Cronodisrupción y eventos cardiovasculares: Impacto del Daylight Saving Time y la pandemia por la Covid-19
Chronodisruption and cardiovascular events: Impact of Daylight Saving Time and the Covid-19 pandemic

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Author
Rodríguez-Cortés, Francisco José
Director/es
López Soto, Pablo JesúsJiménez-Hornero, Jorge E.
Publisher
Universidad de Córdoba, UCOPressDate
2024Subject
Enfermedades cardiovascularesRitmos circadianos
Cronobiología
Desincronización de ritmos
Daylight Saving Time
COVID-19
Circadian rhythms
Cardiovascular diseases
Chronobiology
Rhythm desynchronization
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Introducción: El horario de verano (DST) implementado en Europa desde 2002 tiene como objetivo aprovechar la luz natural en momentos de mayor actividad, pero puede afectar a los ritmos circadianos y aumentar los casos de enfermedades cardiovasculares como el infarto agudo de miocardio (IAM) y el ictus en los días siguientes a los cambios de hora, especialmente en primavera. Como respuesta, ciertos expertos han sugerido suprimir el cambio del horario de verano, pero los países de la Unión Europea todavía no han determinado si optarán por un horario fijo o si mantendrán el horario de verano permanentemente. En esta situación, España y, en concreto, Andalucía, que destaca por su gran cantidad de luz solar y diversidad geográfica, la convierte en un lugar relevante para investigar cómo el horario de verano afecta a las hospitalizaciones por eventos cardiovasculares mayores según la latitud y altitud. La crisis de COVID-19 también ha tenido repercusiones negativas provocando cronodisrupción, así como dificultando la detección y el tratamiento de estas enfermedades en Andalucía, donde los problemas del sistema circulatorio siguen siendo la principal causa de fallecimiento, lo que resalta la importancia de evaluar su impacto en las hospitalizaciones por infarto de miocardio y enfermedades cerebrovasculares en la zona. Por ello, el principal objetivo de la tesis es conocer el impacto de la cronodisrupción generada por el DST y la pandemia por COVID-19 sobre las enfermedades cardiovasculares.
Metodología: Se han calculado las tasas de incidencia de hospitalizaciones en hospitales públicos de Andalucía entre 2009 y 2019 para analizar el impacto de la transición del horario de verano (DST) en eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE). Para ello, se seleccionaron las medias de ingresos por estas enfermedades durante las 2 semanas previas y posteriores a la transición al horario de verano. Un subanálisis adicional evaluó las hospitalizaciones por MACE, IAM y enfermedades cerebrovasculares (ECV) en las ocho capitales provinciales de Andalucía entre 2009 y 2018, agrupando los datos según la latitud (alta y baja) y la altitud, y calculando las tasas de incidencia de hospitalizaciones para estos grupos durante las 2 semanas anteriores y posteriores de la transición del horario de verano. En este subanálisis se incluyeron 35.142 pacientes diagnosticados con MACE. Por otro lado, se han utilizado gráficos de visibilidad natural (NVG) para analizar el impacto de la transición del horario de verano (DST) en eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE), específicamente infarto agudo de miocardio (IAM) e ictus isquémico (ACVI). Además, se realizó un análisis de series temporales interrumpidas de las hospitalizaciones por IAM y ECV en Andalucía para medir el impacto del brote de COVID-19, utilizando los casos diarios admitidos en hospitales públicos de Andalucía desde 2018 a 2020.
