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dc.contributor.advisorBonilla Cerezo, Rafael
dc.contributor.advisorFlores Ruiz, Eva M.
dc.contributor.authorJiménez Gómez, Marta
dc.date.accessioned2017-12-12T07:28:56Z
dc.date.available2017-12-12T07:28:56Z
dc.date.issued2017
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10396/15701
dc.description.abstract1. Introducción o motivación de la tesis. Esta tesis se centra en dos arquetipos literarios de amplia tradición en la cultura occidental —la soltera coqueta y la esposa dominante— que, bien enraizados en la literatura de la Edad Media, pierden vigor en la narrativa breve del Siglo de Oro —debido a su marcado fin moralizador— para, paulatinamente, y a partir del siglo XVIII —cuando empieza a darse un debate en torno a la mujer— empezar a adquirir un mayor protagonismo y, sobre todo, nuevos impulsos que se manifestarán ya en toda su plenitud en la España de fines de siglo XIX; cuando ese incipiente debate de la centuria anterior llegue a su momento más álgido. Los antecedentes de esa polémica en torno a la identidad femenina, y que enfrentada a tradicionalistas y reformistas, estos últimos partidarios de reformularla, hay que situarlos —tal y como señala Geraldine Scanlon— en la Revolución industrial y en el avance del capitalismo, que hicieron necesario redefinir el rol de la mujer a raíz de su incorporación al mundo laboral, lo que conllevó su salida del ámbito doméstico y su directa entrada en la esfera pública. Asimismo, el debate sobre el feminismo desarrollado, principalmente, a través de los movimientos de opinión, en los congresos pedagógicos, en la prensa y en la literatura —muy especialmente a través de la labor de escritoras como Concepción Arenal o Emilia Pardo Bazán—, así como el reclamo de mayores derechos para la mujer y la toma de conciencia que esta fue tomando sobre su situación de sumisión y dependencia, la convirtieron en una seria amenaza para el hombre, que veía peligrar los cimientos del mundo que hasta entonces había conocido. Contexto que, sin duda, marcará los retratos de mujer de nuestros autores del siglo XIX, y constituirá un factor diferenciador respecto al tratamiento de las figuras de la soltera coqueta y la esposa dominante en los siglos XVII y XVIII. En efecto, la centuria decimonónica, debido a esa crisis que la atravesaba, presenta unas coordenadas históricas, socioeconómicas y culturales particulares que la diferencian de las dos centurias precedentes; consecuentemente, aquellas de nuestras féminas literarias que en este siglo se ajustan a los arquetipos de soltera coqueta y esposa dominante, alcanzan una serie de significaciones y peculiaridades que las distancian de sus hermanas de ficción de los siglos XVII y XVIII. Ciertamente, las pequeñas pinceladas o trazos de los estereotipos literarios que hallamos en nuestras protagonistas del Seiscientos, poco a poco —y a partir del Setecientos— van a adquirir nuevas dimensiones para ya en la centuria decimonónica, y a propósito de las féminas literarias que estudiamos, constituirse en rasgos determinantes que configuran acabadas representaciones de los arquetipos literarios que centran nuestro trabajo. 2. Contenido de la investigación. La presente tesis doctoral se divide en dos capítulos: en el primero estudiamos los arquetipos de la soltera coqueta y la esposa dominante en la narrativa breve de los siglos XVII y XVIII, y en el segundo analizamos a mujeres de ficción que representan a dichos estereotipos en la narrativa breve decimonónica. Cada uno de los capítulos cuenta, a su vez, con una introducción donde se perfila la situación de la mujer en el contexto histórico social y cultural del periodo en cuestión, al tiempo que se enmarca a cada uno de los estereotipos en su contexto literario. Tras ello, se realiza el análisis de determinados personajes femeninos de la narrativa breve de los siglos correspondientes que, en mayor o menor medida —dependiendo del momento histórico en que ven la luz—, prefiguran, avanzan o se amoldan completamente a los estereotipos literarios objeto de estudio. Para ampliar su marco de referencia, este análisis se aborda desde una perspectiva interdisciplinar en la que tienen cabida, acompañando a la crítica literaria, otras disciplinas como la psicología, la historia social, la sociología o los estudios de género, además de una reflexión basada en la mirada a otras manifestaciones artísticas y culturales de las épocas recorridas. Estas fuentes permiten estudiar la situación de la mujer, en cada uno de nuestros siglos, a través del discurso legal, moral, social y cultural construido en torno a ella por literatos, médicos, académicos, moralistas... A cada uno de estos capítulos sigue una conclusión en la que se viene a hacer una reflexión sobre los retratos femeninos analizados. Por último, nuestro trabajo se cierra con unas conclusiones generales, en que se ponen en relación las reflexiones realizadas en cada uno de los capítulos; síntesis que permite, seguidamente, establecer las semejanzas y, sobre todo, las diferencias entre las mujeres de ficción que protagonizan nuestro recorrido por los siglos XVII, XVIII y XIX. Ello viene a dar cuenta de la evolución que experimentan los estereotipos de la soltera coqueta y la esposa dominante durante estas tres centurias. En efecto, a partir la novela corta y el cuento del Seiscientos —María de Zayas, Lugo y Dávila, Pérez de Montalbán, Mariana de Carvajal, Miguel de Cervantes, Tirso de Molina— y del cuento y la novela breve del Setecientos —Vicente Martínez Colomer, Anastasio Céspedes y Monroy— se comienzan a detectar diferencias, transformaciones y novedades —a veces sutiles, a veces verdaderamente notables— que, desde entonces y hasta la época de esplendor del relato decimonónico —Clarín, Emilia Pardo Bazán, Fermín Caballero y Morgáez, Antonio de Trueba—, se introducen en estos dos arquetipos de sólida base en la cultura occidental y amplia tradición en nuestras letras. 