Auctor y auctoritas: apuntes sobre la traducción de los clásicos durante la Edad
Autor
Fradeias, J.M.
Smithbauer, D.D.
Sanz, D.M.
Díez Garretas, M.J.
Editor
Universidad de ValladolidFecha
2010Materia
Edad MediaBaja Edad Media
Textos latinos
Textos griegos
Textos árabes
Textos religiosos
Traducciones
METS:
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El periodo que denominamos Edad Media incluye más de mil años y es un largo lapso de tiempo caracterizado por profundos cambios políticos, económicos y culturales. Al igual que en los otros campos, no existió continuidad en la labor de traducción hasta llegar a la Baja Edad Media, en la que es posible encontrar al fin un número significativo de traducciones y traductores dedicados a este oficio. Sólo los pueblos árabes ejercitaron de alguna forma más constante la traducción de textos griegos y latinos al árabe, de los siglos VIII al XII.2 Escribe, en este sentido, Julio César Santoyo3, “Hasta los primeros decenios del siglo XII la historia de la actividad traductora en la Península Ibérica es una larga noche oscura, cuajada de silencios, apenas interrumpida por brevísimos episodios de luz.”. Como explica este autor4 en el primer capítulo de su libro recién publicado sobre la historia de la traducción, de la Biblia y de otros textos religiosos, que se usaban en España antes de la imposición de la Vulgata. A finales del siglo IV tienen lugar las traducciones de Eusebio Jerónimo; pero hasta entonces no se conocía el nombre de ningún traductor que trabajase en la Península Ibérica. Avito de Bracara (Braga, Portugal, finales siglo IV – 440 d.C.), el primer traductor hispano conocido, ni siquiera trabajó en la Península. Durante una permanencia en Tierra Santa, en Jerusalén, donde se encontraba con el amigo Paulo Orosio, después del sínodo local contra Pelagio que se celebró el 28 de julio del 415 d.C., Avito trasladó del griego al latín el texto de Luciano de Kaphar-Gamala, en el cual cuenta su hallazgo de la tumba del protomártir Esteban. Unos cien años después, a mediados del siglo VI, se tradujo por primera vez en España, los Apophtemata Patrum, una colección de dichos y preceptos de ermitaños del desierto egipcio, conocidos como Verba seniorum. Pascasio de Dume, monje y discípulo del fundador del Monasterio de Dumio, realizó esta traducción dedicada a su maestro, el obispo Martín de Dume5 (515-579 ó 589 d.C.), quien también tradujo tiempo después desde el griego al latín otros dos textos, las Sententiae Patrum Aegyptiorum quas de Greco in Latinum trastulit Martines Dumiensis Episcupus y los Capitula ex orientalium patrum synodis a Martino episcopo ordinata atque collecta. Estos fueron los primeros pasos de la labor traductora en la Península Ibérica.