, previamente y conocedora del nuevo poder mediático, publicara en varios periódicos locales; o, más adelante, y en unión del resto de provincias andaluzas por medio de su representación en el Senado, la “Económica Andaluza”, elevaba una “Petición” en favor de la firma de un nuevo Tratado Comercial con Gran Bretaña (12- 5-1885). La cuestión suscitó ya un enfrentamiento manifiesto entre partidarios de las contrapuestas posturas. Llegarían correos incendiarios de Barcelona a cargo del “Instituto de Fomento del Trabajo Nacional”, férreo proteccionista; también, del madrileño “Circulo de la Unión Mercantil” y de la “Asociación para la Reforma de los Aranceles de Aduanas”, de tendencia opuesta. Por su parte, las Económicas andaluzas, Seguidamente, la “Comisión Ejecutiva de Propaganda del Instituto de Fomento del Trabajo Nacional” (Barcelona), haría llegar un manifiesto dirigido “A los Agricultores Riojanos, Navarros y Aragoneses, en contestación á la que han hecho circular los librecambistas...” (agosto) en el que, replicando los argumentos de éstos, hablaban de su implicación por intereses propios y de un ataque expreso contra Cataluña, queriéndola enfrentar con el resto del País. Sin pausa, al trimestre, atacaban el Proyecto de Presupuesto del Ministerio de Hacienda presentado a las Cortes, en el que se contemplaba el restablecimiento de la Base 5ª del Arancel de 1869 que, decían, dejaría indefensa a la agricultura, manufacturas, artes y oficios... Pedían apoyo a la “Exposición” a enviar al Parlamento, en la que se hablaba del “derecho a protección por parte del Estado” que tenían “ industrias importantisimas”, en grave riesgo en caso de su aplicación; se analizaba la situación nacional desde varios ámbitos y las repercusiones negativas, así como, el ejemplo de lo adoptado en Francia y se pedía al Congreso “escuchar a las corporaciones”. Por otro lado, hemos encontrado en el Archivo de Secretaría de la Sociedad, de las mismas fechas, otros escritos contrarios a las medidas gubernativas, como uno dirigido “A las Cortes”, sin rubricar (noviembre de 1881); otro de la “Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del Pais” que igualmente elevó su protesta a las Cortes (5-12-1881); de la “Asociación de Agricultores de España” (16-7-1881); la Sociedad Económica de Amigos del Pais de Toledo (mayo de 1882); y el “Sindicato Madrileño de la Industria, Comercio, Artes y Oficios... que no por llamarse así deja de ser el Sindicato Central Del Comercio, Arte y Oficios e Industria de España Entera” (28-1-1882). Decía tener más de 1500 asociados en la data. 131 al unísono, optaban por la apertura comercial en beneficio del desarrollo de la Región, tras contactos previos de henchido patriotismo y la preparación de un “Congreso Regional” donde tratar la problemática general de Andalucía a la fecha. 265 Éste mismo medio de representación, sería empleado por la Sociedad Económica Cordobesa en su apoyo a la “Comisión Ejecutiva de motores de vapor,” establecida en Sevilla, “por ser asunto de interesante y de excelentes resultados para la Industria en general” y al “Proyecto de ley sobre colonias, fomento de la población rural, y nuevas roturaciones” (1882). Conocemos, también, su intermediación en los trabajos de la “Junta de Agricultura, Industria y Comercio de la Provincia de Córdoba”, a la que pertenecía algún socio, y en la valoración del “Proyecto de Codigo de Comercio” (1882). La carencia de datos para el decenio finisecular, nos impide una mejor reconstrucción y análisis de las actividades de la Cordobesa. Pero, sin duda, la solicitud de “protección” para el cultivo del algodón en 1898, con el nuevo mandato del acólito del conde de Torres Cabrera, Rafael Garcia Lovera, ya nos alerta de un cambio de tendencia que se iría incrementando con el acercamiento a la “renacida” Cámara de Comercio de Córdoba y a la Cámara Agraria de la misma. 266 265 “... es obvio á todas luces, el malestar creciente que sufre la clase de propietarios de ésta region, ántes tan bien hallada y hoy cercana á la ruina... [...] era preciso alzar nuestra voz en defensa de tan sagrados intereses, tan honda y sériamente amenazados, convendría mucho, en vez de la gestión aislada, provocar el asentimiento de las demás Sociedades hermanas, que juzgen tener iguales intereses que fomentar y defender; y una vez obtenido se designe una localidad donde reuniendose delegados de todas se definan las causas generales ó particulares y se propongan y acepten los medios que se estimen más oportunos para procurar el remedio... dejando á la iniciativa de la que tan dignamente dirige... las cuestiones que han de tratarse, como el punto donde ha de tener lugar la Asamblea de representantes”. Sociedad Económica de Aguilar (12-5-1885), Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... “Conocidas son de todos las gestiones del Gobierno español para llegar á un acuerdo con el de Lóndres... Cataluña empleó todo su esfuerzo colectivo, oponiéndose á todo concierto que lastimase la protección que gozan sus manufacturas, y entretanto la viticultura andaluza sucumbe, esperando se reanuden las interrumpidas negociaciones con Inglaterra, se concierte con ella el deseado pacto,... ”La Sociedad Económica de Amigos del Pais de Aguilar de la Frontera a sus hermanas de Andalucia” (22-11- 1885), en Lecturas De Historia Económica Andaluza... p. 475. 266 Destacados socios de la de Comercio se habrían curtido en la Cordobesa durante años y permanecerían asociados a ambas; alguno de ellos, en cargos directivos, como fuera el caso de su Director Carlos Carbonell o del cargo homónimo de la Agrícola, conde de Torres Cabrera. De ahí que a 132 La Beneficencia sería el vehículo definitivo para el acceso a la Sociedad de las mujeres (1879). Tras años de colaboración y vinculación oficiosa, la Corporación creería llegado el momento, y éste les parecía argumento adecuado, para regularizar la situación de las féminas con la función expresa de la realización de obras benéficas “en nombre de la Sociedad”. La admisión se justificaría según los cánones burgueses del papel asignado socialmente a éstas que, por otro lado, coincidía con el proyectado en esos momentos por la Iglesia Católica, esto es, la instrucción y las obras benéficas. 267 Los artífices de la propuesta articularían la actividad a través de dos vertientes: “actos de caridad”, con colaboración eclesial, centrados principalmente en la “beneficencia domiciliaria”, y la instrucción gratuita a población infantil, que se plasmaría en la Escuela de Música. 268 la llamada de “asociación de intereses” de la primera de las Cámaras citadas, ya en los primeros años del nuevo siglo, la Económica Cordobesa, fuera solícita. Una de las propuestas interesantes de resultas de esa colaboración, por parte de la Económica Cordobesa, sería la creación de la “asociación del aceite o de olivareros” acuñada siendo Presidente de la Sociedad Tejón y Marin, otro ilustre cameral. 267 “El liberalismo,... elimina la reserva de funciones para los estamentos privilegiados propia del Antiguo Régimen,... los hombres tratan de conseguir el poder político, el poder económico y el poder social, y luchan por conseguir unos prestigios que les valoren ante sus contemporáneos, no en razón de su nacimiento sino de la propia valía personal. El caso de las mujeres es distinto; ... queda establecida una nueva reserva de funciones, no en virtud de unos principios jurídicos sino en virtud de unos principios fisiológicos: el propio sexo”. GÓMEZ-FERRER, G., “Las Limitaciones del Liberalismo en España: El Angel del Hogar” en Antiguo Régimen Y Liberalismo... t 3, p. 519. A la fecha, se encontraba presidida la Asociación por el eclesiástico Sierra y Ramirez que fuera uno de los artífices de la solicitud de creación de la Junta de Damas así como otros quince socios, algún otro del entorno del Obispado y la mayoría de ellos con cargos en la Junta Directiva que, como hemos visto anteriormente, tenía predominio de integrantes de tendencia conservadora. La experiencia declamatoria de Sierra y Ramrez en el seno de la “Academia de la Juventud Católica en Córdoba”, donde se tratara la función social de “la mujer católica” en más de una ocasión, sin duda, contaría a la hora de establecer cometido de las Damas en la Sociedad. 268 La Escuela de Música ha sido tratada en el apartado de Educación, páginas atrás. Vid supra. La Beneficencia domiciliaria se estructuraría por parroquias, de manera que cada una de ellas tendría adjudicadas al menos tres señoras (“curadoras”) que, con los datos aportados por párrocos y alcaldes de barrios, organizarían las recaudaciones y auxilios así como, las “enseñanzas” necesarias a impartir en cada circunscripción eclesial. Los “servicios humanitarios” serían enviados en parte mensual a la Junta Directiva para su debida publicación. Cfr. “Reglamento para la Junta de Damas de honor y merito de la 133 No obstante, las Damas, una vez reglamentada su existencia como cuerpo institucional, a tan solo dos meses de su constitución y a pesar de provenir las rectoras, del entorno familiar de los propulsores, que pensaran para ellas funciones más encorsetadas, se embarcarían en su proyecto más ambicioso, “sin duda el mas importante desde que se instaló esta sección”, el “Asilo de la Infancia de La Purisima Concepcion” (16-7- 1880). Centro que vendría a cubrir una nueva necesidad social para la cual ni Instituciones civiles ni Iglesia tenían aún respuesta. Necesidad surgida debido a la mayor incorporación, desde el ámbito popular, de las mujeres al mundo laboral y que prestaría asistencia diurna a la prole de las trabajadoras, que aún no tenían edad de incorporarse a las escuelas de primera enseñanza, durante su jornada laboral. A juzgar por las numerosas peticiones encontradas (en las que se argumenta repetidamente “la necesidad de trabajar” debido a un “salario mezquino” o bien al “abandono del marido” o incluso, en algún caso, a la condición de “separada”), el establecimiento debió cumplir ampliamente su función. El hecho de que la edad mínima de admisión, en principio pensada para un año, se ampliara hasta llegar a acoger lactantes y la máxima pasara de la prevista en un principio de cuatro años a doce, parece significar la oportunidad y buena acogida del Asilo. Por otro lado, un muestreo sobre una cuarentena de solicitudes nos confirma que se cumplía el objetivo buscado: las parroquias más demandantes, la Magdalena, Santa Marina, San Nicolás y San Eulogio y Santiago; las menos, San Juan y Todos los Santos y San Miguel. Es decir la descendencia de la Córdoba humilde, fundamentalmente campesina, sería la mayor beneficiaria de la creación de la Junta de Damas de la Económica Cordobesa. Las Amigas del País, justificando la creación del Asilo infantil, explicaban que, frente a la asistencia que se brindaba por parte de las Instituciones “al exposito como al indigente é invalido”, ellas abogaban por “la infancia desvalida”, siguiendo modelos de centros similares establecidos en Francia y ya en extensión por otras ciudades españolas. Ello nos desvela la buena percepción del problema social por parte de las señoras. Aún en Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del Pais 1879” en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... La historiografía francesa encuentra una “especificidad” en la beneficencia domiciliaria del área mediterránea con respecto a la labor benéfica sajona al potenciar la primera el núcleo familiar, quizá, apunta Guy Petit, debido al componente católico. Cfr. “Pobreza, beneficencia y políticas sociales... p. 202. Vid etiam. BARRET-DUCROCQ, F., Pauverté, Charité et Morale à Londres au XIXe siècle. Une Sainte Violence, París, 1991, pp. 75 y ss 134 1892 se plateaba este mismo tema en el Congreso Pedagógico Hispano-Luso- Americano. 269 Éstas no se olvidarían, en su proyección, de la atención educativa además del cuidado, higiene y alimentación. La llegada de apoyos, donativos y “subvenciones anuales” de las corporaciones municipal y provincial que alababan la “utilidad” del centro, a más de apuntar la importancia de su labor, parecían augurar su supervivencia. No obstante, apenas seis años tras su inauguración, los gastos asfixiaban a la entidad. Lo último que sabemos es que en Junta ordinaria del 14 de febrero de 1886 se hablaba de la necesidad de su cierre debido al endeudamiento extremo; pese a los esfuerzos de las socias en la organización de eventos públicos con fines recaudatorios. 270 269 “... en este debate se ha omitido por completo a la mujer obrera. Se ha hablado sólo de la mujer medico y abogado, negando algunos oradores que puedan desempeñar estas profesiones, porque tendrían que dejar algunas horas su hogar y sus hijos, olvidándose de la labradora que marcha por la mañana al campo y no vuelve hasta por la noche, y de la obrera... encerrada casi todo el día en esas salas... (“cuadras”) en las que les falta el aire puro... y a veces hasta la luz. Esa sí que tiene que dejar en el mayor abandono a los hijos y al hogar” Apud. BATANAZ PALOMARES, L., La Educación Española En La Crisis Del Fin De Siglo... p. 173. “El pobre hogar de la mísera aldeana, escaso de pan y fuego, abierto á la interperie y al agua y al frio, casi siempre está solo. A su dueña la emancipó una emancipadora eterna, sorda e inclemente: la necesidad” (1890) PARDO BAZÁN, E., La Mujer Española. El pueblo” en La España Moderna... p. 154. 270 Se da la circunstancia de que el año anterior a la aprobación del Reglamento del centro de acogida infantil cordobés se había comenzado en España el largo recorrido de la legislación a favor de la infancia (Ley de 26 de junio de 1878). Cfr. CABEZA SÁNCHEZ- ALBORNOZ, S., “Legislación Protectora de la Infancia” en Perspectivas... p. 310. “Deseosa esta Seccion de Damas de la Sociedad Económica Cordobesa de que su creacion redunde en bien de las Clases menesterosas de esta Capital, concibió y lleva adelante, él pensamiento de fundar un Asilo que... sea el amparo de los niños que mientras sus pobres madres se dedican á proporcionarles el necesario sustento, se encuentren el cariño y cuidado que aquellas se privan de proporcionarles durante las horas dedicadas al trabajo;... “ Córdoba 1879, Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa.... “El tierno recien nacido abandonado por vergüenza ó por egoismo, acógelo solicita la clemencia de los establecimientos benéficos; pero existen entregados al azar de su miserable destino en los albores de su existencia,... cuyos padres experimentan cada dia la amarga disyuntiva de optar entre la educación y el cuidado de sus hijos ó la forzosa asistencia á los talleres, al servicio domestico ó a los diversas clases de faenas que aun a costa de improbos trabajos pueden proporcionarles el sustento de la familia [...] asi el infeliz jornalero como la desventurada madre, dejando a sus hijos durante el dia abandonados en sus miseros é insalubres tugurios, ó en las calles publicas á merced de la Providencia... sin mas defensa 135 Además de las actividades benéficas canalizadas a través de la Junta de señoras, los primeros años del último cuarto de siglo, la Sociedad acometería obras de beneficencia al más puro estilo consuetudinario: donativos individuales y colectivos, ayudas frente a calamidades y epidemias (riadas, cólera...), respaldo y colaboración con otras asociaciones inmersas en actividades benéficas... Beneficencia en suma, con el eclesiástico Sierra y Ramirez al frente de la entidad (1874-1881), guiada por el impulso de la caridad cristiana. 271 Con el relevo en la Presidencia, el programa benéfico de la Sociedad adquiriría tintes más laicistas. La nueva regencia (1881: Salcedo, posibilista, en la Dirección y Rey, fusionista, en la Secretaría) pronto daría pruebas de su compromiso con la causa social. A tan sólo dos meses de su ascenso, ya se “adhería” a una iniciativa emprendida por la sociedad del “Socorro á los Invalidos del Trabajo” (Málaga, 1882), con finalidad mutualista, que preparara un Congreso Nacional para reunir a “todos los grandes elementos del trabajo” con el objeto de la creación de un “Monte-Pio de Obreros”. La Sociedad acogía el proyecto por considerarlo “altamente beneficioso á los intereses generales del Pais”. Igualmente, estaría presente en actividades benéficas, puntuales, emprendidas por las Instituciones provincial y local; así como, con representación corporativa, en la “Comisión Provincial encargada de estudiar las cuestiones que contra la multitud de accidentes que su inesperiencia puede ocasionarles [...] A esta necesidad... debemos acudir con preferencia, si hemos de realizar un fin verdaderamente benefico;... acogiendo á la vez durante las horas de trabajo a sus tiernos hijos en un asilo donde durante el dia se cuide de su alimentacion y se les proporcione la conveniente enseñanza, inspirándoles al propio tiempo aquellos sentimientos de deber y de religión que mas tarde han de ejercer tan decisiva influencia en las costumbres sociales” Córdoba 15 de octubre de 1879, Ibídem. 271 Serían años bajo la influencia moral del nuevo diocesano, Fr. Zeferino Gonzalez, socio desde su llegada que, recordemos, afrontara la cuestión social no sólo como problema económico sino moral.; quien, ante lo que llamara el “egoismo practico” de la economía moderna, apuntara la caridad como solución inmediata: “La caridad... a los ricos daba seguridad y a los indigentes resignacion. No tiemblan los de arriba, no asechan los de abajo” Apud. GONZÁLEZ GONZÁLEZ, A., “Tradición y modernidad en el pensamiento filosófico de fray Zeferino Gonzalez, O.P (1831-1894)” en Revista De Estudios Políticos 202 (1975), Instituto de Estudios Políticos, Madrid, pp. 175-176. “... solo la palabra de Cristo y la caridad católica tiene poder suficiente para llenar el profundo abismo abierto por este doble egoismo entre las dos grandes clases de la sociedad” En Córdoba Dia de la festividad del Nacimiento de Ntro Señor Jesucristo á 25 de diciembre de 1875, Fr. Zeferino Obp de Córdoba. 136 interesan al mejoramiento de las clases obreras” (CRS). 272 Todo lo cual, no le resto impulso para planificar, en el propio seno de la Corporación, otras iniciativas para “promover socorros para las clases proletarias”. 273 Un hito importante en la labor benéfico- humanitaria de la Sociedad serían los años de presidencia de Tejón y Marin (1901-1902). Conocedor de la falta de formación técnica del proletariado por su profesión, clamaría por ello con la doble finalidad de mejora social, “mejorar cuanto posible sea la condición de las clases obreras”, y, a la vez, como “elemento indispensable y necesario para el desenvolvimiento económico del progreso público”. Así lo haría saber en uno de sus primeros actos oficial tras su ascenso, donde propondría, además, la búsqueda del concurso de todas las instituciones locales y provinciales 274 272 Recién arrancada a funcionar la Comisión de Reformas en Córdoba (verano de 1884) se produciría un altercado entre el representante provincial del Gobierno conservador y la Económica Cordobesa, dirigida entonces por representantes en la ciudad de la tendencia más liberal. La Corporación elevaría su queja al nuevo organismo por “la merma de sus fueros” al haber sido designada su representación en éste por el propio Gobernador civil. Su lamento llegaría hasta el propio Segismundo Moret y Prendergast. Ello nos muestra, una vez más, la importancia que tuviera, para el Gobierno de turno, el control de la Entidad. 273 Sería el caso de la idea de creación de una “Tienda –Asilo, que viviese á llenar las necesidades que hoy sienten las clases proletarias de esta ciudad”” (febrero de 1886) por parte del socio Ricardo Solier, médico y alto cargo de la masonería en Córdoba. 274 Se situaba pues, Tejón y Marin, en una clara postura “intervencionista” y, en este sentido, se dirigirían demandas por parte de la Sociedad a diferentes organismos. Fue el caso de la elevada al Ayuntamiento sobre la mejora de “las relaciones obrero-patronales”. Para lo que la Corporación se pondrían en contacto con la alcaldía madrileña, desde donde enviarían las medidas adoptadas allí, a la Cordobesa. En la misma línea, se pediría la actuación del Gobernador civil ante el ejercicio de la prostitución en la ciudad y otros desordenes morales; así como, solicitarían, a la misma autoridad, la adopción de medidas contra la usura. Asunto éste, que preocupó de tal modo a la Agrupación que incluso convocaría un certamen para la obtención de nuevas ideas resolutorias contra la “terrible plaga”. De la Junta de Instrucción primaria, demandarían la mejora de formación en “las clases obreras”. En este contexto proclive a la intervención gubernamental, tenemos que situar la extensa labor proselitista llevada a cabo por la Institución, entre los Altos Cargos, durante la regencia del Ingeniero. Por otro lado, otras actuaciones de la Sociedad con innegable cariz social, bajo su mandato, serían: el proyecto de construcción de una barriada de obreros y su apoyo oficial a las medidas de intermediación social a adoptar por, el recién desembarcado ministro, José Canalejas y Mendez. Los diferentes datos reseñados perfilan, a nuestro modo de ver, una Económica Cordobesa de fin de siglo, “intervencionista” e inmersa, por sus numerosas concomitancias con las autoridades eclesiásticas que ya han sido tratadas, en el llamado “catolicismo social”; así como comprometida con un proceso regenerador, “impulsora del movimiento regenerador”. Vid supra p. 78. 137 El compromiso social de la Sociedad Económica Cordobesa afrontaría la nueva centuria desde otros derroteros: involucrada en la representación del colectivo “patronal” del Instituto de Reformas Sociales. Finalizando el análisis que nos ha ocupado, apuntamos otro apartado interesante desde donde abordar la investigación de la Económica Cordobesa; cual sería, un seguimiento exhaustivo de los Juegos Florales organizados por ésta, que sepamos, desde 1879. Su conocimiento y cotejo con otros de su naturaleza podría aportarnos nuevas perspectivas al estudio de las peculiaridades del fenómeno Regionalista. Lejos aún tal desiderátum de nuestras posibilidades que, por otro lado, requeriría, a nuestro modo de ver, un concurso científico, nos limitamos a avanzar algunas conclusiones obtenidas en nuestra aproximación al conocimiento de la Sociedad; advirtiendo de su cortedad, dadas las fallas documentales, aún más acusadas, si cabe, para esta temática. Nuestra primera apreciación se basa en la diferente estructuración que la Entidad diera a este tipo de eventos frente a los organizados por otras instituciones cordobesas. 275 Para éstas, las celebraciones se desarrollarían en torno a las temáticas histórica, religiosa o costumbrista. La Cordobesa los organizaría en tres secciones diferenciadas: “Literaria”, “Científica” y “Artística” donde tendrían cabida los distintos temas a propuesta de la Corporación. Es el seguimiento de los asuntos elegidos para las diferentes convocatorias anuales, lo que nos muestra las inquietudes de la asociación en cada frecuencia cronológica que, por otra parte, de esta forma trasmitían al resto de “La justificación del intervencionismo estatal en temas sociales por parte de la clase política y de los intelectuales desde la década de 1880 en adelante, se explica mediante la emergencia de ideologías reformistas. Para entender el significado del termino “reformismo” durante la Restauración son tres las tendencias ideológicas claves a considerar: el krausismo liberal, el catolicismo social y la corriente difusa del regeneracionismo” Apud. DE LA CALLE VELASCO, Mª D., “Sobre los orígenes del Estado social en España” en Pobreza, Beneficencia... p. 131. “Fue necesario, si embargo, que la paz ideológica y social que la Restauración había traído entrase en la profunda crisis del 98 para que se abriesen paso, decididamente, las nuevas doctrinas reformistas...” SECO SERRANO, C., “Eduardo Dato y su Catolicismo Social” en La Cuestión Social En La Iglesia Española Contemporánea, IV-V Semana de Historia Eclesiástica de España contemporánea, Zamora, 1981, p. 80. 275 Cfr. SANCHEZ FERNANDEZ, A., La Cultura Española desde una Provincia... pp. 39 y ss. 138 la sociedad cordobesa; no siendo, éstas, en la mayoría de los casos, sino un eco de las que movilizaban al resto del País. 276 Por otro lado, al igual que había ocurrido desde el principio de su existencia, la Sociedad premiaba trabajos que a la vez le servirían de base, en muchas ocasiones, para posteriores acometidas. Sería pues, otra forma de acopio de ideas. 277 Por sus Jurados pasarían, prácticamente en la misma proporción, temas sociales y político- administrativos, seguidos por otros de fomento económico-social. Entre las temáticas seleccionadas por la Sociedad, destacamos las más significativas por su oportunidad: “La Institución del Jurado” (1879); “Parlamentarismo” (1895); “Cuestiones Obreras” (1895); “El estado actual del proletariado y medios para su mejora material y su rehabilitación moral e intelectual” (1895); “Influencia de la religión católica en la ciencia y el derecho” (1895); “Proyecto de los Tribunales de Arbitraje, Jurados mixtos, seguros sociales y demás instituciones encaminadas á harmonizar los intereses del capital y el trabajo” (1902); “Medios prácticos y sencillos de mejorar la Administración Pública” (1902); “La Instrucción Militar en España. Proyecto de Reformas” (1903); “Contrato de Trabajo” (1903); “centralización, descentralización y regionalismo” (1904)... 278 276 “tribuna desde donde pueda decirse lo que las Cortes no se ha podido o no se ha querido decir” (Emilia Pardo Bazan, Juegos Florales de Orense, 1901) Apud. JOAQUÍN COSTA, Crisis Politica De España, Barcelona, 1980, pp. 67-68. 277 Caso diáfano, uno de los elegidos en los Juegos celebrados en mayo de 1879, “Beneficencia Domiciliaria”. Un trimestre después, creada la Sección de Damas de la Económica Cordobesa, se dispondría la estructura del desarrollo de ésta en la capital cordobesa. 278 Basándonos en los datos de que disponemos, observamos que en los certámenes celebrados en los primeros años del nuevo siglo, es frecuente el padrinazgo de personalidades del ámbito político. “Las cañas se han tornado lanzas; la violeta de antaño, rubia como el oro, se ha teñido de rojo con la sangre de nuestros desastres; y así, quien se arriesgue por la espesa floresta de “discursos” de Mantenedores, verá a Pi y Margal, en los Juegos Florales de Barcelona, defender el federalismo,... a Balaguer en Zaragoza y Calatayud, discutir y recomendar un regionalismo conciliador,... a Romero Robledo en Ronda, distinguir entre reinas y reinas,... a Emilia Pardo Bazán en Orense, afirmar la bancarrota del régimen parlamentario en España y la necesidad de una revolución honda... a Guimerá en Barcelona, plantear el problema del separatismo catalán,... a Unamuno en Bilbao, embestir con igual formidable arranque a las patrias chicas y a la lengua vascuence,... a Canalejas en Almería, queriendo anticiparnos una perspectiva de lo que él haría si fuese jefe del Gobierno, y a la Comisión organizadora del certamen de Salamanca, prestar mayor atención en sus temas a asuntos histórico y a prosaicas 139 En cuanto a los más cercanos, locales, provinciales o regionales, prevalecerían los primeramente citados, incidiendo en mejoras sociales y productivas. El resto, se desarrollarían sobre una base más folclorico-costumbrista que reivindicativa. No obstante, considerando que acercándonos al nuevo siglo hemos visto barajarse, ya, alguna temática que contemplara la Región como argumento nuclear, bien pudiera ser, la expuesta, una primera etapa en la trayectoria de estos Certámenes y que, una vez cubiertas, en cierta medida, las necesidades básicas de la población andaluza, podría haber seguido contemplándose dicho asunto. Dado que el trabajo abordado sí que constata, a través de diferentes episodios, la existencia de una sólida sensibilidad regional creemos que nos hallamos ante una veta aún necesitada de mayores y más coordinadas catas. La Academia de Córdoba. Receptaculo del “nuevo espíritu”.- El nacimiento y la trayectoria de la Academia cordobesa (Junta de apertura, 11-11- 1810) estarán íntimamente unidos al de la Sociedad Económica, de la misma, a lo largo del siglo XIX; pese a la existencia de roces temporales, consecuencia, la más de las veces, de su afán de autodominio frente a la casa matriz. Surgida por desgajamiento de una de las Secciones de la Económica, la Literaria, se convertiría pronto en la reserva de la cultura intelectual procedente de aquella y se mostraría dispuesta a luchar contra el “anquilosamiento y la vulgaridad”. No en vano, su mentor y primer Presidente, Manuel Mª de Arjona, quien permanecería en el cargo ocho años consecutivos, se habría curtido en sociedades culturales sevillanas; fundando incluso alguna de ellas. 279 Francófilo converso a través de lecturas galas, promotor del aprendizaje de dicha lengua entre la intelectualidad sevillana (White, Lista...), no nos parece casual que emprendiera el proyecto fundacional de la Entidad coincidiendo con la instauración del régimen napoleónico. Momento, por otra parte, en que su presencia e influencia en el circulo cultural cordobés se acrecienta, además, con la dirección de los Amigos del País, desbancando a su predecesor, el obispo Trevilla, cuyo ascenso, como cuestiones de industria, de agricultura, de pedagogía, de psicología colectiva y de legislación social que a romances y lirismos sobre el clásico lema “patria, fides, amor....”, Crisis Politica... p. 68. 279 Vid NAVEROS SÁNCHEZ, J., El Fundador de la Real Academia de Córdoba... pp. 33 y ss. 140 hemos señalado en el capítulo anterior, considerara “nulo”. 280 En esta coyuntura, su arribo a la Presidencia simultánea de las dos sociedades, lo vemos como algo más que mera coincidencia, confluyendo, a nuestro parecer, dos circunstancias: la audacia del Penitenciario Arjona, que viera en el gobierno posrevolucionario francés el momento más propicio para la realización de proyectos modernizadores, hasta ese momento inviables; y la búsqueda, por parte del nuevo Régimen, de colaboración, “mediadores”, entre los nativos más influyentes. 281 La esencia primaría de la nueva institución la encontramos en sus primeros Estatutos, rubricados, éstos, por el fundador (19-10-1810). Bajo la apariencia de “sencillez” encerrarían, como objetivo, una defensa del cultivo científico frente a la excesiva “consideración de las ciencias sagradas” que se venía arrastrando, se decía, desde época renacentista. 282 Abogaban, por tanto, por una laicización de los conocimientos. 280 Anótese que Pedro Antonio de Trevilla nunca sería propuesto académico aún cuando el elenco clerical fuera numeroso, fundamentalmente, en los primeros años de existencia de la Entidad. No obstante, la admisión de su familiar más allegado, Andrés Trevilla (1811), personaje “influyente”, considerado Obispo en la sombra en ocasiones, solventaría, probablemente, este distanciamiento del titular de la Diócesis. GARCÍA CUEVAS VENTURA, J., El Cabildo Catedralicio Cordobés... p. 170. 281 “los mas ilustrados y honestos” (Blanco White) Apud. MORENO ALONSO, M., Los españoles durante la ocupación napoleónica, Málaga, 1997, p. 73. Vid etiam. ARTOLA GALLEGO, M., Los Afrancesados... 282 “Cuando se fomentó en Córdoba la literatura en el siglo XVI, se cargó tanto la consideración en las ciencias sagradas que al fin solo estas han sido cultivadas aunque con la imperfección con que lo son siempre que se enseñan sin los auxilios de otros conocimientos, y en especial de los de las letras humanas”. Art. 1-1, “Estatutos para una Academia de bellas letras en Córdoba” en Libro 1º de Actas de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, p. 129. Arjona, años atrás, en el desarrollo de sus actividades societarias en la Academia Sevillana, ya había mostrado su inquietud científica demandando la “Conveniencia de las ciencias naturales para los estudios sagrados” (1796). Cfr. AGUILAR PIÑAL, F., La Real Academia Sevillana de Buenas Letras en el siglo XVIII, Madrid, 1966, p. 231. El mismo Ateneo de Madrid, en su fundación (1835), insistiría en la necesidad de una formación científica multidisciplinar: “Se hallan íntimamente enlazados los progresos de la civilización con los de las bellas artes y con los de las letras humanas, que ni se concibe su separada existencia, ni parece realizable su divorcio. No aspiramos a decidir dónde están consignados los derechos de la primacía; ni pensamos indagar si la civilización nace de las artes, o si la cuna de las artes es la civilización; antes bien, opinando que mutuamente se nutren y amparan... “ (“El Liceo”, 1836) Apud. VILLACORTA BAÑOS, F., El Ateneo de Madrid (1885-1912), Madrid, 1985, p. 204. 141 En cuanto las competencias de las dos sociedades cordobesas: la Academia atendería el campo teórico, “letras humanas, bellas letras y buenas letras”, dejando para la Económica, las aplicaciones prácticas. 283 No obstante, transcurridos cinco meses, este primer reparto de funciones debió parecer excesivamente restrictivo para el pulso académico y así es como interpretamos la primera y temprana reforma estatutaria o “ampliación” (14-3-1811), tras el análisis detenido de sus primeras Sesiones reflejadas en Actas. Un cambio en su denominación, ahora “Academia general de ciencias, bellas letras y nobles artes, pretendía desencorsetar su campo de actuación, dando cabida a mayor número de contenidos. Es entonces, cuando surge la necesidad de dar entrada oficial a las materias de “Religión y Moral”, “politica”, “Ciencias naturales y exactas” y “nobles artes”, 284 así como de extender sus objetivos instructores tanto a sus individuos como al “público” general. Se buscaba, pues, la difusión del saber trascendiendo su ámbito elitista. 285 . La segunda normativa supuso, por otro lado, la intromisión de cambios estructurales como la aparición de Secciones de trabajo, al modo en que lo viniera haciendo la Económica Cordobesa desde sus comienzos. Secciones que gozarían de independencia en el desarrollo de su actividad y que, de momento, se establecían en número de 13 con 283 Nótese, que tras diferentes comprobaciones documentales así como búsquedas lexicológicas de los vocablos utilizados, se emplean “letras” y “cientifico” al referirse al cuerpo teórico de los diferentes estudios abordados, frente a su aplicación practica. 284 Recuérdese, que las primeras Constituciones escritas de la Sociedad Económica Cordobesa (1803), obra también del Penitenciario, vetaban las discusiones “de religion, ó estado”. Pese a lo cual, él mismo sería quien, bajo mandato francés, respaldara la incursión de estos dos asuntos en la Literaria; germen de la sociedad que nos ocupa. Sin duda, la pronta incursión en temáticas como el análisis de la filosofía de Descartes, muy en consonancia con el carácter cientifista que se buscara, o bien, lecturas sobre la antigua legislación española de celebración de Cortes, planteaban, a la naciente Institución, la necesidad de adaptar su normativa. La temática cartesiana, por otra parte, más apartada de “las verdades reveladas”, incidía en esa orientación secularizadora emprendida. 285 En los primeros Estatutos, de manera general, se hablaba de “extender” los contenidos de las Sesiones, con fines instructivos, a las personas que fueran invitadas a asistir por el Presidente. Ahora, pese a que se conservaba esa misma figura, además, se incluía entre los objetivos primarios “... la instrucción de sus individuos y del público en todos los ramos que abraza su titulo”. Art 2, Capitulo I, Estatutos de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Imprenta Real de Don Rafael Garcia Rodrigez. “Es inconcebible para estos estudiosos hijos del siglo XVIII el “saber sólo por saber”. AGUILAR PIÑAL, F., La Real Academia Sevillana... p. 191. 142 posibilidad de posteriores aumentos y modificaciones. 286 Pronto se recurriría a éstas, aún sin transcurrir un año de su establecimiento, el Presidente propondría su reforma y reducción en número, que pasaría a 6. Calificaba de “vergonzoso” el resultado de algunas de ellas, hasta la fecha, no llegando a haber rendido ni un solo trabajo desde su creación. 287 Por otro lado, la moderna reglamentación, rubricada de nuevo por Arjona, y en la que había intervenido una comisión de la Cordobesa, se extendía en la regulación de las relaciones de la Academia con la Sociedad Económica, a cuya “intima union” dedicara su capítulo más extenso. La aparición de “leyes penales” para la falta a los deberes académicos, también surgiría con la renovación. 288 Las autoridades francesas no presentarían obstáculo a la aprobación de ambos códigos; entre otras razones, muchos de sus miembros formaban parte de la Institución desde sus comienzos, como se verá más adelante. Muy unida aún, la Corporación, a su progenitora, colaboraría con ella en labores docentes. En este sentido, tomaría a su cargo las cátedras de corte teórico como lo fueran las de “Historia y archeologia”, “economia politica” y “jurisprudencia universal” (acuerdo de 1-10-1811). Sólo podemos dar fe documentada de la apertura de las dos primeramente mencionadas. 289 En la misma línea docente, asumiría la 286 Basandose en la variedad temática introducida con la nueva normativa, se desarrollaba un abanico de departamentos, “subalternados” a la Institución general, con Directivas propias y en los que permanecían disciplinas tradicionales alternadas con otras más novedosas:“ciencias religiosas”; “de moral universal, civil y religiosa”; “de polílica y legislacion universal, eclesiastica, y Española”; “medico-chirurgica”; “de higiene pública”; “de medicina legal”, “de ciencias físicas”; “ciencias matemáticas”; “ciencias abstractas”, “de historia, cronología y archeología”; “de oratoria, poetica y filología”; “de lengua Española”; “de nobles artes” 287 Tras el lamento por la situación que llevaba a la reducción, “... demasiadas para estar las luces no tan difundidas entre nosotros como sería de desear”, restarían en: “Religion y Moral”; “Politica”; “Academia de Medicina y Ciencias dependientes y auxiliares”; “Ciencias Fisicas y abstractas”; “Humanidades” y “ Nobles Artes”. 288 Lejos aún los días de absentismo crónico, los primeros reglamentos no planteaban sanción alguna al incumplimiento de las obligaciones académicas al considerar su autor que “manifestarse poco amantes de enseñar o de aprender es la pena mas ignominiosa de todas”. Contrariamente, la reforma contemplaba la expulsión definitiva en los casos más graves. 289 “...el renacer del interés por los estudios de economía política constituye sin duda un indicador claro de la continuidad de las actitudes ilustradas y de la incipiente mentalidad burguesa gestada en el siglo anterior” Cfr. ESCOLANO BENITO, A., “Notas sobre la enseñanza de la economía política... p.32. Vid supra. pp. 38 y 39 n. 126. MARAVALL, J.A., destaca la importancia de la disciplina histórica en los 143 planificación del Liceo proyectado por la Económica y se implicaría en el proyecto educativo que recibiría los plácemes del Prefecto, al ajustarse al decreto josefino dictado a tal fin (acta de 28-11-1811) 290 Otro empresa que, entre otras funciones, tendría labor educadora y habría heredado de la Sociedad Económica, sería la creación de la “Academia de Medicina”, iniciativa surgida en la Sección Literaria (septiembre de 1810); recuérdese, origen de la Institución. Propuesta por Penitenciario sevillano,“impulsor de academias”, sería acogida con júbilo por la Económica que finalmente, tras intentar varias veces su aprobación, y en funcionamiento, ya, la Academia cordobesa, transmitió a ésta que ajustaría sus Estatutos (27-2-1812). Éstos regularían todas las actividades relacionadas con el ejercicio profesional médico y farmacéutico. La Academia Médica, al igual que sus homónimas en otras provincias, harían de “Cuerpo de inspeccion” intermediario entre el colectivo sanitario y el Gobierno, ejercería labor continuada de formación de postgrado y desarrollarían e impulsaría la actividad científica. 291 Es decir, se planificaba una corporación, “Sección ilustrados como factor integrador, base del “patriotismo” buscado y la vez como hilo conductor de la renovación perseguida: “...esas gentes que, desde un nivel socioeconómico determinado, en posesión de saberes reputados idóneos para procurar alcanzar los valores de la vida colectiva que ellos mismos, con una nueva mentalidad, enuncian, son también los que explicitan,... la necesidad de estudiar Historia.” Estudios de Historia del Pensamiento Español. Siglo XVIII, Madrid, 1999, pp. 170 y ss. 290 Además de la autoría del articulado regulador para el centro, la Academia, estaría presente junto al Prefecto en su Dirección con un representante y detentaría algunas de las cátedras. Sobre éstas, añadir, que la Institución superaría a la proyección de José I en el aprendizaje de lenguas. Mientras los planes oficiales decretaban la enseñanza de la francesa, la Academia cordobesa añadiría la de italiano. Idioma, por otra parte, recomendado por Arjona a sus amistades. Cfr. “Plan para el Liceo”, Acta de 1-12-1811, 1º Libro de Actas de la Real Academia de Ciencias, Nobles Letras y Bellas Artes. La idea de creación del Liceo ya ha merecido nuestra atención, en el capítulo anterior, en referencia a la actuación de la Sociedad Económica Cordobesa sobre el mismo tema. Vid supra. p. 40. 291 Entre sus funciones, labores de inspección anual: a hospitales de la ciudad y provincia, cátedras establecidas sobre las materias, “boticas” locales y provinciales y a la práctica del “arte de la obstetricia”. Tras todo lo cual se elaboraría el “parte” gubernativo correspondiente. Además, se encargaría de la supervisión de títulos y su registro, mejora científica, proposición de reformas pertinentes, detección del incumplimiento de la legislación... Detrás de la futura institución, entre otros, lo más granado del reformismo cordobés: Arjona, Melendez y Hoyos Noriega; todos ellos eclesiásticos. Sabemos de su aprobación oficial por parte de la Diputación Provincial en 1814, tras lo que perdemos la pista del procedimiento seguido hasta 1819, año en que aún encontramos noticias de Arjona informando sobre las gestiones para su autorización por la “Academia Médica Matritense”. Lo siguiente que conocemos es que en 1841 (la Academia de Ciencias, Bellas Letras 144 de Medicina y Ciencias dependientes y Auxiliares”, que aglutinaría a los miembros de las profesiones relacionadas con la salud (“Cirujanos Romanticistas”, “Cirujanos latinos”, “flevotonianos”, “comadrones”, “comadres”, “farmaceuticos”) y que controlaría todas sus vertientes en ejercicio. Estos es, en una sociedad cambiante en la que se abandonaban los patrones gremiales, surgiría una sociedad sustitutiva que no supondría sino una transición a la figura colegial. 292 Vista la estructura normativa que sustentara los años iniciales de la Academia de Córdoba, así como, sus primeras iniciativas, es hora de adentrarnos en el análisis de las personas que comenzaron esta labor. Para ello, hemos realizado un seguimiento nomenclatural y prosopográfico, tanto en los libros de actas de la Corporación como en los de la Económica Cordobesa, donde también se reflejan durante unos años, con el fin de elaborar una serie de listados de ingresos que, ordenados cronológicamente, servirán de base para todo nuestro estudio. Observamos, en nuestra primera aproximación, que entre los 14 fundadores, todos ellos componentes de la Sección Literaria de la Económica, la mayoría la ostenta el clero, con 7 personas procedentes de éste. El resto se completa con cargos administrativos, de rango 3 de ellos; 2 individuos de las profesiones médica y jurídica y un pintor honorario de la Cámara Real. Aspecto remarcable es que todos, salvo Arjona que ingresara en 1802, habían sido admitidos en “la Cordobesa” unos meses antes de promover la fundación de la Institución; casi se podría pensar que llevaran consigo el germen de la idea fundadora. Recordemos, que el año de aparición de la Academia, bajo dominio francés, había sido extraordinariamente fructífero en ingresos para la sociedad matriz. Tras el grupo inicial, las siguientes remesas de ingresos del periodo josefino también contarían con presencia eclesiástica mayoritaria. Siguiendo a ésta, una cantidad, proporcionalmente importante de Altos cargos de la nueva Administración del Estado; entre los que se encontrarían, siempre, el Prefecto y Subprefecto. A la saga y con igual número, el Estamento Militar. De forma que si sumamos los últimos colectivos citados, administrativo y milicia, teniendo en cuenta que sobre ellos recaería la nueva y Nobles Artes de Córdoba interrumpió sus sesiones entre 1823/1841) estas competencias dependían de la “Academia de Medicina y Cirujia de Sevilla”. 292 Época mudable, encontramos individuos adscritos a la futura sociedad que lo estaban también a la Cofradía de San Cosme y San Damián. Institución que agrupara al cuerpo médico desde su creación en 1690. El tema será tratado en otro capítulo dedicado al asociacionismo profesional. 145 organización gubernativa y en tanto que representantes de la autoridad instituida, juntos, se equiparaban en fuerza presencial al clero. De otro lado, la cuota profesional de estos años se vería cubierta por dos médicos y un farmacéutico. Por lo que respecta a su Junta Rectora por las mismas fechas, presidida por el sempiterno electo Arjona, contaría con la presencia funcionarial, eclesiástica y del ámbito jurídico. 293 En 1812 accedería el primer representante de la clase médica. Aspecto interesante a abordar, para el conocimiento del latir académico, nos parece la aproximación a los trabajos desarrollados por sus miembros. Algo que no denota sino la inquietud científica del momento que, además, vendría marcada, inevitablemente, por el contexto histórico del periodo en que se desarrolla. En este sentido, será figura clave a considerar, amén de la Presidencia, la persona que ocupe el cargo de Censor, ya que sobre él recaería la selección temática; si bien, no descartamos cierta iniciativa personal del autor en la elección. 294 El segmento de 1810-1813, de especiales características geopolíticas, vendría marcado, en cuanto a producción académica, por la variedad temática y la abundancia; llegando a alcanzarse una media de 20 estudios anuales. 295 Entre las materias tratadas, la Literatura estaría entre las más cultivadas y dentro de ésta, destacaría la Poesía. Sorprende la casi ausencia de asuntos religiosos, tan sólo un ensayo de Arjona sobre “Oratoria Sagrada”, cuando, como ya hemos señalado, la presencia de académicos eclesiásticos, en estos momentos, era mayoritaria; la Masonería tendría la misma cuota de tratamiento. Por contra, los contenidos de carácter Legislativo, Filosófico-Político e Institucional, muy acordes con las circunstancias de cambio vividas, estarían entre los más desarrollados y su temática, como veremos a 293 Los cargos directivos de la Academia, de elección anual, se regulaban en el Capitulo III de sus Estatutos y serían: Presidente, “que gozará... de las facultades que el Director en la Sociedad” [léase Económica]; Censor, “que distribuirá los trabajos academicos á todos los individuos, sin exceptuar al mismo Presidente”; y Secretarios 1º y 2º. Cfr. Estatutos De La Academia De Ciencias, Bellas Letras Y Nobles Artes De Córdoba, Imprenta Real de Don Rafael Garcia Rodriguez, p. 6. 294 En cuanto a la Presidencia, sería ocupada durante una década, hasta el fin de su existencia (1820), por el Penitenciario Arjona, con la sola excepción del año 1819; hecho éste, que se analizará en su momento. 295 Hemos agrupado la producción académica en las siguientes temáticas: Literatura, Legislación, Filosofía Política, Ciencias, Economía, Humanidades, Institucionales, Traducciones y Masonería. Cfr. Actas Abreviadas de la Academia Gral de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba desde su instalación en 11 de Noviembre de 1810 hasta igual dia de 1813 dedicadas a su Diputación Provincial, Córdoba Imprenta Real de Don Rafael Garcia Rodrigez. Año de 1814. 146 continuación, tocaría las cuestiones más trepidantes. Como no podía ser de otra manera, en una institución que tuviera como bandera su cientifismo, las Ciencias en su variedad de facetas (Física, Química, Ciencias Naturales, Astronomía, Medicina) ocuparían un lugar importante en la escala. 296 La Economía, valor en alza en la naciente sociedad burguesa, no faltaría, tampoco, en su producción intelectual, como no lo harían las Humanidades en su amplio espectro (Historia, Filosofía, Moral...). Entrando en materia, reseñamos algunos estudios que nos han parecido especialmente significativos. Entre los de contenido legislativo y filosófico-político, línea en que se mueve el fundador de la Corporación, estaría su “Memoria sobre el modo de celebrar Cortes con arreglo á las antiguas leyes de España”. Escrita en respuesta a la Junta Central, previa presentación en la Academia, realiza un recorrido histórico por la Institución y Leyes españolas. Dedica su atención al papel de la representación Estamental, recalando en el episodio Comunero, siguiendo con ello, la estela de celebres reformistas ilustrados españoles; 297 lo que no es óbice para que proponga, también, algunos aspectos del modelo tradicional polaco (“dietinas”). Termina, abogando por un modelo de “Consejo verdaderamente nacional” e “impugnando cierta parte de la propuesta hecha por la Junta Central”. Inmerso en la misma temática del Derecho Político, abordaría en “Reflexiones sobre los decretos de Cortes de 11 de Agosto, 21 de Septiembre y 14 de Noviembre de 1813”, las diferentes competencias entre los poderes “gubernativo” y “judicial”. Incidiendo en reflexiones de carácter filosófico-político y partiendo de su contexto vital desarrolla su “Memoria sobre la libertad de los pueblos primitivos” donde recomienda una mirada atrás en la Historia, en busca de modelos validos de Gobierno. Probablemente, fuera esa su intención, cuando defendiera en la Corporación su “Plan de una obra sobre el modo de instruir al público, y formarlo en costumbres civiles” para lo que propondría seguir el modelo que “los Ministros de la Religion han adoptado felizmente para hacer religiosos á los pueblos”. No cabe duda, que estas consideraciones políticas tendrían buena acogida en la Academia, pues, similar contenido argumental encontramos en el ensayo denominado 296 Como tema monográfico, la Medicina sería el más tratado, algo consecuente por otra parte, con las ansias de creación de la Academia Medica. 297 No es esta la única vez que mencionaría el Penitenciario el episodio castellano, también dedicaría una Oda a la memoria de Padilla, “La España restablecida en Cadiz”. La prologaría “con advertencia preliminar sobre la historia de los comuneros”. Cfr. Actas Abreviadas... 147 “Neron, tirano de Roma”, donde su autor, Rafael Benitez, Procurador que compartiera con Arjona tareas en la fundación y dirección de la Institución, utiliza el paralelismo histórico para “probar que las malas leyes constitucionales y las costumbres depravadas... hicieron tolerables por mucho tiempo... excesos...”. Abunda más en el tema, en otra de sus obras expuesta al juicio académico: “Memoria historica sobre los efectos de una buena legislacion”. Siguiendo el mismo contenido, se presentaría a la Institución el “Discurso sobre el verdadero patriotismo” de Rafael Pareja, eclesiástico, quien en su desarrollo expusiera las teorías de Mably, “obras que antes no habrian podido publicarse en España”. 298 El mismo autor enunciaría, también, una “Memoria sobre la unión de todas las leyes con la natural”. 299 Sin abandonar el ámbito jurídico, se ocuparía, igualmente, la Fundación, de la aplicación practica de alguna de las ideas desarrolladas y, en este sentido, se abogaría por “... la necesidad de una magistratura preventiva de delitos...” (R. Benitez) y “... sobre la necesidad y medios de mejorar el estado lamentable en que se hallan las carceles en España” (J.Montilla) proponiendo, ésta última, el modelo de “Las instituciones filantrópicas de Filadelfia”. No coparían, estos años, sólo asuntos jurídicos, las sesiones de la Institución. Entre otras, también se presentaría a ella “Teoremas de economía politica”; obra en la que Arjona desarrolla la disciplina que le había sido conferida en cátedra por acuerdo conjunto de la Económica Cordobesa y la Academia. Encontramos, además, un par de composiciones de contenido filosófico que se hallan dentro de las temáticas que, por estos años, contemplara el circuito secularizado. Nos referimos a “Memoria sobre el objeto de la voluntad y el influxo que tienen los motivos de sus determinaciones” del clérigo Juan Rafael Paniagua y la traducción que realizaría Arjona de la obra de Pietro Verri “sobre la indole del placer y el dolor”. 298 Considérese que Benjamin Constant repudiaría la idea de “participación activa en el poder colectivo” de Mably y Rousseau, las mismas que DUVERGER alinea con las jacobinas. Vid Instituciones Politicas y Derecho Constitucional, 1970, p. 100. Vis etiam. ALCALÁ GALIANO, A., Recuerdos de un anciano, www. Universidad de Sevilla (ed. facsímil digital), Madrid, 1913, p. 190. 299 Recuérdese aquí, el protagonismo del Derecho Natural en el proceso secularizador iniciado por los ilustrados españoles unos años atrás. En esta misma línea temática, probablemente, iría otra obra suya, gestada en el seno académico, bajo el título de “Memorias sobre la necesidad de un sistema completo de moral”. 148 Para terminar nuestra extracción, destacamos la intromisión en las sesiones de un tema con características propias, cuando menos, como lo fuera el de la Masonería. En la “Memoria contra los Francmasones” el autor, que creemos utilizó la obra como carta de presentación para su ingreso, rechaza lo escrito hasta el momento sobre el tema, tanto a favor como en contra, y propone su estudio basándose en la traducción de Memorias francesas. 300 La marcha del Gobierno francés supuso para la Institución una completa reestructuración. El año de 1813 se iniciaría con la separación de las dos sociedades, Amigos del País y Academia, hasta ahora complementarias. Ello se sellaría, formalmente, con “un nuevo Estatuto” para ésta última. La causa de ruptura alegada era la necesidad de independencia por parte académica, “un Instituto como el nuestro debe corresponder separado de cualquier otra corporacion... “. Detrás del argumento hallamos, una vez más, el antagonismo entre las dos grandes personalidades: el Penitenciario Arjona y el obispo Trevilla. Tras la división, cada uno de ellos quedaría al frente de una de las corporaciones. El Prebendado se negaba a aceptar la anulación de las realizaciones ejecutadas en la Económica bajo mandato francés, así como a admitir como valida, con el cambio de Régimen, la Presidencia de la Del País para el Obispo; incluso, llegándola a calificar de “ilegal y nula”. El nuevo cuerpo legal no arrojaría cambios esenciales, salvo la completa desaparición de los artículos que regulaban la relación entre ambas corporaciones que, en definitiva, no plasmaban sino la subordinación académica a la Económica. 301 El resto matizaba o 300 Sobre la implantación de la Masonería en la Provincia cordobesa por estas fechas, poco conocemos, salvo el dato aportado por el académico de ésta, Alcalá Galiano. Él que, para la década de los años veinte, relata, en sus memorias, la existencia en Córdoba del Soberano Capítulo, al que él mismo perteneciera; señalando, como muy numerosa, la Logia de Lucena. Hemos podido conocer a través de la prospección documental que, en dicha localidad, la trayectoria de la Sociedad Económica de Amigos no llego a interrumpirse después del Trienio, como lo hiciera en el resto. Dato que, quizás, cuando se aborde un estudio sobre la tematica, en esta población, habría que relacionar con la noticia proporcionada por Alcalá Galiano, que destaca la “fuerza” de su Logia en este periodo. Vid. Memorias de D. Antonio Alcala Galiano II... p. 116. 301 En algunos casos eran meros gestos de sumisión; véase dar prioridad protocolaria, en el orden de asientos, al Presidente de la Sociedad de Amigos; otras innovaciones afectaban a la estructura medular de la Institución. Así sería, la atribución de la Económica de elección de Presidentes de Secciones, la 149 enaltecía alguno de ellos; caso, este último, el de “Obligaciones de los Académicos y leyes penales”, situación que contemplara la reglamentación anterior, en el Capítulo de “Disposiciones varias”, de manera más difusa y que, ahora, adquiría categoría capitular. Las medidas sancionadoras se endurecían con el cambio. 302 Apartado importante, el de “admision de Académicos”, también sufriría alguna modificación. Si en el anterior Código la iniciativa principal recaía en los cargos de Presidente y Censor, ahora, ésta se ampliaba a la “Direccion general” en pleno (Presidente, Censor, Secretarios 1º y 2º). No obstante, tenemos que apuntar, que hasta la muerte de su valedor, Arjona, la prospección documental arroja en este asunto cierto carácter presidencialista ya que muchas de las nuevas propuestas a ingreso provendrían, exclusivamente, de él. Las diferentes “Secciones” en que se dividía la Institución no sufrirían cambios importantes en su normativa, respetándose la división ajustada en 1811, ya comentada anteriormente. 303 Aprobada la moderna reglamentación y restablecido el orden borbónico, la Academia emprendería la labor de búsqueda y reconocimiento oficial por parte de las nuevas autoridades. Para ello, se apresuró a agrupar la documentación necesaria y justificante. Ardua gestión, si consideramos que, salvo la superación de escollos intermedios (Diputación Provincial), la aprobación no llegaría hasta 1818. 304 Siendo, finalmente, estéril, la de la Academia Médica; como ya señalamos en su momento. necesidad de notificación a ésta para el ingreso de un novicio, antes de proceder a su votación; o bien, la obligatoriedad de su acuerdo para la elección de cátedras. 302 Mientras el reglamento anterior contemplaba la suspensión de voz y voto tras ocho ausencias, concediendo, no obstante, un año más de gracia, tras el cual, si se volviera a incurrir en el mismo número de inasistencias, se recurría a la expulsión definitiva de por vida; el renovado, en el primero de los supuestos, procedería a ejecutar la pena máxima. La falta de presentación de un trabajo anual, exigencia mínima, se sancionaría de igual forma. 303 Vid supra n. 286. 304 Difícil etapa de reconstruir la del interregno. La perdida de documentación de la Económica para esos años, dificulta aún más la operación ya que, las Actas académicas, son excesivamente parcas en detalles coyunturales. Sabemos de las sospechas que despertaron los principales componentes de ambas asociaciones tras la marcha del francés, lo que sin duda retrasaría la normalización con el Gobierno restituido. Incluso, nos atrevemos a deducir, pues la documentación se limita a relatar el hecho consumado, que la declaración de “no Academicos” para Hoyos Noriega y otros conocidos colaboradores con la anterior dinastía, debió de ser un gesto de acercamiento a las nuevas autoridades. Lo cierto es, que en 1816 la Matritense dictaminaba favorablemente a la aprobación Real de la Academia cordobesa; eso 150 No obstante, tiempos de criterios cambiantes, al año siguiente del pase Real (1819), lapso en que se produciría la vacante de Arjona en la Dirección siendo ocupada por el futuro “alcalde constitucional” (Duque de Almodovar), se pediría una nueva reforma estatutaria. 305 En cuanto al factor humano, el Sexenio se caracterizaría por la regularidad en los ingresos, con una media anual, según nos consta, mayor a la decena. 306 La presencia eclesiástica sigue siendo importante, aunque empieza a verse igualada con ciertos colectivos profesionales, como es el caso de 1813 en que alcanzan igual número los novicios clericales que los jurídicos. Superada la transición política, la variedad de procedencias parece marcar la nota de nuevo, comenzando a arribar personajes del mundo sanitario (farmacéuticos y médicos), educativo y militar. La excepción a toda regla la marca 1817, año en que la presencia eclesial es dominante; superando, en esta ocasión, el clero regular al secular. sí, insistía en la necesidad de “union” de ésta a la Sociedad de Amigos de la misma ciudad. Recomendación que solventaría las diferencias entre Arjona y Trevilla y los uniría en la dirección de la Económica, como sabemos. No obstante, el beneplácito oficial se retrasaría aún dos años más debido a la negativa de la Academia de Historia a apoyar la regulación de la Institución científica cordobesa. Las razones alegadas: “ ... que parecía demasiado extenso nuestro Instituto para una Capital de Provincia”. Vid. Sesiones 14-6-1816 y 2-5-1817, 2º Libro de Actas de la Academia Cordobesa de Ciencias, Nobles Letras y Bellas Artes. 305 La pregunta sobre la necesidad o no de reforma, sería formulada por Arjona en la Sesión de 2 febrero de 1919, la inmediatamente posterior a las elecciones en las que saliera elegido Presidente, el Duque. En la Comisión nombrada al efecto, estarían, él mismo, con Melendez y de los Heros, todos ellos eclesiásticos de ideas renovadoras. Los cambios operados en la normativa se refieren a la introducción, de nuevo, de las normas que regulaban la relación entre la Económica y Academia. Éstas, volvían a acentuar la “union” (vinculación) de ambas, pero con ciertos matices que incidían en la jerarquía de la primera sobre la Academia. Volviendo la vista a la Sociedad de Amigos de estos momentos, tenemos que añadir que se encontraba regida, aún, por el electo del año anterior, Trevilla, que sería removido a los pocos meses del cargo (las elecciones de la Económica se celebraban anualmente en junio) ocupando su puesto el Penitenciario Arjona. Es decir, se iniciaría 1820 con modificaciones reglamentarias y el Prebendado, nuevamente, al frente de ambas instituciones; situación que recordaba a la etapa josefina. 306 Insistimos, al igual que hicimos en el capítulo de la Sociedad Económica cordobesa, que las cifras son meramente orientativas, debido a la practica inexistencia de listados. De los dos únicos encontrados para todo el periodo secular, tan sólo uno de ellos está fechado y en ningún caso consta extracción social alguna. Hemos obtenido los datos siguiendo sistemáticamente las Actas de sesiones, con lo que hemos elaborado relaciones anuales de ingresos con la correspondiente información del ámbito de procedencia, cuando así constaba. 151 Descendiendo al terreno de lo personal, entre los de nuevo ingreso encontramos muchos nombres que protagonizarían el periodo posterior, participando activamente en la vida política. Los mismos que, por las mismas fechas, se iniciaban en la Económica Cordobesa. Algunos de ellos, comenzarían a ascender, en el escalafón académico, a puestos directivos a poco de su ingreso. 307 La Dirección, ya se ha apuntado, en manos de Arjona salvo el intervalo de 1819. Bajo las perspectivas analizadas, la productividad académica nos arroja un pequeño descenso con respecto a la época napoleónica; la más de las veces, no se superarían los 10 trabajos por año, llegando a ser algunos de mayor escasez. Los extremos: el año 1815 que sería completamente estéril y el de 1816 que se alcanzaría la cifra de 18 memorias. 308 Por lo que respecta a la clasificación temática, se cambiaban algo las tornas. Restablecido el Régimen Borbónico, los asuntos de carácter Jurídico- Legislativo, aunque no faltarían, cedían terreno a los puramente Científicos, que alcanzarían un desarrollo considerable sobre el resto. Como novedad, encontramos, la intromisión del tema Educativo y la inquietud por el conocimiento de “las Mujeres”. Mientras la inquietud científica se dirigiría hacía la Medicina, Ciencias de la Naturaleza y Ciencia Física; 309 los temas de contenido Filosófico-Político continuaban, pese al restablecimiento absolutista, incidiendo en la división de Poderes, mostrando, además, un especial interés por los de contenido Judicial 310 La Educación, preocupación prioritaria de la Económica, con la que la Academia volvía a compartir proyectos y objetivos, sería, ahora, campo de análisis desde 307 Por citar algunos nombres: Angel de Savedra, Muñoz Capilla, Ranz Romanillos el marqués de Guadalcazar, Rafael Mancha... 308 Nuestra aproximación a los contenidos, en esta ocasión, está basada en la escueta información de su titulación y autor, pese al empeño invertido en la obtención de mayores datos. 309 “fiebres intermitentes”, “dolores de estomago”,“vulcanismo”, “los vientos”, “magnetismo animal”, “Plan de un establecimiento para ecsaminar las producciones botánicas de la sierra de Córdoba”, “reflexion de la luz”, “estudios fisicos”, “globo aerostatico”, “cambios en las estaciones del tiempo”, “manchas del sol”, “el ocsigeno”... 310 “...sobre el modo de separar los confines de la potestad gubernativa y judicial” (M.Valdéz, 1814),“Si la division del poder legislativo, ejecutivo y judicial sea exacta” (R.Viñas, 1814), “... sobre los casos en que deba permitirse á los Magistrados la interpretación de las leyes” (V. Pereda, 1814), “¿Cuándo convendría que se aplique á la España el metodo de elegir jueces que tenian los Romanos? (M. Mª de Arjona, 1814). 152 diferentes vertientes. 311 Otra temática que, probablemente, se potenciaría por la colaboración entrambas sociedades citadas, sería, la femenina; sabida es la dedicación que desde sus inicios mostró la Sociedad de Amigos a la incorporación de “damas”. Esto unido a la curiosidad científica por conocer los avances foráneos, llevaría a los académicos a tratarla en sus sesiones. 312 Más entidad adquiriría un asunto que pasara casi desapercibido para los académicos durante la etapa francesa: La Religión, que parecía volver a cobrar protagonismo en estos momentos. Dos son los eclesiásticos que presentan memorias con dicho contenido. 313 Atrás el episodio absolutista, 1820 parecía comenzar para la Corporación sin cambios significativos. Retomadas las riendas por Arjona, nos sorprende, sin embargo, la previsión de impresión de 300 títulos de Académicos y 100 de Mérito, en los últimos días de enero; cuando la cifra total de asociados, ateniéndonos a los recuentos en actas, se hallaba entorno a 140. ¿Significaba ello que se esperaba un ingreso masivo?. Es algo que la documentación no nos permite validar, pero el rigor científico nos exige desvelar en aras a futuras investigaciones. Lo cierto, es que la Institución se adaptaría, fácilmente, al nuevo Régimen Constitucional. Colaboraría, con su filial, en los parabienes a las modernas autoridades y continuaría su labor con pocos sobresaltos, aparentemente. Los datos más jugosos del periodo, nos los facilitan informaciones transversales, que no el seguimiento de las propias sesiones académicas; ejemplo de ello serían los ingresos. Su seguimiento nos muestra, para 1820, una mayoría aplastante de militares entre la casi veintena de nuevas incorporaciones. Entre 1821 y 1822, la Corporación acogería una cifra algo 311 El mismo año en que la “Junta de Instrucción Pública” se planteara la “universalidad” educativa, se debatía en la Institución cordobesa sobre “Si conviene a la Nación establecimientos de pública enseñanza y bajo cuales condiciones” (M.Tosta, 1814). El Organismo mencionado, pese a hablar en esos términos y otros como “igualdad”, “generalidad” y carácter “público”, no concretaba acerca de la educación de las féminas, cosa que sí parecía inquietar a los académicos, prueba de ello fueron las presentaciones de memorias como “Ventajas e inconvenientes de la educacion de las niñas en el colegio” (E. Portocarrero, 1814) o “Plan de educacion literaria para las mujeres” (Ramón de Aguilar, 1814). 312 Se expondría la traducción, por el médico C. Lanuza, de la obra, “Sistema fisico y moral de las mujeres” (1817). 313 “Si para elevar altares á Osio, se requiere permiso de la silla apostolica” (M.Mª de Arjona, 1814) y “... derechos y privilegios del obispo y presbiteros de Córdoba” (Perez Tejada, 1817). Nos parece percibir cierto rumor episcopalista en sus títulos. Dado que carecemos de las obras en sí o su reseña, nos limitamos a apuntarlo con todas las reservas que corresponden. 153 superior a la anteriormente citada. En la lista, entre otros, el también asociado a “la Cordobesa”, Alcalá Galiano. 