3. Conclusión. En virtud de la evolución anteriormente citada, experimentada por los dos tipos literarios objeto de estudio desde el Seiscientos y Setecientos hasta el siglo XIX, y contextualizando las figuras de la soltera coqueta y la esposa dominante en los respectivos marcos históricos, socioeconómicos y culturales de los siglos que abarca nuestro recorrido, se observa una progresiva transgresión contra los cimientos sociales, ideológicos y culturas establecidos de dos arquetipos de mujer que, constituyendo en un principio anecdóticas y/o humorísticas desviaciones a la norma socio-cultural, vienen a resultar, ya a finales del siglo XIX, auténticos reflejos del debate abierto en torno a la identidad femenina. Y es que, ciertamente, a diferencia de nuestras protagonistas de los siglos XVII y XVIII —mujeres con más o menos visos de rebeldía que, en el ambiente patriarcal en el que ven la luz, destacan por sus actuaciones autónomas y por la libre expresión de sus deseos— nuestras féminas de la centuria decimonónica harán de la coquetería y la autoridad marital eficaces armas con las que dominar al sexo masculino y reivindicar, así, su propia identidad, ya sea desvinculándose del matrimonio o negándose a ser solteronas marginadas, ya sea apareciendo como mujeres trabajadoras, intelectuales o de gran fortaleza física. Un nuevo paradigma de mujer que supone un serio desafío para el hombre y, por ende para el orden social establecido, lo cual, como señala Annalise Maugue, se plasma en el ambiente cultural de la época a través de la figura de la “nueva Eva”, la mujer que, paulatinamente, fue rebelándose contra el discurso de la domesticidad al reivindicar una identidad propia y no la que el hombre había perfilado para ella a través de los roles de hija casta, sumisa esposa y abnegada madre. Como vemos, no solo estamos ante una serie de mujeres que se adecuan plenamente a unos arquetipos literarios, sino ante la configuración de una nueva subjetividad femenina, reflejo —como decimos— del encendido debate que en torno a la identidad de la mujer está teniendo lugar en la sociedad de la segunda mitad del siglo XIX. Y es que, efectivamente, a través de dichos estereotipos, se representa a la mujer que, al pensarse como ser completo y no en relación al hombre ―ya sea como instrumento de la honorabilidad masculina, o ya sea conforme a los deberes “naturales” a que está destinada―, atenta contra la tesis tradicional de la complementariedad; la cual percibía la feminidad como una realidad “distinta” y necesariamente subordinada a la masculina. Ciertamente, a través de los roles de hija casta, sumisa esposa y abnegada madre, la mujer heredaba una identidad genérica que, evidentemente, le impedía la afirmación de su propia identidad. Es más, la fémina que se retrata en estos dos arquetipos no solo se presenta como ser completo, esto es, como una mujer autónoma y liberada de la identidad que le asignaba la sociedad, sino como ser que ha “perdido” parte de su feminidad al adentrarse en los dominios del hombre. De este modo, se representa la crisis de género habida en la sociedad de la segunda mitad del siglo XIX, en que la hostilidad del hombre hacia esa nueva feminidad que estaba surgiendo, no era sino una manifestación del temor a que la mujer ocupase su lugar. Y es que, a raíz de la incorporación de aquellas al mundo del trabajo y a la conciencia que en la época fueron tomando sobre su situación de sumisión y dependencia, comenzaron a quebrantar los límites que las constreñían, convirtiendo, así, al hombre de la segunda mitad del siglo XIX en testigo de un mundo que se desplomaba. Es patente, pues, la evolución que experimentan los arquetipos literarios de la soltera coqueta y la esposa dominante desde su escaso vuelo en el Siglo de Oro —claro decaimiento con respecto a la literatura medieval—, al esplendor con que se muestran en la centuria decimonónica. Momento culmen donde no solo observamos a descontrolados y, por tanto, peligrosos modelos de comportamiento —desestabilizadores de la paz masculina, la familia y, en último término, del orden social— sino también la concreción literaria de una nueva subjetividad femenina que dio origen, no solo a los arquetipos literarios objeto de estudio, sino también a otros bien definidos como el de la adúltera o el de la femme fatale, y cuyo conjunto conformaba el temible imaginario femenino que se abría ante el hombre de fin de siglo, testigo de un mundo en pleno, e inquietante, proceso de transformación.es_ES
dc.format.mimetypeapplication/pdfes_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherUniversidad de Córdoba, UCOPresses_ES
dc.rightshttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/es_ES
dc.subjectLiteratura españolaes_ES
dc.subjectNarrativa brevees_ES
dc.subjectNovela cortaes_ES
dc.subjectPersonajes femeninoses_ES
dc.subjectIdentidad femeninaes_ES
dc.subjectArquetiposes_ES
dc.subjectSolteríaes_ES
dc.subjectCoqueteríaes_ES
dc.subjectEsposa dominantees_ES
dc.subjectMatrimonioes_ES
dc.subjectSiglos XVII-XIXes_ES
dc.titleEl arquetipo de la soltera coqueta y la esposa dominante en la narrativa breve de los siglos XVII-XIXes_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises_ES
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses_ES


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