La fallida creación de una universidad femenina durante la Dictadura de Primo de Rivera

Abstract

La escuela profesional de mujeres de Madrid comenzó a funcionar en 1926. Ya por entonces se pensaba que ese y otros institutos podrían formar, en un futuro próximo, una Universidad femenina. En la prensa se elogió el esfuerzo que, en distintas zonas de España, se estaba realizando para mejorar la preparación profesional de la mujer. La directora Teresa Luzzatti subrayó lo desatendida que estaba la enseñanza de la mujer, a pesar de lo cual «la Acción Católica no vaciló en llevar a cabo esta obra, que tantos beneficios sociales había de reportar». El propio Primo de Rivera se comprometió a tratar en una sesión del Consejo de Ministros la petición que se le hizo de crear una universidad femenina y la concesión de oficialidad a los títulos de la escuela. No obstante, ello no se produjo. A mediados de diciembre de 1928, dentro de la sesión plenaria de la Asamblea Nacional Consultiva, distintas voces se adhirieron a la solicitud de crear una universidad femenina, que contara, al menos, con una Facultad de Medicina. Lo cierto es que la dictadura llegó a su fin sin que la ansiada y esperada universidad se convirtiera en realidad, aunque todas las reivindicaciones manifestadas sirvieron para allanar el camino al futuro acceso de las mujeres a los estudios superiores.