314 Otra celebridad admitida en la Academia cordobesa por estos años, señal de las preferencias y admiraciones de sus componentes, J.B Say. 315 Igualmente, una forma de aproximación al sentir académico de esta etapa, nos lo aportan los temas seleccionados para su estudio. Además de la variedad temática que venimos señalando para otros periodos, nos detenemos, ahora, exclusivamente, en titulares que muestran el compromiso de la Academia con los acontecimientos y cambios que se producían en el País. Es decir, lo mismo encontramos Memorias que tratan aspectos Institucionales y Administrativos, caso de los “males del mayorazgo” (J.Clavijo, 1820), “Agravios sufridos por los pueblos del Marquesado de Priego...”,“... la mala distribución de los diezmos...” o el debate abierto sobre el “juicio de Jurados”; 316 que, bajo el prisma médico, “ventajas que trae á la salud pública el nuevo sistema Constitucional” (C. Lanuza, 1820). De de carácter Filosofico-Político serían “En que consiste la verdadera libertad civil” (Maceda, 1820); “Inviolabilidad del Rey en el sistema de gobierno constitucional” o “... “el derecho” de las Naciones a elegir “Principes” que las gobiernen...” del eclesiástico de los Heros (1821). La adaptación de la Iglesia a los tiempos que se avecinaban, también provocaba inquietud en el seno de una Asociación en la que su presencia era destacada; de ahí que se introdujeran cuestiones latentes como “La potestad que existe en la Nación sobre los bienes 314 Recapitúlense, aquí, las conexiones del personaje con el restablecimiento del Sistema Constitucional y con otras actividades asociativas, simultáneas a su estancia en Córdoba, ya mencionadas anteriormente. Vid supra. pp. 24 y 26 n. 84. 315 Recuérdese que Arjona había seleccionado su obra como uno de los textos para la cátedra de Economía Política. El autor agradecería el gesto con el obsequio de lo publicado sobre la temática. 316 Obsérvese el paralelismo temático con el Ateneo Español de Madrid (1820), precedente del Ateneo Cientifico, Literario y Artistico de Madrid (1835), al que perteneciera, él también académico cordobés, Alcalá Galiano. Considérese que Alcalá Galiano y Angel de Saavedra, ambos socios de la de Amigos del País de Córdoba y académicos de la misma, estarían presentes en la “comisión” fundadora del Ateneo de Madrid, así como en su primera Junta de Gobierno; Mesonero Romanos, también cofundador e integrante de su primera Directiva, ingresaría en las dos sociedades cordobesas citadas, unos años después. Cfr. RUIZ SALVADOR, A., El Ateneo Cientifico, Literario y Artistico de Madrid (1835-1885), London, 1971, p. 25-26 y 45-46. 154 temporales de la Iglesia” (Fr. Rodrigez, 1820) o la “obediencia que los exmonjes deben prestar á los parrocos” del eclesiástico Perez Tejada, (1821). 317 Con el final del Trienio, concluirían también las sesiones académicas, la Institución enmudecería por 18 años. Poco sabemos, oficialmente, de las causas de esta clausura o “interrupción por vicisitudes politicas de la Nacion”, pero, al igual que para su matriz, la “Década” sería sinónimo de cierre. 318 “Reinstalada” en 1841 (Junta Extraordinaria de 2 de marzo), lo haría con las primeras elecciones de esta nueva etapa, cuyos resultados parecían dar idea de un alejamiento de la tumultuosa vida pública; los electos eran personas apartadas de estas lides: Ramón Aguilar Fernandez de Córdoba (Presidente), Mariano Esquivel (Censor), José de Olivares (Secretario 1º) y Rafael Pab[v]on (Secretario 2º) 319 . La resurrección, a impulso del Jefe Político, se produciría de la mano de la Económica Cordobesa, tal como lo fuera su origen, ya desde las primeras sesiones se constata la presta colaboración con aquella. El núcleo refundador: 18 personas, de ellas, algo menos de la mitad, eran antiguos académicos. Una de las primeras medidas, tal y como viniera siendo habitual tras las reestructuraciones, sería la modificación en su normativa. La reforma estatutaria 317 Como en otras ocasiones nos limitamos a resaltar los títulos más significativos dada la coyuntura histórica, junto a estos se elaboraron, también, biografías, necrológicas, temas físicos y artísticos, traducciones... 318 El hecho de que tras su reapertura, la Academia, volviera a buscar la aprobación Real denota su suspensión oficial. La última sesión se celebraría el 9 de enero de 1823; la contigua, en el Libro de Actas, el 2 de marzo de 1841. La Económica Cordobesa alargaría sus reuniones hasta el 30 de mayo de 1823. “Esta epoca de azaroso recuerdo... puso... fin a las tareas de la sociedad y por consigiente á las de la Academia [...] estas asociaciones tan inofensivas y ... tan necesarias para el fomento de la instrucción, para acercar á los hombres é inspirarles mutua consideracion é indulgencia, no tienen mayor enemigo que la tirania ejercida á nombre de cualquier fanatismo politico” Noticia de la Academia de Ciencias, bellas letras y nobles artes de esta Ciudad, que comprende el resumen de sus tareas en los cuatro meses transcurridos desde su reinstalación , leida por D. Francisco de Borja Pavon, censor de la misma corporacion en la sesión pública celebrada el 29 de Julio de 1841. 319 En rigor, Esquivel había tomado parte, años atrás, en las Constituyentes de agosto de 1836, desde una posición moderada. No tenemos constancia de ninguna otra intervención suya en la vida política activa. Por lo que respecta al talante de concordia del nuevo Presidente de la Academia, recordemos que, tres años después, sería elegido Director de la Económica Cordobesa, en un momento clave para equilibrar diferentes tendencias en su seno. Vid supra. p. 33. 155 consistiría, desde el punto de vista funcional, en la reducción de las Secciones; ahora serían sólo 4: “De Ciencias en general”, “De Ciencias Médicas”, “De Bellas Letras” y “De Nobles Artes”. Atrás quedaban temáticas anteriores como las de “Moral y Religión” y “Política”; modificación que podría interpretarse como simple adaptación a los tiempos o, nos atrevemos a apuntar, la Corporación buscaba alejarse de contenidos que en el pasado le hubieran ocasionado problemas con la oficialidad. Con respecto a los asociados, se establecerían tres categorías de académicos diferentes: “numerarios”, “de mérito” y “corresponsales”. Además, se concedía una mayor autonomía a sus individuos para la elección del trabajo anual a desarrollar. Pocos cambios experimentaría, en el periodo que nos ocupa (1841-1859) 320 , la Dirección de la Entidad: Aguilar Fernandez de Córdoba sería reelegido anualmente como Presidente y contados movimientos se llevarían a cabo entre sus colaboradores. Nombres como los de Francisco de Borja Pavon (farmacéutico), Luis Mª Ramirez de las Casas-Deza (médico), Gonzalez Navarro (eclesiástico, Director de la Escuela Pías), Miguel Riera (eclesiástico), Rafael Pavon (profesor de Farmacia), Mariano Esquivel (eclesiástico), Luis Maraver o de los Heros (eclesiástico), pasarían por su Junta Rectora ocupando diferentes cargos, a lo largo de los citados años. Atendiendo a los integrantes de la Sociedad, hallamos un fuerte impulso de ingresos el mismo año de su retorno; llegándose a contabilizar una treintena de éstos. Se mantendrían una media aproximada de la decena para las fechas siguientes, hasta llegar a 1846 en que se produciría una inflexión que alteraría el ritmo; entrando, entonces, en una dinámica descendente hasta el final del periodo citado. Concretamente, los años de 1846, 1850, 1855 y 1856 no se constata en actas ningún novicio. Tan señaladas fechas, no descartamos que las circunstancias, nada favorables al desarrollo asociativo, tuvieran relación con dicho decaimiento. Recuérdese que la Sociedad Económica, en el mismo periodo, también acusaría un declive imparable. Por otro lado, dada la parquedad en datos de las Actas académicas, más acentuada, si cabe, para estos momentos, lo único que podemos añadir es que, pese a la aparente inmovilidad, observamos algunos cambios en la Junta de Gobierno que podrían tener cierto significado: es el caso de la elección en 1846 del eclesiástico liberal, de los Heros, 320 Tras la sesión de 8 diciembre de 1859 se interrumpe la secuencia documental hasta el 4 de enero de 1868. En esta ocasión, no existe ningún indicio de suspensión o interrupción de la actividad corporativa, es por lo que interpretamos, el hecho, como una falta documental, pese a que hoy día, en la Institución, se sigue numeración correlativa en los libros de Actas. 156 como Censor, en sustitución del canónigo Miguel Riera, que viniera ejerciéndolo. En 1853 ocuparía el cargo de Secretario 1º Luis Maraver quien, al año siguiente, formara parte de la “Junta Revolucionaria de Gobierno”. 321 Por lo que respecta a la procedencia de los nuevos académicos, prima la variedad profesional si bien, tenemos que destacar, que junto a juristas, médicos, cargos administrativos, docentes, eclesiásticos y otros, empieza a aparecer la figura del parlamentario, en tanto que hace de la participación en la vida política su principal ocupación. Con estas bases, la Institución emprendería una nueva trayectoria científica, en la que se insistiría en la labor difusora como servicio a la sociedad cordobesa. De ahí que se expusiera la necesidad de publicar sus trabajos y actividades: es el “concepto de lo público” lo que ahora se potencia. Difusión de conocimientos, por otro lado, que, se sabía, debiera ir acompañada de una consolidación a nivel interno: es ahora cuando comienzan los preparativos para formar la Biblioteca de la Entidad. En la misma sintonía de ampliar conocimientos, se establecerían relaciones con otras asociaciones sin pasar, como anteriormente ocurriera, por el filtro de la de Amigos del País. 322 La Corporación, que se sabe inmersa en una sociedad burguesa en desarrollo, en la que se impone el pragmatismo, apela al grupo como valor “positivo” 323 . Pese a lo expuesto, los resultados no satisfarían plenamente las aspiraciones de la asociación. Con una media de diez trabajos anuales, sobre un censo de algo más de sesenta individuos, las quejas por el bajo rendimiento y absentismo son numerosas, 321 Vid. supra. p. 34. “La apacibilidad del Ateneo de la década moderada se trunca en 1848 como resultado indirecto de la revolución europea... “La España”... enlaza ingeniosamente una crisis ateneista con la revolución del 48 cuando dice que en el Ateneo, a imitación de lo que está ocurriendo en algunas asambleas populares europeas, la Junta de Gobierno... choca con los socios en una Junta general al someter a su aprobación un asunto de gran interés para la corporación”. RUIZ SALVADOR, A., El Ateneo Cientifico... p. 84. 322 A través de la nueva categoría instituida de académicos Corresponsales, la Corporación establecería contacto con personalidades de otras asociaciones. Véase el caso del nombramiento de académico al Presidente de la Sociedad Arqueológica de Madrid (1842). Por otro lado, recuérdese aquí, que la absorción de la Económica Cordobesa, por parte de la Academia (1853), supuso una asunción de sus actividades: lo que la llevaría a mantener las vinculaciones que tuviera la Cordobesa con otras Económicas; sería, así, el intercambio de publicaciones que iniciara con la de Barcelona. 323 “el espiritu de la asociación se aplica ventajosamente al estudio de las letras y de las ciencias, en todos los angulos de Europa, en medio del positivismo mercantil del siglo, con desprecio se miran ya las espresiones paradógicas de algunos sabios insociales...” Noticia de la Academia de Ciencias... p.19. 157 llegándose al extremo de amenazar con la expulsión a alguno de sus miembros. 324 Pareja andaría la situación económica de la Entidad, que tendría que ser socorrida, en 1842, por la Económica, ante al imposibilidad de nuevas adquisiciones bibliográficas. El análisis de los estudios emprendidos en este periodo nos presenta un panorama, para los dos primeros años, los de mayor productividad, por otro lado, que parece empezar a concentrarse en torno a las Letras, con la Poesía como eje central, y las Ciencias experimentales, entre las que destacan: Física, Medicina y Botánica. A partir de 1843 las intervenciones descienden en número, a la vez que observamos un mayor equilibrio temático: la Filosofía Política deja de interesar a los académicos, no así la preocupación sobre la educación de las Mujeres, que vuelve a estar presente; la Religión aborda contenidos más complejos. 325 Con silencio absoluto durante una década, la siguiente secuencia que nos presenta la prospección documental está fechada en enero de 1868. Año emblemático, se iniciaría para la Institución con tres hitos destacables: un nuevo “Reglamento”; la separación administrativa de la Sociedad Económica, con la que, recordemos, compartía desde inicios de los años 50 actividad; y la renovación de sus cargos directivos, con el ascenso a la Presidencia del unionista, Carlos Ramirez de Arellano. El Reglamento, aprobado por el Ministro Orovio (11-2-1868), presentaba ciertas innovaciones y matices con respecto a los Estatutos en vigor. Ahora, la Entidad adquiriría una estructura “corporativa” más cerrada, distinguiéndose dos clases de Académicos: “correspondientes” y “de número”. Estos últimos, en ningún caso podrían rebasar la cifra de 21 y, por vez primera, aparecía como exigencia para la elección de nuevos miembros, su “domiciliación en Córdoba”. La Junta Rectora también experimentaba cambios. Se añadían dos “cargos” nuevos a los ya existentes, los de Bibliotecario y Depositario. A la vez, la duración de todos ellos variaba: Director y Censor serían elegidos trienalmente; el Depositario cada año; Secretario y 324 La reglamentación exigía un mínimo de una disertación anual por academico. Salvo los dos primeros años, en los que el ritmo de exposiciones se considerara aceptable, a partir de 1843, la documentación está plagada de lamentos sobre la carencia de participación. Se da la circunstancia de que en una de las llamadas al orden aparecen los nombres de personajes tan destacados de la sociedad cordobesa como Carlos Ramirez de Arellano, Illescas o, el propio promotor de la reagrupación de la Institución, el ex-Jefe Político Iznardi. 325 Aún sin haber podido acceder al contenido de las “conferencias” tratadas, no cabe duda de que la “monogamia cristiana” o “... los pensamientos de Nicole (de Port Royal)...” lo eran. 158 Bibliotecario, se establecían “perpétuos”. Todos, excepto el Director, saldrían de una “terna” presentada a Junta General y seleccionada por Director, Secretario, Censor y los dos Académicos más antiguos. Además, también innovador, se creaba una “comision permanente” en Madrid, compuesta por Presidente, Vice-Presidente y Secretario. Innovación, igualmente, para la financiación de la Corporación: mientras, hasta ese momento, el asunto había quedado en una cuestión de donación voluntaria; con la moderna normativa, amén de las cuotas de entrada exigibles a todos los incorporados, se establecerían “mensualidades” para los de número. Por último, a modo de retorno al pasado, se prohibían las discusiones sobre religión o política. 326 La falla documental no nos permite conjeturar mucho acerca de las causas que motivaran las modificaciones, si bien es cierto, que parecían darse los pasos encaminados a una mayor restricción de acceso, esto es, a un elitismo. 327 Se abría el periodo, pues, con el ex-Alcalde cordobés, Carlos Ramirez de Arellano al frente de la Institución. Experimentado en estas lides, en esta ocasión tampoco carecería de oponente para su acceso al máximo cargo rector. 328 Si la Dirección de la Entidad, en el “glorioso” año, recaía en manos de un convencido unionista, la inaugurada representación cortesana se inclinaría, por contra, hacia el lado conservador; véase: el marqués de Molins, Feliciano Ramirez de Arellano y Rafael Conde y Luque. Respecto a la vinculación Academia y Económica, oficialmente, se disolvería en a comienzos de año (acuerdo de 22-2-1868). Pese a ello, las concomitancias seguirían 326 Ninguno de los Estatutos anteriores de la Institución, vetaba estos temas. Si lo harían, recordemos, las primeras Constituciones de la Sociedad Patriótica de Córdoba que elaborara Arjona. Cfr. Reglamento para la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. Córdoba 1868. 327 Se nos ocurre que, dadas las fechas, esta introversión pudiera deberse a los problemas que acareara la “rígida” Ley de Reuniones Públicas en vigor. Recuérdese que el Ateneo madrileño, unos meses atrás, habría tenido serios problemas de continuidad. Bien podría ser lo que VILLACORTA BAÑOS ha denominado “ perspectiva sobre el medio y la época” es decir, una especie de “adaptación al medio” aplicado a la sociología. Cfr. “Los ateneos liberales: política, cultura y sociabilidad intelectual” en Hispania. Revista Española de Historia, LXIII/2, 214 (2003), p. 422. 328 En las últimas y reñidas elecciones de la etapa anterior (diciembre de 1859), C. Ramirez de Arellano había estado a punto de relevar al repetidamente electo, Ramón Fernandez de Córdoba, llegando a necesitarse tres vueltas para la victoria de éste último. El derrotado, no obstante, ocuparía el segundo cargo en importancia: Censor. Ahora, el rival sería otro peso pesado de la vida local, Luis Mª Ramirez de la Casas-Deza. Personajes de posiciones diferentes, no obstante, él ahora electo, liberal comprometido, no sería objeto de la acritud verbal de Luis Mª; quien lo calificaría, en sus Memorias, como “amigo y compadre”. 159 siendo múltiples entre ellas hasta la etapa restauracionista, fecha en que se regularían con precisión. Siempre bajo la dependencia académica, se celebrarían Sesiones conjuntas, habría proposiciones de nuevos miembros, asunción de funciones de la de Amigos “en [su] representación”, gestión conjunta de presupuestos... 329 Por demás, el sexenio transcurriría para la Institución entre proyectos de celebración de Juegos Florales y relaciones culturales con otras Sociedades; caso del “Casino Industrial Agrícola y Mercantil”, con quien cooperaría en conferencias y selección de temas a debatir en el “Ateneo” de su dependencia o del “Circulo de la Amistad”, otra asociación que solicitaría su consejo y cooperación, por estos años, para la celebración de Juegos Florales; también la Alcaldía requeriría su colaboración informativa. Además de lo expuesto, otras actividades serían: presentación de trabajos y debates, lecturas colectivas de prensa... 330 Problema heredado de la etapa anterior, la insistente lucha contra la morosidad persistiría. Adquiriendo perfiles más graves, si cabe, dada la limitación que suponía la carencia monetaria para el cumplimiento de su proyecto bibliográfico. 331 De igual modo, el absentismo parecía enquistarse. Ello iría acompañado, como no podía ser de otra manera, de carencias productivas que se acentuarían, además, dada la coyuntura histórica; lo que provocarían amargos lamentos del entonces Secretario: Francisco de Borja Pavon. 332 Acontecimientos históricos, estos, que inspirarían algunas de las 329 Una de las acometidas conjuntas de estas fechas más interesante, bajo nuestro punto de vista, sería el impulso de la Biblioteca. Sección que la Academia venía cultivando, recordemos, desde los años 40. Sería ahora cuando de acordara su inventariado (sesión de 2-4-1870). Elemento clave a analizar en nuestro proyecto investigador, ha sido uno de los escollos más difíciles de superar dada la imposibilidad de acceso físico al recinto o consulta a listado o catálogo alguno. No obstante, en su momento, expondremos ciertos datos recolectados a través de fuentes paralelas o leves citas en los Libros de Actas. 330 Bajo la dirección de Carlos Ramirez de Arellano, podía suponerse, las lecturas se realizarían sobre periódicos de “talante progresista” y “liberal”; dos son los citados, en actas, de esta extracción: “El Guadalquivir” y “La Cronica”. Cfr. SANCHEZ FERNANDEZ, Mª A., La Cultura Española desde una Provincia... pp. 64-67. 331 Incluso, en un momento determinado, se constata el préstamo monetario de la Económica Cordobesa a la Academia, con el fin de abastecerse, ésta última, de material lector. 332 “La irregularidad que se observa en el alta y baja de los Academicos... su ausencia, ora temporal, ora definitiva; la falta de concurrencia; la no siempre y apetecida formalidad para escusar el pago de cuotas, [...] el olvido en que algunos académicos tienen á esta corporación á la vez que se lamentan, sinceramente sin duda, de su escasa vitalidad; pero sin cuidarse de remediarla con su propia asistencia ó cooperacion... si cada uno de los que para si ó en circulos privados deploran la falta de número, de calor 160 exposiciones abordadas en las sesiones. Desde crónicas “critico estrategicas” como lo sería “Alcolea” (Fernandez Ruano, 1868) hasta planteamientos de “cuestiones palpitantes” que se debatían en los foros nacionales como lo fueran “Historia de la ciencia económica y el examen de sus diferentes escuelas en Europa” (Montesinos, 1869), 333 “Libertad de enseñanza” (1869), “El Catolicismo” (Amador Jover y Sanz, 1869) 334 o “diversos sistemas y métodos para la enseñanza de la historia” (Rafael Sierra y Ramirez, 1870). 335 Las temáticas abordadas en los años 1872 y 1873 se diversificarían, ampliando el campo a materias nuevas como “Artes del diseño” (Arquitectura), “Arqueología”, “Numismatica”, Humor, Demografía... Observándose, para el primero de los años citados, una prioridad de argumentos religiosos (años dificiles, no faltaría uno de “veneracion” al Pontifice) y médicos en consonancia, estos últimos, con la nueva remesa de académicos. En el extremo opuesto, en 1873 no se constata ningún trabajo de contenido religioso. Salvo estos casos, el tratamiento del en las discusiones, de severidad en las justas ó la futilidad de trabajos de la asociacion, prestasen el concurso de su presencia y luces personales, el mal fuera remediado enteramente [...] rara vez el número de academicos asistentes á nuestras sesiones se aproxima á una docena de individuos, asi es imposible la distribución de tareas, el agrupamiento de sesiones, el aparato de discusiones solemnes, y el ofrecer á la avida curiosidad de los periodicos el pasto de novedades interesantes...” Resumen de la historia de la Academia de Ciencias, Bellas-Letras y Nobles Artes de Córdoba en el año 1872 por su Secretario Don Francisco de Borja Pavon. 333 Considérese la atención que despertaran, por estos años, las diferentes teorías económicas, dado el vuelco en la trayectoria de esta política que se produciría en el País y el protagonismo de sus dirigentes “de escuela”. Cfr. COSTAS COMESAÑA, A., El Apogeo del Liberalismo en “La Gloriosa”. La reforma económica en el sexenio liberal (1868-1874), Madrid, 1988, pp. 46 y ss. 334 Año constituyente, la cuestión religiosa protagonizaría varias sesiones. La presentación en una de ellas, por parte del eclesiástico Sierra y Ramirez, de “el prospecto de una revista cientifica concebida en el designio de sostener la pureza de la religion católica, apostolica, romana con abstracción de toda doctrina politica”, iría seguida, a la semana siguiente, de la “discusión “sobre la libertad de enseñanza. Unos meses después, expondría Jover y Sanz su disertación sobre el Catolicismo. 335 La exposición de la metodología histórica del canónigo Sierra y Ramirez, Rector de San Pelagio y flamante profesor de la Universidad Libre de Córdoba recién implantada, en la que desarrollaría la cátedra de “Historia Universal”, la interpretamos consecuencia, de algún modo, del revisionismo positivista. Recuérdese que la postura ortodoxa de la Iglesia era de hostilidad hacia las nuevas corrientes ideológicas que veían en la Historia “una sucesión mecanicista de acontecimientos”. El Prelado abriría el último curso de existencia de esta Universidad (1873-74) con la disertación, “La unidad es la ley suprema de la Historia”. Vid. ARANDA DONCEL, J., La Universidad Libre De Córdoba (1870-1874), Córdoba, 1974. 161 resto de tematicas sería equitativo. Si bien, la preocupación del Secretario por la escasa participación y los frutos “débiles é inertes” persistiría. Pese a que sería algo más benévolo, en su crítica, respecto al año de proclamación de la República por “la desviacion” que ello supusiera en el ámbito cultural. Su clamor incidía en la exigua preocupación por “estudios mas graves y mas concretos” 336 Entre las lecturas colectivas de estos momentos, no nos resistimos a dejar de mencionarlo, se acogería una publicación denominada “El Extemporanillo”, “especie de periódico, impreso en Córdoba, de poco definido objeto, y dado á luz á lo que se cree por una Señora que con diversos seudónimos suscribe los articulos...” 337 En funcionamiento los nuevos mecanismos reguladores, la nómina de ingresos del periodo arroja una cifra en torno a la veintena, sin que podamos precisar más. Del mismo modo, es difícil determinar su extracción socio-profesional, no siempre constatada. Sin embargo, con los datos disponibles, podemos afirmar que son los profesionales médicos, juristas y arquitectos los que predominan; muy en consonancia, por otra parte, con los temas más solicitados en las sesiones académicas, como ya se ha señalado. Las perspectivas cambiaría en 1874, año en que observamos modificaciones significativas en la estructura y regulación de la Corporación. El relevo en la Dirección por la muerte de Carlos Ramirez de Arellano, traería consigo, en un primer momento, 336 Pavon y Lopez, doctor en farmacia, se lamentaba ya no sólo por el reducido número de aportaciones, sino del exceso de “dedicación mayoritaria a la poesia”. Hombre de formación humanista y cultivador de dichas artes, consideraba, no obstante, que se inclinaba en demasía el cedazo académico hacía éstas, en detrimento de otros estudios también necesarios para los tiempos que corrían; al menos, insistía, si se quería estar a la par que otros países en avances científicos. “... se aprecia cierta amargura por la dedicacion mayoritaria a la poesia... en nuestra Córdoba, la aficion al cultivo de este ramo, en que la espontaneidad de la inspiracion y el calor de la fantasia prescinden á veces de la labor de estudio y de la meditacion... hay que reconocer esta propensión, [que desarrollada en exceso] desnaturaliza un tanto estas asociaciones,...las necesidades actuales, los grandes intereses que nos punzan y conmueven, parecen demandar... estudios más graves y más concretos para la gloria y adelantamiento de cada pais” Resumen de la historia de la Academia... 337 La mención va más allá de la pura anécdota. Nuestra intención, a más de desenterrar el hecho en aras de futuras investigaciones, es señalar la presencia del tema mujeril, de uno u otro modo, en las sesiones ya que, a modo de goteo, lo hará durante toda la centuria. Nos parece un precedente más, de posteriores sesiones en que el asunto será abordado con más extensión. SANCHEZ FERNANDEZ, que reseña la publicación citada con la denominación de “El Estemporáneo”, aporta algún dato más al respecto. Cfr. La Cultura Española desde una Provincia... p. 86. 162 “abatimiento”, “letargo é inacción”. La perdida, además, del Censor, Luis Mª Ramirez de las Casas-Deza, agravaría aún más, sí cabe, la situación. Llegando a constatarse la ausencia de sesiones durante cuatro meses. Al termino de los cuales, una renovación normativa daría paso a “una nueva era”. 338 Al frente, un abogado, como lo fuera su predecesor: Rafael Lara y Pineda. Elegido con carácter de “provisionalidad”, permanecería en el cargo hasta su muerte, cuatro años más tarde. Compartiendo con él responsabilidades, en el puesto de Censor, el eclesiástico Sierra y Ramirez, él mismo que, unos meses después, sería elegido Presidente de la Económica Cordobesa (1874- 1881). Ambos, compañeros de cátedra, curtidos en las aulas de la Facultad de Derecho de la “Universidad Libre de Córdoba”. La empresa reformista correría a cargo de otros tres académicos juristas: F.Trasobares, 339 A.Escamilla y A.Castiñeira. Los cambios estructurales resultantes reflejan, tanto la formación académica de los interventores, como la impronta del espíritu pragmatico-posibilista imperante. Su eje central giraría en torno a las dos categorías de académicos: su número, criterios de selección, obligaciones... 340 De trasfondo, la insistente petición por parte de los “correspondientes”, de equipararse en “derechos y atribuciones” a los de “número”. 341 338 No podemos fechar con exactitud el acuerdo de reforma por no constar literalmente en Actas. Las modificaciones se expondrían entre los últimos días de noviembre de 1874 y los primeros de enero del siguiente año, fecha en que se considerarían tácitamente efectivas excepción hecha de la que afectara a los académicos “Correspondientes” que analizaremos seguidamente. 339 Trasobares compartiría, a su vez, con Sierra y Ramirez, labores presidenciales en la Económica Cordobesa, donde, por las mismas fechas, se abordarían reformas reglamentarias. 340 Lo más novedoso: el límite de académicos numerarios se elevaba a 25 mientras el de correspondientes sería “ilimitado”; estos últimos, ahora, aportarían una cuota mensual del mismo modo en que lo venían haciéndolo los primeramente citados, desde años atrás; en su ingreso, a más de contraer otras las obligaciones, entregaría una obra para su, aún incipiente, Biblioteca. Cfr. Libro 3º de Actas de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. 341 La medida implicaba “equiparar [los] en derechos, preminencias y facultades... á los Academicos de número, alternandose con ellos en el desempeño de los cargos y en todos los actos públicos y privados”. Se da la circunstancia de que el Presidente electo, Lara y Pineda, tres años atrás había perdido su categoría de numerario por su negativa al pago de mensualidades. Probablemente, su breve cambio de estatus debió influir en las demandas igualitarias solicitadas por este grupo. A pesar de la aprobación de la medida en un primer momento, ésta, fue muy discutida. Unos meses después, se revisaría y pasaría a una situación de “povisionalidad” 163 Sería en esta nueva revisión reglamentaria cuando la Institución quedara dividida en las tres Secciones que se mantienen en la actualidad: “Ciencias, Artes y Letras”. Cuestiones más prosaicas como las cuotas o la autonomía presupuestaria, también merecerían atención, como no podía ser de otra manera en una Asociación que, paralelamente a su entorno, iba adquiriendo un perfil más aburguesado. Efectivamente, nuestra prospección a la búsqueda de admisiones para el primer sexenio restauracionista así nos lo corrobora. Periodo de dinámico en incorporaciones con respecto a los inmediatamente anterior y posterior, nos presenta un panorama dominado por las clases medias: profesores, licenciados, abogados, médicos, farmacéuticos, “literatos” y eclesiásticos; con un claro dominio del primer grupo citado sobre el resto. Destacamos, como sobresaliente, la presencia clerical; colectivo ausente en la anterior etapa analizada, predominará para los años de 1875 y 1876. Sin duda, además del efecto de estabilidad que supusiera la vuelta Real para el Estamento, la incorporación a la Institución del nuevo Obispo (Zeferino Gonzalez, 1875), 342 “en clase de honor y preminente”, tendría mucho que ver en el retomado protagonismo. Otra nota importante a señalar para etapa analizada, sería el cambio en la relación mantenida con su gemela, la Sociedad Cordobesa de Amigos del País. Tras su divorcio en los años “gloriosos”, ahora, tiempos de concordia, se imponía la “Restauración” de la correspondencia. “Las bases de confraternidad” entrambas (diciembre de 1875), reflejarían, de alguna manera, los cambios experimentados, tanto en la Asociación que nos ocupa, como en la Sociedad de Amigos que la acogiera, desde la implantación de las anteriores en 1811. Si en aquellos momentos la Academia comenzaba su andadura con total dependencia de su progenitora, lo que se constataba en el mayor rango de ésta última, y por tanto de su mandatario, en los actos comunes; ahora, se llegaba a un consenso protocolario basado en la edad de ambos dirigentes. Por lo demás, el contenido restante repetía, básicamente, el articulado de las primeras, salvo la intromisión reglada de las obligaciones contributivas, que apareciera en las modernas, servidumbre, en definitiva, de la nueva sociedad burguesa. No habría cambios de actitud, por el contrario, en cuanto a la continuidad en las relaciones establecidas con otras asociaciones cordobesas y su extensión a las más 342 Con obras sobradamente conocida por los académicos, que contaran con dos de ellas en sus anaqueles, el ingreso fue precedido de alabanzas a su formación y calidad humana, “modesta virtud y esclarecida ciencia”. Otra celebre personalidad que ingresara este mismo año en la Institución sería Antonio Barroso y Castillo. 164 recientemente creadas. Además de las sostenidas con la Económica (colaboración con el Boletín editado por ésta y los Juegos Florales), la Juventud Católica, los Círculos de Obreros Católicos, la Sociedad de Bibliófilos Cordobeses, el Casino Industrial, Agrícola y Comercial y la Academia Filarmónica serían destinos de su actividad colaboradora. De igual forma, la Corporación municipal llamaría a sus puertas buscando su cooperación en la celebración de certámenes literarios. La actividad genuina de la Corporación, la intelectual, tampoco experimentaría modificaciones. Continuaban los lamentos de sus dirigentes por su manifiesta escasez y excesiva inclinación a la temática literaria, en detrimento de “estudios mas graves y trascendentales” 343 Las cifras eran claras, no se superaría la cuarta parte del número de trabajos que hubiera correspondido, según el censo de académicos, para 1874. Con predominio de obras de carácter literario para el citado año, el resto se dedicarían al Derecho, Economía, Religión, Historia y Medicina. Las dos más reseñables, en cuanto a que están basadas en fundamentos critico-filosóficos divergentes en torno a los que se decantara la sociedad del momento, vendrían de la mano del tándem Rector, Lara y Pineda (Director) y Sierra y Ramirez (Censor). El primero de ellos, en tanto que Abogado, desarrollaría en “El Derecho” una exposición de las diferentes corrientes sobre la materia, donde no faltaría una referencia a Krause, “condenando el materialismo de otras escuelas estrechas é ineficaces para explicar el destino del hombre...”. La contestación vendría de su adlátere, Sierra y Ramirez, que aplaudiría la exposición de su compañero de cátedra. De la pluma de este último, por otro lado, saldría la segunda exposición merecedora de nuestra atención: “Estudios filosoficos, historicos y criticos sobre la Estetica cristiana”. En ella, el eclesiástico, defendía una serie de “principios” apoyándose “en numerosos escritores”. 344 El seguimiento de la producción académica para los años comprendidos entre 1875/ 1880, nos desvela como las nuevas corrientes de pensamiento penetraban en la 343 Los académicos, no ajenos al “cientifismo” imperante, insistían en la necesidad de potenciar “los estudios y trabajos científicos... en el interes del mas fausto porvenir y desarrollo de esta corporacion”. En la Memoria del año 1874 se llega a decir que, entre otros motivos, las reformas reglamentarias emprendidas, tuvieron el objetivo de promover esta clase de estudios. Cfr. Resumen de la historia de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba en los años 1873 y 1874 por su Secretario Fco de B.P. Leido en sesion de 9 de Enero de 1875. 344 Lamentablemente, no disponemos de más noticias sobre su contenido. No obstante, valorando el contexto histórico y la trayectoria de su autor, nos parece suficientemente digno de mención, aún cuando sólo conocemos poco más que una leve reseña en Actas. 165 Institución, donde serían objeto de debates; pese a las pautas ideológicas marcadas por Director y Censor. A este respecto, destacamos el que se dedicara al “espiritismo” (1877) 345 y a la exposición titulada, “¿Forma el hombre un reino aparte dentro del orden de la Creación?”(1879), en la que se rebatirían “las doctrinas revolucionarias que han hechado raices en el terreno social promoviendo graves conflictos en el orden moral y religioso...”. 346 La resolución a este escrito no sería del todo favorable a la 345 En septiembre de 1877 se recibiría en la Academia un opúsculo firmado por la “Comision del Circulo Espiritista”, a Sesión siguiente sería tratado el tema. A pesar de la parquedad informativa sobre la cuestión en la documentación, ésta, debió suscitar reacciones encontradas. No sólo por la línea ortodoxa de la Dirección en estas materias, el movimiento había sido condenado por la Iglesia Católica, sino por la de otros académicos destacados que se habían manifestado públicamente en contra, con anterioridad. Era el caso del Diocesano, Zeferino Gonzalez. Cfr. P.F. ZEFERINO GONZALEZ., “La Economia politica y el cristianismo” en Estudios religiosos, filosoficos, cientificos y sociales, Imp- de Policarpo Lopez, Madrid, 1873, t. II, p. 58. 346 La inquietud investigadora del entonces Director, Pavon y Lopez, le llevaría a introducir, en la sesión del 18 de octubre de 1979, como “novedad cientifica”, la “tesis” defendida en el Congreso Regional de Ciencias Médicas de Cádiz. La ponencia, presentaba las diferentes corrientes y tendencias interpretativas sobre el tema, destacando, entre ellas, la de Darwin. El autor, “partidario entusiasta de las tradiciones ortodoxas”, partiendo de una exposición de anatomía comparada, negaba la similitud entre hominidos y simios; completando su argumento diferencial, manifestando como exclusivas del ser humano la expresión lingüística y el “sentimiento religiosos”. La lectura, que “cautivó la atencion de los concurrentes”, provocó un dictamen salomónico y muy esclarecedor, a nuestro modo de ver, del espíritu crítico que reinara en la Corporación, pese al tradicionalismo dirigente. Por un lado, “convenian” en que las pruebas morales eran las definitivas para demostrar la diferencia, mientras, por otro, admitían la proximidad, en el aspecto anatómico-orgánico entre humano y chimpancé. No obstante, tras esto, inmediatamente se añadía que “... bajo el criterio de la religion católica, es imposible toda formal discusion... por oponerse á ello los dogmas de la misma, refractarios en absoluto á las enseñanzas darwinistas,...”. Aún así, la conclusión dejaba abierta la puerta al desarrollo científico: “... en el terreno puramente cientifico, falta mucho por indagar en orden á los secretos de la naturaleza [que] permanecen ocultos en su mayor parte... quedando tal vez reservado para la ciencia del porvenir el pronunciar la última palabra sobre doctrinas de tan incalculable trascendencia.”. 4º Libro de Actas de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. Unos años antes, el en estos momentos académico cordobés, Zeferino Gonzalez, se había manifestado en una de sus obras sobre estas teorías: “Existen... estrechas relaciones... entre las teorias positivistas mas avanzadas y el darwinismo”; “El aislamiento, un individualismo brutal y exclusivista, el alejamiento rencoroso entre las clases sociales, son y deben ser el término natural de semejantes doctrinas, las cuales... vienen á ser fatales á la dignidad, el bienestar y á la libertad de ese mismo pueblo por ellas seducido y extraviado”; “La antopolatría es la consecuencia necesaria del positivismo materialista... una confirmacion manifiesta y como una contraprueba de la verdad y exactitud de nuestras 166 ortodoxia católica, pese a la importante representación que ésta tuviera en la Corporación. Dos meses después de la sesión en la que se debatiera, el Director de San Pelagio, Sierra y Ramirez, Censor de la Academia, dimitiría de su cargo. Dimisión que no sería aceptada “atendiendo á los relevantes méritos”. 347 Por lo demás, otras intervenciones que versaran sobre problemáticas candentes serían: “Las Relaciones entre la Iglesia y el Estado” (Castiñeira, 1878) 348 ; “Las causas de prostitucion en la mujer” (N. Gonzalez Aurioles,1880); “El Amigo obrero” (M.Fernandez Ruano, 1880) 349 y “Estudio Moral y Juridico sobre la pena de muerte” (F.Trasobares, 1880). También se tratarían temas locales como “la industria cordobesa” (Teodomiro Ramirez de Arellano, 1878) y el “deterioro de la Catedral de Córdoba” (Romero, 1878). Durante la exposición, en torno a la actividad meretricia, se produjo una situación interesante: el autor, partiendo del análisis del problema y sus causas, hacía una incursión en un debate social abierto, la educación femenina, mostrando, a la hora de considerar el rol asignado a las mujeres en la sociedad de la época, unos planteamientos propios de la ideología burguesa imperante. La valoración del estudio, por parte de la Institución, no fue del todo favorable, alegando falta del rigor suficiente en la profundización de las motivaciones y considerando el trabajo más como una reflexión personal. No sabemos si este juicio fue la verdadera causa de la apostilla; lo cierto es que parecían incompatibles los argumentos dados por Gonzalez Aurioles, en el sentido de la necesidad de relegar a las féminas al ámbito domestico en exclusividad, con los de apreciaciones sobre las relaciones de afinidad y filiacion, que entre el positivismo, materialismo y el hegelianismo existen,...”; “... la tesis darwiniana es esencialmente materialista, antifilosófica y anticristiana”. Cfr. P.F. ZEFERINO GONZALEZ. , “La filosofia de la historia” en Estudios religiosos, filosoficos, cientificos... pp. 265 y ss. 347 El Libro de Actas se limita a constatar el hecho sin ningún tipo de explicación. Aún así, nos parece ver una relación causa-efecto, más allá de lo puramente anecdótico. 348 La Academia valoraría “la cordura, espiritu conciliador, atinados juicios” del expositor en tema tan sujeto a “apasionadas apreciaciones”. 349 La Institución, colaboradora habitual en las actividades públicas desarrolladas por los Círculos Católicos de Obreros, aplaudiría la disertación y emitiría el siguiente juicio: “una interesante produccion filisofica,... [que] desenvuelve los salvadores principios morales y religiosos que deben servir de guia á la clase obrera [...] cuya verdadera importancia se hace aun mas relevante en medio de las azarosas circunstancias...” Sesión del 26 de junio de 1880, Libro 4º de Actas de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. 167 algunos de los académicos, los más destacados, que, en su condición además de Amigos del País, estaban implicados en iniciativas educativas divergentes a tal aseveración. 350 Ciertamente, la década de los 80 abriría otro capítulo para la Corporación. Una nueva modificación normativa la arrastraría al comienzo de un elitismo que apunto estaría de culminar en su extinción. De otro lado, su ruptura con la Sociedad Económica agravaría aún más su aislamiento. El cambio reglamentario propuesto, se basaba en una restricción de los ingresos anuales; ahora sólo cabría la posibilidad de tres noveles para Correspondientes, conforme a las Secciones existentes. Obvia, por lo tanto, la comparación que hasta aquí se venía haciendo con respecto a las oscilaciones del censo interanuales. Cabe decir, que no se cumpliría, regularmente, el cupo establecido de tres individuos por año. Por lo que, no todas la Secciones recibirían savia nueva por curso académico. En lo que respecta a la extracción profesional, profesores y médicos serían predominantes, apreciándose desde 1894 el desembarco periodístico. El otro hito mencionado para el comienzo de la década, en cuestión, sería la ruptura de relaciones con la Sociedad Económica Cordobesa, que supondría un punto inflexión en la trayectoria de ambas Instituciones. El desencadenante oficial fue el sometimiento de obligaciones contributivas a los académicos que quisieran serlo de la Económica. La postura sería calificada, por la Academia, como “violenta”, atentatoria a su “dignidad” y les obligaría, se añadía, a “adoptar alguna medida” (Sesión 5-2-1881). El “acuerdo de separación” se tomaría en noviembre del mismo año. Asunto trascendente y poco claro en la documentación de ambas Instituciones, nos ha forzado a acudir a los cuerpos legislativos de las susodichas, así como a reconstruir 350 El autor remarcaba como causa primera del fenómeno el “lamentable abandono del hogar domestico en donde tiene asignado por la providencia el verdadero lugar que le corresponde” y recomendaba dirigir su educación, “á su sensibilidad y á su imaginacion, facultades que en ella predominan y desea que se la ilustre en la espera y en la medida convenientes, á fin de que no se desvie el cumplimiento de su mision propia, de la obligaciones privativas de su sexo [...] Basta que adquiera el buen gusto y el sano criterio, los conocimientos indispensables que la culta sociedad exige y ella necesita para realizar fructosamente su destino”. En los mismos años, la Económica y su Junta de Damas, desarrollaban varios proyectos formativos para las mujeres en los se encontraban implicados, por su doble pertenencia societaria, académicos como Sierra y Ramirez, Pavon y Lopez, Trasobares, Castiñeira, Fernandez Ruano, etc. Vid supra pp. 81 y ss. Cfr. GOMEZ-FERRER, G., “Las Limitaciones del Liberalismo en España: El Ángel del hogar” en Antiguo Régimen Y Liberalismo... t 3, pp. 515-532. 168 secuencias de su transcurrir común. Ello nos muestra que desde las “Bases de Confraternidad” adoptadas en 1875 esa obligación existía en su artículo 8º; siendo ratificada nuevamente, con las reformas estatutarias de la Sociedad Económica de 1881. Es decir, la norma ya existía con anterioridad y no había supuesto, hasta ese momento, ningún problema para las relaciones, no hay niguna otra referencia sobre el asunto en los Libros de Actas de dichas Sociedades. Por el contrario, hallamos en los de la Sociedad de Amigos un cambio significativo, por estos mismos meses, en su Junta Rectora: el arribo de representantes oficiales de grupos políticos. Esto es, la anterior Junta, bajo la Dirección de Sierra y Ramirez que, a los efectos, simultaneara este cargo con el de Censor de la Academia, sería desplazada con el ascenso del posibilista Salcedo y el fusionista P. Rey. La involución supuso la baja en la Económica de varios individuos, algunos de los cuales ocupaban cargos rectores en la Academia, como el mismo Sierra y Ramirez, Pavon y Lopez o Romero Barros. 351 Por tanto, parece evidente que la implicación política de la Sociedad Económica Cordobesa provocó la ruptura temporal de relaciones entrambas. Ruptura, por otro lado, que sería de corta duración; a dos años vista volverían los acercamientos: el compromiso social sería suficiente aglutinante para la reanudación de relaciones. 352 Además de los hechos señalados, los años ochenta transcurrirían para la Institución marcados por la ya vieja lacra de la abstención, denunciada frecuentemente por sus diferentes rectores, 353 a lo que se añadirían los problemas económicos por incumplimiento del pago de cuotas. 354 Quizá, a modo de revulsivo, la inasistencia fuera lo que moviera a sus dirigentes a introducir el vocablo “recreo” junto al de “estudio” 351 Además de los citados, abandonarían temporalmente la Sociedad de Amigos: Gonzalez Guerrero, J.Illescas y Cardenas, A. Jover y Sanz... Cfr. supra pp. 111-112. 352 Calmados los ánimos, los acercamientos fueron progresivos desde el verano de 1883. Finalmente, de forma oficial, la Sociedad Económica Cordobesa pediría la participación de la Academia para la creación de Cátedras de Industria y Tecnología en el Instituto así como otras medidas “en beneficio de las clases necesitadas” (Sesión de 6-12-1884). 353 Desde 1885 el declive se acentúa, llegando a darse la circunstancia de celebrarse, tan sólo, una sesión en 1898. Después de ello, fecha emblemática, comienza un ascenso regenerador, a pesar de lo cual, en las últimas fechas de nuestra referencia, 1901 y 1902, se reanuda la baja, estabilizándose la cuantía de los encuentros en Sesiones bimensuales. 354 A tal punto llegaría la situación, que, además de las asignaciones monetarias oficiales que tuviera asignadas la Corporación, se vería en la necesidad de solicitar un “donativo” al Ministerio de Fomento en 1886. 169 entre los contenidos de la Asociación; para la que se pedía, en 1887, “el celo de los Académicos... para ver de hallar el modo de mejorar la condición de este centro...”, así como “sacrificio”. Terminología la adoptada, por otra parte, alejada de la que siempre hubiera figurado como objetivo impulsor: “la instrucción de sus individuos y del público”. Es ello, junto con la restricción de ingresos anteriormente señalada, lo que nos mueve a interpretar el gesto como una progresión al elitismo por parte de la Corporación. La Academia se convertiría, poco a poco, en un círculo selecto y hermético, representativo de la sociedad burguesa, con dedicación al estudio. En el proceso se había pasado de la participación en la planificación de Cátedras para el Instituto, junto con la Económica Cordobesa, y sus ansias de hacer públicas las Sesiones académicas en prensa, además de su apoyo a Instituciones de carácter popular con conferencias y certámenes (Casino Industrial, Agrícola y Comercial), a restringir sus conexiones al Ateneo de Madrid, Academias y Sociedades Económicas de otras provincias e incluso, más allá de las fronteras, a consagradas Academias e Instituciones foráneas. 355 Si había algo que no cambiaría para la Institución, sería la poca comparecencia a sus reuniones; la situación de “apatia” adquiriría aún más magnitud en los años 90. Concretamente, en 1894, Pavon y Lopez, su Director, haría un llamamiento desesperado en la prensa, relatando la “asistencia anémica y oscura”, los impagos y su inclinación a “dimitir” dada la situación. Se añadía el acuerdo adoptado de realizar expulsiones de académicos para los casos más flagrantes. La situación no mejoraría para 1897, entonces se hablaría, ya, de encontrarse la Corporación “casi disuelta”. Ante dicha situación, se expondría un plan regenerador que contemplaría, entre otras medidas, abrir sus puertas a la participación en conferencias y funciones literarias “á varios sujetos de fuera” de la Corporación. Pavon y Lopez pretendía la inauguración de una nueva era en la que la Academia tuviera una mayor conexión e implicación con la 355 Un pasaje significativo se produjo en la Sesión de 23-4-1887 en que se entablaría una discusión ante la propuesta de participar con alguna conferencia o certamen público en la Feria de Ntra Sra de la Salud. “... ni en general se aleja de ser discutible si los ejercicios literarios y artisticos, pueden, al menos con frecuencia y sin reconocida oportunidad, disponerse como auxiliares y cooperando en fin de mero esparcimiento profano; con lo cual, sobre subordinarse á un fin utilitario, menos noble que su alta misión; aun no se alcanza la diversion que se busca, reinando la distración el cansancio y el hastio, las mas de las veces, en tales reuniones, á donde concurren los dos sexos y ni el aparato, ni la espectativa de antemano despertada ni otros accidentes, logran atraer la atencion y la complacencia”. 170 diferentes Instituciones de la ciudad, así como una mayor difusión pública. La Institución seleccionaría personalidades de los diferentes sectores para que se hallaran representados todos ellos en ésta. 356 Se daría mayor participación a los socios correspondientes y se facilitaría la incorporación de socios de la Económica, se aumentaría el cupo de socios de número... Las medidas surtieron efecto, los últimos años del siglo aumentarían, progresivamente, los ingresos; a la vez, volverían a sus filas algunos de sus celebres prófugos (Teodomiro Ramirez de Arellano, el conde de Cardenas...). La constatación de la respuesta, se nos muestra en una relación impresa, fechada en 1908, en la que se registran 20 “Académicos numerarios”, 36 “ Académicos correspondientes en Córdoba”, 73 “Académicos correspondientes de fuera de Córdoba” y 18 “Académicos correspondientes extranjeros”. En concordancia con el incumplimiento de los académicos para con sus obligaciones presenciales, las disertaciones expuestas en Academia, para las últimas décadas del siglo, no fueron ni numerosas ni frecuentes; pese a ello, reflejarían cuestiones muy debatidas en otros foros nacionales. Pavon y Lopez, continuando con su preocupación por los más recientes avances científicos, presentaría la traducción de la Introducción y el Capítulo primero de “El origen de las especies” (Sesión de 5-2-1881). Frente a la polémica que se levantara dos años atrás, ahora, se hablaría de “la puntualidad y la esactitud de la doctrina”. El tema de Género volvería a hacer acto de presencia en las veladas académicas, en esta ocasión bajo el título de “La mujer antes y después del Cristianismo” (Valdelomar, Sesiones de 4-10-1884 y 6-12-1884). La disertación resaltaba la importancia del credo religioso para la mejora de condiciones de vida y respetabilidad de las mujeres frente a etapas históricas anteriores. Contexto social y político diferente al año en que se expusiera el trabajo dedicado a la prostitución, recuérdese 1881, tampoco ahora se alcanzaría consenso en la valoración. El dictamen reflejado en el Acta fue: “atencion y señales de complaciente asentimiento, de parte de los academicos asistentes”. “La cuestión social” tampoco escaparía a la disección académica, Castiñeira trataría la problemática basándose en “los debates de las Comisiones provinciales de reforma social, creadas recientemente” (15-11-1884). Analizaba, allí, la trayectoria de los Círculos Católicos de Obreros y su importante papel social. Estos, creía, deberían 356 Proceso similar, recuérdese, al que se emprendería, por las mismas fechas, en la Sociedad de Amigos. Además, se volverían a constituir unas Bases de Concordia entre las dos Instituciones para revitalizar la cooperación entrambas. (1898). 171 potenciar más su utilidad; potencialidad que él cifraba en ampliar la enseñanza a la formación de “artes y oficios”, la creación de Cajas de Ahorros, de “sociedades cooperativas, formadas no solo con el factor trabajo sino reunido este con el factor capital...”. La respuesta, obra del canónigo M. Riera, alababa el planteamiento; incidiendo, aún más, en la necesidad absoluta de que “la Economía Social” estuviera formulada desde el cristianismo, si no se quería caer en “el sesualismo, la utopía y la ineficacia”. “La Economía Rural”, sería el tema de otra intervención, algunos años después (Trasobares, 3-3-1888). Se expondrían, en el estudio, formulas novedosas como el establecimiento de colonias y granjas-asilos, desarrollo de la industria agrícola... Por otro lado, la Institución mostraría gran interés ante el desarrollo de los servicios públicos. Fruto de la solicitud de intermediación, para con el Ayuntamiento, sobre el abastecimiento de aguas, serían dos estudios: “El agua en los grandes centros de población” (Pablo Garcia, 1889) y “Datos y Reflexiones a cerca del abastecimiento de aguas potables” (Tejon y Marin, 1993). Del mismo modo, otro abastecimiento que se abría camino en los últimos años seculares, el suministro eléctrico, resultado, a su vez, de otra forma de asociacionismo, el mercantil, atraería la atención de la Corporación: Rafael Pavon y Alzate sería el transmisor de los conocimientos de la nueva fuente de energía a los académicos, así como del estudio comparativo entre ésta y el gas, en su exposición sobre “Los alumbrados modernos” (1890). La faceta artistica-monumental, en estos años, correría a cargo de Romero Barros con su disertación “Nuevos descubrimientos de la Mezquita Aljama de Córdoba” (1894). La Biblioteca de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.- No cabe duda de que las distintas exposiciones y trabajos que salieran de las Sesiones académicas, a lo largo de su existencia, nos muestran los conocimientos, formación e ideología, de sus firmantes. Son, por tanto, muestras de expresión subjetivas. Al mismo tiempo, también es cierto, que los comentarios suscitados y valoraciones finales emitidas por el Cuerpo, como tal unidad, lo son de la línea de pensamiento general que imperara en él; es decir del “espíritu académico”. Un elemento más, clave para la captación de éste, además de los que se han ido desgranando a lo largo de nuestro estudio, sería el conocimiento del fondo bibliográfico que manejaran los asociados; es 172 decir, su fuente nutricia. Pese a todo, las circunstancias peculiares en que la Academia iría formando su Biblioteca, a base de donaciones, legados, trueques e intercambios, con sólo algunas suscripciones debido al déficit crónico que sufrieran sus presupuestos a lo largo de todo el siglo, restan bastante efectividad a esta vía de análisis. De cualquier forma, el deposito libresco supone un rico elemento de información para los estudios de Sociabilidad y como tal lo abordamos, pese a las circunstancias colaterales que pudieran envolverle. Tenemos que lamentar, no haber contado con algún listado o catalogo como base de referencia desde la que partir. De ahí, que tan sólo podamos aportar a la investigación, ciertos resultados basados en algunas noticias diseminadas en los Libros de Actas. El primer dato del que partir, lo encontramos al año de la creación de la Institución y se refiere a la iniciativa, promovida en Junta Extraordinaria, de crear una Comisión de información “de los libros nuevos que salen,...” (27-10-1811). Comisión, que tendría como finalidad conocer las novedades bibliográficas “en toda Europa, principalmente en España y mas particularmente en Córdoba... acompañado de un juicio critico sobre la obra...”. Después de lo cual, la Academia estudiaría, dependiendo del caso, seguir en el análisis de la obra a través de otras Secciones y la necesidad, o no, de hacer publica la crítica a ella efectuada. No volvemos a tener noticias de preocupación librera, en la Corporación, hasta la década de los 40, coincidiendo, además, con las inquietudes de hacer públicas sus actividades a través de la prensa. 357 Entonces, aún dependiente de la Sociedad Económica, será esta última la que la autorice a efectuar la primera suscripción conocida: “las obras de Quevedo” (14-12-1841); la misma Económica liberaría una parte de su presupuesto, al año siguiente, para facilitar el incremento de la entonces “incipiente biblioteca” de la Academia. Desde estos momentos, encontramos relacionados, en los Libros corporativos de la de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, 357 Sería la etapa académica, de la que hemos hablado anteriormente, en que la Institución se abriría al exterior. El acuerdo de “publicar un periodico” de frecuencia quincenal fue tomado en Junta de 17-12- 1842. Al mes siguiente, se aprobaría insertar en “el Noticioso”, publicación local, extractos de las Memorias presentadas en la Academia, previo consentimiento de sus autores. 173 un goteo de donaciones particulares, no faltando las llegadas de fuera de nuestras fronteras. 358 Otro acuerdo señalado, en aras a la gestación del fondo bibliográfico, se produciría unos años más adelante (15-12-1859), cuando se estableciera que “Interesada la Academia en conservar las producciones de sus asociados,... se les exija un ejemplar o una copia de las producciones que cada uno presente, en disposicion de que puedan formarse volumenes”. 359 Con el nuevo Reglamento de 1868 y bajo la Presidencia de Carlos Ramirez de Arellano, se crearía, oficialmente, el cargo de “Bibliotecario”. El primero en ocuparlo, un antiguo empleado en las oficinas del Cabildo, Fernandez Ruano. Es en estos mismos momentos, año de separación administrativa de la Sociedad de Amigos, cuando se adopta otra medida innovadora para agilizar el incremento de volúmenes, dada la escasez presupuestaria: se trataba de “autorizar el trueque para ir aumentando la Biblioteca” (29-2-1868). De hecho, de inmediato se pondría en practica, lo que supuso un impulso de variada temática en sus anaqueles. 360 A partir de su instauración, el sistema constituiría un recurso importante para la Institución, gracias al cual pudo abastecerse, junto con las donaciones, pues las compras (“suscripciones”), las más de las veces, se producirían en contadísimas ocasiones. El interés por el incremento libresco ya no cesaría, pese a que la Corporación fuera perdiendo su capacidad de convocatoria. 361 La acometida en 1871 de su primera catalogación, nos hace suponer que la cuantía de libros debiera haber alcanzado un 358 La segunda mención a una suscripción sería en 1845, en este caso de carácter anual, se refiere a una publicación periódica de contenido internacional, la “Revista de España y del extranjero de Don Fermín González Moro”; se acordaría la compra de los números anteriores desde su salida. 359 De nuevo coincidían el impulso de conservación de la producción académica con una temporada en que se plantea dar conocimiento, en prensa, de sus Actas. Se da la circunstancia de que toda la etapa aperturista de la Institución coincide con la Presidencia del “instruido” Ramón de Aguilar Fernandez de Córdoba. 360 Sin duda el distanciamiento de la Sociedad de Amigos pudo suponer un mayor empeño en el desarrollo de los fondos. Los de la Económica, muy ricos por estas fechas, probablemente también quedarían más inaccesibles con el distanciamiento. 361 Fruto de la bibliofilia que presentaran los académicos en momentos en que, además, la Institución se abriera a la sociedad cordobesa, sería la demanda al Gobernador del uso público de parte las Bibliotecas Episcopal y del Cabildo, que se encontraran, a cargo de éste, expuesta “a la humedad y a la polilla” (1891). 174 número respetable. 362 Continuaban, también, a buen ritmo, las donaciones de variada temática. La inventiva de los académicos no descansaba en su empeño por el acopio de material lector; un nuevo recurso ideado, en este sentido, sería el acordado en Sesión del 12 octubre de 1872, acerca de entregar una obra a la Biblioteca cada académico de nuevo ingreso. Al cuatrimestre siguiente, en Sesión conjunta con la Sociedad Económica, el futuro Director, Rafael Lara Pineda, vuelve a insistir en la necesidad de aumentar los fondos, incidiendo en la importancia de acumular, fundamentalmente, “obras de consulta”. Así, sería bajo su Presidencia, (1874-1878) que se abriría una era aperturista volcada en el desarrollo de la actividad científica; lo que conllevaría, una atención preferente por el material de estudio. 363 Su sucesor en el cargo, Pavon y Lopez, seguiría la línea continuista, en el afán bibliófilo; 364 muestra patente, la Academia se uniría, y prestaría su apoyo logístico al desarrollo inicial, a una asociación surgida en Córdoba en torno al libro: la “Sociedad de Bibliofilos Cordobeses”. Por el contrario, la década de los 80 no se presentaría fácil para la adquisición de bibliografía; la situación de penuria económica, la “escasez de recursos”, de una manera u otra, perjudicaría su desarrollo. 365 Por fortuna, gracias a que donaciones y 362 El acuerdo de llevar a cabo el inventariado de los libros se tomaría en abril de 1870, unos meses después, Fernandez Ruano, Bibliotecario entonces, sería relevado de la misión, aún sin comenzar debido a sus “ocupaciones”. No volvemos a tener más noticias sobre dicho catalogo en Actas. 363 Los tres primeros años de su mandato coincidirían, también, con un incremento del número asociados; la planificación de actividades públicas; la celebración de un certamen; una exhibición industrial, un concierto... para todo lo cual, se pediría la participación institucional a través de la Comisión Permanente en la Corte. Esta explosión cultural y comunicativa iría acompañada de un incremento de acopio editorial. Por citar algunos nombres, es ahora cuando de formaliza la suscripción a la “Revista de Andalucia”, “organo de las asociaciones cientificas y literarias de las provincias andaluzas” y se recibe la donación de “una colección completa, encuadernada del periodico cordobes,... La Republica Federal...”. 364 No en vano, se vería acompañado en la Junta rectora por otros dos académicos atacados de la misma filia: Teodomiro Ramirez de Arellado, él que propusiera el uso público de las Bibliotecas eclesiásticas, y Julio Eguilaz, que formara parte, junto a Pavon y Lopez y T.Ramirez de Arellano, de la Comisión elegida por el Gobernador para el adecentamiento de éstas. Con estos dirigentes al frente, la Entidad se suscribiría a la “Historia de España” de Modesto La Fuente. Cfr. CUENCA TORIBIO, J.M., “La Historiografía sobre la Edad Contemporánea” en Historia de la historiografía española, Madrid, 1999, pp. 185 y 277. 365 No sólo se había llegado a declarar la imposibilidad de afrontar más suscripciones (octubre de 1881), sino que, ante la petición de respaldo económico por parte de la Sociedad de Amigos para la publicación de su Boletín, del que se sirviera la Academia para la inserción de trabajos, la Institución, dada la imposibilidad, tuvo que recurrir a la “enajenacion” de algunas de las obras de su Biblioteca, “no imprescindibles de necesidad”. En otra ocasión, ante la “penuria” para adquirir un obsequio como 175 trueques continuarían, la Biblioteca académica seguiría en aumento. 366 Sin duda, sería el fomento de relaciones intersocietarias que se venía desarrollando desde hacía tiempo, lo que facilitara la llegada a la Institución de noticias de Congresos, Certámenes y otros. La pertenencia o bien relación, con la Academia cordobesa, de personalidades con conexiones internacionales (Juan Valera, Zeferino Gonzalez, Isaac Peral, Juan Menendez Pidal, Rafael Conde y Luque...) y el aumento de “Académicos correspondientes extranjeros”, serían las causas de que el arribo numeroso “folletos”, “opusculos”, “publicaciones”, “Memorias”, “Informes”... procedentes de múltiples asociaciones extranjeras, no cesara. 367 donativo al Certamen organizado por el “Ateneo Cientifico y Literario de Córdoba”, tendría que desprenderse de una obra del Duque de Rivas (1887). 366 Entre las donaciones, se constata la llegada, en octubre de 1881, “de un paquete de libros” enviado por el “Consul de España en N. York”, entonces, Juan Valera. Se recibiría otro envío destacado, “en nombre de nuestro Academico preeminente el Excmo y muy Rvdo Cardenal”; léase Zeferino Gonzalez (1886). 367 Encontramos remitentes de Firenze, Bologna, Hamburg, Nicaragua, Mejico, Toulose, Brussel, Kansas, Clevelan, Philadelphia, Leipzig y otros... Como referencia a ello, añadimos, que el listado que se conserva de componentes de la Academia cordobesa, en 1908, constata un total de 18 Académicos “Correspondientes estranjeros” con sede en Portugal, Aurtria-Hungría, Francia, Holanda e Italia. Por nuestra parte, apuntamos la posibilidad, sin confirmación documental aún, salvo leves indicios de relaciones epistolares, de que las conexiones con el Continente Americano tuvieran en gran parte que ver con la relación mantenida entre Juan Valera y la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. 176 CAPÍTULO II. – LA CULTURA COMO AGLUTINANTE SOCIETARIO. GESTACIÓN DE CONCIENCIAS DE CLASE.- Debido a la dificultad de establecer márgenes precisos que faciliten una clasificación, necesaria, por otra parte, en momentos de consolidación de la sociedad del Nuevo Régimen, el estudio de la Sociabilidad, aplicado al marco cultural, presenta una faz compleja. Dejando atrás las asociaciones ya vistas de origen ilustrado, encontramos sensibles diferencias entre las sociedades culturales cordobesas fechadas, grosso modo, en la primeras mitad de siglo y las restantes. Las primeras presentan un perfil definido de carácter burgués, promovidas y compuestas por individuos de dicha extracción social. Las siguientes, se caracterizan: bien por su cualidad mixta, donde podrían convivir miembros de extracción burguesa, quienes serían los promotores, y popular; bien por su condición exclusivamente popular. Es decir, siguiendo la pauta marcada por las corporaciones culturales burguesas de la primera mitad secular, se desarrollarían nuevas agrupaciones que, huyendo de la selección de sus miembros que practicaran aquellas, aplicarían unas normas de acceso abiertas unido a un descenso considerable en las cuotas de afiliación. Pese a lo expuesto, los criterios de ordenación elegidos para nuestro análisis (número limitado o no de componentes, condiciones de acceso, importe de las cuotas de adscripción, promotores y miembros de sus Juntas Directivas...) no siempre arrojan un 177 resultado diáfano, por lo que pudiera darse el caso de entidades que sería factible situar a ambos lados de la disposición trazada. 368 I. La Burguesía cordobesa en torno a la Cultura.- Fruto de la nueva estructuración social decimonónica, en el seno del grupo que se perfila como protagonista, comienzan a surgir, en Córdoba, una serie de asociaciones que irán desarrollando, en su evolución interna, unas características propias, en consonancia con los gustos e ideales de la clase predominante. Si en un principio comenzarían con una actitud puramente mimética de la Aristocracia, poco a poco, en la práctica de la misma sociabilidad que los uniera, aprehenderían una identidad particular que no sería sino fiel reflejo de la idiosincrasia burguesa en expansión. De esta forma, las primeras manifestaciones conocidas girarían en torno a “Sociedades Dramáticas”, muestra de esa asimilación de gustos nobiliarios, avanzando, más adelante, dentro de esa concepción propiamente burguesa de goce del tiempo libre, hacia una Sociedad ludico-cultural, en un amplio sentido del termino, enmarcada dentro de la tipicidad de “Casino” y otras de carácter recreativo. En todas ellas se generarían, progresivamente, unas señas de identidad particulares, que determinarían las diferencias del nuevo Estamento social. Entre las que cabría destacar: una selección previa basada en la suficiencia económica, una estructura orgánica hermética, la traslación de patrones y comportamientos mercantiles al organigrama societario y la búsqueda constante de la distinción social, como colectivo, a través del “ornato”, “esplendor”, “suntuosidad”, “magnificencia”... 