Historia y leyenda de Don Rodrigo en tres versiones inglesas en verso en el Romanticismo: the vision of Don Roderick (1811) de Scott, Count Julian (1812) de Landor, Roderick the Last of the Goths (1814) de Southey. Estudio traductológico y traducción de fragmentos

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Author
Ruiz Armillas, José Ramón
Director/es
García Calderón, ÁngelesMartínez Ojeda, Beatriz
Publisher
Universidad de Córdoba, UCOPressDate
2015Subject
Leyenda de Don RodrigoRomanticismo inglés
Scott, Walter, 1771-1864
Savage Landor, Walter, 1775-1864
Southey, Robert, 1774-1843
The vision of Don Roderick
Count Julian :a tragedy
Roderick the last of the Goths. A tragic poem
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El trabajo que he llevado a cabo trata de demostrar la atracción que suscitó España entre los escritores románticos ingleses (y en particular la figura del último rey godo, Don Rodrigo), en tres autores ingleses: Walter Scott, Walter Savage Landor y Robert Southey. Tanto los condicionantes literarios como aquellos de carácter histórico en que se encuadran las primeras décadas de la novela británica, se corresponden con las situaciones histórica y literaria de la España del Siglo de Oro.
Las similitudes entre la España del Siglo de Oro y la Gran Bretaña del XVIII propiciaron que los británicos leyesen con interés y admiración la literatura española (que había pretendido reflejar esos mismos condicionantes sociales) y que, en muchas ocasiones, modelasen sus obras con arreglo a los cánones españoles. Cervantes despertó una gran admiración hacia las letras castellanas sin precedentes, y abrió las puertas de Inglaterra, entonces inexpugnable enemiga de todo lo hispánico, a la narrativa del Siglo de Oro.
Desde el momento en que el arte romántico huye de la realidad y escapa hacia otros mundos creados por la imaginación del artista, fruto del desencanto de su propio tiempo, en el terreno literario una de las evasiones posibles es la de localizar sus obras en lugares exóticos y alejados para así evadirse de la triste y decadente Europa. En esta evasión en el tiempo, el pasado y la Edad Media en concreto, atraerán poderosamente a los románticos, ya que la distancia en el tiempo y el desconocimiento de aquellos siglos, los envolvían en un cierto encanto misterioso. Fruto de esa evasión temporal lleva al hecho de que se ponga de moda España y, sobre todo, su Edad Media. Lord Byron, que realizaría su ¿grand tour¿ desde 1809 hasta 1811, precisamente por los países menos frecuentados: Malta, Grecia, Turquía, Portugal y también España, ya hablaría de nuestro país en los sentidos versos de Las peregrinaciones del joven Harold:
¡Oh, bella, admirada España, romántico país!
¿Dónde aquella bandera que enarboló Pelayo?
En definitiva, no era nada extraño que España fuera un gran eje en la historia de la Literatura Inglesa del XIX, siendo las tres obras tratadas en nuestro trabajo una especie de finalización de lo que ya había ocurrido anteriormente con la creación de la denominada Novela Gótica: la atmósfera de la novela gótica no se plasmaría en ningún lugar mejor que en España, recordemos sólo el ejemplo de Ambrosio en el relato de Mathew Lewis, The Monk. Y es que, ¿cómo no iban a hablar los poetas románticos ingleses del rey Rodrigo, último rey godo, si el adjetivo gótico procede de godo, y, en el contexto de este subgénero literario, gran parte de las historias trascurren en castillos y monasterios medievales? Así, aunque el terror gótico fuera una moda literaria de origen fundamentalmente anglosajón, que se extendió desde finales del XVIII hasta finales del XIX, la atmósfera y el ambiente espacial generalmente tenían lugar en España.