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dc.contributor.advisorCastillo Mayén, Mª del Rosario
dc.contributor.advisorLuque Salas, Bárbara
dc.contributor.authorFarhane-Medina, Naima Z.
dc.date.accessioned2022-12-27T09:55:41Z
dc.date.available2022-12-27T09:55:41Z
dc.date.issued2022
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10396/24464
dc.description.abstractLa transición epidemiológica en occidente ha supuesto grandes cambios en los patrones de morbi-mortalidad, con un aumento exponencial de las enfermedades no transmisibles (ENT). Esto provocó un cambio en la concepción de salud hacia una perspectiva más integradora, en la que los factores biopsicosociales eran necesarios para explicar los procesos de salud-enfermedad y las personas por tanto se convertían en agentes activos, en responsables más que meros sujetos pasivos a la espera de recibir medicación. Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son el conjunto de ENT más prevalente y con una mayor tasa de mortalidad a nivel mundial. Históricamente han sido consideradas enfermedades masculinas, aunque las estadísticas muestran una mayor mortalidad en mujeres. Esta brecha de sexo en las ECV parece venir determinada por un sesgo de género que afecta al diagnóstico e intervención y hace necesaria una perspectiva de género a la hora de abordarlas. Estas enfermedades son el claro ejemplo de la necesidad de entender la salud de manera integral, ya que los principales factores de riesgo cardiovascular son modificables y, por tanto, prevenibles. Uno de los objetivos de la Psicología de la Salud es precisamente conocer los factores subyacentes que influyen en el comportamiento saludable de este tipo de pacientes con el fin de promoverlo. En esta dirección, numerosas investigaciones han relacionado las conductas saludables con variables psicológicas como la autoeficacia, una regulación emocional adecuada o el bienestar psicológico, que se vinculan con un mayor compromiso terapéutico y cambios saludables en el estilo de vida. A su vez, las ECV se han encontrado relacionadas con unos niveles altos de ansiedad, estrés y depresión, y estas se relacionan asimismo con un peor pronóstico de la enfermedad y una peor calidad de vida en estos pacientes. Por esta relación entre factores psicológicos y determinantes de salud cardiovascular, se necesitan intervenciones dirigidas a intentar promover estas variables psicológicas con el objetivo de mejorar su ajuste a la enfermedad y la reducción del riesgo cardiovascular. En esta línea, y partiendo de los prometedores resultados de la telemedicina para promover conductas saludables, es necesario conocer si este tipo de intervenciones serían eficaces para mejorar las variables psicológicas antes mencionadas en pacientes con ECV. De igual modo, la brecha de salud entre mujeres y hombres hace necesaria la implementación de una perspectiva de género en la investigación e intervención sobre la misma. Por todo lo anterior, la presente Tesis Doctoral tiene como objetivo profundizar en el análisis de los factores psicosociales que afectan a la salud y que se relacionan con la ECV, así como poner a prueba la eficacia de intervenciones mHealth para promover las variables psicológicas que se relacionan con los comportamientos saludables y el bienestar psicológico de esta población. Se proponen, por tanto, una serie de investigaciones que se han materializado en la publicación de tres artículos científicos independientes e interrelacionados, los cuales se presentan a continuación. El primer estudio es una revisión sistemática que tiene como objetivo explorar los factores psicosociales que se han estudiado para explicar la vulnerabilidad diferencial del bienestar psicológico en mujeres y hombres. Partiendo de un modelo biopsicosocial, complementado con la perspectiva de género, se incluyeron estudios que evaluaban las diferencias de sexo y género en la ansiedad y su comorbilidad. Siguiendo la metodología PRISMA, se realizó una búsqueda sistemática en las bases de datos electrónicas PubMed y PsycInfo, incorporando estudios empíricos y revisiones publicadas entre 2008 - 2021. Tras la búsqueda, 44 estudios fueron incluidos, los cuales se analizaron y clasificaron en función del objeto de estudio. Finalmente, se realizó una síntesis narrativa cualitativa de los resultados. Los resultados de los estudios incluidos mostraron que las diferencias en la vulnerabilidad psicológica entre sexos se han analizado históricamente a partir de factores biológicos o factores de corte psicosocial; sin embargo, estudios que abordasen la problemática aludiendo de manera conjunta a ambos factores fueron escasos El segundo estudio tiene como objetivo evaluar la efectividad de una intervención psicológica mHealth en regulación emocional para mejorar el afecto positivo y la autoeficacia en personas con ECV. Para ello, se diseñó un ensayo controlado no aleatorizado de dos brazos, en el que la muestra de 69 pacientes cardiovasculares participó en un grupo experimental o un grupo control o de tratamiento habitual. La intervención, basada en el proceso de regulación emocional (Gross, 1998; Leahy, 2011), está conformada por dos fases. La primera consistió en una sesión presencial y la segunda en una intervención basada en mHealth de 14 días. Ambos grupos