369 Las “Sociedades Dramáticas”. - 368 Considérese que no disponemos de Libros de Actas para la mayoría de estas Sociedades, teniendo que basar nuestro estudio en sus reglamentaciones. Fuentes menos flexibles y que ofrecen inferior número de matices para a la investigación. 369 “La disponibilité, ... qui,... se trouve souvent associée à la dépense somptuaire, est, en outre, un marqueur social.” CORBIN, A., “Du loisir cultivé à la classe de loisir” en L´Avènement des Loisirs 1850-1960, France, 1995, p. 59. 178 Bajo subtítulos como el de “Sociedad Dramática”, “Sociedad Lírica”, “Sociedad Artística” o “Sociedad Literaria”, comienzan a surgir alrededor de 1840, en la península, agrupaciones de contenido cultural que marcarían la pauta de una forma de sociabilidad propiamente burguesa. Caracterizada ésta, fundamentalmente, por la búsqueda de ocupar un tiempo de ocio uniendo a ello, en estas primeras manifestaciones, una finalidad instructiva. Por lo demás, peculiaridades aparte, tendrían como rasgo común, el de ser grupos cerrados, marcando, de esta forma, los prolegómenos de la sociedad de clases. “El Liceo Artístico y Literario” de Madrid (1836), o bien, “El Liceo Filarmónico Dramático de Isabel II”, “Sociedad Dramática”, en Barcelona (1837), serían arietes representativos de ello. En el caso cordobés encontramos documentación de dos sociedades fundadas en 1842 que se ajustan a esta casuística: “El Liceo Artístico y Literario de Córdoba” y la “Sociedad Filarmónico-Dramática de Córdoba”. En décadas posteriores surgirían otras sociedades dramáticas en la ciudad (“Sociedad Dramática La Amistad Cordobesa”, “Sociedad Dramática La Alegria”, “Sociedad Drámatica de las Dueñas” o “Sociedad Cervantes”) siguiendo el modelo de las de primera aparición, salvo que éstas, ya no todas de origen burgués, abandonarían definitivamente el carácter instructivo centrándose exclusivamente en el aspecto lúdico de sus predecesoras. * El “Liceo Artístico y Literario de Córdoba”. Instalado, al igual que El Liceo barcelonés, en un antiguo convento desamortizado, “Convento de las Nieves”, iniciaría su trayectoria oficial con 50 inscripciones en sesión ordinaria de Junta General el 30 de enero de 1842. 370 Una de los primeros signos de diferenciación que nos llama la atención al aproximarnos a su estudio es que, al contrario que las otras dos sociedades ya existentes en la ciudad, Amigos del País y Academia, en las actas de esta nueva agrupación no se especifican las profesiones de sus integrantes al tiempo de ingresar. Este hecho nos parece uno de los primeros elementos de distinción entre una sociabilidad de cuño ilustrado, representada por las corporaciones antes citadas, y un nuevo concepto de asociación que congrega miembros procedentes de un mismo grupo social, de ahí lo 370 El núcleo fundador (1-1-1842) estaría compuesto por 23 personas. Entre éstas, una mujer. Cfr. Libro de Actas de la Junta Gral comprensibo desde la del 30 de Enero de 1842 hasta la del 15 de Marzo de 1845 inclusive. Vid etiam Libro de Actas de la Junta Directiva, (30 de junio de 1842/18-12-1845) 179 innecesario del detalle. Es decir, aquella “utilidad” buscada anteriormente con la unión, esto es, variedad de formación y preparación para acometer los proyectos deseados, queda sustituida por una forma de identidad de grupo, de clase en definitiva, entorno a un fin prioritariamente recreativo. No obstante esta mudez documental acerca de la extracción de los miembros del Liceo, la trascendencia que ello tiene para la investigación en curso, nos ha llevado a la búsqueda de otras fuentes. La pertenencia de varios de ellos a la Económica Cordobesa, por las mismas fechas, no en vano en sus sesiones se gestaría El Liceo (6 de julio de 1841) 371 , ha facilitado el inicio de nuestra labor. Este seguimiento nos arroja un resultado lo suficientemente claro sobre su procedencia: la burguesía destacaría en número. Altos cargos administrativos, profesionales de la Medicina, Abogacía o Arquitectura, emprendedores comerciantes, la más de las veces venidos de otras ciudades, que iniciaban incursiones en el sector bancario o industrial... (Manté, Amador Jover, Pedro Lopez, Juan de Dios Navarro o Duncan Shaw, entre otros). Ello no sería óbice para que en sucesivas incorporaciones representantes de la aristocracia (Conde de Torres Cabrera, Barón de Fuente Quinto, Marqués de Moncayo, Marqués de la Vega de Armijo) se adscribieran a la naciente Sociedad. Pese a lo cual, insistimos, desde el primer momento apreciamos el predominio de señas de identidad propias de la clase burguesa en su trayectoria societaria. Lo serían: su hermetismo, la temprana modificación de sus Estatutos limitando el número de sus componentes y el carácter familiar; 372 la movilidad de sus 371 El hecho abunda en una de nuestras hipótesis de partida acerca del papel de promoción de asociaciones que ejerciera la Sociedad de Amigos del País, inmersa en la nueva estructura social burguesa. El trasvase de asociados desde ésta a la recién creada entidad facilitaría, en gran medida, el arranque del Liceo. La sistemática asociativa, léase estructura, normativas, procedimientos u organización, ya era conocida. El cordobés no sería un caso aislado, El Liceo Artístico y Literario de Valladolid sería igualmente “secuela” de la Sociedad Económica de la misma. Cfr. SERRANO GARCÍA, R., “Sociabilidad burguesa en Valladolid, 1808-1936” en Sociabilidad en la España Contemporánea (coord Elena Maza Zorrilla), Valladolid, 2002, p. 207 372 Sería una de las primeras discusiones que se plantearían en la naciente asociación. Apenas dos meses después de su aprobación, el articulo 1º de su Reglamentación sería modificado limitando el número total de asociados a 70 individuos, algo que no ocurriera ni en la Sociedad de Amigos ni en la Academia por estas fechas. No obstante, la medida sufriría un nuevo cambio, al menos sobre el papel, fruto de la confrontación de criterios que observamos a lo largo de la trayectoria del Liceo y que, por una serie de puntos que iremos exponiendo, interpretamos consecuencia de la definición de señas de identidad en una estructura social en formación. 180 asociados, tras ingresos masivos se sucedía un número considerable de bajas; 373 la intromisión, también madrugadora, de una cuota mensual que no se contemplara en el Código originario 374 o la elección de la representación teatral como centro de sus actividades 375 . Incluso, la postura novedosa de admisión de“ambos secsos” cumpliría el perfil innovador de la burguesía comercial de los primeros tiempos, grupo predominante, precisamente, en la gestación del Liceo cordobés. 376 373 Es otro de los aspectos que relacionamos con los trasiegos comerciales, dado que a la destacada presencia de personalidades procedentes de este ámbito, se unen varias referencias, en los Estatutos, a socios “ausentes” y la posibilidad de “su regreso”. La pertenencia al Liceo, más adelante, de gentes procedentes del mundo del espectáculo, también se encuadraría en estos términos. En la medida en que la documentación nos lo permite, haciendo un seguimiento de “Altas” y “Bajas”, observamos que tras el numeroso ingreso del primer año (157 personas), un tercio cesaría apenas unos meses después. Llegando a darse el caso de individuos que en el mismo mes realizaran ambos movimientos, caso del financiero Pedro Lopez, sin que observemos ninguna circunstancia extraordinaria en actas que pudiera motivar dicha alteración. 374 La misma cuantía denotaba el origen social de los miembros a la vez que suponía un elemento más de exclusión social. Se establecería la mensualidad en 20 reales, la misma cifra que exigirían otras asociaciones cordobesas de extracción burguesa, veinte años después. Estableciendo datos comparativos, sabemos que el burgués “Circulo de Recreo” de La Coruña exigía en 1847 10 rls; por las mismas fechas, el “Liceo Cientifico, Literario y Artístico” de Málaga, de igual extracción, fijaba su mensualidad en 15 rls. Cfr. BREY, G., “Aproximación a la sociabilidad popular en las ciudades gallegas (1833-1914)” en Estudios de Historia Social, 50-51 (1989), p. 236.Vid etiam. MORALES MUÑOZ, M., “La sociabilidad popular en Málaga, 1840-1874: de la tutela burguesa a la afirmación de una identidad diferenciada” Ibíd. p. 256. 375 “los teatros... recrean honestamente la imaginación de las clases acomodadas y procuran agradable descanso al espiritu que las subsiste á costa de asiduos afanes...” Decreto de organización de teatros de 28-7-1852. MARTINEZ ALCUBILLA, Diccionario de la Administración Española... “Si, au XVIe et au XVIIe siècles, la ville anglaise avait, avant tout, été un centre d´activités commerçantes et manufacturières, á l´époque georgienne, elle devint de plus en plus un lieu de consommation d´agrément, où les riches pouvaient se montrer au théatre,... La ville de loisirs était née”. PORTER, R., “Les Anglais et les loisirs” en L ´ Avènement... p. 23. 376 En varios artículos se consignaría la igualdad de derechos y obligaciones de socios y socias, salvo en lo relativo al pago de cuota, que excluía de la obligación a las señoras; igual deferencia, por lo demás, que se contemplara para los “socios facultativos” (entiéndase ambos sexos), esto es, el profesorado. “Todos los sócios pueden emitir libremente sus opiniones y votar en cualquier asunto, no solo en las juntas generales sino en las de seccion. Las sócias tienen tambien voto en todas las deliberaciones, consignandolo en uno de los sócios inscriptos, sí no asisten”. Estatutos del Líceo Artístico y Literario de Córdoba, “Del Liceo en general y de los sócios”, Capitulo Iº, art 21. Considérese que, salvo el caso de algunas Sociedades Económicas del País y éstas, llamadas “sociedades dramáticas”, el acceso de las 181 Si determinados signos de cambio detectados nos llevan a deducir que nos encontramos ante una nueva forma de agrupación diferenciada de las anteriormente existentes, un acercamiento a su estructura y finalidad, a través de su normativa, nos lo confirma. Frente a la orientación institucional que por estas fechas buscara la Sociedad de Amigos, en contacto directo con los representantes gubernamentales, o el “concepto de lo público” que dirigiera los pasos de la Academia hacia su misión divulgativa, el Liceo, impregnado de “el espiritu de asociación” circundante, fijará unos objetivos culturales introversos. Salvo una concesión a la Beneficencia, todas sus actividades, ya fueran lúdicas o instructivas, irían dirigidas al personal asociado. La finalidad de la Sociedad sufriría un proceso evolutivo de acuerdo a su crecimiento. Es decir, si el núcleo fundacional fijara sus miras en el aspecto artístico, con un exclusivo objeto lúdico, representaciones teatrales, concretamente, de ahí su primera denominación de “Sociedad Dramática”; los sucesivos ingresos de personalidades, procedentes de los Amigos del País, en mayor número, y de la Academia, tendrían mucho que ver, probablemente, con que esta inclinación inicial se fuera enriqueciendo de nuevos matices culturales. 377 De hecho, apenas transcurrido un trimestre, se propondría cambiar el primer nombre por el de “Sociedad dramática-lirica de Córdoba”, lo que conllevaría algo más que una nueva denominación, se ampliaban objetivos. En la misma Sesión se solicitaba la creación de una “Catedra de Musica de canto”, que se aprobaría. De resultas, se plantearía la creación de otra de “declamacion”. 378 Serían todas estas modificaciones y ampliaciones de fines las que mujeres a asociaciones compartiendo con hombres responsabilidades y derechos, no se lograría sino a fines del siglo XIX. El Ateneo madrileño, a modo referencia, no lo permitiría hasta 1895. Cfr. GARCÍA NIETO, M.C., (ed.) Ordenamiento jurídico y realidad social de las mujeres, Actas de las Cuartas Jornadas de Investigación Interdisciplinar, Seminario de Estudios de la Mujer, Universidad Autónoma, Madrid, 1986. 377 Sin duda la presencia de próceres locales como Carlos Ramirez de Arellano, Ramon Aguilar Fernandez de Córdoba (Presidente de la Academia cordobesa en esos momentos), Luis Beltran de Lis, Gutierez de los Rios, Luis Mª Ramirez de las Casa-Deza, Pavon y Lopez, Illescas, Maraver... pesaría en el cambio de orientación. 378 Pese a otros proyectos docentes de la Sociedad, que iremos exponiendo, sólo tenemos constancia de la apertura y funcionamiento de la Cátedra de Música. En ella se crearían 20 plazas para ambos sexos. De las cuales, seis, serían benéficas; el resto a distribuir entre las personas asociadas y sus familiares. En la primera remesa del alumnado no gratuito, la única que nos ha llegado, las féminas superaban en número a sus compañeros varones. “Estaba generalmente aceptado que el rico fondo de fantasía y de emoción de 182 harían necesario un cambio de normativa para su mejor adaptación “á las circunstancias... progresivas de la sociedad”. Es entonces, cuando se pensaría en “abrazar un liceo artistico y literario á ejemplo de los establecidos en Malaga, Granada y otras capitales y conviniendo... unanimemente en que... tuviese la denominación de Liceo Artistico literario de la ciudad de Córdoba”. 379 Los nuevos Estatutos del Liceo (aprobados en Sesión de 20 de junio de 1842) son una prueba tangible de la evolución que sufriera la Institución desde su creación. A pesar de desconocer los primitivos (ratificados en Sesión de 30 de enero de 1842), las diferencias entre los ahora abrazados y los objetivos marcados en los primeros meses de existencia de la Sociedad, que sí conocemos a través del seguimiento de las Actas de sesiones, son destacables. La novel reglamentación iría más allá de una reunión amistosa de amantes del arte escénico, pretendía la “promoción y fomento del estudio de las letras y bellas artes”. 380 La pertenencia a la Sociedad Económica Cordobesa de los firmantes del renovado proyecto estatutario, Sociedad donde se acometieran objetivos más elevados que el simple “disfrute”, no podía dejar de plasmarse en el flamante código. En éste, se establecían tres categorías para sus miembros: “de número” “de merito” y “facultativos”. Sin duda, la diversidad del grupo, que continuaba en expansión, había creado la necesidad de una clasificación que diferenciara entre “los que solo contribuyen pecuniariamente; ... los que ademas... toman parte en los trabajos artisticos; y los prófesores...” 381 . Los comisionados también se marcarían metas más sublimes a la hora de plantear las “Secciones” de trabajo, que ahora serían: la mujer hacía de las artes un campo adecuado de la actividad para ella,...” Vid. SCALON, G.M., La Polemica Feminista en la España Contemporánea (1868-1974), Madrid, 1976, p. 66. 379 Sobre el caso malagueño cfr. MORALES MUÑOZ, M., “La sociabilidad popular... p. 255-256. 380 “El 1839, vuitanta membres, fundaren la “Sociedad de amigos”, que un dels seus fundadors,... qualifica de societat literària... es proposaven fomentar el coneixement de la literatura i de les arts,...” Vid. ANGUERA, P., Societat, Sociabilitat i Ideologia a l´àrea reusenca, Reus, 1999, p. 101. La presa local especializada alababa la constitución del Liceo cordobés en los siguientes términos: “En el estudio de las bellas letras está el estudio de la Sociedad entera, de sus progresos especiales y de su cultura; para sus adelantos se necesita sin duda la asociacion...” Revista Literaria. Del Avisador Cordobes, (1844). 381 Aclaramos, dada la imprecisión del masculino como genérico, que el Liceo contó con profesorado femenino. 183 “Literatura”, “Pintura”, “Arquitectura”, “Música” y “Declámacion”. 382 Es en este apartado, donde se nos muestra más clara la regeneración buscada por los ejecutores del moderno Reglamento. Con la ampliación se pretendía pasar de una sociedad estructurada entorno a las temáticas “Dramatica” y “Lirica” a otra de mayor entidad funcional, desarrollando diversas “Cátedras”, según criterio interno, en cada una de las cinco subdivisiones establecidas. 383 Elevadas expectativas, que no se verían cumplidas. En la misma Junta en que se aprobara la nueva normativa se establecerían “por ahora” tan sólo tres Secciones: “Dramatica”, “Lirica” y “Declamacion”. 384 En cuanto a la actividad docente, tan sólo nos consta la apertura de la Cátedra de Música. Si bien, creemos, que ello no fue una cuestión de lasitud ya que varias serían las propuestas por parte de algunos de sus miembros más activos y calculadores; procedentes estos, generalmente, del sector comercial. Según hemos podido constatar, la falta de presupuesto, quizá por una errónea previsión de gastos, abortaría muchas de las iniciativas emprendidas. 385 Unas de estas iniciativas vendría del que fuera primer 382 El Liceo madrileño en 1841 ostentaría la Secciones de “Literatura”, “Pintura”, “Escultura”, “Arquitectura”, Música” y “Dramática”. Cfr. Distribución de los premios flrorales hechos por el Liceo en la Sesión pública de 11 de julio de 1841, Fondo Antiguo de la Biblioteca Municipal de Córdoba. 383 Considérese, que en estos momentos, las otras dos asociaciones existentes en la ciudad, Amigos del País y Academia, que contaran con miembros también pertenecientes al Liceo, como hemos señalado anteriormente, no impartían cátedras. Una publicación periódica cordobesa sería muy expresiva a la hora de calificar el estado de la Academia en estos momentos: “ ... corporacion casi ignorada y oscurecida... Escasa en recursos pecuniarios la Academia, solo recibe un ausilio módico de la Sociedad económica cuyos fondos, tambien son cortos é insubsistentes...” La Colonia Patricia. Periodico, 8 (1843). La prensa de la ciudad resaltaba la importancia de la labor instructora del Liceo de Córdoba: “... no es tan solo el de estrechar visiblemente los fuertes lazos de la sociedad... el de proporcionar ä una reunion escogida algunos momentos de recreo; su objeto principal es el de estimulo de la juventud estudiosa,... en quien la sociedad tiene depositado el precioso tesoro del porvenir” Revista Literaria. Del Avisador Cordobes, (1844). 384 Dos años después, se crearía la “Sección Gimnastica” enfocada también a la actividad escénica. No podemos asegurar, dada la falla documental e imprecisión de la redacción en actas, fundamentalmente en ciertos pasajes, que no se desarrollaran más Secciones. Nos cabe la posibilidad de que la de Arquitectura también lo hiciera. 385 El problema económico de la Sociedad es una constante a lo largo de todo el periodo conocido. Pese a que la inexistencia de libros de “Carga y Data” nos impide ser más concluyentes al respecto, apuntamos, que en las lecturas de actas se reflejan reiterados gastos en el inmueble de la Entidad así como el descontento del grupo, en más de una ocasión, por lo ejecutado. Es por ello, que nos inclinamos a pensar en la posibilidad de un exceso de gastos suntuarios que desequilibrara el presupuesto. Ya que, a pesar de 184 Presidente de la Corporación, Jose Maria de la Puente. Éste solicitaría la creación de otra Cátedra, dedicada, en esta ocasión, a la “Musica Instrumental” (octubre de 1842). Transcurrido un año, aún insistían en ello varios socios más, alegando el ahorro que supondría, a la hora de planificar las representaciones teatrales, contar con Orquesta propia. La idea no prosperó. Juan de Dios Navarro, que ocupara la Secretaria el primer año de existencia del Liceo, de reconocida actividad “en los ramos que abraza la contabilidad comercial”, presentaría un plan aún más ambicioso. En principio sería muy bien acogido y produciría una cadena de nuevos ofrecimientos para la proyección de otras iniciativas educativas (31-3-1843). Se trataba de la apertura de una “clase de Aritmetica mercantil”, bajo su titularidad, la cual se financiaría con cuotas de socios y foráneos. En la misma Junta se plantearía el establecimiento de otro centro de “Taquigrafia” dirigida por el mismo. Otros socios se ofrecerían para impartir, “Nociones de historia general con aplicación á la de España” (Luis Mª Ramirez de las Casas Deza) y “dibujo lineal” (Manuel Gracia Alamo, arquitecto que llevaría a cabo las obras del Teatro del Liceo). Bajo la consigna general de que se“... dispusiese todas las clases que habiendo quien las dirigiese y fueran dignas del Liceo se pudiese establecer,... “, más adelante, se defendería la creación de “una clase de matematicas puras” (diciembre de 1844). 386 Una vez expuesto el cuerpo legal del Liceo que nos facilita información acerca de la estructura de éste, una aproximación a las incidencias de su aplicación, a través de los Libros de Actas, nos pone al tanto de su transcurrir así como de las causas del fracaso de muchas de sus proyecciones. El acercamiento nos muestra una constante general que ya apuntábamos anteriormente: el dispendio es incesante. A falta de fuentes contables que permitirían mayor concreción, será el suceder de sus sesiones, trasmitido fielmente por la parquedad informativa de las actas de sesiones, lo cierto es, que sí bien se tomarían muchas medidas reglamentarias contra la morosidad de los asociados, no hay lamentos al respecto en la documentación como sí ocurriera en la Sociedad Económica y la Academia. Bien al contrario, los prestamos por parte de estos y cuotas “extraordinarias” se repiten. Como expondremos en su momento, la cuestión presupuestaria estará en el origen de más de un conflicto interno del Liceo. “Els socis cobrien les subscripcions per afronta despenses extraordinàries: comprar un local o ampliar- lo, fer possible un trasllat en un edifici amb més condicions o emprende diverses reformes tendents a la potenciació de l´activitat, sobretot, d´acord amb les aficions lúdico-recreatives del vuicents, per a la construcció dels teatres.” ANGERA, P., Societat, Sociabilitat... 116. 386 Apuntamos que pese a que sólo se verifique en actas el funcionamiento de la Cátedra de Música, también es cierto, que en varias ocasiones se utiliza el plural al referirse a éstas. 185 los secretarios de turno, el que nos descubra su verdadera problemática. Problemática que girará, según los datos conservados, entorno al tema económico. En efecto, en la primera reunión oficial de constitución de la Sociedad, la cual se limita a relacionar las personas asistentes y a elegir “las comisiones de Gobierno y Artistica” (órganos previos a la constitución de una Junta Directiva), el único asunto tratado, fuera de lo expuesto, es “proveher á la Sociedad de un pintor para cuanto fuese necesario en el teatro”. Es decir, se perfilaba el que sería uno de los asuntos que afectaría más a las finanzas de la Sociedad. Aún sin transcurrir un mes ingresaría Manuel Garcia Alamo, único asociado del cual se menciona, en diversas ocasiones, su oficio y sobre el que recaerían las diversas reformas del Teatro de la Entidad. 387 Espacio éste, que protagonizaría numerosas discusiones a causa de la implantación de cuotas extraordinarias para dichas acometidas. 388 No sería el único tema que las requeriría, pronto se plantearía la compra al Estado del Convento donde se había instalado la Asociación. Tras la concesión, vendrían los cambios y el “hermoseo”. Por otro lado, no hay que olvidar la reclamación, por parte de la Secciones, de fondos para la preparación de representaciones y apertura de cátedras. 389 En definitiva, múltiples gasto ante los que serían insuficientes las medidas expuestas. Por lo que se desarrollarían otras como el “alquiler” del Teatro o el préstamo de cantidades por parte de los socios más solventes; ello acarearía continuas “deudas” que terminarían asfixiando a la Entidad. A la vista, pues, de la documentación de que disponemos, mantenemos como principal motivo del fracaso del proyectado Liceo cordobés, la financiación que exigiera una, quizá ambiciosa, proyección para la localidad. La planificación guardó los cánones de una Sociedad de “accionistas”, no en vano muchos de sus miembros y directivos procedían del ámbito mercantil, donde, podríamos decir, que el “beneficio” se cifraba 387 “El teatre fou una constant en tots els ateneus, en doble sentit. La contrucció d ´una sala o edifici annex per a les representacions i la constitució de grups teatrals propis” ANGERA, P., Societat, Sociabilitat... Ibídem. 388 La primera cuota extraordinaria para afrontar reformas de ampliación del local se pediría a los tres meses de la fundación de la Entidad. 389 Si la segunda Junta de la Institución planteara la imposición de una cuota fija a sus miembros, la siguiente introduciría la costumbre de solicitar, además, “cantidades extraordinarias” para afrontar dos representaciones previstas. En la reforma reglamentaria que se abordaría unos meses después y que constituiría el definitivo cuerpo legal de la Sociedad, se regularía este asunto fijándose una sola puesta en escena mensual. Cfr. Estatutos del Líceo Artístico... art. 24. 186 en la ganancia cultural. 390 A nuestro modo de ver, no fue una cuestión de falta de previsión lo que terminaría con el proyecto. Más bien, se trató de un desajuste de pareceres entre personas de diferente extracción profesional que, en su conjunto, no supieron adaptar, a una Fundación cultural, los calculadores mecanismos de funcionamiento del mundo comercial que ésta necesitara para costear sus iniciativas y, por que no decirlo, también, sus gastos suntuarios. 391 El intento de involución llevado a cabo antes de finalizar el bienio de existencia por la Junta Rectora entonces electa (diciembre de 1843), que buscara, justamente, reconducir la situación con un control de gastos, nos parece suficientemente ratificatorio. 392 Normalizada la situación interna, tras un semestre de inestables Directivas, incluyendo dos dimisiones presidenciales, se encumbraría a un nuevo Presidente (Marcial de la Torre, 9-8-1844/11-1-1845); verdadero mecenas que con un cuantioso préstamo personal y un estricto programa de renovación de la Sociedad, emprendería la labor regeneradora. Finalmente, las obligaciones económicas que ello exigiría a los asociados, abortarían el proyecto. 393 390 El uso de terminología comercial para la denominación de actividades y transacciones societarias nos parece una muestra más de la filosofía que dominara en la Sociedad. 391 Un ejemplo ilustrativo sería lo que sucedería con el estricto sistema de reparto de “billetes” para los diferentes espectáculos. Los “abusos” por parte de los asociados impidieron que los cálculos de ingresos a recaudar se cumplieran y, por tanto, también los compromisos de pago previstos por la Institución. 392 El asunto, motivado por una reclamación de parte del profesor de la Cátedra de Música, al que se adeudaban diversas mensualidades, provocaría la solicitud de “voto de confianza y amplios poderes” de la recién instalada Junta Directiva. Meses después, desembocaría en una Junta extraordinaria que anularía todo lo emprendido por ésta. Se la acusaría de haber ejercido “un sistema inquisitorial... poder despotico” así como de tener “un movil oculto” y haber acabado con la existencia de la Sociedad. Se añadía, el que hubiese desaprovechado la oportunidad de unión con otra “sociedad dramática” (“Sociedad Filarmónico-Dramática de Córdoba”), existente entonces en la ciudad, que se venía gestando de un tiempo atrás. Los reproches del grupo que organizara la rebelión, motivaron la adopción de medidas como el cierre de la Cátedra de Música y otros recortes de gastos. Tras tamañas acusaciones, se solventaría la cuestión con un “voto de censura” para la Directiva y una anulación de todo lo acometido por ella; si bien, tras las explicaciones pertinentes, se concluiría abandonando “la idea de que hubiese precedido á su conducta la mala fé”. 393 Su llegada marcó una nueva era para la Institución. Tras el noble objetivo de “restituir al Liceo su antiguo brillo”, adoptaría una serie de medidas y reformas que restablecieran el equilibrio perdido. Se volvería a abrir la Cátedra de Música, se emprendería una política de captación de socios numerarios, es decir, capitalistas; se planificaría una “remodelación” completa del edificio. Así mismo, se reformarían algunos artículos del Reglamento a propuestas; se dotaría a la Sociedad de un órgano “oficial” de prensa, el “Liceo de Córdoba”; se anularía el acuerdo de unión con la “Sociedad Filarmonico-Dramática”, para 187 Después de lo expuesto, perdemos la pista documental. La siguiente noticia sobre la existencia del Liceo, la encontramos en el proceso de formación de otra asociación cordobesa, ”Circulo de la Amistad, Liceo Artístico y Literario de Córdoba”, con la que se fundiría pasada una década. No obstante, la localización de otra fuente bibliográfica, “El Liceo de Córdoba. Periodico de Literatura, Música y Modas”, nos proporciona algo más de información sobre el proceso evolutivo que sufriera la Institución. Publicación periódica editada por ésta, además, nos muestra un contenido en línea con las revistas de otros centros culturales españoles de iguales características; llámense Liceos, Ateneos, Sociedades Dramáticas, Literarias u otros. La revista, que comenzaría su andadura con la nueva etapa instaurada por el último Presidente que nos es conocido, Marcial de la Torre (octubre de 1844), luciría tres cabeceras diferentes; signo en sí mismo de los cambios estructurales que experimentara. 394 Sus páginas darían cabida al amplio espectro cultural cordobés y “de la Corte”, tratando sobre las representaciones puestas en escena por el Liceo, reseñas de nuevas publicaciones, “cronicas”, “conciertos”, “poesias, escritos ligeros, cuentos, novelas cortas, y articulos de modas, costumbres, de critica literaria, dramática, musical...”. El primer año de su existencia se vendería entre los asociados y el alumnado; el siguiente, sería gratuito y adquiriría un contenido exclusivamente interno. El Liceo parecía cerrarse a “Circulo”, anunciando así tiempos nuevos. 395 * “Sociedad Filarmónico-Dramática de Córdoba”. el cual se habían llegado a establecer incluso las “Bases”... Pese a que públicamente se reconociera la valía del nuevo Rector por “los rapidos adelantos que habia mostrado el Liceo, debido a la infatigable laboriosidad y generoso desprendimiento de su digno Presidente...”; unos meses después, emprendidas las obras del edificio y con ellas las drásticas medidas de economía exigidas, se le acusaría de “informalidad” y “ciertas irregularidades” lo que provocaría una nueva dimisión presidencial. 394 Además del titulo ya mencionado, la revista adoptaría los nombres de “El Liceo de Córdoba periodico semanal de Literatura y Bellas Artes” y “El Liceo de Córdoba”, consecutivamente. 395 “el liceo invade las atribuciones de otra forma asociativa que también se encuentra en pleno crecimiento: el circulo”; “... al evolucionar los gustos y en particular la pasión romántica por el teatro y la ópera que pasan de moda, los liceos y otras sociedades dramáticas pierden paulatinamente su audiencia a favor del círculo o casino que acabará por afirmarse como la forma asociativa dominante en el seno de la sociabilidad burguesa” LECUYER, M., “Algunos aspectos de la sociabilidad en España hacia 1840” en Estudios de Historia Social, 50-51 (1989), pp. 151 y 159. 188 Sin que podamos determinar con exactitud el momento de su creación, por las mismas fechas en las que sugiera en la ciudad el Liceo Artístico y Literario, se desarrollaría otra asociación de similares características: la “Sociedad Filarmonico-Dramática de Córdoba”. La primera noticia que tenemos de ella nos la proporcionan las propias actas del Liceo a poco más del mes de su andadura. Momento en que se discutiera un cambio en su denominación para diferenciar claramente ambas sociedades y los actos que estas organizaran (Sesión de 7-4-1842). A partir de entonces, seguirían una trayectoria paralela. 396 Cruzarían sus destinos, en un momento dado, debido a un proyecto de unión, con elaboración de “bases” añadida (junio de 1844), que surgiera transcurrido apenas un año de sus existencias. Unión que, según creemos, sería promovida en gran parte por los liceistas y que buscara, además del beneficio cultural, de lo que queda constancia en las fuentes documentales, otro crematístico, dada la delicada situación económica por el que pasara el Liceo, en el tiempo en que ello se planteara. Finalmente, tras más de un año de tramites, en pleno renacer del Liceo (agosto de 1844), el plan sería rechazado en Junta general por esta Institución, calificándolo de “inoportuno”. 397 La Filarmonico-Dramática, que alcanzaría en 1844 “un considerable número de socios”, se constituiría en un principio con dos Secciones: “Música” y “Declamacion”. Los objetivos, tan sólo implícitos en su Reglamento, estaban fijados desde el comienzo: la organización de “funciones” con participación activa de “socias” y socios. Por lo demás, su estructura legal sería prácticamente igual a la del Liceo, salvando que en la Filarmónica no se contemplara la labor docente. No se 396 Las únicas fuentes que nos han llegado de esta asociación han sido: las menciones que de ella se hacen en los libros del Liceo, las que, igualmente, se plasman en dos revistas literarias locales y su Reglamento. Con estas señas, no nos es posible realizar un seguimiento prosopográfico de sus miembros. No obstante, constatamos el hecho de que entre los pocos asociados conocidos, prácticamente todos lo eran, simultáneamente, del Liceo cordobés. 397 Las anteriormente mencionadas revistas literarias, en las que colaborarían distinguidas personalidades locales adscritas al Liceo (F.B.Pavon, T.Ramirez de Arellano, Valdelomar...), nos aportan noticias acerca del plan de unión. Se harían comparaciones con Liceos de otras ciudades importantes de España y se argumentaba “la necesidad de un centro comun” para fortalecer el cordobés, que pasara por momentos de flaqueza. Se consideraba que juntas, las Sociedades, saldrían “de un circulo demasiado humilde”; se auguraba un “permanente y brillante porvenir” con ello. Cfr. La Colonia Patricia. Periodico, 3 (1843) y Revista Literaria, varios nºs (1844). 189 proyectaba, por tanto, la creación de Cátedras. La cuantía de las cuotas mensuales, criba social al igual que lo fuera para el Liceo, sería idéntica en ambas sociedades (20 rls). Mismo sistema de organización para el reparto de “villetes” de cara a las representaciones, misma posibilidad de “adelanto de cantidades” de parte de los socios más acaudalados, mismos plazos de elecciones... En definitiva, las únicas diferencias que apreciamos, cotejando las reglamentaciones de ambas Sociedades, se refieren a las atribuciones del Presidente, en la Filarmónica con alguna licencia más, y a la existencia de un cargo, en ésta, que no se contemplara en el Liceo: los “Conservadores”. Oficio expresamente orientado al gasto suntuario -“ornato” y “esplendor” de la Sociedad- así como a la preparación de los espectáculos. 398 Tras la comparación, nos preguntamos si habría que sacar alguna conclusión más de una serie de hechos relacionados como serían: los parecidos entre las normativas de ambas asociaciones; que los dos Reglamentos estén fechados en junio de 1842, meses después de sus fundaciones; el que uno de los Secretarios firmantes del de la Filarmónica hubiera causado baja en el Liceo a las semanas de su inscripción y, además, que las fuentes nos hablen de “rivalidades”, “discordias” y “miserables rencillas” entre las Sociedades. Quizá todo ello, a su vez, tendría que relacionarse con la transformación que sufriera el Liceo. Recuérdese que éste, partiendo de un primitivo planteamiento de ocio burgués, enfocado a las artes escénicas, iría evolucionando a una Sociedad con mayor finalidad cultural; añadiendo, para ello, la actividad docente y aumentando el número de Secciones. Cabe la posibilidad de pensar que de aquel núcleo original de “Sociedad Dramática” (enero de 1842), etapa previa a su conversión en Liceo Artístico y Literario, se hubiera desgajado la “Filarmónica- Dramática” y, ésta, se enfocara hacia un objetivo puramente lúdico que el Liceo comenzara a modificar. En cualquier caso, la simpleza de objetivos estaría tan sólo en sus inicios. También la Filarmónica, andando el tiempo los diversificaría, dando cabida a dos Secciones más: “Literatura” y “Nobles Artes”, “sacando a la Sociedad de su modesto circulo de filarmónico-dramática”. Etapa que coincidiría con un nuevo declive del Liceo. * Otras “Dramáticas”. 398 Cfr. Reglamento de la Sociedad Filarmónico-Dramática de Córdoba, Imp. de Garcia, Córdoba, 1842. 190 Siguiendo la estructura de las “Dramáticas” cordobesas, de las que venimos hablando, localizamos en la ciudad, unas décadas adelante, otras cuatro sociedades de las mismas características. 399 Tanto la “Sociedad Dramática La Amistad Cordobesa” (1863) como la “Sociedad Cervantes” (1870) seguirían el mismo patrón marcado por las anteriormente señaladas, obviando, eso sí, el contenido docente del Liceo, y centrándose en la organización de representaciones teatrales, “género cultural por antonomasia de la burguesía”, 400 con una finalidad exclusivamente lúdica. Ambas Entidades de extracción burguesa claramente definida por una seria de aspectos tales como la cuantía de la cuota mensual, su carácter cerrado, algunas de las actividades organizadas, además de las escénicas (véase “bailes de sociedad”...), así como la mima procedencia social de sus miembros. Sabemos que La Amistad contó, al igual que sus predecesoras, con mujeres en sus filas “con voz y voto”. Sus Secciones, acordes con su objetivo: “Declamacion” y “Baile”. Pocos dato nos aportan las fuentes, por el contrario, de la Sociedad Cervantes. El hecho de que su Presidente, Fausto Garcia Tena, el que fuera fundador del longevo “Diario de Córdoba”, rubricara en su día, como Secretario, el Reglamento de la Filarmónica, avala la conexión que existiera entre la nueva Sociedad y sus antepasadas. Por otro lado, el que la Sociedad tuviera como sede el café del mismo nombre, acentúa sus rasgos burgueses. Así como el que adoptara el término “casino” entre sus autodenominaciones. 401 Otra Sociedad cordobesa de las mismas trazas sería la “Sociedad Dramática de las Dueñas” de la que sólo conocemos su existencia, en los años 50, en tanto que fuera arrendataria del Liceo. El “Casino Cordobes” item “Circulo de la Amistad”.- 399 En este apartado sólo nos ocuparemos de tres de ellas ya que, la cuarta, “Sociedad Dramática La Alegria” la situamos en la categoría que hemos dado en denominar, por razones de origen, popular; pese a siguiera el modelo burgués establecido. 400 Vid. CUENCA TORIBIO, J.M., Historia De Córdoba... p. 177. 401 RALLE diferencia entre las sedes de sociabilidad popular, la“taberna”, y las de la burguesa, el “café”. Cfr. “La sociabilidad obrera en la sociedad de la Restauración (1875-1910)” en Estudios de Historia Social, 50-51... p. 185. 191 Asociación propiamente burguesa surgida, para más señas, en el café del empresario Puccini (diciembre de 1853), 402 tan sólo dos meses después entraría en contacto con otras sociedades, de igual perfil, al trasladar su sede al local donde se instituyera en su día, el Liceo Artístico y Literario de Córdoba. Datos someros de sus inicios, estos, que añadidos a circunstancias tales como que algunos de “los amigos” congregados en la naciente agrupación habían vivido ya otras experiencias asociativas o participaban como candidatos en la vida política activa, nos revelan aspectos de su futura idiosincrasia. La procedencia de sus promotores sería una muestra más de la sociedad cordobesa en desarrollo: burguesía (sector jurídico y comercial fundamentalmente) y nobleza hermanaban sus orientaciones de ocio. Salvando las distancias morfológicas y funcionales, el estado de latencia en que habían caído por estos años la Sociedad Económica, la Academia y el propio Liceo, sería, probablemente,un factor aglutinante añadido para la aparición de la que se perfilaba como una Sociedad con amplio poder de convocatoria. En tan sólo una semana de existencia rondaba la centena de asociados, con una representación importante de la Nobleza. No sería tan ágil, en cambio, su ajuste estructural, pasando por diversas reformas en su normativa que, las más de las veces, se desencadenarían en etapas de déficit. Problema, por otro lado, que acompañaría al Casino a lo largo de todo el siglo XIX. Planteados los presupuestos generales, el análisis de la Sociedad nos ha mostrado un desarrollo en el que percibimos tres épocas claramente diferenciadas. Una inicial que podríamos considerar de consolidación, marcada por la dirección omnímoda de su primer Presidente, el juez Jose Miguel Henares y en la que se producirían una serie de retoques reglamentarios que terminarían por definir su estructura. Un segundo momento, ya con el estatus de “Liceo Artístico y Literario”, en el que aparentara una Sociedad estable y sólida en pleno desarrollo y, finalmente, la última década del siglo, sintomática por otra parte, que vendría determinada por una búsqueda de renovación a modo de regeneración y que culminaría, finalmente, en un retorno a sus origenes. Denominador común a todo el periodo sería el pulso constante entre una parte de la 402 A pesar de que la única vinculación conocida del titular de dicha empresa con los fundadores del Casino fuera de tipo comercial, probablemente la experiencia vivida del nacimiento y desarrollo de la Sociedad citada, en su local, le sería de gran ayuda a la hora de afrontar, años más tarde, junto con otros asociados, la fundación de la logia “Patricia”. Entre estos, se encontraría el republicano Angel de Torres, miembro del Casino que nos ocupa, ya en su nueva denominación Circulo de la Amistad y Liceo Artístico y Literario de Córdoba, Vid MORENO GOMEZ, F-ORTIZ VILLALBA, J., La Masoneria... p. 22. 192 asociación que buscara mayor potenciación del contenido cultural y la otra que, por contra, fijara sus objetivos prioritarios en el aspecto lúdico. * La consolidación del “Circulo” (1853-1857): Los primeros asociados, amalgama de personajes de la elite local con participación en la vida política, algunos de ellos, y numerosos miembros del Liceo Artístico cordobés, abordarían, como primeras medidas, la elección de la Junta Rectora así como adopción de la normativa pertinente. Bajo la dirección de un candidato “moderado” (Henares) se expondría en Junta General el proyecto de Reglamento que no encontraría obstáculos a su aprobación (27-12-1853). Después de esto, el primer objetivo marcado: “formar y mejorar el Casino”. Sería el segundo supuesto el que provocaría la diferencia con respecto a las asociaciones burguesas anteriormente analizadas. Se pasaría de un compromiso de pago de cuota mensual, el establecido en el Reglamento citado, 403 a una participación accionarial, por parte de los socios “Fundadores”, con el objeto de afrontar el “emprestito” solicitado para acometer los gastos que requería el nuevo local y su mejora. Desde este momento, la suntuosidad seria una prioridad para los gobernantes de la Institución. Se repetían los mismo gestos que vimos en la Dirección del Liceo; no en vano, muchos de los asociados, como ya se ha señalado, provenían de aquella Sociedad. Se requeriría un “voto omnimodo de confianza” (Junta general extraordinaria 15-2-1854), el mismo que provocaría la primera fisura en la flamante Asociación. Los opositores, en número de 16, acusarían a la Dirección de haberse “traslimitado en sus facultades”. El incidente se zanjaría con la dimisión del Secretario (barón de Fuente Quinto, 25-2-1854) y la “despedida” de algunos socios “fundadores”. Desde ese momento, se produciría un punto de inflexión que llevaría a la Rectora a adoptar medidas de recaudación extra, ya que los “libramientos” para la mejora del edificio, abastecimiento, servicios, mobiliario y organización del ocio (Juegos de billar, Tresillo, Ajedrez, Damas, Chaquete y Dominó) se sucedían. 404 Del mismo modo lo 403 Lamentablemente el que sería primer Reglamento del Casino no ha quedado reflejado en actas, partimos para su estudio de las modificaciones hechas unos meses después, “ampliaciones”, en las que se introduciría un cambio sustancial en la clasificación de los asociados. 404 Se aumentaría el número de socios fundadores y por tanto el capital que estos aportaban, la cuota mensual se duplicaría, se reducirían sueldos, se rescindiría el derecho a devolución a los fundadores que 193 hacían las Juntas de Gobierno, con intervalos de 3 o 4 días máximo; la asistencia, por el contrario, sería indirectamente proporcional al número de éstas. Aumentaban los “acreedores”, se aplazaban pagos... Todo ello desembocaría en la petición de dimisión por parte de la Directiva que no sería admitida (25-10-1854). Consecuencia directa de la situación que se había creado, en tan sólo dos meses, a la dimisión citada se añadió la de dos Tesoreros y la renuncia de un vocal de la “Comision auxiliar”. Además de ello, el Código reglamentario, con menos de un año de vida, sería modificado (4-10-1854). 405 Los cambios introducidos, preferentemente encaminados a acabar con los impagos, también reflejarían modificaciones estructurales en la Sociedad. Así, la introducción de la formula accionarial, de algún modo, mostraría el predominio o bien la fuerza representativa del “espiritu mercantil” en la Sociedad. 406 Por otro lado, el retoque del articulado introduciría, también, una nueva categoría de asociados: los “accidentales”. Se trataba de una clase de socios vinculados al Casino por el pago de la cuota mensual, con derecho al disfrute del local y “los recreos y pasatiempos” pero ausente, por completo, del derecho a la Administración y Gobierno del mismo. Para el Casino sería, en definitiva, una forma de aumentar los ingresos; las cantidades a desembolsar exigidas a “Fundadores” y “Numerarios”, clasificación de los asociados anterior a la reforma, limitaban el acceso a la burguesía media que, con menores recursos, no podía ingresar en la Sociedad. Pero, por otra parte, colectivo más numeroso, su llegada supondría, como así fue, un banco de ingresos mensuales fijos. 407 tuvieran más de 4 mensualidades al descubierto... [Libro de] Juntas Generales 24 de Diciembre de 1853 al 10 de Enero de 1862 en Archivo del Circulo de La Amistad y Liceo Artístico y Literario de Córdoba. 405 La reforma, que no se refleja completamente en actas, se basó, fundamentalmente, en retocar los artículos atañederos a “ausencias”, “descubiertos”, “perdida de derechos por devolucion de recibos”... Uno de los introductores de varias de las enmiendas, en este sentido, sería el propio Presidente, abanderado del “deseado engrandecimiento” de la “ suntuosidad y magnificencia”. 406 Su mismo Presidente, J.M. Henares, además de poseer un considerable capital mobiliario, participaría, que sepamos, en dos sociedades mercantiles por estos años. Vid Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba, 94 (1860). “... el espíritu mercantil extiende su dominio sobre toda la vida social de los pueblos civilizados y que penetra lo mismo en las relaciones privadas que en las internacionales...” (Código Mercantil de 1885). Apud. Legislacion Mercantil (supervisión: Garcia Lopez-Cepero), Sevilla, 1978, p. 5. 407 La estrategia no sólo la hace explícita Henares en una Memoria de ese mismo año cuando habla del “recurso a acoger socios accidentales para asegurar los ingresos mensuales de cuotas [y] atender al reintegro de las cuotas que han desembolsado los SS. Fundadores”, sino que se aprecia implícitamente en el rastreo documental. Para el siglo XIX, no hemos encontrado ningún listado de socios accidentales, 194 El cambio supondría, a la vez, una apertura social para el Círculo de la Amistad. El cual tendría sus efectos andando el tiempo cuando, como veremos, este grupo, adquiriendo conciencia de su importancia, exija tener derecho, al igual que socios Fundadores y de Número, a participar en los puestos de Gobierno. Mientras tanto, el recurso parecía funcionar, los ingresos se sucedían, se trasmitía internamente la idea de haber llegado a un estado “conciliador” al termino de 1854. La ratificación de la Directiva para tres años más, a solicitud de 37 firmantes, se interpretaría como un plebiscito exitoso (11-11-1854). 408 Algo que obligó, por otro lado, a modificar nuevamente el Reglamento que contemplara su elección anual. No obstante, el hecho de que causaran baja numerosos socios, fenómeno hasta entonces desconocido en la Asociación, la existencia de nuevas dimisiones en los cargos dirigentes, la solicitud, por parte de algunos asociados, de contratar una Administración, independiente de la Junta Directiva, que gestionara la organización de la Institución, añadido, todo, a la lectura de fuentes paralelas, nos desvelan la otra realidad bien distinta a la conciliación. 409 Pese a ello, la Junta electa continuaría el trienio siguiente de su mandato aún cuando la tensión resurgiera de nuevo en varias ocasiones; agravándose, fundamentalmente, conforme se acrecentaban las deudas de la Entidad. Será en estos años cuando se aprecien con claridad las dos posturas encontradas, marcadas por intereses diferentes, en que se dividan sus componentes. Mientras la línea encabezada por la Directiva optara por aplicar una política de gastos volcada en los aspectos lúdico-festivos, totalmente coherente, por otra parte, con la finalidad fijada en su Reglamento y que incluiría la continua mejora del inmueble y enseres con evidente finalidad ostentativa; otro grupo se decantaría, abiertamente, por los que, salvo que fueran personalidades de reconocido prestigio en la ciudad, no aparecen en las actas mencionados individualmente a la hora de su ingreso, sino con una mera cifra cuantificadora. 408 En realidad, todo quedaría en la ratificación individual de Henares ya que las elecciones se sucedieron como de costumbre, siendo el cargo del Presidente el único que resulto inamovible. 409 Jose Miguel Henares, haciendo balance de los tres años de su gestión al frente del Casino, se lamenta de la “fuerte oposición” encontrada y de “la rivalidad de intereses privados” que impidiera el desarrollo de la labor con “desahogo... tranquilidad... unidad de accion y ordenado regimen...” y añade: “Triste y angustiosa... ha sido la posicion de las Juntas de Gobierno... desde el momento de su instalacion combatida por tantos contratiempos y obstaculos como se han conjurado para hundirla y desacreditarla en los momentos que más fuerza y apoyo necesitaba” Memoria del año 1858, Archivo del Circulo de La Amistad y Liceo Artístico y Literario de Córdoba. 195 el fomento de la actividad formativo-cultural. 410 Observándose la coincidencia de esto último, con la llegada masiva de profesionales de la burguesía media (médicos, abogados, farmacéuticos...) que provocara la reforma reglamentaria de 1854. Se da la circunstancia, además, de que muchos de ellos procedían de las otras tres asociaciones locales, Sociedad de Amigos, Academia y Liceo que, pese a que vivieran en esos momentos sus horas más bajas, conservaban un gran bagaje cultural. 411 Es decir, si la égida de Henares transcurriría por un lado entre la proyección de actividades como el establecimiento de un “tiro de pistola”, “bailes”, la adquisición de una mesa de billar, “el Café del verano”, además de otras obras en el edificio, y gastos de carácter suntuario (“vidrieras”, “levitas”...); de otro estaría la programación de “Disertaciones”, “conciertos” y “Sesion de ateneo” con las correspondientes “Sesiones de Ciencia” y “reuniones de musica, Poesia y lectura de memorias y otros trabajos literarios”. Actividades, estas últimas, para las que sus promotores solicitaban la participación abierta de los no asociados. 412 Además de esto, el trienio se caracterizaría por “la escasez de recursos” debido, en gran medida, a las reformas acometidas y desembolsos de la adecuación del local, así como a su abastecimiento. Otro capítulo de gastos a destacar sería el acopio de publicaciones periódicas, no en vano uno de las primeras obras emprendidas sería la “Sala de Lectura”. Continuas 410 “El Circulo tiene por objeto estrechar las relaciones de aprecio y amistad entre sus sócios y promover el recreo y diversion de los concurrentes al establecimiento” Art. 1º, Titulo 1º, Reglamento del Círculo de la Amistad de Córdoba, Imp y Lit de Don Fausto Garcia Tena. El propio Henares, en otra Memoria anual, expresa ese deseo ostentativo unido al de propiedad: “... ser propietarios de un valor efectivo... de unas rentas liquidas de bastante importancia y de la gloria de que Córdoba tenga una institución sociable la mejor sin duda de España” (4-7-1864). Años después, se alabaría la gestión realizada por los primeros rectores de la Institución: “... celosas gestiones, al calor de la buena voluntad, sobre la pequeña aportación económica de los fundadores del Casino Cordobés, se alza hoy suntuoso, floreciente y magnifico, el mejor centro de recreo de toda España” “Breve Reseña historica” en Reglamento del Círculo de la Amistad Liceo Artístico y Literario de Córdoba, 1922. 411 De hecho, es ahora cuando se incorporan una serie de personalidades cordobesas enmarcadas en este perfil, casos de F. B. Pavon, Angel Mª Castiñeira, Teodomiro Ramirez de Arellano, Carlos Ramirez de Arellano... 412 En honor a la verdad, tenemos que añadir, que a pesar de que Henares abanderara la línea tendente a potenciar el aspecto lúdico y suntuoso de la Institución, su nombre nos consta entre los propuestos a participar en las disertaciones e, incluso, los socios que hicieran la presentación del plan cultural decían apoyarse en el pensamiento expuesto por éste. Por nuestra parte, en la información documental manejada, no hemos hallado explícito ese respaldo presidencial. 196 datas, pues, que conllevarían las referencias constantes a “acreedores”, “impagos” y “creditos” pendientes. Máxime cuando, como también ocurriera en el Liceo, la morosidad entre los asociados era señalada. Frente al detallado panorama, observamos, a través de la lectura de Actas, diferentes actuaciones que se llevarían a cabo estos años, con evidente intención de un fortalecimiento de su economía pero que, al mismo tiempo, irían configurando y consolidando la estructura corporativa. Una de las primeras medidas adoptadas sería una nueva Reforma Reglamentaria con directa orientación al aumento de los ingresos (30-1-1856). De ahí las nuevas exigencias en dicho sentido, para los accidentales; a los que ahora se les exigiera, también, cuota de entrada además de las mensualidades pertinentes. El resto de retoques del articulado irían orientados a la búsqueda de atajar otros problemas crónicos en la Institución como serían los impagos, absentismos, dimisiones y renuncias. 413 Otro recurso con la doble intencionalidad de captación de asociados y fondos resultaría ser la unión con el Liceo cordobés (Junta General de 30-1-1856). A través de unas Bases de unificación se consagraría finalmente el proceso, en un momento en que el nuevo Equipo Rector del Circulo estuviera integrado por dos destacados componentes de aquella decana Sociedad (Fausto Garcia Lovera como Secretario y Jose Mª Cadenas como Tesorero). En el proyecto de elaboración de las premisas de “refundicion”, encontramos otros antiguos liceistas que, además, habían pertenecido a su Junta Directiva (Barón de Fuente de Quinto y Pedro Cadenas). Aparentemente, no hubo oposición al proceso, que se resolvería, finalmente, con la sumisión de la antigua Institución al Reglamento del Circulo de la Amistad y con la asunción, por parte de éste, de los créditos de aquella. 414 413 La anterior modificación de 1854 ya había introducido las medidas a adoptar para los incumplimientos de las obligaciones societarias, ahora, se endurecerían aún más. Como resultado de ello se constatan numerosas bajas de asociados por expulsión. Entre 1855 y 1856 hemos contabilizado un total de 53 de ellas. 414 Nos resta una pequeña duda acerca de la aceptación total de la operación, pues, inmediatamente después de la Junta en que se diera lectura a las Bases, Garcia Lovera pediría la dimisión como Secretario del Casino; dimisión que no le sería aceptada (9-2-1856). Por otro lado, observamos que no se constata en actas la votación de aprobación de la unión, la cual debiera haber tenido lugar en la Junta General citada, tan sólo se “considera hecha la fusión” en la de Gobierno que tuvo lugar al día siguiente de la solicitud de dimisión del Secretario. Reunión que, además, rompería la frecuencia establecidas para éstas, que estaba estipulada en dos mensuales desde el año anterior. 197 Aparte de las medidas citadas, también se recurriría, como fuente de ingresos, a la solicitud de prestamos personales a los asociados, lo que aumentaría, aún más, el saldo deudor de la Entidad. 415 Con todo, la actividad de la Sociedad continuaría, pese a que en varias ocasiones se solicitara, además, la “suscripcion voluntaria entre los Sres socios” para afrontar la organización de algún evento, ante el estado de las arcas. Así se llegaría hasta el año 1857 en que encontramos diferentes muestras de oposición acumulada a la Dirección precedente. La primera señal nos la muestran dos nuevas medidas reglamentarias adoptadas, como lo serían: la necesidad de “acuerdo”, en Junta General, de cualquier resolución extraordinaria, lo que restaba abiertamente cierta capacidad de iniciativa que el Reglamento atribuyera a la de Gobierno anteriormente, y la exposición publica y mensual de las cuentas de la Entidad (3 de julio y 8 de agosto de 1856 respectivamente). Ambas nos parecen muestras evidentes de una perdida de confianza en la política económica del Equipo Rector. A ello habría que añadir una solicitud de dimisión de la Junta de Gobierno por parte del mismo socio que, en su día, hubiera propuesto la prolongación de su mandato; lo que no contemplamos como una postura aislada, dadas el resto de circunstancias. 416 También estaría la información que nos facilita el propio Presidente saliente, en la ya citada Memoria de despedida del cargo (17-1-1858), donde se lamenta de la oposición sufrida y apunta la existencia de “tendencias” en el seno de la Asociación y de una “censura injusta”. Por otro lado, el hecho de que terminado el Gobierno precedente se adoptaran, como iniciales medidas, la creación de un nuevo cargo al frente de la Administración de la Entidad, independiente de la Junta Directiva, proposición que, recordemos, se había rechazado en la etapa anterior; así como, el que se nombrara una Comisión que examinara el proyecto de obras junto con la Rectora, parecen incidir en la misma idea (J.Gral 17-1-1858). Lo expuesto no impediría que el periodo acabara con el “voto de gracias” preceptivo a la Junta cesante. 415 Casos destacados serían los del marqués de Montilla, el Tesorero Jose Mª Cadenas y Pedro Lopez. La deuda con éste último, se sumaría a la que arrastrara el Liceo también con él y que el Círculo había asumido con la fusión. 416 El peticionario, a los 15 días de la demanda, estaría a cargo de una de las Comisiones creadas por la Directiva como medida de control de gastos. Lo que, suponemos, haría amainar sus quejas. (Junta General 17-1-1857). 198 * El “Círculo de la Amistad y Liceo Artístico y Literario” en desarrollo (1858-1889): El fin del cuatrienio en que Henares ocupara la Presidencia de la Entidad supondría, realmente, la culminación de una etapa. Consolidada su normativa, en 1858 tendría lugar el siguiente y último cambio de los ejecutados en el siglo XIX, que no sería sino una consecuencia lógica del balance de los años anteriores. Comenzaría el nuevo periodo con el cambio de Presidencia, el conde de Zamora al frente, y con una situación financiera “prospera y desahogada”, en palabras de su anterior Rector. Sería, precisamente, el panorama que presentara éste en el balance de su gestión, lo que, a nuestro modo de ver, diera lugar a la definitiva reforma estatutaria. En una brillante exposición contable, no exenta de cierta ingeniería, solventaría las cifras deudoras de la Institución equilibrándolas, positivamente, con la valoración del capital inmueble que ya entonces poseyera ésta. Es, en ese momento, cuando comienza a aplicarse el mecanismo y terminología mercantil; cuando, aquel primitivo Círculo de amigos, quedaría convertido, además, en una comunidad de bienes con participación accionarial. 417 Sin duda, motivo suficiente para que una de las principales acometidas de la nueva Dirección, vieja aspiración, por otro lado, que se planteara bajo mandato de Henares sin resolución, fuera la conversión de esta participación en “acciones de la propiedad transferibles”. 418 Lo que conllevaría el definitivo retoque reglamentario del que venimos hablando. Ello, incluso, libraría a la Sociedad de un pesado lastre, ya que ésta quedaba “relevada de la obligación de devolver el dicho anticipo, y caducados,... los documentos de crédito que la misma tiene expedidos á favor de cada socio fundador...” 419 Es decir, el hecho del acceso a la propiedad logrado en la etapa anterior, será lo que conlleve la necesidad de ratificar esta situación de manera contractual; mismo circuito, por tanto, que siguieran las, por entonces en desarrollo, 417 “sociedades anónimas sin ánimo de lucro nutridas por la nueva burguesía” VILLENA ESPINOSA, R- LÓPEZ VILLAVERDE, Á.L., “Espacio privado, dimensión pública: hacia una caracterización del casino en la España contemporánea” en Hispania... 214 (2003), p. 445. 418 La vía de la “transferencia” sería utilizada en muchos casos para perpetuar la línea de sucesión familiar, de asociado al Casino, a modo de mimetismo nobiliario. De hecho, los primeros ejemplos constatados se darían entre socios procedentes de la Nobleza (conde de Robledo, marqués de Prado- Alegre...). 419 Cfr. Reglamento del Círculo de la Amistad... Anexo, 1858. 199 Sociedades Anónimas. 420 El texto, que se elaborara con el consejo de los “socios fundadores que fuesen letrados”, sin apenas réplicas, se aprobaría por unanimidad. 421 Después de esto, los años transcurrirían para el Círculo entre nuevas remodelaciones, mejoras y adquisiciones para su sede social; lo que, inevitablemente, conllevaría la asunción de más prestamos y las consiguientes responsabilidades creditícias. Las mismas que, en más de una ocasión, provocarían incidentes entre sus miembros. Máxime cuando la sombra del absentismo, el socio ausente, el temporero 422 y el impago se cernían sobre la Institución. 423 Subyaciendo a estas necesidades monetarias: el doble objetivo de cubrir las aspiraciones lúdico-ostentosas de la Entidad por un lado y culturales por el otro; con clara inclinación de la balanza hacia el primer supuesto. 424 Serían, estos, los casos de la organización de “bailes de sociedad”, “el establecimiento de un tiro de pistola con el fin de aumentar los recreos y licitos pasatiempos de la Sociedad”, la compra de mayor número de mesas de billar, el 420 “... razones de alta justicia demandan hoy una declaracion reglamentaria que legalize, fije, y adjudique... la propiedad de esa finca, que perteneciendo á los socios, se hallan en incierto,... contra la naturaleza de toda asociación, contra todos los principios de la extricta justicia” Junta General 18-12- 1858, [Libro] Juntas Generales 24 de Diciembre de 1853 al 10 de Enero de 1862. Circulo de la Amistad. 421 Curiosamente, Henares, que estuviera entre los consultados al elaborar el proyecto, en la fase previa se manifestaría en contra. Lamentablemente, no han quedado reflejadas en actas sus argumentaciones. 422 Constatamos en actas tanto la presencia de individuos que se dieran de baja alegando una supuesta ausencia temporal de la ciudad, fingida que no real; como los que se dieran de alta coyunturalmente para la temporada de ferias y baile. 423 Momento álgido de enfrentamiento sería en agosto de 1862 cuando, a cinco meses del termino de su mandato, dimitiera la Directiva en pleno debido a la oposición frontal de un sector de los socios a la asunción de una hipoteca sobre los bienes de la Sociedad, que ésta propusiera. Entre los oponentes, el que hubiere sido Presidente el año anterior, Jose Mª Henares. Dos años después, con el susodicho al frente, se reproducirían momentos de tensión entre la Junta Rectora y un grupo de socios opositores a su reelección, que casi terminarían en dimisión al completo de la Gubernativa, finalmente, lo haría la Comisión Auxiliar aneja a ella; es decir, la que tuviera la misión reglamentaria de consensuar con ésta las cuentas. A lo largo del año, además, pedirían la baja un total de 47 socios. Pese a que no se explicitan abiertamente las causas en actas, en el trasfondo de todo detectamos el malestar por los prestamos necesarios para las nuevas obras a acometer (salón de representaciones, Casa de baños, jardines...). 424 Además de plasmarse en el articulado de la Sociedad (Art.1º), en varias ocasiones se reconoce abiertamente como “obligacion” y “... principal objeto... el recreo, comodidad y diversion...” Sesión Gral 17-1-1863, [Libro de] Juntas Generales 17-1-1863 a 28-2-1899 en Archivo del Circulo de La Amistad y Liceo Artístico y Literario de Córdoba. 200 establecimiento de un “Gimnasio”, a propuesta del propio Henares, “una tienda de campaña en feria” o bien la planificación de una “Casa de Baños”. Del otro lado, habría que considerar iniciativas como la de crear para el Círculo las mismas Secciones que tuviera, en su momento, el Liceo cordobés; esto es, “Filarmónica” y “Dramática” (acuerdo de 11-1-1863). 425 Se valoraba además, altamente, el bajo coste de la operación. Apuntamos que sería esta la ocasión, junto con la organización de bailes y conciertos, en la que la Institución contemplaría la asistencia femenina; siempre y cuando fueran familiares de socios. 426 . La idea de creación de una Biblioteca como complemento a la “Sala de Lectura”, ya existente, también comenzaría a gestarse en estos momentos. No obstante, tenemos que señalar, que pese a que situamos el hecho como exponente cultural, captamos una sensible diferencia en la concepción de Biblioteca que tuvieran algunos de los socios que se proponen establecerla en el Círculo y la que manifestaran tanto los Amigos del País como los Académicos, en su día. Para estos dos últimos, el fondo bibliográfico suponía una fuente de información y conocimientos para la realización de sus proyectos o su propio enriquecimiento personal; prevalecía, así, el espíritu científico. Cuando la Junta Directiva, de la Institución que nos ocupa, plantee la proyección de este espacio, lo hará, también, como una forma más de “dignificar” el recinto dedicado a la lectura. Desde nuestra perspectiva, supone una nueva manifestación ostentativa, sin negar la existencia de la inquietud cultural de otra parte de los asociados. Es decir, se reflejaría en este tema, una vez más, esa dicotomía Ocio-Cultura, Casino-Liceo, que acompañara a la existencia de la Sociedad. El que fuera la única partida de carácter cultural, en estos momentos, que gozara de amplio presupuesto, al igual que los arreglos y 425 Nada más sabemos sobre el particular, para estos años, salvo el acuerdo mencionado. Por otro lado, también en la línea cultural, se alude en actas a la existencia de una Academia de Música de la que no nos consta ningún otro dato, salvo que la Entidad mantendría durante una época un profesor de piano. Es posible que se tratara del reflejo debilitado de la que instituyera el Liceo en su momento. 426 Recuérdese que el Liceo cordobés, exponente de los inicios del asociacionismo burgués, que terminaría fundiéndose con el Círculo de la Amistad, ya incorporaba mujeres a sus Secciones. Dentro de las limitaciones educativas que sufrieran estas, estaba admitido, para la clase media, cierta formación especifica en música y declamación tal y como aparece en numerosos textos contemporáneos dedicados a esta temática. Cfr. GÓMEZ-FERRER, G., “Las Limitaciones del Liberalismo... pp. 527-528. 