Cyberbullying: prevalencia y características de un nuevo tipo de bullying indirecto

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Author
Calmaestra Villén, Juan
Director/es
Mora-Merchán, Joaquín A.Ortega Ruiz, Rosario
Publisher
Universidad de Córdoba, Servicio de PublicacionesDate
2011Subject
Acoso moral en la escuelaViolencia escolar
Bullying
Cyberbullying
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La investigación del fenómeno bullying (Ortega, 2010b; Smith y Brain, 2000) cuenta con más de 30 años de evolución y desarrollo científico desde sus inicios (Heinemann, 1969, 1972; Olweus, 1978, 1980). En España el fenómeno es conocido como maltrato escolar, acoso o abuso de poder (Ortega, Del Rey y Mora-Merchán, 2001). Para que podamos considerar un fenómeno como bullying se deben cumplir al menos las siguientes características: intencionalidad, desequilibrio de poder y repetición (Farrington, 1993; Olweus, 1999a; Ortega y Mora-Merchán, 2000a; Smith y Brain, 2000; Smith y Sharp, 1994). A estas características Ortega (Ortega, 2001, 2010a; Ortega y Colaboradores, 1998) ha incluido la perversión moral que implica el hecho de que todo fenómeno de acoso hay un componente de agresión injustificada. Este es un fenómeno que podemos subdividirlo en dos tipos, bullying directo y bullying indirecto (e. g. Björkqvist, Lagerspetz y Kaukiainen, 1992; Olweus, 1991a, 1993a; Powell y Ladd, 2010) El bullying se está valiendo del uso de las Tecnologías de la Información y de la comunicación (TIC) para transformarse en un nuevo fenómeno denominado cyberbullying (Belsey, 2005; Campbell, 2005; Servance, 2003; Smith, Mahdavi, Carvalho y Tippett, 2006). El acceso a las TIC por parte de los adolescentes es casi universal en la población española (INE, 2010). Las características de las TIC y la Comunicación Mediada por Computadora (CMC), especialmente el posible anonimato del interlocutor y el proceso de desinhibición (Chisholm, 2006; David Ferdon y Feldman-Hertz, 2007; Livingstone, 2008; McKenna y Bargh, 2000; Naidu y Järvelä, 2006; Piazza y Bering, 2009; Suler, 2004; Willard, 2004), hacen que el fenómeno bullying tenga una nueva extensión. Son varios los autores que aplican la definición del bullying al cyberbullying aunque añadiendo algunas puntualizaciones referidas a la intencionalidad, repetición y desequilibrio de poder (Dehue, Bolman y Vollink, 2008; Ortega, Calmaestra y Mora-Merchán, 2008a; Ortega, Calmaestra, Mora- Merchán, Elipe y Vega, 2009; Servance, 2003; Smith et al., 2008; Smith et al., 2006). Además diversos autores señalan nuevas características definitorias del cyberbullying cómo el posible anonimato del agresor, el alto número de potenciales espectadores, la exposición a la victimización en cualquier momento, la perversión moral y la escasa interacción del agresor y su víctima (Almeida, Marinho, Esteves, Gomes y Correia, 2008; Dehue et al., 2008; Huang y Chou, 2010; Kowalski y Limber, 2007; Ortega, Calmaestra et al., 2008a; Patchin y Hinduja, 2006; Pornari y Wood, 2010; Shariff y Johnny, 2007; Slonje y Smith, 2008). Aunque estas características han creado cierta controversia y en la actualidad la comunidad científica está discutiendo sobre ellas (e. g. Dooley, Pyzalski y Cross, 2009; Heirman y Walrave, 2008; Menesini y Nocentini, 2009; Mora-Merchán y Ortega, 2007; Varjas, Henrich y Meyers, 2009; Wang, Lannotti y Nansel, 2009). Existen dos formas principales de clasificar el cyberbullying: Una considerando la vía por la que se produce el acoso (Dehue et al., 2008; Ortega, Calmaestra et al., 2008a; Raskauskas y Stoltz, 2007; Slonje y Smith, 2008; Smith et al., 2008) y la otra dependiendo de la conducta que se realice (Buelga, Cava y Musitu, 2010; Willard, 2005, 2006). En este trabajo nosotros nos decantamos por la primera forma considerando básicamente el cyberbullying a través del móvil y el cyberbullying a través de Internet (Ortega, Calmaestra et al., 2008a; Patchin y Hinduja, 2006; Smith et al., 2008; Smith et al., 2006). Para ampliar el conocimiento científico sobre este temática nos planteamos la presente investigación cuyo principal objetivo es delimitar las principales características y extensión del fenómeno cyberbullying y contrastarlas con el fenómeno bullying. Para ello nos plantearemos conocer la prevalencia de estas formas de maltrato, así como describir las características de los implicados en los fenómenos. El estudio de variables de personalidad (autoestima y soledad) y de variables de contexto (clima escolar), serán también claves para delimitar estos fenómenos. De la misma forma nos planteamos comprobar la continuidad entre los fenómenos bullying y cyberbullying y diseñar modelos explicativos de la participación, ya sea como agresor o como víctima, en estos fenómenos.