Impacto de la capacidad de fijación C1Q de los anticuerpos preformados específicos de donante sobre la evolución del aloinjerto renal
Impact of preformed C1q-binding ability donor-specific antibodies on kidney allograft outcome
Autor
Molina Alcaide, Juan Eduardo
Director/es
Solana Lara, RafaelAlonso Díaz, Corona
Editor
Universidad de Córdoba, UCOPressFecha
2018Materia
RiñónEnfermedades renales
Trasplantes
Donantes
Aloinjerto renal
Anticuerpos anti-HLA
C1q
METS:
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Mostrar el registro completo del ítemResumen
Introducción. La consolidación del ensayo single antigen beads (SABpanIgG)
como método para la detección de anticuerpos frente a antígenos
leucocitarios humanos (HLA), sin duda ha mejorado las expectativas de éxito
en el trasplante de órganos sólidos. Paradójicamente, su alta sensibilidad
para la detección de anticuerpos ha limitado seriamente las opciones de
trasplante de una importante parte de la población que se encuentra
sensibilizada frente a moléculas HLA. La actual estratificación del riesgo
inmunológico en base a la presencia de un anticuerpo detectado por el
ensayo SAB-panIgG, hace difícil encontrar donantes idóneos para estos
pacientes, hecho que prolonga excesivamente su tiempo de permanencia en
lista de espera. Una reciente modificación del ensayo estándar SAB-panIgG
nos permite detectar únicamente aquellos anticuerpos capaces de activar la
vía del complemento (ensayo SAB-C1q), los cuales, a priori, son más
relevantes desde el punto de vista clínico. No obstante, la utilidad del
ensayo SAB-C1q para estratificar el riesgo inmunológico de un anticuerpo
preformado es un tema que, a día de hoy, suscita debate entre la
comunidad científica.
Objetivo. El objetivo principal de este trabajo fue evaluar el impacto
de la capacidad de unir C1q de los anticuerpos anti-HLA específicos de
donante (DSA) sobre la supervivencia del aloinjerto renal.
Materiales y Métodos. Evaluamos retrospectivamente en muestras
de suero pre-trasplante, pertenecientes a 389 pacientes trasplantados de
riñón en el Hospital Universitario Reina Sofía entre los años 1995-2009, la
presencia de DSA y su capacidad de fijar C1q mediante los ensayos SABpanIgG
y SAB-C1q, respectivamente. Analizamos la supervivencia del
aloinjerto renal en la población a los 7 años post-trasplante en función de su
estatus de anticuerpos. El fallo de aloinjerto, definido como retorno a
diálisis, fue considerado como evento de interés. Evaluamos el valor
predictivo de fallo renal de múltiples variables clínicas e inmunológicas y
establecimos un modelo de regresión de Cox multivariante para determinar
el riesgo ajustado de pérdida de injerto en presencia de DSA y de su
capacidad de unión por C1q.
Resultados. Nuestro estudio reveló que los pacientes con DSA
preformados capaces de fijar C1q presentaron la tasa de supervivencia del
aloinjerto renal más baja de la población estudiada (40,7%), siendo significativamente menor a la de pacientes con DSA incapaces de fijar C1q
(73,4%; p=0,001) y a la de pacientes sin DSA previos al trasplante (79,1%;
p<0,001). Mientras, la supervivencia del aloinjerto fue similar entre
pacientes con DSA preformados C1q negativos y pacientes sin DSA
(p=0,403). Llama la atención que entre la población cuyo DSA tuvo un valor
de intensidad de fluorescencia media elevado (≥10.000, n=46), el aloinjerto
de aquellos pacientes en los que dicho DSA fue además capaz de fijar C1q
mostró una peor supervivencia (38,4% vs. 68,9%; p=0,041). Finalmente,
nuestro modelo predictivo multivariante determinó que únicamente la
presencia de DSA capaces de unir C1q (HR 4,012; IC 95% 2,326-6,919;
p<0,001), y no la de aquellos DSA incapaces de unir C1q (HR 1,389; IC 95%
0,784-2,461; p=0,260), constituye un factor predictivo independiente de
riesgo de fallo renal, tras estratificar la población con DSA en función de su
capacidad de unir C1q y ajustar el modelo por otros factores predictivos pretrasplante
como: i) la edad del donante, ii) el tiempo de isquemia fría y iii)
las incompatibilidades HLA-DR entre donante y receptor.