201 ennoblecimiento del edificio, así como el seguimiento detenido del acopio libresco, que será expuesto más adelante, nos reafirma en esta idea. 427 Las actividades mencionadas no son lo único a resaltar del periodo estudiado, establecida ya su normativa en 1858, como hemos señalado anteriormente, la década de los 60 se inauguraría con un hecho significativo, consecuencia de la clasificación establecida entre sus miembros. Los socios “accidentales”, segundones en la Entidad, categoría que, recordemos, fue la vía de entrada de la burguesía media, reclamarían, finalmente, su cuota de participación. La oportunidad la marcaría un hecho externo como lo fuera la convocatoria excepcional a una Junta General, acceso vetado para ellos hasta ese preciso momento, para la organización de festejos en honor a las tropas victoriosas en Africa (10-2-1860). El suceso, que sería calificado de “ilegal, inoportuno e indecoroso”, provocaría el rechazo de más de la tercera parte de los “socios fundadores”; uno de los firmantes Henares, en ese momento apartado de las labores de Dirección. A partir de ahí, se desencadenaría todo un proceso de replicas y contrareplicas a lo largo de varias Juntas Generales, con dimisiones incluidas (Secretario y Vicepresidente) y la petición de baja, como asociado, del emblemático Henares; sí bien es cierto, que desistiría en la siguiente Sesión. No quedaría ello en suceso aislado, dos años más tarde se produciría una solicitud formal, por parte de 44 accidentales, de “una representacion justa y digna en la Sociedad... para aquellos actos... como lo son los de gobierno y regimen interior de la Sociedad y del nombramiento de las personas” (Junta Gral. 15-1-1862). A pesar de contar con el respaldo de algo más del 41% de los fundadores y de haberse elaborado unas “Bases” reguladoras, ni siquiera se dio paso a la deliberación de la demanda, alegando un defecto formal. Él mismo que hubiere sido esquivado, en otra delicada circunstancia, unos años atrás. 428 Aún en 1865 se insistiría en la petición. Siendo de nuevo Presidente 427 “Teniendo presente la Junta que del desarrollo progresivo que va teniendo nuestra Sociedad se desprende la necesidad de atender á la creacion de una Biblioteca que contribuya a que el Gabinete de Lectura sea digno de las ilustradas personas que quieran frecuentarlo”. Ya creada la Biblioteca, en una exposición de logros de la Directiva de turno, se hablaría de la “bella biblioteca y costoso gabinete de lectura...” paragonándolo con “un excelente local... [y] la riqueza del establecimiento...” 428 La lectura del altercado nos muestra el substrato de descontento que existía entre los socios accidentales, que se consideraban marginados y utilizados. “... que han contribuido y contribuyen muchos desde la creación con cuotas iguales y aun ... mayores por las utilidades que con su frecuente asistencia dejan á la Casa, á la fundacion sostenimiento y progresivo desarrollo... y con cuyo auxilio se ha formado 202 José Miguel Henares, se elaborarían otras Bases equiparando en derechos y denominación a todos los socios de la Entidad, previa compensación del desembolso a los fundadores. El hecho de que en esta ocasión el respaldo a la propuesta casi duplicara a las anteriores, desembocó en una Comisión de estudio, después de lo cual, no volvemos a tener más noticias. Inmersa entre estas vicisitudes y nuevos aprietos económicos, debido a la asunción de más responsabilidades crediticias para la mejora del inmueble, transcurrirían el resto de los años sesenta, no sin altercados. La secuencia se repetía de nuevo: en la Presidencia, un cuatrienio más (1864-67), 429 él ya veterano, Henares, presentaba un panorama económico esplendente, justificando con ello nuevos empréstitos. Al final del mandato tendría que reconocer el “angustioso estado” en que se encontrara la caja, momento coincidente, como ocurriera anteriormente, con la baja por impago de numerosos asociados a causa y efecto de la situación creada. Será la proximidad a La Septembrina la que nos muestre un progresivo cambio de rumbo en la Institución, observándose una toma de posiciones consecuente con la coyuntura venidera. Así, en las elecciones de 1867 encontramos en la Vicepresidencia a un activo protagonista de los futuros acontecimientos: Rafael Mª Gorrindo. Quien estaría entre los componentes de la “Junta Revolucionaria cordobesa”. Él mismo, que un año después, ocupara la Presidencia del Circulo. Su mandato comenzaría con un aumento de la base social de la Entidad debido, aparentemente, a las medidas de fuerza aplicadas por la Junta saliente, en la que él también participara. Se trató, con estas, de atajar el fraude de las bajas temporales, los llamados “socios ausentes” que contemplara el Reglamento, y que habían vuelto a una propiedad de tanta cuantia [la que] tienen a su beneficio dichos fundadores, [...] hasta el punto de aparecer [los accidentales] como unos parias advenedizos sin ninguna clase de derechos ni representacion en la Sociedad” “... este es el unico casino de España en que.... [a] Socios Fundadores no solo les hace dueños de todo... si no es de egercerse unica y exclusivamente por ellos todos los actos administrativos y economicos, creandose un absoluto Señorio que rebaja a los demas;...”. 429 El equipo de Gobierno, con Henares al frente, transcurrido el primer año encontraría un grupo de oposición a la propuesta de su renovación, la que finalmente lograría, no sin dificultad. A raíz de ello, en 1866, fruto de una sublime estrategia, sería la primera ocasión en que se presentara un equipo Directivo completo en vez de candidatos independientes. Estos, todos nuevos salvo el incombustible Henares que aparecería a la sombra como Vicepresidente. Salvado el escollo, en 1867 volvía al primer puesto de mando. 203 proliferar durante el último año de la Presidencia de Henares. 430 Debido al estado deficitario en que se encontrara la Caja se determinaría que estos volvieran a pagar “cuota de entrada” a su regreso, lo que provocaría el efecto retorno buscado. Pese a que podría achacarse el recurso de la “ausencia” a simple picaresca para evadir el pago temporalmente, nos inclinamos a pensar, dada la repetición de la situación en momentos de descontento con la Dirección, que se utilizara, de forma sutil, como medida explícita de oposición; en cuyo caso, el retorno habría que relacionarlo, en estos momentos, con los acontecimientos que se avecinaban. En su preparación, tenemos constancia de ello y será expuesto más adelante, el recurso al asociacionismo por parte de algunos de sus protagonistas cordobeses, jugó un papel importante. La presencia, desde el 17 de enero de 1868, del “progresista” Gorrindo al frente de la Sociedad, quién repetiría mandato al año siguiente por solicitud de un grupo de socios, entre los que encontramos otros conocidos miembros del progresismo local activo, podría ser un motivo más que añadir, en apoyo a nuestras sospechas. 431 Entre las diferencias de actuación a destacar de la nueva Junta Directiva, resaltamos, que en la aplicación de la cuota benéfica, con que acostumbrara a contribuir la Sociedad, observamos una aproximación al problema social más “realista” y acorde con los tiempos frente a épocas anteriores. Pese a todo, su acción continuaría siendo meramente caritativa, sin mayor implicación. 432 La actividad cultural, paralela a la lúdica, cobraría mayor protagonismo. Ese año el Circulo se haría cargo de la celebración de los Juegos Florales. En definitiva, la inestabilidad revolucionaria apenas afectaría al desenvolvimiento de la actividad societaria, constatándose, tan sólo, una 430 “Todo sócio que se ausentare de esta Capital por mas de dos meses no interrumpidos, dando aviso al tiempo de su salida y de su vuelta á la Secretaría, conservará sus derechos con arreglo á la cualidad de Sócio que tuviere, y no tendrá obligacion á pagar las cuotas mensuales del tiempo que dure su ausencia” Art. 26, Titulo 3º, Reglamento del Círculo de la Amistad... 431 Además de en la Dirección del Círculo, en 1869 encontramos a Gorrindo como concejal del Ayuntamiento y, meses más adelante, como Diputado provincial. En calidad de Secretario de esta Institución, impulsaría, un año después, la creación de la Universidad Libre de Córdoba. 432 “En vista de la tristisima situacion á que se ve reducida la clase proletaria de esta poblacion por efecto del alto precio de los articulos alimenticios y de la paralizacion del trabajo, y considerando la Junta que esta Sociedad debe tomar una parte activa en los socorros que las clases pudientes estan llamadas á prestar en alivio de los desgraciados que viven en la miseria...” 204 corta interrupción bimestral en las Sesiones y un ligero altercado Institucional reflejo de la situación reinante. 433 La antesala restauracionista transcurriría entre la alternancia, ya atávica, de la preferencia por iniciativas culturales o de ocio. Las Juntas Rectoras de los años 1870 a 1872, integradas también por destacados progresistas, se inclinarían alternativamente por el mayor fomento de una u otra postura. Los años 70 y 72 estarían marcados por la preeminencia de medidas que “ampliasen... el culto á las bellas letras”, con lo que se esperaba, además, un aumento de asociados. Esto se plasmaría en el establecimiento de una Sección Filarmónica, en cuyas Bases se contemplaba la función docente, 434 y en “la adhesion” decidida al proyecto de la Universidad Libre. En él cual, por otro lado, participaran destacados miembros de la Corporación. 435 Serían estos, años de reestructuración en los que se buscara el “mejoramiento” de la Entidad como medida regenerativa. Es por lo que, ahora, se piensa en una nueva reforma reglamentaria que comenzaría a estudiarse. Mientras, sus dirigentes se proponen llevar a cabo una serie de modificaciones rigurosas de organización y funcionamiento: remodelación de la Secretaria, nuevas bases contributivas, mayor control administrativo y frecuencia de reuniones Gubernativas (dos semanales) o la división en 5 Secciones orgánicas de la Sociedad (“artistica y literaria”, “de biblioteca y gabinete de lectura”, de decorado y policia general”, “de reposteria y servicio exterior” y “de juegos y recreos”). Todo ello fruto, como no podía ser de otra forma, de los Directivos de turno que aportarían sus experiencias rectoras de otros ámbitos (conde 433 Bajo pretexto de una inspección rutinaria de la actividad benéfica desarrollada por la Entidad, la Corporación municipal, entonces en manos republicanas, envió una comisión que actuaría a modo de registro, lo que provocó un rifirrafe entre ambas Instituciones. El Círculo se encontraba entonces regido por el progresista Gorrindo y contaba con numerosos miembros de la misma adscripción que, además, eran diputados provinciales. Igualmente, el Gobernador civil (duque de Hornachuelos), quien no mantenía buena sintonía con el Cabildo, se contaba en sus filas. 434 De nuevo se consideraba la participación en la Sección de “las Sras y Srtas de los socios”. No obstante, en esta ocasión, sólo se mencionan discentes masculinos. 435 Véase los casos de Rafael Barroso Lora, él que fuera Rector del mencionado centro, labor que simultanearía con la Vicepresidencia y Presidencia del Casino en 1870 y 1872 respectivamente; Rafael Mª Gorrindo y Castro, artífice material, como ha sido expuesto anteriormente; Angel de Torres y Gómez, quien ocuparía el Decanato de Derecho en la misma; Fernando La Calle y Cantero, Rafael Melendo y Gomez... Cfr. ARANDA DONCEL, J., La Universidad Libre... 205 de Cardenas, Jose Mª Cadenas, Rafael Barroso Lora, José Sanchez Guerra, Fausto Garcia Lovera...). Reflejo, igualmente, de la previsión organizativa establecida, se cultivaría la relación institucional al máximo, con “frecuentes recepciones” en las que comienza a descollar la representación de la Prensa local como elemento de imprescindible presencia. 436 Contrariamente, 1871, regida la Institución por otro celebre cordobés del progresismo, el duque de Hornachuelos, marcaría un paréntesis más lúdico en la Entidad. Fruto de ajustes presupuestarios, la jovencisima Sección Filarmónica no llegaría a celebrar su primer aniversario. Por contra, programaciones más vistosas, de mayor eco Institucional también, como un Concierto y un Baile de mascaras, a los que, eso sí, se invitaría a“autoridades civiles y militares” 437 y “directores de periodicos”, tendrían data. En esta misma sintonía de preocupación por “estrechar las relaciones sociales” transcurriría la última Presidencia de Henares (1873 y 1874). Sí bien, el objetivo se vería enturbiado por las limitaciones económicas que seguirían en aumento. 438 Su 436 “Deseosa la Junta de proporcionar á la Sociedad el mayor numero posible de noticias de los sucesos que hoy absorven la publica atención,... [negociaría con un particular madrileño] á prestar el servicio de correspondencia telegrafica directa” (Sesión de 17-9-1870). El mes anterior se había “aceptado” la propuesta del Presidente de mantener “noticias abonadas de la Guerra entre Francia y Prusia” a través del Diario de Córdoba. Años de gran actividad política para las diferentes familias del progresismo cordobés, representadas singularmente en el Círculo, éste, sin duda, se convertiría en un foro de excelente acústica. Una muestra de ello: recién electa la Junta Directiva de 1871 recibiría la solicitud de ingreso del Gobernador civil de turno que no esperaría siquiera “la costumbre establecida”, desde años unionistas, de su automática admisión. 437 Desde que el Círculo difundiera, entre sus asociados, la noticia de la suscripción nacional a abierta en ayuda de los familiares de los fallecidos en la Batalla de Alcolea, así como para la erección de un monumento conmemorativo, constatamos un acercamiento por parte de la Institución al Estamento Militar. En 1870 se adoptaría como medida temporal la exención de la cuota de entrada a las solicitudes procedentes de este colectivo. Seis años más tarde, esto se convertiría en norma formalmente establecida. A partir de esto, observamos la continuidad regular de los ingresos para las décadas de los 80 y 90. Caso excepcional sería el de 1884, año en se contabilizan en tan sólo dos meses 25 de ellos. La percepción de la importancia del seguimiento de esta línea de investigación que, por otra parte, se encontraba entre nuestros objetivos primarios de captación de la Sociabilidad decimonónica cordobesa desde todos sus ángulos, nos llevó, en su día, al actual Casino Militar de Córdoba donde, salvo la cortesía de rigor, no hemos obtenido respuesta a nuestras demandas científicas. 438 Se producirían nuevas expulsiones de deudores y, una vez más, sería la opción cultural la más perjudicada con los recortes presupuestarios: se suprimirían “los partes telegraficos” y el número de suscripciones periodísticas. 206 elección ya iría marcada, en cierto modo, por la prevención. Nos lo muestra el hecho de la demanda de “responsabilidad personal” sobre todo gasto que excediere a la recaudación anual. Hornachuelos, en apoyo de la Junta electa, esquivaría la solicitud que, argumentaba, se hallaba contemplada en el Reglamento (J. Gral 17-1-1873). Los prejuicios demostrados ante la propuesta del Presidente de mejorar el mobiliario, por no estar ello incluido en los presupuestos, nos parece otra precaución ante posibles dispendios. Con todo, el suceso más destacado de su nuevo Gobierno lo marcaría la negativa al pago de cuotas por parte de los “Fundadores”. Estos, en tanto que se consideraban “dueños” exigirían esta distinción; entre los 20 firmantes, el que hubiere sido Presidente el año anterior: Rafael Barroso Lora. 439 El pequeño cisma daría lugar a una “Comisión” de estudio de reforma reglamentaria, compuesta por todos lo que hubieren ejercido el cargo de Presidente (5-11-1873). La perspectiva, por tanto, anunciaba perpetuidad de privilegios. Pocos datos aporta la documentación sobre el final del mandato de Henares, salvo la debilidad económica en que se hallara, de nuevo, la Institución. Ello sería, según interpretamos, lo que llevaría, por primera vez en la historia de la Asociación, a una dimisión, en pleno, de la recién electa Junta Directiva. Junta que, por otro lado, componían varios socios con experiencia en esas lides (conde de Gavia, marqués de Escalonias, Fausto Garcia Lovera...) 440 y a la que, finalmente, no se le permitiría renunciar ateniéndose al Reglamento. El asunto no se refleja explícitamente en Actas, pero si observamos los balances económicos negativos que se venían arrastrando los últimos años y la primera medida adoptada por la aspirante a dimisionaria: “investigar la situación economica”; ambas circunstancias parecen evidenciar lo no explícito. Comienzo turbulento, por tanto, para la etapa alfonsina, que transcurriría entre apuros económicos aliviados ocasionalmente por la insuflación de empréstitos. 439 El personaje es un claro ejemplo de ascenso social y la adopción de comportamientos aristocráticos que estarían a la base de la nueva actitud clasista de la Burguesía. Hijo de pequeño burgués “afianzaría su posición” de resultas del proceso desamortizador y la actividad política, entre otros determinantes. Una vez logradas sus aspiraciones, lucharía por la consolidación de la distinción del grupo. Cfr. ARANDA DONCEL, J., La Universidad Libre... pp. 86-89. El proceso se repetiría en el pequeño micro-cosmos del Casino: ingresando como “accidentales” anónimos, la reforma estatutaria de 1858, con la conversión de los “Titulos de Fundadores” en acciones negociables, permitiría el ascenso al escalafón de plenos “derechos”. 440 En la historia de la Institución, este sería el periodo de mayor presencia de aristócrata en los puestos de Gobierno. Durante más de una década, la Presidencia sería para un representante de este Estamento. 207 No obstante la precariedad, las primeras medidas adoptadas, contraviniendo lo anterior, aumentarían el número de suscripciones a publicaciones periódicas y restablecerían, igualmente, el servicio telegráfico de información. Simultáneamente, la Sociedad continuaría desarrollando actividades de contenido lúdico-social (bailes de feria, actos con motivo de la visita Real, de su boda...), acometida de nuevas obras de mejora del edificio y aumentando su aportación presupuestaria a donaciones económicas de carácter benéfico o corporativo. Confiando, sin duda, en que el rigor auditor con que comenzara su mandato, que pretendiera acompañar de una más estricta organización (mayor frecuencia y asistencia a las Juntas, lucha contra la morosidad crónica de sus asociados, aumento de ingresos...) y una nueva reforma reglamentaria, solventaría la deficitaria situación. Finalmente no sería así y, pese a constatarse un aumento considerable de socios en 1877, hasta llegar a los años 80, se transcurriría entre llamamientos a los deudores, “economias”, 441 “grave situacion financiera”, “venta de todo lo inutil de muebles y enseres” y la suscripción de un nuevo “emprestito”. 442 Tras las drásticas medidas y a pesar de la continuidad de las misivas amenazando expulsión por impagos, 1880 parecía inaugurarse con una sensible variación de la situación financiera. Fútil espejismo que serviría para la planificación de nuevas obras de reforma del inmueble y compra de mobiliario. Aún así, la partida presupuestaria que más se repetiría durante estos años, acorde con una mayor confesionalidad de la Corporación, sería la de aportaciones benéficas y otras donaciones a diferentes colectividades: Económica de Damas, proyecto de los Santos Mártires, Asilo de la Infancia, corporaciones religiosas, parroquias, “pan de los pobres” y otros fastos civiles, son un ejemplo de ello. La recepción de demandas, en su mayor parte para proyectos en los que se hallaba implicado algún socio influyente o su familia, léase el 441 El papel trascendente que representara la Prensa para la Corporación, entre otras circunstancias que trataremos más adelante, se aprecia en el hecho de que incluso en momentos de mayor estrechez y reducción de gastos, como es el caso, el número de suscripciones no bajaría de 15. 442 El empuje hedonista por parte de un sector de asociados se aprecia en un pasaje que sobrepasa lo anecdótico. Regido el Círculo en 1878 por el duque de Hornachuelos, quien repitiera mandato, tras adoptar fortísimas medidas restrictivas de pagos, incluyendo la venta de mobiliario, reducción de personal y sueldos, no se renunciaría al montaje de la “tienda de feria”; aún a costa de “ser sensurada”, la Rectora, por la imposición de una cuota de entrada a ella. Recuérdese, que ya en una Presidencia anterior del Duque se primaría destacadamente la opción de ocio a costa, incluso, de la reducción de actividades culturales. 208 Presidente u otros, sería atendida con celeridad, de ahí que no extrañe que a poco más de un año, la situación de Tesorería tornara a “angustiosa” de nuevo. 443 Más tarde, ya en 1883, se llegaría a la reducción de jornales, ahorros energéticos y otros. Para desembocar, al año siguiente, en la asunción de dos nuevos “prestamos”, reconociendo la Dirección, en Junta General, hallarse la Corporación en “situación mas grave que en otras ocasiones”. La causa aparente: la acentuada “morosidad”. En parte provocada por la aún reticente postura de los socios “Fundadores” a asumir la cuota mensual, dada la revalorización de sus acciones. “Falso concepto”, decían otros, que provocaría que en 1886 se discutiera, una vez más, la reforma del Reglamento. 444 Por nuestra parte, la profundización en el problema, cotejando otras fuentes más allá de las oficiales así como la trayectoria personal de algunos de los socios morosos y correspondencia interna, nos muestra un panorama bastante más complejo que el simple adeudo. Como ya vimos, la demanda de igualdad de derechos por parte de los “accidentales” fue temprana (enero de 1862) e, incluso, lograron el apoyo de una porción de los “fundadores”. Mostrando, otra parte de estos, su enérgica oposición; la cual sería expuesta en dos momentos puntuales a lo largo de estos años (1873 y 1886). Como resultado final de esta tensión entre las dos facciones: la suspensión de actividades sociales. Desde el 5 de enero de 1885 hasta abril de 1890 se interrumpen la Juntas de Gobierno, funcionando tan sólo las Generales. Fuerte escisión, sin duda, que no supondría la desaparición de la Asociación burguesa, como parece ser que sería interpretado, más tarde, por la ciudadanía. 445 Tan sólo 443 Si bien las relaciones de la Corporación con el nuevo Diocesano, Zeferino Gonzalez, habían tenido algún roce por la servidumbre del edificio del Círculo con el convento contiguo, lo cierto es que el “dinamismo incesable” de la obra pastoral del Prelado calaría en varios de los miembros de la Asociación. Así lo prueban las vinculaciones de algunos de ellos con agrupaciones como “La Asociación Jesefina”, “La Juventud Católica” o la“ Asociación en honor de Santa Teresa de Jesús” que recibirían aportaciones de la Entidad. Por otro lado, algunas suscripciones que mantuviera ésta por estos años, casos de “La Voz de la Caridad” o “El Siglo Futuro”, abundarían en ese acercamiento confesional. Cfr. CUENCA TORIBIO, J.M., “Ceferino González, un obispo renovador” en Pueblos Y Gentes... pp. 119- 121. 444 ALCALÁ ORTIZ relata una trifulca de similar contenido que daría lugar a la escisión del Casino de Priego en 1882. Cfr. El Casino de Priego y otras Sociedades Recreativas (1848-1998), Priego de Córdoba, 2000, t I pp. 149 y ss. 445 Cuando en 1900 el Gobernador Civil de Córdoba enviara información al Ministerio de Gobernación sobre las asociaciones censadas en la capital y su provincia, fecharía la fundación del Círculo de la Amistad en marzo de 1888. Vid. Archivo Gral de la Administración, Secc Gobernación, Sig- 247. 209 produciría, durante el tiempo que durara el paréntesis, una serie de alteraciones a la hora de la elección de sus Directivas, debido a varias renuncias formuladas. En el intervalo se observa otra novedad: si las anteriores Directivas habían sufrido un proceso aristocratizador, ahora, habría mayoría de liberales y republicanos activos. El límite de gravedad lo marcaría 1889, año en que la Asociación sufriría un “embargo Judicial del mobiliario y local”. 446 Mismo año en que no se presentaría ninguna candidatura al relevo y que la saliente impondría un corto plazo a su continuidad, en espera de resolución. * Hacia un intento de renovación fallido (1890-1900): Tras “vender é hipotecar los bienes necesarios” y recurrir a aportaciones de asociados solventes, el panorama económico comenzaría a mejorar; lo que no impediría el resurgir de la vieja disputa entre fundadores y accidentales, que provocaría el retomar la demanda de reforma reglamentaria. Con otra Rectora al frente, comandada por el sagastino M. Matilla y decidida a su resolución, se intentaría el acercamiento equilibrado entre las dos posturas por medio de la renovación estatutaria. Muestra patente: las Bases redactadas para el empeño. Éstas, comenzando por una separación clara del concepto de “propietario, ó codueño” del de “socio”, reestructuraban la clasificación de los miembros del Círculo en aras de la igualdad. Haciendo “desaparecer”, con ello, la nomenclatura de “fundador”, ahora serían socios “de número” y “accidentales”, facilitaría el acceso, de estos últimos, a la categoría de plenos derechos en la Asociación a través de la continuidad en el pago de un número determinado de cuotas mensuales. Rompiendo así, además, el numerus clausus de los antiguos fundadores que estableciera la normativa desde los orígenes y que marcara con esto su privilegio. 447 Es decir, se facilitaba la entrada a la burguesía media, carente del 446 En el episodio nos parece ver algo más que el simple azar: resultado final de los prestamos asumidos, cinco años atrás, procedentes de dos representantes oficiales de los partidos Fusionista y Republicano; mismas fechas en las que aumentaba la presencia de otros liberales comprometidos en las Directivas de la Entidad... Todo ello parecía estar en consonancia con los intentos de control de centros de sociabilidad destacados por parte de grupos políticos. Máxime, considerando que, coetáneo a esto, se produciría un relevo en la Rectora de la Sociedad Económica Cordobesa que encerraba esa finalidad; donde encontramos comprometido, a uno de estos mismos prestamistas que accediera, así, a su Secretaría. 447 Al estar limitado el número de socios fundadores, el blindaje se completaba con el mismo, por tanto, de “acciones” y la imposibilidad de acceder a ellas si no era por defunción de algún propietario o bien por transmisión. Casuística, ésta, harto infrecuente. 210 capital necesario para el alcance de dicho estatus, por medio de una cantidad de plazos mensuales, previa cuota de entrada. 448 Resuelta, de esta forma, la demanda de uno de los grupos en litigio. En contrapartida, se arbitraba una formula de escape de la obligación de pago para los “accionistas ó propietarios” que no fueran socios. Los que contarían, además, con un órgano gubernativo independiente, “Junta Gral de Propietarios”, para la gestión de la propiedad. Desvinculándoles completamente, por tanto, de la Administración de la Asociación. Por otro lado, para atajar el problema de falta de liquidez se arbitrarían más medios a fin de corregir “abusos”. Mismos que, suponemos, pensarían efectivos para evitar, también, el recurso al impago como forma de protesta; medida responsable, en gran parte, de la insolvencia de la Sociedad. La redacción del Proyecto de Reglamento final que se elaboraría sobre estas Bases, aún favorecería más las condiciones para el acceso de los accidentales a socios de número; 449 lo que unido a otra medida adoptada por la Junta Directiva para aumentar el censo social, como fuera el suspenso temporal de cuota de entrada a la Sociedad para éstos, provocaría un aumento considerable de esta clase de asociados. Cambio democratizado, por tanto, detrás de cuyo logro encontramos a celebres personalidades de la vida pública del momento (Angel Torres, A. Barroso y Castillo, R. Melendo, Salcedo,...), procedentes de la burguesía media, en su mayor parte del ámbito jurídico, y representantes de los partidos Liberal y Republicano. Éstos, que en su día habían accedido a la antigua categoría de “fundadores”, desde dicha atalaya intentaban minar, junto con un nutrido grupo de accidentales en su apoyo, los privilegios que disfrutara la elite del Círculo. En este empeño optarían por la adopción del mismo modo de presión que sus rivales, los fundadores opuestos al cambio, esto es: el impago de cuotas. La Dirección, posiblemente como muestra de la palingenesia y rectitud buscada, en aplicación de la normativa vigente desde 1858, paralizó la rebeldía “amortizando las acciones” de 31 fundadores, las que pasaron por tanto a manos de la Sociedad. Entre 448 El proceso de apertura quedaba completamente explícito en otro pasaje en que se exceptuaba del pago de cuota de entrada a “empleados públicos con sueldo menor... los Sres Militares subalternos y los dependientes de las Casas de comercio, autorizados por sus respectivos Jefes...” Vid. “Proyecto de reforma de Reglamento para la Sociedad Círculo de la Amistad de Córdoba. 1890” en Archivo de Secretaría del Circulo de la Amistad y Liceo Artístico y Literario de Córdoba. 449 Si las Bases hablaban de la necesidad del abono de 36 mensualidades consecutivas para el ascenso, el Proyecto las rebajaría a 20. De la misma forma, si en las primeras se considerara fijar la cuota de entrada a numerario en 25 pesetas, el segundo lo dejaría en 10. 211 los suspendidos encontramos partidarios de ambas opciones. Del mismo modo, inutilizó “el papel de cuotas” del grupo deudor de accidentales. Borrón y cuenta nueva con lo que, sin duda, pensaría zanjada la cuestión. No obstante, el Proyecto de Reforma no llegaría a formalizarse y de nuevo, dos años más tarde (1892), con diferente Directiva al frente, resurgiría el problema al reclamar gran número de accidentales su aplicación (193 en primera instancia acompañados, en esta ocasión, de tan sólo 5 fundadores). La falta de un mayor apoyo de fundadores, cuyo resto era responsable de haber neutralizado el pase a Junta General de dicho Proyecto para su aprobación, impediría el avance. Después de lo cual, tras “arrepentimientos”, 27 accidentales abandonaría la Sociedad. No fue el único caso, de forma individual, a lo largo del año, la Entidad perdería 41 miembros más. Sin más especificación al respecto, aún mencionan las fuentes un nuevo intento de reforma antes de concluir el siglo (1897). Habría que esperar hasta 1922 para que se hiciera efectivo el cambio en la Normativa pero el resultado sería el opuesto a las demandas de los accidentales, endureciéndose aún más las condiciones para su ascenso a las categorías de fundadores o de número. 450 Concluido el ciclo, los accidentales terminaban como iniciaran su existencia: sin derechos específicos y siendo un mero recurso para el aumento de los ingresos sociales; mientras la categoría superior vendría marcada por la propiedad (“fundadores” o “propietarios” de acciones). Por lo demás, la última década del siglo transcurriría para la Asociación con la sucesión regular de Sesiones, elecciones rutinarias de Directivas, en varias ocasiones reelectas y en otras rotando sus componentes en una especie de endogamia interna y el ya crónico déficit presupuestario, que ni el rigor ni la constancia administrativa, ahora aplicados de continuidad, parecían vencer pese a la persistencia de medidas excepcionales de captación de asociados y punitivas. Falta de liquidez que creemos causante de más de una dimisión puntual de su Rectora y que, de hecho, limitaría el desarrollo de alguna de las reformas proyectadas para el inmueble así como de 450 El nuevo Código volvía a la clasificación original de socios “Fundadores”, “de Número” y “Accidentales”, además de exigir más de diez años de permanencia de socio accidental para la remoción a de número. Clara involución respecto al Proyecto de 1890 que sólo establecería 3 años para ello. Por lo demás, el Reglamento de 1922 volvería a reservar los derechos de Elección, Gobierno e Intervención para los socios Propietarios o Fundadores y de Número. Cfr. Reglamento del Círculo de la Amistad Liceo Artístico y Literario de Córdoba, 1922. 212 actividades sociales. Éstas, por otro lado, seguirían en la línea de alternancia cultural / recreativa inclinando marcadamente la balanza hacia las últimas. Las de carácter cultural se limitarían a la ya atávica vinculación con la Prensa por medio de suscripciones que, como destacamos en otro momento, mantendría incluso en épocas de mayor penuria; contactos regulares con Directores de los Diarios locales en sus actos sociales, a los que eran regularmente invitados; la permanencia de la recepción del servicio telegráfico de información, si bien éste se resentiría, a veces, por ajustes contables; un proyecto de “fusion” con el Ateneo cordobés (septiembre de 1890), a propuesta de éste, que resultaría fallido; 451 la planificación de algún concierto (1899) y una “exposición á las Cortes” ante la posible “supresion de la Escuela de Veterinaria” cordobesa, para lo que contarían con la intersección de Vega y Armijo y Barroso y Castillo desde la Corte. La vertiente lúdica contaría con iniciativas como la creación de una “sala de esgrima de gimnasia y de tiro de pichon” (1891) 452 , “juego de pelota” y, fundamentalmente, la organización de “bailes”. Capítulo, éste último, que constituyera parte esencial de la idiosincrasia institucional, como hemos podido apreciar a lo largo de nuestro análisis. Incluso en momentos de escasez en que se hallaran reducidos los gastos en otras partidas, ya constituidas como fijas, caso de las benéficas, se mantendría su organización. Lo que nos parece otra seña más en la gestación de la conciencia burguesa. Burguesía que ansiara compensar su carencia de alcurnia, máxime en asociaciones como la que nos ocupa en la que compartían actividades con el residual 451 Curiosamente, el mencionado centro, estaría regido por el polifacético Angel de Torres quien, como hemos visto anteriormente, fuera expulsado del Círculo tan sólo unos días antes por su apoyo a la equiparación en derechos de los asociados. Más adelante, aún veremos al celebre dirigente republicano en alguna otra asociación. 452 Sólo nos consta la apertura de las instalaciones gimnásticas, a la que se le dedicarían continuadas partidas económicas para su mejora progresiva aún encontrándose la Sociedad en “situación precaria”. Cuando en 1901 se elevara al Presidente del Círculo una petición de ampliación, mejora y remoción del Gimnasio de la Entidad, los 78 socios solicitantes, inmersos en tiempos de sensibilidades nacionales, calificarían la “cultura gimnástica” como “una obra nacional” destinada al “mejoramiento de la raza” alegando la importancia de la disciplina en países destacados como Francia, Alemania o Italia. PERE ANGERA, estudiando las formas de sociabilidad en Reus, señala el papel que represento el deporte para el catalanismo, basándose en el testimonio de un político de la época: “Amb l´esport vindrà el ressorgiment de l´ideal de pàtria” Cfr. Societat, Sociabilitat... pp. 138-139. 213 Estamento nobiliar, con la celebridad social que aportaran dichos fastos sociales; escenario inmejorable de distinción social. Otro gesto propio del Círculo por estos años, en notable incremento conforme nos acercamos al transito secular, sería el de la “cesión de sus salones” a diversas Instituciones locales (Ayuntamiento, Cruz Roja, Sociedad Económica de Amigos de País...). Conducta exenta de finalidad política que podamos constatar para estos momentos, ni crematística, pese al estado agónico en ocasiones de sus arcas. Nos sorprende, no obstante, que frente al carácter hermético que iría adquiriendo la Sociedad hacia una, cada vez más acentuada, introversión, ejemplos de ello los tenemos en varios proyectos abortados al tener que transigir con la entrada en la Entidad de personas no asociadas a ella, 453 ahora muestre esta apertura “en beneficio de la población”. Apertura que interpretamos, igualmente, como esa necesidad de conexión y afirmación de identidad ante determinado sector representativo e influyente de la sociedad, de forma puntual y no exento de finalidad ostentosa, propio de la naciente conciencia burguesa. Para lo cual, por otro lado, el Inmueble tendría un valor sobresaliente; de ahí que hubiere representado un objetivo prioritario de mejora a lo largo de toda de la etapa analizada, llegando a ser la principal causa de su endeudamiento. 454 * Una Biblioteca para la “Sala de Lectura”.- La Biblioteca del Círculo de la Amistad surgiría, realmente, como un anexo al “Gabinete de Lectura”. Éste, proyectado en el primer trimestre de su existencia, iría destinado a albergar la Prensa, que sí representaría un capítulo de atención prioritaria desde esta fecha. Una vez acometidas las reformas más perentorias del edificio, entre las que se encontraría el habitáculo destinado a este menester, comenzaría la regularidad en las suscripciones periódicas. Llegándose a contabilizar, para el primer cuatrienio, más de 453 Sería casos como la demanda de celebración de alguna velada del el Ateneo, la celebración de un homenaje a un poeta local o la negación a la Cámara de Comercio cordobesa del uso de sus instalaciones, argumentándose el requisito de que “todos los individuos que compusieran las colectividades.... habían de ser en primer termino socios del Círculo...”. 454 “... el edificio se convierte en un elemento simbólico de la ciudad... Pasa,... a integrarse en la iconografía urbana de una burguesía en ascenso o plenamente consolidada” VILLENA ESPINOSA, R- LÓPEZ VILLAVERDE, Á.L., “Espacio privado,... p. 464. 214 una treintena de ellas diferentes. 455 Abarcando, con ello, un amplio espectro ideológico: moderadas, progresistas, monarquico-absolutistas, democráticas, satirico- conservadora... Completado, esto, con algunos semanarios ilustrados nacionales a los que se sumaría “La Ilustración Francesa”, “Revista de dos mundos francesa” y “La Independencia Belga”. 456 Pluralidad que se intentaría mantener incluso en momentos de crisis económicas, cuando se prescindiría de otros gastos comunes. Llegándose a imponer como mínimo imprescindible, de recepción, quince títulos distintos. Desde el primer momento se observa una inquietud por recabar información actualizada de forma plural, muy en consonancia con las diferentes opciones ideológicas y preferencias temáticas de sus miembros. Avidez que se completaría con la adscripción al servicio telegráfico directo desde la capital. Varias fueron las ocasiones en que diferentes Directivas intentarían establecer una selección de modo que, abarcando las distintas tendencias, se redujera en algo el número de periódicos abonados; inútil esfuerzo, al poco tiempo, nuevos nombres constarían en el listado de adquisiciones. 457 Sin perder la diversidad ya mencionada, se aprecia, a partir de 1858, la intromisión de prensa de contenido económico-industrial. De forma simultánea, lo harían publicaciones oficiales donde, como es sabido, se reflejaban, igualmente, los movimientos comerciales y las gestaciones de sociedades mercantiles (Boletín Oficial de la Provincia, Gaceta de Madrid, Gaceta de los Caminos de Hierro, Guía de Forasteros...). Con la misma temática relacionamos, el libramiento al ingeniero inglés Duncan Shaw, socio fundador desde los inicios de la Entidad, para la compra de “periodicos ingleses” (1859). El periodo alfonsino, en consonancia con el panorama general, comenzaría de forma más comedida en cuanto a nuevas adquisiciones periodísticas. Hecho el rodaje, en 1878 ya se alcanzarían la veintena de periódicos de diferentes tendencias: canovista, 455 Con exactitud, hemos cifrado, para el periodo (1854-58), 35 publicaciones distintas, procedentes, en su mayoría, de Madrid. Esta cantidad supondría algo más del 50% de los que salía de sus prensas. Cfr. SEOANE, Mª C., Historia del periodismo en España. El siglo XIX, Madrid, 1983, pp. 244 y ss. 456 La relación de nombres sería extensa. Dado su valor para posteriores investigaciones la reservamos para los apéndices. Donde, además de la nómina de las publicaciones adquiridas por la Sociedad a lo largo del siglo, según consta en la documentación prospectada, se indicaran las fechas de subscripción así como su procedencia y adscripción ideológica. 457 Un periódico malagueño de la época definiría al “casino” como “... una reunión donde se leen periodicos nacionales y extrangeros,... se ariesga la propia fortuna... se habla de política y se hacen buenos negocios.” Apud LECUYER, M., “Algunos aspectos de la sociabilidad.... P. 152. 215 sagastina, posibilista, republicana, confesional y democrata; a los que se añadirían los de información general y oficial. 458 La misma selección que presidiera el transcurrir de la Prensa nacional durante la última década secular, se experimentaría en la Entidad. Los años finales se decantarían por el “periodismo de información” frente al “de opinión”; observándose, en éste último, decantaciones “liberales”. Bien al contrario, el fin de siglo tornaría “conservador”, decantándose por temáticas de carácter económico y corporativista. 459 Tras lo expuesto y a modo de balance, si hubiera que destacar algunos rasgos de las preferencias lectoras de los socios del Círculo, en cuanto a publicaciones periódicas, señalaríamos: una apuesta decidida por la Prensa de la Corte frente a la local, en absoluto escasa, por otra parte 460 , con ausencia completa de la provincial, salvo el Boletín Oficial, y la opción preferente hacía las publicaciones de contenido ideológico frente a las literarias. No obstante, en este último sentido, habría que considerar la apuesta decidida por las publicaciones ilustradas de la época, incluyendo en este apartado algunas europeas. 461 Por lo que respecta a la Biblioteca, su germen no surgiría en la propia Sociedad como tal, sino que comenzaría con aportaciones generosas de algunos de sus socios procedentes de la burguesía media. Concretamente, las dos primeras donaciones (1856 y 1858) vendrían: una de la mano de uno de los socios que accediera con la reforma que creara la categoría de “socios accidentales”, recordemos, vía de entrada para este grupo social; la otra, del fundador y Director del, entonces ya veterano, Diario Córdoba. Éste último, con una extensa experiencia asociativo-cultural (Liceo Artístico, Filarmonica- Drámatica, Sociedad Cervantes, Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País). Tras ello, en 1860 se constatan las dos primeras suscripciones; una de ellas francesa, cuando aún ni siquiera se había planteado la creación de una Biblioteca para el Círculo. Será en 1862, la primera vez que conste en Actas dicha conveniencia, junto a otras mejoras que, se decía, harían que la sede social “pudiera competir con los principales 458 La suscripción al Diario de Sesiones, en este periodo, es una muestra más de esa necesidad de información de la que venimos hablando. 459 Considérese que estos serían años de gran conexión con las Cámaras Agrícola y de Comercio de Córdoba con las que compartirían numerosos asociados. 460 Cfr. SANCHEZ FERNANDEZ, A., La Cultura Española desde una Provincia... pp. 64-74. 461 La abundante suscripción a revistas ilustradas es una seña más del carácter burgués de la Asociación, dado su, considerable, mayor coste. 216 de España en comodidad y magnificencia... y en centro de buena y escogida sociedad”. Aprovechando una coyuntura de desahogo económico, la nueva Directiva justificaba las modificaciones como un “aliciente” para ensanchar la Sociedad y con ello los ingresos. Es en este contexto de “engrandecimiento del Círculo” cuando surge la resolución de dotar al “Gabinete de Lectura” de una Biblioteca que lo “dignifique”. Un año después de lo cual, aún continuaba conociéndose al habitáculo destinado a la lectura de Prensa, como “Gabinete”. Sin que conste liberación de fondos ni planificación alguna, a seguir, para la adquisición de material bibliográfico. Aún en 1864, al autorizarse las obras necesarias para la erección de la Biblioteca, se entra en detalles vistosos como las alfombras necesarias para el adorno, sin que encontremos mención alguna al acopio de volúmenes. Alguna donación más, de material libresco, recibiría el Círculo antes de la decisión de comprar la Biblioteca de un conocido militar que perteneciera a la Sociedad de Amigos del País (Portefaix, 1866). Más, nada se añade sobre contenido, número de volúmenes, clasificación temática o idoneidad para la Corporación. 462 462 En 1906, fecha en que se edita el único catalogo conocido de la Biblioteca de la Sociedad, al relatar este hecho, se reconoce la falta de implicación anterior: “Poseía de antiguo esta Sociedad algunos libros, procedentes unos de la biblioteca del Sr. Portefaix, adquirida por el Círculo, y otros de compras parciales hechas sin atender á plan fijo.... Abundaban los libros de ocasión, los “de compromiso”... Era, en suma, una biblioteca de casino,...” Catálogo de la Biblioteca del Círculo de la Amistad, Córdoba Imp. La Verdad, 1906. La misma fuente, con su ambigüedad, nos proporciona otras claves que reafirman nuestra hipótesis de que la Biblioteca del Círculo, en el momento de su creación, tuvo, más bien, un sentido ostentador. Creemos que la gran mayoría de los asociados al Círculo sólo frecuentarían el “Gabinete”; no así la Biblioteca, gran desconocida. Observamos, en el mencionado documento, que al tratar de la planificación a seguir a partir de 1900 para establecer lo que se da en llamar “la nueva biblioteca”, se dice que se haría “siguiendo siempre el movimiento moderno de las Ciencias, las Letras y las Artes”. Que duda cabe, que obras, ya clásicas para esas fechas, como L´Encyclopédie o las de Tracy, Say, Smith, Rousseau, Balmes, Darwin, Hegel, Krause y Stuart Mill, entre otras, no encajan en dicha definición, lo que nos hace suponer que ya antes ocuparan los anaqueles del Círculo. El que en ningún momento se mencione su existencia o adquisición, en la documentación analizada, nos parece, expresa la desafectación que mostrara la Entidad hacía el contenido de su Biblioteca. Por otro lado, tanto la existencia de obras de estos autores que, nos consta, sí fueron adquiridas por la Sociedad Económica, como la de volúmenes sobre temáticas tal que Federalismo, Ley de Jurados, Sufragio, Economía Política, Cuestión Social y Socialismo, que tanto preocuparan a “los Amigos”, nos hace pensar que gran parte de su Biblioteca, escrupulosamente seleccionada y que, en un momento dado, fuera acogida en el Círculo de la Amistad, permanezca aún hoy en sus estanterías. 217 La siguiente cita en Actas, sobre este mismo asunto, sería en alabanza de “la bella biblioteca y costoso gabinete de lectura”, a la vez que se ensalzara, también, el “excelente local” y “la riqueza del establecimiento” (1870). Después de ello, tan sólo se declara haber adquirido cuatro obras más, antes del transito a la siguiente década. Momento, éste, en que se trataría sobre la cuestión para cambiar su ubicación en el inmueble, en aras “de la manera mas digna y decorosa que imperiosamente reclama el buen nombre de la Sociedad”. Es la única vez en que se trata la posibilidad de la formación de “catálogos” (1883). Tímidamente, es a partir de 1896, cuando empezarían a relacionarse en Actas entradas de alguna que otra obra nueva. Secuencias, las expuestas, que nos parece corroboran la impresión, ya desarrollada anteriormente, de que el Círculo de la Amistad aspirara a la creación de su Biblioteca como un elemento más de distinción social. En tanto en cuanto, en ningún momento se implica en la búsqueda y selección de su contenido o la regulación de su uso; volcándose, por el contrario, en el continente. En redor al Tiempo Libre: otras Sociedades burguesas..- La emergente Burguesía, en continúa expansión, consecuencia, en parte, de la aceleración del pulso mercantil, iría ampliando su marco de relaciones. Lo que daría lugar, inevitablemente, a nuevas expresiones de Sociabilidad; ello unido, a una mayor disponibilidad de tiempo de ocio, generaría nuevas expectativas. Si hasta mediados de siglo había fijado su atención en antiguas Corporaciones ilustradas, que tendrían en la Cultura uno de sus principales aglutinantes y donde, por otra parte, aprehendiera gestos nobiliarios. Avanzando la centuria, a modo de desinhibición que saciara su vehemencia sociable, no exenta de finalidad distintiva, desarrollaría nuevas formas. Siguiendo ese mimetismo aristocrático que la caracterizara, recurriría, en ocasiones, a actividades como la Caza o la Equitación en cuanto a forma de concentración grupal. Otras, en fechas más próximas al cambio secular, se rendiría a los nuevos ingenios tecnológicos, asociándose en torno al Velocípedo. No desechando, en fin, fórmulas de perfil más popular como la Tauromaquia o Gallística; e, incluso, apostando por nuevos hábitos sociales como el Excursionismo. 218 * “Sociedad de Monteria de Córdoba” (1862). Bajo este epígrafe encontramos una asociación plenamente reglada, destinada a la “caza mayor” y con el único objetivo de proporcionar “solaz y entretenimiento” a sus asociados. Encabezada por representantes de la nobleza local, Conde de Torres Cabrera y Marqués de Escalonias, su Reglamento no deja lugar a dudas en cuanto a la extracción social elitista de sus “profesos”: elevadas cuotas de afiliación, mensuales y extraordinarias, mención de “criados y caballerías”, además de la tenencia de terrenos en propiedad para el ejercicio de la caza. 463 Característica, esta última, que incide en su origen selecto, ya que las “Asociaciones Populares”, como se verá a continuación, en modo alguno gozarían de pertenencias inmuebles. En cuanto al resto del articulado, que sigue la estructura al uso, destacamos el ritual público de entrada a la ciudad, llevado a cabo por sus componentes al regreso de la actividad montera; el cual denota ese afán de acentuar la distinción de grupo propio de la clase burguesa en su emulación de gestos aristocráticos. De igual forma, la misma decantación por el desarrollo de la caza, con la vinculación telúrica que ello supondría, nos parece otra manera de aproximación a los usos y costumbres de la clase noble. 464 La misma que, por otra parte, estaría rauda, como venimos constatando, en fundirse con 463 Se establecerían 60 rls de entrada y 30 de mensualidad, más extraordinarios. Considérese, que el Círculo de la Amistad tenía ajustadas, por las mismas fechas, 40 rls de entrada y 20 de mensualidad para sus “socios accidentales”; esto es, los procedentes de la burguesía media, como ya ha sido expuesto. En lo que respecta a la propiedad comunal, no podemos determinar en este caso la fórmula empleada en la participación, dado que sólo contamos con su Reglamento, por más fuente. Estableciendo de nuevo paralelismos, recordemos que este sistema de compartir bienes inmuebles ya había sido utilizado, anteriormente, por otras Sociedades burguesas de Córdoba; caso del Liceo Artístico y Literario y del mismo Círculo. En dichas ocasiones, como se ha visto, se recurriría a la practica mercantil de la participación accionarial. Cfr. “Reglamento de la Sociedad de Monteria de Córdoba” 464 “Les classes possédantes de l´époque georgienne et des débuts de l´ère victorienne profitaient des loisirs sur leurs propes terres, symboliquemente, par l´exercice de leurs droits de chasse, défendus d ´une manière quasi religieuse contre les intrus...” PORTER, R., “Les Anglais et les loisirs”... , p. 22. Abundando en la misma idea, los artículos 54 al 60 de la reglamentación de la Sociedad montera, contemplaran la adhesión a ésta como una “profesión de fe”. Cfr. “De las profesiones” en Capítulo VII, Ibídem. 219 la Burguesía e incorporarse así a la nueva estructura social; acentuando su prestigio a través de las aspiraciones miméticas que despertara en ésta. 465 * “Sociedad de Equitacion Cordobesa”. Pocas noticias podemos aportar sobre esta asociación, apenas conocida a través de una mención en la documentación del Círculo de la Amistad, salvo la constancia de su existencia y tipicidad burguesa. Ya “estinguida” en 1859, sus propiedades serían adquiridas por éste. No obstante, en torno a la misma actividad de asueto, tenemos censada otra Sociedad, en la década de los 70, que bien podría ser hijuela de la anteriormente extinta. Denominada “Sociedad de Carreras de Caballos de Córdoba”, sabemos que organizaría certámenes y mantendría, igualmente, relaciones estrechas con el Casino cordobés; del mismo modo, ya en el siglo XX, la gestación del “Club Hípico de Córdoba” estaría vinculada a éste. 466 * “Casino Gallistico Taurino y Ecuestre” (1868). 467 Careciendo de más información que la facilitada a la autoridad competente, la fecha de su fundación, mayo de 1868, y la persona a su frente, Ramon Saldaña, dirigente local republicano, nos inducen a pensar que quizá fuera algo más que una asociación recreativa. Máxime, cuando, por las mismas fechas, otro importante representante del mismo grupo político, él que sería primer alcalde tras la Septembrina, Angel de Torres, co-dirigiera otra destacada Sociedad local: el Casino Industrial, Agrícola y Comercial. 465 Tanto el Conde de Torres Cabrera como el Marqués de Escalonias, Presidente y Vicepresidente, respectivamente, de la Sociedad que nos ocupa, serían, además, “socios fundadores” del Círculo de la Amistad cordobés. 466 “... en España el fomento de la hípica, muy característico del tiempo de ocio adinerado en la segunda mitad de la centuria, aparecería en casi todos los centros urbanos relacionado con sociedades de “Cría Caballar” y entidades dedicadas al espectáculo. La construcción de hipódromos... fomentó un tipo de sociabilidad deportiva muy especifica, evidentemente elitista, vinculada al estamento militar y aristocrático.” Cfr. PUJADAS, X- SANTACANA, C., “El club deportivo como marco de sociabilidad en España. Una visión histórica (1850-1975) en Hispania... 214 (2003), pp. 511-512. 467 Ésta es una de las asociaciones estudiadas que sería susceptible de clasificarse como burguesa o popular-burguesa. Su único titular conocido procede de extracción burguesa pero en cuanto a cuotas de afiliación, la cifra coincide con alguna popular. El no contar con más datos impide mayor concreción. 220 Habría que añadir a esto, la toma de posiciones que, simultáneamente, se produjera en el Círculo de la Amistad por elementos igualmente partidarios del cambio político 468 así como en la Academia cordobesa. Todo lo que nos lleva a pensar que en momentos tan próximos al vuelco institucional, el asociacionismo, significaría una formula más de concentración y difusión de los intereses burgueses que movilizaron la caída isabelina. 469 Sin más elementos de juicio que nos permitan su clasificación (cuotas, condiciones de acceso, componentes...), lo situamos como burgués por su patrocinador pero, ateniéndonos a su nomenclatura, en tanto que incluye espectáculos masificados, públicos por tanto, inclinándonos a pensar que bien podría ser un primer inicio de conjunción entre principios burgueses y populares a través del ocio; al modo de los que expondremos seguidamente. Por lo demás, oficialmente, el Gallistico constaría como un casino de “juegos permitidos por la ley”. II. Impronta del asociacionismo burgués.- Como ya se ha señalado al introducir el capítulo, en la segunda mitad de siglo constatamos la existencia, en Córdoba, de una serie de asociaciones que presentan un perfil diferente a las propiamente burguesas, ya expuestas: las unas, abanderadas por miembros procedentes de esa misma extracción social, plenamente definida para esas fechas; las otras, promovidas, fundamentalmente, por elementos del artesanado local, según los datos con los que contamos. 470 Coincidiendo, ambas, en unas líneas comunes: 468 El Casino llegó a estar apercibido de cierre, en aplicación de la nueva Ley de Orden Público en julio de 1867. 469 Considérese que a la fecha, el Casino Industrial, Agricola y Comercial presentaba un censo de 367 asociados. El Círculo que, como ya expusimos, no podemos precisar en cifras por la omisión en los recuentos encontrados de una parte de sus componentes; sólo los llamados fundadores que se numeraban en 134 para 1861, sufriría un aumento considerable este mismo año, lo que sí es mencionado en las fuentes. En cuanto al Casino Gallistico Taurino y Ecuestre, se manifestaba poseer 84 socios. Cfr. “Ayuntamiento de Córdoba. Estadística Año de 1868. Expediente relativo a Córdoba relación de los Casinos establecidos en la actualidad en esta población” en Archivo Municipal de Córdoba Secc 12. 7. 01 – C. 1051 470 Si la reconstrucción de listados de las diferentes asociaciones tratadas en nuestra investigación, absolutamente necesaria para el seguimiento prosopográfico esencial en ella, presenta dificultades; en 221 su carácter abierto y por tanto posibilidad de convergencia social, y la accesibilidad de sus cuotas que del mismo modo facilitarían la mezcolanza; en cuyo caso configurarían Sociedades de carácter mixto, esto es, preparadas para acoger burgueses y elementos populares. En esta horquilla se desarrollarían una serie de asociaciones que presentan características similares que las distinguen y nos permiten agruparlas, grosso modo para su estudio, en Asociaciones Populares o bien Burguesas-Populares. Pudiéndose observar, en los primeros momentos, otras que, como predecesoras, muestran mayor especificidad; serían los casos del “Casino Industrial Agrícola y Comercial” y la “Sociedad Dramatica “La Alegria”, de ahí que nos detengamos de forma individual en ellas. Por lo demás, unas y otras, irían configurando rasgos que con el tiempo perfilarían las diferencias de clase. “Casino Industrial Agrícola y Comercial”.- (1862) Adentrándonos en la reglamentación de esta “asociación nueva”, encontramos el primer caso local, conocido, de simbiosis asociativa, burguesa y popular, encaminada a “proporcionar á todas las clases grato recreo y moralizadora enseñanza”. 471 Es decir, se repetía el binomio “distraccion y enseñanza” que ya había sido aplicado en anteriores asociaciones burguesas, a veces con dificultad y escorándose hacia el primer supuesto como hemos podido comprobar. Siguiendo el resto de su articulado, apreciamos más matices relativos a su carácter abierto, a su sentido aperturista que proclamaría “ilimitado” el número de asociados. Rasgos, estos, que identificarían a las Sociedades populares surgidas en la segunda mitad de siglo, según la pauta de las burguesas precedentes. Su apelación reglamentaria a las “buenas formas” también se correspondería éstas. este caso, éstas, se incrementan debido al anonimato, en las fuentes, de las clases populares. La conservación de las Actas de una celebre mutualidad local, la Sociedad de Plateros, nos ha facilitado algo las cosas. 471 No hemos podido hallar, hasta el momento, el primitivo Reglamento (1862), es por lo que nuestro estudio se basa en uno posterior de 1865. No obstante, a través de las señas que del primigenio se nos dan en la documentación, sabemos que el segundo tan sólo fue una reforma del anterior en aras de establecer más nítidamente los derechos de loa distintas clases de asociados. También en esto, seguían al comportamiento de las Sociedades burguesas. Cfr. “Reglamento General del Casino Industrial, Agricola y Comercial. Córdoba 1865.” en Biblioteca Municipal de Córdoba. 222 Su estructura, en cambio, repetiría modelos propiamente burgueses como los ya vistos para este tipo de Sociedades. Así, se establecerían “socios accidentales” “de numero” y “de merito”. Es en las diferentes cantidades de adscripción establecidas entre ellos, donde se aprecia el distinto tratamiento, dependiendo de la extracción social: si los primeramente mencionados tendrían una cuota mensual (10 rls), 472 el ascenso al segundo estadio, socio de número, requeriría una cifra dieciséis veces mayor con participación accionarial; fuera, por tanto, del alcance popular. Diferencias que se plasmarían, igualmente, en las funciones a ejercer en el Casino: los de número tendrían voz y voto en todas las Juntas, “propiedad mancomunada” y serían, además, los únicos electores de la Junta Directiva; los accidentales, quedaban relegados a una “Junta Auxiliar” nombrada por la anteriormente mencionada. A pesar de establecer, desde su inicio, los dos objetivos citados, recreo y enseñanza, es obvio, por la extensión y rigurosa planificación que se aprecian en sus Estatutos, que la labor de instrucción sería la perseguida. Quizás, el recreo, fuera tan sólo una forma de señuelo importada desde el casino burgués. 473 En cuanto a sus fines instructivos se desarrollarían por medio de “una biblioteca” y “cátedras y tertulias cientificas y literarias” 474 desde donde se impartiría la formación: “Instrucción primaria, superior, idioma francés, Matematicas, nociones de Agricultura, Historia, Dibujo lineal y de adorno, y de otras materias cientificas y literarias...”; tan sólo se establecería un límite, las “cuestiones politicas ó religiosas”. 472 El valor medio de la cuota mensual de las asociaciones de carácter popular se halla, en torno a 1870, en 6 rls. No obstante, las que además de ilustración, prensa y diversas lecturas, ofrecían Instrucción, generalmente a través de otros asociados a los que gratificaban o bien dispensaban del pago mensual, según casos, presentan las cuotas ligeramente más elevadas. Si, además, como es el caso, se planificaban “cátedras”, la cifra aumentaba un tanto. 473 Los “Juegos”, apenas se mencionan en el cuerpo del Reglamento pero sí se “prohiben... las rifas y cualquier otra cosa que tienda á menoscaba ó comprometer los intereses de los socios...”, así como “las apuestas entre los sócios que no tengan participación directa en los juegos”. Esto unido a diversas advertencias tales como, la “moralidad”, la “honrradez”, el“fin civilizador” o “juegos admitidos en buena sociedad”, moralinas que se repetirían, por otro lado, en las asociaciones populares, es lo que nos hace pensar en la posibilidad de transmisión del Juego desde el casino burgués al popular, en los primeros años de su gestación, a través de los miembros pertenecientes a la burguesía que intervendrían en el proyecto, en tanto que actividad no habitual entre las clases populares sobre la que habría que aleccionar. 474 Para estos fines solicitaría la colaboración de la Academia cordobesa. 223 Sociedad de condición popular, proyectaría una vez solventados los créditos, la creación de una Caja de Ahorros y Socorros Mutuos. De momento nos ha sido imposible conocer el grado de implantación a que se llego según la planificación expuesta, las únicas muestras documentales que hemos hallado han sido la actividad de su “Ateneo” y la organización de dos “Exposiciones Provinciales” (1868 y 1879) abiertas al público general, aunque siempre con condiciones favorables para los asociados. En éstas, según se plasma en la reglamentación que las regulara, se nos muestra esa intención de acogida a todos los sectores productivos cordobeses, “... cooperar... todos los organismos sociales,...”, “... dar á conocer... los ricos y variados productos de nuestro suelo, las manifestaciones de nuestro estado intelectual y los adelantos de las artes y la industria...”. Igualmente, tendrían cabida producciones de otras regiones nacionales e incluso “del extrangero”, que favorecieran el desarrollo de las de la provincia. En fin, la celebración simultánea de “certamenes y premios” completarían la labor de fomento que se pretendiera. En definitiva, el Casino Industrial partiendo de un modelo estatutario anterior, el Círculo de la Amistad, agruparía, por el contrario, a clases medias y populares, patrones y “generaciones obreras”, con la finalidad de progreso. En su búsqueda de la instrucción, el fomento, la utilidad, el bien común... encontramos paralelismos con otra entidad que le precediera y que, en estos años, se hallara en estado latente: la Económica Cordobesa. No en vano, dos de los firmantes del Reglamento de 1865, los encontramos, entorno a las mismas fechas, en sus listas. Extrapolando aún más, su tipología se corresponde con otras asociaciones españolas que congregaran elementos burgueses y populares de la misma etapa; piénsese en el Fomento de las Artes y otras. 475 475 “Fomento de las Artes, sociedad pacífica, escéptica y burguesa.... tenía fresco el recuerdo de su antecesora La Velada de los Artistas y bullían en ella elementos tan ricos de vida y de energía como los iniciadores del Proletariado Militante” ANSELMO LORENZO, El proletariado militante, Madrid, 1974, p. 37. “Puso en marcha las secciones tradicionales y cátedras de instrucción primaria, dibujo lineal y natural, francés y matemáticas; intentó construir una especie de lugar de encuentro entre maestros y operarios y organizó... exámenes y premios... una exposición artística... conferencias artísticas... conferencias semanales sobre la moral del obrero” VILLACORTA BAÑOS, F., Burguesía y Cultura:.. p. 61. Vid. GEREÑA, J.L., “Prensa y Educación Popular. La Revista del Fomento de las Artes” en La Prensa de los siglos XIX y XX. Metodología, ideología e información. Aspectos económicos y tecnológicos, I Encuentro de Historia de la Prensa, Bilbao, 1986, pp. 203-219. 224 “Sociedad Dramatica “La Alegria” (1870) Seguiría, La Alegría, idéntica senda a aquellas Sociedades burguesas de los años cuarenta, las “Dramáticas”, que han sido tratadas anteriormente. Con la salvedad de que, en esta ocasión, los firmantes de la solicitud oficial, única documentación con la que contamos, son de origen popular. Concretamente, dos de ellos, fundadores de una mutualidad local que estudiaremos en su momento: la “Asociacion Mutua de Plateros”. 476 Por lo demás, nos hallamos ante una Sociedad de “vecinos de esta Capital, aficionados al arte dramatico y deseosos de proporcionarse un rato de distraccion al mismo tiempo que a sus familias” que ya ha dejado atrás el contenido docente que tuvieran sus predecesoras. Su estructura es la que nos hace pensar que detrás los demandantes se desarrollara una asociación más poliédrica, socialmente hablando, de lo que pudiera parecer. De carácter abierto y por tanto encuadrada, también en esto, entre las agrupaciones que se han dado en llamar populares, el hecho de clasificar a sus miembros, “de numero” y “de mérito”, y establecer diferencias, en cuanto a derechos, entre las dos clases, la aproxima, igualmente, a la tipología de las burguesas. Serían los socios de número los únicos que contribuirían económicamente al sustento de la agrupación y, al mismo tiempo, sólo los que tendrían la posibilidad de ocupar los puestos de la “Junta Gubernativa ó de negocio”, de “hacer observaciones” a ésta y de participar en las reuniones de “cuentas”. Quedando, para los de mérito, esto es, los participantes en la declamación, tan sólo la participación, eso sí con voz y voto, en las Juntas. Es decir, el fijar una escala de valores basada en la contribución económica como elemento diferencial es lo que nos parece otro rasgo de aproximación a las asociaciones de carácter burgués. Del mismo modo que lo hace, para este tipo especial de Sociedad en torno al mundo escénico, la admisión de féminas en sus filas. 477 Del otro lado, siguiendo ese carácter ambivalente que la distingue, las cuotas de participación serían mensuales no presentando “cuotas de entrada”; formula que sí encontraremos, inexorablemente, en las burgueso-populares. 476 Otro de los solicitantes, lo encontramos más adelante entre las listas de una sociedad masónica cordobesa. 477 Vid. supra. 225 Asociaciones Culturales Populares.- Agrupamos bajo este epígrafe una serie de asociaciones culturales cordobesas, fechadas entre 1870-1872 (conservadas gracias a una coyuntura histórica) lideradas por miembros de extracción popular, que presentan unas características comunes; las que podríamos enmarcar entre aquellas que irían dictando el inicio de las diferencias de clase. 478 Es decir, las cinco Sociedades objeto de nuestro estudio podrían constituir un primer estadio de lo que sería el asociacionismo obrero cordobés. 479 Centrándonos en su reglamentación, destacamos, como una de sus primeras características, su matiz abierto y “altamente expansivo”. Tras las facilidades de ingreso se añadía la posibilidad un “numero ilimitado” de asociados 480 con igualdad de derechos; sin selección diferencial, por tanto. Con respecto a las obligaciones de contribución económica, uno de los factores distintivos a la hora de establecer las clasificaciones, constatamos, además de cuotas asequibles para las extracciones populares (4 rls mensuales), la ausencia de cuota de entrada. Algo que no faltaría en las de origen burgués. Consecuencia directa de ello: menor nivel de ingresos. Las asociaciones populares carecerían de local en propiedad como aquellas. 478 Se trata de parte del contenido de un legajo compuesto por solicitudes de constitución de Sociedades, de diferente tipología, elevadas al Alcalde a consecuencia de un cambio de competencias administrativas que se produjera durante estos años. La legislación decimonónica, salvo este paréntesis trienal, adjudicaba esta función al Gobierno civil. Institución de la que no se conserva apenas documentación para Córdoba. Lo poco que ha llegado a nuestros días se halla repartido entre el Archivo General de la Administración, el Histórico Nacional, el Municipal de Córdoba y, algo, en el Provincial de la misma. Basamos nuestro análisis en los Reglamentos existentes en el Archivo Municipal de Córdoba de las siguientes asociaciones: “Casino Andaluz”, “Casino Central Minero y Artistico, “Casino de Lectura y Recreo Los Amigos”, “Centro de Instrucción y Recreo”, “Casino de Lectura y Recreo El Artista ”. Obsérvese que la huella burguesa de la que venimos hablando para estas Sociedades, se extiende, incluso, a la nomenclatura. Vid. Secc 17.9.01 “Asociaciones”, C. 1376 en Archivo Municipal de Córdoba. 