Resultados: De los 157.221 pacientes detectados con eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE), 71,992 fueron con infarto agudo de miocardio (IAM) (42.975 con infarto de miocardio con elevación del ST (IAMCEST) y 26.752 con infarto de miocardio sin elevación del ST (IAMSEST)) y 51.420 con ictus isquémico. Durante el cambio al horario de verano (DST) en otoño, se observaron/esperaban aumentos en el riesgo de IAM (1,06; IC del 95%: 1,00–1,11; P = 0,044), IAMSEST (1,12; IC del 95%: 1,02–1,22; P = 0,013) y SCA (1.05; IC del 95%: 1,00–1,10; P = 0,04). Los NVGs mostraron pequeñas diferencias en el número de hospitalizaciones antes y después del DST para todas las enfermedades, pero sugirieron que el aumento en las hospitalizaciones después del DST no es lo bastante alto como para alterar el patrón normal. En el análisis según la latitud y altitud, la proporción observada/esperada mostró un aumento de riesgo en el grupo de baja latitud para IAM (1,22; IC del 95%: 1,45-1,02; P = 0,02), IAMSEST (1,39; IC del 95%: 1,82-1,04; P = 0,02) y SCA (1,24; IC del 95%: 1,45-1,05; P = 0,01). Se detectó un mayor peligro en el grupo de menor altitud para MACE (1,10; IC del 95%: 1,19-1,01; P = 0,03) e infarto de miocardio (1,14; IC del 95%: 1,29-1; P = 0,04). Los NVGs exhibieron cambios en los horarios de ingreso diario al hospital antes y después del horario de verano total para todas las enfermedades. Durante la crisis sanitaria, se registraron descensos notables en las admisiones diarias por infarto agudo de miocardio (-19%; IC del 95%: (- 29%, -9%), p<0,001) y enfermedad cerebrovascular (-17%; IC del 95%: (-26%, -9%); p<0.01). Se hallaron disparidades dependiendo del diagnóstico (IAMCEST, IAMSEST y ACV), con una mayor disminución en mujeres para infarto de miocardio y en hombres para enfermedad cardiovascular.
Conclusiones: Los resultados obtenidos mostraron un mayor riesgo de hospitalización por infarto agudo de miocardio (IAM), síndrome coronario agudo (SCA) y su variante IAMSEST después del cambio al horario de verano (DST) en otoño, especialmente en hombres de capitales de provincia de Andalucía situadas en latitudes y altitudes más bajas, así como en personas con hipertensión, insuficiencia cardíaca, enfermedad cardiovascular o diabetes. Las diferencias en los patrones temporales entre latitudes y altitudes, evaluadas mediante el Average Edge Overlap (ω), obtenido a partir de los grafos de visibilidad, sugirieron un mayor riesgo en áreas de menor altitud y latitud tras el DST de otoño. Aunque el riesgo de IAM y otros eventos cardiovasculares aumenta en estos grupos, no se observó una variación significativa en las hospitalizaciones generales tras el cambio horario. Además, durante las primeras oleadas de la pandemia de COVID-19, las hospitalizaciones por IAM y enfermedades cardiovasculares disminuyeron. Estos hallazgos subrayan la importancia de políticas de salud pública personalizadas que consideren las diferencias geográficas y temporales para reducir riesgos y mejorar la atención cardiovascular. Introduction: Daylight saving time (DST), implemented in Europe in 2002, aims to take advantage of natural daylight at peak times. Still, it can affect circadian rhythms and increase cases of cardiovascular diseases such as acute myocardial infarction (AMI) and stroke in the days following time changes, especially in spring. In response, some experts have suggested abolishing daylight saving time. Still, EU countries have yet to determine whether to opt for a fixed timetable or keep daylight saving time permanently. In this situation, Spain, particularly Andalusia, which stands out for its large amount of sunlight and geographical diversity, is a relevant place to investigate how daylight saving time affects hospitalizations for major cardiovascular events according to latitude and altitude. The COVID-19 crisis has also had negative repercussions by causing chronodisruption, as well as hindering the detection and treatment of these diseases in Andalusia, where circulatory system problems are still the leading cause of death, which highlights the importance of assessing its impact on hospitalizations for myocardial infarction and cerebrovascular diseases in the area. Therefore, the main objective is to understand the implications of the chronodisruption generated by DST and the COVID-19 pandemic on cardiovascular diseases.