Conclusión. La caracterización de antígenos inaceptables de acuerdo
al ensayo SAB-C1q podría mejorar la actual estratificación del riesgo de
pérdida de aloinjerto basada, fundamentalmente, en la presencia de
anticuerpos definidos por SAB-panIgG. Este hecho aumentaría la limitada
oferta de órganos que, a día de hoy, presentan los pacientes sensibilizados
frente a moléculas HLA, muchos de los cuales mueren a la espera de recibir
un órgano adecuado. Este nuevo algoritmo, que podría ser extendido a
cualquier órgano sólido, podría reducir el tiempo de estos pacientes en lista
de espera, lo que supondría, sin duda, una mejora sustancial en su calidad
de vida, en muchos casos mermada por la mala condición clínica asociada a
una permanencia prolongada en diálisis. Introduction. The consolidation of the single antigen beads (SABpanIgG)
assay as the main standardized method to detect preformed
antibodies against anti-human leukocyte antigens (HLA) has undoubtedly
improved solid-organ transplantation success. However, its high sensitivity
for the detection of anti-HLA antibodies has seriously limited the possibilities
of allograft allocation for those patients sensitized to HLA molecules. The
current stratification of the immunological risk according to the presence of
antibodies detected by SAB-panIgG hampers the search for a suitable donor
for these patients, excessively prolonging their waiting time. A recent
modification of the standardized SAB-panIgG assay allows us to detect only
those antibodies capable of activating the complement cascade (SAB-C1q
assay), which are a priori more clinically relevant. Nevertheless, the clinical
usefulness of SAB-C1q assay to stratify the immunological risk of a particular
preformed antibody-specificity and determine the unacceptable HLA
mismatches is currently under discussion.
Objective. The aim of this study was to evaluate the impact of the
ability to bind C1q of donor-specific anti-HLA antibodies (DSA) on kidney
allograft survival.
Material and Methods. We retrospectively evaluated in pretransplantation
serum samples belonging to 389 single-kidney transplanted
patients at Reina Sofia University Hospital between 1995-2009, the
presence of DSA and their C1q-binding ability, using SAB-panIgG and SABC1q
assays, respectively. We analyzed kidney-allograft survival up to 7 years
according to the presence/absence of DSA and their ability to bind C1q.
Allograft loss, defined as return to dialysis, was considered the event of
interest. Furthermore, we evaluated the predictive value of allograft failure
of multiple clinical and immunological variables and we designed a Cox
multivariate regression model to predict the adjusted-risk of allograft loss in
the presence of DSA and their C1q-binding ability.
Results. Our study revealed that recipients with preformed C1qbinding
DSA showed the lowest allograft survival rate up to 7 years (40.7%)
compared to patients with preformed non-C1q-binding DSA (73.4%;
p=0.001) and without DSA (79.1%; p<0.001). Allograft survival rate was
similar between patients with preformed non-C1q-binding DSA and patients
without preformed DSA (p=0.403). Interestingly, among the transplanted population with high-mean fluorescence intensity DSA (≥10,000; n=46),
those patients whose DSA were further capable of binding C1q showed a
poorer allograft outcome (38.4 vs. 68.9%; p=0.041). Moreover, our
multivariate predictive model for assessing the risk of allograft loss
determined that only the presence of C1q-binding DSA (HR 4.012; CI 95%
2.326–6.919; p<0.001) but not of non-C1q-binding DSA (HR 1.389; CI 95%
0.784–2.461; p=0.260) remained an independent predictor after stratifying
the DSA population according to the C1q-binding ability and adjusting the
model for other pre-transplantation predictive factors including donor age,
cold-ischemia time, and HLA-DR mismatches.
Conclusions. The definition of unacceptable mismatches according
to SAB-C1q assay would improve the current risk stratification of allograft
loss, which is essentially based on the presence of antibodies predefined by
SAB-panIgG assay. This improved risk stratification would expand the limited
allograft allocation that patients pre-sensitized to HLA molecules are
currently exposed to, many of whom die while waiting for a suitable donor.
This new algorithm, which could be implemented to other solid-organ
transplants, would shorten the waiting times of these highly sensitized
patients, so considerably improving their quality of life.