479 “... una etapa intermedia semi-proletaria y semi-“burguesa”, cuyos orígenes son más antiguos que los de las asociaciones obreras... son los Círculos de Artesanos...” RALLE, M., “La sociabilidad obrera en la sociedad de la Restauración (1875-1910)” en Estudios de Historia Social, 50-51... p. 199. 480 La excepción a la regla la marcaría El Artista, que establecería un límite mínimo de 20 personas y uno máximo de 80. Al ser la única asociación fechada en 1872, quizás ello se debiera a un ajuste a alguna normativa. Muy inestables con respecto al tema asociativo durante estos años, como es sabido. 226 Sus objetivos vendrían marcados por el “recreo” y “la lectura”. Si bien, la insistencia en la formación, en “la ilustracion”, prevalecería sobre el tratamiento y extensión que se le diera al aspecto lúdico. Formación que se planificaría sobre la base de la lectura de “periodicos politicos, cientificos y literarios nacionales y estrangeros”; insistiendo sobre el acopio del material, así como de obras para dicho menester. De ahí que la creación de una Biblioteca también se refleje, expresamente, en alguno de los Reglamentos. Dentro de este capítulo docente, resaltamos el caso del “Centro de Instrucción y Recreo” que iría más allá de la ilustración, programando una verdadera labor “Instructora”; es por lo que creemos se duplicaría la cuota (10 rls). Se establecería un sistema comunitario mutual de forma que “los socios que reúnan las condiciones necesarias, se encargaran de enseñar y esplicar á los que no sepan varias materias, y con especialidad las que constituyen la primera enseñanza elemental...” 481 En el tratamiento de los pasatiempos se insistiría en el desarrollo de los “juegos permitidos” que coincidirían con los ya vistos para los casinos burgueses, esto es: Tresillo, Ajedrez, Damas, Solo... Repitiendo, los diferentes Reglamentos, la necesidad de “guardar la compostura y buenos modales”. Sentencia, por otro lado, que no sólo se aplicaría a esta temática sino a la generalidad de los contenidos de los Códigos. Llegando a ser, esta advertencia, verdaderamente reiterativa. Es en este aspecto, junto con la también repetida de invertir en la compra de “billetes de Loteria”, donde apreciamos, quizá, las peculiaridades más marcadamente populares. Se insiste en la “buena educacion”, “buena conducta”, “honradez y moralidad”, “compostura”, “modales”, “respeto”... hasta la saciedad; en tres de las cinco asociaciones prospectadas existe la figura del “Consejo de disciplina”. 482 481 JEAN-LOUIS GEREÑA destaca como objetivo principal del Ateneo-Casino obrero de Gijón el de establecer una cátedra de instrucción primaria. Cfr. “Una aproximación a la sociabilidad popular: el caso de Asturias bajo la Restauración (1875-1900)” en Estudios de Historia Social, 50-51... p. 211. Por su parte ANGUERA, P constata esa misma prioridad para el Fomento de la instrucció establecido junto a la “Fabril Algodonera” (1841). Vid. Societat, Sociabilitat... p. 102. 482 El tema de las buenas formas sería muy recurrente en las diversas agrupaciones surgidas en torno a la educación popular. Recuérdese en este sentido, las surgidas del reformismo o bien en los primeros tiempos de difusión del movimiento anarquista. ANGUERA en su incursión por el asociacionismo popular de Reus, también aprecia la insistencia, en los diferentes Reglamentos estudiados, por la “bona conducta moral”. Ibídem, pp. 102 y ss. “Es doctrina muy sostenida por algunos escritores anarquistas que antes de intentar la revolución social precisa transformar los individuos, hacer la revolución en las 227 Asociaciones Culturales Burguesas – Populares.- 483 Si las Asociaciones Populares, anteriormente expuestas, respondieran a una iniciativa de esta extracción social, las Burguesas-Populares lo harían desde el núcleo burgués; coincidiendo, ambas, en su apertura a los otros sectores de la sociedad. Tras los precedentes ya analizados, Casino Industrial Agrícola y Comercial y Sociedad Dramatica “La Alegria”, en pleno desarrollo positivista y en expansión el “catolicismo social”, surgirían en la ciudad, en las dos últimas décadas de siglo XIX, otras asociaciones fundadas por conocidos burgueses de variada experiencia asociativa y con la finalidad de “aumentar y difundir el conocimiento cientifico, literario y artistico”. Una de ellas, la Sociedad Liceo de Córdoba, aún presentaría la doble faz recreativa-cientifica. Desde este punto inicial, ya se aprecia la diferencia entre las Sociedades promovidas por burgueses y las de origen popular: si las primeras acuden al segundo estadio cognitivo, conocimiento científico, al tener cubierto el anterior sus promotores; las segundas intentarían atender el previo, esto es, la formación elemental, la instrucción. Lo cierto es, que podría parecernos que la “Tertulia Cientifica, Literaria y Artistica de Córdoba” (1880), el “Ateneo Cientifico, Literario y Artistico de Córdoba” (1889) y la “Sociedad Liceo de Córdoba” (1890) no pasaran de meras formulas asociativas burguesas. Sin embargo, serán su estructura abierta, sin exclusión social; sus cuotas mensuales, iguales a las asociaciones organizadas por el artesanado, con una máxima conciencias, elevando su moralidad hasta la altura de una sociedad cuya norma no sea el derecho, sino el austero imperativo del deber” DÍAZ DEL MORAL J., Historia de las agitaciones campesinas andaluzas, Madrid, 1995, p. 129, n. 15. “Les associations participent... à cette “civilisation des moeurs”, comme en témoignent leurs reglements. Amendes et exclusions sanctionnent une tenue débraillée, les insultes et la violence entre camarades autant que l´indiscipline: c´est tout un savior-vivre d´inspiration bourgeoise qui vise à policer les rapports entre individus, à supprimer ce qui reste de violence au sein de la société paysanne.” FARCY, J-C., “Le temps libre au village” en L´ Avènement... p. 272. 483 Considérese el uso del vocablo popular en el sentido amplio de Sociedades en las que no se observan limitaciones de acceso en el articulado de sus Códigos. Al disponer tan sólo de sus Reglamentos, carecemos de elementos prosopográficos, salvo por sus fundadores, que nos indiquen en que medida el colectivo popular estuviera presente. Pero lo cierto es, que sus cuotas mantenían valores iguales a los casinos abanderados por artesanos. 228 de 8 rls; la trayectoria de algunos de sus fundadores, involucrados en otros proyectos sociales y educación popular de la ciudad y el no establecer limitación numeral a los ingresos, lo que las sitúe como mixtas. El hecho de fijar una cuota adicional más, de entrada, si bien pudiera parecer una criba selectiva adicional, nos inclinamos a pensar que se debería a su condición ateneística: centros de casuística especial con una generatriz de gastos similar a la Academia o los Amigos del País (abastecimiento de Biblioteca, publicación periódica de trabajos, certámenes...) aunque, con la salvedad, de no gozar de las subvenciones oficiales que estos centros disfrutaran. Mismo encuadramiento que les proporcionara solidez como Corporaciones y, en tanto que regentadas por burgueses, no carecerían de locales propios. El organigrama seguido por estas Sociedades, sería muy similar al adoptado por la misma Academia cordobesa; es decir, con diferentes Secciones de trabajo: “Ciencias Morales y Políticas” (“Juridicas” para la Tertulia), “Ciencias Naturales Fisicas y Exactas”, “Literatura” y “Bellas Artes”. El Ateneo establecería una más, siguiendo los derroteros burgueses del goce del tiempo libre: la Sección “ de Escursionistas”. Del mismo modo que aquella, se planificarían “veladas”, “conferencias”, “debates”, “trabajos”... Con la diferencia, frente a la Academia, instalada por estos años en una posición elitista, de que no se establecerían restricciones de acceso. Precisamente, el hecho de constatar la presencia de varios académicos entre los firmantes de estas Instituciones, nos hace pensar en la posibilidad de que ese mismo hermetismo y dificultad de acceso que manifestaban ésta y otras asociaciones de la ciudad (Sociedad de Amigos, Círculo de la Amistad, Juventud Católica...), a la fecha, fuera lo que motivara estas iniciativas más aperturistas. 484 Se da el caso de que muchos de sus titulares pertenecerían a alguna de ellas, incluso a varias al mismo tiempo. Tampoco habría que olvidar, la circunstancia proselitista o bien, según los casos, las ansias de poner en práctica soluciones de confraternidad social conocidas en el seno de esas otras Sociedades. 485 484 Probablemente el rechazo del Círculo de la Amistad a unirse al Ateneo, a propuesta de éste último, guarde relación con esta cuestión. 485 Siguiendo los pasos de algunos de los titulares de estas Corporaciones, nos encontramos ejemplos como el de Manuel Fernandez Ruano, cofundador de la Tertulia, quien perteneciera, también, a los Amigos del País, al Círculo de la Amistad, fuera “socio protector de la Diocesis” o formara parte de la Academia, donde había ostentado el cargo de Bibliotecario. En la creación del Ateneo, por citar los casos 229 En definitiva, nos hallamos ante centros científicos más que docentes, como los ya vistos para las asociaciones culturales organizadas por el estamento popular. Si bien, su estructura, excepto en el caso del Liceo, si se correspondería con estas, ya que no establecía ninguna diferenciación entre sus asociados. Por su parte, el Liceo, como ocurriera en su día en el Circulo de la Amistad, primaría a los “fundadores”, en cuanto que sustentadores de la inversión inicial para la creación de la Sociedad, reservándoles los derechos de los cargos principales en la Directiva; los “de numero”, solamente accederían a las “vocalias”. Para el resto de funciones y derechos, reinaría la igualdad. El Liceo crearía, además, la figura del “socio protector” fruto, sin duda, de las interrelaciones asociativas de las que venimos hablando. 486 Tanto en la organización interna de estas Sociedades Burguesas-Populares como en los mecanismos de regulación de su funcionamiento, nos parecer ver el resultado de la evolución y mezcladura de los distintos tipos de asociaciones creadas en torno a la Cultura (Burguesas, Populares, Burguesas- Populares y sus estadios intermedios) de ahí que, probablemente, los distintos medios de censura que establecieran, “mociones”, “protestas” o “voto de censura”, fueran el resultado de anteriores contratiempos vividos por muchos de sus fundadores en otras Entidades. Lo que, por otra parte, habría democratizado sus estructuras. Proceso democrático que observamos, igualmente, en el tratamiento de ciertos temas, antaño polémicos, como lo fueran el Sistema de Gobierno y la Religión. En dos de las Sociedades analizadas, las fundadas en pleno consenso restauracionista y que contaran entre sus componentes con gentes curtidas en el juego electoral, en contra de lo que venía sucediendo para esta clase de asociaciones, se admiten “discusiones religiosas y más significativos a nuestro juicio, intervendrían: el abogado y responsable del partido republicano cordobés, Angel de Torres y Gomez al que encontramos igualmente en los nomenclator de la Logia Patricia de Córdoba, en el Casino Industrial, la Liga de Contribuyentes y el Círculo de la Amistad; el ingeniero Tejón y Marin presente en el Círculo de la Amistad, la Academia, relacionado con diversas agrupaciones diocesanas cordobesas donde impartiría conferencias y, más tarde, interventor en el Congreso Católico de 1891 o Rafael Garcia Lovera, uno de los socios fundadores del Círculo de la Amistad y colaborador habitual en diferentes actividades de asociaciones diocesanas. 486 Considérese que este tipo de asociado sería utilizado en diferentes agrupaciones eclesiásticas, en las que, como hemos señalado en la nota precedente, participarían personalidades diversas de la ciudad relacionadas, a su vez, con las Sociedades que nos ocupan. 230 políticas”, en nombre de la Ciencia, apelando al “respeto... [a] la religion del Estado y su forma de Gobierno” 487 Peculiaridad añadida de una de las Instituciones que nos ocupan y que consideramos destacable, dado el objeto de nuestra investigación, sería el sistema de relación societaria adoptado por el Ateneo: “sostener un centro de instrucción mútua de asociados”. Sin duda otra muestra más de la forma en que las relaciones e intercambios entre Sociedades, vehiculadas por sus integrantes, influyeran en el continuo desarrollo de la Sociabilidad. 488 * “Veloz-Club de Córdoba” (1895). Enmarcada en la misma tipología, hasta aquí expuesta, de asociaciones burgueso- populares, el Veloz-Club, en la antesala de un nuevo siglo, pretendería la mixtura entre Cultura y Recreo. Formula ya conocida, por otra parte, con la salvedad de estar ello circunscrito, en esta ocasión, al novel concepto, propiamente burgués, de tiempo libre y enfocado al deporte: “... fomentar la afición al velocipedismo y á todo ejercicio de “sport”... la Sociedad organizará carreras públicas y particulares, expediciones, “records”, “matchs”, juegos de “sport”, veladas literarias, conferencias, y ejercitará cuantos medio de propaganda esté á su alcance” (Art. 1º y 2º). 489 487 Recuérdese que tanto el Círculo de la Amistad como la Academia cordobesa, consecuencia de reglamentaciones anteriores, tenían “prohibidos”, aún para estos años, dichos asuntos. 488 En este sentido hay que considerar, además de las diferentes actividades de contenido popular que desarrollara el Presidente de la Entidad, Angel de Torres y Gomez, que han sido expuestas, el hecho de que la Logia que él mismo cofundara, “logia madre de la masonería cordobesa”, también recurriera a un sistema mutual de socorros. Cfr. MORENO GOMEZ, F-ORTIZ VILLALBA, J., La Masonería... pp. 58- 59. 489 Vid. Reglamento del Veloz-Club de Córdoba. Imp. “La Puritana”, Córdoba, 1895. “En Europa occidental, la expansión deportiva se encuentra en el periodo inicial muy ligada al modelo inglés de club deportivo, a sus referentes formales, estéticos y estructurales. Sin embargo, la especificidad social, política y cultural de cada región hace posible modelos de sociabilidad y de desarrollo del ocio deportivo con características distintas” PUJADAS, X - SANTACANA, C., “El club deportivo como marco de sociabilidad en España. Una visión histórica (1850-1975)” en Hispania... 214 (2003), p. 508. Desde este punto de vista se presenta apasionante la Historia Comparada, en el sentido de calibrar la importancia de la Cultura (“...veladas literarias, conferencias...”) en las planificaciones estatutarias de los clubes deportivos británicos y del resto de Europa. 231 Una manifestación más, por tanto, de la tradición de Sociabilidad creada, consideramos que, en esta ocasión, su carácter popular, quizá, más que implícito, sobrevendría adquirido con el propio desarrollo de sus objetivos. Es decir, si bien en su perfil estructural encontramos caracteres aparentemente populares, cual serían su libre acceso, “todo el que lo solicite”, o su cuota mensual, en línea con el valor medio de las de esta tipología; su organigrama, funcionamiento y desarrollo se corresponderían con las Sociedades típicamente burguesas. 490 La primera salvedad la encontramos en la apostilla a la facilidad de ingreso: el hecho de “ser presentado por dos socios”, podría suponer una primaria y sutil criba. Si a ello añadimos la posibilidad de “alegaciones”, previas a la decisión de la Directiva, por parte del resto de asociados, la facilidad merma aún más. Por otro lado, mientras en las asociaciones populares el libre acceso suele ir situado en lugar relevante del articulado, articulo segundo, por lo general, con lo que ello implica de orden prioritario, aquí se relega al noveno. Tampoco la estratificación de asociados, estableciéndose las clases de “honorarios”, “de número”, transeuntes” y “corresponsales”, se corresponde con la fisonomía de una Sociedad Popular. Ni la posibilidad “de ser elegido indefinidamente”, para los cargos rectores, promete la facilidad de movilidad necesaria para esta categoría de asociaciones. Si añadimos a lo expuesto, la inserción en el Código del concepto “intereses de la Sociedad” enfocado a los bienes materiales que se planifica adquirir para el desarrollo de las actividades deportivas, así como la existencia de “nominas de funcionarios ó dependientes al servicio de la Sociedad”, la idea se aleja, cada vez más, de aquella organización mutual que veíamos en las agrupaciones Populares. Incluso parece explícito, en el Reglamento, el sentido de ostentación ya analizado en las plenamente burguesas: “Se preveen gastos para “ mayor fomento y esplendor de la Sociedad” (Art. 58). Tras lo expuesto y pese a las ambigüedades de clasificación, creemos que las diferenciaciones quedarían diluidas, una vez en plena expansión la Sociedad, por la necesidad misma del carácter público que requeriría la actividad deportiva. De tal forma, podríamos decir que si hasta ahora habíamos visto en las asociaciones mixtas 490 La misma ambivalencia que se aprecia en sus firmantes: su Director, el Conde de Cardenas, socio “fundador” del casino burgués Círculo de la Amistad; su Vicepresidente, Pelayo Correa Duimowich, uno de los cofundadores del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Córdoba, Sociedad propiamente burguesa-popular, como se ha expuesto. 232 un componente filantrópico en la base de su carácter abierto a diferentes niveles sociales, a las puertas de un nuevo siglo, nos encontramos que la necesidad de publicidad, anticipo de la sociedad de “masas”, determinaría la mixtura. 491 Juego y Política Como venimos constatando a lo largo de nuestro análisis, las imbricaciones de la Política en el ámbito de la Sociabilidad se muestran evidentes. Si en un primer estadio ésta se valiera, las más de las veces, del Casino burgués para sus fines expansivos y proselitistas; una vez consolidado el sistema de Partidos Políticos encontramos, en Córdoba, el proceso inverso: el Partido sería el que crearía, ahora, el Casino; ya sin subterfugios, como una forma propagandística y aglutinante a la vez que formativa. * “Circulo Liberal Conservador de Córdoba” (1902). Nacido como “centro de recreo que tiene por objeto facilitar las relaciones entre sus individuos”, se trataría de un casino burgués que podríamos calificar de semi-abierto; dado que no se establecerían condiciones especiales de acceso salvo, obviamente, la pertenencia al Partido. 492 De estructura democrática, “iguales derechos y obligaciones”, y aparentemente numeroso, tal como indica la exigencia de una cuantía mínima de 60 asociados para la celebración de sus Juntas (Art. 12), se fijarían cuotas 491 “... los clubs más elitistas necesitaban, a pesar de su voluntad restrictiva, organizar un entramado competitivo mínimo que garantizase la continuidad de sus actividades. En un sentido distinto, los que creían en las virtudes sociales de la práctica deportiva forzosamente habían de centrar sus esfuerzos en la popularización y democratización del deporte.... de una u otra forma, todos los sectores implicados favorecían el crecimiento de la actividad, lo que llevaría, muy posiblemente, también a su democratización” PUJADAS, X - SANTACANA, C., “El club deportivo... pp. 513-514. “La aristocracia social no se parece nada a ese grupo reducidísimo que pretende asumir para sí íntegro el nombre de “sociedad”, que se llama a sí mismo “la sociedad”... esa misma “sociedad distinguida” va con el tiempo. [...] las masas ejercitan hoy un repertorio vital que coincide, en gran parte, con el que antes parecía reservado exclusivamente a las minorías; ... las masas gozan de los placeres y usan los utensilios inventados por los grupos selectos y que antes solo estos usufructuaban. [...] la vida del hombre medio está ahora constituida por el repertorio vital que antes caracterizaba solo a las minorías culminantes.” ORTEGA Y GASSET, J., La rebelión de las masas, Madrid, 2002, pp. 58-61. 492 Cfr. Reglamento del Círculo Liberal Conservador de Córdoba 233 mensuales similares a las mantenidas, una treintena de años atrás, por algunos Ateneos populares (8rls). Si a todo ello añadimos el contenido formativo que se pretendiera a través de “... libros, revistas de ciencia, arte, ilustración y recreo...”, el esquema coincidiría con el de las Sociedades mixtas anteriormente expuestas. Esto es, promoción burguesa y posibilidades de acceso popular. Con un nuevo matiz de finalidad política, reconocido, ahora, abiertamente. Sin contar con más fuentes que nos pudieran aclarar el grado de inscripción alcanzado y la extracción social de sus componentes, excepción hecha de la Directiva compuesta por la burguesía local más representativa, podríamos decir que, partiendo de las mismas estructuras societarias conocidas y exitosas del Casino, se aplicaba el objeto político con fines proselitistas. De forma que el contenido político como sustento de la Sociabilidad iría marcando un nuevo punto de inflexión inter-clases. Nos parece que, andando el tiempo, el Casino Liberal Conservador podría ser a la Burguesía lo que la Casa del Pueblo o el Ateneo libertario al Proletariado. 493 493 ANGUERA, P partiendo de un estudio de Xavier Amorós sobre el papel destacado, en los años de la II República, por el Centre Autonomista Republicà, Foment Republicà Nacionalista y la Casa del Poble, señala: “Els tres eren famosos pels seus balls, cosa que els ajudava a incrementar la militànci, alguna impulsada més per l´esplet de noies que hi assistia que no pas per la sintonia ideològica, que venia deprés, tot i que sovint l´adhesió i la defensa del “partit” ho era més de la penya, que no pas dels postulats” . Societat, Sociabilitat... p. 137. 234 CAPÍTULO III. - MULTIPLICIDAD ASOCIATIVA EN TORNO A LOS OFICIOS.- Abordamos, a continuación, una aproximación, desde la perspectiva asociativa, a los cambios que la desmembración de la Sociedad Estamental provocó en el ámbito del Trabajo. Considerando, así, los efectos del transito de una sociedad de organización piramidal a otra que, si bien estructurada en clases, introduciría la interrelación en su dinámica evolutiva. Será, a través de la Sociabilidad, que se nos muestre parte del proceso de dicha transformación que daría lugar a diferentes respuestas, dependiendo del plano profesional en que se centrara. Así, desde el nivel más bajo de la escala social, partiendo del sistema agremiado y de forma paralela a éste, se desarrollarían unas primeras formas mutualista que convivirían con aquel y, nutriéndose del mismo, incorporarían varios rasgos novedosos (mixtura social), ya adaptados a la nueva estructura socioeconómica (“Colegio-Congregación de Plateros” versus “Asociación Mutua de Plateros”...). Esto añadido a una participación activa y directa, tal que grupo, en el sistema productivo y de mercado liberal, provocaría el desarrollo cooperativo (“Sociedad Cooperativa de Agricultores de Córdoba”, “Sociedad Cooperativa Industrial y Comercial La Estrella”...). Ascendiendo en el orden clasista establecido y dependiendo del área productiva de la que partiera, se manifestarían distintas opciones de agrupación: bien Patronal, en sus inicios muy vinculada al sector primario (“Asociación de Labradores”, “Hermandad de Labradores”...), ajustándose, más tarde, al nuevo organigrama socioeconómico (“Liga Española de Contribuyentes”, “Cámara de Comercio” y “Agrícola”...); bien Profesional, enraizada en el movimiento académico, con fuertes rasgos gremiales a causa de su originario carácter de Hermandad (“Colegio de Abogados”, “Medico- 235 Farmacéutico”...) o, finalmente, Empresarial o Mercantil, como forma de adaptación al nuevo sistema económico, que se vería consolidada con la pertinente regulación legislativa (Códigos de Comercio, 1829 y 1885) y formal (Registro Mercantil). I. Sociabilidad laboral popular : Mutualidades y Cooperativas.- Sin noticias locales precedentes sobre el resultado factual de la desmembración del sistema gremial, los primeros vestigios conocidos de nuevas formas de agrupamiento en torno a la actividad profesional, concerniente al estamento social que nos ocupa, son posteriores al destronamiento isabelino. La respuesta más temprana que nos consta, vendría de un importante colectivo artesanal cordobés: los plateros. Los que constituirían en octubre de 1868 la “Asociación Mutua de Plateros”. La vigencia, por las mismas fechas y para el mismo oficio, de una organización agremiada, siguiendo por tanto los patrones estructurales del Antiguo Régimen, el “Colegio-Congregación de Plateros”, 494 nos muestra el hecho de la duplicidad asociativa, en torno a la misma actividad laboral, como una ruptura con lo anterior y una búsqueda de diferentes manifestaciones grupales más acordes con la nueva estructuración social. Es decir, nos lleva a pensar en cierta forma de desgajamiento de la Asociación de Plateros del Colegio-Congregación. Máxime, si consideramos la “exclusión” expresa que se hace del grupo jerárquico del Gremio, los “Maestros”, en la nueva Corporación instaurada. El que la Sociedad de Plateros se anticipara a la legislación liberal ratificadora del “derecho de reunión y asociación” (1-11-1868 y 20-11-1868), parece confirmar la idea de la gestación de una sociabilidad popular, en rededor a los oficios, adelantándose al proceso codificador. 495 Por estas y otras circunstancias que analizaremos a continuación, tomamos esta Sociedad como arranque y punto referencial para el resto de mutualidades cordobesas a abordar. 494 Vid VALVERDE FERNÁNDEZ, F., El Colegio-Congregación de Plateros Cordobeses durante la Edad Moderna, Córdoba, 2001, pp. 56-57. 495 “Otras necesidades han aparecido á su vez; otros movimientos sociales surgen de dia en dia, que no pueden ser sometidos sin dolorosa violencia á la representación de las asociaciones primitivas é históricas: nuevos organismos creados por la accion espontánea de una sociedad que progresa, y en general desarrollo, acuden constantemente pidiendo plaza y derecho;” “Decreto sancionando el derecho de asociacion” Colección Legislativa Española, Imprenta Nacional, Madrid, 1868. 236 Lo expuesto, que creemos extensible, de una u otra forma, a otros colectivos profesionales del ámbito popular, corroboraría la hipótesis de la aparición de un moderno tipo de asociacionismo laboral, concatenado con el anterior en sus primeros momentos, como mejor adecuación a los cambios operantes en la sociedad del Nuevo Régimen. 496 Asociacionismo que, en su estadio inicial, por otra parte, presentaría dos vertientes no siempre nítidamente diferenciadas: Sociedades de Socorros y Sociedades Cooperativas. De carácter asistencial, las primeras, buscarían suplir el hueco dejado con la desaparición del sistema beneficial del Gremio (Hermandad). Mientras que, las segundas, tendrían la cooperación como fin en sí mismo; esto es, a modo de adaptación al nuevo sistema productivo surgido tras la desaparición de la sociedad estamental. * “Asociación Mutua de Plateros” (17-10-1868). Surgida de la “reunión de varios amigos oficiales de plateros”, 26 concretamente, su objetivo inicial sería el “socorro mutuo”. Pese a que no se conservan libros de registros de entrada, ni se hace un seguimiento exhaustivo, en Actas, de las nuevas incorporaciones, como es habitual en otras Sociedades tratadas, la anotación de 10 individuos más en la tercera Sesión celebrada, catorce días después del primer encuentro, inducen a pensar en un rápido crecimiento. Adentrándonos en su primera reglamentación (31-10-1868), 497 observamos que nos encontramos ante una Sociedad cerrada, en tanto que destinada a un solo colectivo profesional y, más aún, dentro de él, “exclusivamente” a un grupo, los “oficiales de platero” (Art. 2º); 498 nada, por tanto, diferente a la situación desde la que se partía. No 496 MARTÍNEZ GALLEGO considera que fue la existencia del gremio como sociedad de socorro mutuo la que facilitó la extensión de este tipo de sociedades bajo el patrocinio de un Gobierno progresista (R.O 28-2-1839). Cfr. “Disolución gremial y constitución societaria: los términos del vinculo. Valencia, 1834- 1868” en Solidaridad desde abajo, Santiago Castillo (ed.), España, 1994, p. 54. 497 Ni el susodicho Código ni el resto de las reformas emprendidas a lo largo del siglo XIX constan en los Libros de Actas de la Asociación. El inicial nos ha llegado a través de una “Copia literal” localizada en una publicación de la Corporación. Cfr. Sociedad de Plateros. Asociación de Socorros Mutuos de Plateros de Córdoba. Ciento veinticinco aniversario 1868-1993, Córdoba, 1993, s/p. 498 Sin duda, se trataba de evadírse del rígido sistema anterior basado en “los privilegios e inmunidades” que disfrutaran los “Maestros”. Cfr. RUMEU DE ARMAS, A., Historia de la Previsión Social en España. Cofradias-Gremios-Hermandades-Montepíos. Barcelona, 1981, pp. 190-193. 237 obstante, inmersos sus componentes en una sociedad cambiante, no estructurada ya estamentalmente, contemplarían la posibilidad de promoción en otro momento del articulado. Se dejaría un resquicio a la mudanza al prever la permanencia en la Institución de los miembros que ascendieran en la escala social, en determinados casos. 499 No sería, ésta, la única diferencia que se estableciera con la anterior estructura laboral fundamentada en el Gremio, jerarquizada y piramidal; la de Plateros, por el contrario, desarrollaría un esquema democrático. Se estipularían elecciones anuales partiendo de una situación de igualdad entre sus componentes e, incluso, dado el caso, “cuando la Sociedad lo estime conveniente, por justa causa...” (Art. 6º). Igualmente, en contraposición a lo anterior, no se establecería límite de adscritos; huyendo, así, de los viejos monopolios de Antiguo Régimen. Por lo que respecta a la cotización, ésta, se atendría a las posibilidades del grupo poblacional inscrito, sujeto a un “jornal”. Las cifras coinciden con las ya vistas para las “asociaciones populares” de carácter cultural (4 rls por mes). Las prestaciones mutuales que posibilitarían dichos ingresos abarcarían prácticamente las mismas situaciones que la “Hermandad de San Eloy”, congregación adscrita a la veterana Corporación agremiada del oficio platero, el Colegio-Congregación. 500 En efecto, se contemplarían casos de “enfermedades”, “inutilidad para trabajar” o impedimento físico por “la edad”; la aplicación práctica de los auxilios ya dependería de los “fondos sociales”, continuo quebradero de cabeza de las sucesivas Directivas. 501 La coincidencia en atenciones a los asociados entre Hermandad y Sociedad de Plateros llegaría hasta el extremo de que, esta última, mantendría las obligaciones cofrades de 499 A pesar de regular la exclusiva pertenencia de “oficiales”, el articulado, ante la posibilidad de que más adelante alguno de éstos mejorara su condición y abriera “obrador”, dejando por tanto de ser “asalariados”, estipulaba el tratamiento individual de cada caso por parte de la Asociación. Por otro lado, encontrarnos dos mutualistas de la de Plateros, uno de ellos cofundador de ésta, entre los solicitantes del Colegio-Congregación en 1870 y 1872, nos muestra no sólo la pervivencia de ambas Instituciones sino, tal vez, el recurso a la inversa. Esto es, la posibilidad de que ante una mejora profesional se produjera el trasvase de una asociación de “oficiales” a otra de rango gremial. Para el conocimiento de la situación de los ”oficiales plateros” en el Gremio, Cfr. VALVERDE FERNÁNDEZ, F., El Colegio-Congregación... pp. 346-355. 500 Ibíd. pp. 476 y ss. Vid. AGUAYO EGIDO, F., “La Hermandad de San Eloy” en Boletín de la Sociedad de Plateros, 12 (1998), pp. 36-38. 501 No faltaría en el articulado el consabido artículo punitivo, bajo riesgo de expulsión, a la falta de pago durante tres semanas consecutivas. 238 velaciones y visitas. Similitudes, todas, meramente formales que se diluyen si nos atenemos al fondo de la realidad asistencial: mientras la Hermandad considerara las donaciones como “limosnas”, la de Plateros trataría este “socorro” como un “derecho” de sus asociados, concepto más próximo al subsidio contemporáneo. 502 Siguiendo en la búsqueda de improntas gremiales en el primer Reglamento de la nueva agrupación platera, percibimos cierta intención de dar una mayor amplitud, más allá de los auxilios mutuales estipulados, a la novel Institución creada; la previsión futura de una sede, “un local para las reuniones y comodidades de los socios”, así como la suscripción a un periódico, parece augurarlo. El así esbozado proyecto, en el que nos detendremos más adelante, se encuentra en la línea de los casinos populares, surgidos por estos años, que han sido analizados en el capítulo anterior. De igual modo que la Cofradía o Hermandad supondría una Corporación compleja para el Antiguo Régimen, más allá de su carácter benéfico; la Sociedad de Plateros de Córdoba, partiendo de esta misma herencia solidaria, aspiraría a una entidad corporativa renovada y adaptada a la moderna situación laboral. 503 Así lo percibimos siguiendo la evolución de sus Estatutos, que sufrirían sucesivas renovaciones y ampliaciones. 504 De manera que, de los 27 artículos que tuvieran los fundacionales, se llegaría, en 1887, a 72; aumentando, considerablemente, el capítulo de auxilios y prestaciones. 505 Entre las transformaciones, consideraremos varias que perfilarían su identidad; algunas de ellas, seguirían la misma línea estructural de otras agrupaciones “populares”. Aún sin transcurrir un año de la aprobación de su Reglamento primigenio, ya se plantearían las primeras reformas (junio de 1869). Entre ellas, una de la más significativas sería tendente a ampliar la base social de la Entidad, dando entrada a “otros oficios” o, lo que es lo mismo, abandonando el exclusivismo profesional con que 502 “Un recuerdo del pasado en cuanto a la forma, y un anuncio del futuro, en cuanto a su contenido;” SOLA AYAPE, C., “La Sociedad de Horneros de “San Miguel”: un ejemplo de Sociedad de Socorros Mutuos en la Zaragoza de mediados del siglo XIX” en Solidaridad desde abajo... p. 307. 503 “... es en este contexto urbano, en el que se fraguan con mucha dificultad y oposición nuevas formas de disciplina laboral y de organización de la producción, donde se desarrolla el socorro mutuo a partir de la matriz gremial.” MARTÍNEZ GALLEGO, F-A., “Disolución gremial ... pp. 58. 504 A tal punto llegarían éstas, que, en un momento determinado, se aprobaría impedir nuevas reformas antes de haber transcurrido dos años de las precedentes. 505 En las Actas se menciona una nueva reforma reglamentaria para el año 1890, pero sólo nos ha llegado información de ciertas modificaciones. No tenemos constancia, hasta la fecha, de la existencia de ninguna impresión que nos aporte una visión completa de los cambios efectuados. 239 naciera, su hermetismo. Ello suscitaría posturas enfrentadas al alegarse que los primitivos ordenamientos restringían el acceso, reservándolo en “exclusiva a los oficiales de platero”; el asunto pareció detenerse. Dos años después, un nuevo cambio zanjaría la cuestión en un consenso: se estipularía como condición primordial para la inscripción en la Mutualidad “la pertenencia á los diferentes ramos de la platería”; si bien, abriría la posibilidad a otros sectores productivos al contemplar la adscripción de individuos que hubieren pertenecido al gremio, anteriormente, a “decisión” de la Asociación. La citada variación, formaría parte de nuevos cambios normativos abordados entre 1871 y 1872 que, además, aumentaban en más del doble el articulado. Otros de ellos irían encaminados, fundamentalmente, al aumento de ingresos; consecuencia, sin duda, de una considerable ampliación del capítulo de prestaciones. La creación de una “cuota de entrada”, hasta ese momento inexistente, la elevación de la cuota ordinaria e introducción de un sistema de “rifas” semanal, serían algunas de las novedades. 506 Por lo demás, la aparición de un artículo que impidiera la disolución de la Corporación “por desavenencias o disgustos” (Art. 8º), supondría una especie de blindaje ante la primera y, probablemente, una de las más graves crisis que sufriera la Asociación desde su creación; la misma que provocaría la dimisión del Presidente y Secretario de turno. Dimisiones que, finalmente, no fueron admitidas. 507 Apenas más variaciones a destacar en el bienio señalado, salvo ciertos matices, entre los que resaltamos, coincidiendo con otras asociaciones arraigadas en el estamento popular, la exigencia de “observar buena conducta”. 508 506 Recuérdese, que en las asociaciones culturales de carácter popular, la organización de rifas y participación en loterías sería habitual. Vid supra. 507 El asunto: “socorrer a un compañero... que se encontraba en indigencia fuera de ésta Poblacion...”, algo que contemplara la normativa dentro de las atribuciones de la Directiva. El trasfondo, probablemente, la inestabilidad inicial de la Sociedad, que se encontrara inmersa en continuos cambios reglamentarios y selección de posibles bancos sociales de afiliados. “... había en la Sociedad algunos socios que hacian la oposicion por hacerla y ... una ocasión en que se opusieron á una disposicion acordada por ellos mismos...” Actas de la Asociación Mutua de Plateros, Libro I, 1868-1870. 508 “Dicha fórmula, basada en la ayuda mutua y el pequeño ahorro de iniciativa privada, modula una previsión en primer grado al gusto burgués, que también le otorga una carga de moralidad añadida con la inserción de los sectores populares en su propia escala de valores y prácticas de conducta” MAZA 240 De las posteriores mudanzas conocidas (1882, 1884, 1887 y 1990), que ampliarían algo más el número de artículos, nos parece interesante el cambio de denominación social en 1884; desde entonces, “Sociedad de Orifices y Plateros”. Así lo consideramos por lo que ello significaba, a su vez, de aumento en la base constitutiva de la misma. Facilitando, el mismo artículo que lo contemplara, aún más, la recepción de aspirantes, al acotar el periodo en ejercicio de la profesión; haciendo, así, el llamamiento, a “todos los que siendo ó habiendo sido orifices ó plateros un año por lo menos...”. Tras el conocimiento de la base normativa, nos preguntamos si la dicotomía expuesta entre la tendencia hacia una Mutualidad cerrada a un solo colectivo profesional o bien, abierta a otros, respondería a dos concepciones sociales distintas: “mentalidad artesana” y por tanto tradicional y corporativa, o liberal e “individualista”; esto es, aperturista. Sin descartar, por ello, el papel jugado por el factor económico. Es decir, sería interesante determinar si la línea progresiva de ir ampliando las posibilidades de acceso a la Sociedad fue resultado de un diferente enfoque solidario ante los cambios operantes en la sociedad de clases, o bien, fue la circunstancia de falta de “fondos” la que aceleró un cambio, por otro lado inevitable. Por el momento, la respuesta se mantiene en el campo de la hipótesis; unas actas escuetas e inconcretas no nos permiten mayor esclarecimiento. No obstante, una serie de indicios nos llevan a pensar que la falta de liquidez, inversamente proporcional a una constante proyección de “socorros”, debió de jugar un papel importante a la hora de abrir el círculo de ingresos a la Entidad. Se aprecia una constante búsqueda del incremento patrimonial ya fuera por medio del aumento de las contribuciones, endurecimiento de las sanciones económicas o modificaciones, tan significativas, como la “abolición” del articulo, establecido en el primer Código (Art. 11, 1868), que excluyera de la obligación contributiva a “los socios que no tengan trabajo”. La misma inclusión de “los orifices” en el colectivo laboral al que iba destinado la Mutualidad, parece abundar en ello. 509 Frente a lo dicho, el ansia de engrandecimiento no siempre prevalecería. La de Plateros, pese a las relaciones previas establecidas, rechazaría una oferta de lo que podríamos llamar una cooperación sindicada. La proposición vendría de una “Sociedad ZORRILLA, E., “Hacia una interpretación del mutualismo español decimonónico: peculiaridades y polivalencia” en Solidaridad desde abajo... p. 393. Vid. supra n. 482. 509 Considérese que los orífices, dentro del grupo de los “oficios artísticos”, mantenían un estatus económico superior al de plateros; los que, ya de por sí, constituían una elite dentro del sector artesanal. Cfr. VALVERDE FERNÁNDEZ, F., El Colegio-Congregación... pp. 56-57. 241 Cooperativa Industrial y Comercial”, “La Estrella”, que planificara las “Bases” de unión de cuatro Sociedades cordobesas, entre ellas la Sociedad de Plateros, para la constitución de “un establecimiento público donde se espendan bebidas y comestibles ó lo que convenga” (19-11-1870). El rechazo a la participación, de lo que sería una futura cooperativa de consumos, se argumentaría en la falta de liquidez para la aportación inicial. Lo cual no nos sorprendería, pese a carecer de archivos contables, sino fuera porque, desde meses atrás, los plateros venían contemplando, para su Mutua, la misma posibilidad. 510 Por las mismas fechas, se encontraban, además, inmersos en la búsqueda sede social y las referencias en actas acerca del aumento de inscripciones, tras una etapa coyuntural de bajas (fines de 1869), se repetían; hasta el punto de ocasionar la dimisión del socio cobrador por el “crecido numero de socios”. Datos, nos parece, que no casan del todo con momentos de crisis económicas. Más bien, da la impresión de que, a pesar de la promesa de la Institución de “cooperar en union de sus hermanos de trabajo” en un futuro más prospero, se trataba de evadir una cuestión espinosa en unos momentos en que las medidas gubernamentales, ante la expansión propagandística de asociación obrera, se endurecían. Sobre todo, si consideramos que, unos meses antes, se habría propuesto disolver la Entidad ante “la marcha torcida que seguia el gobierno y que por consecuencia habiamos de tropezar con muchos inconvenientes en lo sucesivo para la marcha de nuestra Sociedad”. Cierto es que, en su momento, la idea fue rechazada; quizá, la prudencia, ante las dificultades que se atisbaban, les hizo optar por la independencia frente a “sus hermanos de trabajo”. Máxime considerando, como se ha expuesto anteriormente, que los plateros constituían un sector laboral numeroso y privilegiado frente al resto. 511 Si la década de los 70 se podría calificar como de expansión, a pesar de los obstáculos, propios, por otro lado, de una Corporación novel; el decenio siguiente seria época de 510 En 1873, como resultado de diversas planificaciones anteriores, se acordaría invertir los fondos, para una mayor rentabilidad social, en un “establecimiento de vevidas”. Sistema de “cooperación” al que se llegaría, tras un proceso de exposiciones en diferentes sesiones acerca de la necesidad de “darle un giro á los fondos de la sociedad”, partiendo de una idea de cooperativismo de consumo autóctono de “articulos de 1ª necesidad,” que desembocaría, finalmente, en una Cooperativa de consumo propiamente dicha; esto es, “de puerta abierta”. Vid. PÉREZ BARÓ, A., Historia de la cooperación catalana, Barcelona, 1974, p. 38. 511 “La característica esencial de la actuación cooperativista catalana durante la segunda mitad del siglo pasado es la dispersión, y también al parecer, un marcado espíritu de clan que las hace recluirse sobre sí mismas, herencia sin duda del antiguo gremialismo.” Ibíd. p. 186. 242 cambios estructurales así como de inmersión de la Mutua de Plateros en la sociedad cordobesa. Todo lo que terminaría, en la práctica, dándole carácter de sociedad mixta: constituida en su origen por elementos populares (“oficiales de platero”), su actividad y estructura la llevarían a imbricarse, progresivamente, con la clase media local. Paso a paso, las diversas modificaciones reglamentarias irían ampliando la base social de la Entidad, como hemos ido viendo; lo que, aún dentro del entorno del oficio, facilitaría la diversificación. El mismo organigrama asociativo favorecería, igualmente, la apertura social: el equipo facultativo adscrito a la Entidad (médicos y farmacéuticos), que mantendrían una especial unión con ésta, según conocemos por la documentación, aportaría, sin duda, su bagaje cultural. 512 Con todo, quizá lo más significativo, en el aspecto que nos ocupa, fuera el giro que diera la Asociación con la constitución del “Centro de Recreo” (14-11-1885). Nacido en medio de una “crisis general porque atraviesa en esta localidad la industria y el comercio... al borde de la ruina...” que, como no podía ser menos, afectaría directamente a la Sociedad (impagos de socios, “escases de trabajo” ...), se platearía como el recurso financiero para su supervivencia, “como ultimo esfuerzo”. El proyecto: una “Tertulia de Recreo... donde los socios y amigos encontrarán toda clase de juegos... se establecerá una pequeña Biblioteca y salon de lectura con suscricion á varios periodicos ilustrados”. Es decir, cumpliendo escrupulosamente con el esquema de “Casino”, nombre con el que también se le conocerá. 513 Sería a través éste, que la Mutua platera completara la simbiosis interclasista de la que venimos hablando. Si en los Casinos Burgueses-Populares, analizados anteriormente, la mezcolanza vendría dada por la doble adscripción social; en la Sociedad platera, lo sería por “donativos”, “conferencias” y colaboración cultural. Las “Veladas Literarias” serían vehículo de relación, a través de la cooperación instructiva, con la Económica 512 Es posible que la experiencia asociativa desarrollada por el farmacéutico Villegas y los médicos Anchelerga y “el mayor dirigente de la masonería cordobesa”, Manuel Merino y Gimenez, en la Logia, tuviera cierta trascendencia en su relación con la Sociedad de Plateros. Más aún considerando que en Córdoba, el oficio de la Platería ocuparía el segundo lugar de adscritos a la Masonería, junto con él de Comerciantes. Llegando, incluso, a contar con uno de sus acólitos en la Presidencia de la Sociedad platera: Enrique Salinas y Diéguez (1-1-1892/ 20-2-1896). Vid. MORENO GOMEZ, F-ORTIZ VILLALBA, J., La Masoneria... pp. 131-135. 513 Dos antiguos Presidentes de la Sociedad habían emprendido, años atrás, de forma independiente, la fundación de una Sociedad Dramática que, sin duda, sería un referente a la hora de planificar la Tertulia de los plateros. Vid supra p. 150. 243 Cordobesa, 514 la Academia de Córdoba y el Ateneo. Se repetiría, pues, la fórmula del “Casino Industrial, Agrícola y Comercial” cordobés: “distraccion y enseñanza”. La misma que, a su vez, tuviera claro precedente en el célebre Fomento de las Artes madrileño. Pese a todo, hay que añadir, que la Sociedad no olvidaría su esencia mutual y popular. Como lo denota la llamada de atención, año y medio después de su apertura, ante las “ostentaciones de lujo” en que se incurriría en las “Veladas”. 515 Por lo demás, la existencia de la de Plateros transcurriría en una constante búsqueda por aumentar sus ingresos, dada la multiplicidad que cobraban las prestaciones y el fraude que, en ocasiones, se generaba en torno a ellas. La valoración del poder de captación de la Sociedad se hace más difícil, dada la complejidad de cuantificación del segmento poblacional, al que iría dirigido, para las fechas que nos ocupan. No obstante, tomando como referencia el Padrón domiciliario de 1846, como fuente más próxima, y ateniéndonos a los datos conocidos de la Mutua y al periodo más prolífico en solicitudes de ingreso en ella, los cinco primeros años de su aparición, nos parece que la respuesta sería plenamente satisfactoria para la Entidad. 516 Una Biblioteca para la Sociedad de Plateros.- Sin datos desde los que partir, ni inventario conocido, ni referencias de adquisiciones en las Actas, las escuetas noticias con las que contamos, si algo denotan, es el interés mostrado por la Institución en hacerse con un fondo bibliográfico para el Centro de Recreo. 514 Conectamos las buenas relaciones entrambas Sociedades con la planificación educativa de la Económica Cordobesa. Inmersa, en estos momentos, en “la instrucción de la clase obrera”. Vid supra p. 80-81. 515 Sin duda, la confraternidad con asociaciones esencialmente burguesas transmitirían a la Sociedad de Plateros algo de su propia “escala de valores”. Al año de su apertura, además de quejas por poca asisterncia a las “Veladas”,se escuchaban lamentos por las “ostentaciones de lujo” en que se incurría en ellas y se plateaba si continuar con éstas. Finalmente, se acordaría reconducirlas, en la medida de lo posible, dado su carácter voluntario, hacia la temática profesional. 516 El mencionado registro nos arroja una cifra total de 199 individuos censados como “plateros”. Entre 1868 y 1873 se cifran un total de 150 peticiones de ingreso en la Sociedad de Plateros. Salvando las distancias y oscilaciones numéricas lógicas, la demanda parece proporcionalmente cuantiosa. Cfr. VALVERDE FERNÁNDEZ, F., El Colegio-Congregación... p. 82. 244 Financiado, éste, con “las multas en que incurran los señores socios, con los donativos voluntarios o forzosos... ó bien con el producto que dejen las mesas de juego”, comenzaría su andadura unos meses después de la apertura del Centro, tras las primeras donaciones recibidas. El gran impulso vendría más tarde, de la mano del Ministro de Fomento, quien les concediera “ la biblioteca para el Casino” (18-7-1887). Base de su capital libresco, no contamos con la relación de los volúmenes recibidos pero el simple hecho de delegar la selección de estos a un “distinguido escritor y periodista” afincado en Madrid, que tuviera, por estas fechas, relación con la Academia cordobesa, nos imposibilitaría, de cualquier modo, conocer las inquietudes y preferencias temáticas de la Sociedad. A pesar de lo expuesto, hemos rastreado las obras de edición decimonónica que hoy existen en sus anaqueles, presuponiendo que, éstas, provinieran en gran medida de la consabida concesión. Si la selección no fue hecha por la Sociedad, lo cierto es que dichas obras estuvieron al alcance de sus asociados; algo, igualmente interesante, bajo nuestro punto de vista, para conocer, de algún modo, las influencias recibidas. Siguiendo este presupuesto, encontramos en sus estanterías variedad de temáticas: desde Ciencias Experimentales (Física y Química fundamentalmente) y Matemáticas, hasta Historia y Literatura, sin olvidar la Política; todas ellas, curiosamente, en la misma proporción numérica. Un “Manual completo del diamantista platero” y sendas obras de Geografía e Higiene completan el conjunto. 517 Interesante, nos parece, la localización del “Discurso de la Universidad Central del curso 1884 á 1885 por el doctor Miguel Morayta” (1884). Por su significación y tendencia, además de la vinculación masónica del pronunciante, y dados los lazos de la Sociedad de Plateros con este mismo credo, podría haber sido una obra demandada tácitamente por ésta. 518 Considerando, igualmente, la presencia de “Historia del movimiento republicano en Europa” por Emilio Castelar (1878) y “José Manzzini. 517 VIÑAO FRAGO, A., analizando el Catalogo de la Biblioteca del Fomento de las Artes, Sociedad que guarda similitudes con la de Plateros, como ya hemos indicado, destaca “la baja proporción de los libros de ilustración y recreo y el elevado número de los de ciencias morales y políticas, literatura, y ciencias exactas, físicas y naturales.” Cfr. Historia de la Educación en la España Contemporánea... p. 158. 518 Recordemos que la Sociedad Cordobesa de Amigos del País, que también contara, por estas mismas fechas, con destacados socios masones y, a su vez, mantuviera unas relaciones estrechas con la de Plateros, manifestaría apoyo público a su “diputado permanente”, Miguel Morayta, tras la exposición, así como repulsa a los altercados universitarios consecuentes. Vid supra p. 75. 245 Ensayo sobre el movimiento político en Italia” (1876), quizá, habría que pensar, que las mencionadas obras, se encontraban en la línea de opinión de los plateros. * Otras Sociedades de Socorros cordobesas.- En la misma línea estructural que la Sociedad de Plateros cordobesa encontramos una serie de agrupaciones mutuas asistenciales, surgidas al calor de la legislación sancionadora del “derecho de asociación”, y que, al igual que aquella, no son sino el resultado de la desaparición del sistema gremial. Primeros reflejos del asociacionismo obrero, son tangibles los balbuceos organizadores iniciales; lo que, en ocasiones, hace difícil su clasificación para el análisis pertinente. No obstante, a grandes rasgos, hemos optado por distinguir, dentro del grupo, las Sociedades que tuvieran un origen y composición exclusivamente popular de otras que, partiendo del mismo principio mutual, surgieran en el seno burgués, acogiendo al Estamento popular. Repitiendo, con ello, el mismo patrón mixto, burgués-popular, que ya vimos aplicado a las Sociedades culturales. - Sociedades de Socorros Populares: La documentación que nos ha llegado acerca de estas Sociedades cordobesas está fechada entre 1869-1870 y pertenece a un grupo de solicitudes de constitución de Mutualidades de Socorro elevadas al Alcalde, por mor de un cambio burocrático administrativo. 519 El mismo que ha facilitado su conservación pues, como ya se ha apuntado anteriormente, este tipo de tramitación competía a los Gobierno civiles; Institución que, en el caso cordobés, prácticamente no ha conservado vestigios. Al entrar en contacto con el legajo lo primero que apreciamos es que las demandas vendrían de sectores profesionales numéricamente representativos, entre la población cordobesa, por estas fechas; como lo fueran, según consta en el Padrón domiciliario 519 El legajo contiene los siguientes Reglamentos: “Asociación de obreros del arte de la Zapateria de esta Ciudad” (1-5-1870), “Asociación de obreros del oficio-arte de la Panaderia” (14-7-1870), “Asociacion de obreros del Arte de la Cordeleria” (6-12-1869), “Sociedad del gremio de Sastres. El progreso” (28-8-1870), “Asociación del gremio de sombrereros la Protectora” (28-7-1870). Sección “Asuntos Gubernativos, Asociaciones, Archivo Municipal de Córdoba. 246 de 1868, la zapatería, el grupo textil y la panadería. 520 Al mismo tiempo, si atendemos al índice sectorial de “utilidad” anual más próximo (1800), 521 se repiten los mismos oficios solicitantes como los más contributivos: textil, piel y cuero alcanzarían los porcentajes más elevados en este aspecto. Es decir, las primeras Sociedades de Socorros conocidas se originarían en el seno de colectivos artesanales numerosos y productivos, en los que, además, la escala superior del sistema gremial, el “Maestro”, presentaba un alto porcentaje sobre el total censado. 522 Ello nos lleva a suponer que, aún para estas fechas, seguirían siendo importantes feudos gremiales. El que las tres Sociedades de las que se conserva Estatutos especificaran en su reglamentación la exclusión de este rango, 523 al igual que ocurriera con la Sociedad de Plateros, denota que los “oficiales” convocantes buscaban una alternativa asociativa de “socorro” distinta a lo hasta ese momento conocido. Al optar por un sistema mutuo, frente al benéfico precedente, la propia reciprocidad democratizaría la relación, equiparando en “derechos” a los asociados. Siguiendo la reglamentación observamos que todas ellas coinciden en el objetivo básico fundacional, “socorrer en la enfermedad”, a lo que, además, añaden entre el articulado “jubilación”, búsqueda de trabajo al “parado”, ayuda en caso de quedarse “inutil”, de muerte e, incluso, una de éstas, “de prisión”. En parte, prestaciones que de una u otra forma ya cubriera el sistema gremial a través de la Hermandad adjunta. Si bien, ahora, sería el propio asociado el que financiaría el sistema con su cuota de afiliación. 524 Cuotas que oscilarían, en nuestro caso, entre 1 y 2 rls semanales, en la 520 Cfr. MIRANDA GARCÍA, S- LÓPEZ MORA, F., “Clasificación socioprofesional de Córdoba... p. 150. 521 Cfr. VALVERDE FERNÁNDEZ, F., El Colegio-Congregación... p. 61. 522 Atendiendo al número de “Maestros” alcanzado en 1771, zapateros y diferentes secciones relacionadas con el “arte” de tejer mostraban las cifras más altas. Ibíd. p. 57. 523 La Sociedad del Gremio de Sastres, además, insistiría en que permanecerían en ésta como “obreros”, no así si ascendieran a “maestros”. 524 Sería interesante, conforme avance la investigación en el terreno de la Sociabilidad laboral a nivel nacional, apelar a la Historia Comparada para explorar más en las similitudes y diferencias entre el sistema gremial anterior y el asociacionismo liberal. MARTÍNEZ GALLEGO, F-A., incluso, ha llegado a hablar del “un poso de experiencia asociativa... de orgullo de oficio” que brindaran los gremios a la nueva estructura mutual. Cfr. “Disolución gremial... p. 54. Por nuestra parte, apuntamos la intromisión del carácter individualista burgués en un sistema mutual, aún muy unido al corporativismo del Gremio, a través de la obligación de pago regular y personalizado. 247 misma cuantía, por tanto, que las ya vistas para los Casinos populares; lo que, considerando los ingresos mensuales del grupo poblacional a quienes se dirigiera representaría un 2% de sus ingresos mensuales. 525 En cuanto a su composición, nos encontramos con asociaciones cerradas, esto es, dirigidas en exclusiva al oficio que las titulara que mantendrían la nomenclatura de “Gremio” en referencia a dicho colectivo profesional. Asociaciones que presentarían una estructura interna democrática, con elección anual de sus cargos. Los que se determinarían irrenunciables. Entre las condiciones de selección de ingreso aparecería, al igual que en otras agrupaciones de extracción popular, el filtro moral: se exigiría “laboriosidad”, “moralidad” y “honradez”. Por contra, se rechazaría en casos de “embriaguez” o “riñas”. 526 El control económico de las Corporaciones se nos muestra inflexible. Como Sociedades fundadas en la mutua aportación, se aplicaría dureza frente a los impagos (“expulsión”). El fraude para la obtención de prestaciones sería penado de la misma manera. Al mismo tiempo, el engranaje reglado dotaba a las organizaciones corporativas de un blindaje férreo frente a su posible disolución. 527 Otro aspecto que se repetiría en la reglamentación de las Sociedades de Socorros que nos ocupan, sería la “prohibición” de inmiscuirse en cuestiones políticas. Probablemente, los diferentes periodos de no reconocimiento del derecho de asociación habían generado precaución. 525 DE DIEGO GARCÍA, E., estudiando Sociedades de Socorros madrileñas, señala la importancia de establecer “el costo de pertenencia” a estas Agrupaciones, según el nivel económico de los afiliados. Hemos utilizado los parámetros apuntados por él mismo para hallar que, en el caso cordobés, supuso, aproximadamente, este porcentaje. Cfr. “Las Sociedades de Socorros en Madrid 1836-1900” en Perspectivas... p. 279. 526 “Al lenguaje obrero de mediados del siglo XIX resulta inherente el ideario romántico, matizado por las ansias de reformismo social y material” LOPES, M.A., “Pobreza, asistencia y política social en Portugal en los siglos XIX y XX. Perspectivas historiográficas” en Pobreza, Beneficencia... p. 230. 527 Por el mero hecho de que un solo individuo se opusiera a ello, esto no sería posible. A propósito de todo este organigrama, RIVERA BLANCO señala la importancia que tendrían las mutualidades de Vitoria en la formación de “una gestión autónoma” de cara la futura organización sindical. Cfr. “Desarrollo y crisis del modelo de Sociedad de Socorro (Vitoria, 1849-1938)” en Solidaridad desde abajo... p. 141. 248 Pese a sus coincidencias con la figura de la Hermandad gremial, no aparece mención alguna de carácter religioso en ellas. La “laicización” y “autonomización” eclesial se hace patente. 528 Finalmente, merecen destacarse por su exclusividad y temática, dos artículos de los Reglamentos analizados: el uno inmerso en la Mutua de Sastres; el otro, en la de Zapateros. El primero de ellos, contemplaría la posibilidad de la continuidad en la Sociedad, como “heredero de un socio”, a la viuda de éste, aunque “sin voz ni voto”. A pesar de la merma en derechos, con respecto a sus compañeros afiliados, hay que considerar que ninguna otra de las Sociedades analizadas contemplaría la posibilidad de acoger mujeres; es más, durante el siglo XIX los estudios realizados sobre estas Corporaciones señalan la “marginación” que en ellas sufrieran. 529 El segundo punto del articulado a reseñar, proyectaría la posibilidad, “cuando los fondos lo permitan”, de establecer una cooperativa de consumos como medio de financiación de la Sociedad. Sería, éste, un caso de los tantos en que se muestre el “carácter polifacético” que mantendrían alguna de estas Corporaciones. 530 Algo que retomaremos, más adelante, a la hora de abordar el Cooperativismo - Sociedades de Socorros Burguesas- Populares: Tres son las asociaciones locales encontradas factibles de ser agrupadas bajo este epígrafe: la “Sociedad Humanitaria Cordobesa de Socorros Mutuos San Rafael” (24-4- 1876), la “Sociedad de Socorros Mutuos para enfermos San Jose” (1889) y “La Caridad. Sociedad de Socorros Mutuos” (16-8-1894) 531 . Ya desde la propia nomenclatura se establece la primera diferencia entre esta categoría de Sociedades y la anteriormente expuesta: frente a vocablos como “Caridad”, “Filantropía” o “Humanitaria” que titulan y acompañan a éstas, además de las relativas al santoral, encontrábamos, en las precedentes, otros más “laicilizados”; 528 Cfr. RALLE, M., “La función de la protección mutualista en la construcción de una identidad obrera (1870-1910)” en Solidaridad desde abajo... p. 426. 529 Cfr. CASTILLO, S., “Las Sociedades de Socorros Mutuos en la España Contemporánea” en Solidaridad desde abajo... p. 26. 530 Cfr. RALLE, M., “La función de la protección... p. 433. 531 Las fechas de referencia corresponden a los años de edición de sus Reglamentos ya que, hasta la fecha, no contamos con otra documentación sobre el particular. 249 recuérdese, “Protectora” o “Progreso”. Amén de la apostilla de “obreros” que se añadía al rótulo. Abundando en este mismo sentido dispar, nos encontramos, ahora, con unas Mutuas abiertas, esto es, no limitadas a un determinado grupo de profesionales o “gremio”, como ocurriera en las populares vistas. Varía, igualmente, la tipología de sus asociados. Ahora se establecen dos clases diferenciadas: la una, apellidada “protectores” o “fundadores”, que correría con el mayor esfuerzo financiador; la otra, los llamados “socios obreros” o “jornaleros” en La Caridad, que contribuirían con cuotas regulares. De ahí que empleemos la denominación mixta de burguesas- populares. Por otro lado, en dos de ellas se admitirían ambos sexos (San Rafael y San José) e incluso, en la Humanitaria de San Rafael, se crearían “Comisiones de Señoras” para “auxiliar” a las demás socias. Su composición social mixta nos viene dada, además de por la clasificación de socios arriba mencionada, por ciertos nombres que encabezan las listas. En éstas encontramos destacados próceres locales vinculados con otras Sociedades cordobesas: desde la Económica, de la que más abundan, hasta el Círculo de la Amistad, pasando por la Academia, el Ateneo Científico, el Liceo, el Círculo Liberal Conservador y algún destacado cargo rector de la de Plateros y de la Masonería provincial. 532 La convergencia de los anteriormente citados, con el “que yace apenado... sin recursos” y sin “trabajo” en una misma Sociedad, dotada de una estructura administrativa costosa, con “deposito de capital” y “empleados”, es lo que proporciona a estas Corporaciones su mixtura. Otro aspecto que diferencia a dos de las Mutuas que nos ocupan de las populares, concretamente las de San Rafael y San Jose, es su vertebración eclesial. Articuladas sobre una organización parroquial, en cada una de estas circunscripciones se establecería una “Junta” con “Presidente”, “Vocales”, “Comisión de Señoras” y “Delegado”. Además, el servicio médico se estructuraría, igualmente, sobre estas demarcaciones y la “acreditacion” del Párroco jugaría un papel crucial a la hora de determinar quien mereciera socorro. En cuanto a la tercera de estas Instituciones, La Caridad, si bien no nos consta su esquema de trabajo, ya que tan sólo contamos con una 532 Se entrecruzan nombres ya conocidos en la Historia cordobesa como F.La Calle, E.Villegas, Conde de Torres Cabrera, R. Romero Barros, G. De La Riva, R.Lopez Mora, Conde de Cardenas, R. Montis, M.Matilla, R. Rabadan, M.R Blanco Belmonte, A. Torres y Gomez, .... 250 “Memoria” y el “Reglamento de Beneficencia” para su estudio, lo cierto es que se dirigiría, del mismo modo, a la Iglesia, en busca de colaboración. Son estos los argumentos que nos mueven a catalogar a las tres Sociedades como inmersas en una corriente de reformismo social cristiano, en la que también encontráramos, como ya se ha expuesto, a la Económica Cordobesa; lugar de donde provendrían varios de los fundadores de estas Mutualidades. A pesar de lo cual, creemos que en el caso de La Caridad, la tipificación escaparían de lo habitual ya que, de lo contrario, sería inexplicable la presencia en la cabecera presidencial de personajes con fines tan dispares como el conservador Conde de Torres Cabrera (Presidente) y el republicano Angel Torres y Gómez (Vicepresidente). Quizá, fuera el contenido social de la Corporación, como objetivo prioritario, el que les llevara a una aproximación utilitaria del Clero. Claro que, también cabría la posibilidad, de que las dos opciones ideológicas representadas por los titulares mencionados, pugnaran por dirigir la Asociación y captar su propia franja de afiliación. En cualquier caso, ello nos lleva, una vez más, a comprobar la complejidad e imbricación del movimiento asociativo decimonónico. 533 Siguiendo en el capítulo de distinciones, estas Mutuas de extracción mixtas fijarían cuotas de entrada, frente a las populares que carecieran de ella. Del mismo modo, el incremento de fondos tendría otras vertientes: recepción de “limosnas”, “donativos” de los socios protectores, organización de eventos recaudatorios... Es decir, una replica de las actividades llevadas a cabo por otras instituciones benéficas, en las que participara el estamento burgués por estas fechas. De esta manera, la Sociedad de Socorros adquiría tintes de Asociación de Beneficencia al mismo tiempo. 534 El caso de la Sociedad Humanitaria de San Rafael sería especial, además de las fuentes de ingresos ya mencionadas, obtendría “dividendos mensuales” al utilizar el recurso del deposito en “la Caja de Ahorros del Monte de Piedad, en esta capital, no solo por la seguridad... tambien para que el capital impuesto aumente,...” (Art. 20). 533 “El modelo explícitamente católico de mutualismo vigente en España a partir de los años noventa, es, sin embargo, el que se inserta en un proyecto global de acción católica, “antiliberal” y “antisocialista”, esbozado durante el Sexenio y difundido sobre todo en el contexto de la recepción de Rerum Novarum.” MONTERO, F- ESTEBAN DE LA VEGA, E., “Aproximación tipológica al Mutualismo Popular y Obrero en España: El Mutualismo Asistencial” en La Historia Social en España. Actualidad y Perspectivas: Actas del I Congreso de la Asociación de Historia Social, S.Castillo (coord.), México, 1991, p. 463. 534 La Caridad, incluso, elaboraría un Reglamento expreso para estructurar esta faceta. Cfr. Asociación de Obreros Cordobesa “La Caridad”. Reglamento de Beneficencia. 251 Cumpliendo con ello, simultáneamente, con la finalidad de “regenerar a la clase obrera” a través de hábitos burgueses. 535 Mismo objetivo buscado al exigir para el ingreso, como ocurriera con las Mutuas populares, “notoria buena conducta moral”. 536 Al igual que existieran diferencias entre las Sociedades de Socorro populares y las burguesas-populares, según venimos tratando de exponer, también se darían concomitancias y así lo muestran el carácter democrático (“voz y voto” general) de ambas; la prohibición del tratamiento de temas de Política o Religión o la misma diversidad de prestaciones brindadas (enfermedad, asistencia médica, medicamentos, funeral, paro...). Establecidas estas consideraciones, merecen destacarse ciertas especificidades de la Sociedad de Socorros “La Caridad”, además de las ya citadas, que la convierten en excepcional entre las de su clase. Así, bajo los epígrafes de “moral y humanitaria”, “benefica” y con un llamamiento al “patriotismo y caridad de todos los contribuyentes, invitandolos a inscribirse como socios protectores”, comenzaría su andadura presidida por un elenco de personalidades con experiencia sobrada en actividades asociativas de distinta índole (cultural, confesional, masónica...). Es ello lo que, pensamos, le daría ese cariz especial que la hace distinguirse entre las de su categoría, dentro de lo que nos ha sido dado conocer. De estructuración más selectiva, tras una reforma reglamentaria presentaría dos “Comisiones” de trabajo: “Agrícola” y “de panaderia”. Dentro del mismo contexto y como mediadora, establecería contactos con la asociación patronal “Círculo de Labradores”, respondiendo, así, a la solicitud de intermediación recibida por parte una 535 “Este camino conduce indefectiblemente a juzgar la efectividad de la beneficencia tanto en lo que se refiere al socorro material... como en su intento de adecuar la vida de los pobres a la imagen que los promotores de las iniciativas asistenciales tenían de ella.” ESTEBAN DE VEGA, M., “Pobreza y beneficencia en la reciente historiografía española” en Pobreza, Beneficencia... p. 33. 