Gobernanza y dinámicas locales en los programas de desarrollo territorial en áreas rurales. Análisis de la implementación del programa PESA en dos municipios del Estado de México

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Author
García Palacios, Efraín
Director/es
Moyano, EduardoPublisher
Universidad de Córdoba, UCOPressDate
2018Subject
Teorías del desarrolloDesarrollo rural
Desarrollo territorial
Áreas rurales
Políticas públicas
Políticas rurales
Gobernanza
Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA)
Ixtapan del Oro (México)
Villa Victoria (México)
METS:
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Desde hace varias décadas se viene aplicando en diversos países políticas y programas
(sectoriales, territoriales y regionales) destinados a disminuir las desigualdades sociales en el
medio rural y aumentar el bienestar de los grupos más desfavorecidos, incorporando conceptos
como “equidad” y “eficiencia”.
En México, la incursión de estas estrategias puede observarse desde el año 2002, cuando la
SAGARPA y la FAO acuerdan iniciar el “Programa Especial de Seguridad Alimentaria” (PESA)
para mejorar las condiciones de vida de la población en las áreas rurales más pobres y
marginadas, promoviendo el aumento de los niveles de producción y el incremento de la
productividad de las explotaciones agrarias. Sin embargo, a pesar de estos programas, es un
hecho que la pobreza en las áreas rurales mexicanas se ha mantenido constante desde hace más
de tres décadas. Ello hace pertinente la realización de estudios dirigidos a analizar los modelos
que guían las actuales políticas de desarrollo en México (entre ellas, la del PESA), comparándolos
con otros modelos para comprender los problemas y dificultades que afrontan las políticas
públicas en este área de actuación.
Uno de esos problemas es el modo de vertebrar la diversidad de intereses existente en los
territorios rurales y de articular su relación con las instituciones públicas en las instancias de
concertación, es decir, el problema de la “gobernanza”. Esa es la razón que ha movido al
doctorando a elegir como tema de su tesis doctoral el de la “gobernanza” y la forma de
implementarla en los territorios rurales mexicanos.
Entre las conclusiones cabe destacar la que señala que el PESA es un programa atrapado entre
cuatro tipos de ambigüedades. El primer tipo de ambigüedad es el de ser, de un lado, un programa
inspirado en los enfoques ascendentes y participativos (bottom-up) similares a los de la iniciativa
europea LEADER, y de otro, verse interferido, e incluso dominado, por una lógica descendente,
vertical y administrativa (top-down), que le resta autonomía y reduce la capacidad de los actores
locales para ser protagonistas de su propio desarrollo.
El segundo tipo de ambigüedad consiste en ser, de un lado, un programa sectorial y orientado a
impulsar el aumento de la producción agraria como base de la seguridad alimentaria, y, de otro,
aspirar a contribuir al desarrollo de los territorios donde actúa, unos territorios en los que la
actividad agraria ya no es el más importante motor para el logro de ese objetivo.
El tercer tipo de ambigüedad, ligado con el anterior, es tener, de un lado, vocación de ser un
programa inclusivo de desarrollo, y, de otro, actuar como un programa excluyente, centrado sólo
en un grupo específico de la población (los que tienen relación con la actividad agraria).
Finalmente, como cuarta ambigüedad, la presencia de las ADR es una buena muestra de esto, ya
que, si bien son agencias de naturaleza privada que podrían desplegar un gran potencial como
dinamizadoras de las iniciativas de desarrollo en contextos, como el mexicano, donde el
desprestigio de las instituciones públicas es notorio, resulta que, en la práctica, las ADR están muy
interferidas y controladas por esas mismas instituciones, perdiendo legitimidad ante la población
local.
De la resolución de esas ambigüedades depende que el PESA pueda erigirse en el programa que
necesitan los territorios rurales mexicanos para emprender con éxito la senda del desarrollo. La
experiencia del PESA nos muestra, por tanto, la imposibilidad de alcanzar el objetivo de lucha
contra los problemas de la pobreza rural y la inseguridad alimentaria mediante programas de tipo
sectorial. Si estos programas no se integran en políticas más amplias que aborden los grandes
problemas de los territorios rurales con inversiones en infraestructuras y equipamientos, así como
en las áreas de salud y educación, sus resultados quedan inevitablemente reducidos a la mera
asistencia o a la concesión de subsidios sin ningún impacto en el desarrollo de los territorios. For decades national governments have been implementing (sectorial, and regional and territorial)
policies and programs aimed to reduce social and economic inequalities of rural areas, as well as
increase the level of welfare of the poorest people. The notions of “equity” and “efficiency” are very
usual in those policies.
In Mexico, from 2002 these programs are present, just when the SAGARPA and FAO agree to
implement the “Programa Especial de Seguridad Alimentaria” (PESA). The goal of PESA is to
improve the life conditions of people that live in the poorest and marginal rural areas through
promoting the growing of farming production level in farms.
However, spite of these programs poverty in Mexican rural areas is still a problem. It explains the
existence of a great number of research projects focused on analyzing the models orienting the
current rural development policies (among them, the PESA) and comparing them with other ones in
order to understand the problems and difficulties rising at the process of implementation of those
policies.
One of these problems is related to the way of articulating of varied interest groups existing in rural
areas, and their interaction of public institutions, that is the problem of governance. This is why the
PhD student has chosen the problem of governance in rural development programs as a topic of
his doctoral thesis, focusing on Mexican rural areas.
Among conclusions he stresses four ambiguities in the PESA program. Firstly, the PESA is, on the
one hand, a program based on a bottom-up approach of development, but it is, on the other hand,
interfered by the top-down logic imposed by public institutions, which reduce the autonomy of
social players and their capacity of participating in development strategies.
Secondly, the PESA is, on the one hand, a sectorial program aimed to grow the farming production
in order to improve the level of food security of rural people, but it is, on the other hand, a program
whose goal is to contribute to develop of territories where agriculture is not already the most
important economic activity.
Thirdly, the goal of PESA is, on the hand, an inclusive development program, but it is, on the other
hand, an exclusive program aimed at small famers, and not to the rest of rural people.
Finally, the implementation of PESA is, on the one hand, based on the role of private agencies of
development (ADR), which are considered an important player to encourage of initiatives emerging
of rural civil society. However, on the other hand, these agencies are controlled by public
institutions, which impose a patronage culture, reducing the social legitimacy of the program.
The final conclusion is that the success of PESA depends on the resolution of these four kinds of
ambiguities. That is why it is not possible to improve the level of development of rural areas
through sectorial programs, but it is necessary to integrate the PESA in the framework of policies
aimed to improve the infrastructures, the social services and housing, and the education system
and the health level of rural people.