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dc.contributor.advisorGuerra Pasadas, Francisco
dc.contributor.advisorFeo Brito, Francisco
dc.contributor.authorGarcía Rodríguez, Rosa
dc.date.accessioned2014-04-22T11:15:11Z
dc.date.available2014-04-22T11:15:11Z
dc.date.issued2014
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10396/12059
dc.description.abstractEl huevo es un alimento muy consumido en la mayoría de las culturas por ser una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, de vitaminas y de minerales, y por su coste relativamente bajo con respecto a otros alimentos de contenido proteico similar. Además de ingerirse como tal, el huevo se encuentra frecuentemente formando parte de muchos platos culinarios o como alimento oculto o en pequeñas cantidades en innumerables productos elaborados. Este elevado consumo de huevo hace que, junto con la leche, sea una de las principales causas de alergia a alimentos en menores de 3 años [1]. Los alérgenos mayores del huevo que provocan las reacciones inmediatas en la infancia se encuentran en la clara. Algunos son termolábiles como la ovoalbúmina pero otros son resistentes al calor y a la digestión, como el ovomucoide. Estos hechos se traducen en una mayor alergenicidad del huevo crudo sobre el cocinado [2], desarrollándose más precozmente la tolerancia al huevo sometido a cualquier proceso de calentamiento que al crudo [3]. A pesar de que, efectivamente, existe la posibilidad de desarrollar tolerancia de forma natural a huevo, aún queda una proporción importante de niños que mantiene una alergia persistente después de los 5 años [4-5]. A partir de esa edad, el niño adquiere más independencia y amplía su círculo de convivencia, con asistencia a nuevas actividades escolares o sociales como excursiones o fiestas de cumpleaños, lo que supone un reto para el niño alérgico, por encontrarse fuera de la estrecha vigilancia de los padres y en un ambiente de riesgo de ingestión inadvertida de huevo, por intercambio de alimentos con otros niños, exposición a nuevos productos que lo contienen o contaminación de los mismos con huevo. Las pautas de inducción oral de tolerancia que se están aplicando en las últimas décadas son la única medida capaz de modificar el curso de la enfermedad. Estos procedimientos se han mostrado eficaces y entre el 45 y el 90% [6-20] de los niños logra tolerar cantidades al menos suficientes como para quedar protegidos de las ingestiones accidentales del alimento. Todos los protocolos descritos suelen provocar reacciones adversas, no siendo infrecuente que ocurran en el 100% de los casos [14,16] Se llevan a cabo a lo largo de varios meses y requieren numerosas visitas hospitalarias, generalmente semanales, manteniéndose el paciente todavía en riesgo de reacciones por la exposición inadvertida al alimento mientras dura la inducción de tolerancia. Los protocolos rápidos, de días de duración, suponen una ventaja crucial para el paciente al adelantar sustancialmente el momento en el que el sujeto queda protegido de reacciones alérgicas potencialmente graves con huevo en cualquier forma de preparación. Desde el punto de vista práctico supondrían una alternativa a las pautas prolongadas de inducción oral de tolerancia, pudiendo adaptarse estos protocolos breves, con más facilidad, al calendario escolar del niño, a las actividades laborales de los padres o a otras circunstancias familiares. En los últimos años se han descrito, con leche de vaca y otros alimentos, pautas rápidas, de una semana de duración de la fase de inducción. Las series más amplias son la de Staden [21] y la de Martorell [22] con 9 y 4 niños respectivamente, desensibilizados a leche de vaca con éxito en un plazo de entre 3 y 7 días en el 66-75% de los casos pero lográndose la tolerancia para dosis protectoras en el 100% de los niños, siendo el perfil de seguridad de estas pautas similar al observado con los protocolos tradicionales, más lentos. Hasta donde hemos podido conocer, sólo se han publicado con huevo los resultados de un protocolo rápido, de 12 días de duración, en 6 pacientes [23]. Todos los pacientes participantes en este estudio pudieron ingerir al menos 1 huevo completo y, aunque se produjeron reacciones en todos ellos, ninguna fue grave. Presentamos los resultados de un nuevo protocolo de inmunoterapia o inducción oral de tolerancia (IOT) rápida en niños mayores de 5 años con alergia a huevo mediada por IgE, su seguridad, eficacia y evolución clínica e inmunológica a lo largo de 2 años de seguimiento.es_ES
dc.format.mimetypeapplication/pdfes_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherUniversidad de Córdoba, Servicio de Publicacioneses_ES
dc.rightshttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/es_ES
dc.subjectAlergia alimentariaes_ES
dc.subjectAlergia a huevoes_ES
dc.subjectTolerancia alimentariaes_ES
dc.subjectDesensibilización rápida a huevoes_ES
dc.titleInducción rápida de tolerancia oral a huevo en pacientes alérgicos mayores de 5 años y su seguimiento clínico e inmunológico durante 2 añoses_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises_ES
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses_ES


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