536 “Aparece así el mutualismo,... como un elemento atenuador de conflictos y colaboracionista con los intereses de las oligarquías, que logran hábilmente controlar la espontaneidad originaria de estos movimientos populares, incluso desde dentro (mecenazgo, socios honorarios y protectores). Un elemento,... reforzador del orden público,... al inculcar en los trabajadores pautas burguesas de comportamiento (moralidad, ahorro, previsión).” MAZA ZORRILLA, E., “La horizontalidad de las solidaridades. El mutualismo en la España contemporánea” Ibíd. p. 94. 252 serie de “obreros” en busca de trabajo. 537 No sería esta la única llamada a un grupo social dirigente; en los Boletines de la Institución encontramos comunicación con la Cámara de Comercio cordobesa con el fin de aumentar sus afiliados “protectores”. 538 Del mismo modo, a través de su Presidente, Conde de Torres Cabrera, se dirigiría a la Iglesia exponiendo el proyecto social de la Entidad; aliviándola, de esta forma, del temor de que la nueva Sociedad pudiera “perjudicar” la marcha de los Círculos Católicos de Obreros. 539 Por otro lado, en su cometido iría más allá del simple socorro que caracterizara al grupo de asociaciones de esta denominación. De esta forma, proyectaría una “barriada de obreros”; un “hospital provincial” ginecológico para las mujeres de los socios; una cooperativa panadera de consumos (“tahonas”) para abaratar el producto a los socios “obreros”, donde jugarían un papel importante los “socios protectores” panaderos; “cocinas económicas” para obreros sin trabajo; una “tienda de artículos de primera necesidad” para los mismos... 540 Incluso, nos consta su actuación como Sociedad de Crédito en aras del fomento del empleo. 541 Otro aspecto que nos parece importante a reseñar, es la admisión de la propuesta de un socio “jornalero” para dividir la Sociedad en “gremios” con representación individual en el “Consejo”. Sin duda, las vinculaciones eclesiales de varios asociados y las 537 En la misiva, ante los “escrupulos” que mostrara la Corporación agrícola acerca de su posible origen “socialista”, la de Socorros, amén de negarlo, la tranquilizaría argumentando la posibilidad de combatir a este movimiento. Todo lo que, finalmente, se resolvería con la adhesión de los Labradores a la labor de la de Socorros. 538 Cfr. Boletines de la Cámara de Comercio de Córdoba de octubre y noviembre de 1899. 539 No dudamos de la aquiescencia que la Asociación tuviera ante el clero ya que gran parte de sus componentes participaban, simultáneamente, en labores proselitistas y de apoyo a la Institución eclesiástica. El mismo Presidente ocuparía varios cargos de responsabilidad en este sentido. Igualmente, repasando las listas de Delegados seglares enviados a Congresos Católicos desde 1892, encontramos varios asociados a La Caridad. Cfr. Boletines del Obispado de Córdoba. 540 En la fuente con la que contamos, Memoria leída el 19 de mayo de 1895, estas iniciativas constan como planificaciones. Sin más documentación en la que basarnos por el momento, no sabemos si se harían realidad. La única noticia con la que contamos es la elaboración de un Reglamento para la tienda de artículos que tampoco nos ha sido posible hallar. Cfr. La Caridad. Asociación de Obreros de Córdoba. Memoria, Establecimiento Tipográfico “La Puritana”, Córdoba, 1895. 541 En la Memoria, anteriormente citada, queda constancia de tal concesión para el establecimiento de un almacén de curtidos que daría trabajo a varios “socios zapateros”. 253 publicaciones que sobre la misma temática circularan en este ambiente, favorecería el entusiasmo que despertó la medida. 542 Por lo demás, pese a la escasez de restos documentales y unos primeros momentos difíciles, todo parece indicar que la aceptación de La Caridad fue excelente; al menos esa es la impresión que causan las cifras contables plasmadas en la Memoria en cuestión. 543 * El Cooperativismo: nueva fórmula mutual.- Partiendo de la misma base mutualista, más allá del socorro, e incorporando, además, elementos propios de la nueva estructura de mercado liberal, así como de una novel concepción de agrupación y organización colectiva al calor de los derechos de reunión y asociación recién implantados, aparece el fenómeno cooperativo como respuesta popular, al igual que las Mutuas, a la agonía del sistema gremial. 544 542 Recuérdese que la postura oficial de la Iglesia con respecto a la “cuestión obrera” iba en la misma línea: “La formula... que hoy se busca con tanto empeño para determinar las relaciones mútuas entre el capital y el trabajo, la realizaron los gremios sin esfuerzo y sin fatiga [...] Considerados los gremios desde este punto de vista, merecen ciertamente los elogios que se les tributan... y justifican el deseo manifestado por muchos de restaurarlos en nuestros días...” El Papa y Los Obreros por el Doctor D. Antonio Pérez Córdoba, Pbro, Imp de El Mercantil Sevillano, Sevilla, 1894. “La articulación mixta de los sindicatos constituía la pieza clave del ideario de los dirigentes católicos. Desafortunadamente para el desarrollo de unas organizaciones cristianas con ardor proselitista y capacidad asimiladora, los recuerdos del gremialismo estaban lejos de haberse extinguido.” CUENCA TORIBIO, J.M., Sindicatos y Partidos Católicos Españoles: ¿Fracaso o frustración? 1870-1977, Madrid, 2001, p. 36. 543 Importes monetarios aparte, la emisión de 42.086 recibos para socios protectores y activos de 1ª y 2ª clase entre septiembre de 1894 y marzo de 1895, son bastante expresivos. No obstante, dada la carencia de fuentes, comprendemos los reparos de algún investigador. “... la utilización de las abultadísimas magnitudes de afiliación que las organizaciones católicas se atribuían, con intenciones obviamente propagandísticas, requiere, a nuestro juicio, toda clase de precauciones” MONTERO, F- ESTEBAN DE LA VEGA, E., “Aproximación tipológica... p. 463. 544 MARTINEZ ALCUBILLA califica a las Cooperativas como Sociedades de Socorros Mutuos y Seguros Mutuos “con más ensanche á su filantrópica idea...” Diccionario de la Administración Española... “Este desarrollo [de asociación] y las imperiosas necesidades que se han creado han demostrado la ineficacia de lo pasado y como consecuencia... la necesidad de un nuevo regimen que contiene las reglas 254 Cumpliendo dichas premisas, localizamos en Córdoba cinco de estas asociaciones, coetáneas a las de Socorros populares ya analizadas, bajo las siguientes denominaciones: “Sociedad Artistica Constructora” (11-7-1870); “Sociedad Cooperativa de Agricultores de Córdoba” (septiembre de 1870); “Sociedad Cooperativa Industrial y Comercial La Estrella” (21-7-1870); “Sociedad Cooperativa de Agricultores La Esperanza” (29-11-1871); “Sociedad Agrícola La Ceres” (marzo de 1871). 545 De diferente contenido cada una de ellas, ateniéndonos a la clasificación general de este tipo de Corporaciones y salvando las distancias de ambigüedad y carencia informativa que hacen compleja su clasificación, nos inclinamos a considerarlas como “cooperativas de producción” 546 ; en tanto que, de una forma u otra, se opera una transformación y comercialización de bienes, bien sean agrícolas, industriales o inmuebles, a la búsqueda de “crear o fomentar capital” con distintas finalidades, acordadas entre los “cooperadores” 547 . Finalidades que irían desde la fundación de una Caja de Ahorros, con lo que ello supondría de planificación vital, 548 hasta y adelantos para el bien de la Sociedad” Reglamento de la Sociedad Artistica Constructora de Córdoba, Córdoba 11-7-1870, Sección “Asuntos Gubernativos”, Asociaciones, Archivo Municipal de Córdoba. 545 Sección “Asuntos Gubernativos”, Asociaciones, Archivo Municipal de Córdoba. 546 Nos guiamos por la tipificación general que las encuadra como “de consumo”, “de producción”, “agrícolas” o “de trabajo asociado” y que no hace sino seguir el camino marcado, en su día, por la “pionera” inglesa de Rochdale (1844) “que agrupara a los cooperadores como productores, consumidores y ciudadanos” con el objeto de “... vender provisiones y ropa, instalar fábricas, comprar y cultivar tierras... construir viviendas...” Cfr. ALVAREZ PALACIOS, F., Los justos pioneros de Rochdale. Aproximación al moderno Cooperativismo Democrático, Cuadernos de Formación Cooperativa, Sevilla, 1979, p. 4. Por su parte, PÉREZ BARÓ, A., apunta que en los momentos iniciales de aparición del fenómeno cooperativista predominaron las Cooperativas de “producción”. Las mismas que, más adelante, serían superadas por las de “consumo”. Cfr. Historia de la Cooperación Catalana, Barcelona, 1974, p. 185. Vid. MORALES GUTIERREZ, A.C., “La caza del mamut y los principios cooperativos sobre el beneficio empresarial” en Economía Social Andaluza, 6 (1994), p. 31. 547 “el capital es un medio de producción y no un fin, remunerándosele en consecuencia como tal, de acuerdo con las necesidades de la cooperativa” Ibídem. 548 “cajas de ahorros, donde el menestral, el jornalero y todo hombre industrioso pueden depositar sumas muy ténues bajo la confianza de obtener un rédito proporcionado, [...] contribuyen en gran manera á propagar el espíritu de economía, y con el la propensión al trabajo;... á unir al hombre á su profesión,... á inspirarle amor al órden público,...” “Real órden circular previniendo se procure en las provincias el establecimiento de cajas de ahorros” Decretos de la Reina Ntra Señora Doña Isabel II dados en Real nombre por su Augusta madre La Reina Gobernadora y Reales ordenes, Resoluciones y 255 asistenciales. En cualquier caso, siempre encaminadas, en definitiva, al socorro y “proporcionar medios de subsistencia” al estamento popular. Prueba de ello es que el capítulo subsidiario repetiría los mismos patrones que las Mutuas de Socorros: enfermedad, jubilación, paro... 549 Del mismo modo, coincidirían en el contenido moralizador de aquellas, tres de las Cooperativas que nos ocupan. Dado que se trata de las de contenido no agrícola (salvo una excepción con atenuantes) 550 contemplamos la posibilidad de la existencia de rasgos diferenciados entre el Cooperativismo rural y el urbano en estos momentos iniciales. A la espera del resultado de nuevas investigaciones en este sentido, añadimos, con esto, otro desiderátum a nuestra lista. Al igual que encontramos paralelismos entre Cooperativas y Mutualidades de Socorro, también lo observamos para con las Sociedades Mercantiles, en pleno auge por estas fechas. Así nos lo muestran: la equiparación de las “cuotas” aportadas con participación por “acciones” y el consecuente blindaje del “capital” acumulado; la obtención de “beneficios”; la existencia de “intereses”; la posibilidad de “transferencia de inscripciones”; la realización de “balances anuales” informativos de la trayectoria económica de la Entidad... La misma “cuota”, que se presentara cuantitativamente como popular (en general, 10rls “de entrada” y 1 “semanal”), adquiriría rango mercantil, en alguna de las Cooperativas estudiadas, al considerarse aportaciones en plazos para “completar la acción”. Abundando en las similitudes, encontramos en la “Sociedad Agrícola La Ceres” una figura de intermediación, el “arbitro amigable componedor”, que veremos, en su momento, en las Sociedades Mercantiles cordobesas que serán objeto de un análisis posterior. En definitiva, observamos en las Cooperativas que nos ocupan, la realidad de un “fondo social” o “capital” que iría incrementándose. Él mismo que contendría, a su vez, la esencia de lo que apartaría a las Sociedades Cooperativas de las Mercantiles. Si el “capital social” sería origen y fin en sí mismo para la Mercantil, suponiendo, por Reglamentos Generales expedidos por las Secretarías del Despacho Universal desde 1º de Enero hasta fin de Diciembre de 1835, Madrid, Imprenta Real, 1836. 549 “el principio mutualista se sostiene bajo la condición de la existencia de una necesidad colectiva previa que constituye el objeto de la cooperativa” MORALES GUTIERREZ, A.C., “Soberanía de la persona y solidaridad en la empresa. El caso del Cooperativismo” en Revista de Fomento Social, 185 (1992), p. 76. 550 Se da la circunstancia de que en la Cooperativa agrícola que sí incluyera sentencias morales en su reglamentación, encontramos entre sus promotores a un socio que tuviera responsabilidades en la Directiva de otra de estas Instituciones de extracción Industrial y Comercial. 256 tanto, su máximo objetivo; para la Cooperativa, la suma de intereses individuales constituiría su esencia corporativa, siendo el “capital”, simplemente, el medio operativo. 551 Entre las consecuencias directas de dicho planteamiento colectivo: la posibilidad de perdida del beneficio personal en caso de determinadas sanciones; algo impensable para los “valores” enarbolados por el liberalismo económico. 552 Toda esta mixtura bien podría ser una consecuencia más del desmembramiento del viejo esquema gremial, base en definitiva, como venimos señalando, de las nuevas fórmulas de asociación laborales populares: Mutualidades y Cooperativas. 553 De igual modo, se podría considerar una huella de aquella estructura del Antiguo Régimen el que, junto con el carácter democrático que se tratara de implantar (funcionamiento general y “derecho” a intervención a través de “juntas”; “comisiones” decisorias en operaciones de inversión sociales y en “balance” contable; votación por “mayoria”...), subsistieran, en alguna de estas Corporaciones, una clasificación selectiva asociada al nivel de preparación laboral. 554 Algo que, más que una contradicción, podría interpretarse como propio de un estadio de transición. Por lo demás, otra consideración a mencionar, sobre la estructura funcional de las Cooperativas que tratamos, vendría marcada por la tipología de sus asociados. Pudiendo distinguirse, según ello, Cooperativas cerradas, abiertas o semiabiertas, dependiendo de su composición. Es decir, bien se reservaban al “gremio” titular de la Entidad, bien 551 “surge de la necesidad de las personas y no del capital”; “la actividad de la cooperativa es subsidiaria con la actividad previa del socio” MORALES GUTIERREZ, A.C., “Soberanía de la persona... pp. 68 y 73. 552 “... cualquier socio que falte á la imposicion [“cuota”], al segundo mes sera dado de baja, como no justifique causa legal perdiendo el capital que tenga impuesto.” Art 15, “Reglamento de la Sociedad Artística Constructora de Córdoba”, Sección “Asuntos Gubernativos”.... “ En otros casos se contemplarían descuentos progresivos del capital antes de su perdida total. “Las aportaciones sociales dejan de ser “cuotas de poder” en la gestión” MORALES GUTIERREZ, A.C., “Soberanía de la persona... p. 67. 553 “El gremio era una institución eminentemente cooperativa [...] Era principio fundamental de la organización corporativa, el que los componentes del oficio debían auxiliarse mutuamente,... De aquí nació la consideración “comunal” de las primeras materias...” RUMEU DE ARMAS, A., Historia de la Previsión Social... p. 195. 554 Este sería el caso de la Sociedad Artística Constructora de Córdoba que distinguiría a los “socios clasicos... á consecuencia de estudios de construccion”. Podríamos añadir a la lista de elementos comunes con la antigua organización gremial, el hecho de que la Sociedad Cooperativa Industrial y Comercial La Estrella, ubicada en el “barrio urbano” de San Andrés, tuviera su sede en dicha Parroquia. 257 se ampliaba “a toda persona de buena conducta” o, dado el caso, si el llamamiento al sector profesional correspondiente no produjera la suficiente respuesta, se daría entrada a otros oficios. 555 En referencia, igualmente, a sus miembros, tenemos que apuntar que, en ocasiones, el número de éstos sería objeto de regulación. De las Sociedades analizadas, se da la circunstancia de que las tres “Agrícolas” establecerían numerus clausus: quinientos, doscientos o cuarenta, serían las cifras ajustadas. 556 II. Sociabilidad Patronal: “asociación de intereses”. - La primera noticia que nos consta de agrupación profesional de esta categoría en Córdoba, para las fechas que nos ocupan, e independiente de la estructura gremial, si bien nutriéndose en sus inicios de ella, se remonta al Gobierno galo. Sociedad, la francesa, abanderada de la transformación social que diera paso a presupuestos liberales, sus gobernantes proyectarían alguna que otra fórmula novedosa a la hora de establecer su organigrama político-administrativo en la Península. De esta forma y con el apoyo de una Institución proclive al cambio, la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País, se planificaría la “Asociación de Labradores”: agrupación extragremial concebida para abordar la reforma del sector de cara a su fomento y de la que, por el momento, no nos constan más señas. Iniciado, pues, el proceso reformador, no volvemos a tener noticias de asociacionismo propietario hasta mediados de siglo; momento en que la Administración local se sirve de una llamada “Hermandad de Labradores” para recabar información del sector. Los prolegómenos restauracionistas nos aportan un nuevo dato con la llamada “asociación regional de agricultores y ganaderos” (1875), proyectada, igualmente, por los Amigos del País y de la que lo único a añadir, hasta la fecha, sería el previo incremento de asociados procedentes de estos ámbitos profesionales, que se percibiera en la Sociedad promotora. 557 Así las cosas y en una etapa en que la composición de la Económica 555 En este mismo sentido, PÉREZ BARÓ, A., señala el “marcado espíritu de clan que... hace recluirse sobre sí mismas” a las cooperativas catalanas durante el siglo XIX. Algo que él identifica como “herencia... del antiguo gremialismo”. 556 Para MORALES GUTIERREZ la limitación del número de componentes cooperativistas se debería a que un mayor tamaño sería un “obstáculo para el funcionamiento democrático”. Cfr. Economía Social Andaluza, 5 (1994), p. 23. 557 Vid supra. p. 67. 258 Cordobesa escoraba hacia la elite patronal, no es de extrañar la conexión que se observa entre ésta y la “Liga Española de Contribuyentes”; la cual se estableciera en Córdoba por los mismos años (20-1-1873). Una década más tarde, en el seno de una sociedad burguesa ya en pleno desarrollo, aquellos propietarios, con una amplia experiencia asociativa a sus espaldas y sin abandonar, muchos de ellos, su vinculación a la Económica Cordobesa, bifurcarían sus caminos diversificando y especializando así la oferta asociativa en aras de una mejor defensa de sus intereses. De esta manera, es una de nuestras hipótesis de arranque, surgirían las Cámaras Agrícola y de Comercio Industria y Navegación (1889 y 1887 respectivamente). 558 No obstante, según parece, no serían estas las únicas iniciativas patronales de fin de siglo, distintas fuentes reflejan la existencia de tres asociaciones más, cual serían: el “Cículo de Labradores” (1891), la “Sociedad de Participes de las Aguas procedentes del venero nombrado de Sto Domingo de Silos” (1895) y la “Asociación del Aceite o de Olivareros” (1902). 559 * La Liga Española de Contribuyentes en Córdoba (1872). 560 Época de coyuntura alcista para el asociacionismo, al mismo tiempo que proliferaran agrupaciones mutuales y cooperativas en la ciudad, se implantaría la versión localista de este movimiento, de alcance nacional, que congregaría a “contribuyentes y... clases 558 No contamos con documentación fundacional de estas Instituciones, por lo que partimos de las fechas oficiales notificadas por el Gobernador Civil de la provincia de Córdoba al Ministerio de la Gobernación el 10 de julio de 1900. “Gobierno Civil de la Provincia de Córdoba. Estado comprensivo de las Sociedades que existen constituidas en esta Capital y su provincia con espresion del Titulo domicilio objeto nombre de sus Presidentes numero de socios de que se componen y fechas de fundacion”, Córdoba 10 de Julio de 1900, Sección Gobernación, Archivo General de la Administración. 559 Pese a la manquedad de información, tenemos certeza del funcionamiento de la primeramente citada. En cuanto a la de Olivareros, conocemos la “sugerencia” de la Sociedad Económica Cordobesa a la Cámara de Comercio, de la misma, acerca de la creación de una asociación patronal para un sector en plena expansión como lo fuera el aceitero. La secuencia parece tener continuidad en una Corporación de igual temática localizada en la segunda década del siglo XX. Fuera ya de nuestros límites prospectivos, esperamos la ocasión de dar continuidad cronológica a la línea de investigación emprendida. 560 La documentación con la que contamos para el estudio de esta Corporación, la edición de su Reglamento, está fechada en 1873; no obstante, consideramos como fecha de creación la aportada por M. Izard. Cfr. Manufactureros, Industriales y Revolucionarios, Barcelona, 1979, p. 247. 259 productoras del pais” y que marcaría, sin duda, un nuevo jalón en el desarrollo de la sociedad de clases. Segunda de las de su clase implantada en Andalucía, tras la de Cádiz, la Liga cordobesa se nos muestra arropada por destacadas personalidades curtidas en distintas asociaciones locales preexistentes, fundamentalmente, en la Sociedad de Amigos del País. En ésta, recordemos, planificarían programas sociales de formación, próceres como el canovista Conde de Torres Cabrera o los republicanos Angel de Torres y Salcedo; los mismos que encontramos, entre otros, en la fundación y posterior desenvolvimiento de la Liga en Córdoba. 561 Donde, además de la proclamada “defensa de los intereses generales de los contribuyentes y de las clases productoras del pais”, en su afán por “procurar el desarrollo de la riqueza pública y privada en la localidad... Proporcionar los medios de mejorar su situacion honrada á la clase proletaria” e implantar “proyectos utiles á la localidad” que desembocaran en un mayor desarrollo de la región, se embarcarían a la búsqueda de medios para “La instrucción popular y las sociedades cooperativas”. Compromisos filantrópicos que conectamos, según el caso, como hemos podido ver en capítulos anteriores, con los contactos mantenidos por los protagonistas citados, en sus distintas experiencias asociativas, con tendencias de pensamiento como el catolicismo social o krausismo. 562 Tema reiterativo, en la normativa de la nueva Corporación, sería la exclusión de cualquier actividad de carácter político entre sus fines. 563 El hecho de reservarle un 561 Obsérvese que conforme avanzamos cronológicamente en nuestro análisis, la red asociativa se entrelaza aún más. Para la fecha, algunos de los “Contribuyentes”, además del desarrollo de la actividad política, mantendrían vínculos simultáneos de sociabilidad, amén de con la citada Sociedad Económica, con el Círculo de la Amistad, el Casino Industrial, Agrícola y Comercial y la Academia cordobesa. A lo que habría que añadir, en el caso particular del polifacético abogado Angel de Torres, la Universidad Libre de Córdoba y la logia Patricia de la misma; en los del Conde de Torres Cabrera y Rafael García Lovera, sus relaciones con diferentes asociaciones eclesiales, tal como veremos en su momento. 562 Hecho de clara constatación si analizamos las exposiciones desarrolladas, por estos años, la Academia cordobesa. Vid. p. 105 y ss. Por otro lado, M. Izar, conocedor del Manifiesto fundacional de la Liga de Contribuyentes cordobesa, destaca el gran contenido social del mismo valorándolo “en mayor grado” que el económico. Cfr. Manufactureros,... p. 247. 563 “La Asociacion no apoyará ni combatirá á partido alguno politico determinado, por ser esto contrario á sus fines y á su carácter puramente económico... en ninguno de sus actos podrá tratarse ni se hará la más leve referencia a cuestiones políticas, ni de palabra ni por escrito” Art. 4º, Reglamento de la Liga Española de Contribuyentes en Córdoba, Córdoba, 1873. 260 lugar preeminente en su articulado a dicha aseveración (Art. 1º), junto al nombre oficial de la Institución, ya nos apercibe de la importancia de la medida. No obstante, ello no sería óbice para que se regulara la representación equitativa de “todas las clases asociadas y todos los partidos politicos” en su Junta Directiva. Experiencias de anteriores asociaciones en las que hubieran participado componentes de la Liga, sin duda, les llevaría a mantener a la Corporación al margen de la actividad política; eso sí, sin renunciar a servirse de las influencias pertinentes para llevar a cabo su objetivo fundacional. 564 Por otro lado, el que se expusiera, como objeto principal de la Institución, defender los “intereses” de productores y contribuyentes (Art. 2º), parece mostrarnos la preeminencia del factor económico 565 en unos momentos de cambios profundos para el sector, que movilizarían a diversos grupos patronales en la Península. 566 Ateniéndonos a su composición, nos encontramos con una Entidad de “productores y contribuyentes” que acogería una amalgama de diferentes oficios y procedencias: “Propietarios, Agricultores, Tenedores de Deuda Nacional, Banqueros, Capitalistas, Comerciantes, Interesados en la razon de Minas, Almacenistas, Vendedores industriales, toda persona... que contribuya directa o pecuniariamente á pagar las cargas del estado” (Art. 5º). Otro aspecto que nos parece interesante a resaltar, es la persistencia estructural del concepto gremial, como uno de los medios funcionales de clasificación en la Institución. Concepto que se fundiría, organizativamente hablando, con el de nuevo “La Junta Directiva no podrá ocuparse de asunto alguno en el cual se trate directa o indirectamente de cuestiones políticas” Ibíd. Art. 35 564 Entre los “deberes” de los socios se constata: “... emplear su influencia a favor de los intereses de la colectividad” Art. 8º- 2º, Reglamento de la Liga Española.... “La Junta Directiva invitará á los Sindicos de los gremios respectivos, al mayor contribuyente de cada una de las industrias... á una comisión de propietarios y á otra de rentistas para que le den cuenta por escrito de toda ley, decretos, órden ó disposicion que pueda afectar sus intereses ó entorpecer el libre ejercicio de sus industrias con el objeto de gestionar lo necesario para evitarlo” (Art. 41) 565 “... inicien, apoyen y defienda cuantas reformas convengan al precario estado de nuestra Hacienda hasta obtener que las cuestiones económicas merezcan la preferente atencion que su importancia reclaman” Art. 54, Reglamento de la Liga Española... 566 Izard, en su exposición de los orígenes del Fomento de la Producción Nacional, nos muestra, en parte, el panorama de interrelaciones asociativas que se produciría en la etapa que nos ocupa y el papel destacado que en ello tendrían las diferentes Sociedades andaluzas. Cfr. Manufactureros,... p. 244 y ss. 261 cuño de sociedad de “clases” y que se aplicaría, en esta ocasión, al colectivo de clases medias, más huidizas a dicho parámetro. 567 Del mismo modo, destacado y persistente nos parece, el uso del carácter mutual aplicado a la relación establecida entre las distintas “Contribuyentes”. 568 Lo expuesto, no debe confundirse con un reflejo de permanencia sino más bien, según creemos, como una muestra más de la simbiosis propia de los periodos de transición social. A nuestra forma de ver, sería la transposición de viejas formas organizativas a la nueva sociedad burguesa, basada en principios menos rígidos, lo que daría lugar a la aparición de nuevos fenómenos unitarios fundados en el principio de asociación; como sería el caso de la gestación del concepto de “unidad de acción”. Unidad que comenzaría, en Corporaciones como la que nos ocupa, por pequeñas células provinciales 569 y desembocaría, andando el tiempo y favorecida por la coyuntura, en un primer estadio, en el movimiento de Unión Nacional para dar paso, más adelante, al llamado nacionalismo económico. 567 Al exponer los “derechos” del socio se mencionan, entre otros: “A ser defendido por la Asociación en todo asunto de interés general para el gremio ó clase á que pertenezca...”; “solicitar de la directiva que convoque su gremio ó clase á Junta, con objeto de hacer presente alguna reclamación ó asunto de interés general para el mismo...” Arts. 9º-2º y 3º, Reglamento de la Liga Española... 568 [cuando] “... la Junta Directiva tenga conocimiento de la existencia de otra Asociacion análoga,... notificará sus trabajos... á fin de que se hagan generales si posible fuere, y le propondrá el apoyo y auxilio mutuo a favor de los intereses de los contribuyentes y de las clases productoras de la Nacion” Art. 55, Ibíd. 569 “La asociacion procurará, .... la creacion de otras de igual indole en el mayor numero de poblaciones de la provincia y les propondrá la celebracion de Asambleas provinciales á las cuales concurran el mayor numero de representantes de las distintas asociaciones, con objeto de proponer y de discutir todo proyecto beneficioso para el desarrollo y prosperidad de los pueblos de la provincia” Art. 56 Reglamento de la Liga Española... “Nuestra Junta Directiva auxiliará en sus gestiones á las Juntas Directivas de la provincia... y el dia en que exista nuestra Asociacion en un numero respetable de poblaciones, se convocará á una Asamblea provincial con el objeto de establecer definitivamente las relaciones que deben existir entre todas las Juntas para dar unidad de acción á la Liga” Ibíd. “El dia en que el pensamiento que esta Asociacion entraña haya sido aceptado por un numero respetable de poblaciones de España y existan en ellas asociaciones de contribuyentes, se propondrá la celebración de una Asamblea General, para que concurriendo á ella representantes de todas las provincias, acuerden los trabajos que deben emprender mancomunadas las Asociaciones para bien general de la Nación” Art. 57, Ibíd. 262 * La Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Córdoba (1886) 570 . Resultado de la adaptación institucional a los nuevos fenómenos asociativos en torno a las actividades económicas y heredera de la labor emprendida por la Sociedad Económica de Amigos del País y la Liga de Contribuyentes, la Cámara cordobesa emprendería su andadura bajo una Presidencia en sintonía ideológica con el Partido gobernante. Frente a aquella concentración múltiple de intereses que congregara a los “Contribuyentes”, los ahora asociados, reducirían sus miras a los “mercantiles, industriales ó de navegación”. Difícil sería el seguimiento de la trayectoria y evolución de la Entidad, dada la carencia de documentación y sus años de letargo, sino fuera por su férrea institucionalización, lo que facilita el rastreo a través de fuentes paralelas, así como por sus continuos contactos con otras Corporaciones nacionales e internacionales. 571 Todo lo que nos arroja una serie de datos que nos llevan a reconocer la existencia de dos etapas diferenciadas para el periodo que nos ocupa. Etapas que estarían imbuidas por las circunstancias coyunturales circundantes: en la primera de éstas (1886-1892), observamos una mayor atención a los temas autóctonos, sin dejar por ello de prestar el apoyo corporativo requerido a otras Cámaras peninsulares; mientras que la segunda época (1899-1900), no olvidando en modo alguno el fomento interior, vendría marcada, fundamentalmente, por el reclamo de la regeneración económica-administrativa, culminando todo ello, en el abrazo incondicional de la Unión Nacional. Además de esto, constatamos la presencia de la dicotomía librecambista-proteccionista como trasfondo del desarrollo corporativo. 570 No disponemos de documentación anterior a 1888 y ésta nos remite, como fecha más antigua de existencia de la Corporación, a 1887. No obstante, fuentes periodísticas citan septiembre de 1886 como data fundacional. Cfr. ROMERO ATELA, T., “La Cámara de Comercio de Córdoba: la era Carbonell 1899-1917” en Andalucía Contemporánea t. II, Actas del II Congreso de Historia de Andalucía, Córdoba, 1996, p. 417. 571 Las fuentes nutricias para el conocimiento de la Cámara cordobesa, a más de las reglamentaciones oficiales pertinentes, han sido los documentos repartidos entre el propio Archivo de la Cámara de Comercio, el de la Sociedad Económica de Amigos del País, ubicados en el casino “Círculo de la Amistad”, y la Biblioteca Municipal de la ciudad. 263 - Los inicios: entre el desarrollo provincial y los Tratados de Comercio (1886- 1892): La anteriormente mencionada manquedad informativa, sin listados o libros de actas a los que remitirnos, nos impide mayor concreción a la hora de explicar las causas inmediatas del surgimiento de la Entidad. 572 Si bien, insistimos en la importancia de precedentes como la Liga de Contribuyentes y, más aún, si cabe, la Sociedad Cordobesa de Amigos del País. En ésta última encontramos varias personalidades que ocuparan cargos directivos en los primeros años de la Cámara; si ello lo relacionamos con que serían años de dominio de la mesocracia industrial y comercial para la Económica; las relaciones que ésta estableciera con otras Corporaciones nacionales henchidas de reformismo; la merma que sufrieran sus filas entre los años 1883-1886 debido, probablemente, a su mayor politización o el giro que se produjera en los organismos rectores del País, podremos comprender que todo favoreciera la gestación de una nueva Asociación más especializada y restringida, que recogiera las aspiraciones del colectivo de comerciantes e industriales. 573 Por otro lado, la institucionalización progresiva que hubiere experimentado la Sociedad de Amigos y a la que aspiraran las Ligas, prepararía aún más el desenlace. 574 572 Nuestra investigación se fundamenta en diversas Memorias (la más antigua fechada en 1888) y Boletines de la Cámara cordobesa entre los años 1899 y 1900. Repartido todo ello entre los Archivos de la citada Cámara y del Círculo de la Amistad así como de la Biblioteca Municipal de Córdoba. 573 Recuérdese que, por estos mismos años, el continuo desarrollo de las actividades económicas daría lugar a una nueva codificación mercantil que traería así mismo, parejas, otras modificaciones institucionales: véase el caso de las modificaciones registrales. “El trabajo y la industria... necesitan adquirir, por medio de la libre asociación, poderosos organismos, con los cuales,... puedan obtenerse prontos y eficaces beneficios para el desarrollo y engrandecimiento de aquellos generales intereses [...] Destruidos aquellos moldes [“Gremios”, “Bolsas” y “Ligas”]... y necesitando además las energias de la actividad económica cáuces más anchos por donde dirigirse, ha llegado el momento,... de iniciar la organización de los intereses económicos, y entre las diferentes instituciones que requieren la cooperación del Gobierno,... una de las primeras que se propone introducir... es la institución que se conoce con el nombre de Cámaras de Comercio.” “Real decreto, creando Cámaras oficiales de Comercio, Industria y Navegación”, 9 de abril de 1886 en Colección Legislativa de España, Primer semestre, p. 723. 574 Conocido el proceso de institucionalización de las Sociedades Económicas, las Ligas planearían igualmente el suyo. Él cual pasaría por la creación de una Junta Superior compuesta por representantes de diversos organismos oficiales, de la vida política, de las de Amigos del País y de las propias Ligas. Cfr. 264 Así las cosas, la Cámara de Córdoba seguiría la estructura marcada por la legislación que regulara la creación de dichas Instituciones. 575 Normativa en la que también encontramos huellas del organigrama de las Ligas, en tanto que, éstas, desarrollaran una acción interventora en proyectos oficiales. Con la diferencia de que ahora, las Cámaras, tendrían el marchamo gubernamental y ampliarían por ello, el campo de responsabilidades amparadas en este respaldo. Perdiendo, eso sí, con respecto a aquellas, libertad de acceso: mientras las Ligas acogieran a “toda persona que... contribuya”; las de Comercio establecerían, a modo de mecanismo selectivo, tan sólo los que lo hubieren hecho un mínimo de cinco años antes de su solicitud. Es decir, los que tuvieren una solvencia económica que verificara una posición consolidada en el sector, siguiendo, con ello, los nuevos sistemas de baremación de la sociedad burguesa. 576 De igual forma, ante la relevancia que irían tomando las transacciones mercantiles en la nueva estructura social, se dotaba a la nueva Institución de ciertas capacidades juridico-policiales, llegando a actuar a manera de “Jurado” frente a posibles litigios (Art. 2º- 11, 12, 13, 14 y 15). Al margen ya de paralelismos reglamentarios y centrándonos en el análisis interno de la Cámara cordobesa, sería de alto interés poder establecer la presencia proporcional de representantes de las distintas actividades industriales y comerciales en la Entidad; ello podría proporcinarnos una radiografía real del sector productivo de Córdoba para la fecha. Método bastante más certero, por otro lado, que las estadisticas oficiales, dada su ya conocida tendencia a la ocultación por razones contributivas. 577 “La Liga de Contribuyentes de Malaga al Presidente de la Sociedad Economica...”, Málaga, 27-7-1876 en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica... 575 Sin noticias del Reglamento propio de la Cámara cordobesa, el conocimiento de las normas que la regularan nos viene dado por el Real Decreto de 9 de abril, arriba citado. 576 Andando el tiempo, cuando los intereses de clase se consideren afectados con las reformas fiscales finiseculares y el impulso regeneracionista planifique la Unión de todas las clases para la recuperación nacional, simultáneamente, se produciría la apertura a “dependientes de comercio”, “empleados de banca”... 577 La habitual enmarcación de Córdoba en puestos mediocres, en cuanto a parámetros económicos- productivos, obtenida hasta la fecha para el periodo que nos ocupa, no casa demasiado con el puesto en que la sitúan estadísticas oficiales de “contribución Industrial y de Comercio”. Las del año 1878, registro más próximo a la creación de las Cámaras que nos ha sido posible localizar por el momento, la colocan en el decimosexto lugar entre las 45 provincias españolas. Además, el hecho de que la ciudad fuera agraciada entre diecinueve (seis de éstas, no capitales de provincia) para la instalación de una de las Cámaras de Comercio, teniendo en cuenta que el criterio selectivo se basaba en “las plazas de mayor 265 Lamentablemente, la falta absoluta de listados de asociados para este primer periodo y la carencia de una clasificación sectorial en ellos, para el segundo, nos lo impide. Es por tanto, otra de las aspiraciones que debemos dejar en suspenso a la espera de que futuras incursiones archivisticas y nuevos avances en la investigación, nos desvelen mayor información. 578 Por el momento, conocidos al menos, los componentes de las Juntas Directivas de la Corporación para estos primeros años, constatamos entre ellos la presencia de destacados componentes de la Sociedad Económica de Amigos del País. En lo que se refiere a su oficio de procedencia, dentro de lo que nos es dado conocer, observamos que durante el primer bienio, los ocupantes de los cargos presidenciales estarían vinculados, oficialmente, a tareas políticas: en 1887 encontramos al frente a Jaime Aparicio, componente del partido Liberal y al año siguiente, a Emilio Carreño, del Republicano. Mientras que entre 1889-1892 accederían a la Presidencia y Vicepresidencia respectivamente, Rafael Lopez Amigo y Carlos Carbonell y Morand, destacados profesionales del mundo financiero, que ya hubieren ocupado sendas vocalias bajo mandato de Carreño. 579 A lo expuesto, añadimos que el acceso a los puestos rectores de la Entidad vendría marcado por un criterio selectivo de tipo económico, quedando así, reservados a la elite adinerada de los asociados. 580 Si para este periodo inicial de la Institución no contamos con demasiados datos referentes a la extracción de sus componentes, la información no es mayor en cuanto al importancia en estos ramos de la riqueza pública”, parece incidir en la necesidad de hallar nuevas vías de investigación que clarifiquen aún más, la Historia local y provincial; lo que, con el cruce de datos pertinente, no haría sino incidir en el mejor conocimiento de la General. Para tal empresa, la Sociabilidad nos parece una opción a considerar. Cfr. Estadistica Administrativa de la Contribución Industrial. Direccion General de Contribuciones. Año 1879, Imprenta Nacional, Madrid, pp. 336-337. 578 Con esa esperanza transcribimos en los apéndices las relaciones de camerales obtenidas en el transcurso de nuestras prospecciones documentales. 579 Cierto es, que la actividad financiera de Carbonell y Morand no era la más exitosa para estos años, siendo sobrepasada por la comercial; pero también lo es, que éste había sido el motivo principal de su implantación de Córdoba y continuaba teniendo peso en la Sociedad pese a la ralentización de resultados. Cfr. CASTEJÓN MONTIJANO, R., La Casa Carbonell de Córdoba (1866-1918). Génesis y desarrollo de una Sociedad Mercantil e Industrial en Andalucía, Córdoba, 1977, pp.72-74. 580 “Serán elegibles para los cargos de la Junta directiva, los miembros de la Cámara comerciantes, industriales y navieros, que.... figuren en la mitad superior de la escala que se formará con todos los miembros de la Cámara, contribuyentes al Estado por sus respectivas profesiones.” Art. 1º- 5ª, “Real decreto, creando Cámaras oficiales de Comercio,... 266 número de ellos: El primer recuento de asociados conocido es de 1888, arrojándonos una cifra de 111 camerales para la capital y tan sólo 6 en la provincia. Ello explica que la labor de implantación provincial se convirtiera en una de las principales preocupaciones para Corporación junto con la lucha por el desarrollo en este mismo ámbito. La búsqueda constante del fomento provincial giraría, principalmente, entorno al binomio aceite-vino, el cual se llegaría a calificar en varios pasajes como el más importante para este área y ocuparía gran parte de la agenda de actuaciones de la Entidad. De tal forma que el resto de los temas, salvo especificidades, también irían en función de aquél. Pese a todo, la lista de actividades emprendidas no se presenta escasa, pudiéndose encontrar: peticiones de reducción de impuestos sobre “los trigos” introducidos en la capital; propuestas de desarrollo de la legislación mercantil; quejas sobre cuestiones tarífales; mejoras de transporte, enfocadas, las más de las veces, al ferroviario; solicitud créditos al desarrollo y demandas para el aumento de productividad regional; 581 relaciones institucionales y entre diversas asociaciones patronales, destacando, en este último caso, las llevadas a cabo entre las Cámaras 581 La labor de impulso a la producción sería una constante para la Cámara cordobesa y uno de los recursos utilizados en ello serían las convocatorias a Exposiciones y Certámenes. En 1888, al relacionar los numerosos galardones obtenidos por la capital y su provincia en la Exposición Universal celebrada en Barcelona (16 medallas de oro, 21 de plata, 21 de bronce, 1 Diploma de honor y 12 Menciones honoríficas), tras calificarla de “exito”, se haría un impetuoso llamamiento para la siguiente cita en París. De nuevo, en 1892, se recurre a la “insistente excitación” para asistencia a la “Exposición de Industrias Artisticas”, igualmente en la Ciudad Condal, y se lamentan, más adelante, por la presencia de industriales y comerciantes cordobeses, en el evento, de forma no “compacta” y “centralizada”; lo cual, les parecía, hubiere reportado “más provecho”. “Apelamos... al patriotismo de los cordobeses, exitandoles á que salgan de esa apatía que tanto perjudica a nuestros intereses, y que envien los productos de su iniciativa é inteligencia al gran Cretámen que ha de celebrarse en París... ya que las exhibiciones son tan beneficiosas para el Comercio y la Industria en general” Cámara Oficial de Comercio é Industria de Córdoba. Memoria presentada por la Junta Directiva á la Asamblea Gral leida el dia 18 de Diciembre de 1888 por el Srio Gral, Imp. La Actividad, 1889; “... entró en contacto con la comisión organizadora de aquel concurso é hizo cuanto le fue posible para despertar el sosegado espiritu de los industriales-artistas de esta region [...] repartió circulares; dio a conocer por medio de la prensa los reglamentos y bases grales de la Exposición y... ofreció su cooperación...” Cámara Oficial de Comercio é Industria de Córdoba. Memoria leida en la Asamblea Gral Ordinaria celebrada el 18 de Diciembre de 1892 por el Srio Gral de la misma, Córdoba, Tipografía de la Región Andaluza, 1893. 267 nacionales e internacionales; labores de “arbitraje” que, como hemos señalado anteriormente, estaban reglamentadas entre sus funciones y se prestarían a ser comparadas, andando el tiempo y en ciertos casos, con las sindicales 582 o bien, insistencia en la necesidad de abordar la regeneración político-administrativa, por señalar las más significativas. En cualquier caso, el procedimiento de tramitación seguiría el protocolo rutinario: “Exposiciones” a las autoridades locales, provinciales y, vía Delegación o Ministerio, nacionales; ello, sin olvidar los enlaces parlamentarios. Esto expuesto, nos centraremos en aquellos aspectos que, nos parece, reflejan con más claridad las consecuencias de la aplicación de fórmulas de sociabilidad al devenir económico; tales como, las reacciones que generaría en el seno interno de la Cámara cordobesa la negociación por parte del Gobierno español de los“Tratados Comerciales”, por estas fechas y el conjunto de interrelaciones asociativas desarrolladas por la Institución, que se enmarcarían, años adelante y en pleno proceso regenerador, dentro del movimiento de “Unión nacional”. Para el primero de los supuestos, los prolegómenos comenzarían en 1888. Año en que encontramos las primeras manifestaciones de descontento por parte de la Corporación cordobesa, hacia la “pretensión” del Ministerio de Hacienda de consentir “la administración temporal de aceites extrangeros” a la producción conservera. Su movilización al respecto, no sólo consistiría en elevar la correspondiente protesta oficial, basada en el perjuicio “en alto grado a la producción nacional”, sino que iniciaría un proceso de contactos con el resto de la Cámaras reclamando apoyo. Más adelante, cercana la data de renovación de los Tratados de Comercio en vigor y ante las consultas que el Gobierno español promoviera sobre el asunto a través de un “Interrogatorio” (1890), la Cámara de Córdoba, tras manifestar su contrariedad por la fórmula de encuestar elegida, la que consideraran les restaba competencias legalmente 582 Sería, ésta, una de las atribuciones de “Jurado” que contemplara la legislación para las Cámaras. Si bien es cierto, que la de Córdoba, a la hora de aplicarse en uno de estos casos, por estas mismas fechas, se lamentaría de la escasez con que el sistema fuera empleado: “...con motivo de la exposicion elevada á sus jefes y principales por los dependientes del gremio de drogas y coloniales... en solicitud de reduccion y reglamentación de las horas de despacho... [la Cámara] convocó á los jefes de los comercios... [y] despues de libre debate, vino á resolverse entre los interesados una expresión formal de concesion y avenencia.” Cámara Oficial de Comercio é Industria de Córdoba. Memoria leida en la Asamblea Gral ordinaria celebrada el dia 20 de Diciembre de 1891 por el Srio Gral de la misma, Córdoba, 1892, p. 9. 268 establecidas, 583 nombraría una “Comisión” compuesta por 26 representantes de los sectores productivos y comerciales más representativos (aceitero, vinícola, platería, “articulos metalurgicos en gral”, fabricación y comercio de sombrerería son los que nos constan documentalmente), que valorarían los resultados y consecuencias económicas que venían sucediéndose desde la firma de los mencionados acuerdos comerciales. Entre los comisionados, varios camerales que a la vez eran Amigos del País; dato significativo ya que esta Asociación se había ocupado del tema en cuestión unos años antes, con relación al caso británico concretamente. Habiéndose decantado por aquel entonces, junto con el resto de Económicas andaluzas a través de su representación parlamentaria, por una “Petición” al Senado en pro de su continuidad (1885). 584 A la vista de las respuestas que nos han llegado sobre el particular, lo que se nos muestra realmente es la traslación al nivel productivo provincial de la ya clásica dicotomía proteccionismo / librecambio. Entre los argumentos transcritos al Boletín de la Entidad, encontramos mayoría cuantitativa y cualitativa para del sector vinícola y oleícola; sectores, por otra parte, de tendencia exportadora. Mayoría, proporcionalmente hablando, y en cuanto al peso que tuvieran en la Institución las personalidades expositoras: Carlos Carbonell y Emilio Carreño, ambos “fabricantes” en dichas parcelas productivas. El primero de ellos, Vicepresidente a la sazón; el segundo, habiendo sido Presidente en los momentos de arranque de la Corporación, seguiría ocupando durante estos años, excepción del que nos ocupa, cargos en su Junta Directiva. Los dos coincidirían en destacar la importancia del dúo productivo para la región; apuntando Carbonell, que, en el caso del aceite, el volumen generado en Andalucía representaba 1/5 del total nacional. Se lamentaban de falta de apoyos y abogaban por ciertas defensas frente a otros aceites, grasas y alcoholes foráneos que 583 “Las Cámaras oficiales habrán de ser necesariamente consultadas sobre los proyectos de Tratados de Comercio y Navegación, reformas de Aranceles, creación de Bolsas de Comercio, y organización y planes de la enseñanza mercantil, industrial y de navegación” Art. 3º, “Real decreto, creando Cámaras oficiales... “... propendemos á formar un cuerpo compacto y vigoroso que haga pesar la influencia del comercio y de la industria en las decisiones de los gobernantes y atender cual es debido en el seno de las corporaciones colegiadoras los vitales intereses que en el seno del organismo social representamos” Cámara Oficial de Comercio é Industria de Córdoba. Memoria leida en la Asamblea Gral ordinaria celebrada el dia 20 de Diciembre de 1890, Córdoba, 1891. 584 Vid supra p. 87. 269 invadían el mercado español por ser el de menores exigencias arancelarias del entorno. En sus razonamientos no olvidarían mencionar otras localidades de la región andaluza con idéntica problemática sectorial, con cuyas Cámaras o Sociedades Económicas se hallaran en contacto solidario de intereses; se citaban concretamente las plazas de Jerez de la Frontera, Montilla y Aguilar de la Frontera. Tampoco dejarían de señalar posturas opuestas a su criterio comercial vinícola, abanderados por Cámaras como las de Reus y Alicante. Pese a la aparente inclinación proteccionista, terminaban su exposición en sendos cantos al fomento constante de los intercambios comerciales con Francia e Inglaterra e, incluso, el republicano Carreño calificaba “la protección a industrias determinadas,... teoricamente injusta”. En definitiva, postura compleja la expresada por los camerales citados, de difícil catalogación, que se nos ocurre definir a modo de librecambio sui generis con una primera fase de proteccionismo selectivo y ocasional 585 . Todo ello, en medio del clamor, éste sí, firmemente proteccionista, con proselitismo incluido, 586 que se cernía sobre la industria vinícola de otras regiones peninsulares, con sus Cámaras respectivas al frente. Clamor conocido, por otro lado, por la Cámara de Córdoba, entre otras cosas, por su presencia en el “Congreso economico nacional” de Barcelona de 1888. Desde donde se expandirían las consignas 585 Personalismos aparte, cual es el caso de Carlos Carbonell que debiera el reflotamiento de la industria homónima a la política de librecambio, lo cierto es que serían varias las Corporaciones andaluzas que insistirían en adoptar una postura especifica para el sector vinatero andaluz, dada la incompatibilidad de intereses con el resto: “Conocidas son de todos las gestiones del Gobierno español para llegar á un acuerdo con el de Lóndres... Cataluña empleó todo su esfuerzo colectivo, oponiéndose á todo concierto que lastimase la protección que gozan sus manufacturas, y entretanto la viticultura andaluza sucumbe, esperando que reanuden las interrumpidas negociaciones con Inglaterra,...” “La Sociedad Economica de Amigos del Pais de Aguilar de la Frontera a sus hermanas de Andalucia”, 1885. Apud. Lecturas de Historia Económica Andaluza... p. 475. “... los intereses de Andalucía en esta cuestión son especialísimos, hasta tal punto que,... podría quizás concertarse un tratado con Francia que fuese beneficioso para España en general y que, sin embargo, no impidiera la completa ruina del negocio vinícola en nuestra comarca [...] Nuestro interés, más aún la vida ulterior del negocio en Andalucía, consiste en no confundir nuestra causa con la de los vinos españoles en general,...” “Apuntes sobre el Tratado de Comercio con Francia que han formulado las Comisiones nombradas por las Cámaras de Comercio y de Agricultura y los Criadores, Exportadores y Almacenistas de vinos de Jerez y Málaga”, 1891. Ibíd. pp. 549-551. Vid. La Casa Carbonell... p. 135. 586 Recuérdese aquí, el bombardeo publicista que recibiera la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País por parte del barcelonés Fomento del Trabajo Nacional. 270 adoptadas al respecto y se aunarían los intereses proteccionistas de catalanes y castellanos; incluyéndose entre estos últimos, los advenedizos “vinateros”. 587 No obstante el peso de las opiniones anteriormente señaladas, éstas no serían las únicas voces escuchadas en la Cámara cordobesa. Unificando criterios, podríamos decir que, en general, los otros colectivos profesionales de los que nos ha llegado respuesta sobre el particular (platería, artículos de metal y sombrerería), enmarcados en el mundo artesanal y por tanto con un área de comercialización bastante más reducida, se inclinarían, básicamente, por la solicitud de “disposiciones salvadoras”. Como lo sería la rebaja en los derechos de entrada a la materia prima objeto de su manipulación; mitigando, eso sí, la entrada de los productos elaborados de su competencia. 588 En cualquier caso, en ningún momento apreciamos una postura hostil a las normales transacciones comerciales de importación-exportación. Antes bien, induce a pensar en una planificación industrial primigenia, basada en un estudio de costes selectivo en aras de mayor productividad, con la correspondiente fase de protección, propia del fomento inicial, a modo de adaptación al nuevo sistema económico. En definitiva, partiendo de diferentes parámetros productivos, los nuevos grupos consultados no se alejarían de la postura de los sectores industrializados del vino y aceite que, como hemos expuesto más arriba, abogaban por algo así como un protectorado comercial como primer paso para relacionarse con los países europeos de su entorno; para estas fechas, en un estadio de desarrollo industrial más avanzado. 589 587 “El Congreso Económico Nacional celebrado en Barcelona forjó, en opinión de J. Nadal “la unión efectiva de los intereses agrarios e industriales”. Y el arancel de 1891 refleja ya de forma clara esta orientación basada en el monopolio del mercado interior y del mercado colonial para los productos españoles”. Cfr. CARNERO ARBAT, T., “Expansión vinícola y atraso agrario, 1870-1900” en Ramón Garrabou y Jesús Sanz (eds), Historia Agraria de la España Contemporánea. Expansión y crisis (1850- 1900), Barcelona, 1985, pp. 288-289. Vid. CALVO CABALLERO, P., Asociacionismo y cultura patronales en Castilla y León durante la Restauración. 1876-1923, Salamanca, 2003, p. 188-189. 588 La excepción de rigor la marcaría un fabricante y a la vez comerciante de sombreros que solicitaría la “prohibición” de la importación de sombreros concluidos. 589 La “Exposición” elevada por el Ilustre Colegio de Orífices y Plateros de Córdoba al Ministerio de Hacienda y Fomento, que sería “hecha suya” por la Cámara cordobesa para difundir entre “sus hermanas de la Peninula”, nos parece suficientemente clarificadora: “... con su libertad de tráfico, al romper los antiguos moldes en que los artistas vivian... en esa incesante lucha de competencia que constituye la caracteristica de los tiempos presentes,... [...] faltan... al artista... los medios... para introducir... todos aquellos procedimientos y aparatos nuevos que al hacer mayor produccion, mejoren y perfeccionen el producto... [...] hemos entrado... en la lucha jigantesca, con la produccion extranjera, sin apoyo alguno 271 El bienio siguiente a la encuesta gubernamental (1891-92) y coincidiendo con el giro en política económica llevado a cabo por el Gobierno de turno (“arancel Canovas”), la Institución daría muestras palpables de las preferencias corporativas en esta materia; las que marcharían, por otro lado, en sentido completamente opuesto a las oficiales. Se describiría la situación a generar por las nuevas medidas como “angustiosa para el Comercio y la Industria de Córdoba...”, “... porvenir... oscuro y sombrio para cuantas clases productoras encierra el Pais...”, se anticipaban a los resultados de su aplicación aventurando “tristes presagios para dentro de un breve plazo...”. El Boletín oficial que recogiera el resumen anual de la actuación de la Entidad durante 1891 se lamentaría de la relegación que sufriera la misma. Habiendo pasado, se añadía, de desarrollar unas tareas de cooperación institucional a una “actividad defensiva incesante y á un continuo esfuerzo por proteger... el libre juego de todos aquellos resortes mantenedores de la produccion industrial y de la vida del comercio”. A modo de epitafio concluyente insistían: “Amenazan para su porvenir cercano las corrientes proteccionistas que hoy dominan Europa y America...”. La misma publicación, al año siguiente, insistía en la descripción de “desventura” y, ya sin ambages, plasmaba el desencanto por los poderes públicos, a modo de pequeña muestra cordobesa de lo que se gestaba y que, tras el revulsivo noventayochista, se convertiría en autentico desencuentro Gobierno-Cámaras de alcance nacional. 590 Incluso, en esta misma línea y por parte de nuestro gobierno y sin que aún hayamos podido romper las fuertes ligaduras de una reglamentacion que ya no tiene razon de ser... [...] el Gobierno debe ocuparse de proteger el sector ya que tanto lo hace con la agricultura y ganaderia... [...] sin que la protección llegue á un punto más allá de lo que racionalmente exija la especialidad de las actuales circunstancias,...” (1889) “Apendice II” en Memoria leida en la Asamblea Gral ordinaria celebrada el dia 20 de Diciembre de 1890... 590 “... la vida industrial de País... la libre actividad del comercio... han venido á hallarse en estos últimos meses en la más critica situación de desamparo... [...] la especie de persecución sin tregua que sufren estas clases mercantiles desde hace largo tiempo... Todo parece... en contra de ellas... reformas arancelarias, recargos en la tributación, entorpecimientos y fiscalizaciones en su contabilidad, atascos y formalidades en el libre movimiento de las mercancias,...” Cámara Oficial de Comercio é Industria de Córdoba. Memoria leida en la Asamblea Gral Ordinaria celebrada el 18 de Diciembre de 1892... “... el fisco, ahogando en su origen é imposibilitando en su desarrollo la vitalidad del comercio y de la Industria con tarifas imposibles, no son... los medios más seguros para que una nación paralizada como la nuestra en medio de la prodigiosa actividad del resto de Europa, pueda prosperar... [...] la atmosfera de inquietud... no alienta el espiritu de empresa ni da animo a los capitales recelosos que platean negocios nuevos;...” Ibídem. 272 siguiendo las secuencias documentales de lo que hemos dado en considerar primer periodo en la existencia de la Cámara de Córdoba, podemos distinguir esa búsqueda constante de “Unión” que nos introduce al desenlace final de la movilización finisecular capitaneada por la Asamblea de Zaragoza. Es decir, si bien es cierto que la normativa general de Cámaras de Comercio contemplaría la posibilidad de “reunirse” y mantener “relaciones” entre ellas, no lo es menos que la de Córdoba ampliaría, en ocasiones, estas atribuciones, véanse: el envío, en busca de respaldo, “á todas la Cámaras” de una “Exposición” al Congreso en solicitud de una “Ley de procedimiento” que “se ofreció” al publicar el nuevo Código de Comercio y que aún no se hubiere resuelto (1888); el llamamiento a la “correspondencia entre Cámaras” destinado a la petición de aumento de recursos al Gobierno (1888); el “solicitar de la demás Cámaras de España una reunion gral... con el fin de tratar y resolver... asuntos... que habrán de ser sumamente beneficiosos y de gran trascendencia para las clases que las representan” (1888) o la redacción y curso al organismo oficial correspondiente, de un “Proyecto de asociacion de vinicultores españoles”. 591 Sin que tengamos más noticias, desde 1892 se abriría un paréntesis en la actividad corporativa durante el que, a juzgar por los datos recopilados, la Institución entraría en un estado de latencia (“casi olvidada”) del que no se recuperaría hasta el inicio del proceso regeneracionista. Probablemente, la continuidad de Gamazo y Calvo en las medidas proteccionistas que le precedieron, aumentaría la desesperanza en que hubiere caído la Corporación. Lo que bien pudiera haber causado su debilidad. - Bajo el signo de la “Regeneración” (1899-1900): Salvado un sexenio silencioso, observamos que uno de los empeños primigenios de la Corporación, extender sus raíces a la provincia, comenzaría a cumplirse. Sin duda la consigna de introversión peninsular adoptada en el Congreso de Zaragoza “...como las gravisimas que hizo surguir la terminacion de los tratados de comercio que España tenia concertados con las principales naciones de Europa... [...] la industria olivarera y la vinícola eran las mas afectadas por el cambio de relaciones mercantiles... la Junta no ha perdonado medio alguno para informar a éstas industrias de las consecuencias más graves é inmediatas de tan peligroso cambio... [...] Su dictamen ha llegado hasta los poderes públicos en más de una ocasión...” Ibídem. 591 El mencionado Proyecto, elaborado por el entonces Presidente de la Entidad y banquero Rafael Lopez Amigo, formaría parte de un estudio más amplio, acerca de “Estaciones enotecnicas”, realizado por la Cámara de Córdoba a petición gubernamental. Cámara Oficial de Comercio é Industria de Córdoba. Memoria leida en la Asamblea Gral ordinaria celebrada el dia 20 de Diciembre de 1891... 273 supondría un impulso a lo ya planificado. 592 Así, cambiadas las tornas, el incremento de asociados a la Cámara procedentes de los pueblos cordobeses supondría casi un sesenta por ciento sobre el montante total de ingresos. Esto es, de los 923 censados al termino del milenio, 548 serían provincianos. 593 De estos, destacar la procedencia en aplastante predominio numérico del centro y sur de la demarcación (Valle del Guadalquivir, Campiña y Subbética), área de mayoría productiva de ceral, oleícola y vinícola. Por contra, el norte de la provincia, de predominio minero y ganadero, aún cumpliendo con el hecho presencial, aportaría cifras de afiliación bastante más inferiores; salvo dos excepciones, los centros neurálgicos de Belmez y Pozoblanco. 594 De cualquier forma, lo cierto es que la Institución cuidaría, y mucho, el respaldo provincial traducido en ingresos, de ahí su insistencia en el nombramiento de “Delegados” en diferentes poblaciones para dicha gestión proselitista. Al finalizar 1899 contaría con Delegaciones unipersonales en 42 pueblos de la Provincia, destacando como caso exclusivo Lucena, donde se constituirían un Delegado y dos Subdelegados. 595 En la misma línea de captación de asociados habría que considerar la solicitud, por parte del liberal E. Alvarez de los Angeles (2-5-1899), de aplacar el “rigor” de 592 “... volviéronse los ojos de todo el mundo hacia el interior de la peninsula buscando en el sosiego de una vida más recogida, en el orden, en el arreglo y la economía la norma á que en lo sucesivo debería sujetarse la existencia social y política de nuestra patria.” Cámara Oficial de Comercio é Industria de Córdoba. Memoria leida en la Asamblea Gral Ordinaria celebrada el 17 de Diciembre de 1899 por el Srio Gral de la misma, Córdoba, 1900, Tipografía “La Actividad”, p. 5. 593 Nótese el vuelco tan espectacular que hubiere experimentado la población cameral tras el “Desastre”. Partiendo de los 117 socios declarados en 1888 y pasando por los 201 de 1890, en 1891 se contabilizarían 174. 594 Cfr. Cámara Oficial de Comercio é Industria de Córdoba. Memoria leida en la Asamblea Gral ordinaria celebrada el dia 17 de Diciembre de 1899 por el Srio Gral de la misma, Córdoba, Tipografía “La Actividad”, 1900, pp.16-29. 595 Interesante particularidad. Pueblo de la Subbética con producción aceitera, contaría con la mayor tasa de afiliación (54 inscritos). Sus “comerciantes e industriales” comunicarían a la Cámara de Córdoba la intención de constituirse en Cámara independiente; actitud que la matriz dijo “alabar”, en el supuesto de que contaran con el suficiente apoyo de asociados. Desde nuestro punto de vista, la actitud del colectivo lucentino obedeció a algo más que a un gesto de autonomía. Concretamente, lo relacionamos con cambios de alianzas corporativas que tendrían lugar a la entrada del nuevo siglo, como expondremos más adelante Vid Boletin de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Córdoba, 116 (noviembre 1899). 274 admisión que marcara la legislación oficial. En la propuesta, aplaudida por Presidente (C.Carbonell y Morand) y Vicepresidente (E.Carreño y Gabarro) al unísono, apreciamos ciertas muestras de autodominio por parte de la Corporación, frente a la tutela institucional. 596 Las mismas que nos parece encontrar en la insistencia de ampliar la labor de intermediación, regulada por el Real decreto de creación de las Cámaras, dándole mayor entidad jurídica (15-3-1899); de manera que se pretendiera con ello, avanzar en las atribuciones jurisdiccionales de la Entidad. 597 De igual forma interpretamos otras posturas como, en su caso, la reticencia a las interferencias de la autoridad municipal en el seguimiento de precios agrícolas. 598 Es decir, tanto en la actitud de búsqueda de autodominio como en la de jurisdicción particular, son factibles los paralelismos con las demandas expuestas por la Asamblea de Zaragoza que movilizara a las “clases productoras”. 599 Sintonía por tanto, en los objetivos expuestos, 596 Se da la circunstancia de que Alvarez de los Angeles habría formado parte de la Junta Directiva de la Corporación en la etapa anterior y perteneciera al partido bajo cuyo mandato se aprobara, en su día, la legislación oficial de la Cámaras de Comercio; el mismo que, en las fechas que nos ocupan, aplicado el “turnismo” se encontrara ahora en la oposición. “... no se debe extremar tanto el escrúpulo se trata de una corporación que lejos de pedir nada al Estado contribuye en cierto modo á sus ingresos; que tiene por misión unica el desenvolvimiento de las fuerzas productoras del Comercio y la Industria... y que no persiguen otro objeto al ampliar hasta lo posible el número de socios,...” Vid. Boletin de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Córdoba, 110 (mayo 1899). 597 “... dirimir con su fallo las cuestiones de diversa indole y de naturaleza mercantil que inevitablemente... suelen surgir entre los comerciantes. En las asociaciones de cáracter semejante á nuestra Cámara de Córdoba que existen en otros paises, esta función ha llegado a generalizarse de tal manera y los fallos de estos tribunales a acatarse con tanto respeto que son raros los casos en que las cuestiones trascienden á la jurisdición civil ordinaria. [...]... cuan costosa, larga y fecunda en sinsabores é insegura en sus fallos, suele ser la justicia que administran los hombres... [...] Un tribunal respetable para ambas partes, imparcial y esclarecido... solo puede encontrarse... entre los que trabajan en la misma profesión.” En este último extremo, la Cámara cordobesa argüiría al “tribunal de las aguas de la Huerta de Valencia” Cfr. Boletin de la Cámara de Comercio... 109 (abril 1899). 