Aproximación a la representación del banquete en las Bibles historiales: ¿una iconografía in crescendo?
Autor
Borsari, Elisa
Editor
Universidad de CaliforniaFecha
2022Materia
ConviviumCelebración social
Invitados
Edad Media
Escenario
Base moral
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El banquete, entendido como convivium (< cum + vivĕre + -ium, acto de vida en común), es decir, como celebración social, es un momento en el que se despliega un sentimiento de cordialidad con invitados (Bolgar 1973; Jaeger 1991). En tanto que tema iconográfico, ha sido recurrente de todas las épocas y, desde luego, tiene una importancia enorme en su representación visual durante la Edad Media. El hombre de buenos modales tiene que mostrar sus cualidades sociales en todo momento y, ya desde época grecorromana, en palabras de Alvar & Alvar Nuño (2020, 13): “No había mejor escenario donde poner en práctica un comportamiento virtuoso que en el banquete.” Los preceptos de la Antigüedad (mos maiorum, “la costumbre de los antepasados”) acerca de la forma de comportarse fueron asumidos por el cristianismo, que compartía una base moral común con los clásicos (Alvar & Alvar Nuño, 12-13): si bien los primeros tenían la vista puesta en la capacidad para desarrollarse virtuosamente en la vida pública y la política, y los segundos aplicaban esta formación con vistas a la salvación del alma y la vida eterna. De hecho, en las Sagradas Escrituras hay enseñanzas sobre cómo comportarse en una mesa durante un banquete (Levítico 11, 13-19; Deuteronomio 14, 12-18; Eclesiástico 31-32). ¿En cuántas ocasiones el banquete sirve de escenario para enseñanzas, conmemoraciones e incluso prodigios o traiciones?2 Pensamos, en primer lugar, en la difusión de textos y obras moralizantes medievales escritos y traducidos para la enseñanza, en los que se incluían normas de comportamiento para la vida en comunidad (Alvar & Alvar Nuño 2020; Alvar Nuño & Borsari 2021) y que contenían normas e indicaciones específicas para comportarse en torno a la mesa (Alvar & Alvar Nuño 2019 y 2020; Borsari 2020). Pero también en diferentes ámbitos de la literatura medieval. Así, desde el ciclo bretón3 hasta los libros de caballerías, el refinamiento en la mesa hacía manifiesta la dignidad del caballero, que no solo tenía que dominar las artes militares, sino también las buenas costumbres, y debía en todo momento dominar sus impulsos y emociones (Scaglione 1991; Trujillo 2021).4 El propio Dante tituló Convivio una obra suya de carácter filosófico-doctrinal escrita en vulgar. Esta reunía cuatro tratados acerca de la lengua y el estudio, aunque quedó inconclusa, y en ellos el divin autor utilizó metafóricamente la imagen del beato banquete, un convite alegórico cuyo intento principal pretendía “inducere li uomini a scienza e a virtù” (Dante, Convivio I, 9 apud Busnelli & Vandelli 1964; Segre 1963; Simonelli 1980). El banquete se fue conformando, así, como el espacio por excelencia para acto de sociabilidad en las culturas mediterráneas (Elias 1969). Desde época grecorromana forma parte del acervo común europeo y sigue presente en la sociedad actual en forma de reuniones que, con el pretexto de compartir comida y bebida, dan ocasión para celebrar la vida, la amistad y el compañerismo.