Methodology: Hospital incidence rates in public hospitals in Andalusia between 2009 and 2019 were calculated to analyze the impact of the Daylight Saving Time (DST) transition on major adverse cardiovascular events (MACE). For this purpose, we selected the mean number of admissions for these diseases during the two weeks before and after the transition to daylight saving time. An additional sub-analysis assessed hospitalisations for MACE, AMI, and cerebrovascular disease (CVD) in the eight provincial capitals of Andalusia between 2009 and 2018, grouping data according to latitude (high and low) and altitude and calculating the incidence rates of hospitalisations for these groups during the two weeks before and after the daylight saving time transition. A total of 35,142 patients diagnosed with MACE were included in this sub-analysis. On the other hand, natural visibility graphs (NVG) were used to analyse the impact of the daylight saving time (DST) transition on major adverse cardiovascular events (MACE), specifically acute myocardial infarction (AMI) and ischaemic stroke (IST). In addition, an interrupted time series analysis of AMI and CVD hospitalisations in Andalusia was performed to measure the impact of the COVID-19 outbreak, using daily cases admitted to public hospitals in Andalusia from 2018 to 2020.
Results: Of the 157,221 patients detected with major adverse cardiovascular events (MACE), 71,992 with acute myocardial infarction (AMI) (42,975 with ST-elevation myocardial infarction (STEMI), and 26,752 with non-ST-elevation myocardial infarction (NSTEMI), and 51,420 with ischaemic stroke. During the change to daylight saving time (DST) in autumn, increases in the risk of AMI (1.06; 95% CI: 1.00-1.11; p= 0.044), NSTEMI (1.12; 95% CI: 1.02-1.22; p=0.013) and ACS (1.05; 95% CI: 1.00-1.10; p=0.04) were observed/expected. NVGs showed slight differences in the number of hospitalisations before and after DST for all diseases. Still, they suggested increased hospitalisations after DST cannot alter the usual pattern. In the analysis according to latitude and altitude, the observed/expected ratio showed an increased risk in the low latitude group for AMI (1.22; 95% CI: 1.45-1.02; p=0.02), NSTEMI (1.39; 95% CI: 1.82-1.04; p = 0.02) and ACS (1.24; 95% CI: 1.45-1.05; p = 0.01). Higher hazard was detected in the lower altitude group for MACE (1.10; 95% CI: 1.19-1.01; p= 0.03) and myocardial infarction (1.14; 95% CI: 1.29-1; P = 0.04). NVGs exhibited changes in daily hospital admission times before and after total daylight saving time for all diseases. During the health crisis, there were notable decreases in daily admissions for acute myocardial infarction (-19%; 95% CI: (-29%, - 9%), p<0.001) and cerebrovascular disease (-17%; 95% CI: (-26%, -9%); p<0.01). Disparities were found depending on diagnosis (STEMI, NSTEMI, and stroke), with a more significant decrease in women for myocardial infarction and in men for cardiovascular disease.
Conclusions: These results show an increased risk of hospitalisation for acute myocardial infarction (AMI), acute coronary syndrome (ACS), and its variant NSTEMI after the change to daylight saving time (DST) in autumn, especially in men from provincial capitals of Andalusia located at lower latitudes and altitudes, and in people with hypertension, heart failure, cardiovascular disease or diabetes. Differences in temporal patterns between latitudes and altitudes, as assessed by the Average Edge Overlap ((ω)), suggest a higher risk in lower altitude and latitude areas after the autumn DST. Although the risk of AMI and other cardiovascular events increases in these groups, no significant variation in overall hospitalisations was observed after the time change. Furthermore, during the first waves of the COVID-19 pandemic, hospitalisations for AMI and cardiovascular disease decreased. These findings underscore the importance of personalised public health policies considering geographic and temporal differences to reduce risks and improve cardiovascular care.