598 Tenemos constancia de la interpelación de la Cámara cordobesa al Ayuntamiento, por la consignación de dichos precios, alegando la intromisión, dada la representación que ella ostentara del Comercio y la Industria y el “centro de contratación” que albergara en su seno. 599 Entre las peticiones de reforma de la Asamblea, las que se plasmarían en el “Plan de Regeneracion”, estaría la de conceder “personalidad propia” a las Cámaras. De forma que éstas asumirían el papel asignado hasta ese momento a las “Juntas de agricultura, industria y comercio”, equiparándose así, se decía, a las existentes “en el extranjero”. En el apartado de la “Justicia” se demandaría “Jurisdicción 275 entre la Cámara cordobesa y la “Comisión Permanente de las Cámaras” surgida de aquella Asamblea y órgano general representativo de dichas Corporaciones. Si bien es cierto que, en otras ocasiones, la postura de la Cámara de Córdoba parecería alejarse de la adoptada por la mencionada Comisión; como fuera el caso en que ésta determinara abstenerse de la participación en la vida política. Nada más erróneo a nuestro modo de ver. A pesar de que consideramos necesario el avance de la investigación para establecer el preceptivo cruce de datos, nos parece que la medida seguida por parte de la Comisión de Cámaras, sobre el particular, iría en la misma línea de “descentralización” que predicara para la gobernación general del país. Esto es, pese a que declarara públicamente el alejamiento de la política como unidad corporativa, daría libertad, a nivel individual, para que cada Corporación provincial adoptara la medida más conveniente. 600 De forma que, en la practica, las Cámaras entrarían finalmente, como así fue, en la liza electoral. El proceso desembocaría, andando el tiempo, en el “primero” de los objetivos marcados para la “Reorganización política administrativa” buscada. 601 No obstante, la decisión de irrumpir en el juego electoral, no sería fácil para la Entidad cordobesa. A pesar de que contara con representantes de distintos partidos políticos entre sus componentes, la propuesta de participación en las elecciones municipales generaría una polémica interna localizada en torno al republicano E. Carreño (Tesorero) y al liberal E. Alvarez (Vocal). Para el primero, la contienda pública restaría “libertad de acción” a la Corporación; el segundo, por contra, minoraba el sentido político de los gobiernos municipales para argumentar su postura favorable. Ante esto, tras idear una mercantil con tribunales y Ley de enjuiciamiento especiales”. Cfr. ARTOLA, M., Partidos y Programas Políticos: 1808-1936. II Manifiestos y Programas Políticos, Madrid, 1991, pp. 148-149. 600 “... todo movimiento politico puede perjudicar al carácter de unidad suprema que ostenta; reniega hoy... de la politica, en tanto que esta no se funde en las bases del programa de aquella memorable Asamblea. [...] censura los vicios de la politica... vergonzosa... maquinaria que ponen en movimiento los partidos para ganar las elecciones... [aunque]... si se sienten con fuerzas suficientes, haran bien en acudir á las elecciones para llevar á los cuerpos legisladores en lugar de políticos de oficio, personas que se inspiren en las verdaderas necesidades de la nación y sean ante todo defensoras de sus intereses mas ciertos y positivos” “Manifiesto de la Comision permanente de la Asamblea de las Camaras de Comercio” en Boletin de la Cámara de Comercio... 109 (abril 1899). 601 “Régimen representativo... debiéndose extender el actual sistema electoral a la representación de clases, inclusa la obrera.” “Plan de regeneración de la Asamblea de Zaragoza de representantes de las Cámaras de Comercio” Apud. ARTOLA, M., Partidos y Programas Políticos ... II... pp. 148-149. 276 fórmula de “acción concertada” con las fuerzas políticas locales que les permitiera la concurrencia electoral, preservando su independencia, y dada su imposible puesta en practica por la negativa republicana, la Cámara de Córdoba realizaría la alianza con otra Corporación cordobesa de “igual espiritu en sus tendencias”: la Cámara Agrícola. 602 Al margen ya del mero hecho secuencial expuesto, lo que verdaderamente consideramos interesante del proceso narrado, de cara a nuestra línea de investigación, es que, observada la unión y similitud de acción entre las diferentes Cámaras de Comercio peninsulares, a través de la información que nos ha llegado al respecto, deducimos que, probablemente, el proceso de intento negociador con los distintos partidos no se produjera exclusivamente en Córdoba. De ser así, estaríamos asistiendo al estadio anterior a la reacción unilateral y orquestada de rechazo al sistema político que se produjera seguidamente y que desembocaría en el movimiento de la Unión Nacional como paso anterior y, aún sin desvirtuar, del futuro nacionalismo económico. En otras palabras, contemplamos la hipótesis, a la espera de nuevos avances en la investigación, de que, ante el intento fallido de acercamiento a los grupos políticos locales por parte de las Cámaras de Comercio de las respectivas provincias, tal y como se constata en Córdoba, se produjera la reacción de unión corporativa ya conocida. Por otro lado, si nos adentramos en el seguimiento del mencionado proceso de agrupación que supuso la Unión Nacional, analizándolo desde la perspectiva de la Cámara cordobesa, comprobamos un despliegue de interconexiones asociativas que, en cierto modo, marcaría el rumbo del futuro desarrollo socioeconómico provincial. De hecho, la trayectoria de la Institución, en la nueva etapa emprendida, comenzaría con un enfoque entusiasta de cara a las potencialidades regionales. Fortalecida, sin duda, por el éxito de afiliación anteriormente mencionado y contando con el grueso de afiliados en la zona sur de la Provincia (Campiña y Subbetica), su prioridad de intereses, en un primer momento, no sufriría grandes modificaciones con respecto al periodo precedente de su existencia. No obstante, observamos que la equivalencia anterior oleícola / vinatera, se rompería a favor del primer segmento de producción citado. Si otrora la fuerza corporativa hubiese apostado por la creación de una “asociacion de vinicultores españoles”, entre otras medidas de apoyo a la producción y 602 Al frente de la citada Corporación agraria se encontraría el prócer cordobés Conde de Torres Cabrera. Hombre de inusitada experiencia asociativa, también lo hallamos registrado, simultáneamente, en el censo de la Cámara de Comercio. Vid. BARRAGAN MORIANA, A., “Córdoba en las encrucijadas de Andalucía en el siglo XX”, VIII Congreso sobre el Anadalucismo Historico, Córdoba, 1997, p. 12. 277 comercialización; ahora pasarían al primer plano de sus demandas, una “exposición permanente de aceites y aceituna”, una “estación agronómica olivarera” y una “escuela olivarera”. Todo ello encaminado igualmente, al fomento del sector. 603 Basadas, la “estación” y la “escuela”, en planificaciones oficiales, bajo el apadrinamiento de próceres locales implicados en la vida pública nacional (A.Barroso y Castillo y E.Alvarez); la Cámara cordobesa se volcaría en la propuesta que fuera de su propia cosecha: la Exposición Permanente de aceites y aceitunas (aprobada en Sesión de 24-2-1899). Ideada por el Presidente de la Entidad (C.Carbonell y Morand), implicado, entre otros, en dicho campo productivo, buscaría, al igual que se hiciera en la etapa anteriormente analizada, la potenciación del sector desde el mayor número de 603 Conocido el proyecto del Gobierno de establecer la “estación agronómica olivarera”, la Cámara cordobesa se lanzaría a lograr su obtención para la provincia. En su misiva al Director General de Agricultura, Industria y Comercio aplaudirían la intención de ubicar una Institución “destinada á perfeccionar, por medio de la enseñanza y la experiencia, la elaboración de los aceites y su clarificación” en Andalucía. Seguidamente, tras insistir en la trascendencia de potenciar “una industria que tiene tanta importancia en España”, remacharía su razonamiento incidiendo en la “oportunidad” de la medida para el sector, apuntando medidas de enfoque y programación de contenido para la futura estación y aportando lo que la Corporación considerara motivos contundentes para su instalación en Córdoba. “ ... hace algunos años que se notan en los productores marcadas tendencias hácia el perfeccionamiento de la elaboración, que es la base indispensable para obtener... productos de calidad superior, únicos que pueden presentarse en los mercados extrangeros en victoriosa competencia con los franceses é italianos mas preciados” [acerca de sus funciones] “... muy principalmente á facilitar el comercio de exportación del aceite, poniendo en relación á los cultivadores y productores de aceite con las cosas más importantes que trafican en dicho artículo, pues el atraso en que se encuentra la industria citada... depende de la rutina en los métodos de elaboración como del desconocimiento en que se encuentran los fabricantes respecto á la manera de vender en buenas condiciones sus productos [...] Enseñar, demostrar, convencer y ... mejorar los procedimientos industriales y aún los del comercio del producto...” [por su ubicación en Córdoba] “... su situación geográfica central en Andalucía, cercana a los puertos del Mediodia y á las demas regiones olivíferas por el norte, la hacen centro natural del comercio de aceite y ayudan á mantenerla... las cinco líneas ferreas que á Córdoba confluyen a uno y otro lado del Guadalquivir, la diversidad del suelo cultivable permite las mejores condiciones... rodean a la capital, á muy corta distancia y en facilisima comunicación... los pueblos más productores de aceite de toda la peninsula. La estadistica... prueba que la provincia de Córdoba es la que lleva y sostiene la primacía en la producción de aceite de oliva...” Boletin de la Cámara de Comercio... 110 (mayo 1899). 278 ángulos posibles. 604 En la “Moción” explicativa, partiendo del reconocimiento del “ramo... de más importancia de la producción de la provincia”, se haría un examen de mercado contemplando su potenciación a través de la implicación en ello de tres provincias andaluzas más, mediante comunicación portuaria (Sevilla, Málaga y Cádiz); se valoraría la ventaja comercial del aceite italiano sobre el español en las “Republicas de America del Sud” y se concretarían soluciones para acortar distancias, como divulgación, promoción, ayudas ministeriales y de otras Instituciones; además de la asunción, por parte de la Cámara de Comercio, del papel de “mediadora” comercial entre productores y comerciantes. 605 El resultado de la campaña de fomento a la producción y comercialización del fruto del olivar no deja lugar a dudas. A nivel interno, lo apreciamos rastreando entre las cifras de afiliación de los pueblos de la provincia: Baena y Lucena, grandes cosecheros del particular, con importante diferencia sobre el resto. De cara al exterior provincial, una vez conocido, por comunicación intercameral desde la de Córdoba, el método de expansión productivo-comercial a través “exposiciones permanentes”, y su posibilidad de aplicación en otras Cámaras, las felicitaciones llegarían desde numerosos puntos. 606 Además, fijándonos en los movimientos de la Corporación, se aprecia la concatenación de objetivos entre la programación de mejora a la producción, que acabamos de analizar, y el transcurrir institucional. Esto es, si se expusiera abiertamente para el desarrollo de la industria oleícola, la implicación en el circuito comercial de las provincias andaluzas de Córdoba, Sevilla, Málaga y Cádiz; a la hora de decidir los dos 604 En la Comisión encargada de efectuar el “dictamen” de viabilidad de la acometida, encontramos a dos Directivos más; que sepamos, uno de éstos, también dedicado a la susodicha producción. 605 La Cámara, consciente de la dificultad de adaptación a la nueva red de mercados, haría llamamientos “A los productores olivareros”, en sus Boletines, animándoles a la participación en la Exposición Permanente como medio de difusión y comercialización de sus productos y les recordaría su misión de intermediaria comercial. en los mercados nacionales e internacionales a través de “Cámaras compañeras”. En definitiva, dirigiría sus pasos al circuito comercial necesario para la expansión y modernización buscada. “ ... poco a poco se van convenciendo los productores de que sin buscar mercados no hay medio de dar salida á los productos por buenos que sean, y esta es la misión principal que la Cámara entiende que deben tomar en el asunto; ...” Boletin de la Cámara de Comercio... 110 (mayo 1899). 606 Ya en funcionamiento la Exposición permanente establecida en la Cámara de Córdoba, llegarían “calurosas frases de aplauso” desde las Cámaras de Barcelona (la más entusiasta), Zamora, Burgos, Cádiz, La Coruña, Montevideo... 279 representantes de la Cámara cordobesa a la “Junta del Comercio de exportacion”, la Corporación entraría en contacto con las homólogas de Sevilla y Cádiz, antes de decidir los candidatos. Es más, conocemos, igualmente, la posterior comunicación de la Gaditana solicitando apoyo para los que ella hubiera seleccionado: uno de estos, el Presidente de la Comisión Permanente de las Cámaras de Comercio, Basilio Paraiso. Él mismo que hubiere acordado la de Córdoba días antes; la sintonía de intereses parecía funcionar. A pesar de lo expuesto, la intensa dedicación que mostrara la Institución por la industria aceitera, en modo alguno le haría eludir otras responsabilidades de fomento provincial. Así, en el saldo de sus actuaciones encontramos otras temáticas; tales como: diversas intervenciones ante las Instituciones correspondientes para el rebaje o modificación de diferentes impuestos (trigos, vinos, transporte de mercancías...) 607 ; para la obtención de financiación a los sectores productivos (“credito agrícola”); solicitud de las necesarias infraestructuras de comunicación de cara al desarrollo industrial y comercial de la provincia con proyección regional... Estas y otras demandas de carácter interprovincial, en ocasiones, casos de su lucha incansable por la construcción del Canal del Guadalmellato y de la línea de ferrocarril a Puertollano, se convertirían en objetivo común de la región andaluza bajo la dirección de la Cámara de Córdoba. 608 607 En relación a la mejora impositiva, encontramos nuevos capítulos en beneficio de la exportación y comercialización de la producción aceitera. Lo serían las secuencias en que se felicitaran de la firma, por parte del Estado, de un tratado comercial con Alemania que supusiera la “bajada de derechos de importación” para los aceites españoles y, también, cuando la Cámara cordobesa acordara “formular reclamaciones” al Gobierno a favor del mismo producto autóctono, además de la estabilización de los impuestos sobre el transporte. Procurando así, se decía, la entrada de éste en el mercado hispanoamericano, dada la coyuntura legislativa favorecedora que se iniciara en Buenos Aires. Véase: “... se prohibe rotular como aceite de oliva á todo el que no sea aceite de esta clase puro y sin mezclas con los de otras semillas; disposicion que... viene á favorecer singularmente los aceites españoles,... á diferencia de los italianos y franceses... [por ello] de favorecer la exportación del aceite español á aquellos ricos mercados [...] convendría... favorecer con primas de exportación ese comercio. Pero lejos de eso,... en estos presupuestos se recargan los trasportes con un impuesto considerable... el Gobierno se dispone á hacer precisamente lo contrario de lo que al comercio nacional convendría” Boletin de la Cámara de Comercio... 135 (diciembre 1900). 608 “... podria convertir de regadio una extension de muchos kilometros cuadrados del valle del Guadalquivir, duplicando ó más su fuerza productora y convirtiendo en feracísima y extensa vega de riego las tierras que hoy se cultivan en secano por el antiguo sistema extensivo y en algunos muy 280 Ciertamente, la Corporación se pondría en contacto, para el caso del Ferrocarril “que interesa á toda Andalucia”, con “... cada una de las Cámaras de Comercio de las capitales andaluzas y otras corporaciones análogas, y á los Alcaldes de los pueblos situados en el trayecto de la línea ... para que eleven análogas instancias é interecen á sus representantes en los cuerpos colegisladores,...”. En cuanto al Canal, ante la llamada a la Cámara de Sevilla para “... ayudar con su influencia y la voz de sus Diputados y Senadores...”, constatamos el beneplácito de ésta que, además, se mostraría entusiasta hacia un proyecto con él que la Entidad cordobesa auguraba la conversión de la región en un “emporio de riqueza industrial envidiable”. 609 Amén de lo expuesto, la Institución promovería la creación de una “Comisión de Obras públicas”, compuesta por representantes del Ayuntamiento, Diputación, Sociedad Económica de Amigos del País y Cámara Agraria, además de la suya propia, que emprendería viaje a Madrid en demanda de las proyecciones antes mencionadas y otras planificaciones de desarrollo provincial (se cita el cómputo total de 17 “asuntos”). No olvidarían, para la ocasión, tejer el respaldo correspondiente con destacadas contados casos intensivamente en los ruedos de la capital [redundando en]... el buen nombre del país y el concepto de inteligente y emprendedora raza... Esta cosas son al fin y al cabo las que hacen respetables á las naciones”; “... la vega de Córdoba, fertilizada por el riego desde los llanos... crearía en el centro de Andalucía una de las regiones mas ricas de la Peninsula... á los pocos años de fertilizados por el riego se verían poblados de huertos y caserios, de fábricas de azúcar y de todo el movimiento industrial y mercantil que la riqueza... trae consigo [...] Las lineas ferreas recibirian inusitado aliento... las que descienden del Norte tomarían su parte de movimiento general ...” Boletin de la Cámara de Comercio... 110 (mayo 1899). [sobre la línea de ferrocarril a Puertollano proyectada] “... hace ya muchos años... para servir los intereses comerciales é industriales de una región de la Peninsula en que la industria agrícola y forestal, asi como la minera, tienen gran importancia y se encuentran no obstante sin desarrollar por falta de vías de comunicación apropiadas. El comercio de toda Andalucia meridional estaba asimismo interesado en que se construyese, asi como el público en general, pues... estableciendo comunicación directa con la capitalidad de Estado y provincias del Norte...” Boletin de la Cámara de Comercio... 135 (diciembre 1900). Vid. RAMOS ROVI, Mª J., Andalucía en el Parlamento español. 1876-1902, Córdoba, 2000, p. 355. 609 Ciertamente, la Cámara cordobesa no iría descaminada en su visión de futuro. Seis años después, el ingeniero encargado de la prospección de la obra hablaría de la obtención de “inmensos beneficios” y de “riqueza incalculable”. Cfr. Los riegos de la Vega de Córdoba. Memoria Descriptiva de los Pantanos de las Mestas y de Dacalamano y del Canal del Guadalmellato redactada por el Ingeniero de Caminos, Canales, Puertos D. Antonio Rivas Matilla, Cámara de Comercio e Industria de Córdoba, Imp del Diario Córdoba, 1905, pp. 8-9. 281 personalidades de la vida política nacional de entronque cordobés (Vega de Armijo, Santos Isasa, Alvarez de los Angeles, Barroso y Castillo, Sanchez Guerra...). Pese a todo, las prioridades de la Cámara cordobesa no serían siempre las mismas. Observamos un cambio de orientación en un momento determinado del año finisecular, coincidiendo con la época en que se incrementaran los contactos con la Comisión de Cámaras de Comercio presidida por Paraiso. De esta forma, creemos que las continuas comunicaciones y alianzas, en definitiva, que provocara la movilización corporativa de “fuerzas vivas asociadas en todas las provincias de la Nación” ante las reformas impositivas, modificarían sensiblemente el rumbo de sus aspiraciones. Es así, como interpretamos el progresivo acercamiento que se produjera, desde la Presidencia de la Cámara cordobesa, al menos, hacia los intereses defendidos por otros sectores productivos, como lo fuera el tándem castellano-catalan. De manera que la secuencia progresiva de la aproximación percibida sería: una adhesión a la “comisión catalana” que solicitara al Ministro de Hacienda “rebajas en los derechos y otras compensaciones” sobre el azúcar (circular leída en Sesión de 5-5- 1899); otra más a la solicitud de la “Asociación de fabricantes de harinas” de Barcelona que pretendiera compensar los “derechos á la introducción” de trigos extranjeros con la creación de “primas a la exportación ... que equivaliesen al recargo aduanero que a su entrada... grava al trigo...” (Sesión de 14-7-1899); la asunción, por parte de Presidente de la Cámara de Comercio de Córdoba (Carlos Carbonell y Morand), del cargo de representante de Andalucía, a nombramiento del “Congreso harinero” celebrado en Madrid, cuando existiera en Córdoba una Cámara Agrícola presidida por el Conde de Torres Cabrera que, tras asociarse con la de Comercio en varios proyectos, precisamente, por estas fechas, estaría en fricción con ella; 610 y, 610 La documentación transversal con la que contamos no nos permite llegar al fondo de la cuestión detalladamente. Sabemos que se trató de una diferencia de intereses que bien podría venir motivada por los cambios en las prioridades defensivas de la Cámara de Comercio cordobesa, ya mencionados. En cualquier caso, se podría decir que, probablemente, a escala provincial se repetiría el desencuentro que mantuvieran Paraiso y Costa, con todo lo que ello conllevara. Entrando en detalles, todo comenzó por la publicación en la prensa local y nacional, de un escrito dirigido “á las demas Cámaras Agricolas de España” firmado por la de Córdoba, en la que se exponía la desventaja del “propietario rural” frente al comerciante en la aplicación del sistema impositivo. El caso provocaría un cruce de misivas entre Presidentes de ambas Cámaras, llegando a ser calificada una de éstas por él de la de Comercio como “sumamente agresiva” y comtemplando la posibilidad de ruptura de relaciones en el caso de no rectificar públicamente. 282 además, la concesión de “socio honorario del Fomento del Trabajo Nacional”, para el mismo Presidente de la Cámara cordobesa (nombramiento leído en Sesión de 27-10- 1899). Si consideramos que de modo simultáneo a estas nuevas orientaciones en los objetivos de la Institución mercantil cordobesa, los anteriormente abanderados con fervor (aceite y vino), parecieran diluirse un tanto, entre las demandas más generales de las “clases mercantiles é industriales”, todo parece abocar, al fin, a la mudanza apuntada. Por otro lado, paralelamente a estas circunstancias, constatamos una serie de alteraciones en la unidad de acción corporativa que bien pudieran tener una relación causa-efecto con los cambios aludidos. Véase: los roces ya mencionados con el Presidente de la Cámara Agraria, llegándose a hablar de posible “ruptura”; la solicitud de independencia por parte de la Delegación de Lucena, localidad con alta producción aceitera y de numerosa afiliación cameral, 611 o incluso, se nos ocurre, el acercamiento a la Entidad del “mundo de los tenderos y pequeños comerciantes”, con intereses alejados de los que defendiera el elitismo fundacional. 612 En busca de nuevos datos que pudieran aclararnos aún más el porqué de esta modificación en las tendencias de la Entidad, a más de lo ya señalado, recalamos en la propia trayectoria de la firma social representada por el Presidente. Así, verificamos que el comienzo de la década de los 90 supondría para la Sociedad la incursión en el sector productivo harinero, a partir de lo cual se produciría un sensible cambio de protocolo productivo: el primer lugar en industrialización y comercialización, ocupado anteriormente por el aceite, cedería terreno, por una serie de circunstancias coyunturales, a las harinas, pastas y fideos. 613 611 Habiendo tratado anteriormente el caso lucentino, remitimos a la n. 595. 612 Cfr. FORCADELL ÁLVAREZ, C., “Las Cámaras de Comercio” en Memoria del 98. De la Guerra de Cuba a la Semana Trágica, Santos Juliá (dir.), Madrid, 1997. 613 Si nos atenemos a las cifras: en 1891 los beneficios por la comercialización de los “Aceites” representaban para la Sociedad mercantil el 15’69 % frente al 4’10 que suponía el de “Harinas”. Mientras en 1900, el último “Desglose de Ganancias y Perdidas” conocido, la situación sería de un 13’45 para los “Aceites” y de un 10’06 para las “Harinas”. En cuanto a la Industrialización, CASTEJÓN MONTIJANO señala el primer lugar para la industria harinera en la década de los 90; superando al aceite que quedaría relegado a un segundo puesto en importancia. Cfr. La Casa Carbonell de Córdoba... p. 156. 283 Por lo demás, la Corporación inauguraría el nuevo siglo volcada en los proyectos de Unión Nacional. Movimiento en torno al que lograría congregar en la Capital, tan sólo en cuatro meses, a 3200 seguidores. 614 - Fondos Bibliográficos de la Cámara de Córdoba.- La falta de listados o inventarios, hasta la fecha, nos aboca a aportar apenas unos datos deslavazados sobre el particular. La poca información de que disponemos gira alrededor de su publicación oficial, Boletín de la Cámara, que sirviera de conexión intercameral e interinstitucional además de ser un enlace abierto a cualquier aportación de “particulares,... direcciones generales ó de los ministerios”. Utilizando en un primer momento el trueque, “cambio del Boletín”, se conseguiría un acopio de material bibliográfico hasta el punto de ser descrita la llegada de periódicos y revistas mercantiles con el ilustrativo calificativo de “intensidad”. 615 En cuanto a su Biblioteca, tan sólo encontramos comentarios generales, informando de su aumento, en los extractos de Sesiones reflejados en los Boletines. La ausencia de restos documentales nos impide añadir más por el momento. * Cámara Agrícola Provincial de Córdoba (1889). En esta ocasión, las noticias desde las que partimos para nuestro análisis, escasas ciertamente para el periodo cronológico que nos ocupa, son, en la mayoría de los casos, colaterales. De ahí que nuestra aportación tan sólo podrá constituir un parvo preámbulo a los estudios sobre el particular, ya existentes y centrados en posterior temporalidad. La falta de documentación directa nos ha obligado al rastreo por vericuetos institucionales y prosopográficos; centrados, estos últimos, en la figura del que sospechamos su promotor, Ricardo Martel y Fernandez de Córdoba, Conde de Torrres Cabrera, quien fuera primer Presidente de la Corporación. 616 614 Boletin de la Cámara de Comercio... (abril 1900). 615 “Nuestro Boletin se envia gratis á los socios de esta Cámara, á todas las Cámaras de Comercio Españolas de la Peninsula y del Extrangero, á los principales periodicos de España y sus provincias ultramarinas, y á los de las Republicas hispano-americanas”. 616 La localización del aristócrata cordobés como Presidente de la Cordobesa de Amigos del País, cabecera de la Sociedad de Monteria de Córdoba, socio fundador del Círculo de la Amistad, impulsor 284 El primer escollo con el que nos encontramos es tan básico como la concreción de su fundación. Si bien existen fuentes escritas que la sitúan en redor a 1899, entre éstas una referencia, ambigua eso sí, de la de Comercio, los datos oficiales enviados por el Gobernador civil de turno al Ministerio la fechan el 28 de abril de 1889. Considerando este último caso, surgiría a poco más de dos años de su homónima, lo que nos induce a pensar en la posibilidad de que atravesara una etapa de opacidad similar a la experimentada por aquella, de ahí que la segunda fecha bien pudiera ser la de su regeneración. 617 Por otro lado, el hecho de que el Real Decreto que sellara la institucionalización de estas Corporaciones (14-11-1890) reconociera la existencia y completo funcionamiento de ellas antes de su oficialidad y que esta certificación se produjera bajo Ministerio de Santos Isasa, cordobés y correligionario del Presidente de la Cámara Agrícola de esta misma ciudad, máximo exponente en la promoción de asociaciones, nos induce a pensar en la posibilidad de que la Institución que analizamos estuviera entre las pioneras sino abriera camino. 618 Ciertamente, el recurso a la asociación no era algo nuevo para el colectivo agrícola, como hemos podido apreciar a lo largo de nuestro análisis: ya en los tiempos de la ocupación francesa y de la mano de la emprendedora Sociedad Económica Cordobesa de la Liga de Contribuyentes y la Colonia Agrícola Santa Isabel o Presidente de la Sociedad de Socorros La Caridad, además de otras actividades públicas y políticas, ha sido una fuente auxiliar de gran ayuda. 617 En honor a la verdad, hemos encontrado algunas discordancias entre las fechas que constan en los registros oficiales del Ministerio de Gobernación y las que nos arroja el rastreo archivístico. No obstante, en los casos que hemos podido contrastar, ello pudiera ser debido a casuísticas como la que nos ocupa; esto es, guadanización de Sociedad en cuestión. Véase los casos, ya expuestos anteriormente, del Círculo de la Amistad o Sociedad de Plateros. Es por lo que, salvo que aparecieran documentos fundacionales que señalaran lo contrario, hasta el momento inexistentes, damos por valida la datación oficial; consecuente, por otro lado, con los datos transversales obtenidos a lo largo de nuestra investigación. Vid. “Gobierno Civil de la Provincia de Córdoba. Estado comprensivo de las sociedades que existen constituidas en esta Capital y su provincia.... 618 “partiendo el supuesto de estar ya constituidas y en plenitud de sus funciones, ... la ley Electoral las considera como organismos existentes, otorgándoles iguales derechos que á las Cámaras de comercio é industriales ”, á las Sociedades Económicas y á las Universidades literarias. [...] Más á pesar de tales reconocimientos de derecho... como realidad existente en nuestra vida nacional,... el Estado no ha conferido aún á los intereses agrícolas una organización suficiente como la que tienen los mercantiles é industriales para dar fórmula y unidad de dirección á sus necesidades,... Tan valiosos elementos no pueden continuar moviéndose en esteril desasosiego; ...” “Real Decreto catorce de Noviembre de mil ochocientos noventa”, Sábado 15 Noviembre 1890, Gaceta de Madrid. 285 de Amigos del País localizábamos una agrupación que se apartaba de los moldes gremiales (“Asociación de Labradores”); más adelante y pasando por diferentes nomenclaturas, en algunos casos con ciertos visos de involución, se nos mostrarían otras hasta llegar a la que es objeto de nuestro análisis (“Hermandad de Labradores”, “asociación regional de agricultores y ganaderos”...). Marcada pues la impronta, la Cámara Agrícola de Córdoba, contaría con otro precedente aún más próximo a los anteriores: La Liga de Contribuyentes de Córdoba. Asociación, recordemos, de semejante perfil patronal y que contara, en su día, con el Conde de Torres Cabrera entre sus fundadores para la provincia. De aquellos “Propietarios, Agricultores...” en torno a la “Liga”, sospechamos, avendrían los camerales agrícolas. 619 Sentado esto y reconociendo la escasez de informaciones con las que contamos para abordar el estudio de la Corporación agrícola, hemos de reconocer, por contra, la entidad de éstas. Así se nos muestra con el computo que arrojan las cifras oficiales para 1900: frente a 872 asociados a la Cámara de Comercio e Industria, a la Agrícola se le contabilizan 447. Ante los dígitos expuestos se nos plantean serias dudas. El que la de Comercio e Industria de Córdoba casi duplique a la Agrícola en número de asociados, ¿habría que interpretarlo como muestra de la fortaleza industrial y mercantil de la provincia?; si así lo hacemos, sería otro matiz a añadir a nuestro razonamiento anterior sobre el particular. 620 O bien, ¿habría que considerar que, al igual que lo hiciera el Conde, propietarios agrícolas, vinculados al fin a los circuitos mercantiles, hicieran doblete entre ambas Instituciones? En cuyo caso tendríamos que pensar que el altercado expuesto más arriba, que casi provocara la ruptura entre ambas Instituciones y diera lugar a un retracto por parte de camerales de la Agrícola, posicionandose contra su Presidente, se debiera a un conflicto de intereses por la duplicidad de afiliación. 621 Una tercera posibilidad sería pensar que, simplemente, las “vinculaciones excesivas” entre la 619 Vid supra p. 173-174. 620 Vid supra n. 577. 621 Circunstancia que, elucubrando a modo de hipótesis, podríamos trasladar al ámbito nacional en paralelismo con la ruptura del proyecto de Unión Nacional. El mismo que, por otro lado, diera lugar al de Unión Agraria abanderado por Torres Cabrera. Vid. ALMANSA PÉREZ, R., “El regeneracionismo de la 286 patronal agraria y la elite la política, con lo que de vía directa de acceso al circuito de influencias supusiera y de las que el propio Torres Cabrera era un ejemplo, mermara el poder de convocatoria de la Cámara agraria cordobesa. 622 En cualquier caso y en espera de nuevos avances en la investigación que pudieran abundar en la cuestión, el hecho constatable es que la Cámara de Comercio e Industria de Córdoba prácticamente duplicaría a la Agrícola en la nueva entrada de siglo. Aún cuando “los máximos contribuyentes de sus respectivos municipios” se contaran entre los propietarios agrícolas. 623 * Sociedad de participes de las Aguas procedentes del venero nombrado de Santo Domingo de Silos (1895) 624 . Si las Sociedades vistas anteriormente bajo el epígrafe de “Patronales” lo serían en cuanto que agrupación de propietarios perceptores de unos beneficios, ya fueran de origen comercial o patrimonial, nos encontramos, en esta ocasión, con una asociación de diferente tipología: marcada por el hecho de asociarse en redor a la propiedad privada; una asociación, pues, de “dueños”. El objeto de propiedad, en este caso, el Agua. Temática interesante, dada la particularidad de posesión de algo que simultáneamente se tuviera como bien público; de múltiples facetas jurídicas, la mayoría de las cuales se oligarquía. Demandas e iniciativas conservadoras desde la revista La Agricultura y Córdoba (1900- 1903)”, Axerquía 17 (1997), pp. 143 y ss. 622 Vid. SÁNCHEZ JIMÉNEZ, J., “Política agraria y “formas de vida”... p. 47. “... la elite andaluza de la Restauración es sin duda un grupo eminentemente agrario,... que,... demuestra una constante tendencia al protagonismo político-administrativo en las instancias a su alcance”. Vid PEÑA, Mª A- SIERRA, M., “Andalucía” en El poder de la influencia. Geografía del caciquismo en España (1875-1923), José Varela Ortega (dir), Madrid, 2001, p. 23. 623 Vid. ACOSTA RAMIREZ, F., “Senadores cordobeses en el reinado de Alfonso XIII” en Actas del II Congreso de Historia de Andalucía. Andalucía Contemporánea I Córdoba, 1996, p.516. “... intereses agrícolas que en la economía presente de nuestro estado social representan fuerzas todavía más importantes y vitales que las de la industria y del comercio,...” “Real Decreto catorce de Noviembre de mil ochocientos noventa”.... 624 En realidad se trató de la “reconstitución” de una Sociedad existente años atrás. Nos consta que en 1893 ya se realizarían intentos al efecto por parte del, entonces Presidente, banquero Pedro López Morales. 287 nos escapan, atrae nuestra atención el apreciar, en la reglamentación de la Entidad que nos ocupa, una manifestación de esa etapa evolutiva de lo privado a lo público o lo que es lo mismo, del “Estado mínimo” al “Estado más extenso”. 625 Así, siguiendo la progresiva intromisión de la estructura administrativa liberal en la regulación de uso del liquido elemento, y avanzando el siglo, se aprecia una cadencia hacia mayores cotas de propiedad individual de éste, hasta llegar a la elaboración de la Ley de 13 de junio 1879 que contemplara la duplicidad de “dominio”, según casuística. Se nos muestra, por tanto, a través del sujeto en cuestión, la relevancia que iría adquiriendo la propiedad privada en la estructura de la sociedad burguesa y la cesión posterior, en ciertos casos especiales que afectaran al conjunto del cuerpo social, de una parcela de esa privacidad a lo público. Es en este contexto que surgiría Sociedad de participes de la Aguas de Santo Domingo de Silos y de esta forma es como interpretamos su composición mixta. Partiendo de una Sociedad anterior de “codueños”, nos encontramos con una asociación compuesta por eclesiásticos (“Rector de la Iglesia parroquial de San Francisco” y “Capellán del exconvento de San Pablo”); elementos propiamente burgueses (farmacéuticos, propietarios, abogados, banqueros...) y las dos instituciones públicas cordobesas: Diputación y Ayuntamiento. A ello hay que añadir la presencia de 9 señoras, como “participes... que poseen”, sin que conste ninguna diferenciación reglamentaria entre componentes de la Entidad, algo a reseñar en un contexto histórico de desamparo jurídico para el colectivo femenino. 626 Cierto es, como acabamos de anotar, que el Reglamento de la Sociedad no estableciera distinción alguna entre integrantes. No obstante, hemos de destacar el rango de preferencia que se observara para la Corporación municipal: si ya en los “antiguos estatutos” al regidor de ésta se le reservaba la “Presidencia”, en la normativa de 1895 el Alcalde sería “Presidente nato” de la Junta General y la sede de la Sociedad de 625 Cfr. NOZICK, R., Anarquía, Estado y Utopía, México, 1988. 626 CEPEDA GÓMEZ, P., señala una perdida de derechos para las féminas en el marco legal del Nuevo Régimen: “[en el Antiguo Régimen]... la desigualdad ante la ley es por nacimiento..., la mujer tendrá el estatus jurídico propio que le corresponda en su estamento. En el siglo XIX la disimilitud legal entre las clases se fundamenta en la riqueza, y la mujer, al haber perdido la función económica, queda desamparada jurídicamente” Cfr. “La situación jurídica de la mujer en España durante el Antiguo Régimen y el Régimen Liberal” en Ordenamiento jurídico y realidad social de las mujeres, Actas de las cuartas jornadas de Investigación Interdisciplinar. Seminario de Estudios de la mujer. García Nieto, M.C (ed), Madrid, 1986, p. 183. 288 participes de las Aguas se establecería en las dependencias municipales (Arts. 16 y 10 respectivamente) 627 . Escudriñando sobre esta primacía para con la Municipalidad encontramos, como única explicación implícita en el código regulador de la Sociedad de participes, el hecho de poseer la mayor cantidad de agua, con diferencia, sobre el resto de asociados: 13 “Pajas” frente a una generalidad compuesta por propietarios de ½ o ¼ de esta medida y donde el segundo lugar, en cuanto a posesión, lo ocupara la Diputación Provincial con la cantidad de 4 ½ Pajas. Es decir, el derecho de primus inter pares quedaba establecido por un concepto preferente en la nueva sociedad burguesa decimonónica: la propiedad privada. Por lo demás, la estructura corporativa de la asociación se mantendría, igualmente, bajo el mismo determinante, “halllarse en posesión de partes de ese caudal”. En torno a ello se agruparían con una finalidad de protección de los derechos sobre “la porción que á cada cual pertenece legítimamente” así como de compartir gastos de mantenimiento de la conducción de aguas. Considerando, que partiendo de un bien compartido, el “venero”, y en aras de un objetivo general, “la higiene y salubridad públicas”, se recurre a la sociabilidad como fórmula defensiva de intereses privados, es dado pensar que, probablemente, la participación de Instituciones oficiales en asociaciones con tal mixtura de fines entre lo público y lo privado, fuera un estadio más, a base de adquisición de cotas de poder, en la marcha hacía un Estado fortalecido que sucediera al no intervencionista de etapas anteriores. 628 III. Sociabilidad profesional: burgueses y “colegiales”.- Si hasta aquí hemos procurado desgranar algunas de las claves de las nuevas fórmulas asociativas en torno a los oficios populares y las agrupaciones patronales, abordamos, ahora, el estudio de uno de los colectivos más representativos, quizá, de la flamante 627 Cfr. Acta de Constitución y Reglamento para Régimen y Gobierno de la Sociedad de participes del Agua procedente del venero nombrado de Santo Domingo de Silos, Córdoba, 1903. 628 “La obra del régimen liberal se sitúa en las antipodas de la política ilustrada: ... se lleva a cabo las reformas estructurales apenas entrevistas en la etapa precedente, tendentes a centralizar la gestión hidráulica y a subordinarla a la administración estatal [...] La legislación liberal reconoce así la necesidad de respetar la gestión compartida entre los usuarios de una misma fuente de caudales y una misma calificación, pero sujetas a sus representantes a las disposiciones de carácter general”. PÉREZ PICAZO, M.T., “El Agua y las Comunidades de Regantes” en LÓPEZ VILLAVERDE, A.L-ORTIZ HERAS, M (Coords) Entre Surcos y Arados, Cuenca, 2001, p. 82. 289 sociedad burguesa decimonónica: los profesionales que engrosarían las filas de la clase media. Así, a través de las señas de identidad plasmadas en los vínculos de sociabilidad desarrollados, centramos el objeto de nuestro análisis en las Asociaciones de Abogados, Procuradores, Médicos y Farmacéuticos. De forma que, pensamos, el estudio de la documentación a nuestro alcance, de las Corporaciones que los acogieran, nos mostrará el proceso de adaptación de estos grupos a la nueva estructura social, así como su implicación en ello, con las transformaciones que conllevaría. Sociedades éstas, los Colegios profesionales, que hundiendo sus raíces en el movimiento académico ilustrado, y no por ello exentas de tipicidad gremialista, sufrirían un progresivo proceso de institucionalización que facilitaría, en gran parte, su injerencia en la construcción de la moderna estructura jurídica e higienico-sanitaria de la naciente sociedad burguesa. * “Ilustre Colegio de Avogados de la muy noble, y leal ciudad de Cordoba” (1769). Lamentablemente, el no haber podido disponer de documentación anterior a la etapa restauracionista, nos ha silenciado un periodo muy valioso para establecer el tránsito de primitivas formas de agrupación, con caracteres muy próximos a la organización gremial, hacia agrupaciones corporativas burguesas en torno a la profesión jurídica. No obstante, la prospección en fondos públicos nos ha proporcionado el conocimiento de ciertos hitos documentales que ha soslayado, en cierta forma, el déficit. Sí bien, por ello, la primera parte de nuestro análisis carece de la deseada concreción local. Con todo y en la misma línea de avanzadilla que la Sociedad Cordobesa de Amigos del País, el Colegio de Abogados, desde una perspectiva corporativa, eso sí, y por tanto restringida, aportaría su contribución a los cambios socio-políticos en gestación. 629 Es 629 Son varios los autores que resaltan la importancia del cuerpo de juristas en los cambios sociales operados ya desde el siglo XVIII. En esta dirección, PEREYRA, M.A., señalaría a las juntas y academias de jurisprudencia del setecientos como precursoras de la renovación educativa “protoburguesa”. Vid. “Hubo una vez unos maestros ignorantes. Los maestros de primeras letras y el movimiento ilustrado de las academias” en La Educación en la Ilustración... p. 215. Por su parte, MARCHAMALO SÁNCHEZ, 290 desde este enfoque, en cuanto que asociación de poder e influencia, que cobra máximo interés para nuestra investigación. Mas aún, si tenemos en cuenta que la estabilidad y desarrollo de la nueva sociedad burguesa contemporánea se fundamentaría, esencialmente, sobre una base estructural legislativa en la que los juristas, en mayor grado en sus inicios, tendrían un papel preeminente. Centrándonos, pues, en la documentación a la que nos ha sido posible acceder, observamos que, una vez sentadas las bases normativas en su primera reglamentación (1769), encuadrada aún en parámetros de Gremio y particularistas pese a la pauta marcada por el Colegio de la Corte, las restantes y progresivas regulaciones generales a las que se vería sometida la Corporación mostrarían una adaptación progresiva a la naciente estructura político-social. De esta forma, los Estatutos setecentistas incidirían en una acción de control y regulación en el ejercicio de la profesión que marcaría, entre otras cosas, uno de los precedentes de la obligatoriedad de colegiación (“Que no puedan avogar... los que no eftubieren incorporados”) 630 y se orientarían a generar una conciencia de grupo (“Comunidad”, “Congregacion literaria”, “Cuerpo, ó Gremio”, “fraternal union”...), mediante la concentración y la distinción (“luftre”). Todo ello, amalgamado por un acentuado sentido religioso volcado en las manifestaciones públicas pertinentes (“feftividades”), amén de prácticas benéficas (“Avogados de Pobres”); 631 sin olvidar A. apunta en la misma dirección. Cfr. El Ilustre Colegio de Abogados de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares, 1996, pp. 36 y ss. 630 Son numerosos los textos en los que se muestra el celo de los abogados cordobeses colegiados ante la posibilidad del ejercicio profesional sin control corporativo; lo que concuerda con la actitud adoptada por las organizaciones gremiales ante la misma casuística: “ ...ejercer públicamente sin otra recomendación que la de su natural inventiva o travesura de ingenio, expuesta por lo común a una infinidad de contingencias y tropiezos de que puedan seguir notables daños a la causa pública” Apud. LLUCH, E., “Los gremios: “otra interpretación” en Lecturas de Historia Económica de España –1. Siglos XVIII y XIX, Vilassar de Mar, 1976, p. 173. 631 Queda constancia de la preeminencia de la religiosidad no sólo en la Introducción del Código, preñado de referencias e iconografía dedicada a las advocaciones protectoras, también en el hecho de que los tres primeros “Estatutos” estén dedicados a este menester postergando los asuntos propios de la Corporación. Cfr. ORTEGA LÓPEZ, R., “Crónica Bicentenaria. Participación del Ilustre Colegio de Abogados de Córdoba y de sus miembros en la vida Local, Provincial y Nacional” Omeya, (1970), s/p. 291 el apartado mutualista, y reforzados, el conjunto de objetivos, por una Dirección firme y excluyente, fundamentada en una endogamia gubernativa. 632 Establecidos estos presupuestos, durante la primera mitad de siglo y en pleno auge del desarrollo institucional liberal, el Colegio cordobés se vería inmerso en una serie de normativas sucesivas (1823, 1832, 1837, 1838, 1841, 1844...), centralizadas ya para la generalidad de estas Corporaciones, en las que el elemento diferenciado más destacado entre ellas sería el hecho de liberalizar el ejercicio de la profesión o condicionarlo a la obligación de colegiarse; oscilaciones, éstas, marcadas por la línea ideológica gobernante. A falta de cualquier otra reglamentación interna conocida, los “Estatutos para el régimen de los Colegios de Abogados del Reino” de 1838, regulación de mayor entidad, nos marcan el rumbo de acercamiento a la Corporación cordobesa. Con ellos quedarían apuntadas las diferencias entre un código de carácter agremiado aplicado a estas Sociedades, que para el caso que nos ocupa sería el anteriormente expuesto de 1769, y la aplicación de los nuevos principios de liberalidad que demandaba una sociedad en renovación. Así se puede apreciar en el protagonismo que adquiría la Junta General con respecto a épocas anteriores. Dotada de más poder y representación, a su cargo estarían ahora algunos capítulos antes reservados a la de Gobierno; del mismo modo que ejercería control sobre aquella en algunas materias. Mayor protagonismo del Organo Directivo General que cabría interpretar como una democratización con respecto a la sistemática aplicada años atrás (Art. 12) 633 . Por otro lado, también la Junta de Gobierno sufriría modificaciones en pro de la apertura; aplicada en este caso a su acceso: el complejo proceso de remoción interna 632 El proceso electoral, salvado el despegue inicial que lo hiciera en “junta general”, se realizaría en “junta de Oficiales” y desarrollaría un sistema complejo de rotación, de forma que parte de las renovaciones se harían con miembros salientes de la anterior Junta de Gobierno; limitándose, pues, a cambiar de ubicación de mando (“á fin de que efté fiempre el gobierno entre fujetos de authoridad, y practicos en las cofas del Colegio”). El primer cargo, “Decàno”, saldría electo entre los de una terna propuesta por el saliente; por su parte, éste, pasaría a ocupar otro cargo preferente (“Diputado primero”), y así sucesivamente hasta cubrir los cuatro primeros puestos. Pasando entonces, estas “opciones”, a la elección de los cuatro restantes (“Diputado tercero”, “Theforero”, “Secretario” y “Comiffario de fieftas”). Ibíd. “Estatutos” VI y VII 633 Cfr. El Ilustre Colegio de Abogados de Alcalá de Henares... Apéndice I, p. 173. 292 daría paso a la sola exigencia de un periodo mínimo de vinculación a la Corporación (seis años, Art. 13). 634 En cuanto al capítulo económico, su mayor protagonismo en el cuerpo legal se nos muestra como un reflejo más de un cambio en el sistema de valores establecido por la nueva estructura social. En su contenido se introducirían diversas modificaciones. Lo será el hecho de añadir una nueva cuota regular, además del pago efectuado antaño con el ingreso, para atender a los gastos de una organización que, ya institucionalizada, adquiría mayor grado de complejidad burocrática (Art. 31); 635 también, la regulación de honorarios que, si bien se podría vincular con un residuo de control gremialista, admitiría, nos parece, la interpretación de la convertibilidad que realizara la burguesía, en este caso a través del colectivo jurídico, del prestigio socio-profesional en coste material (Art. 15). 636 Asunto, el de las minutas, que aún estando regulado por leyes anteriores, su alteración, provocaría reclamaciones habituales. Es, precisamente, en la reacción del Colegio cordobés al establecer el justiprecio, donde hallamos argumentos de esa materialización del oficio. En el mismo contexto, la opción de simultanear la pertenencia a varios Colegios (Art. 3) 637 si se cumplía con las obligaciones de pago correspondientes, se podría explicar como una ampliación libertades relacionada con las admitidas para las modernas transacciones de mercantiles (oferta-demanda): la conciencia grupal cerrada que observáramos en las Constituciones cordobesas de 1769, daría paso a una amplitud de la oferta, en beneficio de un posible aumento de la demanda, a tenor de las necesidades que la renovada administración jurídica experimentara. Otro aspecto digno de resaltar, en cuanto a las diferencias entre los Estatutos que nos vienen ocupando y los precedentes, sería el grado de secularización alcanzado. En ninguno de los 37 artículos de que se compone el Código hay la más mínima referencia de contenido religioso. Por lo demás, volviendo la vista atrás, el Compendio terminaría con una invitación a la creación de “Academias” y “escuelas gratuitas de Jurisprudencia práctica”; Instituciones, estas, que, recuérdese, habían abierto el camino renovador a la 634 Ibídem. 635 Ibíd. p. 175. 636 Ibíd. p. 173. 637 Ibíd. p. 171. 293 Jurisprudencia. 638 La Administración conjugaba con ello tradición y modernidad: liberalización, en tanto que dejaba la iniciativa a las Corporaciones, no exenta de la regulación gubernamental a la que éstas eran sometidas. Además de ello, incitaría al fomento de suscripciones de “obras españolas y extrangeras” y a la relación intercolegial con el ánimo de enriquecer conocimientos. Igualmente, la recomendación a la formación de “Asociaciones de socorros mutuos”, con normativas independientes, limitándose el Estado a la mera inspección, buscaría la delegación de competencias sin la perdida de control. En definitiva, al igual que los otorgados a las Sociedades Económicas por las mismas fechas (1835), los Estatutos de 1838, consolidarían la unificación para estas asociaciones de Abogacía que, dejando atrás sus particularidades autóctonas, se convertirían en Instituciones auxiliares y centralizadas del Estado. Lograda la uniformidad legislativa colegial, avanzando el siglo, se recuperaría la vieja fórmula de la obligatoriedad de colegiación, perdida durante el primer tercio secular al tenor de los ritmos marcados por los cambios políticos más liberales. No obstante, tratándose de la misma medida, cabría resaltar la diferencia de matiz: ésta estribaría en que, si antaño se recurriera a ello con el objetivo de marcar una identidad congregante en torno a un “oficio”, con evidentes similitudes con las agrupaciones gremiales en cuanto a fines y actividades; ahora se nos muestran nuevos parámetros interpretativos con relación a la impuesta vinculación, lo que consideramos consecuencia de la diferente coyuntura juridico-social. Es decir, si los Estatutos dieciochescos buscaran con la obligación de colegiarse una forma de distinguirse como estamento (jurídico) a través de la unión y, por tanto, incidir, así, en el “luftre y eftimacion de tan decorosa profefion”, algo, por otro lado, propio de la sociabilidad del Antiguo Régimen; 639 los decimonónicos, partiendo de la individualidad colegial y con el fin de acentuar la 638 Vid. supra. n. 627. 639 Vid. “Estatutos y Constituciones de el Ilustre Colegio de Avogados de la muy noble, y leal ciudad de Cordoba” en ORTEGA LÓPEZ, R., “Crónica Bicentenaria... Vid etiam. Cfr. SANTOS TORRES, J., “Estatutos y Constituciones de el muy noble, e Ilustre Colegio de Abogados de la Real Audiencia de esta ciudad, que por especial provision de su Magestad y señores de su Real Consejo de Castilla esta incorporado con el Colegio de la Corte debaxo de la proteccion del mismo Real Consejo, y mandado se practiquen, y observen para con el Colegio de esta ciudad” (1732) en Apuntes para la Historia del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla, Sevilla, 1978, Apendice IV s/p; CRIADO FRENDE, D., “Estatutos Fundacionales” (1790) en El Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Cádiz: Más de dos siglos de Abogacía Gaditana, 1790-1999, Cádiz, 2000, Apendice III, pp. 349-350; Ilustre Colegio de Abogados de Malaga. Segundo Centenario de su fundación 1776- 1976, (ed. facs), Málaga, 1983. 294 especificidad como colectivo profesional, inmerso en una sociedad estructurada ahora en clases, se decantaría por resaltar los distintivos de la “respetable clase de Abogados”, con una precisa función en el nuevo marco jurídico en desarrollo”. 640 Ello nos parece implícito en el mismo protocolo de sus distintos compendios legislativos. Así, los Estatutos de 1769, de rígida estructura piramidal, alzaprimarían la importancia de “los Oficios” (Cargos rectores) y su constitución en “junta de Oficiales”, como origen de la Congregación que seleccionara a sus aspirantes; siendo el mandato de colegiación ligado al ejercicio profesional, una seña de grupo. De ahí la preeminencia de los artículos dedicados a la Junta Rectora (Estatutos IV-XIII) postergando los dedicados a los futuros miembros (Estatutos XIV-XX). Por su parte, el Código de 1895 comenzaría por definir sus objetivos enfocados a cubrir las necesidades de los abogados en cuanto que individuos, considerando los elementos directivos como parte integrante dentro del organigrama corporativo y siempre supeditados a las necesidades de los primeros; es por lo que el Capítulo dedicado a “los Colegiales” iría en lugar preeminente y se le dedicarían más articulado. Además de lo expuesto, en el proceso de adecuación a las nuevas circunstancias, creemos que jugaría un papel importante otro factor añadido: como lo fuera la progresiva masificación de los Colegios de Abogacía. El no fijar limitación alguna en el número de miembros pertenecientes a estas Corporaciones, premisa de la que se partiera en un principio independientemente de las estrictas reglas de acceso, habría derivado, durante la última década del setecientos, a establecer restricciones cuantificadoras. 641 Pues bien, el retorno a la situación anterior de ilimitación, paralelamente al establecimiento del Nuevo Régimen y consagrado en la Normativa de 1838 y siguientes, que desembocara en un crecimiento de colegiados significativo, enmarcado en un panorama estructural diferente tanto corporativamente hablando como con relación al entorno social, es posible que coadyuvara a una continua reafirmación de su identidad como clase: los abogados no eran ya un subgrupo en una sociedad estamentalizada sino un colectivo numeroso inmerso en una estructura social 640 Vid. “Estatutos para el Régimen y Gobierno de los Colegios de Abogados del Territorio de la Península, Islas Baleares y Canarias” en Gaceta de Madrid, 82 (23 marzo 1895), pp. 1084-1086. 641 Vid. CRIADO FRENDE, D., El Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Cádiz... pp. 100-103. Estudiosos del fenómeno gremial constatan, por las mismas fechas, una deriva similar para estas agrupaciones. Cfr. BERNAL, A.M-COLLANTES DE TERAN, A-GARCÍA BAQUERO, A., “Sevilla: de los gremios a la industrialización”... pp. 273-274. 295 donde la distinción por nacimiento perdía importancia, revalorizándose, por contra, el prestigio basado en otros baremos, entre los que el nivel de ingresos ocupara lugar destacado. Quizá, estos mismos parámetros podrían servir para explicar el proceso restrictivo que experimentaría el derecho de sufragio pasivo en 1895: el acceso a las “Juntas de gobierno”, selectivo tal que antaño, quedaría ahora condicionado por las “cuotas de contribución”; la prolongación del periodo de mandato (de anual pasaría a cuatrienal) consolidaría los cambios. (Arts. 34 y 35). 642 En definitiva, se podría decir que en el transcurso de algo más de un siglo, los Colegios de Abogados, tras diferentes compendios legislativos, restauraban algunas de las líneas generales que rigieran sus destinos en el Antiguo Régimen previa adaptación a la nueva organización económico- social. Conocidas las bases reguladoras, el acercamiento a la práctica secuencial de la Corporación cordobesa, a través de la documentación pertinente (Libros de Junta de Gobierno, Generales, Contables y algunas que otra Memoria), nos aporta nuevos datos; facilitándonos, ahora sí, el conocimiento especifico de la comunidad provincial de colegiados y el papel jugado por ésta, tanto a nivel regional como nacional, en los cambios estructurales que se sucederían. Partiendo de un factor determinante como lo es el de la cuantificación de sus miembros y considerando que para los comienzos de la Formación contamos con escasas y dispersas noticias, situamos el punto de arranque en un recuento fechado en 1804 que nos arroja una cifra de 29 colegiados; poca crecida si consideramos los 23 individuos que firmarían los primeros Estatutos de la Institución en 1769. 643 La mera constatación no pasaría de crónica sin la obligada lectura comparativa que nos facilite el análisis preceptivo a la investigación científica; el dato cronológico más cercano nos lo aporta el Colegio gaditano con 69 colegiados en 1802. El paralelismo nos sirve para verificar que, con tan sólo una cuarta parte menos de población, Córdoba presentaba un sesenta 642 Cfr. “Estatutos para el Régimen y Gobierno de los Colegios de Abogados del Territorio de la Península,... p. 1085. 643 Vid. “Estatutos y Constituciones de el Ilustre Colegio de Avogados de la muy noble... en ORTEGA LÓPEZ, R., “Crónica Bicentenaria... Vid.etiam. “Lista de los Abogados incorporados en el Colegio dela M.N. y M.L. ciudad de Cordoba, y con residencia fixa en ella, para este año 1804” en Biblioteca Municipal de Córdoba. 296 por ciento menos de letrados. 644 Es cierto que hay que considerar la mayor actividad mercantil de la ciudad portuaria por estos años; lo que aparejaría, necesariamente, un aumento de la actividad judicial. 645 Contrariamente, la última década secular se cambiaría las tornas: los colegiados cordobeses superarían en algo más de una docena a los gaditanos. Llegado este punto, cabría preguntarse si ello casaría con las informaciones que nos brindaran fuentes estadísticas oficiales sobre la honrosa posición mercantil que ocupara Córdoba al afrontar la década de los 80; lo que nos parecía ver ratificado además, recuérdese, con su selección, entre las 19 “plazas de mayor importancia...” para la ubicación de la Cámara de Comercio e Industria. 646 Por otro lado, habría que considerar si el crecimiento estaría ligado, igualmente, a la buena acogida, salvados ciertos escollos formales, que la Entidad cordobesa brindara a los “Abogados forasteros”, a la hora de ejercer en la plaza. Asunto este, la movilidad de letrados en ejercicio de unas provincias a otras, que pese a estar regulado desde antaño, ocasionaría continuos problemas de competencias en los diferentes Colegios. 647 644 Partimos de las cifras provinciales de población aportadas por el Censo de Godoy. 645 Apuntamos aquí, con pesar que no desanimo, el interés de los archivos de las Audiencias como rica vía de investigación mercantil. Fuente que, por mor del destino, nos ha sido vedada. 646 Vid supra. p. 177 n. 577. 647 Reacción interesante, de cara a establecer los grados de corporativismo de los diferentes Entidades profesionales españolas, que echamos en falta en algunos de los trabajos consultados. A juzgar por su tratamiento en otros, el problema fue bastante común, dando lugar a dos posturas opuestas: la asunción de los foráneos, previa reglamentación especifica, o bien el intento de su exclusión apelando a organismos judiciales superiores. La decisión, para el caso de los abogados de Córdoba, no estaría libre de cierto pragmatismo abogadesco: ligado al pago de los correspondientes “derechos de entrada”. Por otro lado, no se podría esperar otra actitud del colectivo, dado que, simultáneamente, solicitaban la posibilidad de ejercer, los de la capital, en “los Partidos judiciales”. De cualquier forma, la admisión de forasteros requeriría adoptar ciertas medidas debido a las quejas del Colegio de Procuradores sobre el particular. Vid. Sesiones 21-11-1889, 4-4-1892, 12-1-1893 y 30-6-1894 del “Libro de Actas de Juntas de Gobierno de 1883 a 1910” y Sesión de 28 de abril de 1894 del “Libro 2º de Juntas Generales” en Archivo del Colegio de Abogados de Córdoba. Vid. etiam. CRIADO FRENDE, D., El Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Cádiz... pp. 165-166. 297 En cualquier caso, siguiendo el censo colegial, con los datos disponibles (desde 1852 en adelante), se aprecian unos ritmos de crecimiento bastante regulares, con alteraciones al alza coincidiendo con ciertos momentos coyunturales. 648 Esto es, partiendo de una cifra igual o próxima a los 70 individuos, con mayoría significativa de los abogados “sin estudio abierto” (43) frente a los de “estudio abierto” (con una media de 25), el “Bienio” cambiaría el compás reduciendo la cuantía y estabilizándola entorno a los 45 letrados para algo menos de una década; comenzando, después, un tímido ascenso. A la par, igualaría en dígitos a ambas tipologías de letrados; ecuanimidad que se mantendría durante un sexenio, experimentando, a continuación, un despegue de los afiliados en ejercicio. Los que mantendrían, ya desde entonces, la distancia con los no ejercitantes. El hito vendría marcado por el año republicano, cuando se constata un total censal de 60 colegiados. Situándose tras ello la media en torno a los 50 inscritos y superando los abogados de bufete en el duplo o más a sus opuestos. Desde 1887, ya rebasados los 60 colegiados, las cantidades volvería a estabilizarse alrededor de esta cifra. La cuantía conocida para los años finales de nuestro análisis nos arroja una cifra de 59 abogados de estudio abierto y 22 sin él. Se consagraba, por tanto, la mayoría del colectivo que ejerciera. Entre los determinantes que coadyuvaran a acrecentar el inicio de la detallada pauta ascendente, no descartamos la influencia que ejerciera la personalidad del que fuera su Decano, durante algo más de una década: Angel Torres y Gómez. Inscrito en el Colegio cordobés desde 1852, la huella que dejara desde sus distintas actividades docentes, entre las que destacaría el Decanato de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre (1870- 74); su protagonismo en la Cortes de la I República, llegando ser elegido, entre otros cargos, Ministro de Gracia y Justicia la noche del 2 al 3 de enero de 1874, según fuentes de la época; o bien la impronta que marcara como Decano del Colegio de Abogados 648 Vid. “Abogados que forman el Ilustre Colegio de la Ciudad de Córdoba con espresion de los que tienen estudio abierto y residencia fija en ella, y de los que no egercen la facultad, 1855” y ss en Biblioteca Municipal de Córdoba. Vid etiam. Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la Republica Española 1873-74, Madrid, 1874, p. 2493 y ss. 298 desde 1884, podrían haber supuesto un incentivo potencial para el colectivo profesional cordobés. 649 En definitiva, se podría decir que el crecimiento gradual del cómputo de abogados reflejaba, de alguna manera, la respuesta a las exigencias de un parlamentarismo en desarrollo, al mismo tiempo que la decantación progresiva hacia el abogado practicante; es decir, la profesionalización del letrado propiamente dicho. Es por lo que, nos parece, los Colegios de Abogados, como asociación en torno a la cual se concentrara la profesión y en cuanto que moderadores y modeladores de ésta, una vez consolidado el sistema educativo oficial para la practica de la Abogacía, se convertirían en garantes y continuadores de la tendencia “legalista” iniciada en el siglo XVIII. 650 Conocido el cuerpo legal y censual de la Institución, atendiendo al desarrollo práctico de sus funciones, abordaremos su análisis distinguiendo lo que podríamos llamar Corporativismo intrínseco, entendiendo por ello todo lo que, desde esta perspectiva y en aplicación de la reglamentación, afectara al propio funcionamiento de la Entidad; o bien Corporativismo extrínseco, aquello que, de una u otra forma, estuviera vinculado al transcurrir de otras Sociedades en contacto con el Organismo cordobés. En este caso, el resto de Colegios de Abogados ocuparían un lugar preeminente. - Actividad interna: pautas para la creación de una Corporación: Al entablar el primero de los supuestos, necesariamente nos sumergimos en la casuística particular del Colegio de Abogados Córdoba a la búsqueda de aquellos elementos que, aún con orígenes gremiales, nos muestren el afianzamiento corporativo. No se trata aquí de entregarnos a pormenorizar lo acontecido sino de escrutar en 649 Vid. ARANDA DONCEL, J., La Universidad Libre De Córdoba... pp. 93-98. Vid etiam. GIL, R., Córdoba Contemporanea, Madrid, 1896, t.2 p. 156-159 y GONZALEZ Y SAENZ, F., Biografías Cordobesas Contemporaneas, Imprenta y Librería del Diario de Cordoba, 1895, pp. 58 y ss. 650 RISCO, A., resalta la bifurcación que se produciría en el setecientos entre los “legalistas”, mayor atención a la visión practica de la profesión, y los jurisconsultos, más atentos al estudio de la ciencia del Derecho. Apud. PEREYRA, M.A., “Hubo una vez unos maestros ignorantes... 215. 299 aquellos puntos de fricción que surgirían al aplicar la normativa y que, con el tiempo y en un intento de resolución, dieran a la Institución personalidad de Cuerpo. Uno de los asuntos que generaría más discusión, hasta llegar a su plena adaptación, sería la asunción del cargo de “Abogado de pobres”. Tal que responsabilidad de tinte agremiado, inmersa en los Estatutos dieciochescos de los distintos Colegios de Abogacía y a medio camino entre la filantropía y el pragmatismo, sufriría un proceso de adaptación a la sociedad burguesa, no exento de complejidad. Lo que a primera vista pudiera parecer un menester de beneficencia, en realidad se enfocaría “al servicio del Estado”; el hecho de la solicitud de “compensaciones” administrativas en relación al ejercicio profesional, seria una muestra de ello. 651 Sin duda, el grado de secularización alcanzado por la clase letrada sería parte esencial de esta reconversión. 652 La carencia de beneficio crematístico o gratificador por la prestación de este servicio, en un contexto social basado en la contraprestación, sería, probablemente, la causa de la evasión de la responsabilidad en numerosas ocasiones; las fuentes nos aportan variados ejemplos de ello. 653 El Colegio que nos ocupa no sería una excepción; a lo largo de sus 651 Nos referimos aquí, concretamente, a la demanda de los colegiados de la capital para trabajar “en los Partidos judiciales en compensación de los negocios de oficio”. Cfr. Junta de Gobierno de 4-4-1892, “Libro de Actas de Juntas de Gobierno... 652 En uno de tantos textos colegiales ensalsadores de la labor del “Abogado de pobres” se apuntarían como objetivos: “...adquirir por semejante sendero las condiciones necesarias para el mejor desempeño de la dificil carrera del foro” y “muestra esquisita de amor al estudio”. “Memoria leida por el Decano del Ilustre Colegio de Abogados en la Junta General celebrada en 16 de Enero de 1898” en Archivo del Ilustre Colegio de Abogados de Córdoba. 