fueron evaluados en múltiples ocasiones en afecto positivo y autoeficacia (crónica y cardíaca), incluyendo dos follow-ups, lo que permitió un análisis de medidas repetidas. Los resultados indican que la intervención psicológica mHealth fue efectiva para mejorar el afecto positivo y la autoeficacia en pacientes con ECV, encontrándose diferencias intragrupo y entre grupos. El tercer estudio es un ensayo clínico piloto no aleatorizado, que tiene como objetivo diseñar y evaluar la efectividad de una intervención mHealth multicomponente en autoeficacia para mejorar el bienestar subjetivo y la autoeficacia para el manejo de la enfermedad cardíaca y crónica, analizando además posibles diferencias entre hombres y mujeres. Para este estudio, la muestra estaba compuesta por 42 pacientes cardiovasculares, que participaron equitativamente en un grupo experimental o control. Esta intervención multicomponente fue diseñada en base a la autoeficacia (Bandura, 1986a) e incluye una sesión presencial personalizada y una intervención mHealth de 14 días. Al igual que en el segundo estudio, ambos grupos fueron evaluados en repetidas ocasiones, con dos evaluaciones follow-ups que permitieron hacer comparaciones entre grupos e intragrupo, y ofrecer información más precisa acerca de la efectividad de la intervención. Los resultados mostraron que esta fue efectiva para mejorar el afecto positivo y la autoeficacia para el manejo de la enfermedad en pacientes cardiovasculares. Sin embargo, cuando se analizaron los datos por sexo, se observó que esta efectividad se daba únicamente en la población masculina. En conjunto, los resultados derivados de los tres estudios que conforman la presente tesis doctoral ponen de manifiesto la necesidad de incorporar el modelo biopsicosocial, así como la perspectiva de género, para comprender los procesos de salud enfermedad y abordar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades de largo alcance como lo son las ECV, y su relación con la salud mental. Por su parte, los estudios empíricos aportan evidencia en favor de las vertientes terapéuticas que demandan la inclusión de la psicología en la rehabilitación cardíaca, además de la incorporación de nuevas estrategias de intervención que garanticen la accesibilidad de la atención sanitaria a este tipo de pacientes. Se considera que investigaciones futuras, por otro lado, deberían poner el foco en cómo establecer intervenciones online sin perder el contacto humano, así como tratar de adentrarse completamente en la personalización de estas intervenciones buscando evitar las diferencias en efectividad para las mujeres y la obtención de mejores resultados terapéuticos.es_ES
dc.description.abstractThe epidemiological transition in Western countries has led to major changes in morbidity and mortality patterns, with an exponential increase in non-communicable diseases (NCDs). This led to a change in the conception of health towards a more integrative perspective, in which biopsychosocial factors were necessary to explain the health disease processes and people, therefore, became active agents, responsible rather than mere passive subjects waiting to receive medication. Cardiovascular diseases (CVD) are the most prevalent set of NCDs with the highest mortality rate worldwide. They have historically been considered male diseases, although statistics show a higher mortality in women. This gender gap in CVD seems to be determined by a gender bias that affects diagnosis and intervention and makes a gender perspective necessary when addressing them. These diseases are a clear example of the need for a holistic approach to health, as the main cardiovascular risk factors are modifiable and, therefore, preventable. One of the objectives of Health Psychology is precisely to understand the underlying factors that influence healthy behaviour of these patients in order to promote them. In this direction, numerous investigations have related healthy behaviours to psychological variables, such as self-efficacy, adequate emotional regulation or psychological well-being, which are linked to greater therapeutic commitment and healthy lifestyle changes. In turn, CVD has been found to be associated with high levels of anxiety, stress and depression, which are also related to a worse prognosis of the disease and a poorer quality of life in these patients. Due to this relationship between psychological factors and cardiovascular health determinants, interventions aimed at promoting these psychological variables with the objective of improving their adjustment to the disease and reducing cardiovascular risk are deemed necessary. In this line, and based on the promising results of telemedicine to promote healthy behaviours, it is necessary to know whether this type of intervention would be effective in improving the aforementioned psychological variables in patients with CVD. Similarly, the health gap between women and men makes it necessary to implement a gender perspective in research and intervention. For all of the above reasons, the aim of this doctoral thesis is to deepen the analysis of the psychosocial factors that affect health and are related to CVD, as well as to test the effectiveness of mHealth interventions to promote the psychological variables related to healthy