653 “Fueron muchos los sinsabores que costó a los Abogados el turno de pobres. Sobre esta materia tal vez,... el Colegio de Abogados empleó más esfuerzo que en otra alguna, ninguna suscitó tanta polémica,... se buscaron por Letrados dignos los más curiosos y variados subterfugios para huir de su lista fatal.” SANTOS TORRES, J., Apuntes para la Historia... p. 29. “... y cuyos trabajos, improbos y penosos de suyo, constituyen una prueba irrecusable de los extraordinarios servicios que los Sres Abogados están prestando continuamente á la más recta administración de justicia, no obstante de que esas maravillosas tareas, que á ninguna de las clases sociales se le imponen en tan copioso número hayan merecido ni antes, ni ahora, ni adelante, tal vez, ni una simple manifestación oficial de gratitud, que sería seguramente lo menos que podria tributarse á una corporación que, por modo tan expresivo entrega sus talentos y sus vigilias al servicio del Estado, que con nada le significa su reconocimiento.” “Memoria leida por el Decano del Ilustre Colegio de Abogados en la Junta General celebrada en 12 de Enero de 1896” en Archivo del Ilustre Colegio de Abogados de Córdoba. 300 Actas se constata la dificultad que presentaría la regularización de “los negocios de oficio” para la Junta de Gobierno: desde el intento de que fueran sobrellevados “por todos en perfecta igualdad” (J.Gobierno 26-7-1883), lo que sin duda ponía el acento en la perseguida homogeneidad del grupo; pasando por la exigencia de “justificar las escusas” para eludir la responsabilidad corporativa (J.Gobierno 30-6-1887); hasta acordar, en caso de incumplimiento fragante, su “baja” colegial (J.Gobierno 30-6- 1892). Muchas serían las Sesiones, con “amplias discusiones”, en las que se articularían distintas medidas tratando de encontrar un sistema valido de consenso general (J. Generales de 30-6 y 26-8 de1896; 10-1 y 28-3 de 1897 y 26-3 de 1898); muchas las consultas realizadas a otros Colegios a la búsqueda de orientación (hay constancia de las respuestas llegadas desde Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla) 654 . En definitiva, de una u otra forma el acuerdo terminaría desembocando en un arreglo compensatorio de “beneficios” alternativos (exención de contribución y otros) y en un trasvase de responsabilidades del ámbito colectivo al individual: si antaño estuviera implicado todo el estamento colegial en la labor; ahora, con parámetros convivenciales diferentes, el compromiso sería individual. Ya lo fuera por determinación propia, en un primer momento, ya corporativa, a las puertas del siglo XX. Al igual que la asistencia legal al desfavorecido, como forma de conexión con la realidad extracolegial, acentuara el funcionamiento del mecanismo corporativo; la regulación de los honorarios y la protección jurídica para el normal desarrollo en el ejercicio de sus funciones, abundarían también en ello. Así, encontramos en las diversas Sesiones de las Juntas gubernativas dedicadas al dictamen de minutas, una postura unilateral de salvaguarda profesional, “sin discrepancias”, “por unanimidad”, “legitima”. Lo que no querría decir la sempiterna aceptación; pero sí, la insistencia, a la hora de pronunciarse, de dejar clara la unidad del colectivo, como en un intento de remediar el posible desliz, si es que se diera. Es más, dados los roces que los expedientes de valoración ocasionaba entre Tribunales y Colegio, la Corporación lucharía por extender el consenso corporativo al conjunto del estamento jurídico, a la búsqueda de “la buena armonia que siempre debe reinar entre los individuos del Ilustre Colegio de Abogados y los Tribunales de Justicia”. 654 Un siglo antes, el Colegio cordobés junto con los de Madrid y Sevilla, habría sido interrogado acerca de la misma cuestión por el de Cádiz. Cfr. CRIADO FRENDE, D., El Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Cádiz... p. 80. 301 La responsabilidad derivada de la práctica de la abogacía provocaría idéntico reflejo aglutinante en la Institución. De forma que, ya fuera ante una “querella”, “reprención publica”, “inhabilitación” o “calumnias a un funcionario”, la Entidad respondería con la contundencia inquebrantable que le proporcionara la unidad corporativa, “... el Colegio estaba pronto á salir á la voz y defensa... sosteniendo cuantas acciones y derechos les correspondiera”. 655 Unidad corporativa, por otra parte, que simultáneamente se encargaría de fomentar por medio de diferentes elementos distintivos de grupo: ya fueran de origen ancestral, cual serían las ceremonias religiosas de carácter patronado, con evidentes vínculos con celebraciones y dedicatorias advocatorias gremiales (Hermandades), así como actividades de beneficencia; ya de nuevo cuño, muy próximas a los nuevos signos ostentatorios de identidad adoptados por la germinal clase burguesa (“bufet-almuerzo”, atuendo identificativo, protocolo particular...). 656 En cualquier caso, todo ello orientado a la potenciación de la “fraternidad”, el “compañerismo”, el “decoro de la profesión” y la “templanza” que dieran solidez y perseverancia al Cuerpo de Abogados. 657 655 “... la defensa ... ante los Tribunales de Justicia será un acto necesario y doblemente justificado,... la Junta le prestará todo su apoyo moral porque entiende que la defensa de un Sr. Colegiado, ... interesa a todo el Colegio” (Junta de Gobierno de 17-10-1888) “Libro de Actas de Juntas de Gobierno de 1883 a 1910”, Archivo del Colegio de Abogados de Córdoba “... surgió la duda de si era posible ó nó ser suspenso de la abogacia el que, ... fuese sumariado por cualquier motivo, que no se relacionara con el noble ejercicio de la distinguida carrera; y ante el peligro de que la opinión menos favorable á la libertad profesional,... se adoptase por los Tribunales de Justicia... se adoptaron temperamentos previsores, no destituidos de la firmeza que proporciona la creencia unánime de que los sumarios no son,... incompatibles con la misión multiple y siempre independiente del Letrado,...” “Memoria leida por el Decano del Ilustre Colegio de Abogados en la Junta General celebrada en 5 de Enero de 1900” en Archivo del Ilustre Colegio de Abogados de Córdoba. 656 “...cuyo principal objetivo es el de estrechar los lazos fraternales que de abolengo ligan á los caballeros Abogados del Ilustre Colegio” (Junta de Gobierno de 25-11-1891) “Libro de Actas de Juntas de Gobierno de 1883 a 1910”, Archivo del Colegio de Abogados de Córdoba. A finales de siglo, ante la perceptible falta asistencia a las celebraciones corporativas, se insistiría en su importancia para “mayor explendor” de la Institución. “Memoria leida por el Decano del Ilustre Colegio de Abogados en la Junta General celebrada en 22 de Enero de 1899” en Archivo del Ilustre Colegio de Abogados de Córdoba. 657 “Que la honrrosa profesión de Abogado exige de los que la ejercen una conducta siempre digna, sensata y noble sin que puedan tolerarse incorrecciones o faltas quizas no reparables en otras profesiones menos distinguidas” (Junta de Gobierno 17-10-1888) “Libro de Actas de Juntas de Gobierno de 1883 a 1910”, Archivo del Colegio de Abogados de Córdoba. 302 En este mismo sentido de vínculos institucionales habría que considerar la función ejercida por las Mutualidades adscritas a los Colegios profesionales. Si bien, al igual que ocurriera para el capítulo normativo, el sistema asistencial evolucionaría desde un estadio autóctono incipiente, el reflejado en los Estatutos dieciochescos (Estatuto XXVI, De los Socorros de Avogados, y sus viudas), hacia la uniformidad intercolegial. La única referencia hallada sobre el particular procede de un documento público oficial (Boletín Oficial de la Provincia, 1851) donde se menciona la “Comisión del distrito de Córdoba” dependiente de la “Sociedad de Socorros mutuos de jurisconsultos”. No hemos hallado ninguna otra noticia, para las fechas que nos ocupan, en el Colegio cordobés; tan sólo podemos constatar, en la documentación analizada, diversas menciones de ayudas puntuales. - Relaciones intercorporativas: Otro elemento que resultaría esencial para el refuerzo de la unidad corporativa sería, sin duda, el continuo contacto que el Colegio cordobés mantendría con sus homólogos. Consolidada la red de relaciones, para la fecha en que disponemos de documentación, a través de ésta se formularían las exigencias reformistas del conjunto del colectivo de la Abogacía española al Gobierno. Hecho de singular trascendencia dado que, en proceso de desarrollo el sistema judicial, los Colegios de Abogados, nos consta por la “Que la institución de los Colegios de Abogados, responde entre otros fines a fortalecer y conservar el espiritu de fraternidad, entre los que tradicionalmente se llaman compañeros, honrroso titulo, jamás invocado en vano, que aproxima al más humilde Letrado con el Presidente del Tribunal Supremo de Justicia” Ibídem. “...la Junta está resuelta a hacer que los señores Letrados se mantengan todos, sin excepción alguna, dentro de los limites que aconseje el decoro de la profesión, la fraternidad que debe existir entre compañeros dignos y cariñosos y sin que cometan faltas que puedan redundar en... desprestigio de la clase [trabajen] al sostenimiento del mejor nombre del Colegio y a la unión y concordia de todos sus miembros” (Junta de Gobierno 31-10-1888) “Libro de Actas de Juntas de Gobierno de 1883 a 1910”, Archivo del Colegio de Abogados de Córdoba. “... que nunca se quebrante la cordial intimidad y... compañerismo que une a todos los Sres Letrados de este Colegio de que es garantia... el respeto que á la par de la confianza, les mueve é inspirá,... y si por acaso en la lucha de los estímulos puestos en juego por conseguir el triunfo de nuestra causa ó la consecusión de los propositos que persegimos, encontramos los contrarios del compañero, que nos molestan y perjudican no olvidemos que es signo de victoria la prudencia, la generosidad y la templanza” “Memoria leida por el Decano del Ilustre Colegio de Abogados en la Junta General celebrada en 20 de Enero de 1901” en Archivo del Ilustre Colegio de Abogados de Córdoba. 303 información obtenida, ejercerían una considerable presión de cara a la resolución de sus expectativas. Una de las demandas que se plasmarían más insistentes y prolongadas sería la obtención de mayor autonomía provincial en la administración de Justicia. De ahí la persistencia en la transformación de las “Audiencias Territoriales” hasta su constitución en núcleos más próximos (“provinciales”). La coordinación resultaría de gran eficacia para el logro final: uno de los Colegios lanzaría la propuesta que, de forma sistemática y progresiva, secundaría el resto. En los Libros de Actas del Colegio de Córdoba quedan reflejadas, para esta concreta petición, las iniciativas de los Colegios de Logroño (J.Gobierno 19-4-1886); Huelva (27-10-1889); Cádiz (J. Gobierno 17-6- 1890) y las propias de Córdoba (J. Gobierno 4-5-1891 / 4-4-92 y 7-4-1893). 658 Precisamente, y siguiendo la evolución de los hechos en torno a este tema, constatamos la firmeza de la unidad corporativa del Colegio cordobés en la actitud coordinada de dos de los promotores de las solicitudes, pese a las diferencias ideológicas que los diferenciaran: de un lado el conservador Fernando La Calle y Cantero, ostentando el cargo de Diputado 2º , quien articularía la de 1891; de otro, el republicano Angel Torres y Gómez en el de Decano, que encabezaría la de 1893. 659 De cualquier forma, con coyuntura favorable, ya fuera descentralizadora o económica, la respuesta ministerial a las demandas formuladas, plasmada en “radical reforma”, no tardaría en llegar (“Ley de Bases para la reforma de las leyes sobre organización judicial y Enjuiciamiento civil”, octubre de 1894). 660 No obstante, cambiadas las tornas, su posterior modificación en forma de propuesta de creación de “Audiencias de Partido”, como solución alternativa (1899), volvería a activar el mecanismo intercolegial (“Asamblea de Abogados” en Madrid). Siendo, para la ocasión, el Colegio de Toledo, el incitador de la nueva campaña orquestada de solicitudes al Gobierno. Por su parte, el de Córdoba 658 Al margen de los distintos argumentos técnicos que, sin duda, acompañaran a la solicitud de cambio, el Colegio cordobés pondría el acento prosaico: “... á más de ser utiles a los ciudadanos, coloquen a los curiales en posibilidad de obtener la legitima remuneración á que son acreedores por sus arduos y delicados trabajos” (J. Gobierno 4-5-1891), Libro de Actas de Juntas de Gobierno... 659 No era la primera vez que ambos, obviando sus diferentes planteamientos en aras de la Abogacía, habían compartido objetivos; así lo harían en la proyección de la Universidad Libre de Córdoba. Lo que, igualmente, podría ser signo de los “vinculos de compañerismo” y “armonia” perseguidos por la Corporación colegial; expresiones que, por otra parte, encontramos machaconamente repetidas en las Actas de la Institución. Cfr. ARANDA DONCEL, J., La Universidad Libre De Córdoba... p. 34. 660 Cfr. MARTINEZ ALCUBILLA, M., Diccionario de la Administración Española... 304 (representado en la Asamblea por el progresista A. Barroso y Castillo), barómetro de su sociedad burguesa, resultaría contundente en sus exposiciones de protesta ante el cambio operado, poniendo el acento en el perjuicio que supondría para el “derecho privado”. 661 Si un objetivo concreto, como el anteriormente descrito, sirviera para reforzar la uniformidad colegial, la asistencia a Congresos cumpliría, sin duda, para la Corporación cordobesa, el mismo cometido. Así lo apreciamos, en las Sesiones en que se alude a ello, por la insistencia en una destacada representación de la Institución en dichos eventos; hasta el punto de, llegado el caso de carecer de “fondos” para tal cometido, solicitar la concurrencia de colegiados que asumieran dicha función afrontando el dispendio “á su costa”. Cual sería el caso del “Congreso Juridico de Barcelona” de 1888. 662 Mismo entusiasmo congresual que se constata en la proyección de un “Congreso Juridico Nacional” en Córdoba (1899). 663 La adopción de la revista “La Justicia” como órgano oficial del Colegio (11-2-1900), tal que medio de comunicación no sólo interna sino intercolegial, constituiría otro 661 “... la supresión de las Territoriales ó por lo menos que se tragese a las de lo Criminal el conocimiento de los negocios civiles, base de la nueva vida juridica, que podia regenerar... el funesto y arcaico sistema de someter á varias y sucesivas instancias,... la resolución del derecho privado;...” 662 Para el periodo estudiado, el Colegio cordobés no gozó de buena salud económica, lo que limitaría su capacidad de acción. Esta situación le llevaría a adoptar un sistema presupuestario rígido, así como otro de control de la actividad contributiva de sus asociados y, así mismo, otro punitivo que desembocaría en expulsiones de “fallidos”. Tan sólo la Memoria correspondiente al ejercicio de 1897 mostraría un balance positivo, calificándose entonces de economía “saneada”; para pasar, dos años después, a volver a hablar de carencia de presupuesto. 663 La proposición del que vendría a ser el III Congreso de los de su clase, partiría de 5 asociados con el claro objetivo de “... adoptar la legitima defensa de los fueros, casi olvidados al presente, de una clase tan digna de respeto por parte de los poderes directivos;...” En la Junta convocada para su exposición se hablaría de “regeneración” de la profesión que, se decía, estaba en “critica situación”. El promotor de la iniciativa (Jose Mª Ortega y Contreras), imbuido probablemente de las tendencias de “Unión” que circularan por otros ámbitos, iría más allá del Corporativismo puramente local, aventurando “la oportunidad de que todos los Abogados contituyeran una asociación perfecta”. No encontramos más señas sobre el particular en los años posteriores a la planificación del evento. La falta de fondos, uno de los temas más tratados en la exposición asamblearia, sería uno de los principales escollos. No el único, la controversia surgiría al apoyar, algunos de los miembros más representativos de la Corporación, su celebración en Sevilla. Vid. Junta General Extraordinaria de 9-3-1899, Libro 2º de Junta Generales, Archivo del Colegio de Abogados de Córdoba. 305 elemento más de apoyo a la unidad corporativa al “fomentar los intereses y el prestigio de nuestra clase”. La misma actividad de la Institución colegiada, tal que grupo compacto y diferenciado, en sus relaciones con otros Organismos públicos y privados, supondría un soporte más de cohesión para sí. Tanto su colaboración con dádivas en las iniciativas culturales emprendidas por Los Amigos del País, la Diócesis, el Ateneo o el periódico “La Unión”, 664 como su cooperación con el Gobierno civil, y un ejemplo de ello sería la “Junta de información sobre las necesidades de las clases obreras”, la acogida como miembro de los suyos al Prelado, o sus contactos con la Autoridad municipal, reafirmarían su propia identidad unitaria; corporativa, en definitiva. 665 Así, el Colegio de Abogacía cordobés, inmerso en un panorama jurídico en evolución, se incorporaba de pleno derecho a la sociedad civil. Ejerciendo, en ocasiones, de intermediario entre ésta y el Estado. Integrado de esta forma en la nueva estructura social y enfocando su quehacer hacia su temática propia, podríamos decir que asumía una parte del papel desarrollado en la antigua organización por las Sociedades Económicas de Amigos del País. En definitiva, al diversificarse la organización de la sociedad, también lo harían las facetas de su sociabilidad. Caso aparte merecen los contactos del Colegio cordobés con otro colectivo afín, como lo fuera el “Colegio de Procuradores de Córdoba”. La misma vinculación de éste con el Colegio de Abogados, por medio de la figura estatutaria del “Abogado consultor”, que lo sería el Decano del de Abogacía, así como la concomitancia profesional, llevarían a ambas Corporaciones a una inevitable cooperación. Es cierto que la falta de documentación sobre el Colegio de Procuradores, para el periodo cronológico que nos ocupa, limita en gran medida nuestro análisis sobre este punto. 666 No obstante, las referencias en los Libros de Actas de la Corporación de 664 Hay que considerar, en este punto, la imbricación de nombres en los listados de las diversas asociaciones cordobesas para comprender el entrecruzamiento de relaciones. Es nuestra intención que ello quede reflejado, en la medida de nuestras posibilidades, en los Apéndices a este trabajo. En el mismo sentido de mixtura, constatar que el periódico mencionado, de filiación liberal, habría sido fundado por el abogado Carlos Matilla de la Puente. 665 En la documentación analizada dos serían los Obispos inscritos en la Corporación de Córdoba: Sebastian Herrero y Espinosa de los Monteros, a petición propia, quien sería nombrado “Decano honorario perpetuo” (1892) y José Proceso Pozuelo, titulado como “Decano honorario” (1898). 666 Tan sólo contamos con un listado puntual. Vid. Colegio de Procuradores de Córdoba, Córdoba, 1879. 306 Abogados sobre el particular, no siendo abundantes, nos muestran, una vez más, que frente al colectivo de Procuraduría también se produciría esa reafirmación del perfil corporativo de la Institución de los letrados. Así, si se admitiera, por acuerdo, la petición de los Procuradores de ser incluidos en las “listas” de profesionales que anualmente elaboraran los Abogados (previo pago proporcional del coste de éstas, Junta de Gobierno 28-5-1886) y se estableciera un protocolo de actuación conjunto en las causas judiciales (J.Gobierno 31-01-1892); también es cierto que se pondría el acento en la particularidad e independencia de los Abogados frente a aquellos: de un lado, las listas establecerían la preceptiva distinción entrambos; de otro, en la regulación de los cometidos jurídicos de los dos grupos, se establecería una distinción ordinal prioritaria para los letrados, en las causas de oficio y la “debida separación” de ambos Colegios en la elección de representantes para las gestiones resolutorias de procedimientos de apremio. Es decir, la busqueda de “simpatia y respeto” asi como la “armonia” con el conjunto de profesionales de la Justicia no interferiría en la especificidad corporativa del Colegio de Abogados cordobés. - Formación de la Biblioteca colegial.- Lamentablemente, no hemos podido hallar ningún listado sobre el particular. Pese a ello y dado que consideramos el fondo bibliográfico como factor esencial a la hora de escrutar la evolución de una Sociedad, optamos, en su momento, por añadir a la prospección documental (Libros de Actas y Memorias no son muy esplicitos sobre el particular) los testimonios presupuestarios y de contabilidad, a la búsqueda de la liberación de las pertinentes partidas que pudieran aportarnos, con sus correspodientes volantes justificativos, mayor información. Finalmente, el balance de resultados ha devenido escaso para nuestro cometido, pudiendo tan sólo aportarnos meras noticias deslavazadas que, no obstante, cumplen su función en la investigación. Por la información que nos arrojan las Actas, sabemos que no es hasta 1896 que se expresa la “altisima necesidad” de hacerse con una Biblioteca en regla; habiendose acordado, unos meses antes, la empresa de “formar una pequeña biblioteca” (J. Gobierno 10-7-1895). No quiere esto decir que el Colegio careciera de material bibliográfico anteriormente, incluyendo en éste las distintas revistas jurídicas, simplemente que no se le habría concedido aún, al conjunto, la entidad preceptiva independiente. 307 La fase precedente a la creación del fondo libresco vendría marcada por la adquisición de obras técnicas varias, así como donaciones; siempre en correspondencia con la actualidad e inquietudes legislativas del momento. 667 A modo de ejemplo: tras la aprobación de la Ley del juicio por jurados, la Corporación se haría con “Manual del Jurado”. Por lo demás, Códigos, Leyes, Gacetas, Colecciones Legislativas y de Jurisprudencia, unido ello a distintas revistas jurídicas completarían la relación. 668 Por todo lo expuesto pensamos que, probablemente, el reducido presupuesto que acompañó al Colegio de Abogados durante los años del periodo tratado, jugaría un papel importante en la ralentización de la formación de la Biblioteca. Sin duda, el recurso a la compra por “plazos”, a la espera de solventar la “estrechez”, calmaría, en parte, la inquietud de hacerse con un deposito digno para la Entidad. * Colegio Médico - Farmacéutico de Córdoba (1895). Si nuestro análisis del Colegio de Abogados comenzara con un lamento ante la falla documental, mayor aún habría de entonarse para la ocasión que nos ocupa. No podemos calificar de fructífero, precisamente, el rastreo llevado a cabo para el conocimiento de otros dos de los Colegios profesionales más antiguos de Córdoba: los de Médicos y Farmacéuticos. El veto de acceso al primero de ellos, en un primer momento, y la falta de respuesta a nuestra solicitud para el segundo, nos abocaría a fundamentar la investigación sobre el particular, en los Fondos públicos y es esta la procedencia de los “Estatutos para el Colegio Médico-Farmacéutico de Córdoba”, base de nuestro trabajo. Afortunadamente, un tiempo después de la primera solicitud, aires más aperturistas en la Dirección del de Medicina, así como la muy buena disposición del colegiado Juan Muñoz Gavilán, autor de una Tesina sobre la Institución, nos permitirían completar datos. Aún así, la masa documental sobre el periodo analizado resultaría, finalmente, escasa. 669 No obstante, nos aportaría información sobre una Corporación 667 Tan sólo hemos hallado la mención a una obra de temática externa; histórica, concretamente. 668 La más repetida de las publicaciones periódicas, la vinculada al Colegio de Abogados madrileño: “Revista General de Legislación y Jurisprudencia”. 669 MUÑOZ GAVILÁN, J., Historia del Colegio de Médicos de Córdoba (1917-1940) y antecedentes históricos, Tesina de Licenciatura inédita, Córdoba, 1985. 308 anterior a la que nos ocupa, la “Cofradia Cordobesa de los Santos médicos mártires Cosme y Damian” (1690). Tras el pertinente estudio que a continuación pasamos a exponer, compartimos lo que Muñoz Gavilán planteara como hipótesis: la importancia que la “Cofradia” tendría en la posterior gestación del Colegio de Médicos; añadiendo, por nuestra parte, que igualmente la tendría para el de Farmacéuticos. El desarrollo analítico de la documentación disponible hasta la fecha, nos mostrará que, posiblemente, sería éste último, de existencia independiente cronológicamente anterior (1880), el que marcara la pauta al médico en los primeros momentos. 670 Por otro lado, los resultados nos aproximarán, sin duda, a la respuesta corporativa de ambos colectivos ante los cambios reglamentarios experimentados en el sistema sanitario decimonónico. Respuesta, por tanto, uniforme, al compartir una identidad común en sus inicios. Adentrándonos, pues, en la Cofradía Cordobesa de los Santos médicos martires, como medio de conocer los precedentes del Colegio Médico-Farmacéutico de Córdoba, constatamos como objetivo fundacional “suscitar la union y hermandad” entre los “Doctores de Medicina Boticarios Cirujanos... y comprendida la de flevotomias”. 671 La única actividad reglamentaria que se reconoce, en torno a tal fin, sería la celebración de la fiesta religiosa patronal. No obstante, siguiendo la documentación, al encontrarnos con un “Registro de Titulos” donde se recogen, además de los “Medicina”, los de “Practicantes” y “Matronas”, consideramos que se llevaría, igualmente, cierta labor de control en el ejercicio profesional; no limitándose, como es apreciable, a la escala superior de los distintos grupos. Control, por otro lado, que suponemos tendría ciertas reminiscencias gremiales. El hecho de incluir el registro de grupos profesionales anejos a médicos y farmacéuticos (“Practicantes”, “Matronas”...) nos parece un reflejo de la estructura social estamental en que surgiera la Cofradía. Considerando, pues, todo el colectivo relacionado con la Sanidad como perteneciente al mismo Estamento. Pese a que se considera el “Cabildo” de 1690, en los textos, como el Constituyente de la Fundación, se incluye, en la relación de intenciones, la idea de “reedificar” la Congregación, incluso en su manifestación puramente material (“Capilla”). Es decir, la 670 Vid. NARANJO RAMIRÉZ, J., (Coord.), De Gremio a Colegio de Farmacéuticos. Un siglo de Historia, Córdoba, 2004. 671 “Cofradia Cordobesa de los Santos médicos mártires Cosme y Damian. Libro 1º de Actas” (1690- 1757), Archivo del Colegio de Médicos de Córdoba. 309 unión profesional vendría de antaño; se trataría, por tanto, de la reconstrucción de una anterior agremiación. En cuanto al primer equipo de Dirección para la Entidad, “Hermano Mayor” y “seises” (Diputados), observamos la preeminencia del colectivo de “Medicina” (el mismo Hermano Mayor procedería de tal extracción) y eclesiástico; a más de la distinción titular propia de la estructura social de la época: entre Médicos “de la Rl Familia de su Magestad”, “del Sto Oficio de la Inquisicion” y el “Presbitero”, se adscribe un “Licenciado por parte de los Señores Cirujanos y Boticarios”. Lo que se podría interpretar como el resquicio de entrada a la clase media. Más adelante, en lo que se considera como una nueva constitución de la Corporación, tras “quasí a su total exterminio” (1776), encontramos algunos cambios estructurales, con respecto a los anteriormente mencionados: ahora es elegido Hermano Mayor un “Zirujano”, grupo de donde provinieran los dos promotores de la reconstitución de la Institución, y los Seises representarían equitativamente a los tres colectivos sanitarios; 2 por cada uno de ellos. Por otro lado, desaparece la representación eclesial en la Dirección de la Cofradía. 672 Se establece, pues, la igualdad entre Medicos, Cirujanos y Farmacéuticos en la Junta Rectora, además del paso secularizador apreciado. Por lo demás, sabemos de la demanda interna de nuevas “Constituciones” a principios del estrenado siglo (1806), así como de los preparativos encaminados a tal fin, sin que hayamos encontrado ninguna información sobre su contenido. De cualquier forma, la Agrupación continuaría su trayectoria culminando la centuria con otra etapa de declive. Pudiera ser que esto, unido al diferente contexto socioprofesional en que se viera envuelto el colectivo con el despliegue normativo propio del Nuevo Régimen, hubiera estado en el germen inicial de otra asociación profesional con miras más allá de la mera “union y hermandad”; cual sería el Colegio Médico-Farmacéutico de Córdoba. 673 Sea 672 “Cofradia Cordobesa de los Santos médicos mártires Cosme y Damian. Libro 2º de Actas” (1776- 1925), Archivo del Colegio de Médicos de Córdoba. 673 “Y no creais, señores colegiados, que no nos hace grandisima falta, en esta nación, que está aun por constituirse en todas las esferas legales... el asociarnos para procurarnos de la sociedad... consideración y respeto, pues que todos conoceis de qué pocas atenciones gozamos del público en general y aun de las esferas oficiales, [...] es posible que si los Médicos constituyésemos asociaciones robustas y prestigiosas, ayudadas del caracter oficial, lográsemos no solo que el público en general... tuviese más respeto de todos y cada uno de nosotros, sino también que nuestros Colegios tuviesen influencia para mover al Estado á modificar ciertas de sus leyes cuando resultasen perniciosas...” Memoria del Colegio Oficial de Médicos de la Provincia de Córdoba, Córdoba, 1903, p. 9. 310 como fuere, lo cierto es que ambas coexistirían dando muestra de la persistencia de dos diferentes manifestaciones de asociación, generadas en una estructura social distinta, en torno al ejercicio de la profesión médico-farmacéutica. 674 Por otro lado, el hecho de que el 75% de los miembros del Colegio, misma proporción para sus originarios promotores, pertenecieran a la Cofradía podría sustentar la idea de que algunos de los Hermanos, con la practica de sociabilidad aprendida, acometieran la creación de otra asociación más acorde al nuevo organigrama socioeconómico. Más adelante, al abordar el análisis del Colegio y establecer los paralelismos entre ambas Corporaciones abundaremos de nuevo en la cuestión. Además de la notoria conexión Cofradía-Colegio hay que considerar, igualmente, otra tercera Corporación, de similar perfil institucional a las anteriores, que surgiría en Córdoba antes de la aparición del Colegio Médico-Farmacéutico y que, creemos, sería así mismo determinante en los orígenes de éste; nos estamos refiriendo al “Colegio de Farmacéuticos de Córdoba” (1880). Remontándonos a la “Cofradia” a la búsqueda de precedentes, tal que Corporación compuesta en parte por este colectivo sanitario y dado que los fundadores del Colegio Farmacéutico provendrían de ésta, la aparición de este otro Colegio nos parece un desgajamiento, por parte de sus titulares, con respecto al grupo médico. Si bien es verdad que en ningún momento esto queda explícito en documento alguno de los analizados, siguiendo las Actas observamos que son contados los farmacéuticos que acceden al puesto de Hermano Mayor de la Cofradía inicial y que precisamente el bienio anterior a la fundación del de Farmacéuticos, lo haría uno de ellos: Francisco de Borja Pavón, personalidad vinculada ya a diversas asociaciones. 675 Quizá, la experiencia adquirida en hermandad, unido al deseo de mayor protagonismo por parte de este grupo, les llevara a tomar la determinación de la independencia en unos momentos en que, probablemente, la valoración del oficio estuviera en sus mejores cotas: nos parece ver muestras de mayor sensibilidad profesional entre los objetivos de sus Estatutos donde, a más del deseo de cumplimiento con las nuevas leyes sanitarias, 674 Se repetiría la misma situación que se diera para el Colegio-Congregación de Plateros y la Asociación Mutua de Plateros que quedó expuesta en su momento. Vid. supra p. 157-158. 675 Lo estaría a la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País y las de Madrid, Aragón, Valencia, Murcia, Málaga, Montilla, Jerez, Jaén; a la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, al Liceo cordobés, la Real Academia de San Fernando de Madrid, la de Buenas Letras de Sevilla... Cfr. SANCHEZ FERNANDEZ, Mª A., La Cultura Española desde una Provincia... p. 252. 311 se expresa el de hacerlo por el buen ejercicio de la profesión y la dignificación de la “clase farmacéutica”. 676 De cualquier forma, unos años después de la fundación del Colegio Farmacéutico, hallándose éste en estado casi de latencia, volvemos a encontrar a algunos de sus principales protagonistas entre los fundadores de la tercera Institución de las que venimos tratando, el Colegio Médico-Farmacéutico de Córdoba. Es más, el hecho de que la Presidencia y Secretaría de su “Sesión preparatoria” (20- 10-1894) la tuvieran el entonces Presidente del Colegio de Farmacéuticos cordobés (Enrique Villegas Rodríguez) y su Secretario (Rafael López Mora) así como que la Presidencia de la primera “Junta de Gobierno”, una vez constituido el nuevo Colegio, recayera igualmente en el Presidente del de Farmacéuticos, nos da a entender que la moderna Corporación profesional de carácter mixto, vendría auspiciada por Colegio farmacéutico. Centrándonos, pues, en esta nueva Entidad, el Colegio Médico-Farmacéutico de Córdoba, resultado de un proceso normativo evolutivo, nos encontramos con una Corporación connexionada y representativa de ambas profesiones, cuya reglamentación abundaría en la alternancia y equidad gubernativa entre ellas. 677 Equidad por medio de la “perfecta unidad” entre sus miembros, que formarían parte de una misma “clase” en busca de potenciar “el mayor lustre é importancia” de la misma, entre otros fines prácticos. 678 Por lo demás, el resto del cuerpo legal incidiría en el papel regulador que el Colegio desempeñaría sobre la práctica profesional de sus colegiados y las relaciones con las Instituciones públicas. 679 No haciendo mención, entre sus competencias, a ninguna circunstancia relacionada con cualquier otro subgrupo (“Practicantes”, “Matronas”...) de la rama sanitaria; como sí ocurriera con su Institución matriz, la Cofradía Cordobesa de los Santo médicos mártires... 676 Cfr. NARANJO RAMIRÉZ, J., (Coord.), De Gremio a Colegio de Farmacéuticos... p. 29. 677 “Los individuos de la Junta de Gobierno perteneceran á ambas profesiones, y los cargos de Presidente y Vicepresidente, al renovarse, recaerán en individuos de profesión distinta á la que hubieran pertenecido aquéllos que los hubiesen desempeñado en el bienio anterior” Art. 9, Capitulo II, Estatutos y Reglamento Interior del Colegio Médico-Farmacéutico de Córdoba, 1895, p. 6. 678 Ibídem. Art. 42, 679 Sería, ésta, la función que JOSEP A. RODRÍGUEZ y JESÚS M. DE MIGUEL denominarían “autoridad delegada”; tal que mediadora entre los profesionales sanitarios y el Estado. Cfr. “Del poder de la corporación: el caso de la profesión médica española” en El Corporativismo en España, PÉREZ YRUELA, M - SALVADOR GINER (Eds), Barcelona, 1988, p. 250. 312 Acentuando aún más, de esta forma, el sentido de pertenencia a una misma formación o “clase” entre médicos y farmacéuticos. No tenemos más noticias de la Corporación, por lo que no podemos determinar el porqué de su posterior separación. Otras que conocemos, de similar tipología asociativa médico-farmacéutica, adoptarían la fórmula de “Asociación” y se circunscribirían a áreas rurales o, en todo caso, no de capitalidad. Probablemente, el mayor grado de especialización, así como de corporativismo de fines de siglo, unido a la institucionalización de estas Agrupaciones profesionales, llevaría a la desaparición de estos modelos asociativos. También se nos ocurre que pudiera ser que Sociedades de carácter privado en torno a la actividad profesional, como el caso de la que nos ocupa, adoptaran en un primer momento esta estructura más independiente para alejarse, en cierta forma, de la tutoría estatal. IV. La Rentabilidad como forma de Sociabilidad: Sociedades Mercantiles.- Se nos presentan, las empresas mercantiles, como una manifestación más de la sociabilidad burguesa a tener en cuenta. En esta ocasión con una explícita finalidad: el lucro. Si hasta el momento nos hemos ocupado de asociaciones entorno a los oficios con carácter asistencial (mutualidades), de subsistencia sin por ello olvidar el rango asistencial (cooperativas), para la defensa de intereses comunes (patronales) y con finalidad gremialista (Colegios profesionales); nos centramos ahora en este punto, con el doble objetivo de continuar el seguimiento asociativo en sus diferentes variantes y a la búsqueda de que ello nos desvele, siquiera, un aspecto más de la formación del tejido económico cordobés en la sociedad burguesa de nueva planta. Como fuente primigenia, por tanto, acudiríamos al “registro general de la provincia”: labor fallida la de este flanco, como ya se ha comentado anteriormente. En un segundo estadio, al Archivo de la Audiencia Provincial, donde debieran haber quedado copias de los documentos notariales de constitución: intento baldío igualmente, según se nos comunicó en su día. La tercera vía de investigación, conocida a través de las diferentes normativas y por la que hemos transitado libremente debido a su naturaleza pública: el 313 Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba. Búsqueda, ésta, de mayores plazos, dada su falta de indexación, que dejamos iniciada con el ánimo de retomar. 680 Así las cosas, nuestra aportación para el conocimiento del periodo anterior a la creación del Registro Mercantil (1885), años que creemos decisivos a la hora de conocer la base sobre la que se asentaría la infraestructura comercial e industrial cordobesa, queda limitada a la mención de la constitución de algunas Sociedades; datos a los que hemos podido acceder a través de diversas fuentes de información, secundarias para el caso que nos ocupa (papeles conservados del antiguo Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País, diversos números del Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba, Archivo del Despacho Ordinario del Obispo de Córdoba, Diario de Sesiones de las Cortes, Archivo Municipal de Córdoba y fondo antiguo de la Biblioteca Municipal de la misma). Pese a la escasez expuesta, valoramos la información obtenida para la primera mitad secular y nos detenemos en su análisis ya que, si bien es insuficiente en el aspecto cuantificador, y por tanto para obtener información secuencial del proceso económico, no lo es, bajo nuestro punto de vista, para observar la evolución de las costumbres societarias; fruto, en definitiva, de la mentalidad empresarial de la época y, en consecuencia, de la articulación de la normativa que se generaría en torno al proceso de liberalización económica; en tanto que producto, a su vez, de la propia evolución societaria mercantil. Es decir, nos interesa, en tanto en cuanto, se vislumbra la aparición del “empresario social” (Sociedad mercantil) frente al ya existente “empresario individual”. 681 Considerando lo anteriormente expuesto, estructuramos nuestra aproximación al estudio de las Sociedades Mercantiles en dos tiempos marcados por la constitución definitiva de la Institución que las regularía, el Registro Mercantil. 680 Se han trabajado los microfilmes correspondientes al corte cronológico de 1833-1886, lo que nos ha proporcionado parcos resultados a causa del inconveniente señalado. No obstante, dada la perdida de documentación sobre el particular, para el caso cordobés, abrigamos la esperanza de relanzar la prospección en un intento de completar, en la medida de lo posible, el panorama de implantación de las Sociedades mercantiles en la provincia desde sus inicios; factor esencial para la comprensión del periodo posterior. 681 SÁNCHEZ CALERO, F – SÁNCHEZ-CALERO GUILARTE, J., Instituciones de Derecho Mercantil, t. I, Madrid, 2004, p. 208. 314 - Bajo la égida del Código de Comercio de 1829. - Expuesta la carencia de información para el periodo inicial, los primeros datos de referencia asociativo-empresarial con los que contamos para nuestro análisis, si bien no se ajustan a una frecuencia cronológica, sí lo hacen con respecto a una temática. Se trata de cuatro Sociedades, localizadas a lo largo de nuestra investigación en diferentes archivos, que comparten el objeto común de acometer obras de infraestructura en el canal del Guadalquivir. 682 Es decir, a falta de una información secuencial, recurrimos al cotejo de estas “Empresas” mercantiles con la intención de constatar posibles modificaciones en su estructura que reflejen, de algún modo, cambios derivados del desarrollo socioeconómico. El hecho de compartir finalidad, la canalización del rio con fines comerciales, y tipología, todas se presentan como Sociedades Anónimas, parece facilitarnos la formula comparativa. En cuanto a la más antigua de ellas, la “Compañía de la Navegacion del Guadalquivir” (1815), el planteamiento parlamentario de su adaptación al sistema constitucional durante el Trienio, nos brinda la oportunidad de profundizar en la problemática que surgiera en los momentos iniciales de desarrollo del asociacionismo mercantil contemporáneo. Al margen de conflictos de competencias institucionales e intereses interregionales, con puntos convergentes entre ellos, por otro lado, que ya ha sido tratados en un capítulo anterior a este trabajo; se nos muestran, en las diferentes intervenciones (Legislaturas de 1820 y 1821), posturas ideológicas enfrentadas en torno al concepto de “propiedad”. Así, encontramos desde acusaciones a la Compañía de ser “muy independiente” por parte del “Consejo de Hacienda”, hasta quejas, del lado de aquella, “por la violacion de los derechos de propiedad, tan defendidos y aun consagrados en la constitucion política de la Monarquia española,...”. Es decir, se contraponen dos concepciones diferentes, tic propio de tiempos de transición. Por un lado, el Consejo defendería la propiedad del “Estado” basándose en la normativa 682 “Compañía de la Navegacion del Guadalquivir” (R.O 13-8- 1815) en Diario de Sesiones de las Cortes 1820, pp. 1839-1845, t. III y 1821, pp. 1366 y ss, t. II; “Empresa Cordobesa de Scala-Celi” (publicación de condiciones, 7-9-1841) en Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País; “Canal de San Fernando” (“Proyecto e Bases Generales”, 7-2-1849) en Archivo del Despacho Ordinario del Obispo de Córdoba y “Empresa de Navegacion del Guadalquivir” en Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba, (agosto), 1841. Al priorizar, en estos momentos, otros aspectos de las citadas Sociedades, omitimos los datos propios de su constitución (capital emitido...). Si bien serán expuestos en el Apéndice correspondiente a Sociedades Mercantiles. 315 vigente en tiempos de su concesión (1815), que, además, se correspondería con una filosofía de derechos propia del Antiguo Régimen; centralizada, entonces, en la propiedad exclusiva de la Corona y revertida, ahora, eso sí, al Estado. 683 Por su parte, la Compañía apelaría al flamante órgano institucional, las Cortes, en defensa de ese mismo valor de propiedad aplicado, por el contrario, al individuo. 684 Nacida, pues, en un sistema Estamental, podemos considerar que pretendería liberarse del corsé limitador en aras del “principio de la libre iniciativa privada”. 685 Unos años más tarde, otra de estas Sociedades, la “Empresa Cordobesa de Scala- Celi” (1841), exponía sus planes constitutivos desde diferente perspectiva: partiendo de una llamada a la asociación “abierta” (“proposición 4ª ”), se solicitaba “proteccion y aucsilio” de las Instituciones públicas (Gobierno, Diputación Provincial y Ayuntamiento) así como se ofertaba a los pueblos ribereños la participación accionarial con sus fondos públicos (“propios y positos”). Se recurría, por tanto, al concierto de lo público y lo privado para la constitución de la Empresa. No se repetía, pues, el esquema de enfrentamiento de utilidades, Estado-individuo, visto para la Compañía anteriormente expuesta. Llegándose a un estadio de unión de “intereses”, superando, así, “los criterios mercantilistas de iniciativa pública” que se argumentaran, por parte de la Administración, en la primeramente analizada. 686 Se apelaba a la “asociación” 683 “...es preciso tener presente que la Compañía no es el propietario de la empresa, la cual nunca puede considerarse sino como propiedad del Estado, siendo la única de los accionistas el rédito de sus acciones, [ ...] siendo esta propiedad del Estado... propiedad legal e incuestionable,...”, D S C 1820, t. III, pp. 1843-1844. 684 “... la Compañía es una reunion de propietarios que han reunido sus capitales, y, las Cortes tienen obligacion de amparar y proteger el derecho de propiedad” D S C 1821, t. II, p. 1382. 685 “El acto constituyente de la sociedad mercantil y sus normas reguladoras fueron inicialmente de naturaleza pública, pues no tuvieron su origen en el principio de libertad contractual característico del Derecho privado, sino, ... en la voluntad pública que, según el momento histórico, emanaba del Monarca Absoluto, del Gobierno o del Parlamento... [...] Fue la concepción liberal la que llevaría a exigir a los Estados la libre fundación de las sociedades como expresión clara del principio de la libre iniciativa privada y la atribución del poder a los propietarios” FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, C., El Registro Mercantil, Madrid, 1998, pp. 31 y 45. 686 Observamos, en este equilibrio de fuerzas, la misma trayectoria que describe FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ para la formación histórica de la Sociedad de Capital: “Las Reales Cédulas de creación de las distintas compañías coloniales aluden tanto al bien común que se pretendía conseguir... como al grupo o comunidad interesado en su creación. Los informes solicitados por la Corona para valorar la 316 mercantil priorizando, en el discurso, el interés del Estado que conllevaría, por extensión, el individual. Trayectoria diametralmente opuesta, como puede verse, a la deducción smithiana fundamentada, a su vez, en el más puro utilitarismo individualista. 687 Por lo que respecta a las otras dos Sociedades mercantiles conocidas en torno al Guadalquivir, “Canal de San Fernando” y “Empresa de navegacion del Guadalquivir”, planificadas años después (febrero y septiembre de 1849), presentan ya una fisonomía estructural diferente a lo expuesto para las anteriores. Consolidado el sustento jurídico de la “inviolabilidad” del derecho de propiedad, nos encontramos con la estipulación de unas “Bases” fundamentadas en este concepto. De forma que es el “capital” o “acciones” el motor de la transacción, apoyado en el desarrollo de los derechos civiles y especialmente respaldado por una derivación especifica de éstos; como lo sería la libertad de contratar. 688 Desaparece, pues, cualquier otra referencia Institucional de rango superior, apelándose únicamente, en ambos documentos, a la legislación propia sobre tales transacciones e incidiendo, para los que “quieran asociarse”, en los nuevos basamentos estructurales y reguladores de la Entidad constituida: la “Sociedad”, con propiedad identitaria e “intereses” independientes y el “contrato” o “estatutos” establecidos. De forma que sería la nueva personalidad jurídica naciente la que estableciera sus Organos Rectores: “Directores” y “Junta Consultiva de gobierno” o bien “Junta general de accionistas”. Si cotejando las anteriores Sociedades mercantiles, observábamos una evolución de sus cuerpos reglamentarios conectada tanto con el desarrollo económico del momento como con el soporte ideológico que respaldara a éste; igual percepción obtenemos conveniencia de crearlas destacaban el interés público... los participantes y gestores de estas compañías... aludían,... a la necesidad de aunar el bien público con el de la Compañía,...” Ibid. p. 40. 687 “ Honroso y glorioso debe ser á cuantos abrigan sentimientos patrioticos y generosos el asociarse á tan grandiosa idea: y cuando de su realizacion, ademas de mediar la prosperidad del pais, pueden reportarse conveniencias y ventajas...” “Empresa Cordobesa de Scala-Celi” 7 de setiembre 1841, Imprenta de Noguer y Mante, Archivo de Secretaría de la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País. 688 “Junto al derecho de propiedad... otra institución jurídica adquiere singular relevancia como complemento de la anterior, en cuanto elemento integrante e informador de la idea de libertad civil: el “contrato”. La libertad de contratar (contraer) sirve de “pendant” al derecho de propiedad, en cuanto posibilidad de disponer de la misma” EIZAGUIRRE, J Mª., El Derecho Mercantil en la Codificación del siglo XIX, Bilbao, 1987, p. 26. 317 aplicando esta misma metodología experimental a otras dos Sociedades halladas en nuestro rastreo por el Boletín Provincial cordobés: la “Sociedad de Fomento Industrial y Mercantil” (1845) y la “Sociedad Minera Aguila Imperial” (1860). 689 La primera de ellas, fundada por dos representantes de la burguesía local, los mismos que encontráramos entre los promotores del “Liceo Artístico y Literario de Córdoba” (1842), presenta una sugestiva tipificación: reúne características peculiares al cobijar bajo su razón social una Sociedad Anónima Comercial, Bancaria y Crediticia, con objetivos, a su vez, Mutualista y de Fomento “para las clases mercantil é industrial”. Dado que la fecha de su aparición coincide con un momento en que la actividad del Liceo parece apagarse y conocidos los problemas en su seno para llevar a cabo, precisamente, algunos de los proyectos de formación planificados, a estos emprendedores comerciantes se les abriría otra vía para abordar, alguno de ellos, en la Sociedad mercantil ahora creada. Por lo demás, tanto el hecho de partir de una iniciativa burguesa como la incursión de contenidos de carácter social sitúan a la Sociedad de Fomento Industrial y Mercantil en paralelo estructural con algunas fórmulas societarias ya analizadas anteriormente; nos referimos a Sociedades de Socorro burguesas- populares y Cooperativas. Lo que nos vuelve a mostrar la pervivencia de viejas formulas de sociabilidad en pleno desarrollo de las nuevas. Bajo el sentido de “utilidad social”, donde “hallarán... acogida... las clases más laboriosas del pueblo”, se repite la concepción, ya vista, de la valoración de “lo público”, lo “procomunal”, los “beneficios generales”, todo ello simultaneado con la “independencia”, la “seguridad” y la “libre eleccion”. Es decir, mezcolanza de fundamentos ideológicos, propios de tiempos de mudanza, que, más adelante, serán soporte de diferentes grupos sociales. Si anteriormente se había cantado a la “asociación” mercantil en beneficio del interés general, representado en el Estado (Empresa Cordobesa de Scala –Celi, 1841), en tanto que reminiscencias de tiempos pasados; ahora, matiz más genérico, eso sí, se convocaría “el espiritu de asociacion” para entrar “en la senda de progreso social”. Camino diferente, en cualquier caso, a los postulados de la “Escuela de Manchester”. 690 689 Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba, nºs 4 ( 9 de enero de 1845) y 94 (13 de junio de 1860). 690 EIZAGUIRRE, J Mª., El Derecho Mercantil en la Codificación... pp. 20-21. 318 Distinto panorama se nos presenta al acercarnos a la documentación de las sociedades mineras de “El Aguila Imperial” y “La Poderosa” (Montoro, 1860). 691 Transcurrida más de una década y en pleno desarrollo expansionista de estas asociaciones mercantiles, obviando cualquier referencia de interés colectivo, en la autorización oficial ya tan sólo se refleja el objetivo de “beneficiar las minas” por parte de la relación de otorgantes de la Escritura pública. 692 La muestra documental expuesta nos deja ver, en fin, los cambios operados en la sistemática de formación de estas Sociedades Anónimas que, comenzando por contener un alto grado de carácter público, fruto de etapas anteriores, irían ganando terreno en defensa de la iniciativa privada desde un estadio intermedio público-privado. Por otro lado, nos parece que la misma fortaleza y persistencia de “los intereses públicos” al comienzo de su desarrollo, pudiera ser que las separa del modelo anglosajón, cuyo soporte inicial estuviera basado, contrariamente, en un férreo individualismo fundado en presupuestos benthamistas. Si a ello añadimos que en fase de crecimiento sufrieran “un régimen imperativo riguroso”, consecuencia del giro legislativo de 1848, no es de extrañar que se apartaran de la pauta preestablecida. 693 691 Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba, nºs 94 y 95 (1860). 692 Destacamos la presencia de una mujer accionista en “El Aguila Imperial”, dado que el Código de Comercio en vigor (1829), contemplando “atribución viril al comerciante”, estableciera numerosos condicionantes para el ejercicio de dicha actividad por parte de las mujeres y, cuando ello se daba, en la gran mayoría de los casos quedaría sujeta a la “autorización” y/o “representación” masculina (padre- marido-hijo). Cfr. GARCÍA GIMÉNEZ, R., Pedro Sainz de Andino: Vida y Obra. Madrid, 2003, p. 213. Vid. Etiam. CEPEDA GOMEZ, P.,“La situación jurídica de la mujer.... p. 183. 693 “Se ha repetido que la sociedad anónima, ... ha sido un instrumento decisivo para el desarrollo del capitalismo moderno... conviene observar, para captar mejor la expansión de la figura, que la sociedad anónima capitalista ha tenido como antecedente a las compañías coloniales del siglo XVII, de fuerte matiz estatal, y que el propio Estado tuvo sometidas a las sociedades anónimas privadas a un control previo... El C. de com de 1829 mitigó ese sistema de autorización... Este régimen fue sustituido... por un régimen imperativo riguroso impuesto por la Ley de 28 de febrero de 1848,... “sobre compañías mercantiles por acciones”. SÁNCHEZ CALERO, F – SÁNCHEZ-CALERO GUILARTE, J., Instituciones... p. 277. “...el juego de la ley restrictiva de 1848, .... constituiría un sistema que discriminaba a favor de la construcción ferroviaria, la minera, la Banca y las finanzas y en detrimento del resto de la economía, en particular de la industria manufacturera” TORTELLA, G., “El principio de responsabilidad limitada y el desarrollo industrial de España: 1829-1869” en Moneda y Crédito (1968), p. 76. 319 Así las cosas, la búsqueda de mayor información sobre asociaciones mercantiles nos lleva al Archivo Municipal: allí nos encontramos con algunos documentos, repartidos en diferentes Secciones (“Comercio” y “Asociaciones”) y fechados entre 1864 y 1867, consecuencia, en parte, de la aplicación de los cambios legislativos mencionados. Documentos que, si bien tampoco nos ayudan a reconstruir el espectro mercantil del periodo, sí nos aportan nuevos elementos de juicio sobre la evolución de las Sociedades Mercantiles cordobesas e interesantes indicios de la posible planificación de una gran Compañía, de ámbito regional, para la explotación ferroviaria y, probablemente, naviera, prácticamente autóctona por iniciativa, capital e infraestructura. Nos estamos refiriendo a una serie de tramitaciones burocráticas rutinarias, realizadas por distintas Sociedades que, obviando su formalismo y puestas en relación a través de sus constatables conexiones y coincidencia cronológica, nos desvelan unos movimientos tendentes a la acometida de creación de esta clase de Empresa. Por un lado tendríamos a la Sociedad bancaria cordobesa “Lopez y Compañía” (en Comandita, Escritura pública en Córdoba a 9-12-1863) cuyo “gerente” lo sería, al mismo tiempo, de “Credito Comercial y Agricola de Cordoba” (Sociedad Anónima, autorización por R.D. de 22-11-1864); 694 nueve de los diez accionistas de ésta última, lo serían, simultáneamente, de la Sociedad “Credito Comercial de Cadiz”. La que, a su vez, estaría ligada con el “Banco de Cadiz” y la “Compañía Española de Navegacion” de la misma ciudad. 695 Además de esto, el “Credito Comercial y Agricola de Cordoba” abriría una filial en Granada en 1865. 696 Contamos, así mismo, con documentos referentes al establecimiento de una “sucursal” en Córdoba de “La Maquinista Sevillana” (1865): Sociedad Anónima, ésta, que por la misma fecha se gestara en Sevilla para “... la fundicion de toda clase de metales y la construccion de buques, calderas, maquinas de vapor terrestre y maritimas y demas útiles mecanicos propios de la misma industria”. 697 Entre sus accionistas, miembros de 694 Secc. Agricultura, Industria y Comercio, “Comercio. Mercado. Abastos”, Archivo Municipal de Córdoba. 695 Cfr. RUIZ VÉLEZ-FRÍAS, F., Los Bancos de Emision de Cadiz en el siglo XIX, Universidad de Córdoba, Instituto de Historia de Andalucía, 1977. 696 Cfr. TITOS MARTINEZ, M., El Sistema Financiero en Andalucía. Tres Siglos de Historia (1740- 2000), Sevilla, 2003, p. 107. 697 Secc. Asuntos Gubernativos, “Asociaciones”, Archivo Municipal de Córdoba. Obsérvese la coincidencia con el fin social de “La Maquinista Terrestre y Maritima” de Barcelona; la que fuera creada en función del desarrollo del tendido férreo de la región, en 1855, que rezaba: 320 la conocida familia “de la Portilla”, a su vez implicados en la Sociedad “Lloret y Compañía”; dueña ésta, que nos conste, de dos importantes vapores, que mantuviera estrechas imbricaciones económicas con el “Banco de Cadiz” y el “Credito Comercial de Cadiz”. 698 Al mismo tiempo, encontramos a la mencionada estirpe relacionada financieramente con el “Banco de Sevilla” por estos mismos años. 699 Constatamos, también, la solicitud de registro de otra Sociedad para “negocios de Comercio” llamada “Lopez, Fraile y Garcia” (Colectiva, Escritura pública en Córdoba a 12-1-1864), entre cuyos accionistas se encuentra un miembro de la familia Lopez , ya mencionada (“Lopez y Compañía”), y otro apellidado Larios. Expuesto lo cual, si relacionamos toda esta actividad asociativa mercantil en Córdoba, y sus respectivas conexiones interregionales, con el contexto coetáneo, observamos una serie de hechos que nos inducen a pensar en la posibilidad de su concordancia. Así, la “Compañía General de Credito”, concesionaria de la línea de ferrocarril Sevilla-Jerez-Cádiz, clave, por otra parte, para la actividad comercial andaluza, tras pasar por graves problemas financieros suspendería pagos en octubre de 1864. De otro, la de Córdoba-Sevilla, en manos del “Crédito Mobiliario Español”, frente a las expectativas, presentaba resultados “mediocres” desde 1862, situación tan sólo compensada por las subvenciones provinciales. De forma que se miraba con ansiedad la conclusión del apoyo institucional. 700 En cuanto al tendido Córdoba-Málaga, que tras varias pujas se concedería en junio de 1859 con sucesivas modificaciones (1861,1862), recaería en una Sociedad donde encontramos celebres nombres de capitalistas malagueños; entre los que no faltaría el de la familia Larios. 701 Si a todo esto añadimos la promulgación de la Ley de 1864 que, planteada la estructura férrea básica, pretendiera recapitular necesidades para completar así la red vial y la Comisión que se creara al respecto, preparada para la recepción de propuestas... los nexos hipotéticos de los que partiéramos parecen razonables. 702 “...fundición de metales y construcciones de varias clases, como buques, calderas, máquinas de vapor, terrestres y maritimas, locomotoras...” Cfr. WAIS, F., Historia de los Ferrocarriles Españoles, Madrid 1974, pp. 687-688. 698 Vid. RUIZ VÉLEZ-FRÍAS, F., Los Bancos de Emision... p. 126. 699 Vid. TITOS MARTINEZ, M., El Sistema Financiero... p. 102. 700 Cfr. VV.AA. Ensayos sobre la Economía Española a mediados del siglo XIX, Madrid, 1970, pp. 96- 97. 701 Cfr. MORILLA CRITZ, J., Gran Capital y Estancamiento Económico... pp. 115-131. 702 Cfr. WAIS, F., Historia de los Ferrocarriles... p. 134. 321 En cualquier caso, comprobación preceptiva, no sólo se cumplirían las circunstancias favorables para la movilización del colectivo empresarial andaluz en torno a tema tan trascendental como la planificación viaria, sino que, y pese a carecer de cifras concretas para el caso cordobés por la manquedad registral, se concentraría el Capital para su acometida. Así nos lo muestran los diferentes estudios financieros que han sido citados anteriormente. Por lo que respecta al particular caso de Córdoba, al no poder cotejar datos cuantitativos, creemos que existen una serie de hechos determinantes que nos inducen a pensar en esto mismo, tales como: la información volcada en los documentos consulares ingleses emitidos desde la ciudad por estos años, la atracción constatable de capitales, no sólo nacionales, o la fortaleza de la principal representación bancaria local. 703 Deteniéndonos en los dos últimos puntos citados, para la llegada capital, habría que destacar el ejemplo significativo del industrial Antonio Carbonell, modelo de burguesía media, que, procedente de Alcoy, se asentaría en Córdoba en mayo de 1866. Estudiando el balance del trafico financiero de su Empresa, meses antes de su asentamiento, se aprecia que de las 12 primeras provincias en volumen de negocio, 6 son andaluzas. Adelantando Sevilla y Cádiz, en cifras, a Barcelona y ocupando la región meridional el segundo lugar en dicha actividad, superada tan sólo por la originaria de la Entidad, la levantina. Buscando causas que justificaran el desembarco del empresario en Córdoba, siendo Sevilla y Cádiz plazas más dinámicas comercialmente y, hasta esa fecha, mejor comunicadas, acudimos a Castejón Montijano que, tras decantarse por las “motivaciones económicas”, nos aporta la significativa noticia de la apertura simultanea de otra sucursal en Murcia. De nuevo en el terreno hipotético, ¿porqué no pensar en la relación del traslado con el proyecto de enlace Córdoba–Murcia, vía Málaga-Granada, que ya se planteara ante la Comisión nacional, arriba citada, en 1864? Enlazando con lo ya expuesto, sí así fuera ello conllevaría que quedaría perfilado un entramado viario completo, comunicando Andalucía con el resto peninsular, y trasfonterizo, al enlazar, a través de Córdoba, con la red trazada por las dos grandes compañías, cuasi monopolísticas, hasta la fecha (M Z A y Cñía de Norte). Incluso, nos 703 Vid. ROMERO ATELA, T., “Los Informes Consulares de Córdoba: una fuente histórica escasamente utilizada” en Estudios Regionales 39 (1994), pp. 240-241. 322 atrevemos a conjeturar, en el caso de que hubiera llevado a cabo, podría haber supuesto una seria competencia para ellas. Sí a ello añadimos las conexiones marítimas que cubriría desde Cádiz a lo largo de toda la fachada Este de la Península, el aceite, producto con el que la Sociedad comenzaría a negociar tras su ubicación cordobesa, sin duda se beneficiaría junto con el vino, ahora más potenciado que en la etapa levantina, de las nuevas expectativas de mercado. 704 En cuanto a la solvencia de la Sociedad bancaria cordobesa más destacable, por estos años, la misma que veíamos anteriormente conectada con otras entidades crediticias andaluzas, Lopez y Compañía, baste decir que tras el fatídico año de 1866 presentaría “una sólida base financiera” en fase de ampliación de mercado, como lo constata la apertura de una sucursal en Granada en 1868; 705 apertura que, igualmente, aún podríamos relacionar con la planificación viaria que venimos mencionando. Por concluir esta cuestión, si duda necesitada de muchísimas más verificaciones, nos inclinamos a pensar que los pasos relatados son lo suficientemente firmes para mantener la hipótesis de la gestación de una gran Empresa férrea andaluza, precedente de la ya conocida “Compañía de los Ferrocarriles Andaluces” (1877). 706 Es decir, quizá, habría que revisar el machacón argumento de que la de los Ferrocarriles Andaluces fue una herencia pasiva de los “trozos” de vial ya construidos por las grandes Compañías con mayoría de capital foráneo. Excitante motivo, en cualquier caso, para el trabajo conjunto y sin desmayo de la comunidad científica. Por nuestra parte, continuamos a la espera de que la línea de investigación abierta en la Universidad de Granada, ya veterana en el estudio de documentos registrales de Andalucía, de tiempo en tiempo y tras el necesario cruce de datos, nos aporte noticias al respecto. 707 Finalmente, no podemos cerrar el análisis de este periodo sin destacar, de entre las dispersas noticias de existencia de Sociedades mercantiles anteriores a la creación de 704 Cfr. CASTEJÓN MONTIJANO, R., La Casa Carbonell... pp. 57 y ss. 705 Vid. CASTEJÓN MONTIJANO, R., “La Banca de Pedro Lopez y la crisis de 1866” en Actas I Congreso Historia de Andalucía, Contemporánea I, Córdoba, 1979, pp. 236-237. 706 Vid. COMÍN COMÍN, F–MARTÍN ACEÑA, P–MUÑOZ RUBIO, M–VIDAL OLIVARES, J., 150 Años de Historia de los Ferrocarriles Españoles, Madrid, 1998, pp. 164-171, t I 707 Cfr. HERNÁNDEZ ARMENTEROS, S–GARRUÉS IRURZUN, J–MARTÍN RODRÍGEZ, M., “Una aproximación a la localización de la actividad económica en Andalucía en el largo plazo, 1886-1959 en El Registro Mercantil: una fuente para la Historia Económica, Manuel Martín Rodríguez, Josean Garrués Irurzun, Salvador Hernández Armenteros (dirs), Granada, 2003, pp. 141-173. 323 Registro Mercantil, algunas de ellas tan sólo mencionadas en fuentes bibliográficas, el denominado “Proyecto de Sociedad para la construcción de un Teatro y explotacion del mismo unido al Café del Gran Capitan” (1870). 708 Nos parece interesante a resaltar debido a que los fines de lo que sería la futura Sociedad, compilarían los objetivos genéricos de la clase burguesa. Es decir, tras un cántico al “espiritu de asociación”, identificándolo con el “progreso”, se aplica este impulso asociativo a la consecución de la “renta”bilidad. De esta forma se cumplirían dos determinantes de este grupo social: unión selectiva y beneficio útil. Se realiza, pues, de nuevo, la simbiosis entre la finalidad lúdico-cultural, proyectada hacia el teatro, uno de los iconos recreativos burgueses, por otra parte, y la obtención de un beneficio o lucro. En cierta forma, la idea no era nueva, así se había ensayado en diversas Sociedades Dramáticas, como el Liceo o el Circulo de la Amistad de Córdoba, la diferencia residía en que si en aquellas ocasiones la sociabilidad repercutía exclusivamente en los asociados, ahora, el sesgo lucrativo, unido al desarrollo de las técnicas de agrupación mercantil, se ampliaría al resto de la población a través de la Sociedad o “mancomunidad de propiedad y de intereses”. Por lo demás, partiendo de la existencia previa del Café, “terminado” en fecha tan significativa como la de 1868, se constituiría la Empresa como Sociedad Anónima. Entre sus accionistas encontramos destacadas personalidades locales, curtidas en otros proyectos asociativos de corte burgués (Liceo, Circulo de la Amistad, Universidad Libre de Córdoba) y procedentes de diferentes ámbitos socio-profesionales; véase: el banquero Pedro Lopez, el periodista e impresor Fausto Garcia Lovera, el destacado “progresista”, componente activo de la “Junta Revolucionaria cordobesa” de1868, Rafael Mª Gorrindo; el polifacético abogado republicano Angel Torres y Gómez o el aristócrata Marqués de Gelo. - Institucionalización reglada: El Registro Mercantil 1885-1900.- Es desde la creación del Organismo que contamos con una información seriada importante, cualitativa y cuantitativamente hablando. No obstante, sabemos por testimonios de la época, reflejados en los propios asientos registrales, que la percepción de la trascendencia que tuviera regular la situación de una Sociedad, no fue tan rapidamente asumida como en un principio se esperara. De ahí, que la fuente estudiada, 708 Fondo Antiguo, Biblioteca Municipal de Córdoba. 324 aún siendo muy valiosa, necesitaría de mayores apoyos confirmatorios para poder así determinar, con el menor margen de error posible, el grado de desarrollo mercantil y la formación de capital; fascetas importantes para el conocimiento de la Historia Económica provincial de la última década finisecular. 709 Una fuente complementaria, decisiva si se hubiese cumplido con escrupolosidad, habrían sido, a partir de la década de los 60, los informes anuales de constitución de Sociedades que los notarios debía cumplimentar y enviar a la Audiencia provincial; fallida, al día de hoy, para Córdoba. Tampoco los protocolos notariales, dada su dispersión y manquedad para la fecha, en este caso, son suficientes. Expuesto esto, el vaciado de los Libros del Registro, pese a las reservas y considerando el desfase cuantificador, nos proporciona unos datos socio-mercantiles riquísimos. De forma que, si através del estudio de la extracción socio-profesional de los asociados podremos aproximarnos al conocimiento del tejido económico cordobés, por medio de recuentos anuales de constitución de Sociedades, a su dinamismo; aunque, por las razones antes expuestas, éste sería el resultado más relativo. Por otro lado, fijándonos en los “objetos sociales” de las constituidas, llegaría