behaviours and psychological well-being in these patients. Thus, a series of investigations are proposed. These investigations have materialised in the publication of three independent and interrelated scientific articles, which are presented below. The first study is a systematic review that aims to explore the psychosocial factors that have been studied to explain the differential vulnerability of psychological well-being in women and men. Based on a biopsychosocial model, complemented by the gender perspective, studies assessing sex and gender differences in anxiety and its comorbidity were included. Following the PRISMA methodology, a systematic search was conducted in the electronic databases PubMed and PsicInfo, incorporating empirical studies and reviews published between 2008 - 2021. Following the search, 44 studies were included, which were analysed and classified according to the object of study. Finally, a qualitative narrative synthesis of the results was conducted. The results of the included studies showed that differences in psychological vulnerability between the sexes have historically been analysed on the basis of biological factors or psychosocial factors, but few studies have addressed the problem by alluding to both factors together. The second study aims to evaluate the effectiveness of an mHealth psychological intervention in emotional regulation to improve positive affect and self-efficacy in patients with CVD. To this end, a two-arm, non-randomised controlled trial was designed, in which the sample of 69 CVD patients was assigned to either the experimental group or the control or treatment-as-usual group. The intervention, based on the emotional regulation process (Gross, 1998; Leahy, 2011), consists of two phases, a face-to-face session and a second 14-day mHealth phase. Both groups were assessed multiple times on positive affect and self-efficacy (chronic and cardiac), including two follow-ups, which allowed for a repeated measures analysis. The results indicate that the mHealth psychological intervention was effective in improving positive affect and self-efficacy in patients with cardiovascular disease, with intra-group and between-group differences found. The third study is another pilot non-randomised clinical trial, which aims to design and evaluate the effectiveness of a multicomponent mHealth intervention on self-efficacy in improving subjective well-being and self-efficacy for the management of cardiac and chronic disease, also analysing possible differences between men and women. For this study, the sample consisted of 42 cardiovascular patients, who were equally assigned to the control or experimental group. This multicomponent intervention was designed on the basis of self-efficacy (Bandura, 1986a) and included a face-to-face one-to-one session and a 14-day mHealth intervention. As in the second study, both groups were repeatedly evaluated, with two follow-up assessments allowing for between-group and within-group comparisons and providing more accurate information about the effectiveness of the intervention. The results showed that the intervention was effective in improving positive affect and self-efficacy for disease management in cardiovascular patients. However, when the data were analysed by gender, this effectiveness was found to occur only in the male population. Taken together, the results derived from the three studies that constitute this doctoral thesis highlight the need to incorporate the biopsychosocial model, as well as a gender perspective, in order to understand health-disease processes and to address the diagnosis and treatment of long-term diseases, such as CVD, and their relation with mental health. With regards to the empirical studies, they provide evidence in favor of the therapeutic aspects that demand the inclusion of psychology in cardiac rehabilitation, as well as the incorporation of new intervention strategies that guarantee the accessibility of health care for these patients. Future research, on the other hand, should focus on how to establish online interventions without losing human contact, as well as try to fully explore the personalization of these interventions in order to avoid differences in effectiveness for women and to obtain better therapeutic results.es_ES
dc.format.mimetypeapplication/pdfes_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherUniversidad de Córdoba, UCOPresses_ES
dc.rightshttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/es_ES
dc.subjectEnfermedades crónicases_ES
dc.subjectEnfermedades cardiovasculareses_ES
dc.subjectmHealthes_ES
dc.subjectBienestar psicológicoes_ES
dc.subjectBienestar subjetivoes_ES
dc.subjectAutoeficaciaes_ES
dc.subjectRegulación emocionales_ES
dc.subjectPerspectiva de géneroes_ES
dc.subjectPsicología de la saludes_ES
dc.titleBienestar psicológico en enfermedades crónicas desde una perspectiva de género: variables psicosociales e intervenciones psicológicas breveses_ES
dc.title.alternativePsychological wellbeing in chronic disease from a gender perspective: psychosocial variables and brief psychological interventionses_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises_ES
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses_ES


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